Gracias por tenerme paciencia disfruten el capitulo.


En el rostro de Petunia surgió una sonrisa al despedirse del cliente que había comprado un ramo de rosas para su esposa, por su aniversario de casados. Flaky metía el dinero en la caja registradora; cuando terminó, fue a la pequeña bodega a buscar más flores para colocar en el exhibidor. En el poco tiempo que llevaba trabajando aprendió rápido todo lo que se hacía en el local, desde hacer la limpieza hasta elaborar arreglos florales.

Conoció más a fondo a todos los que trabajaban en el centro comercial; a Petunia le gustaba que todo estuviera limpio y reluciente, era muy tranquila y amable con todos, su carácter cambiaba un poco con Handy —incluso Lumpy los molestaba con que ya se casaran cada vez que discutían—; y en los tiempos libres hablaban de cosas. Flaky le contó el problema que tuvo en su anterior trabajo, Petunia se enojó mucho, jurando que si ese tipo venía, nunca le vendería flores y lo correría con el agua de la manguera. Cada vez que Nutty las visitaba les regalaba dulces, él mismo le contó que sus padres lo obligaron a trabajar hasta que subiera sus notas en la escuela y Russell era muy atento, le contaba historias acerca de su juventud, incluso le mostraba fotos de cuando ganó un torneo de pesca; en cambio, Lumpy fue despedido y contratado de nuevo, ahora como vigilante en un local de venta de ropa, comprendió que no era bueno en los trabajos.

Todos se reunían a la hora de comer para conversar. Algo que le llamó la atención fue un tipo grande con cabello largo que le tapaba los ojos, vendía paletas, Petunia le dijo que no hablaba mucho y era muy serio.

El sonido de la campanilla en la puerta indicó la entrada de un cliente. Petunia se alegró porque más personas entraran al local y se sorprendió al ver a una chica bien vestida.

—Buenos días, ¿en que puedo ayudarla?

—Buenos días —Dijo la joven—. ¿Se encuentra Flaky?

—¿Quien la busca?

La dueña desconfió un poco ante la joven vestida elegantemente, ambas se miraban con desconfianza. Flaky apareció con flores en la mano y se sorprendió al ver a Giggles en su trabajo.

—¿Que haces aqui? —Se acercó.

—Supe de Flippy que encontraste trabajo —Su amiga hablaba con su primo una vez al día y se sorprendió mucho cuando le contó que Flaky estaba trabajando y que ella no se hubiera enterado primero.

—Que, por cierto, es un local muy pequeño.

—No por mucho —Interrumpió Petunia, que tomó una manguera y comenzó a regar las flores para que no se marchitaran.

—Disculpa, jefa. ¿Puedo hablar con mi amiga afuera? —Dejó las flores que tenía en sus manos en una cubeta con agua y empujo a Giggles fuera del local—. ¿Quieres que me despida? —Sabía cómo era su jefa enojada cuando peleaba con Handy. Su amiga a veces no medía sus palabras.

—Por supuesto que no, es solo que me preocupas —Le miró con ojos de ternura—. Decidí pasar a verte, pero veo que te va bien, aunque pude darte trabajo en la empresa conmigo —Se cruzó de brazos fingiendo estar enfadada.

—Gracias por preocuparte por mi, pero ya has hecho mucho, así que de ahora en adelante tengo que valerme por mí misma —le sonrió—. Y por favor no hagas enojar a mi jefa.

Giggles no podía enojarse con su amiga, era tan amable e inocente con todos.

—Está bien, tú ganas.

La abrazo fuerte a lo que la pelirroja le susurraba que no podía respirar. Cuando retomo aire nuevamente, pensó que no la había presentado debidamente.

—Que tonta, ven quiero presentarte a mi jefa, es muy buena persona —Ambas entraron al local nuevamente.

—Petunia, quiero presentarte a Giggles es mi amiga de la universidad. Giggles ella es mi jefa.

—Mucho gusto —Saludó cordialmente, se quitó los guantes de jardinería para darle la mano pero Giggles se acercó a darle un beso en la mejilla.

—El gusto es mío, Flaky es buena persona, algo torpe, despistada y distraída a veces...

—¡Giggles! —Exclamó la pelirroja apenada. La peliazul se echó a reír.

—Oh, por cierto, lamento el comentario de hace rato, su local es muy bonito.

