Hierba mala nunca muere.

-¡Mira! ¡Es enorme! ¡Será genial!-Señalaba el pelirrosa a la chica a su lado.

-En realidad no puedo ver muy bien desde aquí.-Resopló la rubia con fastidio.

Sin previo aviso (Y con bastante delicadeza) El joven la levantó y la sostuvo al borde del puente que miraba al verde campo que había señalado.

-Tienes razón. ¡Es enorme! ¡Demasiado enorme! ¡Y está al borde de un lago profundo!

-¡No seas aguafiestas Lucy! ¡Imagina!-Señaló de nuevo al campo como bosquejando sus pensamientos.- ¡Construiré una enorme casa de árbol! ¡Pondré un columpio con una llanta y construiré un muelle! ¡También la casa será muy grande! ¡La haré yo mismo! ¡Del otro lado del jardín pondré un par de porterías y le enseñaré a jugar fut-bol! ¡Ya lo verás! ¡Se divertirá como nadie! ¡Y yo jugaré con él todos los días! ¡No importa que tan agotado esté! ¡Siempre voy a estar con él!-Acarició el levemente abultado vientre de su esposa por donde la sostenía.- Y contigo.

Lucy sonrió al sentir un suave beso en su nuca.

Si existía un hombre más loco y soñador que su marido, el pobre de seguro sería desbancado apenas Natsu se enterara.

-¿Y sabes qué más puedo hacer? –Siguió hablando- Una biblioteca ¡Una enorme biblioteca para que metas los millones de libros que Levy te regala! ¡Y un jardín para que plantes flores! ¡También voy a construir un bote y saldremos cada fin de semana a pescar con Happy y el niño!

Lucy rió de nuevo poniendo su mano sobre la de Natsu.

-¿Sabes que más sería divertido Natsu?-Le dijo al chico que la miró con curiosidad.-Podríamos leerle un cuento cada noche hasta que se duerma, arroparlo y darle un beso de buenas noches.

Natsu sonrió.

Luego infló los cachetes y soltó una leve carcajada.

-¡Oye!-Exclamó Lucy golpeando su cabeza.-¡¿De qué te ríes?!

-¡Eres muy cursi!

-¡Ah! ¿Qué soy cursi? ¡Tú fuiste el que me propuso matrimonio entre fuegos artificiales de corazones!

El pelirrosa enrojeció de repente sacando una risilla a Lucy.

-¡Fue idea de Mira!

-Pero tú lo hiciste. "Lucy te amo, por favor cásate conmigo!"

-¡No lo repitas!

-"¡Lucy te amo, cásate conm…

Las palabras de la rubia fueron interrumpidas con un beso del pelirrosa.

-Eres muy molesta.-Le dijo colorado.- Además eso era verdad, aun lo es.

Lucy le sonrió de nuevo y miró al horizonte donde estaba el sueño de su esposo.

-Todo lo que dices…Es maravilloso.- Dijo ganándose una sonrisa del pelirrosa.- Pero, aunque viviéramos en una choza pequeña, sería igual de maravilloso. ¡Seremos padres Natsu!-Le dijo con entusiasmo a su marido.- ¡Ya puedo escucharlo! ¡Cómo nos llama "papá" y "mamá"!

Natsu le regaló su más grande sonrisa mientras apretaba un poco más su abrazo alrededor de Lucy… Y del futuro Dragneel.

Lucy, Natsu y Ryusei Dragneel.

Su familia.

Nada podría arruinar ese momento tan feliz en su vida.

O eso pensaba hasta que escuchó un gran estruendo a sus espaldas.

-¿Qué fue eso?-Preguntó Lucy tratando de girarse.

Pero el joven la sujetó con fuerza cuidando de no presionar el lugar donde la criatura se desarrollaba.

Ya había visto lo que se avecinaba, y era inevitable.

-Lucy, sujétate fuerte.

Esas palabras le provocaron un escalofrío a la chica.

Y luego sintió un fuerte impacto a su espalda.

Habría caído del puente de no ser porque Natsu la tenía sujeta.

Pero al voltear la mirada…

-¡NATSU!-Exclamó alarmada al ver como su esposo había sido aplastado contra la pared de ladrillo por un auto.

-Lu…cy-Articuló con esfuerzo escupiendo sangre.-¿Es..tás bien? ¿El bebé…-Tosió de nuevo.- Está bien?

-¡Natsu! ¡Tenemos que sacarte de aquí!-Se liberó del agarre del joven y se posicionó a su lado.-¡UNA AMBULANCIA!-Rogó al aire al borde de las lágrimas.-¡UNA AMBULANCIA POR FAVOR!

El hombre dentro del automóvil también estaba inconsciente y no había nadie cerca.

Desesperada, Lucy trató de mover el auto con su propia fuerza.

Pero Natsu la detuvo al tomarla de la mano.

