Hola de nuevo! comencé esta historia hace un tiempo, la venia pensando de distintas maneras, y mientras escribia nuevos post para las otras historias no podia dejar de pensar en lo mucho que me gustaria si Rachel y Quinn pudieran tener sus propios hijos sin la necesidad de tratamientos artificiales. Por eso es que dice "ya fuee" y comenzé con esta historia donde Rachel nació con cuerpo de mujer, pero sus organos reproductivos son netamente masculinos, se podría decir Intersexualidad.
Esta mañana subí la historia pero como Gerderswap y en los comentarios me dijeron que se les hacia raro leer Ryan(era el nombre que habia designado para el personaje masculino) en vez de Rachel, y dado que la historia la tenia pensada en ambos lados, decidí que a mi tambien me gusta más escribir sobre la mini diva que sobre un hombre y por eso cambie los archivos (con la misma historia, solo algunos pequeños cambios de escritura) para subir ahora este.
Solo espero que los atrape, y se vayan imaginando en los futuros mini-me Faberry que saldrán en este fic.
Nos vemos prontos amigachos! :)
Capitulo 1: Todo comienza en Hawaii
-Bueno aquí va nada-murmuró Quinn mientras ajustaba su bolso Dolce & Gabbana sobre su hombro derecho y sus Ray-Ban sobre sus ojos para salir del aeropuerto donde se agolpaban algunos fotógrafos. Con una sonrisa cortés se encaminó hacia la limosina donde esperaba un chofer con un cartel que decía Fabray en él.
-Buenas tardes señorita Fabray, mi nombre es Chou. Tuvo un buen vuelo?- preguntó el chofer amablemente con una tonada particular.
-Fue bueno, gracias- respondió la rubia con una sonrisa antes de subirse al vehículo. La rubia estaba agotada del vuelo y las filmaciones de las que participo hasta el día anterior antes de viajar para la boda de sus mejores amigas en Honolulu, Hawaii.
Desde que estaba en la secundaria, en un diminuto pueblo de Ohio, Lima para ser mas específicos, Quinn Fabray sabía que iba a hacer grandes cosas. Proveniente de una familia adinerada, su educación fue excelente, con grandes notas y muchos logros en su haber. Pese a su posición bien acomodada de vida, sus padres insistieron en que tanto ella como su hermana Frannie fueran a la escuela pública. Allí, bajo el mando de la infalible Sue Sylvester conoció a sus dos mejores amigas Santana Lopez y Brittany S. Pearce. Las tres chicas, mas bien conocidas como The Unholly Trinity eran la parte superior de la cadena alimenticia escolar por su estatus de porristas y los campeonatos nacionales de los cuales fueron una parte muy importante. Quinn era hermosa, y todavía lo es. Rubia, con cara angelical, ojos color avellana, figura esbelta, y hermosa sonrisa. Era sin dudas la chica más deseada, envidiada y respetada del colegio. Como cliché que suena, gran parte de sus años de secundaria tenia como novia al mariscal de campo, Finn Hudson, un bufón con cara de niño que había que sacudirlo para que se le cayera una idea. Pero pese a eso, era dulce y tierno la mayoría de las veces, y con el tiempo aprendió a quererlo, o al menos tomarle cariño. Cuando llegó la hora de graduarse, el niño con cara de bobo decidió unirse al ejercito al no tener nada más que pudiera hacer mientras que la rubia, junto a sus dos mejores amigas, se dirigieron a Los Angeles para estudiar en la Standford y UCLA respectivamente. Fue un placer inmenso el de Quinn haber sido aceptada en una de las más prestigiosas universidades donde consiguió su magistratura en Inglés, y luego se dirigió a la UCLA para un curso de artes e interpretación. Mientras que su amiga Santana había sido aceptada en la escuela de leyes y Brittany en la de artes y danzas. Tras largos años de estudio intensivo, verse recibida fue uno de los mayores logros en la vida de la Fabray menor. Allí, gracias a la recomendación de uno de sus profesores de actuación fue recomendada para iniciar con pequeños papeles en el cine y la televisión. Hasta que a la edad de 23 años recibió su gran oportunidad para protagonizar un drama independiente bajo la dirección de Thomas Chace, un joven director cinematográfico que comenzaba a hacerse conocido gracias a todos los festivales y premios a los que llegó junto a sus películas de bajo presupuesto; película que le valió premios en el Festival de Sundance como mejor película, mejor director y mejor actriz dramática. De allí en más, su nombre y su rostro se fueron haciendo cada vez más conocidos, participando en nuevas producciones mucho más importantes bajo la dirección de Sofia Coppola o los hermanos Coen. Ahora, con casi 26 años es una de las actrices mas buscadas y taquilleras de Hollywood con varios premios en su haber, como dos Globos de Oro, un Oscar, Screen Actors Guild Award y varias nominaciones a otros premios también.
