Hey! Gracias a todos aquellos que me dejaron su marquita en este Two-Shot.

Este es el ultimo capitulo (?) yeahh u.u

Rated M, por Lemon, en este capitulo mas que nada!-

Narusaku.

Masashi Kishimoto®

Disfrutad de la lectura.


Like a stubborn child

Parte II

"¿Escuchaste, Minato ? Nuestro amor logró alcanzarlo después de todo"

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— ¡Vamos Uzumaki, eres muy lenta!— la ataco mordazmente, bajo la mirada atenta y expectativa de la mayoría del grupo.

— ¡Callate!— le exigió con su dulce pero poderosa voz— ¡Yo hago lo que se me da la gana!—.

Rápidamente una ovación general se escucho por la floreada pradera, acompañada de muchos pares de ojos de diferentes colores pero todos igual de vivaces.

— Claro, eres la bebe del zorro de las nueve colas— aseguro en un tono degradante y una carcajada despampanante escapo de la boca de la infante de los ojos almendrados.— Siempre llamando la atención, eres insoportable— volvio a atacarla segura y firme.

La Uzumaki apretó los dientes y mantuvo sus pequeños puños apretados firmemente a los costados de pequeña figura, y estas acciones fueron evidentes para todos los expectantes.

— Hahaa— rio histericamente al verla perder, una vez mas, el control.

Pero el semblante de la de cabellos rojos cambio, a uno de satisfacción, esbozando una sonrisa casi zorruna, fue el preciso instante en que varios compañeros se miraron, asintiendo ligeramente y totalmente seguros en sus seis años de vida, de que era el momento de ir por el sensei.

— Ire a decirle— dijo en voz baja uno del fondo y corrió rápidamente hasta el punto mas alto del verde cesped—Iruka-sensei..— se escucho en la no tan distante lejanía.

—¿Humm?— se escucho aun mas lejano al disturbio.

Al observarla mover los brazos un par de niñas cerraron sus ojos para no observar el impacto, mientras los muchachines se acomodaron mas cerca de la escena emocionados por el futuro espectáculo y los neutrales solo eligieron presenciarlo para tener un chisme que contarle a mama luego de que volvieran a sus hogares de la Academia. La secuaces de la acosadora se prepararon para gritar en cualquier momento, en modo de auxilio a su rubia todos se quedaron absortos cuando Kai opto por llevar sus brazos detrás de su cabeza, aptitud que todos le conocían a cierto shinobi hiperactivo. Nadie entendía nada.

—A nadie le gustan las niñas de dientes torcidos— acoto hábilmente, haciendo lucir su perfecta y resplandeciente dentadura bajo el sol mañanero del campo de entrenamiento de la Academia Ninja de Konoha.

La pequeña de la trenzas rubias se compungio inmediatamente. Llevando sus pequeñas manitas a su boca, cubriéndose con terror y sus oscuros ojos temblaron acuosos.

— ¿Que esta sucediendo aquí?— pregunto el pelimarron abriéndose paso entre una multitud niños desilusionados y niñas sorprendidas.

La niña rompió en llanto luego de oír la voz de su instructor y los demás miraron acosadoramente a la dueña del insulto, mientras murmuraban cosas entre ellos. Iruka se llevo una mano al mentón y escrutó con la mirada a los dos protagonista el evento.

La Uzumaki arrugo la nariz y abrió la boca en una perfecta letra al ver el mariconeo de su atacante.

— Yo-o...— las margaritas del vestido de la niña se empañaron rapidamente— !Ella,es mala!— dijo resfregandose la carita y apuntándola con su dedo mas largo a la Uzumaki.

Iruka se rió internamente por lo tierno de la acusación, pero oculto esa sonrisa para mostrase severo con el grupo. Dio dos pasos acercándose a la niña a que todo el mundo observa, escrutandola con la mirada, como el centro de la atención.—¿Que sucedio, Kai?—.

La pequeña pelirroja le mostró la espalda rapidamente— Ella fue la que empezo— dijo mostrándose disgustada con la situación, echándole una cara de perro terrible a todos quienes la observaban.

