Hola!

Tanto tiempo sin escribir, pero aquí esta el capitulo 6, tan de madrugada xD

Hey Arnold NO me pertenece a mi, ni sus personajes tampoco, le perteneces a "Craig Bartlett"

Jajajaja no tengo mucho que decir

Namida koe: Jajajajaja Gracias por tu review, Y si, Helga que siempre ha querido más atención, parece que no esta muy cómoda ahora que la tiene :D Sip veremos mucho de Brainy el súper niñero jajajaja si, también comienzo a disfrutar de hacer sufrir a Arnold y lo veremos más veces detrás de los botes de basura :P Y Phoebe ya se pondrá más lista en los próximos capítulos, no te preocupes.

Jajajaja la verdad me había olvidado de Arnie, pero me parece una grandiosa idea. Lo veras próximamente, ya se que hare con el xD

De nuevo gracias por las ideas y el apoyo

Nos vemos :D

letifiesta: Como siempre, gracias por tus comentarios, me alegra verlos ;)

neko fogosa: Jejejeje la idea del relicario de Helga que toma Arnold la tome de tu anterior comentario. Espero que también te guste este capitulo y gracias por seguir mi historia :)

linaakane: Jajajaja gracias, y gracias por seguir mi historia. Espero que también te guste este n.n

Ahora si, los dejo leer xD


Sorprendente Rendición

Capítulo 6: Amnesia

Brainy entro a la casa sin siquiera pedir permiso; y es que, tenía la llave y quería dar una sorpresa. Dejo su mochila en el sofá y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno, aún era muy temprano, así que seguramente la bella durmiente todavía se encontraba soñando en su cama. Sonrió al figurarse la imagen de una despreocupada Helga atravesada en la cama mientras murmuraba algunas cosas que él no lograba descifrar, como él ya había podido ver algunas veces, aunque claro, cuando ella se daba cuenta de su presencia, le arrojaba varias almohadas bastante sonrojada mientras le gritaba que se saliera de su habitación. No pudo evitar reír divertido ante el recuerdo.

Tomó el delantal que Helga le había obsequiado para que según ella "la alimentara apropiadamente vestido", parecía una chica, aunque claro, los holanes y los dibujos de moños rosas por todo la prenda no ayudarían a su masculinidad, pero eso poco le importaba, era algo que Helga le había dado y eso bastaba para que él estuviera más que encantado de usarlo.

Saco varias cosas de refrigerador bastante pensativo, no podía evitar que todas las cosas que estaban pasando, dieran vueltas dentro de su cabeza y es por qué no entendía que pasaba por la cabeza de Arnold Shortman, y es que, si para sus compañeros él mismo era extraño, no sabía qué pensarían si vieran todo el raro comportamiento que Arnold había tenido últimamente.

Ayer en la hora del almuerzo, a pesar de estar a una muy considerable distancia del chico que se encontraba tirado detrás de los basureros por haber tropezado con algo, pudo ver el viejo relicario de Helga en sus manos mientras le decía algunas cosas; No sabía que pensar al respecto, incluso para él, todo eso era raro. Parecía que estaba volviendo algunos años para ver a una poética Helga mirando soñadoramente la fotografía del chico mientras recitabas sus dulces palabras que solo eran escuchadas por él mismo. Por lo que extrañamente tuvo una loca duda… ¿Debía espiarlo para que él también lo golpeara en la cara? El mundo sí que estaba demente. Pudo ver también como Helga llegaba hasta él y huía como si estuviera en alguna pesadilla después de ver lo que él también había visto, supuso que ella también se imaginó lo mismo que él.

