Prólogo

La reina Filia llegó acompañada de sus súbditos a la recepción del castillo Celestial. Ese castillo se había construido hace mucho tiempo por todas las reinas para reunirse en casos extremos. Y este era un caso verdaderamente grave. De la recepción pasó al gran salón de cristal en el cual se encontraba una mesa dorada de la que no se veía el final. Sentados en la mesa estaban la reina del Jardín de la Esperanza; el sabio del Reino de las Nubes; Minutos y Horas, embajadores del Reino de los Relojes; Coco y Nutts, reyes de Palmier; la reina Flora; Tart, príncipe del Reino de los dulces; la reina Afrodita, de Mayor Land; la reina Royale, de Maecherland (se supone que tienen que estar todas los mandamases de las series y las películas pero no he encontrado más si sabes alguna añade so gandula). La silla presidencial estaba aún vacía, esta era para la gran reina de la Luz. Las puertas se abrieron dejando pasar a la gran reina, una vez que se acercó a la silla alzó su báculo corazón y disminuyo su estatura para poder presidir la mesa.

Mis queridos amigos – saludo, su voz parecía un susurro celestial – me alegro mucho de veros pero me temo que nuestra reunión no es motivo de júbilo. El mal y la oscuridad han vuelto a alzarse, pero esta vez de una forma terrible

Algunos ya os habréis enterado, pero para aquellos que aún lo ignoréis lo explicare. El rey Haaku, Goyan, Disparaia, Boss, Mobius, Dune, Noise, Pierrot, todos los seres malignos que creíamos desaparecidos no lo están. Han concentrado su poder para crear un ser maligno supremo, capaz de crear subalternos y cristales oscuros llamados "Rexlum", capaces de introducir la voluntad del mal en cualquier cuerpo. Desconocemos la identidad de ese ser y desgraciadamente ha fijado su mirada en las estrellas de luz.

¡Las estrellas de luz! – se sorprendió la reina Afrodita – Pero son la base del poder del bien, si estuvieran en su poder la luz se extinguiría y nada podría pararlo.

Exacto. Me temo que el enemigo ya cuenta con tres de las nueve estrellas de luz. Las demás se encuentran en paradero desconocido

Debemos hacer algo natts– dijo Nutts – Mandaremos a las guerreras legendarias Pretty Cure, las 28 podrán con ellos natts.

Ojala fuera tan fácil. El enemigo cuenta con un poder que no habíamos visto antes, además contiene la información de aquellos que se la han dado, conoce a nuestras guerreras, sabe cómo es su poder y como vencerlas.

¿Y qué podemos hacer? – preguntó Horas

Una nueva generación de guerreras. Combinando nuestros poderes conseguiremos crear los objetos de transformación para las próximas guerreros. Serán tres: Cure Moon, Cure Sun y Cure Star. Cada una contara con el poder de tres estrellas que reunirán y con las cuales podrán vencer al mal.

Es una idea excelente reina de la Luz – expuso la reina Flora – pero… - la reina dudo durante un momento – que me dice de… bueno del poder supremo… de Cure Planet

No creo que haga falta usarlo ni mencionarlo ante las nuevas guerreras. Con que usen el poder de las estrellas individualmente bastara. De todos modos su identidad se perdió hace mucho tiempo y nada se puede hacer sin ella

En ese caso majestades – dijo una voz en la sombra – dejádmelo a mí…

Capítulo 1: El encuentro entre la luna y el sol, un eclipse impresionante

¡SYLVIAAAAAAAA! – una mujer vestida como una ejecutiva entro en la habitación - ¡Se puede saber qué es esto!

Sylvia se quito sus cascos y miró a su madre. Vestida con su traje de la empresa. De la empresa que no dejaba ni un segundo, tan solo los domingos. Su madre, Bella Black, era una adicta al trabajo, y de las peores. Su padre falleció al poco de nacer ella, y sus recuerdos eran un poco borrosos. Como su madre trabajaba todos los días, la única persona que cuidaba de ella era su asistenta, Martha, una mujer bonachona que adoraba a la chica y que la chica también adoraba. Sylvia se llevaba muchísimo mejor con ella que con su madre, a la que solo parecía importarle su hija cuando llegaban las malditas cartas de la directora. Justo ese tipo de cartas que ahora su madre sostenía en la mano.

