Disclaimer: Los personajes no me pertenecen sino a E. Oda, su mangaka. Lo único mío es la trama de la historia y su desarrollo.

Personajes: Luffy & Nami.

Advertencias: Posible OoC sin querer en ambos personajes.

Summary: Desde ese día, Monkey D. Luffy aprendió el significado de la palabra discreción y el valor del secreto. De la peor forma pero lo hizo.

Una viñeta corta que se me ocurrió repentina y azarosa xD

El valor del secreto y de la discreción

No lo vio venir. Nunca en su corta vida hubiese imaginado que su capitán fuera tan inocente —mejor dicho, tonto— de cometer tal atrocidad delante del resto de la tripulación. Lo miró de forma sombría, tanto que asustaría a cualquiera. Lo peor, era que el responsable de su desgracia sonreía ampliamente sin notar lo grave de la situación.

—Oye Luffy, ¿qué crees que haces? —murmuró amenazadora la pelirroja.

—¿Qué no es obvio, Nami? —respondió el moreno entre risas—. Te abrazo.

—¿Y por qué lo haces?

—Porque quiero —contestó risueño.

—Ajá, entiendo eso —habló—. Pero, ¿dónde crees que tienes la mano?

La vista de la chica se dirigió hacia la mano del capitán que estaba reposando por debajo de la cadera femenina, en una zona prohibida para cualquier espécimen masculino del barco.

—¿Qué tiene de malo, Nami? —interrogó confundido Luffy inocente—. Si te gusta que te abrace así cuando estamos encerrados en tu cuarto.

Las reacciones de los piratas fueron variadas.

Sanji quien yacía en shock desde hacía rato, pegó el grito en el cielo.

Usopp y Chopper, pálidos por el susto, ya daban a su amigo por muerto.

Franky enunció un inaudible "Súper, nuestro capitán ya es adulto" mientras Robin asentía entre discretas carcajadas entretenida con las palabras del menor. Brook aseguró que jamás creyó ver a Luffy hacer algo así, aunque claro estaba, él no tenía ojos. Por último, Zoro con un escalofrío recorriendo su cuerpo alcanzó a mascullar un "esa bruja lo hechizó".

Habían quedado en que mantendrían su relación en secreto, que iban a ser discretos porque todavía no era el momento de revelarlo a los demás, pero como siempre, el impulsivo joven no le prestó atención e hizo lo primero que se le vino a la mente. Por ello, no había paso atrás. Ya nada podía salvar al pirata de la recompensa más alta del barco.

Nami apretó los puños con furia mientras su hermoso rostro se transformaba de una dulce doncella al de un terrible demonio hambriento de sangre —o eso es lo que imaginaban Usopp y Chopper en sus mentes—.

El grito y los puñetazos mortales no se hicieron esperar.

—¡Luffy, eres un idiota!

Desde ese día, Monkey D. Luffy aprendió el significado de la palabra discreción y el valor del secreto. De la peor forma pero lo hizo.

FIN

¿Tomatazos me merezco, no?

Saludos :D