Después de un rato, la vio regresar con Arnold, le dijo algunas palabras, ella se sonrojo por algo que él dijo, ambos sonrieron y después dieron carrera adentro mientras reían. Entendió que esa era su señal para regresar, así que se puso de pie y camino adentro con el resto de los chicos. Aunque no pudo evitar sentirse muy feliz cuando Helga al verlo llegar y después de que él le sonriera como siempre lo hacía, lo mirara bastante molesta mientras lo tomaba de la mano para que se sentara junto a ella y le gritaba por haberse ido. Sin duda, le gustaba que Helga lo mirara solo a él…

-Eso huele bien…- murmuro una suave voz detrás de él y no pudo evitar saltar en su lugar, aunque después, al escuchar su suave risa, sintió el calor llenar sus mejillas – Vaya, hoy que no me lo propuse, por fin he logrado verte nervioso- se burló de él mientras lo señalaba con el dedo

-Estaba desprevenido, eso es trampa- trato de cubrirse la cara con una de sus manos

-¡Criminal, déjame verte!- se rió ella. Y eso bastó para que Brainy se detuviera en seco. No había muchas veces en las que él podía ver a Helga así, riendo, feliz, y solo diciéndose hacía el -¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así tarado?- ella se cruzó de brazos mientras miraba hacia otro lado fingiendo estar indignada para ocultar su nerviosismo. Brainy solo seguía mirándola embelesado y sonriendo tontamente. Se acercó a ella y sin siquiera advertirle sus acciones, la beso.

Ella abrió los ojos completamente al sentir sus labios contra los de ella, esta no era la primera vez que ese atrevido chico la besaba, pero eran contadas las ocasiones en las que lo hacía. Como siempre sentía ese pequeño cosquilleo y la suavidad en su tacto; Lentamente fue cerrando sus ojos, percibiendo cada detalle de lo que pasaba, incluso podía sentir su propio sonrojo.

Pocos segundos después él se separó de ella mirándola como tonto enamorado y con una sonrisa brillante dibujada en su rostro –Te quiero… siempre lo hare- lo vio volver a sonrojarse aunque no parecía para nada avergonzado de sus palabras

Ella abrió la boca para responderle, pero entonces se percató de lo que pasaba detrás de él -El desayuno… se está quemando- murmuro Helga mirando por encima de su hombro

-¿El desayuno?- Brainy parecía confundido ante sus palabras, aunque, poco le duro al girar su cabeza y encontrarse con lo que quedaba de los panques -¡El desayuno!- se exalto tomando el extintor y apagando el fuego

-¿Estás seguro que tu venias a evitar que eso pasara?- señalo la estufa con burla mientras reía vivamente, Brainy bajo la cabeza bastante apenado por su torpe y olvidadiza cabeza – No te preocupes, aún está el cereal, a eso si no podrás prenderle fuego- le dio un rápido beso en la mejilla y subió a su habitación para prepararse para ir a la escuela

El suspiro algo abatido, vaya sorpresa le había dado, pensó mirando el panque cubierto con espuma del extintor –Oh bueno, al menos aun puedo darle el regalo de aniversario- murmuro mientras sacaba una pequeña caja de su bolsillo para poder mirarla más animado

Brainy termino de servir el jugo de Helga y de cortar la fruta para mirar la mesa con bastante orgullo, sin duda él día tenía que ser perfecto, no importaba cuantas veces tuviera que arreglarlo para que eso pasara -¡Helga, baja ya!- le grito aun sin perder su sonrisa

-¡Ya voy! Últimamente te has vuelto muy mandón, debería…- y fue lo último que le escucho decir. Porque después solo sonó un golpe seco

Dejó todas las cosas en la mesa y corrió hacía las escaleras -¡Helga!- grito al verla tirada en el piso e inconsciente. La tomo en sus brazos bastante alterado sobre qué hacer, su cabeza no funcionaba correctamente, todo lo que estaba en ella era Helga. Tomo su mochila y la de ella, y sin saber qué otra cosa hacer, tomo su auto para dirigirse hacia la escuela.

Condujo lo más rápido que pudo y al llegar ahí, corrió para volver a cargar a Helga y se dirigió hacia la enfermería, evitando a sus compañeros y sin importarle las miradas y murmullos de aquellos curiosos -¿Brian? ¿Qué haces…?- Y entonces la enfermera noto a la chica desmayada en sus brazos –Ponla sobre la cama y explícame que fue lo que ocurrió- a pesar de su toque amable, sus palabras seguían siendo autoritarias. El chico la obedeció sin protestar y prosiguió a contarle todo. Desde la caída de las escaleras, hasta como el la trajo hasta aquí