Pues…- Sylvia intentó buscarse una excusa pero sabía que no iba a librarse así que desistió antes de empezar – ¡Puf!, da igual, ya sabes que hace un año y medio que no piso las clases de ciencias y matemáticas mama, que por cierto no sé cómo demonios ha llegado hasta a ti esa carta, lo demás lo apruebo con buena nota no se dé que te quejas, tan solo suspendo esas dos y …

Basta de excusas – la mirada que le echo su madre habría sido capaz de transformarla en piedra – Escúchame bien Sylvia, tu directora en persona me ha llamado a la oficina preguntándome porque no hacía nada sobre tu falta de asistencia en esas clases ¿Cómo se te ocurre hacer semejante cosa? – suspiró y se sentó en la cama de su hija - ¿Qué voy a hacer contigo Sylvia? Me dijiste que ibas a intentar aprobarlas, ya sé que las demás no te causan tantos problemas, pero tienes que pasar limpia con TODAS las materias

¡Pero si lo he intentado!- se exasperó Sylvia – estudiaba más horas que todos los de mi clase y aún así no puedo sacar más de un 3, y luego está el profesor que me tiene una manía que no sé por qué y…

¿Y por qué no te apuntas a una academia?

Allí estaba, el mayor defecto de Sylvia: todo tenía que hacerlo sola, no necesitaba la ayuda de nadie.

Yo no necesito ayuda – dijo arrastrando las palabras – y mucho menos necesito que una madre a la que no le importo venga a gritarme lo que tengo que hacer

Pues muy bien – Bella se levantó orgullosa – haz lo que quieras, pero si vuelvo a recibir otra carta…-empezó a pensar algo de verdad le gustase a su hija, pero aquello no era fácil, apenas hablaban aunque… - te quitare del equipo de natación – antes de que Sylvia pudiera protestar su madre cerró de un portazo

¡Clara! – una chica pelirroja cogió del brazo a Clara y la condujo a una clase

Clara se dio cuenta de que no conocía a esa chica, pero como la gente solía pedirle favores todo el tiempo no se extraño. Miró a su alrededor y vio que estaba en la sala de astronomía. Un espejo le devolvió su reflejo. Una chica pálida, de ojos azul claro con unas pequeñas gafas transparentes, un pelo azabache muy liso que le llegaba a la espalda recogido en una cola de caballo, vestida con una camisa blanca y una falda vaporosa naranja claro. Sí, aquella era Clara Turner, la presidenta del club de tecnología, el gran cerebro de los ordenadores.

Señorita Turner – dijo la chica pelirroja – tenemos que pedirle un favor, pasado mañana habrá un eclipse solar y el instituto nos ha ofrecido usar un telescopio último modelo pero hay que programarlo antes y ninguna de nosotras tiene ni idea, si usted pudiera arreglarlo nos encantaría llevarlas a usted y sus amigas a ver el eclipse

¿Mis… amigas? – Clara se sintió un poco incomoda. En el club de informática se relacionaba con algunas compañeras pero no se les podía llamar amigas… quizás a Isa… - Si, claro – dijo tan fríamente como siempre – os arreglare el telescopio y asistiré a vuestra reunión

