"Obligada a Amar"
La obra Crepúsculo le pertenece a Meyer.
Hola, bienvenidas.
Espero que les guste.
PRÓLOGO
—Edward ¿Por que lloras? —
—La obligue Emmet, obligue a Bella a casarse conmigo—
—OBLIGADA A AMAR—
—Edward Cullen aceptas como esposa a Isabella Swan, para amarla, respetarla y venerarla por el resto de tu vida?-pregunto el sacerdote
Bella fijo su mirada en mi, sabia que internamente me rogaba por que dejara esta farsa pero no podía, no cuando conseguiría lo que quería... A ella.
—Acepto—Ella no podía entender la magnitud de mis sentimientos, la amaba tanto que me dolía.
Quizá ahora no comprenda el por que de mi actuar pero sé que ella me ama aunque lo intente negar.
—Y tu Isabella Swan ¿aceptas como Esposo a Edward Cullen? Para amarlo, respetarlo y venerarlo para el resto de tu vida— Esa era le pregunta crucial, Sabia que ella no se negaría, la tenía en mis manos, aunque me doliera decirlo, ella acepto casarse conmigo solo por conveniencia. Y como el gran idiota que soy acepte por que si estoy seguro de algo es que Isabella Swan me amara con toda su locura
—¿Isabella?-dijo el sacerdote, yo solo la mire con advertencia y dejo caer unas cuantas lagrimas
—Acepto —dijo agachando su rostro enrojecido por la rabia que sentía en ese momento.
—Por el poder de la santa Iglesia los declaro marido y mujer, puede besar a la novia—
Me acere a besarla y ella me vio con asco pero aun asi no me importaba.
—Más te vale fingir que eres feliz si no quieres que tu papito pague las consecuencias—le dije y aplaste mis labios contra los suyos.
—Te odio Edward Cullen—dijo cerrando los ojos.
No se opuso cuando con mi lengua pidió—exigió—permiso para entrar a su boca, fue un beso fiero y demandante por mi parte pero por el suyo fue solo la confirmación de que no sería participe en nuestra vida juntos.
Seria solamente un títere….
—Un Año Atrás—
Me encontraba recargado en una pared esperando que ella apareciera, ese se habia vuelto un ritual para mí desde hace ya un año.
Isabella Swan era la criatura más hermosa y perfecta sobre la faz de la tierra.
Con su cabello caoba, su pequeña nariz respingona, sus grandes ojos marrones, sus perfectos labios, su delgada figura, su piel pálida.
Hoy era el día en que por fin le hablaría, hoy... Su cumpleaños número 18, ya nada nos podía separar.
Nuestra relación ya no podía ser catalogada como prohibida.
La vi salir del bar en el que estaba con sus mejores amigas Ángela y Jessica. Era una especie de... despedida para ellas ya que Bella planeaba estudiar en Harvard mientras que Ángela y Jessica irían a una universidad no tan prestigiosa.
Mi amor era muy inteligente.
Se metió por varios callejones como si tratara de hui de alguien.
La vi entrar a uno que no se veía para nada seguro asi que conté mentalmente 10 segundos y entre, el sitio apestaba y era muy sucio.
Empece a avanzar más rápido ya que no la veía hasta que algo se me tiro encima haciendo que terminara en el suelo y con eso sobre mí.
Trate de empujarlo un poco pero solo conseguí que se aferra mas a mí, estaba tentado a golpearlo hasta que me fije en lo que estaba encima mío... Era Bella y me miraba asustada y me apuntaba con un atomizador de pimienta.
— ¿Quieres hacer el maldito favor de dejar de seguirme? —Grito Bella, mirándome fijamente, y como el gran imbécil que soy me perdí en ellos—Já, Ok me sigues y haría... ahora ¿eres mudo? —dijo exasperada poniendo se dé pie, y pegando su cuerpo a la sucia pared, sin bajar el atomizador.
—Yo... Yo me llamo, Yo soy... Edward... Edward Cullen—dije levantándome y ofreciéndole la mano, cuando ella se fijo en que esperaba que la estrechara solo Alzo su delgada ceja y me sentí apenado, Habia ensayado una y mil veces lo que diría pero al tenerla tan cerca no pude decir nada coherente.
Isabella Swan era la hija de Charlie un socio mío de la empresa.
