Si lo se he tardado y una eternidad, la verdad no habia tenido nada de imaginacion y me quede estancada supongo que por tratarse de temas como el amor pues es obvio que de eso no se mucho, pero ya estoy lista para continuar, prometo actualizar lo mas pronto que se pueda tardare maximo un mes en publicar, espero que todavia alla gente leyendo mis fics.

Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece y tampoco sus personajes.

Día dos

A pesar de saber que ya había perdido un día, no era capaz de imaginarse así mismo confesándosele a Shindou o planeando alguna "Jugada" con él, ósea, él era Kirino Ranmaru, no era capaz de una cosa así.

Pero tenía que hacerlo sino su amado pianista moriría, aunque cabía la posibilidad de pasar todos estos días con él, divertirse al máximo con él y luego cuando llegara el momento y el muriera, suicidarse para…

No

En que pensaba, ¿Morir? Solo tenía 14 años no iba a morir a los 14 años tenía todavía muchos planes y expectativas (muchas de las cuales incluían a Shindou) pero sabía que si Takuto moría el moriría en vida.

Estaba decidido iba a conquistarlo, ¿Cómo? No tenía ni la menor idea pero que lo haría lo haría.

Y así mientras caminaba hacia la escuela ensimismado en sus pensamientos, pudo ver un cabello plateado y largo.

Corrió tras él.

-Tsuki- Grito el pelirosa, la aludida giro la cabeza y al darse cuenta de quién era le sonrió.

-Hola Kirino ¿Cómo estás?- Pregunto como si fueran amigos de toda la vida, siendo ella una chica normal, cosa que el pelirosa sabia no era así.

Kirino la miro molesto al llegar a su lado, recordaba perfectamente como había negado que lo conocía frente a Tsurugi y el hecho de que ahora lo tratara tan bien le molestaba.

-¿Se puede saber, porque ayer decidiste abandonarme cuando le dije a Kyosuke quien eras?- pregunto con enojo contenido el Ojiazul.

La chica sonrió de medio lado y le dio un golpe en la cabeza.

-No seas tonto, nosotras somos diosas, seres sobrenaturales, para muchos ni siquiera existimos- Dijo Tsuki, alegre- No podemos ir por ahí diciendo que somos las encargadas de preparar y llevarnos las almas de aquellos humanos que mueren, la gente nos creería locas- dijo como si le horrorizara aunque le divertía la idea- además me encanto ver tu expresión de "No puedo creer que todo esto me esté pasando a mi" fue tan graciosa, al rato me estaba muriendo de la risa junto con mi hermana, Créeme ella se ríe- dijo al darse cuenta que él estaba a punto de decir algo como "¿Hana tiene sentido del humor?"- sé que parece seria, amargada y todo eso pero una vez que la conoces te das cuenta de que no es así, solo que se toma su trabajo muy enserio.

-Vale, vale ya entendí tu hermana tiene sentido del humor.

-¿Estaban hablando de mí?- Un escalofrió recorrió la espalda de Kirino, se volteo de golpe y ahí donde hace un momento creía no había nadie estaba la peliazul, con semblante aburrido y serio.

-¿Cuándo…?- No fue capaz de terminar porque Tsuki lo interrumpió.

-Vamos Hermanita, no estés tan aburrida vamos a presenciar una interesante novela Yaoi y tú haces cara de zombi.

-Soy la muerte- Dijo sarcástica- ¿Qué esperabas?

-Más emoción hermanita- Contesto sacándole la lengua.

-Tendría más emoción si me hubieras consultado lo que planeabas- Empezaba a levantar la voz Hana.

-¡No todo lo que hago tiene que ser con tu permiso!- Las cosas empezaban a salirse de control.

-SI, SI TIENE QUE VER CON NUESTRO TRABAJAO, NIÑA MALCRIADA. PARA TENER MAS DE CUATRO MIL AÑOS SIGUES SIENDO UN NIÑA INFANTIL.

-Y TU UNA AGUAFIESTAS

-FASTIDIOSA

-ABURRIDA

Kirino solo veía la escena con una gotita en la cabeza, ¿Quién lo diría en la tierra o en el cielo los hermanos se peleaban?

-Chicas- Llamo el pelirosa tratando de calmarlas.

-¿QUÉ?- Gritaron las dos al mismo tiempo, el ojiazul se arrepintió de haberlas molestado, pero tenía asuntos que atender como pensar en cómo conquistar al pianista, no tenía tiempo para esto.

-Tienen que ayudarme a conquistar a Shindou, darme más tiempo o algo, no sé qué hacer- Bajo la cabeza en señal de frustración.

Las chicas lo miraron tristemente y olvidaron su enojo.

-No podemos ayudarte a conquistarlo- Dijo Tsuki con tristeza.

-Tampoco podemos darte más tiempo- Dijo Hana algo conmovida- Un trato es un trato.

Las chicas se miraron un momento, Hana tomo la mano de Tsuki, luego la soltó y asintieron con la cabeza, Kirino recordó que la peliazul tenía la capacidad de obtener información y robar la energía vital de una persona con solo tocarla.

-Pero si podemos ayudarte con algo- Dijo más emocionada la peliplata.

-¿Cómo?- Pregunto esperanzado el pelirosa.

-Fácil, te daremos un amigo- dijo la peliazul.

-¿Un amigo? No gracias creo que ya tengo muchos, sin olvidar que me termine enamorando de uno.

-No nos referíamos a eso, Baka, lo que mi hermana quiere decir que podemos hacer que uno de tus amigos…

-Pero solo uno- interrumpió Hana.

-Sí, sí solo uno, que conozca todo esta situación y te ayude a conquistar a Shindou.

-Te aconsejo que elijas con cuidado porque una vez que escojas no podrás cambiar de compañero, tienes hasta mañana en la noche para decidirte- Dijo la peliplata.

-Después de todo sabemos que no planeabas decirle nada, ni intentar nada con Shindou hasta que saliera del hospital en dos días.

-¿Cómo lo…?- Solo lo había pensado, por lo que se sorprendió al escucharlas decir eso.

-Los sabemos, casi todo- Dijeron al unísono.

-Así que no te sorprendas…-Dijo Tsuki

-Cuando sepamos algo…-Contesto su hermana

-Que quieras esconder…

-Querido Kirino…

-Dejen de hacer eso, asusta- dijo el defensa.

-¿Hacer…

-Que? - Y se rieron estrepitosamente, llamando la atención de las personas que estaban cerca.

Kirino estuvo a punto de golpearlas sino fuera porque sabía dos cosas. La primera (Y la menos importante): Eran chicas y no podía golpear a una chica como el caballero que era, y la Segunda: Si les hacía algo lo más probables es que le hicieran algo aun peor, sabía que no debía meterse con las mujeres conocía lo que algunos llamaban "Poder femenino" y dolía, más aun de pensar que eran dos diosas de la muerte contra un pobre e indefenso mortal.

-Vale, vale ya no jugaremos más, solo nos queríamos divertir, a veces es aburrido solo aparecer y llevarnos el alma de una persona- Dijo Hana algo avergonzada por su comportamiento infantil- En fin ya escuchaste el trato, tienes 13 días para conquistar a Shindou, no te podemos ayudar, pero puedes ser ayudado por otra persona. ¿Entendido?

-Si por supuesto

-Ah y una cosa más, No puedes decirle nada a Shindou, es una clausula más del contrato por haber agregado a lo del amigo-ayudante- Dijo Tsuki que para variar estaba seria.

-¿Cómo si planeara decirle? Creo que me creería loco o algo.

-Hay algo importante que debes saber- dijo Tsuki todavía seria.

-Shindou sospecha de nuestra existencia ¿Cierto?-Dijo la peliplata tan seria como siempre.

El pelirosa asintió.

-No estoy seguro pero dice que "ese día"- Dijo Kirino recordando la noche en que las conoció- había alguien más y cuando le mencione un chiste de que era imposible que la muerte viniera por él se puso muy serio, y ahora que lo pienso puede ser que el crea posible su existencia.

-No puedes dejar que lo sepa- Dijeron al unísono.

-¿Por qué no?

-Son las reglas que se nos impusieron desde que se nos asignó el trabajo, no podemos dejar que ningún humano que está en nuestro punto de mira sepa que existimos a no ser que ya sea 100% seguro de que va a morir inmediatamente, pero con lo del trato- Hana miro a su hermana mientras hablaba- Nos hemos mostrado por primera vez a un mortal que está fuertemente relacionado con la victima eso no debió haber pasado, pero como ya no podemos cambiar nada debemos aceptar el destino incierto que nos espera.

-¿Soy al primer mortal al que se le muestran?

-No, ya nos habíamos presentado ante mortales antes solo que no eran tan emocionalmente cercanos a la víctima, personas como primos lejanos, compañeros, conocidos o incluso el doctor, pero no más.

-¿Y cuáles eran los tratos para salvarlos?

-Algo simple como besarlo, buscarnos algo de comer, lo más rico de la región, hacernos reír, cosa que si no queremos no es nada fácil y así, muchos no se salvaron, pero muchos sí.

-¿Por qué decidieron hacer un trato conmigo?- Pregunto inquieto el pelirosa.

Las dos se miraron pero en lugar de responder, le dijeron.

-Vas a llegar tarde a la escuela- Kirino miro la hora ya eran más de las 12 ya no tenía caso ir después de todo las clases comenzaban a las 8 y terminaban a las 3:30, sin contar de que su casa al colegio era más de media hora si llegaba llegaría aproximadamente a la 1, no valía la pena.

-Ya llegue tarde por más de cuatro horas, el tiempo vuela cuando estoy con ustedes, bueno ¿podrían responder a mi pregunta?

