Bueno ahorita estoy en Facebook y encontré esta historia en una pagina de historias de terror y me encanto a si que la voy a contar ahorita bueno esta historia ni south park me pertenecen y bueno pongo el fic

Conducía cansado y medio adormecido. Era tarde y las horas que llevaba frente a aquel volante no perdonaban. A su lado, Clyde escuchaba en la radio aquel estúpido programa de fenómenos extraños. No se explicaba como le podían gustar tanto aquellas cosas. Aquella noche hablaban de los agujeros espacio-temporales, de gente que, durante unas horas, había entrado, sin querer, en una dimensión paralela. Gente que no podía explicar dónde había estado durante horas o incluso días. Miró a Clyde y le preguntó:

- ¿Realmente crees en esas patrañas? – preguntaba Token un poco confundido
- Pero, ¿Porqué no? – decía inocentemente Clyde
- Me parece de incultos – dijo el pelinegro sin despegar los ojos de la carretera
- ¿Incultos? Muchas cosas que hoy llamamos ciencia en otra época se hubiesen considerado fruto de la brujería. – dijo Clyde intentando convencer a su terco novio
- A mi no me vas a convencer. – dijo tercamente Token
- Tampoco lo pretendo. Hablar de según que temas con mentes poco flexibles es como tirar margaritas a los cerdos. – dijo Clyde intentando ofender a su novio

Token siguió conduciendo sin darse por aludido.

- Cuando veas una área de servicio para, por favor. Necesito ir al baño - Dijo Clyde
- Hay una un poco más adelante. – decía Token tranquilamente

Acababa de decir aquello cuando una espesa niebla engulló el coche a su paso. En aquella zona eran frecuentes los bancos de niebla pero aquel era especialmente espeso. Token conectó los faros antiniebla y redujo la velocidad, no veía nada.

- Hacia tiempo que no veía una niebla tan densa. – decía Token intentando poder ver mejor la carretera

- No me gusta nada. Dijo nuevamente Token tratando de poner todos sus sentidos en la carretera.

Tardaron cerca de quince minutos en superar aquel banco. Aquel tramo se les hizo eterno.

- ¿Cuánto queda para parar? Preguntó Clyde un poco *mucho* impaciente

- Creo que unos cinco o diez minutos aunque,… - decía Token poniéndole suspenso
- ¿Aunque? – preguntaba Clyde con duda
- No sé, no reconozco este tramo de carretera. – decía Token mientras intentaba decifrar donde estaban
- Igual han hecho obras y encima de noche… - decía Clyde intentándole buscar una respuesta lógica
- Igual – dijo Token no muy convencido

Pasaron cerca de quince minutos y la estación de servicio no aparecía por ninguna parte.

- Que extraño, juraría que por distancia la tendríamos que haber pasado ya. – dijo el pelinegro intentando buscarla con la mirada mientras manejaba
- Espero que la encontremos pronto. Sino me veo en el arcén… - decía Clyde intentando por todos los medios de no hacerse en el auto

Siguieron conduciendo y pasados otros diez minutos vieron una luz en la carretera.

- Eso no es la estación que yo decía pero para el caso…. – decía Token viendo esa desconocida estacion
- Sí, por favor, ya no aguanto más. – dijo Clyde mientras daba divertidos saltitos intentando por todos los medios de no miarse hay en el asiento

Tomaron el desvío y pararon en aquella vieja gasolinera. Algo en aquel lugar era ciertamente extraño. Clyde empezó a fijarse a su alrededor.

- Vaya surtidores que tiene esta gente. ¿Te has fijado? Parecen sacados del siglo pasado - Comentó Token mientras miraba cuidadosamente todo el lugar
- Token, aquí pasa algo raro – decía con miedo el inocente peli cafe
- Raro?...Ya estás tu y esas tonterías tuyas. – dijo Token un poco enojado por las tonterías que iba a sacar su novio paranoico

Clyde siguió andando hasta el interior de la tienda y Token con el. Al entrar ambos se miraron bastante sorprendidos. La dependienta de aquella pequeña tienda parecía sacada de otra época. Vestía un traje rojo con falda de vuelo almidonada y una cofia blanca sobre su pelo. ¿Qué clase de broma era aquella?

- Disculpe, ¿los baños? Preguntó Clyde
- Sorry lady? – le dijo un rubio bien peinado (N.A: era Gregory no se porque pero era el XD)
- ¿Perdón? – dijo sin entender el amante de los tacos
- May I help you? - le dijo en ingles el rubio
- Token, ¿qué está pasando? – decía cada vez mas asustado el menor

De pronto Token se acercó a Clyde con la cara completamente desencajada y con un periódico en las manos.

- Clyde, mira esto. – dijo el mayor mientras le enseyaba el periódico de sus manos

Era una edición del Herald Tribune fechada a 14 de julio de 1954. Ambos se miraron sorprendidos.

