Después de una largo día, la noche al fin llegaba de forma acogedora. Los niños dormían profundamente y en la privacidad de su dormitorio Shaoran Li no dejaba de dar vueltas y vueltas a un asunto que lo inquietaba cada vez más a medida que pasaban los minutos. Ser Jefe del Consejo de Magia Oriental.

-Shaoran, ¿me dirás qué es lo que tienes? Haz estado muy silencioso desde la tarde. –comentó con preocupación Sakura mientras se recostaba al lado de su esposo, posando su cabeza sobre el pecho masculino.

-Tengo, tengo que tomar una decisión muy importante para nosotros, Sakura. Y aún no estoy seguro de si quiero hacerlo.

-Shaoran, me preocupas…

-Fujiwara me pidió que acepte el cargo que se me ofrece como Jefe del Consejo. –admitió con un suspiro. –No es lo que deseo, pero una parte de mí sabe que es lo mejor para todos nosotros.

-No quiero.

-Sakura…

-¡No quiero! Siempre eres tú quien hace los sacrificios por nuestra familia y yo me quedo observando, como una inútil que sólo sabe manejar una cafetería.

-Sabes que no es así y no te llames inútil porque no lo eres, Sakura.

-¡Si lo soy! –exclamó la joven mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus tersas mejillas. –Así es como me siento, cada día te exiges más y más mientras lo único que yo hago es administrar una cafetería que no sirve de nada.

-Eres dueña de una de las cafeterías más conocidas de la zona y pronto podrás lanzar tu propia cadena. –le dijo él con dulzura.

-¿Y crees que eso salvará a nuestra familia cuando tenga que luchar contra ese Ángel de la Destrucción?

-Cuando TENGAMOS que luchar contra quien quiera que sea ese ángel, lo que nos salvará será nuestra fuerza y nuestro amor. –rectificó el joven mientras se sonrojaba pensando en lo "cursi" que había sonado aquello

-Pero aún así, aún así no quiero que seas tú el único que haga sacrificios. Somos una familia, Shaoran, y no puedes cargar tú sólo con todo el peso de las responsabilidades. Para eso estoy a tu lado y siempre lo estaré, para ayudarte y apoyarte. –murmuró la joven mientras enterraba su rostro en el pecho de su esposo para que él no la viera llorar.

-Es por eso que te amo. Siempre estás a mi lado. –sonrió. –Y sé que siempre lo estarás así como yo también estaré a tu lado hasta el fin de mis días. Y por favor, no llores más que aunque no pueda verte siento tus lágrimas mojar mi ropa.

-Shaoran, ¿por qué quieres ser Jefe del Consejo? Mejor dicho, ¿por qué es necesario que lo seas? –preguntó la joven mientras se secaba las lágrimas.

-Para poder protegerlos, a ti y a los niños. Antes de conocerte y formar una familia jamás lo hubiera considerado, siempre alegué que las obligaciones para/con mi clan eran lo primero pero eso sólo era una patética y débil excusa que me decía a mi mismo.

-Pero…

-Soy débil, Sakura. Antes de volver a cruzarme contigo me había vuelto una persona dura, fría y muy seria pero aún así nunca he dejado de ser débil. La verdadera forma por la que nunca quise formar parte del Consejo es porque me repugnan sus "métodos de aplicar la ley"

-¿Sus métodos?

-Así es, siempre hice lo posible por mantenerte al margen de eso para que no lo supieras, pero siempre supe que tarde o temprano lo sabrías. –con un profundo suspiro continuó. –La verdadera razón de la existencia del Consejo, es luchar porque la existencia de la magia sea un secreto a todos aquellos que no la poseen, lo único que debes hacer si quieres mantenerte al margen del "radar" del Consejo es no hacer demostraciones públicas de tu magia. Inclusive, cuando las cartas Clow se liberaron el Consejo estuvo a punto de intervenir para evitar que la existencia de la magia saliera a la luz debido al poder liberado de las cartas. Debido a que no hubo los suficientes votos en el Consejo para la intervención en la captura de las cartas, decidieron designarle al clan Li la obligación de capturarlas todas. Después de todo mi clan es el único descendiente de Clow Reed. Esa fue la razón por la que vine a Japón cuando era niño.