-No te preocupes, estará bien, solo fue una conmoción, se recuperara en unos momentos- lo reconforto la enfermera al ver al chico tan inquieto

Él no dijo nada, solo miro a una durmiente Helga sobre la cama y dio un largo suspiro – Criminal… ¿Dónde rayos estoy?- se tomó la cabeza aun algo confundida Helga y ambos se dirigieron a examinarla

-Esto es la enfermería, caíste de las escaleras y te desmayaste- explico la enfermera

-Ya veo…- se levantó, aunque aun algo aturdida por el golpe

-Helga, deberías recostarte otro rato más- Brainy trato de evitar que se levantara, pero ella al sentir su mano la goleo al instante para evitar que la tocara

-¡¿Pero quién te has creído zopenco para intentar tocarme?!- gruño ella a la defensiva, la enfermera y él la miraron atónitos; Era indiscutible que algunas veces Helga tenía sus arranques de cólera, pero con él era diferente, a él lo golpeaba, eso era cierto, pero siempre lo hacía con una mirada suave, inclusive feliz; No como ahora que parecía como si lo odiara -¿y que te hiciste en la cara? ¿Y por qué ya hablas normal? ¡Creciste!- le acuso

Brainy no entendía lo que ella estaba diciendo -¿Helga… estas bien?- fue lo único que se ocurrió decir

-¡Por supuesto que estoy bien tarado, todos los días me gusta caerme de las escaleras!- dijo sarcástica mientras rodaba los ojos y cruzaba los brazos, con una postura para nada femenina, casi podía recordarte a la Helga de antes…

-mmm…- murmuro la enfermera mientras veía detenidamente a Helga –Señorita Pataki… ¿recuerda en qué grado va?- le preguntó midiendo sus palabras

-Pero que pregunta más tonta, por supuesto que lo recuerdo- se sintió irritada de toda la atención que estaba recibiendo, y que tal parece, no se iba a ir hasta que respondiera – Voy en cuarto grado- dijo totalmente convencida, para desgracia de los otros dos presentes

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-Fuera de mi camino chico rosa- Helga pateo a un desconcertado Harold, tirándolo al suelo –Pero que perdedores tan idiotas, solo estorban…- murmuraba ella bastante casada de golpear a cada chico que se le atravesara mientras caminaba a grandes zancadas por el pasillo. Todos la veían estupefactos, sin saber que estaba mal con ella y su actitud

Y entonces, para su buena, o mala suerte, apareció Arnold Shortman frente a ella, con una sonrisa brillante mientras le saludaba con una mano, emocionado por verla; eso la descoloco un poco, bueno, demasiado e inevitablemente se sonrojo ligeramente para que poco después frunciera el ceño nuevamente - Apártate, Cabeza de Balón- le grito al chico y él automáticamente se hizo a un lado; Pero luego, su mente capto un pequeño detalle, de esa pequeña y para nada amable frase

Se giró para alcanzarla y tomar de su brazo para que ella se detuviera. Mientras tanto, Helga no entendía el arranque valiente y extraño que Arnold estaba teniendo con ella y estuvo a punto de gritarle algunas cuantas típicas verdades pero fue interrumpida -Hace un momento… ¿Qué fue lo que dijiste?- el parecía bastante feliz mientras ella pensaba cada vez más, que el chico estaba completamente demente

-No voy a repetir las cosas por que sea tu santa voluntad camarón con pelos, además no sé por qué te interesa tanto, siempre te digo lo mismo- se cruzó ella de brazos mientras lo miraba de reojo, y eso era porque, ella no entendía como él estaba tan alto, aunque bueno, todos estaban muy cambiado

-¿Pero de que hablas Helga, tú ya no me dices así desde… que me fui a San Lorenzo?- lo último lo dijo casi en un murmullo

-¿Te fuiste?- ella levanto una ceja

-¿Te encuentras bien Helga?- con una mano le toco la frente y ella de inmediato se sonrojo por el contacto y más aún por la cara preocupada de él, aunque después frunció el ceño para quitar su mano

