Disclaimer: Pokémon no me pertenece, todos los derechos son de Satoshi Tajiri y NINTENDO.

Aclaración: Narrativa en primera persona.


La llamada

Capítulo 1: Noticias sorpresivas.

Otro día más había iniciado en ciudad Celeste, y con ese nuevo día, mis responsabilidades como líder de gimnasio surgían nuevamente. Me levanto de mi cómoda cama y me doy una deliciosa ducha con agua caliente, una excelente forma para despabilarme. Minutos más tarde salgo y me alisto para poder ir a desayunar junto con mis Pokémon.

Mi vestimenta constaba de un traje de baño completo blanco con decoraciones en tonos azulados, unos shorts color negro que no me llegaban más debajo de los muslos, además de una sudadera blanca.

— Vamos a ver cuántos retadores vienen hoy… —digo en susurro mientras me dirijo hacia la cocina, en donde esperaba ver a mis hermanas.

Pero mi gran sorpresa fue no encontrarlas… ¿Dónde estarían? No recuerdo que hayan salido el día de ayer como para que aún no se levanten…

— Ah, qué más da… —comento aburrida abriendo la nevera.

Minutos más tarde me encuentro en el gimnasio, dándoles su merecido desayuno a mis queridos Pokémon. Ellos eran los únicos que alegraban mis grises días.

Si, dije grises. Y es que, desde que me separé de él… mi vida ya no fue la misma. Dentro de mí sentía, un gran vacío… Uno tan grande que hacía que el corazón me doliera fuertemente, como si lo apuñalaran más de mil veces por segundo, si es que eso era posible.

Por eso digo que mis pequeños eran como un rayo de luz en esos días tan grises, pues ellos saben cómo me siento debido a que muchos viajaron conmigo en ese tiempo, ya que siempre intentan animarme de todas las maneras posibles.

Esa era como su auto-tarea desde hace 4 años…

— Bueno, creo que ya es todo por ahora… —cierro el paquete de la comida de Gyaradous y la dejo sobre la mesa que había usado para llevar todos los platos con la comida. Me dirigí hacia la bodega de donde había sacado todo. Habiéndolo guardado todo, comienzo a hacer mis deberes. Entre esos estaba luchar con los entrenadores que llegaran a retarme.


— ¡Termínalo con un chorro de agua Horsea! —le ordené a mi amigo, el cual acató mi orden de inmediato; lanzando su ataque con extrema fuerza dejó fuera de combate al pequeño Bulbasaur de mi retador.

— ¡Bulbasaur ya no puede continuar, Horsea es el ganador! ¡La victoria es para la líder de gimnasio! —gritó Tracey, quien había llegado justo en el momento en que el niño me retaba a una batalla.

El pequeño niño corrió hacia donde estaba su Pokémon y se arrodilló preocupado— Oh, Bulbasaur… ¿Estás bien? —le preguntó.

— Saur… (Creo…) —le respondió cansado.

El niño suspiró y le sonrió— Hiciste buen trabajo, ahora te llevaré al Centro Pokémon. Regresa —le ordenó, sacando su Pokébola. No puedo negar que no me enternecí ante esa escena; actualmente había pocos entrenadores que a su edad se preocuparan tanto por los Pokémon, así cómo él…

Mi pequeño retador se levantó y me observó confundido mientras yo me acercaba a él rodeando la piscina.

— No entiendo, ¿cómo es que perdí? —me preguntó confundido—. Se supone que los Pokémon tipo hierba tienen ventaja sobre los tipo agua…

Finalmente llegando a su lado le respondo— Es bueno que sepas qué tipo de Pokémon te puede dar ventaja en una batalla, pero recuerda que si no le das buenas ordenes a tu Pokémon o apenas está empezando su entrenamiento junto contigo, la ventaja no servirá de mucho —le explico de la manera más simple que puedo.

— Además, ten en cuenta que los Pokémon de un líder de gimnasio ya tienen cierto nivel de experiencia, dejando de lado la ventaja de tipo —me secundó Tracey.

— Oh, entiendo… —observó su Pokébola un momento—. Eso quiere decir que si entreno bien a mi Bulbasaur existe la posibilidad… existe la posibilidad de que te gane la próxima vez, ¿verdad? —me preguntó, viéndome de nueva cuenta, un poco más ilusionado.