-Pero no entiendo. Ya sabía eso, tu mismo me lo explicaste cuando nos volvimos a encontrar hace 9 años. –comentó Sakura mientras se reincorporaba hasta quedar sentada al lado de su esposo y así poder ver su cara.

-Lo que nunca te dije fue qué es lo que le sucede a aquellos que no cumplen las reglas que dispone el Consejo. Todos aquellos que ponen en evidencia la existencia de la magia o no cumplen con una de las tantas leyes que impone el Consejo, es ejecutado. Y si su clan también ha puesto en manifiesto la magia es ejecutado por completo llevándolo a extinción.

-Ejecutado…quieres decir…

-Asesinado.

-Shaoran eso es…es horrible. –exclamó la joven mientras se llevaba ambas manos a su boca.

-Por eso siempre me negué a formar parte del Consejo, sin embargo mi madre nunca lo entendió y continuó presionándome. Cuando hace 9 años me decidí a aceptar un cargo, el cual es relativamente inferior, fue únicamente para protegerte a ti y a nuestra futura familia. Creí que así podría mantenerme informado si algo ocurría y así poder estar preparado para lo que fuera necesario pero…ahora me doy cuenta de que fue en vano. –confesó Shaoran mientras crispaba sus puños en un intento de contener su impotencia. –Debo aceptar ser Jefe del Consejo porque así podré acceder a todos los archivos antiguos y ayudar a develar la profecía sobre el Ángel de la Destrucción, pero no sé si podré mirar a los ojos a mis hijos sabiendo que soy la cabeza de una organización que mata personas por no cumplir con una estúpida regla.

-Shaoran, no pienses de esa forma por favor. Creo que si el Consejo ha actuado de esa forma hasta ahora, debe ser porque no ha sido liderado por un buen líder, si piensas ser el Jefe quizás puedas cambiar esa forma de castigo, no lo sé implementando una cárcel o algo por el estilo. Los niños no tienen por qué conocer esa faceta oscura del Consejo, aún son pequeños para ello. ¡No te preocupes, pase lo que pase todo estará bien!

Shaoran no pudo más que observar asombrado la leve sonrisa que se dibujaba en los labios de su esposa. A pesar de todo, ella seguía siendo tan optimista como cuando era una niña. Y eso era un orgullo para él; estaba orgulloso de poder decir que la bella, optimista y alegre mujer que se encontraba sentada en su cama junto a él era su esposa.

-No tienes una idea de cuánto te amo, Sakura. –sonrió mientras la abrazaba dulcemente.

-Estaremos juntos por siempre, ¿verdad? Incluso si tu eres el Jefe del Consejo de Magia Oriental y yo ese Ángel de la Salvación.

-Por siempre, hasta nuestros últimos días. –murmuró Shaoran mientras comenzó a recorrer con tiernos besos el cuello de su esposa, aspirando la fragancia femenina que tanto conocía y deseaba. Sakura apoyó su cabeza sobre el pecho masculino y con un leve suspiro dieron rienda suelta a su amor. Haciendo palpitar sus corazones a mil kilómetros por hora, acelerándose aún más con cada roce.

-¡Oh, Sakura! –murmuró él roncamente mientras sus manos comenzaban a acariciar los brazos y la espalda femenina, mientras ella acariciaba delicadamente los hombros de la persona que más amaba en la vida y comenzaba a desabrochar la camisa de dormir de él.

-Pase lo que pase siempre estaremos juntos, Shaoran. –murmuró suavemente en la oreja masculina.

-¡Mamá, papá! ¡Mamá, papá! ¿Podemos entrar?

-¿Qué…qué es lo que sucede? –se preguntó una somnolienta Sakura a las 7 de la mañana del día siguiente.

