VISITA INESPERADA

CAPÍTULO 1: Hogwarts.

Notaba cientos de pares de ojos clavados en ella. Eso la hacía sentirse incómoda, pero no se trataba solo de eso, había más cosas. Acababa de llegar a un país que no conocía (había vivido en él cuando era pequeña pero ya no se acordaba). A un colegio totalmente desconocido y, lo más importante, esos ojos mirándola. Mientras, ella seguía perdida en sus pensamientos, jugando con la túnica y mirando al suelo. Solo en algunos momentos alzó la cabeza para mirar a la muchedumbre; Dumbledore seguía su discurso de manera desenfadada, como siempre:

-Ante nosotros nos encontramos un caso muy poco común -Ella se sentía como si estuviera hablando de un animal en peligro de extinción.- Un nuevo alumno. Alumna mejor dicho, que empezará por el quinto curso. -la gente la miraba curiosa y murmuraban cosas que ella no oía (ni quería oír).

Ya había dejado de jugar con su túnica, ahora le tocaba el turno a la falda.

-Se llama Lindsey Reaver. Viene de la escuela de magia de Beubaxtons, de la misma que vinieron Fleur Delacour y sus acompañantes -Lindsey se fijó que al pronunciar el nombre de aquella chica la gente intercambió más comentarios que en lo que llevaban de discurso. Tampoco faltaron las miradas que se hacían unos a otros. No le extrañaba. Ella la conocía (aunque no había mantenido con ella una conversación más larga que dos frases), y conocía también su poder de seducción hacia los chicos.

Pensar en aquello la hizo calmarse un poco y esbozó una sonrisa volviéndose a atrever a mirar a los chicos y chicas que la miraban. En su escuela había mucha gente, pero ni mucho menos tanta como aquí. El discurso seguía:

-Es un caso extraño que alguien quiera cambiar de escuela, pero no imposible como acabáis de comprobar -dijo señalando a la chica con una sonrisa- y como en su escuela no hay distinción de casas, tendremos que someterla a la prueba del sombrero seleccionador -aquello sonó un tanto lúgubre. - Ya has visto como han seleccionado a los chicos de primero, pero te explicaré de forma rápida qué tiene cada casa a destacar. Los Ravenclaw, su sabiduría; Hufflepuff, su amistad y honor; Slytherin, su astucia - le habían contado que de Slytherin salían todos los magos "malos" como por ejemplo... quién tú sabes - y Gryffindor su valentía.

Cada vez que habían pronunciado una casa y su característica, los de cada casa, sentada en una mesa separada de las otras, sonreían o aplaudían. Ella se quedó pensando, y mientras Mc Gonagall se fue a buscar el sombrero ese, pensó que todos los profesores que estaban allí estaban determinados por una casa, la que eligió el sombrero cuando llegaron a primero, era... raro dejar la decisión en manos de un sombrero parlanchín... Mc Gonagall era de Gryffindor, lo había oído antes, aquél hombre moreno con cara de asco era Slytherin, no sabía si lo había oído o si simplemente era deducción suya, en cuyo caso estaba segura de que no se equivocaba. Más allá había una mujer de Hufflepuff, pero.... un momento... ¿de qué casa sería Dumblerdore?

-¿De qué casa es Dumbeldore? - Estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dió cuenta de que había formulado la pregunta en voz alta. Mierda. Algunos de los alumnos, los más cercanos, lo habían oído, pero los otros no y curiosos al ver a los primeros riendo preguntaban a voces qué había dicho.

Lindsey enrojeció. Ella y su espontaneidad. Estaba segura de que Dumbeldore se enfadaría, o incluso la castigaría. Esperaba que no fuera peor.

-Mmm... buena pregunta muchachita. -Contestó el director de la escuela, rascándose la barba y haciendo que los alumnos callaran de golpe- Eres la primera persona que se atreve a preguntármelo, y de manera tan decidida además. Me gusta... si señor.. pero malogradamente no puedo responder a tu pregunta -La miró sonriendo- Hace tantos años que ni siquiera me acuerdo...