—Gracias, pero por una extraña razón —Petunia permaneció en silencio durante unos segundos y miro alrededor—.No hay muchos clientes.

Las tres chicas se quedaron en silencio. Giggles se sorprendió. Salió de la tienda y les hizo señas que la siguieran.

—Les hace darse a conocer, solo porque tiene flores no me dice que están en venta, la imagen que tiene da mucho que desear, sin ofender —sonrió ante la mueca de la dueña. Seguían mirando al local, cuando pasó un muchacho atractivo y a Giggles se le ocurrió una idea.

—Lo tengo —Sonrió

—¿Qué cosa? —Preguntó la dueña del local.

—Como atraer clientes, en especial mujeres —Hizo énfasis en la última palabra.

Flaky conoció esa sonrisa. Giggles la mostraba cuando quería obtener lo que quería, por absurdo que pareciera, sí que tenía buenas ideas. No sabía lo que pensaba su amiga pero si con eso ayudaba un poco el negocio de su jefa, esperaba que no fuera algo difícil de hacer. Giggles les platicó su idea.

—¿Enserio crees que eso ayude? —La dueña desconfiada de la chica a la que apenas acababa de conocer.

—Por supuesto, le diré a mi novio y Flaky convencerá a mi primo… ¿tienes a alguien más?

Petunia medito un rato.

—Tengo a alguien en mente, pero no es guapo.

—¿Te refieres a Handy? —Preguntó Flaky.

Las mejillas de Petunia tomaron un color rojo al ser descubierta.

—¿Qué? ¡Nooo!

El nombrado hizo acto de presencia.

—Petunia, he venido a revisar la instalación… —Se quedó quieto al tener a tres chicas mirándolo fijamente hasta el punto de ponerlo nervioso.

Giggles se acercó a él, mirándolo de arriba abajo. —Bueno, no se compara con mi novio, pero él no está mal.

—¿Qué? —El chico no entendía la situación, porque Petunia lo miraba nerviosa y su ayudante sonreía, tenía un mal presentimiento.

—Creo que regreso despues.

—Handy, espera, tengo algo que pedirte —Petunia se acercó, tímida. El chico se quedó quieto y trago un poco de saliva. Verla en ese estado, jugando con un mechón de cabello y sonrojada, resaltaba más sus ojos azules.

—Tienes que estar en mi local mañana temprano, bien bañado y afeitado— Le ordenó.

—¿Que significa eso? ¡Siempre me baño!

—Pues no se nota mucho —Ella cruzó sus brazos.

—¡Disculpame, lunática de la limpieza!

—¡¿Como me llamaste?! ¡Tonto castor!

Las otras chicas miraban la escena que pasó de haber tenido una atmósfera bonita, a una pelea. Giggles le pregunto a Flaky si esos dos se gustaban, a lo que ella no supo responder.

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Flaky llegó a su casa. Cuando colgó sus llaves noto que las de su compañero no estaban. Después de darse una ducha y cambiarse a una ropa más cómoda, bajo a la cocina y se puso su mandil, comenzando a preparar la cena, aunque Flippy le rogó que no tenía que hacer para él también, a ella no le molestaba. Tocaron el timbre de la puerta. Y dejo de picar las verduras.

—Ya voy, ya voy... —Fue repitiendo hasta que llegó a la puerta.

Lo primero que vio fue un muchacho atractivo, con un pants y tenis, le sonreía.

—¿Ah? Disculpa, creo me he equivocado de casa —Y se dio la vuelta.

Ella cerró la puerta y se encamino a la cocina a seguir picando las demás verduras. Le había dicho a Flippy que tenía que comer más saludable y dejar de comer comida que compraba en la calle. Pasaron cinco minutos cuando volvieron a tocar el timbre. Volvió a abrirla y era el mismo joven.

—Disculpa, ¿esta es la casa de Flippy, verdad?

—Sí, pero él no se encuentra en casa, ¿quieres esperarlo o dejarle un recado? —Le dijo amablemente.

—¡No lo puedo creer! —Gritó sorprendiendo a Flaky, quien retrocedió un poco—. ¿Cómo pudo suceder esto? ¡Me voy unos meses y ya tiene esposa!

—Te equivocas, yo no soy su esposa.

—¿Eres su prometida?.

—No, soy su inqui…

—¡Su novia!