Por emotivos instantes no pudo evitar evocar otra época, ya muchos años atrás, cuando su alumno favorito estaba en la misma situación que ella. Por alguna razón que solo Kami sabia, los Uzumakis siempre eran problemáticos en la cursada escolar, tenían serios inconvenientes a la hora de relacionarse con otros niños; lo había sido Kushina según se lo habían confiado, lo había presenciado con Naruto y ahora lo vivía con Kai. Y por algún motivo que solo los de arriba decidían, el tenia una debilidad de con esa familia. El un dia se convirtió en un bromista, tratando de llamar la atención para evitar la soledad cómo hizo después Naruto y ahora esa pequeña que tenia también mucho de Sakura, continuaba con ese ideal.

A pesar de su apariencia dulce, era una chica charlatana, extrovertida y agresiva.

— Muy bien— a todo el grupo— Vayan todos a hacer las tareas que les encomendamos y no olviden comer algo en el entretiempo— persiguio las instrucciones con la mirada

Cuando todos los demás se encontraban en una distancia prudente, prosiguió a acercarse a la única de los pequeños que estaba sin compañía aun enfada por el reto; Kai Uzumaki era prácticamente una versión de su abuela Kushina; piel clara junto cabellos rojos como tomate y ojos verdeazulados con el predomino del ultimo, a diferencia de ella, llevaba el cabello corto por arriba de los hombros como su madre, pero atado en una coleta alta, que llevaba de decoración un pequeño renacuajo naranja. Le acarició el hombro por encima de la camiseta gris oscura que portaba.

— No queremos mas pleitos, ¿verdad Kai?— le hablo con voz calma y familiar.

Ella volteo levemente la cabeza para mirarlo ofendida entreteniendose un rato con la cicatriz de su cara. El jounin le devolvió una sonrisa algo preocupado, arguardando pacientemente alguna respuesta. A diferencia de que con su papa, no le gustaba nada reprender a la pequeña, pero se lo ponía difícil con su costumbre de golpear compañeros constantemente. El viento bailo entre ellos despeinando un poco a cada uno y el murmullo de los pequeños casi ninjas se escuchaba por aquel paisaje.

— Claro que no, dattebayo— y le regalo la sonrisa mas hermosa del mundo.

El de la cicatriz sintió como algo se desprendía dentro de el antes de verla correr y perderse entre los arboles mas cercanos. En su decision de hacerse instructor de las nuevas generaciones, nunca pensó que se encariñaria tantos con sus viejos alumnos y menos con los descendientes de los mismos. Habia visto a Sakura y Naruto crecer llenos de problemas e inseguridades y también desarrollarse con un alto rendimiento en el mundo ninja, pero no eran los rangos que habían superados o las misiones que habían cumplido exitosamente, era esta pequeña testaruda de seis años su mas mejor creación. Su mejor legado.

Sonrió de lado al darse cuenta que para recoger su mochila tendría que pasar bajo aquel árbol, donde había tres niñas que estaban consolando a la de dientes torcidos, que siempre gustaba de molestarla, como si ser hija del Portador del demonio zorro la afectara en lo mas mínimo. Su papa era el ninja mas genial del mundo, así de fácil. Y ella no tenia ningún inconveniente en repartir golpes de derecha a izquierda para que las personas entendieran, menos cuando su rival tenia la misma estatura que ella. Pero su mama decía que esto no era muy "adecuado" y que lo mejor que podía hacer era ignorarlos o como ultima instancia refutarla con la platica, o como a ella le gustaba, con algún insultito.

Se movió lo suficientemente evidente para que la registraran pasar por ahí, pero no cruzo su mirada con ellas en ningún momento. Cargo su mochila con inestabilidad en uno de sus hombros y se alejo con toda la intención de buscar otro lugar para almorzar, pero algo la jaló de la camiseta inesperadamente.

— Eres una lela— le grito Mizuu, con los ojos aun hinchados de llorar y sin abrir demasiado la boca, para no volver a resaltar su horrible rasgo característico.

Kai no tardo en reparar en este gesto y levanto una colorada ceja inquisidoramente, sin borrar una sonrisa genuina de su redondeada carita. Las otras niñas la miraban con recelo pero en una distancia prudente, acariciando algunas partes puntuales donde recordaban aun tener moretones por la determinación de la Uzumaki.

Queriendo darle un punto final al asunto, sin decir palabra alguna, tironeo de su prenda para poder al fin liberarse y por consecuente alejarse de ellas. Pero la insultaba no pensaba dejárselo tan fácil, la soltó pero no sin antes tomar el Bentō sobresaliente de su mochila y arrojarlo con mucha fiereza contra la corteza del árbol. Sonrió complacida al verle la cara de perplejidad de la pelirroja, alcanzando las manos de sus amigas y corriendo con dicha lejos de la escena.

