Lo que dejamos ir.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto y la historia es una adaptación de un libro que prefiero no decir cual es y si lo quieren saber sólo avísenme.
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¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción, y el
mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño y los
sueños, sueños son.
Calderón de la Barca.
Capítulo 1: Engaño colorido.
Sasuke Uchiha no era una bella persona pero la gente no solía darse cuenta de ello hasta después de quedar atrapada por su sutil hechizo.
De grandes e inexpresivos ojos negros, cabello oscuro con destellos azules y de cejas bien trazadas del mismo color realzado por su blanca tez era un centro de gravedad para las mujeres que solían quedar atrapadas por su boca rosada de apariencia suave y de su imponente porte: metro ochenta y cinco de alto.
Tras el término de la Cuarta Guerra Ninja, Sasuke había regresado a Konoha en vista de haber cumplido con todos sus objetivos y sin ningún otro que le interesara realmente. Por el momento quería tranquilidad después de años de haber estado entrenando arduamente y lleno de odio hacia Itachi.
Por otra parte, la gente de Konoha estaba demasiado ocupada en reconstruir sus hogares y a la aldea para pensar mucho en el regreso del Uchiha, además pensaban que sería bueno para ellos tenerlo de su lado en caso de hacer frente a un enemigo por lo que lo consideraron casi como una bendición.
Ahora era una tarde calurosa a finales del mes de abril.
El viento cálido le revolvía el cabello mientras se encontraba en la entrada de su casa hablando de mala gana con Naruto y Hinata, quienes fueron para recordarle de la reunión que se celebraría por la noche en casa de los Yamanaka.
—Tienes que ir, teme—le decía Naruto con su fastidiosa voz—. Es una distracción para nosotros que hemos hecho tanto, además habrá un anuncio especial.
—No me interesa, dobe—para él que toda la aldea se fuera al diablo.
—Sólo para que te des cuenta del buen amigo que soy, te lo diré—Naruto pareció no escucharlo—: está noche se anunciará…
—Pero—interrumpió Hinata con timidez a Naruto— se supone que no debemos hablar de ello.
—No importa Hina, de todos modos se sabrá y es para que el teme se anime a ir.
Hinata opto por no decir nada más.
—Como te decía, teme—continuo Naruto ignorando la mirada fulminante de Sasuke— está noche se hará oficial el compromiso entre Benjiro Yamanaka y Takara Shiranui…
Sasuke dejo de escuchar.
De pronto todo se volvió oscuro a pesar de ser mediodía. No podía creer lo que acababa de decir Naruto. Simplemente no podía-ni quería- creer que era cierto ya que sabía que Takara estaba enamorada de él…
…y él de ella.
Todavía recordaba que todo comenzó un día hacia tres meses, con poco tiempo de haber llegado a la aldea, cuando fue enviado para una misión de reconocimiento de los daños sufridos en la parte sur del País del Fuego con Takara como compañero.
Al principio le fastidio tener como compañero a una mujer pero pronto descubrió que se sentía cómodo a su lado, cosa que lo sorprendió. Ella era muy amable y sabía darle su espacio. Con sus ojos café claro, siempre soñadores y mirando algo que él no podía ver, le miraban con ternura que nadie había demostrado hacia él en muchos años.
Al regresar de la misión ella lo frecuentaba para saber cómo estaba. Pasaban horas sentados a la sombra de un árbol en la banca del jardín trasero de Sasuke. Con su cabello marrón oscuro acariciado por el viento y con la cara iluminada por el sol del ocaso, Sasuke la admiraba mientras ella le contaba cuanto extrañaba los días pasados en que la Guerra era algo lejano.
La mayoría del tiempo Sasuke no entendía nada de lo que Takara le decía y, sin embargo, eso no le preocupaba, salvo estar a su lado siempre que sus ojos lo miraran con esa pasión que sólo guardaba para él.
Es por eso que era absurdo que ella se fuera a casar con el idiota de Benjiro Yamanaka, ese tonto que sólo hacia lo que los demás le ordenaran; alguien sin sesos.