Resignado baje la mano y la frote contra la solapa de mi traje, Esta situación era ridicula, mi mano me sudaba cual quinceañera.
—Haber Edward Cullen dime ¿que demonios quieres? —pregunto.
¿Que que quiero?
Quiero tocarte
Quiero besarte
Quiero hacerte el amor de una y mil formas.
Quiero ser tu confidente...
¿Qué que quiero?.. Quiero tu amor.
—Solo... Solo yo, quería preguntarte si... Si Te gusta Forks— ¿Asi o más estúpido?
—No no me gusta Forks, no me gusta lo frio, lo verde ni lo húmedo ¿ok? —Dijo y yo asentí como bobo — ¿Algo mas?
—Eh... Si yo ¿te gustaría ir a tomar un café conmigo? —pregunto
—Lo siento cariño pero no saldría con alguien que me ah estado siguiendo por varios meses además tengo planes, Mi NOVIO y yo vamos a salir, Ya sabes novio, mi pareja, con quien tengo sexo todos los días—dijo viéndome burlonamente
Y sin decir nada mas se fue dejandome furioso y ridiculizado.
Salió de ese callejon corriendo, mientras que yo apretaba mis puños hasta que los nudillos se volvieron blancos.
Ella no podía acostarse con nadie...
Ella era mía
Los meses posteriores a esos me volvi mas obsesivo pero mucho mas cuidadoso, averigüe quien era el bastardo que se la tiraba.
Edgard Linton-19años-Forks-
Pero por supuesto sabía que ambos tenían planes de ir juntos a la universidad.
No... Si yo podía evitarlo.
Me comunique con James el rector de Harvard quien me debía una suma excesiva de dinero asi que en un abrir y cerrar de ojos la beca de Linton desapareció.
Ahora debía concretar mis planes, no debía dejar ningún cabo suelto.
Me encargue de que la muerte de Linton pareciera un accidente... Después de todo miles de jóvenes alcoholizados pierden la vida ¿no?, Nadie sospecharía que fui yo quien lo emborracho ni muchos menos que fui yo quien averió los frenos.
Me encargue de que el auto quedara destrozado y después de todo si alguien llegara a sospechar de mi, siempre hay un oficial que reciba obsequios.
Como todo buen amigo de los Swan me acerque a darle las condolencias a mi pequeña Bella que ni siquiera se inmuto al verme en el entierro, ya que estaba aferrada al cuerpo de su padre mientras lloraba sin cesar.
Por supuesto que me dolía verla asi... Pero es necesario.
Estábamos Festejando la unión de la empresa de Charlie con la mía, por supuesto que para mí era sola conveniencia, no tenía ningún interés en relacionarme con gente inferior a mí.
De pronto la vi... Todo lo demás desapareció en ese instante.
Solo estábamos ella y yo.
Con su vestido negro ceñido a su cuerpo y dejando ver sus largas y blancas piernas bajo las escaleras de el brazo de su hermano Seth Swan.
Se acerco a su padre y le susurro algo antes de perderse con la multitud.
No me importo dejar a los Vulturis con las palabras en la boca y la seguí embelsado por su belleza.
Ella estaba en el jardín admirando las rosas, la brillantez de la luna hacia que su piel se viera mas palida y mas hermosa.
Sabía que Charlie tenía una hija, según me dijo de 17 años, pero nunca pensé que fuera tan hermosa.
La seguí mirando escondido desde unos enormes arboles.
Se veía aburrida, quizá no le gusten las fiestas—pensé
Quizá acercarme a ella pero Emmet
—mi hermano—me llamo.
—Asi que... ¿Te gusta la chiquilla eh?—me pregunto cuando logro sacarme de el jardín —Es preciosa, pare una muñequita—dijo riendo.
—Escúchame Emmet, puedes follarte a cuanta mujer se te dé la gana pero a ella no la tocas, ella es mi—le dije apretando los dientes.
La sonrisa de Emmet se borro al instante para mirarme con preocupación.
—Edward... Era una broma pero... Te das cuenta de que tú tienes Treinta y ella diecisiete, es un delito, y además no creo que... —dejo la frase inconclusa y bajo su mirada.
— ¿No crees que...? —
—No creo que ella te hiciera caso Edward—
No le respondí pero me jure a mi mismo que le haría tragarse sus palabras, ella era y seria mía para siempre.
Sonreí al recordar que el día en que ella fuese mía de todas las formas posibles estaba cerca.