Tras hablar con la chica pelirroja se dirigió a su clase de matemáticas. Al entrar en el aula supo que había algo raro. Todas las cabezas miraban a un pupitre que a esas horas siempre estaba vacío. Sylvia. Clara se sentó detrás de ella como le correspondía y miró a la chica. Más bien bajita, de ojos marrones verdosos, pelo castaño oscuro cortado a capas que le llegaban a los hombros, llevaba una camiseta negra, unos vaqueros cortos y unas sandalias de cuña. Sylvia era una chica extraña. Este era el primer año que le tocaba en la misma clase que ella pero ya sabía quién era. En realidad no era extraño ver a Sylvia en clase, puesto que asistía a casi todas ellas, pero el año pasado no había asistido a ninguna clase de ciencias o matemáticas. Sorprendentemente había pasado de curso, quizás gracias a que su madre era una gran ejecutiva de un importante banco que solía hacer donaciones para el instituto. El caso era que Sylvia no era mala chica, de hecho era la capitana del equipo de natación que había quedado subcampeón el año pasado, era simpática con todo el mundo, quizás un poco callada pero sus ausencias y sus compañías le cosechaban una mala fama. Y es que Sylvia, cuando no se estaba entrenando en la piscina, se juntaba con el grupo de "chicas malas". La verdad es que no era un instituto problemático así que lo de "chicas malas" se refería tan solo a un grupo de chicas que suspendían siempre y se dedicaban a asustar a los novatos, que estaban liderados por Clarisse, una chica grandota que se creía la reina del instituto. El instituto McGregory era un instituto de enseñanza separada, al izquierda las chicas y a la derecha los chicos, aunque ninguna de las dos ramas se juntaban mucho, tan solo para galas especiales de graduación o festivales

Muy bien chicos – el profesor entró – hoy seguiremos con los logaritmos y … - miró hacia Sylvia y sonrió – vaya, vaya, pero si esta aquí la presidenta mundial de la asistencia y autora de los peores exámenes que he visto en mi vida

Eso es una falta de respeto – dijo ella muy seria –, no me importa lo que diga de mi pero si usa ese tono con otros alumnos pueden sentirse ofendidos además…

Y si usas ese tono conmigo puedo mandarte fuera del pasillo niña impertinente, y si quieres puedes irte porque no pienso aprobarte este curso (es la Cuervo pero en tío)

Disculpe – Clara se dirigió al profesor, que por cierto no tenía muchas amistades entre el alumnado – pero estoy de acuerdo con mi compañera, no puede referirse así a un alumno y menos decirle que no aprobara por mucho que se esfuerce

No me esperaba esto de usted señorita Turner, pero si esta tan de acuerdo puede salir con ella al pasillo – dijo abriendo la puerta – Fuera las dos

Clara se quedó congelada mientras lo decía. Nunca la habían sacado al pasillo. Sylvia la cogió del brazo y la llevó fuera bajo su atónita mirada. Una vez en el pasillo se sentaron en el suelo sin decir nada. Clara quería romper el silencio e intento entablar conversación

¿Cómo es que hoy has asistido a clase de matemáticas señorita Black?

¿Eing? – Sylvia la miró de un modo extraño. Sabía quién era esa chica. Era la presidenta del club de informática. En cierto modo le tenía envidia, ella era admirada y no parecía que nada se le diese mal – Mi madre ha descubierto mis faltas y me amenazado con quitarme del equipo de natación y eso que me gusta mucho y este año tenemos…

¡Oh es cierto! Siempre que salgo tarde de la sala de ordenadores veía a alguien entrenando en la piscina, debe de divertirte mucho

¿Divertirme? Supongo que antes lo hacía, pero tengo que centrarme tanto en los entrenamientos y en las competiciones que ahora en vez de relajarme me estresa

Quizás no sea asunto mío pero ¿no sería mejor dejar de centrarse en competiciones y divertirse?

Puede. Si me has visto entrenando es que te quedas muy tarde trabajando

Bueno… - Clara se sonrojo un poco – hay mucha gente que me pide ayuda y yo intento ayudarlos a todos así que me quita mucho tiempo pero al final me siento bien

Si… debe ser bonito que la gente te agradezca su ayuda señorita Turner

Puedes llamarme Clara señorita Black – sonrió – pero ¿por qué no intentó aprobar en vez de faltar a clase?