-¡Criminal! Ya dije que estoy bien ¿Por qué todos preguntan lo mismo? – y lo aparto de su camino pasa seguir caminando. Aunque sonriendo tontamente mientras balbuceaba algunas palabras de amor hacia el aire y justo cuando iba a sacar su relicario… este no estaba, de hecho; Noto que ni siquiera traía la misma ropa que siempre acostumbraba a usar

-¡¿Pero qué…?!- comenzó a examinarse bastante alterada. Toco su cabeza ¡¿Dónde estaba su moño?! Su ropa… Corrió hacia el baño y se detuvo frente al espejo; Quedo perpleja ante su visión

Su cabello estaba suelto, tenía dos cejas, su ropa ya no destilaba ese rosa chillón que tanto le gustaba. De hecho, lucia mayor, más bonita, menos agresiva pero eso a ella no le importaba ¿Qué le había pasado? ¿Por qué todos la trataban como si estuviera loca? ¿Y por qué todos lucían tan diferentes? Bueno, tal vez todos tenían algo de razón, tal vez algo estaba mal con su cabeza…

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-¿Qué? ¡¿Helga Perdió la memoria?!- grito Gerald a todo lo que pudo, sin importarle lo que dijeran los demás. Arnold y Phoebe a pesar de ser los más calmados, no podían creer lo que estaban escuchando, aun si ya se los habían explicado varias veces

-Si, al parecer, ella aún cree que esta en cuarto grado. No estoy segura de cuánto tiempo dure esto, pero por lo que puedo ver, solo es por algún tiempo, así que lo mejor es cuidar de ella, vigilar sus actividades y no presionarla mucho con el tema. Después, ella recordara por sí sola, así que no tiene que estar tan preocupados - continúo explicando la enfermera y todos asintieron antes sus indicaciones

-¡¿Qué está pasando aquí?! ¿Por qué demonios estoy en esta escuela?- entro Helga gritando, a nadie en particular

-Helga… calma…- Brainy intento tocarla, pero ella aparto rápidamente su mano

–Tu deja de tocarme chico raro, no sé quién te has creído- le espeto molesta y todos guardaron silencio bastante incomodos

Brainy suspiro abatido –Creo que… necesito un poco de aire- y salió de ahí si querer quedarse a ver más

-Eso no fue muy amable de tu parte Helga- le reprendió Phoebe

-¿Qué? No sé qué tiene de extraño, siempre lo trato mal, aunque ya no este respirando tras de mi- se indignó Helga, pero luego miro a alguien detrás de Phoebe -Y tú que estas mirando, cabeza de balón- casi grullo mientras se cruzaba de brazos, esperando a que él chico se molestara como siempre lo hacía

-Me alegra que estés bien Helga- sus palabras la hicieron sonrojar y para su desgracia, no pudo esconderlo de ninguno de ahí. Peo nadie se atrevió a decir nada, Phoebe y Gerald parecían algo incomodos con las miradas de odio de Helga y de tonto enamorado de Arnold, mientras que claro, la enfermera no entendía que era lo que los adolescentes de hoy en día tenían en la cabeza

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Helga G. Pataki había sido bien conocida por su dura personalidad, su fuerte carácter y su excéntrico sarcasmo. Nunca se mostró débil ante los demás, no importaba en que situación fuera; Pero hoy todos la miraron bastante desalentada, su cabeza tirada en su pupitre con sus manos estiradas sobre el mismo –Esto no me puede estar pasando a mi… como demonios termine así… definitivamente algo estaba mal con mi cabeza desde antes…- fueron algunas de las cosas que sus demás compañeros le escucharon murmurar

Pero a ella poco le importaban las miradas de sus compañeros, ni siquiera tenía ganas de golpear a nadie. Pues las palabras de Phoebe aun rondaban su mente. Y es que bueno, no todos los días tu mejor amiga te dice que perdiste la memoria, que no tienes 10 años sino 18, que el amor de tu vida acaba de llegar de San Lorenzo porque después de que tú lo ayudaste a encontrar a sus padres y le volviste a confesar tus sentimientos, se quedó allá sin siquiera responderte como era debido ¡Ah! Y lo que ganaba el premio Nobel de estos traumáticos sucesos… Que ella, Helga G. Pataki, era la feliz novia de Brainy ¡De Brainy! Entre todas las personas ¡Había escogido como novio a Brainy! Bueno, el chico ya parecía respirar de manera normal, se había vuelto más alto y más atlético; Y a pesar que parecía un poco deprimido con sus malos tratos, le sonreía en todo momento…

