Hola hola! se que he tardado mucho en dar termino a este three-shot pero sinceramente no había tenido la inspiracion para terminarlo, ahora creo estar satisfecha con el resultado pero esperare a sus reviews a ver si es un digno final o no.


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Adiós — Tercera parte—

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Cerró la puerta tras de sí y se mordió un labio esperando callar así su llanto. No supo cuanto tiempo paso hasta que él se fue, pero no le importaba. Comenzó a caminar con paso pesado, no miraba el camino pues muchas veces ya lo había recorrido de la misma manera.

Con lágrimas en los ojos.

No tardó mucho en llegar a su habitación y tardo menos en echarse bocabajo sobre la cama. Casi de inmediato dio rienda suelta a sus lágrimas... Sabía que no ganaría nada lamentándose todo el día pero lo necesitaba… le era necesario desahogarse.

El tiempo le pareció inexistente, solo paro cuando sus ojos comenzaron a doler. Para ese entonces la luz del día había dado paso a la oscuridad de la noche… todo estaba en calma.

Menos ella.

Inexplicablemente miro hacía la cómoda frente a sí, encima de esta se encontraba la invitación a la celebración del nombramiento del Rokudaime Hokage… Naruto.

Había pasado horas pensando… ¿Qué hacer?, No tenía ánimos de ir pero era la "Prestigiosa Heredera del Noble Clan Hyuga"… debía estar presente.

Se acurruco entre las sabanas… deseando que todo fuera un sueño… ¡no! Una pesadilla y que despertara de pronto…

Pero era imposible.

Soltó un suspiro y el llanto amenazo de nuevo. Cerró los ojos con fuerza reteniendo así esas saladas gotas que solo la herían. Dejo caer su brazo izquierdo, el cual termino rozando el suelo de madera, casi por inercia movió un poco los dedos hasta que tanteo un frío inusual.

Se movió un poco, solo lo justo para poder mirar el piso… Se sorprendió al ver lo que tenía entre sus dedos.

Era una banda ninja… pero no cualquier banda… era la de Neji.

La tomo de prisa y se la llevo al pecho, se sintió más calmada pero al mismo tiempo estaba nostálgica. No hace mucho tiempo había deseado con todo su ser que fuera su primo quien se convirtiera en el líder, tenía todo para serlo mientras ella era todo lo contrario.

— Neji-niisan… ¿Qué debería hacer? — Ingenuamente albergaba la esperanza de que una respuesta de su parte le llegara, se sintió sumamente tonta.

El silencio la envolvió, sus pensamientos volaron y las horas igual lo hicieron… al final se que quedo dormida, con la banda entre su mano y su pecho.

Al despertar a penas pudo abrir los ojos, sentía un ardor que la obligo a permanecer con los ojos cerrados durante unos momentos. Poco a poco pudo recuperarse, ya había perdido mucho tiempo y tenía mucho que hacer.

Se vistió rápidamente, salió de la habitación y se dirigió directamente al despacho que ahora le pertenecía. Dudó un instante antes de entrar… a pesar de todo seguía sintiéndose incomoda en esa habitación.

La razón era simple, siempre que su padre quería hablar con ella la citaba en aquel lugar, muchas veces escondió su tristeza hasta que salía del cuarto.

Una vez dentro camino sin reparar en nada hasta llegar al otro extremo del escritorio, se sentó en la que sentía era una imponente silla, frente a ella ya se encontraba una fila de documentos que debía revisar.

Trabajo mecánicamente sin siquiera reflexionar en lo que su vida amorosa se estaba convirtiendo, pronto esa máscara comenzó a estar presente a cada momento del día.

El llanto había quedado atrás y su sonrisa igual, muchos se percataron del cambio pero nadie dijo nada, entre los Hyugas la única razón era el miedo y entre sus amigos era la lastima.

Nadie llamaba aquel sentimiento con tal nombre pero era el único que le hacia justicia…

Los días pasaron y la hora de la celebración llego.

Se arregló lo mejor que pudo, antes de irse me miro en el espejo y por primera vez en días sintió su ser, por un segundo su aperlada mirada se lleno de tristeza pero luego de un fuerte suspiro y una reprimenda mental, la mascara de indiferencia volvió a su rostro.

No tardó en llegar al lugar, al poner un pie en el salón varias personas se acercaron, la mayoría de ellos tenían lazos con su clan y con konoha. Se encontró rápidamente con sus compañeros, Shino y Kiba, sabía que ambos estaban preocupados y podían ver a su yo interna llorando aun desconsolada pero fingió… fingió no darse cuenta de ello y siguió como sí nada.

Pronto se encontró con ella, aquella mujer que había tenido el corazón de su amado desde el inicio, mentiría si dijera que no la había odiado en su momento pero ahora ya no tenía motivos… se juro ser feliz mientras el lo fuera… y tenía que cumplir.

Se acerco a ella, con la misma sonrisa vacía que mostraba esa noche…

— Ohayou Sakura-chan. — La ojiperla sonrió, parecía sincera pero eso no le hizo sentir mejor.

— Ohayou… Hinata. — Observo como bajaba la mirada, se sentía culpable y aunque quisiera negarlo una parte muy oculta se alegro por ese hecho.

— Deberías estar feliz. — No entendía porque pero quería darle ánimos y dejarle claro que no le guardaba rencor, que fuera la mejor mujer para el mejor hombre y que lo amara como se merecía Naruto.