No podía ser cierto.
—Teme, ¿estás bien?—pregunto Naruto mirándolo preocupado—. Te pusiste pálido.
—Sí—respondió cortante Sasuke.
—Entonces, ¿irás a la reunión?
—Definitivamente sí—iba a impedir esa boda como fuera.
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Después de que Naruto y Hinata se fueran, Sasuke se paso todo la tarde pensando en la manera en qué podía impedir esa boda y llegó a la conclusión de que Takara y él se tendrían que escapar juntos.
A la hora de la reunión, ya entrada la noche, todos los conocidos estaban ahí. Sin molestarse en saludar ni fijarse en las miradas que las mueres le dedicaban, busco entre todo la gente a Takara hasta que la encontró; estaba espléndida con ese vestido rojo.
— ¡Sasuke!—le dijo con entusiasmo al verlo, acercándose a él—. Me alegra que hayas venido.
Sasuke no pudo responder porque detrás de ella apareció un rubio de bondadosos ojos azules y de tez pálida. Era Benjiro.
En un instante su sonrisa desapareció.
—Hola, Sasuke—saludo amable Benjiro—. Takara me habla siempre de ti. Eres más apuesto de lo que pensé.
—Hola—Sasuke no pudo fingir una sonrisa.
— ¿Te apetece platicar un rato?—propuso Benjiro.
—Lo siento—se disculpo Sasuke— pero quiero ir al jardín. Con permiso—re fue lo más rápido posible y sin mirar atrás se dirigió al salón perfectamente iluminado.
Estaba hecho una furia. Haría que Takara muriera de celos y no iba a ser difícil con el traje negro que traía puesto y la camisa blanca desabrochada en el que todas las mujeres posaban sus ojos.
Satisfecho, pronto logro tener un club de admiradoras a su alrededor, la mayoría jóvenes que no eran ninjas y unas cuantas compañeras de la Academia. Disfruto como los demás hombres lo vieron con envidia ocultada por odio; sin embargo no le prestó atención a ninguna como Takara estaba haciendo con él porque no se daba cuenta de lo que estaba pasando con Sasuke sino que solo tenía ojos para Benjiro quien estaba sentado a sus pies con la cabeza apoyada en sus piernas en tanto que ella le sonreía.
Sasuke no podía soportarlo.
Furioso se fue del lugar para tomar algo.
— ¿Quiere una copa?—le pregunto alguien al llegar al salón.
Sasuke fijo su vista en el intruso.
Era un apuesto hombre de cabello castaño claro, tez blanca, ojos color miel y de una sonrisa torcida que hacía que fuera insoportable. Era Kenji Furukawa. Le parecía curioso que fue él la primera persona que hablara cuando fue también la primera persona que vio al llegar a Konoha.
—Gracias—Sasuke acepto el trago.
—Kenji, te estaba buscando—oyó la conocida voz de una mujer.
—Acabo de llegar—respondió Kenji.
—Uchiha—saludo Sakura con un deje de voz burlona.
Sasuke la miro casi con odio.
Desde que había vuelto a la aldea la había visto muy poco y ella no hacía nada para acercarse a él pero siempre mirándolo con burla cuando lo veía. Se dio cuenta que ya no era la niña que había dejado en una banca, ya era una mujer y aunque odiara aceptarlo, era hermosa.
El vestido verde esmeralda que traía resaltaban sus ojos y su cabello recogido en un moño dejaban ver su fina cara, dando un toque inocente su sonrisa brillante.
— ¿Divirtiéndote?—Sasuke noto la ironía.
La mirada intensa de Sakura parecía ver dentro de él.
—Luego nos vemos—se fue sin esperar respuesta, agarrada del brazo de Kenji.
Vio a Sakura acercarse a la mesa en donde se encontraban Kakashi, Chouji, Shikamaru, Ino, Lee, Naruto y Hinata; en conclusión, todos los perdedores de Konoha.