Flaky trataba de explicar el malentendido, pero el chico la estaba desesperando porque no la dejaba hablar.

—¿Qué pasa aquí? —Flippy llegó y miró a su compañera afuera de la casa con un chico.

—Flippy, dame un abrazo ,saluda a tu amigo —Se acercó al militar extendiendo sus manos para abrazarlo pero este lo tomó por el cuello, aplicandole una llave no tan fuerte como para lastimarlo.

—Qué bueno verte, pero no puedo respirar —El joven trataba de zafarse.

Flaky se reía ante la escena que veía, al parecer el joven era amigo de Flippy. Este lo soltó cuando dejo de sentir que movía sus brazos.

—¿Cuando llegaste?

—Esta mañana —Tosió un poco. Sigues estando en forma

—Para poder protegerme de imbéciles.

El chico comenzó a reír.

—Sigues siendo gracioso —Olfateó el aire—. ¡Van a cenar! ¿Puedo comer con ustedes?

—¡No!

—A mi no me molestaria cocinar para otro más —Respondió rápidamente Flaky.

—Flaky, si lo alimentas vendra mas seguido.

—Ya que Flippy no nos presenta, hermosa dama, mi nombre es Splendid y soy tu vecino de alado, acabo de llegar de Londres —Le extendió la mano como saludo.

—Mi nombre es Flaky y soy su inquilina.

—Ya veo, inquilina, que sorpresa.

—Bueno me retiro, terminaré de preparar la cena.

—Lo que te voy a dar de cenar es comida para perro —Hablo Flippy, pero su vecino entró a la casa.

Después de que Flaky termino de preparar la cena, acomodó la mesa, puso los platos y vasos y sirvió la comida, llamó a los dos chicos que conversaban en la sala, se quitó el mandil y lo guardó en una alacena y se sentó ella primero.

—¡Que rico huele, por fin comida casera! —Entró primero Splendid, después Flippy y ambos se sentaron en la mesa. La comida olía rico; una ensalada de verduras, puré de papa y un pedazo de carne.

—¿Cuanto tiempo te quedaras aquí? —le pregunto Flippy.

—No lo se, quizá unos meses —Tomó el tenedor y se llevó aquel pedazo de carne cocida a la boca—. ¡Esta comida es riquísima! ¿En verdad no eres novia de Flippy?

—No, solo viviré con él un par de meses, después me mudare —Se sonrojo la chica.

—Pues si quieres puedes vivir conmi… —Flippy lo pateó de bajo de la mesa.

Él se callo y los tres disfrutaron de una cena hecha en casa.

Cuando terminaron de comer, Flippy se sentó en el sillón de la sala aver un poco de televisión no sin antes obligar a Splendid a lavar los trastes por haber comido gratis, Flaky quiso ayudarlo pero Flippy no la dejó y ella solo se sentó en la mesa de la cocina.

—¿Hace cuanto conoces a Flippy?

—Un par de años, pero viajo mucho y no estoy en una ciudad mucho tiempo.

—Con razon no te había visto desde que me mude aquí, ¿es muy cansado viajar mucho?

—Soy reportero.

—¿En serio? Asombroso, conoces muchos lugares y personas —Apoyó la mejilla sobre su mano.

—Así es, ves muchas cosas. ¿Y tú? ¿Cómo es que conoces a Flippy?

—Es primo de mi amiga Giggles. Estudié con ella la universidad, pasé un año sin verla y nos contactamos de nuevo, le conté que quería independizarme de la casa de mis padres y la muy pilla me contó que tenía un primo gay y que buscaba una inquilina.

—¿Que? —Se rio fuerte

Buena broma de Giggles.

—Me mude con él y pues resulto que no lo era, terminé viviendo con él, ¿es raro que viva con un chico?

—No soy quien para juzgar a las personas —Solo le faltaba un par de platos para terminar—. Conozco a su prima, Flippy me amenazó si salía con ella, le tomó algo de tiempo el aceptarme después de lo que pasó… —Se quedó un momento en silencio al darse cuenta que estaba a punto de hablar de más—. Ya termine aquí —Se secó las manos con una toalla y la extendió dejándola en la tabla—. Nos estaremos viendo seguido se fue de la cocina.

