Ella

Las sabanas enredadas en todo su cuerpo, el pelo que él mismo había desordenado la noche anterior, las pequeñas marcas del acto sexual del que ambos habían sido protagonistas estampadas en su cuello y su rostro tan inocente como siempre, esa era la vista que Shino tenía de su compañera que en este momento se encontraba acostada pacíficamente en su cama, durmiendo.

¿Cómo habían llegado a esto? Él siempre la pensó como la hermana menor que debía proteger a toda costa, pero ya no podía ser su hermano, el solo hecho de saberla así le hacía sentir repulsión su propio ser, en vez de eso, ya la veía como la mujer que era y definitivamente le tomó por sorpresa en lo que se había convertido, más sin embargo, no le molestaba, contrario a eso le agradaba, después de todo era un hombre con necesidades que ella definitivamente podía saciar.

Encontrarla en aquél bar fue lo mejor que le había pasado en toda su miserable semana, encontrarla así, con ese ceñido vestido de Renda negro que traía puesto combinado con unas botas del mismo color y un bolso a juego, el solo verla lo había inmotivado, aun que no pudo distinguirla a simple vista, solo cuando se acercó a ella y le invitó una copa, solo cuando pudo ver sus incomparables ojos perlas supo que era ella.

No supo si estaba pasado de copas o no, pero la besó a media conversación, no supo porque lo hizo, después de todo la pequeña atracción que sentía por ella en el pasado había desaparecido, se suponía que era así, pero pensó que tal vez sería el alcohol o el estrés acumulado lo que le provocó aquel acto, no se molestó en pensarlo en ese momento, ella tampoco parecía importarle, ni siquiera se había sorprendido, solo le había correspondido como si de un acto seguido entre ellos se tratase.

Y ahí estaban, a eso habían llegado, a tener relaciones sexuales que, en realidad, nunca debieron de tener.

—Shino

Él solo soltó un pequeño sonido, no tenía ganas de hablar.

— ¿No deberías estar preparándote? Hoy es tu boda ¿No?

El abúrame suspiró, era cierto, iba a casarse.

— ¿Cómo lo sabes?

—Kiba me lo dijo hace un par de días, te casarás con su hermana

—Se suponía que no tendrías que saberlo

—Puedo olvidarlo, puedo olvidarlo todo

Shino se volteó a verla y casi se arrepintió de verse reflejado en sus perlados ojos.

—Vuelve a dormir

Ella asintió y se dio la vuelta.

El abúrame caminó hacia la gran ventana viendo la gran ciudad de la que pronto se despediría.

Miró hacia la mesita de noche en la que se encontraba una cajetilla pequeña de cigarrillos que Kiba le había regalado, él normalmente no fumaba, pero según Kiba un buen cigarrillo era un buen relajante para situaciones como estas.

Regalo para Soco DJee, espero que te guste *-*