Sasuke se acerco curioso a ellos al ver a Lee exaltado hablándole a Sakura quien estaba tranquila pero con una mirada fría.
—No puedo creer que digas eso Sakura-san—decía Lee.
— ¿Por qué no?—pregunto Sakura—. Todos somos unos imbéciles por pelear en una guerra en beneficio de unos cuantos, en la que los que eran ricos volverán a ser ricos y las Naciones sólo pelearan para mantener el poder a costa de los más débiles. Paradójicamente en este mundo no hay lugar para los débiles, para los que se la pasan toda la vida lamentándose sin hacer nada.
A Sasuke le sorprendió que Sakura pensara como él.
—Yo no creo eso—intervino Takara, entrando con Benjiro—. Mucha gente lo perdió todo y es difícil ver que los tiempos de antaño no volverán.
—Pues son aún más imbéciles por pensar en el pasado en vez de hacer algo por el presente.
El ambiente era tenso. Sasuke noto lo mirada de odio que Takara le dirigió a Sakura.
—Ino, ¿me podrías mostrar tu biblioteca? Quiero saber si tienes un libro—dijo Sakura sin dejar de mirar a Takara con superioridad.
—Claro—respondió Ino y se la llevo lejos del grupo.
—Sakura-chan fue un poco cruel al decir eso—rompió el silencio Naruto.
—Cambio mucho después de la guerra—coincidió Kakashi.
—Yo creo que Sakura tiene sus motivos—intervino Kenji—, es diferente cuando ves todo lo que paso estando en el equipo médico. Ella solo defiende lo que cree.
Tras decir eso se fue del salón con una sonrisa ante el desconcierto de todos.
— ¿Es el novio de Sakura?—pregunto Sasuke sin pensar, movido por la curiosidad al recordar que ambos siempre estaban juntos.
—Claro que no—respondió despreocupadamente Shikamaru—. No creo. Él es "diferente".
Sasuke no presto atención al doble sentido de las palabras de Shikamaru porque la hermana de Benjiro, Etsuko Yamanaka, se sitúo a su lado.
Era de profundos e inocentes ojos azul claro, cabello color miel y en su sonrisa todavía infantil se apreciaba el amor que le profesaba a Sasuke.
—Hola—lo saludo con timidez.
Sasuke sonrió de medio lado. Quizás le fuera útil es pequeña idiota.
—Hace mucho que no te veía—le dijo Sasuke jugándole uno de sus rizos—. Cada día eres más una mujer.
—Estás muy guapo—le dijo sonrojada.
— ¿Es cierto que tu hermano está comprometido con Takara?—pregunto Sasuke con su cautivadora sonrisa.
—Sí—contesto confusa Etsuko por la pregunta—, desde niños lo han estado. ¿No lo sabías?
—Yo lo sé todo—contesto arrogante Sasuke—. Espero estar contigo toda la reunión si tú me lo permites.
Etsuko asintió y se fue alegre. No podía pensar que fuera posible que Sasuke Uchiha la prefiriera por encima de las bellezas que estaban ahí.
Por otra parte Sasuke no creía que fuera posible que fuera tan estúpida para no darse cuenta que el fingía, porque le había costado trabajo hacerlo.
En ese momento vio a Takara. Se dirigía al lado derecho del salón e iba sola. Era un buen momento para hablar con ella así que se dispuso a seguirla.
Iba caminando por el estrecho pasillo cuando escucho cerrarse la puesta que se encontraba en el lado izquierdo. Se apresuro a entrar.
Sólo había una tenue luz proveniente del amplio ventanal que dejaba ver la luna llena, iluminando el fondo del cuarto lleno de libros. Frente al ventana había un escritorio; a la derecha una chimenea y frente a ella un amplio sillón. Takara estaba frente al escritorio.
— ¿Sasuke?—inquirió con sorpresa—. ¿Qué quieres?
No hubo respuesta.
— ¿No me lo quieres decir?
Sasuke se le acerco lentamente. Por fin le diría lo que sentía y ella no tendría por qué casarse con Benjiro. Su corazón latía rápidamente.