-Son los niños…-murmuró Shaoran

-¡Mamá, papá, vamos a entrar!

-¡NO! –gritaron al unísono los esposos Li, reaccionando rápidamente. Ya que en realidad, podría decirse que no se encontraban en las condiciones para que sus dos hijos de 9 años los vieran en ese mismo momento. –En seguida saldré a verlos niños. –añadió Sakura mientras rápidamente se vestía y se ponía una bata ligera. -¿Qué es lo que sucede? –preguntó mientras abría la puerta de la habitación y se encontraba con sus hijos.

-¡Tenemos visitas, mamá! –anunció Nadeshiko.

-¿Visitas, a esta hora de la mañana?

-Así es, mamá. Las escuchamos llegar y Wei las recibió. –respondieron al unísono

-Son… ¿mujeres?

-No sabemos, aún no las hemos visto pero escuchamos voces de mujer.

-¿Qué sucede? Siempre que hablan al mismo tiempo es porque están diciendo algo importante. –intervino Shaoran.

-Los niños dicen que tenemos visitas, Shaoran. Al parecer Wei los ha recibido.

-Si es así lo mejor será vestirnos e ir a ver de qué se trata, ¿niños tienen todo listo para ir a la escuela?

-¡Si!

-Bien, lo mejor será que vayan a desayunar entonces. –comentó Sakura. –Papá y yo bajaremos en un momento, debemos alistarnos.

-Mis señores, lamento interrumpir pero…

-Oh Wei buenos días y no te preocupes, si es por lo de "nuestras visitas" los niños acaban de avisarnos. –saludó Sakura al recién llegado anciano.

-¿Tienes idea de quiénes pueden ser, Wei?

-No mi señor Li, aunque estoy seguro de que pertenecen a algunos de los clanes del aire y la tierra, pero…no parecen ser jefes de clanes, mi señor.

-Está bien, bajaré en un momento. –y dicho eso, tanto Shaoran como Sakura ingresaron a su habitación para alistarse, siendo que minutos más tarde descendían por las amplias escaleras de la mansión y se dirigían hacia el pequeño recibidor en donde sabían que sus visitas esperaban.

-Muy buenos días. –saludó Sakura alegremente para encontrarse con lo que menos esperaba en esos momentos.

Dos adolescentes exactamente iguales estaban sentadas una al lado de la otra acompañadas por un joven de no más de 20 años que se hallaba de pie al lado de ellas.

-¡Oh, que lindos son! –comentaron las adolescentes al unísono. Siguiendo con un constante "cuchicheo" entre ambas –Son una pareja perfecta, ¿verdad? ¡Claro que si, basta con mirarlos para darse cuenta! ¿Tendrán hijos?

-Esto… ¿podrían decirnos sus nombres? –preguntó Sakura algo incómoda con aquellos comentarios.

-¡Kimiri, Kamiri! ¡Pero todos nos llamas Kimi-chan y Kami-chan! –se presentaron las adolescentes, quienes resultaron ser gemelas, hablando nuevamente al unísono y haciendo una especie de…reverencia. – ¡Representantes del clan Kazenokizu!

-¿Kimiri y Kamiri? –se preguntó Sakura mientras gotas de sudor comenzaban a hacerse visibles en su cabeza ante tal presentación, mientras pensaba en lo extraños que eran sus nombres

-¿Ustedes son representantes del clan Kazenokizu? ¿Qué hacen aquí? –inquirió Shaoran.

-Oh mil disculpas señor Li, por nuestra irrupción en su hogar. –exclamó una joven mujer de largos cabellos castaños mientras se inclinaba ante Shaoran a modo de reverencia. –Soy Terra Tsuchisama y él es mi compañero Kyoga Tsuchisama, somos representantes del clan Tsuchisama.

-Buenos días. –agregó el tal Kyoga, quien se había mantenido al lado de las gemelas en completo silencio mientras ellas se presentaban.

-Buenos días, ¿podrían explicarme qué es lo que hacen en Japón? O más bien, ¿en mi casa?

