Aquí está el epílogo, había pensando en ya no hacerlo porque vi que muchos estaban contentos con el final, pero los mimos que lo decían también pedían el epílogo así que dije bueno pues si lo subo. También vi que a muchos les pareció poco que Alucard e Integra sólo vivieran juntos 200 años, decidí aumentarle la cifra a 500 (más años se me haría demasiado) voy a editar el anterior capítulo para que diga 500.

El nombre de del capítulo es una canción de Queen llamada Who Wants to Live Forever? -me encanta Queen-, bueno eso es todo los dejo para que lean.


Epílogo: ¿Quién Quiere Vivir Para Siempre?

En una bella casa de dos pisos con vista al mar, se encontraba un hombre de pelo castaño en el balcón descansando cómodamente en una hamaca, tenía su único ojo cerrado y su larga trenza caía casi rozando el suelo, vestía con unos bermudas cafés y no tenía camisa. Poco después entró una chica rubia de pelo corto con minifalda de mezclilla y una blusa rosa muy ceñida en el busto, llevaba en la mano un vaso con un refrescante líquido rojo con hielos.

Seras se acercó al barandal del balcón contemplando el mar y el cielo, observando como daba la impresión de que se unían y viendo una parvada de gaviotas pasar. Hacía años que la organización había sido clausurada y ella y Pip se habían ido a vivir a Francia; tenían bastante dinero, ya que el dinero que les había pagado Integra cuando vivía nunca lo había gastado, no necesitaba gastarlo así que con los ahorros de ellos durante los años de servicio leal a Hellsing se compraron una bella casa en con vista al mar, Seras siempre había soñado con una casa así y Pip estuvo de acuerdo.

Él había pensado que moriría siendo un mercenario como su padre, así que nunca hizo planes a futuro, y ella había soñado con casarse y volver a tener una familia feliz como la que había perdido cuando era niña. Nunca habían pensado que terminarían siendo vampiros vagando en la eternidad, nunca tendrían hijos pero al menos no estarían solos, de hecho para ellos no había nada mejor que pasar la eternidad a lado de la persona que más amas.

Seras era feliz nunca había estado en Francia, de hecho nunca había salido de Londres, salvo aquella vez que sir Integra la llevó a Italia y le dio un recorrido por distintos museos a pesar de que en ese entonces no contaba con mucho dinero. Su ama y su maestro ¿Qué sería de ellos? ¿Serían felices?

—No te preocupes por ellos mignonette—. Extendió los brazos y ella fue a su lado recostándose junto a él. —Deben de ser felices al igual que nosotros, ellos pelan y se enojan hasta más fuerte que nosotros pero al final no pueden estar separados, por más que quisieran alejarse el uno del otro, no soportan estar sin el otro, menos ahora que son eternos. Así que no estés preocupada por ellos—. La abrazó acercándola a él, poniendo una mano en su cabello y otra en su espalda, esa mano empezó a descender hasta llegar a la minifalda y poco a poco fue metiéndose debajo de la tela.

—¡Pip!

—¿Qué?—. Se hizo el inocente. —Yo sólo te estoy abrazando.

: : : : : : : :

—¿Que tienes? Cuando suspiras de esa manera y ves la luna sé que algo no va bien contigo—. Alucard se acercó a Integra que estaba sentada en la banca del jardín mirando la luna y el hermoso cielo estrellado.

—¿No te parece que hemos visto demasiado de este mundo?

Él se quedó paralizado un momento, no se esperaba eso, aunque sabía que Integra sería la primera en sugerir algo como eso pero no esperaba que lo hiciera ahora. —¿Tan pronto?

—¿Pronto? Hemos vivido ya 200 años.

—Los mejores 200 años de mi no vida.

—Últimamente hemos peleado mucho.

—Discutimos todos los días desde que nos conocemos, de hecho me siento mal cuando no peleamos.

—Hemos visitado muchos lugares: museos, bosques, lagos, desiertos, selvas, ríos, montañas; hemos viajado en barco, en tren, en avión, en auto y hasta en bicicleta. Hemos visto ya muchas películas con efectos especiales, adelantos tecnológicos, catástrofes naturales, en fin, no creo que el mundo tenga más para mostrarnos.

—Esperaba vivir junto a ti mil años más.

—Yo creo que es mejor ponerle fin ahora, a veces cuando las cosas se alargan demasiado se vuelven tediosas, aburridas y monótonas, nosotros aún no llegamos a eso y es preferible terminar con un recuerdo bueno. O de lo contrario tal vez lleguemos a hartarnos el uno del otro y separarnos viviendo solos la eternidad.

—Yo no me separaré de ti incluso si me lo pidieras, sería en lo único que te desobedeciera.

—¿Lo único? Si eso fuera así no pelearíamos tanto.

—Lo que sucede es que quieres que todo sea a tu manera, y yo tengo que obedecer aun cuando esté en desacuerdo pues juré cumplir con todas tu órdenes. Ojalá algún día me ames más a mí que a tu orgullo.

—¿Que yo amo más a mi orgullo?

—Efectivamente.