¡Pero que rayos estaba pensando! Oh dios, el golpe la había dejado algo loca

-Todo esto me está dando Jaqueca-se cubrió la cara con ambas manos

Y entonces entro el Señor Simmons, algo tarde al parecer, pues su clase llevaba como 15 minutos de retraso -Muy bien estudiantes, ahora pasaremos a la página…- y ella ya no estaba prestando atención… Solo pasaba su mirada vagamente, intentando entretenerse con algo que no la hiciera morir de aburrimiento y que no la hiciera pensar en cosas de las que le daban ganas de golpearse a ella misma. Y entonces miro su cuaderno, y por arte de magia una idea le llegó a la cabeza al arrancar la hoja

Mientras tanto, Arnold a pesar de mirar fijamente hacia el frente, su mente estaba bastante revuelta con todo lo que había pasado hoy. No sabía qué hacer y… De repente, sus pensamientos fueron interrumpidos por un golpe en su nuca, una indudable bola de papel que lo había golpeado, rodo los ojos algo cansado de las malas bromas de Harold y se giró para mirarlo con advertencia, pero para su sorpresa, no era el -¿Qué?- lo miró Helga aparentando calma. Y él rápidamente se giró de nuevo a su lugar, para esconder la cara asombrada pero feliz que él tenía. Había extrañado esas bolas de papel

La clase paso rápida para ambos, pues se encontraban muy ocupados; Helga le había arrojado bolas de papel durante toda la clase y Arnold, solo se reía disimuladamente cada vez que sentía una mientras garabateada algunas cosas en su cuaderno. Arnold no se levantó de su asiento hasta que vio a Helga salir por la puerta y se dispuso a alcanzarla para ver si quería desayunar con él –Viejo, tenemos que hablar- lo detuvo Gerald

-Gerald ¿No podría ser en otro momento? Ahora mismo estoy algo ocupado- miro por encima de su hombro en busca de Helga

-Precisamente por eso, es que necesitamos hablar ahora- dijo jalando de él hacia el patio.

Lo hizo que se sentara en una de las bancas, para poder descansar y sentarse junto a él –En mi defensa, yo no hice nada- Arnold trato de parecer calmado

Gerald lo miro con una ceja alzada –Arnold, toda la clase Helga estuvo arrojándote bolas de papel mientras tu soltabas risitas de chica enamorada e inundabas tu cuaderno con el nombre de Helga dentro de muchos corazoncitos y dibujos de ella, dime que parte de todo eso te parece normal a ti- lo miro mientras el rubio no pudo evitar sonrojarse al verse descubierto –Arnie… creo que ya que hoy perdiste la cabeza junto con Helga… Es mi turno de decirte, que lo haces, no está para nada bien- negó Gerald con la cabeza

Arnold bajo la cabeza –Lo sé- murmuro abatido – Pero… no puedo evitarlo, llevo esperando que Helga me mire desde que hace más de 7 años, es duro si intento ignorarla ahora que ella me está prestando atención- Gerald miro con pena a su mejor amigo, lucia bastante triste

-Eres un chico muy valiente mi amigo- Le palmeo el hombro –Pero tampoco olvides que ella ya tiene novio, aun si no lo recuerda- Le dio una última palmadita y se fue de ahí para dejarlo penar un rato a solas no sin antes haberle ofrecido una sonrisa conciliadora y un pulgar en alto

-Demonios, esta escuela es enorme- escucho a alguien que caminaba cerca de él.