Kai aun podía escuchar sus risas cuando los brotes de soja fermentados, hiloso como queso fundido y de acuerdo a su textura resbaladiza caían por cual tobogán por la corteza perezosa del árbol. Levanto la esquina de su labio superior mostrando algunos de sus diente, al sentir el fuerte olor del desastre que sus "compañeritas" habían provocado, pero estaba indignada con su madre, la pelirrosa le había jurado que no le prepararia esa comida horrorosa de nuevo. Menuda sorpresa se hubiera llevado, muerta de hambre como estaba, al abril ilusionada el recipiente en los minutos posteriores.

Debió haberlas golpeado...

La tierra le hubiese ayudado a disimular la deformidad de sus dientes.

Su sonrisa se volvió una linea cuando escucho la voz de uno de sus instructores ordenándolos que se agruparan y un sonidito para nada curioso salio de su barriguita.

Se oculto velozmente detrás del árbol y cruzo los dedos sin desearse suerte —Kage Bunshin no Jutsu— completo casi en un susurro.

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Se escabullia eslocuazmente entre las personas que realizaban sus compras en la zona comercial de Konoha, tratando de pasar desapercibida entre quienes la reconocían como la hija del Héroe de la Aldea y amigos de su padres. Oculto su colorada cabeza detrás del follaje de una maceta antes de pegar un salto y quedar a un paso de la escalera. El sol pegaba desde la otra dirección y el ascenso seria oscuro para su suerte. Subio los escalones de dos en dos, riéndose cuando trastabillaba y la cerámica le devolvía un chillido gracioso.

Nadie mas que ellos debían verla a esa hora y en ese lugar.

Cuando escasos escalones la separaron de la puerta, ascendio a un ritmo mucho mas calmo y rutinario.

Tres curiosos golpes la hicieron dudar cuando secaba los platos y otros tres caprichosos la alejaron por completo de su tarea domestica. Con una franelilla palida se seco el resto de humedad de las manos y guardándola en su dental, la brisa del exterior de la casa le intento acomodar su extraño peinado cuando abrió la puerta.

Creyó que un pájaro había picoteado la entrada a su casa hasta que unos brillantes ojos azules la saludaron desde abajo—¿Cariño, que haces ahí sentada?— despego literalmente el cuerpo de su nieta, que estaba sentada a riesgo de caer escalera abajo, tironeandola del brazo.

Kizashi rió esporadicamente dejando de lado el periódico, viendo como su esposa daba tiernos golpes en la espalda de la pequeña haciéndola entrar en la casa— A las princesas tomates las dejan sacar su jugo antes del horario de salida de la academia— bromeo sin disimulo alguno.

— No niego nada— afirmo la Uzumaki corriendo hacia su regazo, sin poder evitar reírse del chiste malisimo de su abuelo.

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— Sakuraa-Chaa-an..—.

Ronroneo sobre la piel morena de su cuello con la certeza de que esto le ponía sus vellos rubios de punta.

— Buenos días a ti tambien— lo saludo sentada sobre el.

Sonrio al ver como sus ojos azules aun tenían rastros de lagaña. Dichoso padre era Naruto, se levantaba a llevar a su hija a la academia y cuando regresaba a la casa al volverse acostar, esperando que ella llegara a la casa luego de su guardia en la madrugada y la encontrara hecha un desastre.

¡Yo soy un padre Sakura-chan, no un amo de casa!

Le había contestado muy orgulloso la vez que lo regaño. Admitiendo que criar una niña era el triple de difícil que cualquier asignación como shinobi.

—¿Agotado Naruto?— inquirio con un tono de voz burlona.

— Dame cinco minutos— contesto sin despegar los ojos y olvidando por completo que la pelirrosa estaba sobre su regazo.

La medico-ninja gruño activamente, sintiéndose olvidada—¿No pudes hacer un bunshin para que me entretenga?— solto picante, muy cerca de su oído.

El portador del Kyuubi se volvió violentamente apresándola entre la suavidad del colchón y la firmeza de su cálido cuerpo. Sakura parpadeo varios veces, obviamente perpleja— No debiste decir eso nunca Sakura-chan— ahora el rompía las barreras de sensualidad pegado a su oreja.