— Así es —le respondo.

— ¡Genial! ¡Entonces entrenaré mucho para poder ganarte la próxima vez Misty! —me dice—. Ten por seguro que cuando regrese te derrotaré… —me advierte determinado.

Yo asiento con la cabeza— Estaré esperando ese día Ian.

Se despidió de nosotros y salió corriendo directamente hacia el Centro Pokémon, a pesar de que se veía más animado aún se podía percibir un poco de preocupación por su amigo. Eso era lo grato de ver a los retadores novatos… Esa consternación que surge cuando su mejor amigo es lastimado, es algo que no todos los entrenadores muestran actualmente.

Son contadas las personas que conozco que aún muestran eso en sus ojos, pero uno sobresale de entre todos ellos, actuando como si fuera todavía un novato en algunas ocasiones cuando algo le pasa a su Pokémon…

Saliendo finalmente de mis pensamientos regreso a mi Horsea a su Pokébola para dejarlo descansar.

— Esa ha sido una buena batalla Misty —me dice Tracey, recordándome que estaba allí y haciendo que me girara a verlo—. Se nota que Ian será un excelente entrenador, ¿no te parece?

— Sí, creo que tienes razón Tracey —concuerdo—. Apenas es un novato, pero se nota que el amor que le tiene a sus Pokémon, y el deseo de luchar a su lado sobrepasa su anhelo de ser un Maestro Pokémon —veo hacia la puerta por donde Ian salió—. Eso lo llevará muy lejos —regreso mi vista a mi amigo—. Y bueno, ahora si me permitirás preguntar… ¿Por qué tan arreglado? ¿A dónde vas, eh? —le pregunto de forma pícara.

Mi alto amigo no venía vestido como de costumbre. Su vestimenta constaba en unos pantalones negros y una camisa azul, fajada. Y como dato adicional… no llevaba puesta su habitual banda en la cabeza.

Ante mi pregunta, Tracey se pone un poco nervioso, además de que se sonroja un poco. Mm, sospechoso… ¿A caso tendrá una cita con alguna chica?

— Bu-Bueno… —rió levemente—. Pues, verás… —intentó decirme, jugando con sus dedos, buscando la forma de responder a mi pregunta.

— Vamos Tracey, suéltalo de una vez…—le insisto, realmente me estaba matando la curiosidad por saber quién sería la posible de uno de mis mejores amigos.

— Bueno es que…

— Vamos a salir hoy Misty —dijo una voz por detrás de mí.

Me giro rápidamente y no puedo evitar sorprenderme— ¡Daisy! —grité un poco impresionada.

— Hola hermanita, buenas tardes —me saluda como si nada mientras se acerca a nosotros—. No te había visto en el transcurso del día —comenta, con una enorme sonrisa en su rostro. Una pequeña gota de sudor cae por sobre mi cien.

A veces me pregunto si mi hermana usa realmente la cabeza.

— ¿Y por qué crees que sea? —le pregunto, molestándome un poco, pero más bien escuchándome cansada.

— Mm, ¿quizá porque te la pasas aquí encerrada todo el día? —me cuestionó, confundida.

— Yo diría que es todo lo contrario —la regaño—. El problema es que tanto tú como Lily y Violeta no se dignan nunca a salir de sus habitaciones los días en los que hay que hacerle mantenimiento al gimnasio y me dejan todo el trabajo a mí, como de costumbre—expreso mi molestia.

Sé que parece un poco extraño que regañe a mi hermana mayor, ¡pero tengo motivos para hacerlo! Estas holgazanas no hacen realmente nada… Si no fuera por mí, este gimnasio se habría venido abajo hace mucho tiempo ya.

— Ay Misty, no exageres… —me pidió la muy cínica.

Estuve a punto de contestarle otra cosa, pero no me quedó más opción que quedármelo para mí misma y suspirar. Esta mujer no tenía caso.

— Ya, ¿qué más da? —expresé, cansada del tema—. Ahora, lo que quiero saber es: ¡¿Desde cuándo salen juntos?! —pregunté, viendo la ropa que mi hermana llevaba puesta.