La prensa y las revistas la llaman "La princesa de Hollywood" por su carisma y belleza, pero pese a todo ella aún no ha encontrado el amor. Ella era, en efecto, una persona muy recatada de su vida privada. Luego de haber "usado" a su ex novio del secundario como su barba durante esos años de adolescencia, una vez dentro de la universidad la rubia dio rienda suelta a su verdadera sexualidad y reconoció el hecho de que era gay. Obviamente ese fue un proceso lento, luego de una escena de Panic Attack que tuvo cuando en una fiesta una chica la beso, y con la ayuda de sus dos mejores amigas comprendió que era algo que no podía esconder toda su vida.
Pese a haber tenido solo dos novias serias, el quid de la cuestión fue lograr salir frente a su familia. Sus padres eran bastante conservadores y apegados a la biblia, pero luego de una larga tarde de lágrimas y emociones la pareja Fabray prometió estar ahí para su hija menor. Aunque les tomó tiempo, finalmente lograron aceptarlo y acostumbrarse. Aunque Russell Fabray estaba agradecido de que su hija pese a todo no era como las obsoletas chicas de Hollywood que se la pasaban de juerga y follando mujeres por doquier. No, nada de eso, aunque la rubia nunca lo confirmo, y tampoco lo negó, el rumor sobre su sexualidad estaba flotando en el aire.
La única novia que conoció su familia fue Amy, a la cual conoció durante el rodaje de una de sus películas en la sala de maquillaje. Su relación duro casi un año, aunque nunca fue de conocimiento público. Al final, la rutina las llevo a tratarse más como amigas que como amantes, por lo que desde hace unos meses eran solo eso, buenas amigas con lindos recuerdos. Aunque con su carrera a viento en popa y sus preocupaciones de lado, esperaba poder encontrar pronto el amor, tal como lo tienen sus mejores amigas de toda la vida.
Ahora, mientras se dirigía al Trump International Hotel Waikiki Beach Walk y pensaba sobre su vida sonreía ante el recuerdo de su mejor amiga/abogada llamándola para contarle sobre la boda…
Flashback
Quinn se encontraba descansando en el sofá de su tráiler en Paramount Studios donde filmaba su ultimo proyecto the way i love you una comedia romántica junto a Justin Timberlake.
Mientras bebía su taza de café, y repasaba el guión su teléfono comenzó a sonar con el reconocido "im sexy and i know it" de LMFAO.
-Hey S, que pasa?- preguntó sonriendo sin sacar la vista del guion.
-Que planes tienes para el próximo mes Q?- preguntó su amiga latina.
-mmm nada por ahora, a mitad del próximo mes terminamos con las filmaciones porque?-la rubia repasaba mentalmente su agenda para las próximas semanas por las dudas.
-Pues no hagas planes porque me caso perra, y te quiero ahí como mi dama de honor-la sonrisa era evidente en el tono de voz de la latina.
-QUE? Oh dios felicitaciones!- gritó la actriz con una gran sonrisa en su rostro.
-Acabo de pedirl dijo que si, por supuesto- la voz socarrona de la latina no pasó desapercibido para la rubia- Vamos a hacerlo en Hawaii el próximo mes, algo pequeño, con la familia cercana y una ceremonia en la playa…tu sabes todas esas cosas que le gustan a Britt-
-Oh dios eso va a ser genial!-respondia la rubia emocionada por sus dos mejores amigas, su conversación se vio interrumpida por alguien golpeando la puerta del tráiler-San tengo que volver a grabar, te llamo a la noche para los detalles ok?-
-Ok Fabgay, nos vemos!- se despidió la latina antes de colgar la llamada.
-no puedo creer que por fin le pidió casamiento- murmuró feliz la rubia, pensando en todos los años que llevan juntas sus amigas.
Fin del Flashback
-Estamos llegando señorita- la voz del chofer la sacó de sus pensamientos mientras observaba el gran hotel a unas dos cuadras mas adelante.
Saco su teléfono y envió un texto de estoy llegando S a su amiga.
Ni siquiera dos minutos después se encontraba frente a la entrada del hotel, donde sus dos amigas la esperaban sonrientes.
-Quinn!- gritó la burbujeante Brittany mientras corría a abrazar a su amiga, a la cual no veía hace un mes desde que se fue de gira con Rihanna. Britt era una reconocida bailarina y coreógrafa que se hizo famosa gracias a un video en Youtube subido por uno de sus amigos de la universidad en donde batallaba contra otra chica en una mezcla de hip hop y tango.
-Hola B- se rio Quinn mientras la bailarina la levantaba en el aire y la giraba.
-Bueno, bueno mucho toqueteo- bromeó Santana sonriendo a su prometida y su amiga.
-No seas celosa S, a mi no me van las rubias- respondió la rubia aferrándose más fuerte a la bailarina.
-Mas te vale Fabgay- era natural para la rubia y la morocha bromear entre ellas tan fácil.
-Tenemos que encontrar un unicornio para ti Q!- agregó la rubia más alta soltando a la actriz y volviendo a los brazos de su novia.