Tú también puedes llamarme Sylvia y… es que hubo un momento que sentí que no merecía la pena, por más que lo intentaba no conseguía nada y… - miró a Clara a los ojos, quizás a ella se lo podría contar- no me gusta pedir ayuda porque eso me hace sentir débil

Pues yo no pienso así, pedir ayuda no significa debilidad, sino valor para admitir que la necesitas, sola no puedes llegar a ningún sitio necesitas ayudas de los que te rodean. De hecho en la historia hay varios ejemplos, Ulises necesito ayuda de sus soldados para construir el caballo de Troya, era humanamente imposible hacerlo solo. – Sylvia le devolvió una sonrisa – Lo cierto es que muchas veces me siento inservible, la gente solo me pide ayuda en el momento pero no quiere nada mas de mí, me cuesta relacionarme con otra gente.

Eso no es verdad, tan solo tienes que expresar mejor tus sentimientos, no ser tan cerrada. Estoy segura de que a mucha gente le encantaría acercarse a ti, pero la fama de tus habilidades puede hacer que se sientan inseguros. Si te sirve de algo a mi me pareces una chica fantástica, y no me importaría ser tu amiga

¿De verdad? – miró a Sylvia sorprendida – entonces… ¿Te gustaría venir pasado mañana a ver un eclipse?

Clara llegó a casa muy contenta. Después de la clase de matemáticas había hablado con Sylvia en el recreo. Aquella chica le caía muy bien, aunque eran tan diferentes. Era extraño porque por primera vez había sido ella quien había ofrecido la ayuda sin que se la hubieran pedido. Le había ofrecido a Sylvia ayudarla en matemáticas y ciencias, y tras mucho insistir y darle confianza ella había aceptado. El olor de la cocina de su padre le llegó hasta allí. Su padre Peter, era cocinero y su madre Mary, era decoradora. Su casa era un precioso dúplex decorado según las últimas tendencias. Sylvia le había dicho que ella vivía en un piso a pesar de la renta de su madre, aunque ella casi nunca estaba en casa y en su lugar estaba Martha. Entró en la cocina con una sonrisa de oreja a oreja.

Hola cariño – le dijo su padre - ¿Te ha pasado algo bueno? Te veo muy sonriente

Si papa, pasado mañana me voy a ver un eclipse con una amiga – dijo mientras subía las escaleras

¿Una amiga?

Sylvia entró en su piso un tanto cansada, pero más optimista que otras veces. Esa chica, Clara, era muy simpática e inteligente. Además la había convencido para aceptar su ayuda, aunque todavía no estaba muy segura. Deseaba que llegara el día del eclipse para poder pasar el tiempo con su nueva amiga. Martha, la mujer boliviana que la cuidaba preparaba uno de sus platos multiculturales. Esta semana tocaba Noruega, y había preparado una cosa llamada Rakfisk, que consistía en pescado con cebolla y apio sobre una especia de torta de pan.

Huele estupendamente Martha – dijo acercándose al horno

De eso nada guapita – la cogió de la oreja y la alejo de la comida – No hasta que esté listo, ya lo sabes. ¿Qué tal el instituto?

Bien. He conocido a una chica llamada Clara. Es muy lista y se ha ofrecido a darme clases aunque…

Vaya, vaya, parece que la Luna por fin ha entrado en la trayectoria del Sol

¿Cómo?

Que por fin comprendes que no es nada malo pedir ayuda – le revolvió un poco el pelo – esa chica te hará bien. Ella te ayuda a aprender conocimientos, y tu le ayudas a expresar sus sentimiento, así os complementareis. Aunque aun os falta una

¿Una? – se extrañó ella, algunas veces Martha decía cosas extrañas - ¿Qué una?