Daisy traía puesta una blusa rosa pálido de manga corta con decoraciones de flores rosado fuerte en los bordes de las mangas y en el cuello. Una falda blanca hasta las rodillas de tablones complementaba perfectamente la prenda superior. Su calzado constaba de unas sandalias con tacón pequeño color blanco.

A simple vista era algo realmente sencillo, pero el porte que mi hermana tiene, hace que hasta la ropa más sencilla luzca formal.

— ¿Y bien? —pregunto, saliendo de mis pensamientos y cruzando mis brazos. Ambos se habían quedado callados y se miraban de reojo, viendo quién sería el que revelaría dicha información.

— De-Desde hace un año… —me responde Tracey, un poco nervioso.

— ¡¿Un año?! —me sorprendo—. ¡¿Cómo es que nunca me lo dijeron?! —volví a preguntar, esta vez un poco más fuerte.

— Misty, pensaba que ya sabias —se defendió mi hermana.

— ¡Bueno, mi reacción dice lo contrario! —le grité con un poco de enfado, pero luego intenté calmarme.

Un silencio se forma repentinamente, ninguno de los dos sabía qué decirme en eos momentos. Creo que ni yo misma hubiera sabido bien qué decir. Es algo tonto, lo sé, pero así soy yo...

Y es Tracey quien decide hablar.

— No veo el punto para que te pongas así, Misty —me dijo Tracey, intentando tranquilizarme.

Tenía razón en lo que decía, pero es que…

— Me siento tan tonta —respondí apenada.

Dicho comentario sorprendió a mi hermana y a Tracey. No me sorprendía, no sabían bien a qué me estaba refiriendo.

— ¿Por qué dices eso Misty? —me preguntó mi hermana, acercándose a mí e inclinándose un poco a mi altura, puesto que las sandalias la hacían lucir más alta.

— ¿No lo recuerdas? Los últimos seis meses les he estado diciendo que salgan, que no fueran tímidos pues hacían una excelente pareja —comienzo a decir—. Y ahora me doy cuenta de que todo lo que dije fue en vano, pues ustedes ya llevaban saliendo seis meses antes de que yo si quiera pensara en la idea. Pero qué despistada fui —me regaño, y con buenos motivos, yo me creía romántica, una persona que podía saber cuando alguien estaba saliendo con una persona, o tenía cierto interés en.

Y ahora me doy cuenta de que eso sólo era algo que yo quería creer, pues ni siquiera me di cuenta del amorío de mi hermana. Vaya tonta.

— En eso te pareces mucho a Ash —comentó Tracey, logrando sacarme de mi interna reprimenda.

— ¿Qué? —enfoco mi mirada en mi amigo—. ¿Qué me parezco a Ash? —me sonrojo levemente—. ¿Cómo así?

— Bueno, tú sabes que Ash tarda mucho en darse cuenta de ciertas cosas, a veces ya siendo muy tarde para hacerlo —me explicó—. Es… despistado —finalizó, recalcando lo obvio.

Mi rostro no puede ponerse más rojo debido a la comparación. ¿Ahora resulta que me parezco a Ash sólo por haber sido un poco despistada en esto de su relación? ¡Por favor! ¡Qué ridiculez! Está bien que a veces no me dé cuenta de las cosas, ¡pero no llego a los extremos cómo él!

"Esa comparación no está tan bien hecha Tracey, déjame te lo aclaro" estuve a punto de decirle, pero el suertudo se me adelantó y me hizo una nueva pregunta.

— Y hablando de Ash, ¿no has hablado con él, Misty? —me cuestionó Tracey curioso.

Controlando y bajando el color que mis mejillas habían adquirido debido al comentario de Tracey, mi mirada se torna seria y un poco melancólica, haciendo que mi vista se posara sobre mis descalzos pies.

— No… —le respondo—. La verdad no sé por qué preguntas… Sabes muy bien que él jamás ha llamado, y dudo mucho que lo haga algún día —le recuerdo, lamentándome por ese hecho. Lo que daría porque Ash llamara de vez en cuando, aunque sea una vez al mes…

Con ver su rostro y escuchar incluso aunque sea cada medio año me conformaría…

Pero ni siquiera ese pequeño deseo puedo pedir.