Cautiva gimió contenta al percibir con su vientre la entera dureza de su hombre— Lo quiero rudo...— ordeno con los ojos oscuros de placer.

Los pantalones de Naruto vibraron con fuerza— No juegues con mi mente— le contesto igual de oscuro y delicioso como ella.— Yo soy Naruto Uzumaki y no podre controlarme— le adviertio con una sonrisa plena.

Ella acarició sin dudar la marca del sello sobre su estomago— Yo estaba hablando con Kurama—.

El abrió la boca totalmente extasiado.

Jamas iban a salir de esa cama.

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Bajo las escaleras dándole otro mordisco a la deliciosa brochetta de pollo frita con salsa de soja que su abuela Mebuki habia preparado especialmente para ella. Mientras que con la otra mano tenia atrapada firmemente la tercera y cuarta brochetta y colgando de una bolsita llevaba un pastel de azúcar moreno. Habia tenido una magnifica idea al crear un clon para que se quedara haciendo las tediosas tareas en la Academia mientras ella la original, almorzaba mimada en extremo por sus abuelos maternos, que no hacia falta decir, le guardarían el secreto.

—¡Kaaiii! Espera ahi— la voz de su abuelo la detuvo a escasos centímetros en la calle, volteo a su encuentro aun con la boca llena— Ten, es para que te compres alguna gaseosa de lata— acarico sus redondeadas mejillas, viéndola tragar gustosamente sus alimentos y tomar sin vergüenza alguna la bolsita con dinero.

—¡Gracias Ojisan!— le agradeció atentamente antes de que sus tierna e hiperactiva figura se distorsionara entre la multitud de personas.

Era la nieta mas hermosa del mundo.

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Gimio sin control alguno mientras el bombeaba poderosamente desde la clásica y profunda posición misionera. Asi la gravedad daba sus encantos. Rodeando con sus extremidades la figura de su hombre, encarcelandolo en una prisión de sudor y calor corporal. Naruto tenia apretada su boca contra el hombro de la chica mordiéndola medidamente, dejando escapar un par de caprichosos gruñidos durante los lapsos que se permitía respirar. Sakura podía sentir esa área tan sensible de su piel, ardiendo con cada lamida de la lengua del rubio. Y ella solo podía responderle dandole suaves masajes en su espalda, confirmandole el gran trabajo que estaba haciendo dentro de ella.

— Ahh, Narutoo!— apreto sus nalgas combando su cadera— ¡Mas rapido!—entonces ondula su cintura en un movimiento circular lateral y vertical.

El estaba tan estimulado que no podía retenerse un minuto mas, primero por que estaba por llegar y segundo porque la posición ya resultaba fatigosa—¡Argrr, Sakura!— se separo de su piel para dar grande bocanadas de aire y rematar el vaivén final.

La medico-nija sonrio complacida al sentir como una latigazo la recorría internamente, el portador del Kyuubi se había corrido dentro de ella. Como siempre, asegurando su esencia. El por su parte podría sentir cada musculo latirme individualmente para luego volverse mantequilla sobre el esbelto cuerpo de Sakura. No pudo evitar tomarla sus manos entre las suyas cuando la aplasto completamente.

Usualmente era el quien estaba listo para una segunda tanda, pero cuando cruzo sus ojos con su mirada jade supo que ella estaba mas que lista. Necesitaba exprimirle el máximo de provecho al oxigeno que entraba en sus pulmones.

—¡Hazlo muchacho!— le grito una pervertida azorrada voz interna— O se buscara a otro.

¡Eso jamas!

Inmediatamente se libero del caliente abrazo de su pelirrosa para incorporarse y voltearla boca a bajo seductoramente. Ella se dejo hacer mientras sentía los finos dedos del chico dibujando círculos sobre su firme y prominente trasero. El jaló tiernamente su cabeza hacia atrás para robarle un beso antes de iniciar con su próxima posición. Pero el exquisito ambiente colgó de un hilo cuando el casi le arranca el labio en una mordida muy descuidada.

Sakura se separo lentamente al contacto con el sabor inolvidable de su propia sangre.— Lo siento-o Sakuura-chaan— escucho como el rubio le pedía perdón dolido y recargado sospechosamente sobre sus brazos contra la tela color terracota del colchón.

