Prólogo:
Faltabapoco menos de 2 horas para mi gran partido. Faltaba un par de horas para que Bella vaya al campeonato de ajedrez acompañada del chucho de Black. ¡Pero no! Ninguno podía hacer nada, ya que yo era Bella y realmente nunca había tocado un juego de mesa, aclarando que tampoco NUNCA gracias a dios, había besado a un tipo, y claro. La mano de manteca de Bella, era yo. Y estoy seguro de que jamás en su aburrida vida, había tocado un puto balón.
La señora rara había sido clara, (además de muy cara):
"Hoy empieza este viaje, la sabiduría demuestra lo que el otro siente. Cuando entiendan lo que ella dice –mientras señalaba a la estatua griega– el amor sincero los cambiará."
Díganme, ¿Qué carajos significaba eso? ¿Quería qué encontráramos una especie de epifanía? ¿Algún budú? No lo sé. Lo único que sabía es que estábamos jodidos, muy jodidos.