— Vaya, pero qué raro —comenzó a decir, llamando mi atención y la de mi hermana.

— ¿Qué sucede? —le preguntó Daisy, acercándose de nuevo a él.

Tracey la mira un momento y después posa su mirada sobre mí— Es que ayer por la mañana hablé con él. Me dijo que te llamaría —me explicó viéndome un poco confundido. Seguramente yo tenía la misma expresión que él, ya que esa explicación no me la esperé—. Me parece muy extraño que no lo haya hecho, Ash siempre cumple sus promesas… O bueno, casi todas… —finalizó, cruzándose de brazos.

Si Tracey dijo algo más no sabría decir bien qué fue, pues yo aún no salía de mi asombro. ¿Ash me iba a llamar? ¿Para qué? Aunque bueno, la pregunta más importante era: ¡¿Por qué no lo ha hecho?! ¿A caso se le olvidó al pequeño desgraciado…? ¿O…?

¿O quizá le pasó algo?

¡Ay no, no Misty, no pienses en esas cosas! Ash seguramente está bien… Siempre se mete en aprietos pero sabe cómo salir de ellos sin ningún problema… ¡Es Ash por Dios! El Don Buena Suerte andante.

— Estoy de acuerdo contigo, Ash siempre ha cumpli-… —empezó a decir mi hermana, pero decidí ser un poco grosera e interrumpí.

— ¡Bueno, bueno! ¡¿Qué siguen haciendo aquí ustedes dos?! —les pregunté con exaltación mientras los empujaba fuera del gimnasio.

— Pe-Pero Misty… —intentó decirme Tracey.

— Nada de "peros" Tracey. No estás aquí para saber si Ash me había llamado, viniste para salir con mi hermana, y eso es lo que vas a hacer —le expliqué la situación a regañadientes—. Así que… ¡Fuera! —les dije al momento en que los echaba fuera del gimnasio. Ambos se giraron a verme un poco sorprendidos, mientras que yo los miraba con un enorme sonrisa—. ¡Que tenga una linda cita! —y dicho eso cerré las puertas de la entrada sin dejarlos siquiera decir una palabra.

Me quedé recargada en la puerta por un momento, pensando en lo que me había dicho Tracey. ¿Realmente Ash había dicho que me llamaría? No veo razón para que él mienta pero… Sigo sin entender por qué él dijo eso y… no lo ha hecho.

No sé con exactitud cuánto tiempo estuve ahí parada mirando al vacío, pero reaccioné gracias al timbre del video teléfono. Fui directamente hacia él y lo tomé.

— Hola, Gimnasio Celeste.

— ¡Hola Misty! —gritó una voz femenina por el otro lado.

— ¿Eh? ¿Quién es? —pregunté confusa.

— ¡Qué mala Misty! ¿Es qué acaso no me reconoces? —comenzó a preguntarme, se oía afligida—. Espera, tienes prendida la pantalla del video teléfono, ¿verdad?

— No, no lo tengo —comencé a responder—. Y no, no te reconozco, ¿acaso te conozco?

— ¡OH, vamos Misty! ¡Prende la pantalla! —me ordenó, se escuchaba divertida.

No sé si quiera por qué le hice caso a alguien que no reconocía ni siquiera por su voz; pero si, lo hice. Prendí la pantalla del video teléfono y en eso voy divisando una cabellera extraña de color castaño, ojos azules y una característica pañoleta verde.

Ella era…

— ¡May!

Continuará…


Suki: Y bueno, aquí les vengo a dejar un fic bastante viejo ya de Pokémon. En realidad era un One-shot, pero preferí que fuera de dos capítulos para darle un poco más de emoción a las cosas; aunque bueno, ¿qué emoción tiene esta historia? La verdad ninguna a mi parecer xD. En fin. Este es como que mi… ¿tercer-cuarto aporte al fandom? Sí, creo que cuarto. De hecho ya tenía muchas ganas de volver a subir algo pero no se me venía nada a la cabeza hasta que encontré este viejo escrito.

Total, espero que les guste.

.

.

.

Suki90, presentó.

¡Hay que atraparlos a todos!