Flaky se despidió de él y acomodo los platos en la alacena, escucho como Splendid se despedía de Flippy y este le gritaba que no lo invitaría a cenar gratis de nuevo. Terminó y se sentó en el sofá, el militar estaba viendo un partido de futbol, trataba de calmarse pero su corazón latía fuerte ante lo que estaba apunto de pedirle.

—Hey, Flippy ¿puedo pedirte ayuda en algo?

Él volteo a verla, a pocos meses de conocerla, podía descifrar cuando estaba nerviosa, ella era muy fácil de leer. Bajó el volumen al televisor para poder escucharla bien.

—¿En qué?

—Pues veras, en el local donde trabajo no hay muchas ventas y hoy Giggles me visitó. Platicamos con ella sobre ese asunto, se le ocurrió una idea —Flippy sintió un escalofrío al escuchar el nombre de su prima—. Quiere que algunos chicos vestido de trajes ofrezcan las flores para poder venderlas y, bueno, están Cuddles, un amigo de mi jefa y… queria saber si podrías ayudarme, es decir, si quieres, no quiero obligarte.

Flippy miro a los ojos de la chica que suplicaba su ayuda, tenía que admitir que la idea era embarazosa pero no podía dejar a una dama en apuros y como todo buen caballero tenía que ayudar a la damisela en peligro.

—Está bien ¿qué tengo que hacer?

—¿En serio? ¡Muchas gracias! Mañana ella llevará todo, solo tienes que presentarte, te debo un favor.

Después de un rato de ver la televisión, miro el reloj de la sala.

—Ya es tarde, mañana sera un gran día, buenas noches Flippy.

—Buenas noches.

La chica se fue a su habitación y él se quedó solo en la sala sonriendo, por alguna razón le gustaba ver a Flaky feliz.

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Siendo la media noche Flippy salió a fumar fuera de su casa, cuando no podía dormir, el humo de cigarro lo calmaba y se olvidaba de todos sus pesadillas por un momento.

—Pensé que querías vivir solo.

El militar tiró su cigarro y lo aplastó.

—Solo es temporal, necesitaba donde quedarse —Se apoyó contra la puerta.

Splendid dio un pequeña risa.

—Que buen samaritano eres, ¿ya pensaste en lo que te dije?

—Mi respuesta es no.

—Sabes que soy persistente.

Flippy lo miro fijamente.

—No se si eres mi amigo o enemigo, pero no quiero que todo el mundo se entere, si me mude y me aleje de todo, fue por mi salud y olvidarme de todo ese infierno que pasé.

Splendid sacudió la cabeza.

—No es tu culpa, pero si haces esto alguien podría ayudarte.

—Lo único que hicieron fue ponerme anestesia para que estuviera dormido todo el tiempo, aun siento las agujas atravesar mi brazo y los recuerdos nunca terminan, aun con las pastillas sigo pensando que aún estoy ahí, escuchando los gritos y la sangre en todas partes...

—Lo sé, aun no estas curado, sabes lo peligroso que eres, ¿y vivir con una chica? La estas poniendo en peligro.

—Solo esta de paso, no permitiría que saliera herida, además ya sabe de Fliqpy. Él no la lastimo.

Splendid se sorprendió ante la confesión, sabía que muy pocas personas conocían a Fliqpy y estaban vivas para contarlo

—¿Y qué quiere él?

Flippy cerró sus ojos. —No lo se.

Fueron unos minutos en que ninguno de los dos habló. El frío de la noche se hizo presente. Splendid quiso dejar la conversación.

—Espero que la chica no salga lastimada, si eso sucede atente a las consecuencias —le dio la espalda.

—No me estés amenazando —sonó una voz grave y que le dio escalofríos, volteo y aquellos ojos amarillos lo miraban como si fuera una presa fácil.

Splendid se sorprendió de volver a ver a Fliqpy, ahora no estaban los policías cuidándolo.

—Escúchame bien —Gruño—. Ella es mia, no quiero que te metas en mis asuntos y si no saliste lastimado aquella vez, no respondo en esta ocasión.

Su vecino lo miró y sonrió.

-No sería tan estúpido para meterme con tus asuntos y tampoco el quitarte a tu chica.

