CAPÍTULO XXIV… RENACER.

Chicos, tienen en sus manos el final de este fanfic. Antes de empezar la lectura, por última vez les agradezco desde el fondo de mi corazón por su atención y paciencia durante TODOS estos meses.

Gracias especialmente por cada review que recibí en este tiempo. Hubo instantes en los que dudé seguir con esta historia, las ideas escasearon y pasé por problemas bastante fuertes a nivel personal, pero sus hermosas palabras, su apoyo y ayuda me motivaba a seguir. Créanme que sin ustedes, este proyecto no hubiese llegado a su fin. Gracias porque aún en la distancia, estuvieron conmigo. Por esperar la alerta del nuevo capítulo, por regalarme esos minutos leyendo esta historia y aún más, compartiendo conmigo lo que les transmitía el capítulo. En resumen, gracias por acompañarme.

Con esta historia me despido del fandom de Resident Evil como escritora, pero soy fiel fan de esas historias maravillosas que aún no concluyen, así que estaré al tanto de todo lo que acontece por aquí.

Nos leemos al final…

OoOoOoOoOoOoOoOoO

El grupo de veteranos sobreviviente de las catástrofes provocadas por Umbrella, mismos que eran fundadores de la B.S.A.A., se encontraba reunido en pleno en la sala de juntas. Barry Burton, Chris Redfield, Jill Redfield, antes Valentine, David Trapp, John Andrews, Claire Kennedy, antes Redfield y Leon S. Kennedy. A ellos los acompañaban dos nuevos miembros, involucrados en ese mundo casi desde su nacimiento: Sherry Redfield, antes Birkin, y Jake Muller, quien legalmente era Jake Wesker. Todos se veían ansiosos y nerviosos también. Se trataría un tema delicado y debían mostrarse lo más profesionales posible, pero era sumamente difícil, particularmente porque hablarían de un ser muy querido.

Claire estaba sentada al fondo. Se la veía nerviosa, pero tenía a Leon estrechándola con su brazo derecho. La mano derecha de la pelirroja era sostenida por Sherry. Una parte de su ser, la Claire Redfield que fue aventurada e independiente, le gritaba al oído que no tenía por qué ser así; le decía que se sentara derecha y mirara con desafío a todo mundo. Deseaba zafarse y probarle a todos que ella era fuerte. Pero la otra parte, esa que estuvo encerrada por casi un año y vivió hechos traumáticos, sabía que necesitaba ser protegida y que si el amor de su vida y su niña querida estaban junto a ella, todo estaría bien.

Leon estaba casi ileso luego de los impactos de bala que había recibido hacía una semana. Por fortuna, con los avances tecnológicos que contaba la Casa Blanca se conseguían sanar heridas intramusculares, e incluso fracturas, en unos pocos días. