Prologo
Un error lo comete cualquiera, suelen decir las personas para justificar sus actos y más si esos actos y errores, lleva a la destrucción de sus seres queridos.
Una segunda oportunidad no se le niega a nadie, dicen cuando la desesperación los embarga y ya no sabe que más hacer.
Y uno no debe guardar rencor en sus corazones sino, que hay que saber perdonar.
Pero… yo no creía nada de eso, había dejado de hacerlo, cuando el ser más importante de mi vida nos había defraudado tanto a mi madre como a mí.
Cuando uno quiere venganza, se olvida de todo y de todos a tu alrededor, solo existes tu y esa persona a la que le deseas lo peor. Hasta a la que le puedes llegar a desear la muerte.
Mi padre, Carlisle Cullen, nos había traicionado tanto a mi madre como a mi... nada más ni nada menos que con la esposa de su mejor amigo y colega Eleazar.
La palabra venganza se repetía en mi mente día y noche, una y otra vez, haciendo que armara y desarmara planes en contra de mi padre por habernos causado semejante dolor. Mi madre no lo merecía. Carlisle, no merecía el amor que mi madre aun le profesaba. Él no se merecía nada.
Él lo pagaría con lo que supuestamente era su debilidad... Su mujer, su amante. Mi dulce y querida "madrastra". Lograría quitársela para luego botarla como la basura que ella también era. ¡Maldita ella y maldito mi padre!
Lo tenía todo decidido, hasta que al ingresar a mi segundo año en la universidad de Chicago, una nueva compañera apareció, dejándome a mí en la nebulosa, prendado de su hermosura, era la chica más sexy y hasta "dulce" que había visto hasta ahora, era simplemente preciosa; pero nada me haría desistir de mi cometido. Ni siquiera ella…
Yo, Edward Cullen, iba a llevar a cabo mi venganza. La cual era simple, hacerle pasar y sentir a mi padre lo que mi madre y su amigo Eleazar sintieron cuando los descubrieron a él y a su amante.