Nada – miró el horno – Esto ya está, vamos a comer

Clarisse esperaba con sus chicas a la entrada del instituto. Vio acercarse a Sylvia a lo lejos, pero se fijó en que iba con otra chica. Clara. La cerebrito de los ordenadores. ¿Qué hacía Sylvia con esa chica? Era cierto que no era miembro del grupo exactamente pero aun así no le gustaba que se alejara mucho de ellas. Clara entró en el instituto, con Sylvia detrás, pero Clarisse la cogió por el brazo y la arrastró a un rincón. Sylvia le hizo un gesto a Clara para que siguiese

¿Qué te traes con "esa"? – interrogó Clarisse

Se llama Clara – se enfadó Sylvia – y no me traigo nada. Me cae bien y es simpática. No tengo por qué darte explicaciones

Se soltó de su brazo y se dirigió a clase.

Isa miró a Clara, mientras esta programaba un telescopio último modelo para las de astronomía. Mañana por la mañana iba a ir a verlo con ellas. Le había ofrecido ir pero no podía ya que tenía que terminar un trabajo. Clara y ella no se conocían demasiado aunque habían estado juntas en el club muchísimo tiempo, pero ninguna de las dos había hecho nunca ningún ademán de conocerse realmente. Por eso le había extrañado que esa tarde Clara hubiese empezado a preguntarle cosas como donde vivía, que le gustara y cosas así. Y lo extraño era que eso le gustaba, poder tener de amiga a Clara era estupendo, y seguro que lo mismo pensaba Sylvia, la nueva amiga que había hecho

Sylvia se metió al agua de cabeza y se deslizó hasta mitad de la piscina. Volvió a salir y nadó suavemente dejando que sus problemas flotaran lejos. Su equipo acababa de llegar así que se acerco al bordillo y se dirigió a su segunda, Emma.

Muy bien chicas – les salpicó un poco de agua – ¿que se supone que hace el equipo de natación fuera del agua? Emma y yo tenemos que hablar las demás comenzad con el calentamiento, después haced unos 10 de mariposa y carrera de relevos.

Las chicas se zambulleron en el agua alegremente. Emma se sumergió y se acercó a Sylvia mientras esta se colocaba bien el gorro de piscina. Le extrañaba que la capitana estuviera de tan buen humor, ya que normalmente solía obsesionarse con los entrenamientos, pero aquel día parecía diferente. Sylvia la miró y comenzó a proponerle nuevas formas de entrenamiento más divertidas y que serian igual de efectivas. Decía que hacía poco se había dado cuenta de que habían perdido el verdadero espíritu del equipo.

La mañana del eclipse apareció oscura. El cielo estaba lleno de oscuras y tenebrosas nubes negras. Sylvia llegó corriendo a la ladera donde se iba a ver el eclipse. Allí estaban las integrantes del club de astronomía y dando unos últimos retoques al telescopio, Clara

Hola Clara ¿se verá el eclipse con tantas nubes?

Hola Sylvia, pues la verdad es que no lo sé, lo más probable es que no

¡Oh no, oh no! – la chica pelirroja, que por lo visto se llamaba Natalie, daba vueltas por todos lados – tiene que verse, tiene que verse… ¡Ya lo tengo! Hay una ladera al otro lado ¡Chicas! Vamos a ver si desde allí se puede ver el eclipse – se giró y se dirigió a Clara – Señorita Turner, le importaría quedarse aquí con su amiga mientras vamos a ver si podemos trasladarnos al otro lado

Antes siquiera de que pudiera contestar, Natalie ya se había ido corriendo. Las dos se quedaron solas mirando las oscuras nubes. Empezaron a hablar sobre sus respectivos hobbies y, no sabían muy bien como acabaron hablando del universo

Mi astro favorito es la Luna, da mucha serenidad y es muy mística y…– dijo Sylvia

El mío es el Sol, tiene gracia que los astros favoritos de las dos se vayan a juntar hoy, es tan curioso como esa cosa luminosa que se acerca en forma de luna