-No…lo…ha-hagas, puedes da-dañar al bebé.

-¡NATSU!-Gritó apretando su mano.- ¡NO TE FUERCES POR FAVOR!

-Sólo dime…Lucy-Siguió el desobediente entre gemidos de dolor.- ¿Tú y el bebé… están bien?

Las lágrimas de la rubia comenzaron a brotar.

-Si…

-Me-me alegro.-Natsu apretó un poco más la mano de Lucy.-No te preocupes por mí, estaré bien.-Tosió de nuevo.- Hierba mala… Nunca muere.

Sonrió de forma irónica y su agarre en la mano de Lucy se hizo más leve mientras cerraba lentamente los ojos.

-¡Natsu! ¡No cierres los ojos! ¡Si cierras los ojos juro que voy a odiarte!-Le dijo con desesperación apretando su mano.

Pero sus reclamos fueron en vano cuando los orbes verdes se cerraron y la mano del joven cayó inerte a su lado.

-¿Natsu? ¡¿NATSU?! ¡NO! ¡DESPIERTA!-Comenzó a sollozar sin parar.- ¡Abre los ojos! ¡No me dejes sola! No nos dejes solos…

Cayó a su lado arrodillada y lloró sin control.

Habían pasado 6 años desde aquella tragedia.

Lucy miraba el lugar donde había pasado todo aquello.

Pero lo observaba de lejos, de frente, en un enorme campo verde con una casa del árbol y un columpio de neumático, atrás de ella una gran casa de madera y del lado opuesto, un pequeño rubio de ojos verdes pateaba un balón dentro de una portería.

El recuerdo la destrozaba y una lágrima rodó por su mejilla.

De repente algo la empujó por la parte interior de las rodillas haciéndola caer hacia atrás sobre un suave regazo.

-¡Eh, amargada! ¡Deja de recordar cosas tristes!-Le gritó un pelirrosa mientras le besaba el cuello y rodeaba su cintura.

Lucy rió acariciando los brazos que la abrazaban.

-Me alegra tanto que estés aquí.-Dijo con voz suave.

-¡Ya te dije! ¡Hierba mala nunca muere!

-Y tú eres de las peores.

-¡Oye, Ryusei!-Gritó al pequeño rubio que volvió la mirada.-¡Una carrera! ¡Hay que ver si puedes superar a tu padre!

El pequeño de 5 años sonrió y corrió al lado de sus padres.

-¿Listo? ¡Hasta la casa del árbol!

-¡Listo papá!-Exclamó con emoción.

-¡Te daré ventaja contra el campeón! ¡Cargaré a tu mamá! ¡Y ya sabes lo pesada que es!

-¡Yo no soy pesada!-Protesto Lucy golpeando a Natsu en la cabeza.

Natsu la ignoró.

-¡En sus marcas, listos, fuera!-Dijo Lucy.

El pequeño se echó a correr y cinco segundos después Natsu comenzó a empujar las ruedas de su silla con Lucy a bordo.

El campo era realmente extenso.

Lo sorprendente era que Natsu, además de alcanzar a su hijo, lo superó siendo el primero en tocar el tocón de la casa del árbol.

-¡El campeón sigue invicto!-Exclamó Natsu girando su silla con emoción.

El pequeño llego con las mejillas coloradas y el sudor adornando su frente.

Natsu revolvió su cabello con cariño.

-¡Tranquilo dragón! ¡Algún día podrás superarme!-Después añadió con malicia.- Al menos hasta que pueda volver a caminar. ¡Entonces si seré invencible!

Lucy, llena de ternura besó a Natsu de forma sorpresiva, sin importarle abochornar a su retoño.

-Ahí tienes tu premio, campeón.-Sonrió a Natsu.

El pelirrosa sonrió.

-¿Otra carrera?-Preguntó al aire.

Lucy le dio un leve golpe en la cabeza a la vez que se levantaba de sus piernas.

-Nop, es hora de cenar, así que vayan a lavarse las manos.

Después se dirigió al pequeño Dragneel.

-Y para ti…-Dijo mientras besaba su frente.- Premio de consolación.

-¡Hey! ¡Esos son míos!-Reclamó Natsu.

-Ya basta niños. Vamos a cenar.

Natsu resopló y entró por la puerta acompañado del pequeño Dragneel.

Lucy sonrió ante la escena.

Hierba mala nunca muere.

Pero llama ardiente nunca se rinde.

OMG! Mi primer drama.

No me gusta escribir tragedias, pero esto me vino a la mente y no pude resistir escribirlo!

Que les pareció? Sirvo para el drama? O soy un asco?

Déjenme su opinión en los reviews.

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¡Ya sé que no he actualizado LS&RR, pero es que perdí el archivo y tengo que escribirlo de cero! Va a tardar un poco más! Gomen!

Ya-nee!

Se despide Anika-chan!

°w°