-Dumbeldore... - Era Mc Gonagall, que estaba detrás de ellos con un sombrero bastante viejo y destartalado entre manos.

-Si, si, profesora. Lindsey, siéntate.

Ella obedeció, aún sorprendida por la respuesta de ese hombre misterioso, pero estaba contenta. Qué suerte había tenido. De repente el sombrero cayó en su cabeza, cayéndole por debajo de los ojos. Era muy grande.

-A ver, a ver, que tenemos aquí... Ravenclaw...eres inteligente pero no te veo dispuesta a entregarte tanto a la sabiduría, Hufflepuff...mm... podría ser, esa amistad y honor... pero no son tus características más destacables... - Lindsey se mordía el labio impaciente, fuá, que sombreo tan inteligente. Quería ir a sentarse con los otros pero el sombrero siguió.- Slytherin... eres astuta, muy sarcástica, jejej, me acabo de dar cuenta, pero... hay una cosa que tienes por encima de todo, la valentía y tu manera de ser tan decidida eres... -Aquello lo dijo fuerte para que todo el mundo le escuchara- GRYFFINDOR!!!

Se quitó el sombrero (tarea no tan fácil como parece) y se lo dió a la profesora, que parecía complacida. Se dirigió a la mesa de Gryffindor, la reconoció porque todo el mundo aplaudía, aunque en realidad aplaudían todas las mesas (no con tanta fuerza, pero aplaudían) menos una, Slytherin. En la mesa de Gryffindor se habían sentado ya los de primero, pero los de su curso le habían hecho un sitio. Fue sonriendo hacía allí, creía que el sombrero había acertado. Se sentó entre dos chicas, una, creía que era de un curso menos, era pelirroja e iba con dos trenzas, a la izquierda una chica de su edad, con el pelo un tanto alborotado y unos ojos verdes profundos le sonrió. Delante suyo había un chico moreno con gafas y, a su lado, delante de la chica de ojos verdes, había otro pelirrojo con pecas, debía ser hermano de la chica de las trenzas.

-Me llamo Hermione, encantada Lindsey.

-Encantada! -sonrió ella, hablaba perfectamente el inglés, pero tenía acento de su país, Francia, no tan exagerado como Fleur, pero tenía. Esperaba hacer amigos pronto, si no, resultaría aburrido. Con la cabeza señaló a los dos chicos.

-Ellos son Harry y Ron -especificó Hermione. -Y ella Ginny. -(se refería a la de las trenzas).

Se quedó pensando, Harry... ¿podía ser el famoso Harry Potter? Se levantó de su silla y acercándose a él le apartó el flequillo de la cara. Mientras los demás la miraban boquiabiertos, ¿que hacía aquella chica?, Lindsey, al apartarle el pelo al chico asustado, vió lo que esperaba ver: la cicatriz.

-Waw! ¡¡Así que es verdad!! es Harry Potter, ¡pensaba que era una trola!

Aquella chica era un tanto fresca, y descarada, y alocada, pero a todos les cayó bien con tan solo los cincos minutos que llevaban juntos. Rieron de su gesto, estaba casi encima de la mesa, y la gente la empezaba mirar. Ella rió, un poco sonrojada y se sentó correctamente.

Ya habían terminado con la comida y todos estaban llenos. Lindsey sobre todo, había comido más que Hermione y Ginny juntas, y aún así, estaba tan delgada como ellas. Sus padres decían que eso le pasaba porque era extremadamente movida, no era una persona muy calmada que digamos. Se enterneció al recordar la frase. Hacía ya unos pocos meses que no veía a su madre. Vivían juntos, ella, su padre, su madre y su hermano pequeño en Francia. Pero tres meses antes sus padres habían completado los papeles del divorcio, y su padre decidió volver a Inglaterra. Ella se fué con él, no porque lo quisiera más que a su madre ni ninguna estupidez de esas. Es porque el chico se prefirió quedar con la madre, y ella pensó que no quería dejar solo a su padre, además en Inglaterra había Hogwarts. Y eso prometía.