-mm eso va a ser difícil, soy de alto mantenimiento yo- finalizó la rubia sacando la lengua juguetonamente.-bueno basta de charla, llévenme a mi habitación tortolitos-
-Vamos, vamos- instruyó la latina abriendo el camino hacia el hall del hotel donde tenían que recoger la llave para la suite de la rubia, quien la había reservado bajo el nombre de Lucy Q, como la llamaba su antigua entrenadora de porristas y sorprendentemente la tia de Brittany. Nunca entenderemos como una persona tan ácida como Sue Sylvester podía estar relacionada con la burbujeante Britt pero era asi.
Luego de buscar la llave y dejar las valijas en la habitación, las tres ex porristas se acomodaron en el living room de la suite de la actriz.
-Asi que…cuales son los planes?- preguntó Quinn mientras se relajaba en el tremendamente cómodo sillón.
-Esta noche nos vamos de copas con la prima de Britts y unos amigos que están invitados a la boda, mañana nos relajamos en la playa todo el día, a la noche tenemos la cena de ensayo, pasado nos casamos, y el resto de la semana haces lo que quieras- respondió distraídamente Santana mientras acariciaba el cabello de su novia.
-Pero tus primos no tienen 8 y 12 años B?- preguntó confundida la rubia.
-No esos primos tonta, mi otro primo, por parte de la tia Sue- respondió distraída por los dibujos animados que pasaban en la televisión.
-ah…espera, que?- preguntó Quinn totalmente sorprendida- Sue tiene una hija?-
-Algo así- respondió vagamente la bailarina, al ver la mirada inquisitiva de la otra rubia continuó- no es su hija biológica, sino que la conoce desde que nació y es como una hija para ella. Sus papas son los mejores amigos de la tia Sue desde el secundario y cada verano va a visitarlos a Francia-
-Con razón nos daba dos semanas de vacaciones antes de volver a los entrenamientos- murmuró Santana pensativa mientras Quinn asentía.-Asique tu prima vive en Francia?-
-Si y no. Pasa una gran temporada en Francia entrenando, y después recorre el mundo según donde sea la siguiente competencia. Ella es corredora de autos y motos, aunque últimamente está en la Formula 1. Es realmente impresionante cuando me lleva a las carreras y siempre que me visita vamos a ver el Nascar o las competencias de motocross- divago la rubia perdiéndose la mirada atónita de su novia y su amiga.
-Britt nena, porque nunca me llevaste contigo?- se quejó la latina.
-Porque tu siempre te ibas a Cancún a visitar a tus primos y yo gastaba ese tiempo con ella- respondió como si nada.
-Asique es por eso que nunca querias ir conmigo?- preguntó sacándose una gran duda de hace años.
-Si, no suelo ver mucho a Rachie así que esa semana de vacaciones siempre es nuestra, con la tia Sue y sus padres, que son muy cool. Ellos son delfines como nosotras San- contó emocionada.
-Quienes son delfines B?- preguntó la latina.
-Los papás de Rae, papá Hiram y papá Leroy- respondió como diciendo "duh".
-Como se llama tu prima B? y porque nunca la conocimos?- preguntó Quinn interesada en la historia.
-Rachel Barbra Berry, tia Sue le dice RB. Y no la conocieron porque no vive en nuestro país Q, pero esta noche la conocerán.- respondió con una sonrisa misteriosa al final. Conociendo a su amiga, sabía que iba a ser cautivada rápidamente por su increíblemente caliente prima.
-Asique…a donde vamos esta noche?- cambió de tema la rubia.
-Estaba pensando que podíamos ir a The Beach Bar sobre la costa o "la cucaracha" que es un bar mexicano. Ambos están a pocas cuadras del hotel y podemos ir y venir caminando sin problemas- respondió la latina con un encogimiento de hombros mientras googleaba el nombre del primo de su prometida. Sus ojos se agrandaron al hacer click sobre una de las imágenes de la página, donde había una muy caliente chica de piel tostada como ella, cabello castaño, ojos marrones, sonrisa sensual y un cuerpo para el infarto. Miro a su amiga soltera quien estaba distraída con la televisión antes de acercarse al oído de su novia- Britt tu prima es caliente- susurró mientras le mostraba su teléfono.
-Si, y soltera. A Q se le va a caer la baba- susurró sonriente la bailarina.
-Tienes razón nena, y yo voy a estar ahí para verlo- bromeó Santana antes de pulsar un suave beso en la mejilla de su novia.
Mas tarde esa noche, mientras las chicas se preparaban para salir, una pequeña morena se adentraba al bar del hotel en busca de una de sus personas favoritas en todo el mundo.
-Bonjour madame- saludó en perfecto francés a la alta rubia ya entrada en los cuarenta y largos años, sentada en la barra.
-RB!- saludó la mujer saltando a abrazar a la muchacha.
-Hola Tia Sue, te extrañé- murmuró la chica levantando del suelo a su tia en medio del abrazo.
-Yo también te extrañe nena- respondió Sue alborotando el pelo de la chica que consideraba casi una hija.