-¡Mamá, papá nos vamos a la escuela!

-¡KAWAII! ¡SON TAN TIERNOOOS! –gritaron las gemelas espantando a los mellizos Li, que acababan de ingresar al recibidor para despedirse de sus padres. -¿Quiénes son? ¿Cómo se llaman? ¿Son hermanos? ¿Cuándo es su cumpleaños? ¿Cuántos años tienen? ¿¡POR QUÉ SON TAN LINDOS!?

-Somos hermanos

-Mellizos

-Me llamo Nadeshiko

-Y yo Ren

-20 de noviembre

-9 años

-¡No lo sabemos! –exclamaron al unísono, los mellizos algo intimidados ya que ambas gemelas los abrazaban fuertemente para la sorpresa de todos los presentes, que no pudieron hacer más que contemplar la escena totalmente paralizados mientras sendas gotas de sudor incómodo aparecían en sus cabezas.

-¡Se turnan para hablar! –exclamó "Kimi-chan"

-Sólo cuando están nerviosos… -murmuró Sakura algo apenada

-¡Y también lo hacen al mismo tiempo! –exclamó "Kami-chan"

-Pero…si nacieron en noviembre…eso quiere decir…-dudó Kimi, mientras Kami calculaba mentalmente 9 meses

-¡Que estos dos tuvieron un MUY buen San Valentín! –gritaron mientras señalaban a los atónitos Sakura y Shaoran.

-Ustedes dos… -comenzó Li mientras una gran vena comenzaba a resaltar en su frente

-Um…niños, lo mejor será que se vayan a la escuela o llegarán tarde. Papá y yo tenemos asuntos que atender.

-¡Si, con permiso! –asintieron los mellizos mientras salían corriendo, sabían que de la expresión de enfado que tenía su padre nada bueno podía resultar. Y además estaban realmente aliviados de poder alejarse de esas extrañas gemelas tan hiperactivas.

-¿¡Quién se creen que son para venir a hablarme así en mi propia casa!?

-Uy se enojó…

-Da miedo cuando se enoja, ¿verdad Kimi?

-Así es, Kami…

-Lo siento mucho, señor Li. Ellas son algo…efusivas, si se puede decir así. Mis disculpas. –se excusó Terra con una inclinación.

-No se preocupe señorita Tsuchisama, pero por favor ¿podrían decirnos por qué están aquí?

-Por él –confesó Kyoga mientras señalaba a Kimuri Fujiwara y Mitsuyoshi Takari

-¿Señor Fujiwara? ¿Qué hace de pie?

-No te preocupes Shaoran, hoy me encuentro ligeramente mejor. Mitsuyoshi sintió el poder de las gemelas y me avisó que ya estaban aquí.

-Cuando se emocionan mucho su presencia mágica parece incrementarse. –añadió Mitsuyoshi

-¿Usted les dijo a todos que vinieran aquí?

-Oh no, les dije que se dirigieran a la sede del Consejo

-Allí nos dijeron que viniéramos aquí, que usted se encontraba en la mansión de los Li. –explicaron las gemelas

-Ya veo, eso lo explica todo.

-No explica el hecho de que hayan acosado a mis hijos. –se exasperó Shaoran

-¿Pero qué hacen aquí? –preguntó Sakura

-Estamos al tanto de los graves casos que se relacionan con los clanes de la tierra y el aire, por eso se ha convocado una reunión entre dichos clanes con el aval del Jefe del Consejo y de los clanes más poderosos se han enviado a aquellos cuya magia es más fuerte. Dejando así a dos representantes por clan.

-Lo entiendo, gracias por su explicación señorita Tsuchisama. –agradeció con una sonrisa la dama Li.

-Kyoga y Terra Tsuchisama son de un clan de la tierra, el más poderoso de todos los de ese tipo de magia. Mientras que Kimiri y Kamiri Kazenokizu son de un clan del aire, también es el más poderoso de los de su clase. –explicó Shaoran a su esposa.