— Hinata… yo… lo. — Intento disculparse pero ella tomo sus manos para detenerle, no quería escuchar esas palabras de su parte… no las necesitaba.

— Deberías estar feliz Sakura-chan, al fin Naruto-kun y tú serán felices después de todo lo que paso. — Siguió con su dialogo, la pelirrosa pareció comprender aun así su triste semblante se mantuvo.

— Arigatou. — Su voz salió sumamente lastimera, en ese instante Hinata sintió pena por ella, estaba cargando una culpa que no merecía.

— Dou Itashimashite*… Sakura-chan y realmente espero que… sean muy felices juntos. — Así termino su conversación, la Haruno necesitaba tiempo y ella estaba dispuesta a dárselo… porque a pesar de todo y lo que todos creían… La consideraba su amiga.

Se puso en marcha nuevamente, ahora con un ánimo más alegre, se dispuso a tratar con los tantos invitados que requerían la atención de la líder del clan Hyuga. Vio a su salvaje amigo acercarse y se volteo a su encuentro.

— Hinata ¿Dónde te habías metido? — Se notaba su enojo, aunque intentara taparlo con su preocupación.

— Fui a felicitar a Sakura-chan, perdóname si te he preocupado Kiba-kun. — Se disculpo, eran amigos y sus líos amorosos no debían separarlos. Pero en vez de verlo más relajado vio su ceño fruncido.

La tomo por los hombros y la obligo a mirarlo. — ¡Ya basta Hinata! No puedes seguir así, ¿acaso quieres seguir compadeciéndote de ti misma toda la vida? — Muchos voltearon su mirada hacia ellos, se sintió abrumada al darse cuenta… no era esa la impresión que quería dar.

— Kiba-kun onegai… — Le susurró con vergüenza, tal vez aun no era demasiado tarde para fingir que nada paso pero en vez de soltarla y disculparse, el Inuzuka la tomo de la mano y la arrastro hasta la salida, dejando a muchas personas con la palabra en la boca.

Avanzaron unas cuantas calles, hasta que por fin el castaño se detuvo de pronto. Fue una suerte que estuviera al tanto de su distancia sino habría chocado irremediablemente.

— Naruto es un idiota. — Al oírlo hablar así de él se molesto, era injusto y sin pensar se lo hizo saber.

— Eso no es cierto, Naruto-kun no tiene la culpa de no… co… corresponderme. — A pesar del sentimiento negativo, no pudo evitar trabarse al decir la verdad en voz alta.

— Es un idiota por no valorar lo que tiene… Hinata se que lo amas pero… no puedes seguir así. — Lo vio incrédula, hacia mucho que sabía de los sentimientos que tenía Kiba Inuzuka hacía ella pero luego dejo de ver ese brillo en su mirada al verle, por lo que supuso la había olvidado.

— Lo… se, pero… no puedo evitarlo ¡Quiero que sea feliz aunque yo me muera por dentro! — Le fue sincera y por primera vez luego de tanto, se abrió de nuevo al dolor.

— No llores por él… no se lo merece… ni él ni nadie, además a Neji no le hubiera gustado verte así. — Limpio sus lágrimas con sus manos, mientras acariciaba su rostro.

Se sintió extrañamente feliz, tal vez la vida no le había dado la oportunidad de estar con el hombre que amaba pero la ilusión de Kiba… le daba mucho que pensar y sentir.

— Kiba-kun… — Sabía que estaba sonrojada pero no le importo.

— Hinata yo… yo… — La soltó de repente y ambos permanecieron en silencio, Hinata se puso a recordar todas la veces que él la había ayudado y el constante apoyo que le daba para declararse.

— Sera mejor que… te lleve a tu casa. — El Inuzuka habló pero ella lo oyó tan lejano, seguía sumergida en un mar de recuerdos que poco a poco la hacían sentir mejor.

En la vida había siempre pocas oportunidades y más en el amor, su amigo no solo le ofrecía un apoyo incondicional sino un sentimiento puro. Repaso sus circunstancias y reparo que podía intentarlo.

Poco a poco, porque el amor por el Uzumaki seguía latente y tardaría en olvidarlo o al menos superarlo.

Alcanzó a su ahora pretendiente y rodeo con sus manos su brazo.

— Arigatou Kiba-kun. — Se acerco lentamente y de puntillas le dio un beso en la mejilla. — Arigatou por todo.

Al ver su cara no pudo evitar sonreír, nunca había sentido aquella sensación de feminidad pero ciertamente trataría de mantenerla siempre presente.

Se sonrojo al pensar que su amigo era quien le había hecho descubrir tal cosa pero ya se había hecho una nueva promesa.

Buscaría su propia felicidad, para poder seguir su vida y no preocupar a sus amigos… porque ella también tenía derecho a ser feliz…

A amar…

Y sobretodo a sentirse amada con la misma intenciadad.

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Eso es todo espero y les haya gustado... sinceramente tuve muchos problemas para escribir la aceptación de los sentimientos de Kiba por parte de Hinata pero creo que esto hace justicia al momento, la ojiperla le dara una oportunidad pero aun ama a Naruto y eso quise dejarlo claro.

Sin más espero y este three-shot (el primero que hago) les gustara desde el principio hasta el final.

Nos veremos en la proxima

Sayo! :3