-Donde está mi otra rubia favorita?- preguntó RB buscando a su prima.
-Se está arreglando, o teniendo sexo con Santana, lo que lleve menos tiempo- bromeó Sue mientras llamaba al barman.-un whisky en las rocas para mí y una cerveza para ella- pidió señalando a Rachel.
-Tengo que darle la charla a Santana?- preguntó Rachel refiriéndose al "papel de hermano protector que si se entera que lastiman a Britt te pateará el trasero".
-no hace falta, ya me teme a mi principalmente y he visto como mira a B desde la secundaria, es totalmente inofensiva- respondió Sue mientras murmuraba un suave gracias al barman.
-Y tu? Como has estado?- preguntó la morena apoyando la cabeza contra el hombro de su tia.
-Bien, atormentando a mis Cheerios y odiando el pelo del obsoleto maestro de Español- murmuró Sue sonriente.
-Eso es bueno, les llegaron las renovaciones del patrocinio? Hable con papa H para que lo hiciera personalmente si era necesario- dijo con una sonrisa antes de tomar un sorbo de su Budweiser.
-Si RB, todo el campo de mis Cheerios así como los vestuarios tienen los mismos logos de Red Bull que usas en tus carreras, y latas ilimitadas de dicha bebida, gracias por eso ahora me rinden casi todo el día sin parar- bromeó la mujer mayor.-Tus padres?-
-En una de sus escapadas románticas por África, creo que iban para Lima a visitarte luego. Yo tengo que ir a L.A por unos contratos futuros asique me encuentro con ellos allá.-comentó Rachel pensativa.
-Que tienes en mente niña?- indagó Sue mirando a RB.
-Estoy…pensando en volver- murmuró- Tanto como me encanta Francia no es mi país, y realmente las he echado de menos a ti y a B. Tengo ganas de probar algo nuevo, cambiar un poco de aire; asimismo Chris Simons, un amigo del grupo Dodge me quiere para manejar uno de sus autos en Nascar y Travis Pastrana me llamo para trabajar con él en algunas exhibiciones y carreras de Motocross- contó acaloradamente.
-Has respirado incluso RB?- bromeó Sue ante la tendencia de su muchacha a divagar cuando se emociona con algo.-Pero hablando en serio, quieres dejar la Formula 1?-
-si…no…no lo sé. Es complicado- explicó.- Sabes que amo cualquier cosa que tenga un buen motor dentro, y estar en la F1 es un sueño hecho realidad, pero asimismo quiero volver al país, establecerme un poco. Conocer una linda chica, disfrutar un poco de la juventud y estar más cerca de la familia y quizás formar la mía propia, tengo 26 años ya, creo que es tiempo de asentarme no?. Para mí, ya logre una de mis metas, y siempre puedo volver si lo extraño. He hecho un buen trabajo estos años y sé que tengo el respaldo de mi equipo si decido regresar a las pistas. Eso suena muy raro? Solo quiero un cambio de aire- finalizó algo confundida.
-No cariño, para nada. Sabes que cualquier cosa que decidas yo te voy a apoyar y tus papas también. Solo quiero que estés segura, y si decides venirte a L.A. mejor para mi porque te voy a tener más cerca- aseguró Sue con una sonrisa cariñosa, que poca gente además de Britt y Rachel conoce.
-Te amo tía Sue- murmuró la morena besando suavemente la mejilla de la rubia mayor antes de entregarle una gran sonrisa marca Berry.
-Yo también RB, yo también- murmuró la entrenadora agradeciendo al de arriba por darle a este tremenda chica en su vida.-oh mira, ahí viene B- dijo apuntando con la cabeza hacia el otro extremo del bar del hotel.
Rachel buscó con la mirada a su prima favorita, quien venía de la mano de una impresionante morocha vestida con un strapless rojo que marcaba toda su figura. Mientras que Britt llevaba unos jeans negros ajustados y una camisa blanca que le daba un aire serio y sensual. Aunque las orejas de gato que traía en la cabeza como adorno dejaban al descubierto que pese a la ropa sofisticada, en el fondo era la burbujeante y dulce Brittany. Sonriendo y levantando la mano a su prima como saludo, desvió la mirada hacia la última chica del trio.
-oh woww- exclamó mientras sentía su garganta seca y sus pantalones apretar en la zona de la entrepierna. Tragó fuerte y por el rabillo del ojo observó a su tia sonreír ante su expresión. Pero quien podía culparla? La rubia que acompañaba a las futuras esposas era realmente hermosa. Angelical. Espectacular. No encontraba una palabra para describirla totalmente. Tenía un vestido verde claro, que revelaba gran cantidad de piernas sin ser vulgar, remarcaba su silueta y le daba un aire de glamour. Asimismo, su paso seguro y su sonrisa angelical hacían que le dieran ganas de pellizcarse para asegurarse de que no estaba soñando.
