¡Hola! Bueno, esta historia la tengo publicada bajo el mismo nombre en , así que espero que la disfruten y que les guste n.n ¡Nos vemos!
Fiesta de fin de año
La fiesta de fin de curso organizada por su colegio le venía de maravillas. Por supuesto, los directivos no aprobaban la entrada de alcohol a una "inocente" velada estudiantil, pero sabía que botellas iban a circular y que, de todas maneras, la fiesta seguiría en el boliche conocido como "Sharingan" en el centro de su ciudad. Sonrió amargamente y sacó su vestido negro, ese provocativo que nunca se había puesto porque su novio ("mierda, ex novio") podía morirse de celos. Sí, sabía que no era fea, para nada, pero prefería la ropa un poco más holgada, que escondía sus curvas, y dejaba feliz a su novio ("ex", repitió una voz en su cabeza), que decía que esos montes y bahías que se presentaban en su anatomía, eran solo para él. Negó con la cabeza, porque también tenía otro par de montes en otros mapas, ¿no? Volvió a sonreír, mirándose al espejo mientras hacía un rodete desordenado con su abundante y exótico cabello rosa, y se sacó la ropa, dispuesta a tomar un relajante baño caliente antes de enfundarse el arma mortal que ahora reposaba sobre la cama.
Miró un momento el reflejo y se volvió a decir que no lo necesitaba para sentirse hermosa, pues ya lo era. Admiró su piel nívea, sus lunares, sus senos de tamaño bastante llamativo y su trasero que podía hacer que los hombres la siguieran con la mirada. Sí, era hermosa, pero cuando él se lo decía parecía casi un sueño. Negó con la cabeza, nuevamente, y miró sus ojos. Verdes jade, llamativos y grandes, con pestañas largas y parpadeó un par de veces. Apoyó su frente en el espejo, mirando sus ojos, y arrugando su boca en una mueca despectiva. Sí, era bonita, pero no era una zorra, que eso era lo que su ex novio ("por fin") había estado buscando en la otra. Se separó de su reflejo, y caminó hacia el baño, llenando su bañera y metiéndose a ella, sin querer pensar nada más, ni en él, ni en la otra, ni siquiera en sí misma. Solo esperando la hora de la fiesta para ahogar sus penas en, lo que su mejor amigo Naruto decía, el remedio mágico: alcohol.
Su mejor amiga le subió el cierre, lo cual hizo que el vestido se ajustara a su figura.
-Mmmm, Frentezota, estás hecha una bomba sexual.-las dos rieron, la pelirrosa algo apagadamente, lo cual hizo que la rubia la mirara de manera desaprobadora.-Ya, deja de pensar en él, en eso.
-Tú lo dices porque tu novio no te engañó, Cerda…- se sentó en la cama, poniéndose los altos tacos, volviéndose a parar para maquillarse.- Y no solamente eso, sino que yo fui la última en enterarme…
-Ya, pero por lo menos sabemos que ella tiene alguna enfermedad y que el karma le volverá.-dijo poniendo una cara de anciano sabio, y la ojijade esbozó una sonrisa leve. Todavía no le deseaba el mal, todavía no.-A ver, déjame maquillarte. Hoy tendrás una noche espectacular, vas a matar a todos, y vas a bailar como una stripper de Las Vegas.
-Yo solo quiero tomar un poco.-ambas rieron, ahora con más ganas.
-Lo harás, Frentezota, lo harás.-tomó un delineador y se dispuso a hacer magia con el bello rostro de su mejor amiga.
La música estaba alta, las luces la desorientaban. La fiesta había sido tal y como ella esperaba: aburrida en el colegio, descontrolada en el boliche. Estaba bailando con alguno de sus compañeros, o puede que no, la verdad es que no sabía pero podía sentirlo en su trasero, tras su espalda, con su aliento en su oreja. Pero en realidad, ella solo podía prestar atención a la mirada de su ex, que la estaba ojeando, por poco, desde un rincón, mientras que la otra, que ahora era la legal, lo besaba incansablemente en el cuello. "Sí, deséame, maldito bastardo, porque ahora no me vas a poder tener nunca más". Se apretó contra su acompañante, sintiendo un gruñido deseoso en su oreja. Sí, sabía que ya no se iba a poder resistir mucho más antes de violarla contra un rincón, y ella estaba muy borracha como para resistirse. Ya no sabía qué había tomado, solo que en un momento le ofrecieron algo azul, luego algo verde y después de eso, había agarrado sin ningún miramiento cualquier cosa, de cualquier color, que le ofrecieron.
