Ciao!
Nadie debe recordar a esta pobre escritora, mucho menos este pobre fic, pero bueno. Uu
FF es malo, me ha hecho desaparecer varias historias, por eso no me animaba a subir nada, pero releí esto y ¡boom, baby!(?) Idea salvaje nació.
No soy buena escribiendo comedia, lo siento. uvú
En fin, Enjoy it!
Esto debía ser una broma.
Si, esta vez si se sobre pasó bebiendo y ahora el coma etílico le hacían imaginar cosas de mal gusto.
O, siguiendo la situación anterior, esos eran mensajes del más allá. Le llegaban a cualquiera, ¿por qué no a él?
O simplemente debió haberse negado a consumir los alimentos que algunas viejecitas ofrecían por las calles, quien sabe, esas comidas podrían tener otras cosas adicionales.
Pero no, las lúgubres letras del letrero sobre la puerta se veían demasiado reales, los brazos de su hermano menor sosteniéndole para que no huyera también se sentían muy reales, demasiado.
–¿¡Qué clase de broma pesada es esta?!– El albino detuvo sus intentos de escape y encaró a su hermano; eso era indignante, ¡no podía estarle llevando a ese lugar!
Ludwig solo suspiró pesadamente, arrugando el puente de la nariz al sentirse genuinamente irritado; primero el italiano norteño le suplicaba porque no le dejara solo, y no le dejaba salir, y ahora esto. Su paciencia tenía límites, sabían? –Ya te dije, es necesario.– Era necesario, ya no podía seguir arreglando los muebles de la casa. Y aunque no era alguien tacaño, era molesto tener que reemplazar los adornos cada vez que el mayor llegaba bajo la influencia de su problema.
Y el problema de Gilbert era el más común de todos: alcoholismo.
Igual el rubio exageraba, las salidas del prusiano eran cada cierto tiempo, y resistía el alcohol mucho más que él mismo, pero con una vez que la sala del inmueble haya quedado irreconocible, le era suficiente como para saber que su acompañante tenía un serio problema.
Uno que pensaba arreglar, quisiera él o no.
–¡No me puedes hacer esto! ¡Me niego!– Porque él NO tenía un problema, ¡estaba perfectamente sano! Forcejeó un poco más hasta que fue soltado, y una vez que tuvo ambos pies en el suelo, comenzó a correr lo más rápido que pudo, solo para alejarse de tan escabroso lugar. Alcohólicos anónimos? ¡No pisaría ese lugar ni muerto!
–¡Bruder!– Estaba seguro que le terminaría estallando la cabeza, pero tenía que tener paciencia, con paciencia evitaba homicidios. Bueno, lo mejor era correr tras su hermano y atraparlo antes de que se meta en problemas.
Y luego de media hora lo logró, con la ayuda de tres policías y un gato que se cruzó en el momento menos pensado.
Extra.
–¿Y? ¿Cómo te fue?–El alemán, quien leía tranquilamente el periódico en el sofá de su sala, ajustó sobre el puente de su nariz los lentes de lectura, solo para enfocar a su hermano: mejillas sonrosadas y apenas podía sostenerse en pie. Algo no había ido bien, de eso estaba seguro.
Luego de pronunciar unas palabras en algún extraño idioma alienígena, el albino habló: –Soy tan genial que descubrí un bar a dos calles de tu hospital para borrachos, kesesese~– Y no alcanzó a dar dos pasos antes de caer al suelo, y no pasaron ni dos minutos antes de que empezaran a resonar los ronquidos ajenos por toda la habitación.
Estaba seguro que, si pudiera verse al espejo, lo único que Ludwig vería sería su propia representación de "el grito" sobre el vídrio, ¿¡cómo la gente no tenía conciencia?! Un bar, cerca de una institución de ayuda para alcohólicos, ¿era una broma?
Respirar profundamente, no debía alterarse, le terminarían saliendo canas a este paso. Mejor debía aprovechar de que no tendría que preocuparse por su hermano, ese tiempo libre podría ocuparlo en sí mismo, de vez en cuando no era malo, ¿verdad?
Ya mañana buscaría otro lugar, esta vez de confianza, por ahora, las tiras cómicas del periódico se veían bastante atractivas.
Es cortísimo, lo sé. Pero fue hecho con amor~ (?) Perdón~.