-Ya veo. –murmuró ella.

-Sentimos mucho que los clanes de la tierra y el viento estén involucrados en esto, haremos lo posible por ayudarlos a averiguar quién está detrás de todo esto, señora Li.

-Pero…en todo caso, creo que deberían hablar con mi hermano. El jefe del departamento de investigaciones del Consejo.

-¿El señor Kinomoto? Nos dijeron que no se encontraba en su oficina. –respondieron las gemelas

-¿Mi hermano no fue a trabajar? Shaoran, ¿le habrá sucedido algo?

-Es extraño que no haya ido, nunca ha tenido ausencias. Lo mejor será ir a verlo, quizás se encuentra en su casa en el templo Tsukimine.

-Shaoran, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo antes de que te dirijas a cualquier lado. –intervino repentinamente el anciano.

-¿Qué sucede, Fujiwara?

-Por favor, ¿podrías permitir que estos jóvenes se hospeden en tu hogar por al menos unos días?

-¿¡EH!?

-Descansa un poco más, Toya. Aún te ves muy pálido.

-No te preocupes, estoy un poco mejor. Aunque quizás un beso tuyo me sanaría más rápido, quién sabe. –bromeó el galeno. Pues si se encontraba en la intimidad de su habitación era capaz de mostrarse abiertamente cariñoso con su esposa, sin embargo era incapaz de hacerlo en público. Podría decirse que esa actitud era muy similar a la de Shaoran Li, aunque Kinomoto nunca admitiría que se parecía en lo más mínimo a ese "mocoso".

En fin, tras una suave sonrisa Kaho Kinomoto se inclinó sobre el cuerpo de su esposo afiebrado, que yacía en la cama matrimonial, y depositó un amoroso beso en su frente.

-No era a la clase de beso a la que me refería, lo sabes.

-Pero será el único que conseguirás si no dejas de insistir con ir al Consejo. Estás enfermo Toya, debes descansar o empeorarás. –regañó Kaho.

-Yo nunca me enfermo, Kaho. Sólo es un poco de fiebre no quiere decir que necesariamente sea una enfermedad.

-¿Nunca te enfermas? Bueno señor terquedad, lamento informarte que para todo hay una primera vez y quizás sea esta la primera vez que te enfermas. Además lamento informarte que la fiebre es el preludio de la enfermedad.

-No exageres. –bufó el jefe del departamento de investigación del Consejo en Japón

-No lo hago. –sonrió su esposa. –Ya le informé a tu asistente que no irás a trabajar hoy, y Kioko ya está en la escuela así que deberías aprovechar que no tienes nada que hacer y descansar un poco.

-No, Sakura está aquí.

-¿Puedes sentirla? Eso quiere decir que tus poderes están aumentando cada vez más. –comentó con emoción la mujer

-En verdad no es algo que me alegre mucho, creí que al fin podría tener una vida normal luego de entregarle mis poderes a Yue.

-Eres el hijo de una de las reencarnaciones de Clow, tu poder no podía desaparecer de forma tan simple. –sonrió Kaho. –Iré a recibir a Sakura. Intenta descansar.

-Si, si lo que tu digas

Minutos más tarde, ingresaban a la habitación matrimonial de los Kinomoto, Sakura y Kaho mientras la última le explicaba a su cuñada la condición de su esposo.

-Hermano, ¿Cómo te sientes? –preguntó preocupada la señora Li al ver a su pálido hermano yaciendo en la cama.

-Bien, sabes que nunca me enfermo monstruo. No hay de qué preocuparse, creo que Kaho está exagerando un poco.

-Kaho nunca exagera, y al verte sinceramente creo que está diciendo la verdad sin exageraciones.

-Lo que me faltaba. –bufó Kinomoto. -¿Y no se supone que tú tienes que trabajar o algo por el estilo?

-La verdad es que no me siento con ánimos de trabajar. –murmuró la antigua cardcaptor. –Y me preocupé cuando me dijeron que no habías ido al Consejo.