-¿Helga?- se paró para alcanzarla

-Que quieres zopenco- respondió fingiendo molestia, aunque estaba totalmente feliz de su presencia

-Bueno, pensé que estabas perdida. Tal vez yo te pueda ayudar un poco- jugo un poco con sus manos

-Estas de suerte Arnoldo, dejare que me lleves a la cafetería- lo señalo indiferente; Aun si quisiera gritar de alegría, igual que él

-¿Enserio?- ella asintió y después, para su total desconcierto, la abrazo como si su vida dependiera de ello, haciendo que ambos cayeran al suelo, él encima de ella, pero sin dejar de abrazarla

Primero estaba sorprendida, después paso a una incalculable felicidad, para después, terminar con… -¿Pero qué te sucede Arnoldo, estas demente?- le espeto molesta mientras trataba de quitárselo, pero este se negaba a soltarla

-Solo un momento, por favor Helga, solo un momento- susurro él, aferrándola más fuerte. Helga sintió como su sangre comenzó a correr por toda su cara. Después de un rato él se separó levemente de ella para poder percatarse de su gran sonrojo y la miró detenidamente

-¿Qué?- cuestiono ella algo cohibida por su mirada tan penetrante

Pero él no decía nada, para total perturbación de ella que no sabía cómo demonios su corazón podía soportar tal sacudida. Y entonces, sin siquiera darle tiempo a ella de replicar, la beso…

Ella frunció el ceño, sin poder entender el por qué estaba pasando esto, o más bien, porque Arnold la estaba besando ¿Acaso estaba soñando? Pues no, sus labios realmente estaban en los de ella, una de sus manos ahora estaba sobre una de sus mejillas mientras con la otra soportaba su peso para no aplastarla y poder besarla con más euforia, y casi rogando para que ella le devolviera el beso

Helga solo sabía que en cualquier minuto le daría un infarto si su corazón seguía corriendo a tal velocidad hasta que… sintió que ya no podría aguantar el calor en su rostro y… se desmayó -¿Helga? ¡Helga!- Oh por dios ¿Qué le había hecho a Helga? ¡¿Tan mal besaba?! Bien, no era hora de pensar en eso, se reprochó mentalmente mientras la levantaba para llevársela a la enfermería

Corrió a la enfermería con Helga en brazos, seguido por todos chicos preocupados y enamorados que ella tenía. Obviamente, solo pudieron entrar los más cercanos; En ese caso, Gerald, Phoebe y Brainy -¿Qué paso ahora?- pregunto la enfermera bastante preocupada

-No… solo… ella se… desmayo- balbuceo Arnold, omitiendo algunos detalles y más al ver la mirada suspicaz de Gerald, el no pudo más que bajar la cabeza muy apenado pero sin decir nada más, solo mirando uno que otro momento a Helga -Criminal… ¿Dónde estoy?- murmuro Helga aun confundida y todos la miraron más aliviados mientras se acercaban a ayudarla. Excepto Brainy, que prefirió no incomodarla más, solo se sentó para mirarla

-¿Te sientes bien Helga? ¿Te duele algo?- la interrogó Phoebe

-Solo, la cabeza, pero no es nada del otro mundo, es una simple jaqueca- se puso de pie aunque aún algo aturdida

No sabía cuánto tiempo se había quedado dormida –Pataki, eso no fue una simple jaqueca, caíste de las escaleras. Y ahora volviste a desmayarte ¿No lo recuerdas?- replico Gerald y todos esperaban su respuesta ¿Y si ahora recordaba menos?

-Estoy bien, no voy a morir, así que dejen de mirarme así- Helga se cruzó de brazos molesta de tanta atención

-Helga me alegra que estés bien- dijo algo apenado Arnold sin atreverse a acercársele

Ella lo miro un rato y después le revolvió el cabello con una mano -¿Pero que pasa contigo cabeza de balón? ¿Qué con esa actitud?- le palmeo ahora el hombro mientras reía levemente

Pero entonces miro al extraño chico que solo la veía en silencio y frunció el ceño – Oye tu idiota… - le llamó y Brainy cerro los ojos esperando a que lo golpeara, sin resistirse siquiera -¡Hey! Deja de ignorarme y tráeme mi mochila- se cruzó de brazos

El no dijo nada, solo salió corriendo de ahí para hacer lo que ella le pidió y tan rápido como se fue, también regreso –Aquí…-le entregó la mochila y volvió a su desolado lugar detrás de la enfermera que veía todo de manera entretenida

Ella comenzó a buscar algo dentro de esta y todos la miraron con curiosidad – ¡Aquí esta!- tomo una pequeña caja con un gran moño arriba de ella