-Tienes baba en el mentón- bromeó Sue al ver lo hipnotizado que estaba su niña, y si seguía mirando así iba a quedar en evidencia con la ex capitana de sus Cheerios.
Algo similar le ocurría a cierta rubia quien había estado nerviosa por conocer a la famosa prima de Britt al cual no la dejaron googlear. Santana se encargó de secuestrar sus dispositivos electrónicos hasta que estuvieran listas y camino hacia su encuentro, pero se pasó al menos una hora tirando indirectas y comentarios bastante crípticos que aumentaron su curiosidad.
Una vez que terminó de colocarse el vestido elegido para la noche, se aplicó un poco de maquillaje y acomodó su cabello, tomó las llaves de la habitación, su billetera y la cartera antes de ir a buscar a sus amigas. El viaje en el elevador fue bastante corto mientras Santana amagaba en entregarle su teléfono o guardárselo en su bolso y retenerlo por la noche. En un rápido movimiento logró arrebatarlo, justo a tiempo cuando sonó el Ring del elevador indicando la llegada a destino.
-Vamos al bar, Rachie me aviso que iba a encontrarse ahí con la tia Sue- indicó Britt arrastrando a su novia y a su amiga. Caminaron alrededor de las mesas donde había gente cenando hasta que Britt la vió.-allí están- exclamó apurando el paso.
Quinn enfocó la mirada en el lugar indicado por Britt y su aliento quedó atrapado en su garganta cuando lo vio. Allí, parado al lado de Sue había una chica de baja estatura, con piel casi tan morena como la de Santana (fácilmente podía parecer latina si fuera un poco más moreno), el pelo castaño oscuro que le caía en ondas por los hombros, grandes ojos marrones brillantes, rasgos faciales finos, con la nariz un poco más grande que la media pero que en su rostro sin duda le otorgaba cierto aire exótico y lo más impresionante, su sonrisa. Era cegadora, como un maldito anuncio de pasta dental. Haciendo un barrido con sus ojos sobre su cuerpo la rubia se encontró lamiéndose los labios ante la silueta bien contorneada y los rasgos atléticos. Iba vestida con zapatos de tacón negros, pantalones de vestir color rojo vino (o bordeaux) bien ajustados, camisa celeste y un saco cuadrille de verano. Realmente parecía una modelo de pasarela y la rubia se las arregló para mantener una fachada de seguridad y sensualidad mientras caminaba hacia ella, preparándose mentalmente para no hablar de más o tartamudear.
-Rachie!-gritó Britt saltando a los brazos de la piloto, quien la sostuvo firme en el aire mientras se reía por todos los besos en la mejilla que estaba recibiendo por parte de la bailarina.- Ella es un unicornio como vos y yo- le dijo suavecito refiriéndose a la rubia que había hipnotizado a la morena.
-Te extrañe patito- le susurró mientras aspiraba el perfume de la rubia. Britt siempre la llenaba de energía positiva cuando la tenía cerca y realmente la echaba de menos.
-Yo también osito- respondió Britt besando una vez más su mejilla antes de soltarla.-Hola Tia Sue- saludó.
-Hola B, sacos de arena, Lucy Q- saludó la entrenadora a sus ex cheerios.
-Ya pasaron años desde la secundaria, cuando dejarás de llamarme asi?- preguntó con un mohín Santana ante el apodo que se ganó tras su aumento de busto.
-Es bueno verte Coach- saludó Quinn con un abrazo suave a su mentora en la secundaria.
-Así que tú debes ser Santana Lopez…-comenzó Rachel con la voz más intimidante que podía lograr, haciendo que la latina lo mirara fijo y con sorpresa- Felicitaciones por el compromiso y próximo casamiento, espero poder conocerte bien y ya sabes, si lastimas a mi rubia favorita tendré que golpearte, yada yada yada…lo tienes?- finalizó sonriente.
-Claro enano, asique tu eres el caliente primo de B, es bueno conocerte al fin- respondió la latina con un guiño juguetón.
-Cuidado B, puedo robarme a la novia si me sigue mirando así- bromeó parpadeando rápidamente, como si estuviera coqueteando.
-No gracias, soy totalmente gay para Britt y nada lo va a cambiar- respondió la latina besando la mejilla e su novia.
-y esta hermosa señorita es…?- preguntó Rachel mirando detenidamente a Quinn quien no pudo evitar ruborizarse, para deleite de su amiga latina.
-Quinn Fabray, encantada- saludó la rubia ofreciéndole su mano con cortesía.
-Rachel Barbra Berry a su servicio bella dama- murmuró la corredora besando la mano de la rubia con galantería- enchanté mademoiselle, Dieu doit être très distrait si les anges marcher sur la terre - finalizó en un perfecto y sexy francés.
-merci dame, vous êtes un charmeur –respondió sonrojada la rubia pero con una gran sonrisa al ver la sorpresa en los ojos de Rachel. Estaba agradecida por haber estudiado idiomas en la universidad y entre ellos estaba el francés, aunque mejoró su pronunciación para una de sus películas.