—Buenos días Edward—me saludo Charlie ingresando a mi oficina.
—Hola Charlie ¿a que debo el honor de tu visita? —le pregunte.
Idiota, sabes perfectamente lo que te dirá.
—Ehh, bueno Edward te seré franco y directo mi empresa no esta asando por una buena racha y necesito saber si puedo contar contigo amigo—me dijo viéndome afligido.
Sonreí triunfante... Cada vez falta menos para anunciarte mía Isabella Swan.
— ¿Mala Racha? —Le pregunte "preocupado" —Charlie somos amigos y lo sabes, pero iba de salida la verdad, ¿te parece si discutimos esto en algún restaurante? —
—Eh... Es que hoy será a despedida de mi hija ya que se irá a la universidad y... le preparamos una cena—dijo apenado. —Pero si no te molesta podemos hablarlo en mi casa ¿te parece? —
/:/
Ingresamos a la casa de Charlie que quizá no era tan grande como la mía pero ahí se resguardaba mi pequeña.
—Bella. Renne—llamo Charlie desde la planta baja.
Al instante bajo mi Bella lanzándose a los brazos de su padre.
—Papi—grito riendo mientras Charlie la hacia girar en los aires.
—Hola mi amor—dijo entregándole una caja de terciopelo negro.
—Gracias papi es… ¿Qué hace el aqui? —dijo enojada soltándose de su padre.
—Hija él es…—
—Yo sé quien es Charlie, pero ¿Qué hace el aqui? —volvió a preguntar.
—Es mi socio Bella y vino...
—Hola pequeña, lamento haberte asustado—dije tomando su mano y besando su mejilla—Compórtate—le susurre en el oído.
Se separo de mí como si algo se pudriera y se metió a la cocina.
—Lo siento amigo, ya sabes como son los jóvenes—se excuso.
Charlie me dijo que traería unos papeles para checarlos pero lo convenció de que los veríamos luego, de mala gana asintió y fue a llamar a su mujer.
Seguí a Bella a la cocina y la vi de espaldas hacia mí tomando un vaso con agua.
—Hola—le susurre pegando mi cuerpo al suyo.
—Mierda—grito asustada pero no el deje que se moviera. Cuando se sobresalto su trasero se habia restregado en mi entrepierna haciendo que se despertara y lanzara un gemido. —Pervertido suélteme—grito tratando de soltarse pero eso solo intensifico los roces.
—Hey... Hey fierecilla tranquila—le dije volteándose. —Sabes... Sería una gran... gran pena que tu papito perdiera su empresa ¿no crees? —le pregunte acariciando su mejilla.
— ¿Que? —me pregunto asuntada.
—Ya sabes que su empresa esta pasando por un mal momento... y sería una lástima que yo no aportara nada para salvarla... Imagínate el dolor que eso le causaría al pobre... Pobre Charlie—dije jugando con un mechón de su cabello.
Ella se quedo quieta, analizando mis palabras para luego zafarse de mi agarre e intentar salir de la cocina.
—Si no inviertes tu alguien mas lo hará —dijo.
—De verdad Crees que alguien invertirá en una empresa que esta prácticamente en la quiebra—le dije haciendo que su andar se detuviera justo en el marco de la puerta.
— ¿Qué es lo que quieres? —dijo volteándose.
—Simple te quiero a ti—
— ¿Que? —
—Lo que oíste si quieres que invierta con tu padre debes estar conmigo—explique
—iNo soy una puta! —grito.
—Nadie ha dicho que lo eres—espete calmado.
—No voy a acostarme contigo, ni hoy ni nunca—
—La verdad Isabella, no es que quiera acostarme contigo te quiero a ti…
—Hija, Eh... Ah Hola Edward—dijo Renne entrando a la cocina y saludándome con un beso en la mejilla. —Cariño ¿Que tienes?, estas palida—dijo tocándola la frente de mi pequeña.
La mire con advertencia y ella solo agacho la cabeza y se separo de su madre.
—Estoy bien mami, solo... Debe ser que los extrañare mucho cuando vaya a la universidad. —
—Hay cariño no te preocupes nos comunicaremos siempre princesa—
—iSeñora! —grito la empleada de aqui—iSeñora! iVenga pronto! —
Los tres salimos deprisa de la cocina al oír los gritos de la empleada, pero lo mas sorpresivo fue ver a Charlie agarrándose el pecho y tirado en el suelo.