Si, es verdad, y mira hay otra acercándose con forma de sol

Al instante se dieron cuenta de algo. Dos cosas luminosas con forma de sol y de luna se acercaban peligrosamente rápido hacia su dirección. Aquello no era normal. Sylvia arrastró a Clara fuera de la trayectoria de los objetos que se estamparon estrepitosamente en el suelo dejando una pequeña columna de humo. Se acercaron y miraron en el hueco, en ellos había dos espejos. Uno con forma de luna menguante de color negro con bordes rosas y decorados dorados, que al abrirlo tenia a un lado un espejo y al otro unas plaquitas con tres huecos con forma de estrella. El otro tenía forma de sol de color blanco con bordes naranjas y decorados dorados, al abrirlo contenía también un espejo y las tres placas con tres huecos. Ambos tenía en común un signo en su carátula: una estrella que contenía una luna que rodeaba un sol. Sylvia cogió el primero y Clara el segundo. Iban a empezar a hablar cuando otra esfera luminosa, está más rápida, de estrelló contra la cabeza de Sylvia. La esfera se transformó en un perro de raza parecida al Beagle, pero mucho más pequeño, unas orejas más grandes y la misma marca de los espejo en la frente.

Pero… ¡Si es un perro! – se asombró Clara

¿A quién llamas perro dodi? – habló el perro – Yo soy Doggy, el guía de las estrellas dodi.

¡UN PERRO QUE HABLAAA!

No grites Clara – Sylvia acababa de levantarse del trastazo

De repente el suelo comenzó a temblar violentamente y la tierra se abrió en dos dejando salir una columna de magia oscura. Cuando la magia se hubo disipado apareció un chico volando en el cielo. Tenía el pelo corto de color rojo, los ojos del mismo color, vestía un traje parecido al de Aladino pero en tonos negros y verdes. Las miró con una sonrisa sarcástica

Los perritos buenos no buscan aliadas – dijo con una voz ridícula – Los perritos buenos le dan a Vlady las estrellas de luz

¿Estrellas de luz? – se extraño Sylvia

¿Aliadas? – se preguntó Clara

Rápido dodi – el perro se giró hacia ellas – no hay tiempo. Habéis sido elegidas para ser las nuevas guerreros legendarias. Abrid los espejos y decid "Pretty Cure" tiradlos hacia arriba y – se dirigió a Sylvia- tú dices "Power of the moon" y tú – se giró hacia Clara – di "Power of the sun" y finalmente "Change it" dodi

Esto… ¿eso no es muy largo? Además te crees que en estas situaciones voy a hacer caso a un perro parlante – Doggy le hecho una mirada asesina a Sylvia – Vale voy yo primero

Sylvia abrió el espejo de luna y cuando le devolvió su reflejo gritó "Pretty Cure". El suelo a su alrededor se ilumino formando una luna, tiró el espejo hacia arriba y dijo "Power of the moon", arriba el espejo se dividió en dos partes y se quedó flotando enfrente de Sylvia que repitió las palabras de Doggy "Change it". Una cinta de luz salió flotando hacia arriba mientras la parte del espejo se pego en el pecho de Sylvia. De ello surgió un lacito rosa que se enganchaba a una especie de chaqueta negra con los bordes rosas que acababan a los lados en punta y se dividía por la mitad. En sus manos aparecieron unos guantes que le llegaban hasta la mitad de los dedos y que, al igual que la chaqueta, eran de color negro con los bordes rosas y una línea del mismo color a mitad del guante, con el dibujo de una luna en el canto de la mano, sus uñas se pintaron de rosa. En la parte inferior había unos pantalones cortos negros que acababan en punta al igual que la chaqueta con sus bordes rosas. Sus zapatos eran unas botas altas negras con el mismo acabado en punta con bordes y cordones rosas, y con el dibujo de una luna en el talón. La cinta de luz volvió y se transformó en una cinta rosa que rodeo el pantalón como un cinturón con una hebilla en forma de luna (me he inspirado en Cure Black) y que llegaba al suelo. Su pelo se alisó y dos mechones se trenzaron y se juntaron por detrás, enganchándose la otra parte del espejo en la unión de los dos mechones. Su color cambio a un negro brillante y en su frente apareció la marca de una luna. Cuando la transformación hubo finalizado dijo: "El deslumbrar de la luna que disipa las sombras, Cure Moon".