Mientras pensaba en eso al lado de Hermione, Ron y Harry, que se dirigían a las habitaciones se cruzaron con un chico rubio que se quedó parado delante de ellos. Detrás de él había dos chicos con pinta de ser bastante tontos. Los tres llevaban el uniforme de Slytherin y mientras miraba al chico rubio y deseaba que fuera amigo de Harry y Ron (más que nada porque era bastante guapo, o tampoco sabía si era esa la palabra...). De pronto el chico rubio habló:

-Bueno Harry, estarás contento, ya tienes un nuevo miembro a tu club de fans y seguidores -sonrió maquiavélicamente. A Lindsey no le gustó nada. Otra vez algo le recordó que el físico no lo es todo. Mientras el chico se dirigía a la puerta sin esperar respuesta de nadie, Lindsey se adelantó.

-Eh! si te piensas que por ser guapo me voy a quedar callada mirándote es que no me conoces. -El chico se paró y miró interesado a la chica- Cosa que es obvia porque te acabo de ver por primera vez, y espero que la segunda no me juzgues mal, porque chaval, yo no soy fan de nadie ni de nada y mi único jefe soy yo, entendido? -había sonado un tanto creída pero quería poner a raya al tío ese.

Los nuevos amigos de Lindsey se quedaron callados, pero enseguida reaccionaron y empezaron a reírse de la cara del rubio.

-Ya ves, Malfoy, eres tú el que te quedas sin fans ni seguidores -dijo Harry al dejar de reír.

-Creo que tendréis que poner a raya vuestra nueva amiga porque si no, se va a meter en problemas... - dijo el tal Malfoy- ...además no quiero seguidores como ella..., ni que me pagaran.

Se giró y empezó a andar con decisión, estaba seguro que lo que había dicho había dolido a la chica (en parte era mentira, era bastante mona), aunque a él también le había dolido lo que le había dicho ella, menos una cosa... sonrió solo al recordar que le había llamado guapo.

Lindsey estaba furiosa, y la verdad es que Malfoy pudo seguir sonriendo mientras andaba porque Harry y Hermione la sujetaron, si no se le habría tirado encima y le habría dado lo que se merecía: un puñetazo.

Se despidieron con Harry y Ron al legar a los dormitorios de chicas, habían entrado en la sala de Gryffindor diciendo una contraseña absurda al cuadro de una señora gorda. Que raro era ese colegio.

Al estar sola con Hermione y Ginny, ella seguía de mal humor.

-Conmigo no se mete nadie -repitió Lindsey por enésima vez.

-Lindsey me das miedo! Jajaja -dijo Ginny.

-No te preocupes, Draco es así con todo el mundo, no te vas a morir, además puedes estar contenta de haberlo dejado mal tu también.

Así que se llamaba Draco.

-Como hiciste tu una vez, ¿eh, Hermione? -rió Ginny, recordando a Hermione cuando pegó al chico.

-Calla, calla, Ginny -y rió

Lindsey seguía con cara de enfadada sin decir nada, ¡que carácter! Y Hermione y Ginny seguían riendo de cosas. Hasta que Hermione preguntó entre risas:

-Pero Lindsey, ¿de verdad lo ves guapo? ¿A Draco? Es que eres verdaderamente irónica ¿eh?

Lindsey levantó la cabeza y se la quedó mirando.

-Adivino que no te gustan los chicos musculosos, atractivos, sexys...

-Lo has acertado -rió Ginny con ganas. -Yo creo que Malfoy es guapo Lindsey, pero Hermione lo conoce desde hace demasiado tiempo como para darse cuenta de que a crecido y que esta bien, aunque sea siendo tan imbécil como el primer día.