—Llamen a una ambulancia—dije siendo el primero en reaccionar y correr hacia Charlie —Llámelo—le grite a la empleada.
—Papa—grito Bella llorando mientras trataba de abrazarlo.
.
Una vez en el hospital, con Charlie internado, Renne durmiendo y Bella sollozando no fue difícil llevar al cabo mi plan.
— ¿Sabes que fue lo que le causo a Charlie el pre-infarto? —le susurre al oído.
—Déjame en paz—dijo apartando mi mano de la suya.
—Lo que le causo un pre-infarto a Charlie fue saber saber que empresa esta más hundida de lo que él pensaba... Es una lástima que la vaya a perder eso si...lo mataría—dije con malicia.
—No... Edward no, por favor no puedes... Eres su amigo—rogo volviendo a llorar.
— ¿familiares de el paciente Charlie Swan? —intervino el doctor.
—Somos nosotros—dijo Bella—Soy su hija.
—Debo informarle que el señor Swan esta fuera de peligro pero habrá que aun mantenerlo en observación y mañana ya podrá llevárselo, y tambien deben tratar de no sobre cargarlo de noticias fuertes o desagradables ya que esta vez tuvo suerte de sobrevivir y no puedo asegurarle que si volviese a ocurrir su padre sobreviviera.
—Luna de Miel—
Luego de una despedida triunfal—para mí—de Forks junto con mi mujer, Sabia a donde la llevaría, lo tenía planeado desde el instante en que la vi por primera vez en aquella fiesta.
—Ya llegamos amor—le dije moviendo su hombro para despertarla—ya que de tanto llorar todo el viaje se habia dormido—Bella—susurre besando sus labios.
—Déjame—gruño apartándose de mí y levantándose del asiento y salir del avión.
Suspire frustrado y baje de ahí.
Cuando logramos registrar las maletas, la conduje a mi lancha y la hice subir.
—Ojala y esta mierda explotara y nos matara a ambos—dijo.
—Si eso pasara yo buscaría la forma de salvarte mi amor—dije dándole una palmada en el trasero.
—No finjas como si fuésemos una pareja feliz por que no lo somos y lo sabes—espeto furiosa mientras se sentaba.
No le respondí y me dedique a conducir en silencio hasta que por fin divisamos la Isla Esme.
Por mas que intente persuadirla para que olvidáramos el pasado no quiso, intente besarla de forma que ella sintiera todo el amor que le tengo.
—iSueltame! —grito cuando la coloque sobre el colchón y empecé a besar su cuello. —Edward ya basta—grito poniendo sus manos en forma de puño en mi pecho pero no me importo.
Hoy saciaría mi necesidad sobre ella y nadie me lo impediría.
—Dos meses después —
Mi relación con Bella no puede ir peor, cada vez que nos vemos terminamos gritándonos o incluso golpes.
Y no es lo quiero...
Se que lo que hice en nuestra luna de miel fue horroroso, pero ya no podía remediarlo, desde aquella vez no la eh vuelto a tocar.
Pero mayor fue mi sorpresa al enterarme de que bella era virgen y cuando lo quise remediar ya era demasiado tarde.
Hoy trataría de hablar con ella y arreglar nuestro matrimonio.
—Amor ya llegue—dije entrando a nuestra casa.
No recibí respuesta por lo que imagine que estaba bañándose, ingrese a su habitación—ya que ella se negó a dormir conmigo—todo estaba en orden como siempre, pero no habia nadie en el baño.
Fui hasta mi habitación y sobre la cama encontré unos cuantos papeles.
Los tome mientras me sentaba.
No... No podía ser... Ella no podía estarme pidiendo eso.
Demanda de Divorcio.
Tome mi móvil y llame a Emmet.
—Hola hermanito dichosos mis oidos que te escuchan ¿Cómo van las cosas con Bella? —pregunto.
—Emmet te necesito en mi casa ahora—le pedí.
— ¿Estás bien? —pregunto cambiando su tono de voz.
—No... Por favor ven—dije cortando la llamada.
Ella no podía dejarme, y si lo hacia sería la peor parada en todo esto.
Diez minutos exactamente pasaron antes de que Emmet entrara a mi casa.
—Hola—susurro.