La música se bajó, y el escenario se iluminó. No había esperado eso, y su mente embotada le susurró que aprovechara el desconcierto para alejarse de su acompañante, y de bajarse un poco el vestido, para no parecerse a la otra, porque su estilo debía ser sensual, no vulgar. En el escenario aparecieron un grupo de chicos, que recordaba vagamente haber visto antes, pero su cerebro había dejado las neuronas flotando en una nebulosa alcohólica y no podía relacionar las caras. Cuando pudo concentrar su mente en lo que decía el presentador, escuchó:
-…antiguos alumnos de Konoha…-su cabeza se iluminó con un fogonazo, y miró a los músicos de arriba del escenario como si hubiera tenido una revelación: claro, eran ex alumnos de su colegio, más precisamente alumnos estrellas, los Akatsukis, bellos, inteligentes, fogosos y populares, elite de la elite, esos por los que todas se morían. Y ella se hablaba con uno de ellos, Itachi Uchiha, hermano de Sasuke, su ex novio, aunque había perdido el contacto con él ni bien se enteró del engaño, e incluso un poco antes, ya que su novio se ponía celoso, incluso de su propio hermano. Y con razón. Ahora que lo veía sobre el escenario, tomando el micrófono con paciencia, sus hormonas se alborotaron. Estaba muy deseable.-…así que ahora, con ustedes, ¡Akatsuki!
Las luces se centraron en el escenario, y la música comenzó a sonar. Sakura pudo concentrarse un poco en los integrantes de la banda. Todos altos, bellos, y su fama les precedía, porque ellos seguían siendo unas celebridades a pesar de que habían terminado el colegio hacía ya dos años. Y encima, músicos. Sentía como su cuerpo se iba acercando sin que ella lo planeara al escenario, con su mirada revoloteando por cada uno de los muchachos. Conocía la canción, eran una banda muy conocida en su pueblo, y su disco era popular, por lo cual la letra salía por sus labios sin que ella lo quisiera. Tenía cerca a su ex cuñado, pero ahora lo veía como a un hombre, y él fijó su vista en ella con una sonrisa galante. El bajista, si no identificaba mal el instrumento, la vio y, haciéndole una seña a uno de los guitarristas, fueron hacia ella. Un rubio de sonrisa deslumbrante y ojos azules la tomó de la cintura y la subió al escenario, acercándole un micrófono. Habían visto que se sabía la letra, y ella sonrió con suficiencia: siempre la habían felicitado por su linda voz, por lo cual iba a deslumbrar a todos.
Sorprendiendo a todos los presentes, cantó armoniosamente, e hizo una teatral reverencia a Itachi, que le guiñó un ojo y le hizo unos coros espectaculares. La canción terminó con aplausos entusiasmados, y ella dirigió su mirada a su ex, mirándolo con arrogancia. Un par de canciones más y la gente estaba enloquecida. Escuchó que la gente pedía la canción "Gūzen" (Bren: significa casualidades), y ella sonrió doblemente: esa canción era su caballito de guerra y la conocía como a la palma de su mano.
-Bien, podemos cantarla, pero es la última de la noche, nos están echando desde la producción.-las risas se escucharon e Itachi le hizo una seña a su baterista, y la canción comenzó. Se acercó a mí, y susurró en mi oído.-Sakura-chan, toda tuya.
Canté como nunca antes, dejando el alma, sin vergüenza por el alcohol, y los aplausos me revitalizaron al final. Un par de reverencias, y me disponía a volver a la pista de baile, pero un rubio y un pelirrojo me guiaron escaleras arriba a la parte V.I.P. del boliche, desconcertada, caminé sin resistirme, y suspiré aliviada cuando llegué y estaba vacío, con la música que llegaba tenue, cosa que alivió mis sentidos.
-Nhn, eres muy buena, rosadita.-le acercó un vaso con cerveza, pero ella negó con la cabeza: no necesitaba más alcohol, estaba rodeada de hombres, con las hormonas a mil, y si tomaba iba a acabar con una orgía salvaje. No, no más cerveza… ni nada.- No me digas que eres una santurronita…
-No, para nada, pero todos ustedes son muy sexys y terminaré haciendo cosas que no quiero hacer si no las voy a recordar mañana.-dijo lo que pensaba, y pudo sentir como los colores subían raudamente a su cara.
-Ah, encima atrevida.-rieron los tres chicos presentes, mientras ella se sentaba en un cómodo sofá. Mientras alzaba una ceja viéndolos, el resto de los muchachos subieron por las escaleras.-Hey comadreja, ¿esta preciosidad no es la novia de tu hermano?
Sus ojos se fijaron en su ex cuñado y luego en el rubio. Un poco de furia se agolpó en su interior, pero luego sobrevino la tristeza. Miró al suelo como si hubiera algo interesante ahí, mientras que su mente se llenaba de recuerdos.