Como si la hubiesen activado un botón cerca del corazón reparo en la venda casi amarillenta que daba vueltas sobre el tronco del padre de su olvidado por completo la situación en el hospital del día anterior y por consiguiente la única herida que aun limitaba sus movimientos. Y el seguía siendo tan caballeros y tierno con ella.

Con una sonrisa fina en su rostro acarició con la punta de su nariz la frente morena desprotegida del protector que con tanto amor y orgulloso su dueño llevaba. Naruto alzo la cabeza ante la inesperada caricia y garabateo en su cara otra sonrisa igual de intensa. La Alumna de la Hokage no corto el contacto en ningún momento, ni siquiera cuando lo movio con delicadeza haciéndolo sentarse en la cama con la espalda contra la pared. Ese fue el momento en que el reparo de los poderes hipnóticos del amor de su vida. Su pareja se posiciona encima de él, en cuclillas, el busto completamente erguido.

Ella controla perfectamente la profundidad y el ritmo de la penetración y puede liberar a sus anchas sus fantasías de dominación.— ¿Limpiaras la casa para mi, Naruto-kun?—.

— No— contesta, perfectamente participe del juego, con su miembro estrangulado por las paredes vaginales del pedazo de mujer que tiene encima.

No le reprime la desobediencia, su única meta es encontrar los correctos movimientos para maximizar su placer. El hombre tiene las manos libres para proporcionar todavía más placer a su pareja acariciando sus senos, sus nalgas y su clítoris. Sakura tiene un ritmo tortuosamente lento, y para completar gime muy eroticamente, cerrando sus ojos y mordiendo sus labios. El quiere besarla, pero ella ha quedado fuera de su alcance, mas elevada. Entonces se conforma con sus pechos rebotando, sus dedos marcados en su trasero y la autopenetracion con su falo, sabiendo que desde esa posición le esta ofreciendo una buena estimulación del punto G.

Prosigue dando pequeños saltitos, que por lo pegajosa que esta no logra separarla mucho de el.— Naruto— jadea cuando el chupa con fervor sus pezones enrojecido.

Levanta los brazos acariciando sus orejas y su propio rosáceo cabello, mientras el la acaricia de arriba a abajo repartiendo un camino de besos.

¿Por que era tan perfecto?

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El Sol del mediodía brillaba con todo su esplendor sobre la magnitud de la Aldea de Hoja, sin la presencia de nubosidad, solo el resplandeciente cielo azul acompañaba al astro rey. Varias aves volaron sobre ella regalandole una minúscula y fugaz sombra, acompañado de su tajante tiernamente dejando caer la lata vacía contra la clara tierra. Con toda la pereza del mundo llevo sus manos a su hinchada barriguita, sobandose con satisfacción y placer. Sonrió mostrando los dientes complacida.

Lo pensó y lo dijo.

¡Tengo los mejores abuelos del mundo!— exclamo poderosamente deseando que su grito se escuchara por toda la Aldea.— Hehe,¡ y ustedes tampoco se quedan atrás!— acoto rápidamente acariciando como si de una reliquia se tratase la dureza debajo de su palma.

Que mejor que pasar su día de pinta recostada sobre la cabeza de piedra de su abuelo Minato.

Sus padres habían decido contarle toda la verdad acerca de los héroes de la Villa, Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, que por dicha condición de leyendas no dejaban de ser sus abuelos. Ella no había tenido la oportunidad de conocerlos mas que por fotografías, relatos y algunos de los recuerdos que su papa había compartido con ella. Pero ella los amaba igual, aunque no podían cumplir le sus caprichos al extremo como el abuelo Kizashi y la abuela Mebuki, sentía que la acompañaban y la protegían. Como cuando sentía ese empujoncito durante sus exámenes en la Academia o cuando el miedo desaparecida después de que alguien se burlaba de su cabeza de tomate y de los rumores de que algún día seria quien portara a Kurama.

Alejo los restos de sus almuerzo lejos de ella y se acomodo dispuesta a echarse una buena siesta, apagando por unos instantes sus hermosos ojos azules. Cuando una sombra molesta le tapo todo el sol que la bañaba calidamente.

— Vaya vaya, parece que alguien decidió saltarse las clases—.

Abrio primero un ojo comicamente para seguidamente acompañarlo con el segundo, lo primero que logro identificar, por que la figura se encontraba a contraluz, fueron los guantes de Hierro que ella sabe muy bien que significan días de ANBU. Seguido a esto en su campo de visión un rostro flojo y de apariencia medio dormida destacando por su cabello de punta de color plata. Para terminar un conjunto jounin de Konoha y una banda protectora brillando de costado en el centro de su frente. Kai esperaba ansiosa el día que fuera digna de portarla.