— ¿Quieres decirme un secreto?—pregunto ella divertida
—Sí…te amo—soltó sin pensarlo Sasuke.
Por un minuto Takara no dijo nada. En sus ojos sólo se reflejaba dolor.
— ¿No te basta con todas tus admiradoras?—pregunto por fin con un deje de enfado—. Tienes todos los corazones, incluyendo el mío.
Así que después de todo si se fijo en las mujeres que lo habían rodeado, pensó satisfecho Sasuke.
—Sólo me interesa una—Sasuke la miro fijamente.
—Sasuke yo…
— ¿Me quieres?—la interrumpió.
—Te quiero—susurro Takara.
—Cásate conmigo.
—No puedo, me voy a casar con Benjiro.
Sasuke hirvió de rabia ante la mención de tal nombre.
—Takara yo…
—No lo digas, Sasuke. Te odiarás por decirlo y a mí por escucharlo. Ahorremos esto, por favor. Todo esto es mi culpa. Debí decirte que estaba comprometida, todos lo sabían, además no debí decirte que te quiero—termino con sufrimiento.
—Escápate conmigo—propuso Sasuke desesperado— o ¿es que lo amas?
—Benjiro es un caballero. Él y yo nos parecemos mucho por lo que nuestro matrimonio funcionara. Tú y yo somos tan distintos, Sasuke; eres como el fuego, tan lleno de vida y no te gustan las mismas cosas que a mí. Prefiero las cosas tranquilas y lo romántico.
Sasuke no sabía qué hacer. Nada estaba resultando como se suponía que debía ser.
—Acabas de decir que me querías—espetó.
—No debí decírtelo—Takara lo miraba con remordimiento—. No es justo para Benjiro. Él no se merece esto. Hagamos como que nada paso.
— ¡Pero él es un idiota! Sólo sabe hacer lo que le ordenan.
—No hables así de él.
Sasuke la miraba con incredulidad.
—Lo siento, fui muy brusca. Además nunca pase de los límites de la amistad; nuca te di esperanzas.
Sasuke se enfureció más. Era cierto. Takara nunca le insinuó ni le hizo creer que se casaría con él. Su orgullo estaba bastante herido por confesarle su amor y no haberse dado cuenta antes de la realidad.
— ¡Debiste decírmelo!—le gritó furioso—. ¡Me fui más de tres años de la aldea y no sabía nada de lo que ocurría aquí!
Takara palideció.
—Sasuke…
—Ya no quiero que hables más. Olvida todo lo que dije hoy.
Ella lo miro dolorosamente.
— ¡Lárgate!
Takara se fue apresuradamente del despacho.
Sasuke escucho las pisadas perderse por el pasillo. Frustrado, agarró su cabello con ambas manos, tirándose en la silla que había cerca. El dolor, la ira y la vergüenza lo embargaban.
De ahora en adelante sería más cuidadoso.
Estaba seguro de que no iba a poder olvidarla; de pronto su amor herido lo hizo perder los estribos por un instante. Queriendo calmar su frustración agarro el jarrón de flores que había en el escritorio y lo lanzó contra la pared en donde estaba la chimenea. Vio como pasaba por el sillón, se estrellaba en la pared y se hacía añicos.
De pronto, de la oscuridad del sillón, surgió una voz:
—Lo que uno tiene que oír.
El corazón de Sasuke se le paro.
Hola, ¿qué les pareció?
Esta historia desde hace mucho quería escribirla y no la pude subir hasta ahora.
Me gusta como Sasuke se ve vulnerable a pesar de lo serio y frío que es.
Si alguien tiene problema con que no diga de que libro saque la historia, háganmelo saber por favor.
Espero subir en cuatro días la continuación hasta llegar al tercer capítulo, de ahí en adelante será cada semana (espero) para que me dé tiempo de escribir y subir.
Espero que de verdad les haya gustado aunque sea un poco.
Gracias por leer (: Linda semana =DD