—Hola, Emmet necesito tu ayuda como abogado—
— ¿Algun cliente de la empresa esta ocasionando problemas? —Pregunto-
—No… nada de eso, quiero que revises estos papeles, Bella... Quiere divorciarse de mí—
—¿estas de Broma?.. Llevan dos meses casados Edward—dijo incrédulo.
—No fui yo quien la inicio fue ella, quiere dejarme—dije parándome y caminando como león enjaulado.
— ¿Qué le hiciste? —
—Yo no le hice nada... Ella quiere dejarme, y no se la voy a poner fácil, recuerdas el acuerdo pre-matrimonial que teníamos—le dije
Quien inicie la demanda… se quedará sin nada.
—Edward no estas pensando en quitarle las acciones de Bella—dijo Emmet asustado.
—Ella se lo busco.. Ella que me quiere dejar, Emmet yo le di todo, y ella aun asi sigue sin amarme—
—¿Qué? Edward.. Pero.. ¿Cómo es que..? Edward ¿Por que lloras? —
—La obligue Emmet, obligue a Bella a casarse conmigo—
— ¿Qué? Estas loco... iDemente! Obligaste a una niña a casarse contigo, eres despreciable, y no te preocupes hermanito yo mismo disolveré tu unión con Bella, y me encargare de que no recibas ni un solo centavo—dijo saliendo de ahí con un portazo.
/:/
Tal y como Emmet lo dijo me quede sin nada de Bella... Nada más que sus pocos recuerdos.
Hace ya cuatro años que nos divorciamos y no eh tenido noticias suyas.
El día que ambos nos encontramos para firmar los papeles de el divorcio ocurrió algo que jamas pensé que sería posible.
Mi Bella me entrego un papel en el que decía que Estaba embarazada de dos meses, con lágrimas en los ojos le suplique mi perdón, le ofrecí la empresa, la casa, los autos... iTodo! Para que no me dejara, pero ni eso pudo mantenerla a mi lado.
Ahora me dirigía a mi empresa, iba caminando ya que sabia que a Bella le encantaba sentir el viento, el frio, y el aroma de todo cuanto tenía a su paso.
Subí a mi oficina en el ascensor, salude a mi secretaria e ingrese.
Mi sillón de cuero negro estaba volteado asi que camine a él para sentarme y poder analizar unos cuantos papeles.
Pero la sorpresa que me lleve fue ver a mi hijo sentado en el, y con un dibujo que decía Te amamos papi.
—Anthony—grite mientras me arrodillaba para abrasarlo. —Hijo estas enorme—
—Hola papito... Mia te taje un egalo, lo hice yo mimo—dijo extendiéndome el dibujo que habia visto.
En el estaban tres personas agarrados de la mano y de fondo una casita similar a la que teníamos con Bella.
Cada dibujo tenía un nombre señalado con una flechita.
—Feliz Cupleaños—dijo dándome un beso en la mejilla.
—Gracias mi amor, te eh echado mucho de menos—A Anthony solía verlo cada verano durante tres días en los cuales Bella se lo enviaba a Emmet para que yo pudiese verlo.
—Yo tambien papi—dijo abrazándome.
—¿Y a mí nadie me ah echado de menos? —preguntaron a nuestras espaldas.
Mi memoria no le hacia justicia a mi Bella, ella se veía tan perfecta, tan radiante tan linda como siempre.
—Bella—grite antes de estrecharla entre mis brazos.
La habia extrañado mucho.
—Hey... Cuidado me quiebras—dijo riendo —Feliz Cumpleaños Ed—me entrego una bolsita la cual Abri para encontrarme con dos porta retratos uno contenía la fotografía de Anthony y yo y la otra era de el día de nuestra boda.
—Gracias—dije besando sus labios.
iMierda!
Bella se sonrojo de pies a cabeza, Anthony empezó a aplaudir, y yo… yo no tenía idea de que carajos hacer.
—Lo... lo siento Bella yo.. —
—Cállate Cullen ven acá—dijo dándome otro beso.
Y fue asi como Bella me confesó que me extrañaba y que si podíamos darnos una nueva oportunidad la cual obviamente acepte.
Ahora tenía mi familia unida y rodeados de un amor tan inmenso.
Cuando Obligue a Bella a amarme nunca pensé que yo podía ser el peor de los canallas, pero ajora me daba otra oportunidad la cual no desaprovecharía.
¿Les gusto?