—Kakashi-sensei...— lo saludo evidenciando que su voz era un tono de mezcla entre el hablar de jinchuuriki y la medico ninja.

No había nada de anormal en que la chiquilla lo llamara así, si desde que nació había escuchado de sus padres el agregado. Tampoco decía que no le atribuía sentido, si el le había enseñado un par de cosas cuando todavía no podía empuñar un kunai. Habia resultado drástico el entender de sus alumnos que su bebe se transformara en un ninja, en una kunoichi que necesitaba de las mismas herramientas y conocimientos de lucha que ellos en sus primero días. Y aunque la pelirroja no llevaba la banda, seria la genio de su generación: manejo de chakra perfecto complementado con el chakra especial de la sangre Uzumaki y el ingrediente extra de la perseverancia y testarudez que su padre y madre le habían legado.

Se desperezo en un aptitud que a Kakashi le recordó demasiado a Naruto y volvió a analizarlo con una mirada muy a lo Haruno, entre lo seria y divertida.— ¿Quieres entrenar un poco?— le pregunto mientras sacaba el tomo de tácticas eróticas de su bolsillo.

Ella se vigorizó enseguida—¿Vas a enseñarme una técnica super-genial?— inquirio.

El copyninja sonrío desde abajo de las mascara al ver sus ojos brillando de emocion— Primero debes aprender lo básico y general— ella contrajo su mirada— ..y estas altura el trabajo en equipo debería ser tu punto fuerte— dijo claramente como un instructor. La del cabello colorado rodó los ojos.— Y cuando pases el examen, tal vez te enseñe el rasengan— prometio como condición.

— Yo no quiero aprender esa— confeso la pequeña con evidente familiaridad con esa tecnica— Quiero que me enseñes el chidori—.

Kakashi dejo de leer sobre la conquista de una duquesa para observarla analíticamente. Pareciese a quien se pareciese, con la carga de ser hija de quienes conocía, Kai no dejaba nunca de recordale a su sensei, el Cuarto Hokage; no solo porque en sus momentos de calma le recordara a parsimoniosa inteligencia del rubio sino porque cada vez que creía conocerla ella se disfrazaba de sensaciones y lo sorprendía. Totalmente ajena a todo lo que la antigua generación debió pasar para que ella pudiera hoy vivir en una Villa sin conflictos ni sufrimientos constantes.

Kai Uzumaki era la razon por la que el ya no gastaba sus mañanas visitando el monumento de los caídos.

Esa pequeña de ojos intensos y cabellos rojos, su exuberante personalidad pintada con su gran inteligencia y su deseo ardiente de superación impactan fuertemente la vida de quienes la rodean. Aunque ella prefiriera pasar sus ratos solas, el podía afirmar que llegaría en un futuro a ser tan social como sus padres. Ella representaba mucho mas que la hija de Naruto y Sakura, sus únicos y preciados alumnos, comprendía algo mas grande que ser la nieta del Godaime, su maestro, y la viva imagen de la mujer mas valiente que el Hatake conoció en el podrido mundo ninja. Kai era también, el legado de Jiraiya, de todo los Kages y de cualquier ninja que hubiera dado su vida para proteger al Rey.
Era la esperanza de no mirar mas con dolor el pasado y poder proteger con orgullo un posible y brillante futuro. Todo lo que Sakura y Naruto se tenían bien merecido después de tanto dolor.

— !Hey, abuelo! Te estas durmiendo parado— le comento la Uzumaki de lo mas divertida.

Entrecerro los ojos ante una nueva insolencia. ¡Estaba en los mejores años de su vida!.

— Eres muy inmadura aun para aprender una técnica tan importante como el chidori— evoco sentándose junto a ella.

—Mientes— aseguro con firmeza— Lo único que debes hacer es darme uno de esos papelitos para saber que elemento natural es de mi tipo— siguio sin poder dejar de hablar— Si es el Rayo, ya estoy lista para aprenderlo— finalizo sonriendo socarronamente.

Valia la pena decir que Sakura había hecho que la mocosa estudiara cada libro ninja hecho y por haber. Quizas era mas lista que el a su edad.