-Muy lindo, muy lindo pero que carajo te dijo Q?- preguntó la latina que no cazó una.
-le dije que dios debe estar muy distraído si los ángeles andan por la tierra- comentó Rachel con un encogimiento de hombros mientras le sonreía a la rubia.
-Y yo le dije que era un encanto. Dios S tuvimos francés juntas en la escuela- bromeó la actriz.
-Dios ustedes son tan cojos, esa línea era cursi enano- la latina negó con la cabeza y le golpeó el hombro a la chica en gesto de derrota.
-A mi me gusto San, Rachel es todo una casanova- comentó Britt logrando ruborizar un poco al corredor y a Quinn alzar su ceja interrogante.
-um…gracias patito- murmuró avergonzada- que les parece si nos vamos?- sugirió cambiando de tema.
-Claro, nos vemos mañana Coach- se despidió Santana de una Sue que la despidió con un movimiento de cabeza y una diminuta sonrisa.
-Nos vemos mañana Tia Sue- saludaron Britt y Rachel a la vez, besando una mejilla cada uno antes de girarse para salir.
-Señorita si me permite?- pidió la mroena ofreciéndole su brazo a Quinn quien no dudo en aferrarse.
Caminaron unas pocas cuadras hasta un bar sobre la costa, el cual ya se encontraba bastante lleno. Caminaron hasta encontrarse con un grupo apartado en unas dos mesas juntas que aguardaban por ellos.
-San, Britt por aquí!- gritó una morenita bastante baja llamando la atención de la pareja.
-Vamos a la mesa, ahí están algunos de mis amigos de la facultad al igual que compañeros de Britt- comentó la latina dirigiéndose al grupo.
-Conoces a alguno?- susurró Rachel al oído de Quinn suavemente, enviando una oleada de escalofríos placenteros por su espalda.
-No mucho, creo que vi una o dos veces a algunos de ellos en la universidad pero realmente no tengo ni idea quienes son- respondió la rubia suavemente, disfrutando de la proximidad de Rachel y de su perfume embriagador.
-oh bueno al menos tengo una hermosa dama tomando mi brazo- piropeó la morena ganándose una sonrisa de Quinn quien decidió no responder.
-Chicos estos son Marisa, Lindsay, Laura, Marcus, Robert y John- presentó Santana señalando primero la morenita que había gritado anteriormente, luego a una pelirroja, luego a una chica afroamericana sentada junto a un chico de igual color, y los otros dos restantes eran dos rubios muy parecidos, salvo por el corte de pelo y el color de los ojos.-Todo el mundo, estos son Quinn y Rachel- finalizó.
-oh dios eres Quinn Fabray- comentó la pelirroja emocionada- me encantó tu ultima producción-
-Gracias, encantada de conocerlos a todos- saludó formalmente la rubia mientras Rachel movía una silla para darle asiento.
-Hola todo el mundo- dijo la corredora sentándose junto a la rubia.-asique eres famosa?- le susurró impresionado.
-Se podría decir- respondió la rubia mordiéndose el labio para no reírse. Era reconfortante para ella que alguien no la reconociera, cosa que pasaba en pocas ocasiones pero que le permitía sentirse una chica normal, anónima.
-Me dirás de qué trabajas o tendré que googlearlo?- bromeó Rachel. Aunque su pregunta se escuchó en toda la mesa.
-oh por dios, vives en un iglú o qué?- preguntó Santana incrédula.
-No, porque?- preguntó la morena frunciendo las cejas confundida.
-Quinn es una de las estrellas más buscadas de Hollywood! Es una de las mujeres más calientes del momento y hasta ganó un Oscar- gritó Lindsay sin poder contenerse.
-oh pues mis disculpas bella dama, espero no haberte ofendido con mi ignorancia- se disculpó Rachel avergonzada por su falta de conocimiento en cuanto a la celebridad que en realidad era la hermosa rubia sentada a su lado.
-No te disculpes, no fue nada- le aseguró Quinn sintiéndose mal por la morena.
-Como es que no la reconoces?- pidió interesada Marisa, quien desde que había visto la corredora a lo lejos no dejó de comérsela con los ojos, cosa que no pasó desapercibida por Quinn, Santana y Britt. –Digo, es mundialmente famosa, los papps la persiguen a todos lados y ha salido en casi todas las revistas del mundo…-
-eh…bueno mi vida consiste en manejar y entrenar. Llevo un régimen bastante exigente en la temporada de mayor trabajo y realmente no he ido al cine en años, y la única televisión que miro es ESPN o algún canal de deportes, así que realmente no tengo ni idea de lo que pasa en Hollywood, o américa para el caso- respondió algo avergonzada.
-No vives en América?- preguntó Marisa impresionada.
-non, je vis en France- respondió sonriente haciendo suspirar a las tres mujeres en la mesa que no la habían escuchado hablar en ese idioma todavía, y hasta podría jurar que uno de los chicos también suspiro- Yo he vivido en Francia los últimos 10 años.- aclaró.