Flipqy se adentro en su casa y azoto la puerta con fuerza. Soltó el aire que estaba contendiendo. Camino a su casa preocupado, una chica se interponía ahora en su plan. No le quedaba más remedio que mover a sus contactos y pensar en otra cosa. Pero su mente comenzó a trabajar, quizás ahora tenía un punto a su favor. Utilizaría a Flaky para sus planes y Flippy no tendría más opción que cooperar. Tenía que ser más astuto de ahora en adelante. Abrió al puerta de su casa, prendió las luces de su sala, tomo su celular, busco un nombre en especifico y marco al numero.

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El letrero de cerrado colgaba en la puerta de vidrio del local, aun no llegaba su jefa. Espero a lado de Flippy unos minutos, este estaba nervioso pero no lo admitiría por su orgullo. La dueña del lugar llegó junto con Handy.

—Buenos días, veo que tu amigo quiso ayudar —Petunia sacó de su bolsa la llave de la puerta, abrió y todos entraron.

—Sí, les presento. Él es Flippy, mi amigo y primo de Giggles.

—Mucho gusto, soy Petunia, gracias por ayudarme. Handy también quiso ayudar.

—No es cierto —Se callo al recibir un codazo a la altura de su costilla derecha de parte de la dueña. Él se negó desde un principio pero después de varias horas de discutir, al final cedió.

Flaky prendió el aire acondicionado y sacó unos banquillos de la bodega para que se sentaran todos,no pasó mucho tiempo cuando Giggles y Cuddles tocaron la puerta, la dueña les abrió. El novio de la chica cargaba unos porta trajes.

—Bueno chicos, es hora de empezar el plan —Sonrió Giggles, quien les explicó lo que debían de hacer. Petunia les mostró el baño para que pudieran cambiarse. Primero entró Handy a cambiarse, salió con un traje negro elegante, las chicas se sorprendieron, más Petunia que lo observaba discretamente.

—Esto es horrible —Se quejaba, no estaba acostumbrado a vestir trajes así.

—Nada de horrible —Giggles tomo una caja —Siéntate en ese banquillo, vamos a peinarte, Flippy sigues tu.

Él obedeció. Al poco rato él portaba un traje de color azul marino. Los tres chicos ya estaban listos. Cuddles ya había llegado con un traje gris puesto.

—Se ven todos muy guapos —Dijo Flaky emocionada

—Gracias —Contestó Cuddles al ver que los otros dos se morían de vergüenza.

—Chicos, es momento de ayudar —Sonrió mostrando una dentadura blanca.

Este tipo lo esta disfrutando, pensaron Flippy y Handy.

Petunia les dio unas canastas con diferentes flores; Handy tenía claveles, Flippy sostenía rosas y Cuddles unas margaritas. El letrero de cerrado cambió a abierto y los chicos salieron con una sonrisa forzada en sus rostros, que Giggles los obligó a esbozar. Cada chica que pasaba les ofrecían las flores como venta. En un instante, muchas chicas y señoras rodearon a las chicos, quienes decían de parte de la florería. Algunas señoras les decían piropos. Cuddles respondía con educación.

Mientras Petunia estaba fascinada con que las chicas compraran las flores, Flaky cobraba en la caja. En dos horas se habían acaba todo. Petunia colocó el letrero de cerrado y todos estaban adentro del local. Los chicos se sentaron primero.

—Estoy muy cansado, no siento mis mejillas —Se quejaba Flippy—. Oye amigo ¿como estas?-

Volteó su cabeza para mirar a Handy pero este estaba sonrojado, no estaba acostumbrado a que las chicas lo rodearan, incluso una señora le había tocado el trasero, juro que Petunia le debía una grande y Cuddles aun sonreía como si nada. Él se acerco a Flaky, que se había quitado de la caja mientras Petunia contaba el dinero.

—Flaky¿ puedes ir a comprar un par de bebidas para todos? Aquí tienes mi tarjeta.

Ella asintió con la cabeza y tomó la tarjeta de color negro. Fue al super, entró al pasillo de refresco y compró seis, cuando estaba en la caja, alguien le tocó el hombro.

—¡Vecina, que gusto verte!

Ella reconoció al chico.

—Splendid, ¿comprando la despensa?

—Así es, como viajo mucho, no hay nada de comida en la casa.

Pasaron sus compras en el código de barras, la cajera le dijo la cantidad que tenía que pagar. Ella pasó la tarjeta. Esperó que le cobran a Splendid y ambos caminaron juntos.