-Je je -rió Hermione- Y es tan feo como el primer día.

A Lindsey se le había pasado ya el malhumor. Y reía con ellas.

-¿Y quién es el más guapo chicas?

Las dos se quedaron pensando, la verdad que no se fijaban mucho y no sabían que responder. Pero estaban en la habitación y acababa de entrar Parvati que dijo:

-Hola chica! Como te llamabas? -le dirigió una sonrisa y mientras la aludida respondía "Lindsey" la otra siguió -ah si, yo Parvati, y veo que preguntas por chicos guapos, ¿eh?

Lindsey asintió con la cabeza, no estaba segura de que aquella chica le gustara.

-A esas no preguntes, son unas lelas -rió su chiste -es broma chicas, pero de ese tema pocas hay mejor que yo.

Lindsey volvió a asentir.

-Yo diría que...encontramos en el primer puesto a...Cedric Diggory -Hermione y Ginny pusieron cara de indiferencia -es guapíiiiiisimo, alto, moreno, cuadrado, es dos años mayor que nosotras y... waww

-No sigas, no sigas, -dijo Lindsey- me voy a enamorar sin haberlo visto - y rió, las otras la imitaron y Parvati dejó el tema por resuelto yéndose al cuarto de baño con un suspiro.

Un poco después llegó una chica que se presentó como Lavender, y después se enganchó a la puerta del lavabo diciéndole a Parvati que tenía algo importante que decirle sobre no se que pareja nueva se acababa de formar. Dios, que emocionante.

Ginny se fue a su habitación dentro de un rato, y Hermione y ella seguieron hablando un rato desde las camas, pero enseguida el sueño las invadió a todas. Menos a Lindsey, que recordaba a su hermano y su madre, y pensaba que quizás había sido una tontería venir con su padre porque tampoco se iban a ver más que en vacaciones. Le había prometido que el primer día libre que tuviese iría a verlo.

N. del A.: Sí, sí, se lo que estáis pensando: Cedric murió hace un año. ¿¿¿Y??? En esa realidad no. Mmm... digamos que al llegar a la copa con Harry dijo que él no quería ganar, que además no había ni salido en los diarios, como si no existiese. (Recordaréis que en las ediciones de "el Profeta" hablaba solo de tres concursantes: Fleur, Víctor y Harry (que tontería, con lo que habrían vendido con fotos de Cedric : )......)?. Que sería mucho mejor que fuera él, y que si luego tuviera remordimientos le diera la mitad del dinero ganado XD. Así que Cedric vivito y coleando, ok? Ah! Y hay gente que dice que Dumbledore es Gryffindor, pero no he visto en ningún sitio que lo asegurara...

((



A la mañana siguiente Lindsey fue despertada por Hermione, siempre tan responsable. No quería llegar tarde a la primera clase del curso, ¡pero tampoco hacía falta que se levantaran tan temprano! Lindsey se puso el uniforme enseguida, y ya no tenia nada más que hacer. Mientras se peinaba se miraba en espejo. No es que fuera creída, pero le gustaba comprobar que estaba bien antes de salir de la habitación. No era muy alta, vale, era más bien bajita, delgada y con una cara muy expresiva. El pelo, largo y ligeramente ondulado, de un marrón claro le caía hacia un poco más abajo de los hombros, y los ojos grandes, de un azul más oscuro de lo normal, con pestañas muy largas, que llamaban la atención a cualquiera que la mirara. Al fin dejó de peinarse y decidió que estaba lista, mientras avisaba a las otras que las esperaba en la Sala Común.