-¿Quién te lo dijo? –preguntó él dirigiendo una rápida mirada a su esposa.

-No fui yo Toya, si eso es lo que te preocupa. –le sonrió ella.

-No, no…digamos que fueron unas…"visitas" que recibimos en casa.

-¿Visitas? ¿De qué hablas, Sakura?

-Esto…cómo explicarlo. Hoy en la mañana llegaron 4 representantes de los clanes del viento y tierra a la mansión y entre charla y charla mencionaron que habían ido al Consejo y allí les respondieron que tú no estabas presente. –explicó Sakura intentando ocultar su incomodidad con una risa falsa, muy falsa diría ya que su hermano en seguida lo notó.

-Y dime…¿por qué te ríes así?

-¿Eh? ¡Yo no me río! ¿Quién se ríe? Sólo estaba tosiendo un poco, tengo la garganta algo reseca ¡COF, COF, COF!

-Y ahora estás tosiendo de forma exagerada, Sakura…

-Eh, Sakura no tengo idea de qué es lo que sucedió en tu hogar pero no te preocupes por Toya. Creo que se encuentra algo mejor. –sonrió Kaho intentando desviar el tema de conversación.

-Dije que me encontraba mejor desde un principio, mucho antes de que ella llegara. –suspiró el aludido.

-¡Oh, es cierto! Tu hermano ha logrado sentir tu presencia cuando venías, es algo muy bueno ¿no crees?

-¿Es verdad? ¡Hermano eso es muy bueno! Quiere decir que tus poderes se están regenerando o algo así.

-Puede que sea algo bueno para ustedes pero no para mi, después de tantos años ya me había acostumbrado a la falta de ellos.

-Hermano, la magia es un regalo que se nos ha otorgado y no podemos deshacernos de los regalos tan fácilmente, ¿no es así? Era natural que después de un tiempo la magia volviera a ti.

-Habría vuelto más rápido si se hubiera enfocado en ello, pero todo este tiempo ha intentado negar sus poderes y es por eso que tardan tanto en aparecer.

-Es muy terco cuando quiere. –aceptó Sakura.

-Ustedes dos… ¡dejen de hablar de mí como si no estuviera presente! Ya es suf… ¡cof, cof, cof!

-¡Toya!

-No…no te preocupes, estoy bien. –dijo a duras penas el enfermo.

-Kaho tiene razón en preocuparse, hermano. Lo mejor será llevarte a un hospital, quizás sea algo más grave que un resfriado.

-Sakura, ¿acaso no tienes un esposo del que cuidar?

-¡Toya, no seas molesto! –protesto con enfado la antigua cardcaptor, provocando que a su enfermo hermano se le erizara el cabello. Ya que ella sólo lo llamaba por su nombre cuando estaba realmente molesta. –Lo mejor será que me vaya, Shaoran debe estar muy ocupado con ciertos asuntos e iré a ayudarlo.

-Espera Sakura, ¿no quieres tomar algo antes de irte?

-No Kaho, gracias pero no es necesario. Lo mejor será ir a CUIDAR A MI ESPOSO. Adiós.

-Sakura espe… -ya era tarde, ciertamente la señora Li se marchó bastante enfadada y dando un portazo como despedida que dejó a su hermano sin palabras. Después de todo quizás habían pasado años desde que la viera tan enojada.

-Lo lograste Toya, si querías que se molestara contigo lo conseguiste con éxito.

-No es mi culpa que esté tan susceptible. –bufó el investigador. –Sólo le dije que estaba siendo una exagerada.

-Ponte en su lugar, cariño. ¿Cómo te sentirías si de un día para otro te enteras de que eres un "ángel de la salvación" que tiene que luchar por el destino de este mundo?

-No me lo recuerdes, trato de no pensar en ello.

-Puede que tú trates de no pensar en todo lo de ayer, pero Sakura lo tiene muy vigente en su cabeza. No es su culpa estar "tan susceptible" –explicó con suma paciencia la madre de Kioko.