-Que hermoso- respondió Marisa- París, la ciudad del amor- agregó soñadora.
-Es realmente maravilloso, mi familia y yo fuimos cuando era más joven- contó Quinn sonriendo ante el recuerdo de esas vacaciones.
-Todo muy lindo, pero yo tengo hambre y quiero mis bebidas- se quejó Santana sonriendo.
-Que les parece unas pizzas?- preguntó el chico llamado Robert.
-Por mi está bien- respondió Quinn mientras Rachel asintió- y si es con Bacón mejor- agregó.
-Dios todavía eres como en la secundaria, no puedes vivir si tu porción diaria de tocino- bromeó la latina.
-Y las dos horas de gimnasio para bajarlo luego- se quejó mientras su amiga se reía.
-No te preocupes, eres hermosa- le susurró Rachel suavemente haciéndola sonrojar.
Las conversaciones fluyeron durante la cena tanto como las bebidas. Luego de varias botellas de tequila y algunos tragos locales, el grupo se encontraba bailando libremente en la pista al ritmo del Dj. Britt y Santana prácticamente follaban en seco mientras se besaban apasionadamente sin pudor alguno.
-Creo que en cualquier momento B empieza el strip tease- bromeó Rachel quien se encontraba bailando bastante pegada con Quinn quien ya estaba un poco borracha, al igual que todo el grupo.
-Ciertamente, aunque no falta mucho para que S la desnude ella misma- agregó mirando a sus amigas.
Y dicho y hecho, no mucho tiempo después Britt se encontraba sobre una mesa con la camisa desabrochada mientras Santana tomaba unos tiros de tequila sobre su cuerpo. Rchel aceptaba que era bastante caliente verlas, si Britt no fuera su prima. Decidida a no mirar, se encaminó hacia la barra junto a Quinn para tomar unos shots ellos también, aunque de la manera tradicional.
Mientras degustaba el limón, no puedo evitar gemir al ver a la rubia lamiéndose la sal de la mano antes de tomar su propio tiro. Quinn era la sensualidad personificada, sus maneras de moverse la dejaban hipnotizada, y con todo el alcohol encima no pudo evitar tomarla de la cintura y empujarla contra su cuerpo.
-Eres realmente sexy- le susurró al oído. Mientras se perdía en una neblina creada por el aroma de la rubia.
-mmm tu no estás tan mal- respondió Quinn con una sonrisa sensual y media borracha mientras acariciaba el abdomen y los brazos musculosos de la chica frente a ella.
-dios eres tan hermosa- murmuró Rachel mientras besaba suavemente el cuello de la rubia, quien gimió en respuesta e inclinó la cabeza dándole una mejor vista de su cuello. Sin perder tiempo, la corredora comenzó a dejar un rastro de besos por el cuello pálido, mientras susurraba la palabra hermosa en cada beso. Inclinándose hacia atrás, la rubia tomó la cara de Rachel entre sus manos y la miró a los ojos profundamente.
-Bésame- susurró casi como una súplica. La morena gimió antes de apretar las caderas de Quinn y bajar su cabeza, para probar esos hermosos labios rosados frente a ella. Fuegos artificiales explotaron en sus ojos cerrados ante la magnífica sensación de los labios de la rubia contra los suyos. Fascinada, rompió el beso suavemente para mirar los profundos ojos avellanas frente a ella, los cuales mostraban las mismas emociones: sorpresa, fascinación y hambre. Gimió audiblemente antes de atacar la boca de la rubia en un beso apasionado mientras rodeaba sus brazos por la cintura de Quinn, atrayéndola imposiblemente cerca, como si quisiera fundir sus cuerpos en uno. "gracias a dios por los tacos altos" pensó al poder estar a la misma altura que la rubia.
Por su parte, Quinn se encontraba en el paraíso. El primer beso con Rachel había sido dulce y totalmente fascinante, pero ahora, en estos momentos no podía pensar en otra cosa que en el beso hambriento que estaban compartiendo, en la sensación de los fuertes brazos y el cuerpo contra el suyo y en la necesidad inmensa de más contacto.
Continuaron besándose, alternando entre caricias suaves y sensuales con la lengua, a besos totalmente hambrientos y pasionales. Habían perdido la noción del tiempo y todo lo que los rodeaba hasta que una muy borracha Santana interrumpió.
-Hey tortolitos dejen de chuparse las caras y volvamos al hotel, Britts quiere sexo y yo también- exigió mientras volvía a buscar a su novia.
Sin separarse mucho, Rachel se encontró con la mirada de Quinn quien sonreía suavemente.
-Hola- susurró con su propia sonrisa.
-Hola- respondió la rubia inclinándose para un nuevo roce suave de labios.
-Creo que es hora de irnos- murmuró la morena besando un par de veces más los labios regordetes de Quinn antes de aflojar su agarre. La rubia se quejó ante la pérdida de contacto pero Rachel pasó un brazo por su cintura para mantenerla cerca mientras ella apoyaba la cabeza en su pecho. Una vez en la calle, la morena se deshizo de su chaqueta para ponerla sobre los hombros desnudos de la rubia y así protegerla de la brisa fresca que venía desde la playa.