Había muy poca gente, obvio, parecía estúpido que el primer día gente se despertara temprano solo para quedarse frente a la hoguera. En invierno sería más normal, o en mitad del curso, para terminar los deberes con los que te habías dormido la noche anterior (Lindsey estaba segura de que aquél sería su caso). No había nadie que conociera, ni Harry ni Ron. Decidió que aunque estuviera sola aquí, era mejor que no volviera a la habitación. Se quedó apoyada en la ventana, mirando fuera, ¡era tan distinto de Francia! No se dio cuenta de que pasaba el tiempo, hasta que de pronto, notó una mano en su hombro.

-Echas de menos tu país ¿eh? -era Hermione.

Lindsey esbozó una sonrisa y borró la cara de preocupación. Después negó con la cabeza.

-No, estaba pensando en lo distinto que es eso con ...mi país, pero no lo echo de menos, eso me gusta.

-¡Venga no te hagas la fuerte! -dijo Ron detrás de ella.

Ya habían llegado todos, bueno, sus nuevos amigos, y se decidieron a bajar a la clase de Defensa contra las artes oscuras. Se separaron de Ginny enseguida, ella tenía clase de Historia de la magia.

Le contaron que esa materia, defensa contra las artes oscuras, tenía cada año un profesor distinto. Y mientras esperaban el nuevo allí sentados empezaron a hablar animadamente.

-Mi favorito era Lupin -recordó Hermione.

-Me pensaba que sería Lockhart -dijo Ron de manera burlona, incluso parecía molesto. No sabía a quién se refería, pero Lindsey supuso que no era alguien que le cayera muy bien.

-A mi Lupin también me gustaba mucho -recordó Harry nostálgico.

-Yo creo que el mejor fue Ojoloco -dijo Ron, bastante serio, de manera que Lindsey reprimió las ganas de reír al oír ese nombre.

-¡Pero si ni siquiera era él!

-Ya, ¿y?

-Por cierto Harry, -dijo Hermione, cortando ya la discusión con Ron- ¿tienes notícias de Sirius?

Pero justo cuando Harry fue a abrir la boca alguien entró en la clase. El nuevo profesor. Oh, no. Era un hombre bastante viejo, con una barba muy larga. Pero se movía de manera ágil y enseguida se puso en su sitio e hizo callar a los alumnos.

No contó nada de él, y con una misteriosa sonrisa empezó la clase. Les contó más tarde Hagrid que era un exauror, lo dejó cuando los mortífagos amtaron a su hijo.)

Los alumnos lanzaron bufidos cuando les hicieron sacar el libro, se imaginaban una clase aburrida y mucha teórica. Pero Lindsey se fijó que mientras explicaba la materia, los pequeños ojos del hombre brillaban. Le gustaba lo que estaba enseñando y estaba emocionado. Solo esperaba que eso no fuera malo.

La siguiente clase era Pociones, y la tenían con los de Slytherin. No. Lindsey no sabía si podría contener sus impulsos de matar a alguien (ya sabemos quién es ese alguien). Y para el colmo, el profesor era aquél hombre de la cara de asco. Snape se llamaba.

Empezaron con la clase, y Lindsey no decía nada, mantenía su compostura, pero reía cuando Ron y Harry se metían en voz baja con el profesor. Snape terminó su explicación, dándose cuenta de que murmuraban sobre él, y dijo de forma bastante siniestra.

-Ahora los señores, Potter, Weasley, y... la chica nueva...

-Lindsey Reaver-dijo ella al instante.

-Eso, Reaver, pero no vuelva a interrumpirme. Haréis la mezcla que os acabo de contar mientras, los otros podéis hacerme las dudas que tengáis.

No. Ya había empezado con mal pie. Se había apuntado algo de lo que Snape había dicho, igual que Harry (Ron no había escuchado ni un momento). Pero no sabía si tenía suficiente información para hacer la mezcla.

-Ah, si, lo que necesitéis para el experimento me lo pedís.

Oh, no. No tenía todos los ingredientes apuntados ni de guasa, pero entre ella y Harry, y la inestimable ayuda de Hermione, cogieron todos los ingredientes necesarios.