Pero si seguía faltando a la practicas..

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— ¿Cuando te vas a casar conmigo, Sakura-chan?—.

Estan abrazados y desnudos en la cama, ni siquiera tapados con la sabanas, solo protegidos del frío con el calor de su cuerpos.

Con su amor.

Toma una de las manos que la rodea, la besa y la chupa, degustando su salado sabor. No responde, pero se detiene cuando lo escucha suspirar con cansancio.

—¿Cambiaria algo?— le pregunta, ya no dándole la espalda, esta vez detallando con intensidad sus orbes azules.

— Si— responde y sonríe al ver sus cejas rosas por las nubes— Serias Sakura Uzumaki— lo pronuncia como lo mas bello del mundo.

Solo puede reírse cuando Naruto ve algo brillar en sus verdes ojos— Ya tienes a una Uzumaki— le recuerda, evocando el recuerdo de su pequeña.

El también se rie— Yo las quiero a ambas— responde sincero y certero como siempre.

Con sus finas manos encuentra una cicatriz escondida detrás de la oreja, que no debieron ver ayer en el Hospital. Con la punta de su anular cargada de minúscula pero poderosa chakra lo ve a desaparecer bajo su tacto.

Todavia sin responder.

Con mucho miedo, separa los labios— ¿Estas esperando a alguien?— susurra con la voz quebrada.

Sakura detiene cualquier movimiento con la frase rebotando fuertemente en la cabeza, con los ojos abiertos exageradamente y la boca adormecida ligeramente. Con miles de palabras atorandocele en la garganta opta por abrazarlo con mucha fuerza, olvidándose que esta herido y ella desnuda.

— ¡Eres un baka!— lo golpea sin fuerza y con los ojos llenos de lagrimas— ¡Como puedes pensar eso despues de todo lo que pasamos, vivimos juntos, fuiste mi primer hombre, hacemelos el amor todos los dias y tenemos una hija, por kami sama!— nombra todas las razones por las cuales el debe asesinar ese recuerdo.

Naruto se queda en un pieza al oírla y verla tan desprotegida, sin pensarlo una vez le aprieta contra el buscando consolarla.— Lo siento Sakura— no puede lastimarle, el simplemente no puede verla sufrir—¡Lo siento, lo siento, lo siento! Soy un idiota— le recuerda, golpeándose internamente por haber dejado pasar esa pregunta tan estupida— Yo te amo Sakura-chan...—

Siempre lo ha hecho.

— Las amo tanto a las dos—

Las protege mas que a nada.

— No podría vivir ni un minuto si algo o alguien las aleja de mi—

Seria capaz de matar a ese alguien.

— No me importaría no ser Hokage, si pueden regalarme un día mas contigo—

Su sueño.

— Sakuraa-chan...—

¿Escuchaste bruta?, ¡su sueño!— le grita su sabio inner.

—Yo tambien te amo, Naruto—lo interrumpe— aunque seas un tremendo baka— agrega antes de besarlo.

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Apenas entro en su casa, supo que jamas debió volver. Ahora sentada a la par de la mesa de la cocina viendo a sus padres discutir no se sentía nada feliz. No era que las peleas no la divirtieran, era la horrible cosa que su madre le había cocinado, como castigo por descubrir sus planes matutinos, lo que atentaba contra su vida.

—¡Llega llena de tierra y sin su mochila y tu ni la regañas!— la Haruno se cruzo de brazos delante de el— Admite que no eres capaz ni de levantarle la voz!—.

— ¡Yo no tengo la culpa de que la niña sea una machona como tu!— solto de golpe el jinchuuriki e inmediatamente se arrepintió.

Sakura tembló con violencia y afilo la mirada— ¡Eres hombre muerto Uzumaki Naruto!—.

— ¡Maldito espantapajaro, me acuso!— exclamo, mirando como su padre se terminaba de acomodarse el cráneo aun sobre el suelo y ella acababa sus asquerosas verduras.

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¡Larguisimo! No pueden negar nada! jaja.

Kai, es de origen japones, significa "mar" "inmensidad"

Tengo una confesión que hacerles, la escena entre el abuelo Kakashi y Kai, inicialmente era una escena con el tio Sasuke xD

pero la cambie casi a ultimo momento, cosas locas mias.

—Bhodi—

P.D:Jutsu de maldición eternas, reviews insultantes en el cuadrito de abajo, vale(?