-Tienes razón. –admitió con pesar su esposo.

-Detesto cuando tienes razón, Sota.

-Eso es porque, generalmente la tengo cuando se trata de asuntos que no te agradan. –comentó Sota Xing, algo cohibido

-No me molesta en lo absoluto recibir visitas, pero creo que este no es el momento para que mi casa se convierta en un hotel. –bufó Shaoran

-Mi señor Li, el joven Xing tiene un buen punto. No dar hospedaje a los miembros o representantes de clanes que asi lo soliciten puede ser fuente de rivalidades ya que los clanes lo considerarían una falta de respeto.

-Ya lo sé, Wei. –suspiró el aludido. –Supongo que no tengo otra opción. Sota, por favor dispone de todo para que se alojen aquí y luego dile a Fujiwara que quiero hablar acerca de su propuesta.

-Mi señor, ¿no estará pensando…?

-¡Ahora Xing! –exclamó irritado el jefe del clan Li, sin duda en lo que iba de la mañana su mal humor había ido aumentando cada vez más y más hasta el punto en que ahora cualquier cosa lo irritaba parecía espeluznantemente rodeado de un aura oscura.

-¡S-si mi señor! –fue la rápida contestación del aterrado Sota que bien conocía el mal humor de su señor.

En realidad podría decirse que era el único, además de Sakura, que en verdad lo conocía ya que Li raramente se ponía de tan mal humor y lamentablemente siempre terminaba siendo él quien se hallaba cerca en esos momentos. No sé cómo hace Sakura para dominarlo. Pensó con cansancio. Aunque teniendo en cuenta el carácter de su hermano, no me sorprende. ¿Eh?

-Disculpe, señorita Tsuchisama ¿verdad? –preguntó el joven al toparse sorpresivamente con la representante del clan de magos de la tierra, Tsuchisama.

-Oh así es, puedes llamarme por mi nombre: Terra

¿Terra? Que nombre tan extraño…

-Señorita Terra, ¿le molestaría llevarme a dónde están todos sus compañeros? Tengo algo que comunicarles.

-¡Si con gusto! –respondió alegremente. –Pero… ¿podría darme algo para beber? La verdad es que estaba buscando la cocina, siento mucho mi intromisión señor… Oh, ¿cuál es su nombre?

-Sota Xing, puedes tutearme y llamarme Sota. Acompáñame por favor, te llevaré a la cocina

-¡Claro, Sota! –fue la respuesta que Xing recibió acompañada por una cálida sonrisa, lo cual motivó un notorio sonrojo en él. -¿Eh, te pasa algo? De repente te pusiste muy rojo, ¿te sientes bien?

-S-si, no me pasa n-nada. –contestó lo mejor que pudo el apenado asistente. –Por aquí por favor, la cocina esta aquí. ¿Quieres agua, jugo o alguna otra cosa?

-¡Impresionante! ¿Cómo puede comer tan rápido? Es… ¡asombroso! –exclamó en ese momento Terra que al entrar en la cocina se percató de algo que Sota no, Yukito Tsukishiro comía con gran rapidez su tradicional y muy abundante desayuno.

-¡Ah, señor Tsukishiro! No sabía que estaba aquí, ¡muy buenos días!

-¿Eh? Buenos días, aunque la verdad es que me quedé dormido y no es tan apropiado decirme eso. –contestó Yukito con una gran sonrisa.

-¿Du…durmió aquí?

-Así es, Sakura y Shaoran me ofrecieron su casa por unos días. Es que tengo algunos problemas con mi apartamento. Oh, buenos días señorita, soy Yukito Tsukishiro.

-N-no es necesario que se ponga de pie, señor Tsukishiro. –exclamó Terra al ver que la falsa identidad de Yue se disponía a ponerse de pie. –Soy Terra Tsuchisama, mucho gusto. ¿En verdad puede comer tanto?

Me habían dicho que era una jovencita muy educada. Pensó Sota.