Flashback
Acababa de salir de clases. Odiaba los jueves, el día más asqueroso del mundo: salía tarde, y encima tenía matemáticas. Contuvo una arcada. Encima, ese jueves, el día de su tercer aniversario con su novio Sasuke, él no lo iba a poder pasar con ella, porque debía hacer no sabía qué trámite en la capital y eso le llevaría todo el día.
Suspiró, dispuesta a caminar las 20 cuadras a su casa bajo el inclemente sol de las tres de la tarde en los últimos meses de noviembre, terriblemente sola, y salió del colegio. Su sorpresa fue enorme cuando vio a Sasuke con un ramo de flores inmenso en sus manos, esperándola. Fue corriendo hacia él, y lo abrazó, tiernamente.
-¿No pensabas que te iba a dejar sola el día que cumplimos tres años juntos, no?- ella río, asintiendo, y el sonrió de lado.-Tonta Sakurita.-la besó suavemente, a lo que ella le correspondió. Cuando el aire se hizo necesario, se alejaron un poco y pegaron sus frentes.- Te amo, Saku.
-Yo también, Sasuke-kun.-sus labios volvieron a encontrarse con un poco más de fogosidad.
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Sakura estaba feliz. Hoy cumplían cuatro años, y ella había adelantado, sin decirle nada, la llegada a su casa de sus vacaciones para sorprenderlo, como él había hecho con su anterior aniversario. Tocó el timbre de la casa, educadamente, y abrió su cuñado, Itachi, con cara de estupor.
-¿Sakura-chan? ¿No se suponía que estabas de vacaciones?-ella asintió.
-Hola Itachi-san, permiso.-pasó a la casa.- ¿Está Sasuke-kun?-la mirada que el mayor le dedicó fue enigmática, pero pronto la olvidó al escuchar unos ruidos en la parte alta de la casa. Miró hacia arriba y escuchó la voz de su novio hablando, pero no entendía lo que decía.- Oh, sí está. ¡Discúlpame, pero voy con él!
-¡Espera, Sakura-chan, no!-gritó el chico, pero ella hizo caso omiso porque ya había subido las escaleras corriendo hasta casi llegar arriba, y esperaba que Sasuke no hubiera escuchado su nombre con el estruendo que había hecho su hermano al nombrarla. Quería que su llegada fuera una sorpresa.
Se dirigió de memoria hacia la habitación ya conocida de su novio, y mientras avanzaba escuchó ruidos raros, mientras que sentía los pasos de alguien subiendo las escaleras. El corazón se le encogió al escuchar gemidos ahogados de la puerta que ya hacía cuatro años que abría para ver a su Uchiha favorito, y bajó el picaporte para encontrarse con lo que debió haber esperado al escuchar el placer en forma de gritos: su novio, el que creía que era SU Sasuke, estaba teniendo sexo con una muchacha de pelo rojo, que su mente, en voz baja, le indicó que era Karin, una zorra que iba a su curso.
La interrupción hizo que los amantes voltearan a verla. Sintió la mano de Itachi sobre su brazo, pero eso era algo que en ese momento no le importaba. No quitó los ojos de los orbes oscuros y profundos que le pertenecían al chico que amaba, y que ella creía que le correspondía, y él se levantó, sin apartar la vista de ella.
-Saku, yo…-su cerebro pareció volver a funcionar, y se alejó de él, poniendo una mueca de asco y dolor en su rostro bonito. Volteó su cuerpo y se puso a correr escaleras abajo, luego fuera de la casa, queriendo que el viento que golpeaba sus mejillas y se evaporaba sus lágrimas, también hiciera desaparecer el recuerdo de lo que había visto.
Fin del flashback
Itachi la miró un momento, y luego dirigió sus ojos hacia su amigo, con desaprobación. "Idiota" pensó, absorto.
-No, no lo soy.-para su sorpresa, la voz de Sakura sonó risueña y tranquila, y cuando ella levantó la vista, no había lágrimas en sus ojos, y en su boca podía ver una sonrisa que él podía identificar como falsa.
-Nhn, eso es bueno, porque con ese vestido…-el Uchiha miró a su amigo Hidan sorprendido por su audacia. Oh, esa chica parecía haber alborotado las hormonas de todos los Akatsukis, incluyéndose. Ella sonrió angelicalmente.-Oye, rosadita, no sabemos tu nombre…
-Ni yo los suyos.-sonrió de lado, y parecía la imagen de la sensualidad. No era difícil imaginarse la baba que caía por las comisuras de los labios de los hombres.- Mi nombre es Sakura Haruno.
-Hola, Sakura-chan.-sonrió el rubio, encantadoramente. Itachi rodó los ojos. Nunca cambiaban.- Mi nombre es Deidara, mucho gusto.-se acercó a ella y le besó la mano, a lo que la pelirrosada soltó una risita.