-Señorita Granger, me ha parecido que hablaba con ellos sobre.. ¿la fórmula? -Snape se giró hacia ellos y mientras con el dedo hacia que no, dijo:- no, no, no...

Así que los tres tuvieron que arreglarse sin la ayuda de la mejor de la clase, de todas las clases. Cada uno hacía su experimento callado. De repente a Lindsey le pareció que ya estaba, y cuando gritó al profesor Snape para que lo comprobara, con tono satisfecho, del caldero empezó a salir humo violeta. Oh oh... Lindsey miró los apuntes, ese no tenía que ser el resultado... el humo se calmó y ella dejó ir un suspiro, pero no se acabó allí porque empezó a salir humo verde. Snape lo apagó con una sonrisa en los labios.

-Señorita Reaver creo que deberá volver a empezar.

Los de Slytherin rieron y a ella se le empezó a subir la sangre en la cabeza, estaba roja de rabia pero se pudo controlar, no iba a decir nada, no quería enfrentarse a su profesor, pero no pudo reprimirse al oír la voz de Malfoy:

-Ya veis, se ve que para ser Gryffindor se tiene que ser un patoso con las pociones, además de ....

-¿¡¿Además de que niñato estúpido?!? -Fiu, toda la clase se dirigió hacia Lindsey, que aún seguía.- ¿Y para ser Slytherin que se tiene que hacer? ¿Saber ponerse gomina? - Los de Gryffindor querían apoyarla pero no querían enfrentarse a Snape enfadado, todos ahogaron risas, aunque algunas escaparon.

Draco miró a Snape. Snape habló:

-Diez puntos menos para Gryffindor para insultar a un alumno.

Draco sonrió. Todo el mundo calló.

-¿Diez puntos? ¿Y a él no le bajas nada? ¡También me ha insultado!

-Diez puntos menos para Gryffindor para discutir las acciones de un profesor.

Lindsey se calló y se sentó, roja de rabia, pero no quería volver a decir nada, no por ella, por los demás, no se arrepentía de lo que había dicho, pero le sabía mal por los demás de Gryffindor. Veinte puntos menos por su culpa. Lo que no soportaría es que ganara Slytherin la competición de la casas. Ahora tenía que hacer algo para compensarlo.

Cuando Lindsey se sentó otra vez, la clase había acabado. Por fin. No sabía si podría soportar otra clase como aquella. Los alumnos empezaron a levantarse y se dirigieron hacia fuera, Lindsey seguía rabiosa, pero se levantó aparentando tranquilidad, cuando estaba a punto de cruzar la puerta algo la detuvo.

-Reaver, no se vaya tan deprisa, tengo unos deberes extras preparados justo para usted.

Al oír la voz de Snape con aquél tono le dieron ganas de estrangularlo, pero en vez de eso, sonrío a sus amigos y les dijo que no la esperaran.

Snape le dio el guión de su nuevo trabajo sonriendo, pero ella ni siquiera lo miró.

Cuando salió de clase, Lindsey estaba mucho más tranquila aunque aún tenía que irse controlando para no pegar puñetazos contra las paredes. Mierda, la clase siguiente ya había empezado y no sabía si la profesora Mc Gonagall le permitiría llegar tarde el primer día. Empezó a correr. Oh oh. No encontraba la clase. Aquello parecía un laberinto y cada vez corría más deprisa sin encontrar sus amigos ni la profesora.

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NOTA DE LA AUTORA:

Oops! Espero k os este gustando! K korte poner mi fic aki.... si llega la casualidad de k alguien lo lee... ¡k deje review! :) plis. Y me digan los fallos y lo k les gusto y esas cosas... para poder continuar (de momento tengo dos capitulos mas :P)

De momento kiero dar las gracias a mi hermana y alaya k lo leyeron y me dijeon ideas, y tb a nimph k me ayudó. (y su fic es genial XD)

Ciao! Gracias por leer eso!!!!