El camino hasta el hotel fue un poco más largo que a la ida dado que los cuatro venían algo borrachos, algunos mas que otros. Eran todo sonrisas hasta que llegando a la puerta del hotel algunos fotógrafos que estaban merodeando por la zona reconocieron a la estrella de cine y se apresuraron por tomar sus fotografías. Sin perder tiempo Quinn escondió la cara contra el hombro de Rachel mientras esta la abrazaba de manera protectora y la guiaba hacia la entrada donde el portero ya los esperaba con la puerta abierta y había alertado a los hombres de seguridad para evitar inconvenientes. Una vez en el ascensor Quinn estaba más allá de tranquila mientras seguía sumergida contra el cuerpo de Rachel quien la sostenía y acariciaba su cabello. En la otra esquina del elevador la situación era completamente distinta. Santana mantenía a Britt contra la pared mientras la besaba apasionadamente y recorría su cuerpo con sus manos, sin importarle las otras dos personas dentro de esos dos metros cuadrados de espacio.
Una vez llegados a la planta donde se encontraban las habitaciones de las chicas, Rachel siendo la más sobria de las cuatro, las hizo bajar y abrió la puerta de las futuras mujeres casadas, empujándolas adentro y arrojando la llave antes de cerrar la puerta.
-Cuál es tu habitación hermosa?- preguntó suavemente a una adormilada rubia.
-La suite 514-murmuró Quinn sin abrir los ojos.
-Yo estoy en la 516- dijo la morena y sin perder tiempo comenzó a guiar a la rubia hacia su habitación. Una vez en la puerta, tomó la llave de la mano de la rubia antes de abrir su puerta.-Llegamos princesa- murmuró besando su templo.
-mmm sueño- murmuró la rubia hundiéndose más en el cuerpo de Rachel. Riendo suavemente decidió conducir a la rubia hasta la cama, pero hacerla acostar y arruinar ese bonito vestido no le convencía.
-Hey princesa, es hora de ponerse el pijama- susurró besando su frente y nariz haciéndola abrir los ojos. Todavía media dormida y casi en piloto automático la rubia deslizó el vestido por su cuerpo antes de colocarse unos pantalones cortos y una camisa de seda para dormir. Rachel, con una actitud caballerosa se concentró en las ventanas de la habitación para no mirar el cuerpo semi desnudo de la rubia. Sin perder tiempo se dirigió a dejar bien cerradas las cortinas para evitar el ingreso de luz temprano, sabiendo que eso sería algo molesto para la rubia en su próximo estado a la mañana siguiente.
Cuando se volvió, no pudo evitar sonreír ante la imagen frente a ella. En la cama, acostada sobre el edredón y hecha una pelota era la rubia, con la cara hundida en la almohada y su chaqueta sobre el cuerpo como abrigo. La escena era adorable, lo único que no le gustaba era la piel de gallina en las piernas del rubio por el frio, dado que su chaqueta solo le cubría el torso. Con cuidado levantó a la rubia con sus brazos y haciendo un poco de malabares logró sacar el edredón y meter a la rubia dentro sin despertarla. Beso su frente suavemente antes de colocar nuevamente su chaqueta sobre el cuerpo ahora cubierto de la rubia.
-Buenas noches cariño- susurró antes de abandonar la habitación, no antes de dejar un vaso de agua sobre la mesa de luz junto a la cama de la rubia, quien sonreía suavemente en sus sueños.
Mientras caminaba hacia su propia habitación no podía dejar de preguntarse si esa diosa rubia que dormía a dos puertas de distancia la aceptaría tal cual era. Debido a que Rachel Berry pertenecía a un grupo de personas estadísticamente bajo que nacía con intersexualidad. En esencia, Rachel había nacido con los órganos reproductores masculinos en vez de los femeninos y era, en cierto modo, una chica polla.
Como fue algo que surgió desde su nacimiento, la morena nunca supo que no era "normal" o se consideraba diferente al resto de las otras niñas. Hasta que al entrar en la pubertad todas sus amigas comenzaron a tener sus períodos y ella solo tenía erecciones. Ahí fue cuando sus padres tuvieron que explicarle el por qué de lo que le sucedía y que pese a todo ella seguía siendo su niña, con pene o sin pene.
Hoy a sus 26 años era plenamente cómoda con su cuerpo, como lo llevaba siendo hace casi diez años atrás luego de definirse como gay y tener su primera vez con su primera novia a los 17 años. Pese a todo, siempre tenia algunas dudas en cuanto a revelar esa parte de si misma, la cual solo era conocida entre su familia, amigos y amantes que pasaron en su vida.
Solo esperaba y rogara que Quinn le diera una oportunidad de ser ella misma, con virtudes, defectos y un no tan pequeño aparato reproductor masculino.