Clara hizo lo mismo que Sylvia pero cambiando la frase "Power of the moon" por "Power of the sun". Otra cinta de luz flotó hacia arriba, y la parte del espejo con forma de sol se pego en el pecho de Clara, del que salió un lazo de color naranja, unido a una chaqueta del mismo estilo que Moon pero de color blanco con bordes naranjas y un poco más larga. En sus manos aparecieron otros guantes pero eran más cortos y se abrían a un lado, con el dibujo de un sol en el canto de la mano, sus uñas se pintaron de naranja. Debajo de la chaqueta apareció una falda larga blanca con los bordes naranjas que se abría a un lado un poco antes de llegar a la rodilla (como Cure Moonlight pero a un lado). En sus pies aparecieron unos delicados taconcitos blancos con un sol en la punta. La cinta volvió y se enrollo alrededor de su cintura formando un lazo pomposo de color naranja al lado. Su pelo se alargo hasta el suelo y adquirió un color naranja, recogido con una diadema dorada entrelazada. La otra parte del espejo apareció ensamblada a la diadema. En su frente se dibujo un sol y sus gafas desaparecieron. Cuando todo hubo acabado dijo: "El brillo del sol que combate el mal, Cure Sun"

¿Cure Moon?

¿Cure Sun?

¿Qué acaba de pasar?- dijeron al unísono

Mal, mal, mal, muy, muy mal – dijo Vlady – me vais a tener que obligar a llamar a un Rexlum – sacó del bolsillo un cristal negro y lo lanzó. El cristal chocó contra el telescopio que se transformo en un monstruo

Rexlum – gruñó el monstruo

Echó su brazo atrás y se dispuso a golpear el sitio donde estaban Moon y Sun aun atónitas por la transformación. Justo cuando el puño iba a darle a las dos, saltaron unos 10 metros hacia arriba y aterrizaron en el suelo sin hacerse daño. Las dos se miraron sin poder creer lo que habían hecho. Podían saltar alturas increíbles, eran muy rápidas, y los movimientos de combate salían por si solos. El monstruo volvió a atacar, Moon aprovechó su lentitud y salto para darle una patada en la cara mientras Sun corría a hacerle la zancadilla. El Rexlum cayó y se hundió.

¡Toma ya! – aclamó Moon mientras chocaba los cinco con Sun – No sé lo que acaba de pasar pero le hemos dado una paliza a ese bicho

No cantéis victoria dodi. Tan solo lo habéis aturdido, tenéis que usar el poder de los espejos dodi

Iré yo primero – dijo Sun

"Pretty Cure" gritó Sun mientras la cinta de su cintura desaparecía y se transformaba en la silueta de un sol enfrente de ella. Pasó la mano por el espejo dejando que mandara un pequeño rayo a la silueta y dijo "Shining Sun" Un rayo con forma se sol salió disparado hacia el Rexlum. Mientras tanto Moon seguía los pasos de Sun, su cinta se convirtió en la silueta de una luna y gritó "Shining Moon". Los dos rayos se juntaron y disolvieron el Rexlum, cuyo cristal se rompió en mil pedazos.

Suerte, solo habéis tenido suerte – murmuró Vlady mientras desaparecía

Increíble dodi – Doggy saltaba de alegría – Es un comienzo grandioso, ya solo tenemos que encontrar a la otra y empezar la búsqueda dodi

Espera un momento – Sylvia había vuelto a su forma original – Tú tienes que explicarnos muchas cosas

Doggy no pudo decir más porque justamente en ese momento volvían Natalie y sus amigas. Las nubes se habían disipado y el eclipse se veía perfectamente. El telescopio no había resultado dañado, y Clara había guardado a Doggy en la mochila que se había traído. Las dos se sentaron en la hierba con las gafas adaptadas. La luna pasando por delante del sol. Era un espectáculo precioso. "No sé lo que va pasar a continuación" pensó Sylvia "Pero lo que viene parece bastante interesante, y seguro que con Clara todo es más fácil"