—Estoy trabajando en ese local —Señaló el lugar

—Oh, cuando pase había muchas señoras y chicas.

Ella le contó todo el plan.

—¿En serio Fippy tiene puesto un traje? Tengo que tomarle foto —Splendid corrió hacia la puerta y dejo su bolsas en el suelo, se asomo a la puerta de vidrio y vio Flippy sentado platicando con otro chico.

—Puedes entrar —le dijo a Flaky.

Entro sigilosamente sin importarle dejar sus compras afuera, sacó su celular y tomo la foto cuando Flippy estaba distraído.

—Idiota ¿¡Que haces aqui!?

—Solo queria pasar a verte, me encontré a Flaky en el super y me contó todo, que amable de tu parte en ayudarla —sonrió.

—Vaya, pero si eres Splendid, hace mucho que no te veo.

—Giggles que gusto verte —Y vio un chico a su lado, que supo que era su novio.

—Lo mismo digo

Flaky metió las compras de Splendid mientras éste peleaba con Flippy, quien quería quitarle el teléfono y romperlo, repartió los refrescos. Cuando alguien toco la puerta y todos miraron, un chico de cabello verde saludaba. Petunia salió y detrás de ella Flaky.

—¿Qué fue todo eso? —saco de su boca una paleta.

—¿No deberías estar en la tienda? Tus padres se enfadaran mucho si las descuidas —lo regaño Petunia.

—Si, pero vi a muchas chicas, solo cerré la tienda un rato. Incluso Russell me mandó a investigar.

—Fue una estrategia para vender —respondió Flaky.

Nutty observó a las chicas sonreir. Se pasaron un rato hablando de todo lo que pasó, del plan loco que se le ocurrió a la amiga de Flaky, el vestir a los chicos con trajes, incluso hubieron señoras que pidieron los números de los chicos y gracias a eso vendieron muchas flores incluso las que estaban de reserva. Nutty quiso a ver a Handy pero Petunia le dijo que en cuanto termino todo se cambio rápido. El joven se fue a su tienda no sin antes regalarles más dulces y ambas chicas entraron al local. Cuddles ya tenía los trajes guardados y listos para irse. Petunia agradeció a todos y le dio el resto del día a su ayudante.

Flippy espero a Flaky para irse juntos pero Splendid también los acompañó.

—Vaya, que día —Flippy movió sus hombros y estos sonaron.

—Lo único que hiciste fue ponerte un traje, no fue la gran cosa.

Flippy se enojó ante el comentario.

—¿Quieres que te aplique otra llave al cuello?

Flaky suspiró y se adelantó, no quería escucharlos discutir. Solo escucho un grito de ayuda de parte de Splendid. Ella solo se río.

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Se lavo los dientes y salio del baño. Se puso la pijama y se acostó en su cama. Ella cerró los ojos y se relajo. Después de un rato se levantó por algo de agua. Bajo las escaleras y vio la tele de la sala prendida. Flippy aún está despierto, pensó. Cuando se acercó, él estaba durmiendo en el sofá, roncaba fuerte. Ella subió a su cuarto y bajó con una sábana para taparlo.

Lo miro, no sabia como agradecerle todo lo ha hecho por ella desde que lo conoció. Era diferente de los otros chicos que había conocido. Se sintió triste por saber que tenia una enfermedad muy grave. Una doble personalidad diferente a él pero, al mismo tiempo, era parte de él. Era una locura. Lo miro más de cerca, debido a que la luz de la tele era la única que iluminaba.

Él era guapo, tenía un porte muy masculino y un buen cuerpo. Se sonrojó ¿Qué estaba pensado? Él solo era el dueño de la casa, primo de su mejor amiga, además Él nunca saldría con una chica como ella; bueno, él la beso. Corrigió, Fliqpy la beso. Y de repente tuvo un pensamiento. Se acercó a Flippy y lo besó. Su corazón latió fuerte, tomó el control de la tele que estaba en el suelo y lo se oscureció. Subió rápidamente a su habitación y se acostó de nuevo en su cama, avergonzada por lo que había hecho.


¿Que les parecio el capitulo? sorpresas.. Gracias a mi Beta Neki que la amo. Y por sus buenos comentarios que me animan a escribir. Saludos a Akira10012,nodame12,Ash Hewlett,SarEma29,Edpol,Ray Wolf Aran,Gury.