-Vamos Julieta debes ir visitar a tu Romeo, si no vas al colegio al menos aprovecha el tiempo para ver a Shindou- dijo Tsuki, apremiándolo mientras lo empujaba hacia la dirección del hospital.

Kirino quería replicar algo pero cuando se volteo ya no estaban.

Esas dos le ocultaban algo y trataría de averiguar de qué se trataba, pero por ahora ellas tenían razón si no iba al colegio debía ir con Shindou que aunque sabía que lo regañaría no le importaba mientras pudiera estar cerca de él.

Al llegar al hospital pidió a la enfermera permiso de pasar y se fue directo a la habitación de Shindou, no sin antes buscar una máquina y sacar de ahí algo de comer y tomar, pues eran más de las doce y se había quedado toda la mañana conversando con esas dos en la calle.

Entro al cuarto de Shindou comiendo un Sándwich con gaseosa, el pianista estaba leyendo un libro y cuando se dio cuenta de que Kirino entraba se sorprendió, no esperaba que el llegara sino hasta las cuatro, lo miro de arriba abajo reprobatoriamente, sabía que no había entrado a clases y eso le preocupo.

-¿No deberías estar en el colegio?-Pregunto el estratega.

-Bueno, es que ayer estaba tan cansado que me quede dormido y me desperté hace poco, ya era tarde para ir al colegio así que vine para acá- se excusó el defensa, inventando lo primero que se le vino a la cabeza que tenía un sentido lógico.

-Entonces ¿Por qué traes el uniforme, si ya sabias que no alcanzabas a ir a la escuela?

¿Qué buenas preguntas hacia? Pensó Kirino, no tenía ni idea de cómo contestar a eso.

-Pues… etto… Veras trate de ir a la escuela aunque fuera tarde pero no me dejaron entrar así que no tuve más remedio que venir aquí- dijo el joven pelirosado. Shindou enarco una ceja.

-Sabias que cuando la gente dice cosas como "Pues o etto" antes de iniciar una oración es completamente probable que este mintiendo porque en el tiempo en el que la persona lo dice se está inventando una mentira- dijo el pianista, mirándolo fijamente.

-¿Quién te dijo esa vil mentira?- trato de defenderse Kirino.

-¿Desde cuándo algo que lees en un libro es mentira?

-¿Qué tan viejo es el libro?

-Eso no tiene nada que ver, mírame a los ojos y dime que es verdad lo que me dices- ataco el estratega.

Kirino lo miro a los ojos con determinación podía llegar a perderse en esos hermosos ojos rojizos pero ahora debía mantenerse firme y afirmar su mentira.

-Es verdad lo que te estoy diciendo.

-¿Es verdad que trataste de entrar a clase pero no lo lograste?

-Es verdad

-¿Es verdad que te quedaste dormido?

-Es verdad

-¿Es verdad que me quieres?

-Es ver… espera ¿Qué?

-¿Qué si es verdad que me quieres?

Kirino se había puesto muy nervioso, estaban hablando de un tema completamente diferente ¿Cómo se atrevía a atormentarlo con algo así?

-Si te quiero- Shindou abrió los ojos, no se esperaba eso- pero como a un amigo- añadió rápidamente, no era capaz de decirle la verdad, no todavía.

Shindou lo miro un rato, unos segundos de hecho pero para Kirino fueron como horas pero trataba de no mostrar signos debilidad.

-Sé que mientes, con respecto a las dos primeras preguntas, claro, pero debes de tener una buena razón para no querer decirle a tu mejor amigo- dijo Shindou recalcando la palabra "Amigo" a propósito para ver algo.

Al escuchar la palabra "Amigo" Kirino no pudo evitar mostrar una cara de dolor que inmediatamente reemplazo por una de tranquilidad, sin embargo el pianista ya lo había visto, sus dudas se estaban empezando a confirmar.

Le gustaba a Kirino, pero no estaba completamente seguro, tendría que hacer más pruebas pero no quería torturar más al pelirosa por ese día.

Después de eso dejaron ese tema de lado y empezaron a hablar de cosas triviales, lo que Kirino agradeció en su fuero interno porque estaba seguro de que si lo seguía presionando terminaría diciéndole sus sentimientos.

Así el tiempo paso, hasta que se hizo de noche y termino el horario de visitas, para Kirino ese día había sido muy largo.

Sabía varias cosas, al menos había aprendido algo durante el día:

La primera: Esas dos Diosas le escondían algo y debía saber que era.

La segunda: Shindou estaba empezando a desconfiar de él y a averiguar cosas que le convenían no saber.

Y la tercera: Estaba seguro de que no sabía a quién pedirle ayuda.

Y pensando eso se quedó profundamente dormido.

Un día menos, faltan 12.

¿Que tal? ¿Les gusto aunque sea un poquito? ¿Merezco reviews?