Le hizo una seña con la mano a Brainy para que se acercara, pero este la miro dudoso; Ella golpeo su frente con una de sus manos para después volver a indicarle con las manos que fuera hasta donde ella estaba, aunque esta ya parecía más una orden que nada. Él se puso de pie aun algo cohibido y cuestionando su decisión de ir o no ir -¡Date prisa, ni que fuera a comerte!- replico Helga, cansada e impaciente

El termino por llegar hasta donde ella estaba, esperando algún "lárgate de aquí idiota" o un "¿Quién te crees que eres para estar aquí?" pero estos nunca llegaron. Ella tomo sus manos para dejar la caja sobre ellas –Feliz Aniversario- dijo mirando hacia otro lado y cruzándose de brazos como típicamente lo hacía, tan natural de ella casi como su cabello

-¿Tu… me estás dando esto a mí? ¿Recuerdas quién soy yo?- se señaló él mismo

-¿De qué rayos hablas tonto? Claro que te recuerdo y por supuesto que te estoy dando eso a ti, hoy cumplimos dos años de noviazgo ¡Me lo repetiste toda la semana! Incluso pegaste recordatorios en la ventana de mi habitación- se indignó ella

Él no pudo estar más feliz que nunca, tal parece que la amnesia temporal de Helga se había ido. Sin esperar ni un momento más abrió la caja que ella le había dado, era un llavero de… un moño rosa –Así no se te perderán las llaves de la casa- le dijo levemente. Y él entendió que se refería a las llaves que Bob Pataki le había dado por un voto de confianza, no solo para que cuidara de Helga -¡¿EH?!- Grito ella al mirarlo, él estaba llorando –No… no llores, por favor… no… ah…no llores- balbuceo ella tratando de calmarlo.

Y el solo corrió a abrazarla, sin importarle el hecho de que los demás estuvieran ahí mirándolos con asombro, sin importarle el hecho de que su efusividad había causado que cayeran al suelo, y tampoco le importo el hecho de besarla frente a todos. Estaba demasiado feliz como para preocuparse por esas cosas. La verdad es que prefería a la Helga de ahora y estaba demasiado feliz al verla de vuelta. Es cierto que se había enamorado de la vieja Helga, aun sin importarle su actitud de bravucona y sus malos tratos. Pero ahora que ella lo miraba tan afectivamente, no podía evitar estar más que complacido con ella y por lo tanto, no quería que ella lo dejara de mirar así –Tranquilo, tranquilo- le palmeo la espalda Helga, en un intento algo torpe de tranquilizarlo

El paso una mano para limpiarse las lágrimas –Quiero Helado- murmuró aun sin lograr despejar su cara

-Iremos por Helado entonces- Helga rodo los ojos

Brainy sonrió feliz y volvió a besarla, ignorando las vagas quejas de Helga

-Arnie, deberías ya cerrar esa puerta- Murmuro Gerald detrás de él

-Sí, es que… tenía curiosidad, de su relación, eso es todo- entrecerró la puesta para que nadie más los viera –Se ven felices…- suspiro algo abatido

-¿Entonces te darás por vencido ya?- Gerald levanto una ceja mientras se recargaba en la pared y cruzaba los brazos

-¡Por supuesto que no!- Arnold pareció indignarse, y Gerald reprimió el instinto de golpearse la frente con una mano. Ese chico sí que era terco –Si Helga soporto tantos años luchando contra mi muy desarrollada densidad, yo también puedo hacer lo mismo- Dijo Arnold decidido –No importa lo que tenga que hacer, no me rendiré- sonrió feliz

-Arnold, eres un chico muy valiente, un chico muy valiente…- casi se apenó Gerald de él

-Alguien tiene que serlo- Arnold simplemente se encogió de hombros

-Ahora no sé si es valentía, o simplemente enloqueciste- Negó Gerald divertido


Bien!

Me quedo más largo

Jajajaja

Ya saben, que sus opiniones e ideas son siempre bienvenidas

Aquí Samantha se despide!

Hasta la próxima :3

EN EL PROXIMO CAPITULO!

Capítulo 7: Falso Anti-Príncipe