-Hola Saku, yo soy Hidan.-se presentó un hombre alto, de pelo color plateado y ojos oscuros que, si ella no estaba alucinando, eran morados. Ella le sonrió e hizo un gesto con la cabeza.
-Yo soy Sasori, un gusto hermosura.- dijo otro de ellos, de pelo rojizo y ojos marrones, con una sonrisa casamentera. Le guiñó un ojo, y ella pensó que todos estaban muy fuertes.
-Mi nombre es Zetsu.- su cara era seria pero bonita, tenía el pelo color verde oscuro que de seguro debía ser teñido y ojos ámbar tan claros que parecían amarillos. Pudo ver como una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios, y la cara de asombro de los demás pudo hacerle notar que ese no era un gesto muy habitual en él, por lo cual se sintió alagada.
-Yo, preciosa, me llamo Kisame, y espero que cuando digas mi nombre suene tan bello como tú.- Sakura rió armoniosamente, cosa que dejó estupefacto y con cara de embobado al chico de piel clara, ojos grises tan transparentes que parecían blancos, pelo azul teñido y encrespado con gel, y lo que debían ser tatuajes con toda la apariencia de branquias en sus mejillas.
-Espero que así sea, Kisame-kun.- susurró con voz dulce la ojiverde, haciendo que el chico terminara de derretirse en su lugar. Su vista se desvió de él cuando otra voz hizo su presentación.
-Hola Sakura, mi nombre es Nagato, aunque éstos energúmenos me pusieron de sobrenombre Pain por todos los pearcings que llevo.-el siguiente muchacho era alto, de piel clara y pelo llamativamente naranja, de ojos marrones, y tal como lo había manifestado, con varios pearcings en su rostro, algo que lo hacía parecer rebelde y muy sexy.
-Buenas noches, mi nombre es Kakuzu.-una sonrisa apenas marcada se dibujó en su rostro de piel oscura y ojos verdes, enmarcado por el pelo castaño oscuro y largo hasta sus hombros. Deidara lanzó un grito y tironeó de la manga de la remera a Sasori señalando al recién presentado, mientras todos mantenían una mueca de sorpresa.
-¡No le pidió dinero a cambio de decirle su nombre!-el muchacho pegó un par de saltitos en su lugar, mientras que Kakuzu lo fulminó con la mirada haciéndolo callar, mientras le respondía:
-Es muy linda como para que le cobre por saber mi nombre, idiota.-la chica sintió el rubor ocupar sus mejillas ante el cumplido, y sus ojos se desviaron a Itachi, que había permanecido callado, mientras su cuerpo se apoyaba en la baranda que llevaba a la escalera.
-Yo no necesito presentación, ¿verdad, Sakura-chan?-la sonrisa que se dibujó en la cara del Uchiha era lo que estaba esperando la pelirrosada. Ella negó con la cabeza.-Bien.
-Oye, rosadita, ¡cantas muy bien!- Hidan se acercó a ella, que lo miraba con una ceja alzada al escuchar su nuevo apodo. El chico se sentó junto a ella en el pequeño sillón, acercando su cuerpo cálido al de la ojijade, que maldijo en su interior por el delicioso perfume que llevaba. Trató de olerlo sin parecer obvia y sus sentidos se deleitaron. Wow, sí que estaba mal…
-Justo que nosotros buscábamos una voz femenina…-dijo Sasori mientras se tomaba el contenido de un vaso con líquido ambarino. Ella se sorprendió ante la camuflada oferta, pero esperó a que alguien más formulara la pregunta que, sin que ellos supieran, había revitalizado uno de sus sueños de toda la vida: ser cantante de una banda.
-¡Eso!-el grito de Deidara la sobresaltó. Al parecer ese gritaba todo el día, pero era encantador. Le hizo acordar a su mejor amigo Naruto.- ¿Qué te parece la idea de ser vocalista junto con Itachi?
Sintió las ocho miradas sobre mí y me sonrojé profundamente. Todo su ser le pedía que dijera que sí, aunque una parte pequeña de su mente susurró que si aceptaba, iba a tener que convivir casi a diario con ese grupo de súper sexys músicos, cosa que no era muy buena idea. Tiró el raciocinio por la ventana, y con voz segura dijo.
-¡Me encantaría!- sintió como repentinamente se elevaba por los aires, y, desconcertada, miró a Kisame quién reía mientras la sostenía de la cintura. Todo el resto sonreía y Deidara daba saltitos alrededor suyo diciendo cantarinamente:
-Sakura-chan es parte de Akatsuki, Sakura-chan es parte de Akatsuki.
-Ey, gracias Saku.-escuchó la voz de Zetsu.
Su mente estaba embotada, pero dentro de su cabeza, la vocecita seguía repitiendo que aquello no había sido tan inteligente como ella había pensado.