-Um, si. Cuando eran niños Sakura y Shaoran vivían diciéndome que comer mucho era signo de buena salud.

-¡Impresionante! ¡Creí que era la única extraña que podía comer de esa forma! ¡Kyoga tiene que verlo o no me creerá!

Prácticamente lo clasificó como un sujeto extraño. Pensó Sota, que hasta ahora se mantenía como espectador de la extraña escena ya que ahora tanto Terra como Tsukishiro charlaban sin cesar sobre comida.

-Esto…Terra, ¿no quieres algo de beber?

-¡Cierto! Tienes razón Sota, con la emoción lo había olvidado por completo. Tomaré agua.

-Si, aquí tienes. Por favor, ¿luego me podrías llevar con los demás? Debo decirles algo importante.

-¡Claro, vamos! –exclamó alegremente la representante del clan Tsuchisama mientras tomaba de la mano a un muy ruborizado Sota.

Luego de recorrer pasillos y habitaciones finalmente la despistada y alegre Terra logró recordar en dónde se encontraban sus compañeros, de modo que el asistente de Shaoran Li rápidamente les explicó la situación y les informó cuáles serían las habitaciones dispuestas para su estancia en la mansión. Sin embargo cuando se dirigió a hablar con Fujiwara se topó con Mitsuyoshi.

-¿Qué? ¿Ahora no puede hablar?

-Así es, se encuentra ocupado. Lamento las molestias. –explicó el asistente con una reverencia

-Ya veo, lo mejor será avisarle a mi señor.

-¿Avisarme qué?

-¡S-señor! ¡Lo siento mucho, iba en camino a informarte que Fujiwara esta ocupado en estos momentos!

-Tardaste tanto que decidí venir por mi cuenta, Sota. –masculló un Li muy malhumorado.

-Señor Li, mi superior se encuentra reunido en estos momentos con su esposa y es por eso que no puede atenderlo.

-¿Sakura esta aquí? Creí que había salido…

-Regresó hace un momento y me pidió una conversación privada con mi superior

-No importa, será mejor hablar con los dos y…

-Lamento decirle que recibí órdenes estrictas de no dejar pasar a nadie, honorable señor Li.

¡E-esta LOCO! ¿Cómo se atreve a negarle el paso cuando mi señor se encuentra de tan mal humor? Pensó un muy aterrado Sota.

Mientras tanto, ajenos a ellos, Kimuri Fujiwara y una muy preocupada Sakura Li conversaban seriamente.

-Sin duda, una vez que Shaoran ocupe el cargo del Jefe del Consejo querrá hacerse cargo de la administración de la sede en Japón. Será mucha carga para él. –explicó cansadamente el anciano

-Por eso decidí hablar con usted, señor Fujiwara. Quiero…quiero preguntarle algo.

-Dime, Sakura. Responderé lo mejor que pueda.

-¿Hay alguna posibilidad de que yo pueda ser su sucesora como Máxima representante del Consejo en Japón?

-¿Acaso quieres…?

-Así es, quiero hacerme cargo de la sede en Japón.


Nota: cuando Kaho se refiere a que Touya es el hijo de una de las reencarnaciones de Clow habla sobre lo que sucede al final del manga. En caso de que no lo hayan leído paso a explicar ^^ [SPOILER] Después de la pelea con Sakura, al final del manga, Eriol explica el por qué de sus actos y los de Clow en su momento. Clow Reed decidió reencarnar de forma "dividida" así una vez que Sakura cambiara todas las cartas el podría dividir su poder entre sus dos reencarnaciones (que son Eriol y Fujitaka) hizo esto porque su único deseo siempre fue dejar de ser el mago más poderoso de todos. De esta forma, al dividir el poder de Clow (entre Eriol y Fujitaka) Sakura pasó a ser la hechicera más poderosa de todas, reemplazando a Clow. Espero que me hayan entendido :D no quise entrar en detalles por si les interesa leer el manga :3 Saludos! Y como siempre, gracias por leer mi historia 3