—Alucard ¿cuantas veces no he hecho a un lado mis planes por hacer lo que tú quieres? Nunca tuve un novio en mi adolescencia porque tú te molestabas, nunca bailé con nadie más que contigo, no me casé con Frederick porque tú saliste de quien sabe dónde a perturbar la mente de Seras y nos separara. Te esperé 30 años, me uní a ti a pesar de que siempre juré no hacerlo y morir como una humana normal. ¿Te parece poco?

—No, sé que has hecho grandes sacrificios, pero quiero que hagas un sacrificio más por mí, será el último que hagas: te pido que por favor no desaparezcamos ahora, sé que tú no quieres vivir por milenios pero vivir 1000 años más, no estaría mal. Todavía no quiero perderte; no sé qué haya después de la muerte, nunca he cruzado el río, pero estoy seguro de que iré al infierno y tú al cielo, estaré una larga eternidad sin ti y no quiero eso. Ya me he acostumbrado a tenerte despertar y verte cada noche. Sé que una vez cruzando la delgada línea que nos separa de la muerte tú y yo nos separaremos; no querrás ir conmigo al infierno y menos si sabes que tu adorado padre y tu adorado Walter te esperan en el cielo. Me dejarás, porque para ti ellos son más importantes que yo. Y tengo miedo de no volverte a ver nunca por toda la eternidad; 30 años sin tu presencia fueron el infierno para mí, no quisiera imaginar cómo sería vivir la eternidad en el infierno sin ti.

—Alucard ni siquiera es seguro que yo vaya al cielo, no deberías estar preocupado.

—Irás al cielo Integra, tú no eres un monstruo, conozco a muchos monstruos tanto humanos como no humanos y tú nunca fuiste uno de ellos, siempre has mantenido tu humanidad, incluso ahora que eres vampiro sólo bebes la sangre de criminales. No matas por matar no disfrutas con ello, yo sí, si no fuera por ti seguiría siendo una oveja perdida matando a diestra y siniestra. Tú eres lo mejor que me ha pasado.

Integra se quedó callada, por un instante quiso decirle que se sacrificaría nuevamente e iría al infierno con él, pero no quiso prometerle algo que probablemente no cumpliría; él tenía razón, si veía a su padre en el cielo querrá estar con él y con un poco de suerte tal vez vea a la madre que nunca conoció. Así que sólo lo abrazó, no tenía palabras para tranquilizarlo, ¿por qué nunca podía dar palabras de consuelo? Lo mismo le sucedía con Seras cuando ella estaba triste y no tenía maneras de consolarla y se limitaba a darle un abrazo.

Él se recostó en sus piernas y ella acercó su cara a la de él, besó su sien percatándose de que estaba llorando. —No llores, por favor—. Limpió su lágrima. —Una vez me dijiste que nada era para siempre, ni siquiera la muerte; dime ¿quién quiere vivir para siempre cuando el amor debe morir? Sólo tenemos el presente, incluso si somos vampiros, para siempre es nuestro hoy. Este mundo sólo tiene un dulce momento único para nosotros, y podemos tenerlo para siempre y amar para siempre—. Volteó su rostro para que la mirara y le besó sus lágrimas.

Alucard sabía más que nadie en el mundo que los momentos felices son sólo un suspiro y luego desaparecen, especialmente cuando se trata de él; ¿y si el prolongar demasiado su existencia acaba con el momento feliz? ¿No sería mejor desaparecer cuando se es feliz y dure para siempre tal y como dice Integra?

—Haré otro sacrificio más por ti: viviremos otros trescientos años más, serán 500 años juntos, la mitad de lo que sugeriste.

—Me conformo con eso—. Sonrió complacido, ella lo amaba, de eso estaba seguro, lo amaba más de lo que a ella le gustaría admitir; pero él la amaba todavía el triple, la única mujer a la que idolatraba, seguiría y serviría ciegamente por tantos años como ella desee vivir e incluso más allá de la muerte; jamás en su vida y no vida había sentido tanta devoción y amor hacia alguien. —Ahora volvamos a nuestra habitación—. Se incorporó y abrazó a su ama.

—¿No me digas que te estás congelado?—. Dijo en tono burlón.

—No, me estoy calentando—. La besó y ambos desaparecieron en medio de la noche y esa fue una de las muchas, muchas noches memorables en los que ambos cedían a las caricias del otro en lugar de ceder a su orgullo propio.


La mayoría de las palabras de consuelo que Integra le dice a Alucard son frases de la canción de Queen. Bueno eso es todo, aquí concluye esta historia, espero que les haya gustado el epílogo y si no les gusta lo borro, ustedes mandan. Espero sus reviews ansiosamente, y gracias a todos por seguir esta historia y por sus comentarios

Muchas gracias a:

LaLechugaLoca

Panakeias

Mell Dragneel Knox

Celtica Rous

Reeth Westerna

la-novh94

yolandachiku

ayelen rock

celeste

Mell Dragneel Knox

Dulce Tiramisu

SaTaNaLy

VladTurunen

yuuko-uzumaki

Vilma

ChaneKiin.n

SirCJ

Rndomfan

ana hellsing

troublemaker

ana

andersonforever

mockingjaypins

Vanilla Flower