- ¿Qué está pasando? - Preguntó Clyde francamente asustado
- No lo sé Token. Pero esto no me gusta nada. – decía asustado el menor
- Esta mujer me ha respondido en inglés, ahora el periódico… - decía el castaño cada vez mas euforico
- Ve al baño y mientras yo voy a mirar de hablar con esta mujer, a ver si me entero de que es lo que está ocurriendo. – decía Token mientras intentaba calmar a su novio
- De acuerdo. – dijo Clyde intentado calmarse

Cuando Clyde salió del baño, Token lo estaba esperando fuera y, a juzgar por la expresión de su rostro, algo no iba bien.

- ¿Qué ocurre? – pregunto Clyde al llegar frente a su novio
- Esa mujer afirma que estamos en Inglaterra, en 1954. Para ser más exactos camino de Canterbury. – dijo Token con mirada sorprendida
- Pero…no puede ser. Esto no puede estar pasando. – decía el castaño cada vez mas nervioso
- Tiene que ser algún tipo de broma. – decía Token mas para si mismo que para su novio
- ¿Y si hemos cruzado algún tipo de puerta y estamos en otra dimensión y…? – dijo el amante de los tacos intentando decifrar lo que estaba pasando
- ¡Que puerta ni que niño muerto!, ¡Tu y tus tonterías y tu ignorancia! – grito muy desesperado y enojado Token

Clyde miró a Token con rabia y sintiéndose dolido, como muchas otras veces lo había hecho.

- Pues a ver listo, ¿qué explicación le das a esto? - pregunto muy enojado Clyde

A fuera empezó a crearse como una extraña niebla, una niebla muy similar a la que habían cruzado antes.

- Mira Token, la niebla. – dijo el menor apuntando hacia la niebla
- Sí hay niebla ¿y? – dijo distraido sobre lo que habia dicho su pequeño novio
- Pues que en muchos de estos casos las nubes y la niebla son las que ocasionan esta especie de puertas. – dijo el inocente castaño recordando lo que habia escuchado anteriormente en ese programa
- ¡Pues ala! Si te crees estas gilipolleces ya sabes. Ve a cruzar la niebla y ya nos encontraremos dentro de cincuenta y cinco años..ajajjaja. – decía Token burlándose no creyéndole a su novio castaño

Clyde se sintió francamente mal. Dolido y con los ojos humedecidos Clyde salió del local decidido a atravesar aquel banco de niebla. No iba a quedarse ahí escuchando como Token se reía de el. Caminó con paso firme y se dejó envolver por aquella espesa capa blanca.
Pasaron apenas unos diez minutos cuando la niebla empezó a dispersarse. Clyde tenía la sensación de haber hecho el ridículo más espantoso. Ahora Token se reiría de el durante al menos una semana. Andó en dirección a la vieja gasolinera cuando, sorprendido vio que no había ni rastro de el. ¿Dónde estaba? ¿Y Token? Sacó el teléfono móvil de su bolso y llamó al número de Token. Una voz metálica y clara dijo:

- Este teléfono no se encuentra operativo o está fuera de cobertura.

Clyde no sabía que pensar. Anduvo unos metros por el arcén si saber a donde ir. De pronto un coche se detuvo a su lado.

- ¿La puedo ayudar? – le pregunto un muchacho joven pelinegro (N.A; era Craig tampoco se porque pero es el y punto XD)

Clyde miró a un lado y a otro sin saber que hacer o que decir. Finalmente, subió al coche de aquel hombre y le contó lo sucedido. El hombre lo miro con un cierto recelo. Evidentemente, no creía la historia que le acababa de contar. Clyde cogió nuevamente el teléfono y volvió a llamar a Token, el mensaje de la operadora no se hizo esperar:

- Este teléfono no se encuentra operativo o está fuera de cobertura.
- ¿Lo llevo a algún sitio? – le pregunto amablemente el joven pelinegro
- Sí por favor, voy a Madrid. ¿Va en la misma dirección? – dijo Clyde con esperanza de que dijera que si
- Sí, ningún problema. – dijo con una sonrisa el muchacho

Tras hora y media de trayecto Clyde llegó a casa. Estaba cansado, desconcertado y muy preocupado por Token. ¿Dónde debía estar? Cogió el ascensor y llegó a la puerta de su casa. Cuando iba a meter la llave en la cerradura la puerta se abrió y un hombre de unos ochenta años salió al rellano.

- Tenías razón cariño, debí cruzar aquella niebla contigo. – decía un Token de avanzada edad

FIN

Bueno no es un final muy bien que digamos pero es que hay acababa la historia y bueno a mi me gusta mucho esta historia espero a ustedes también y bueno dejen review Porfa ^_ ^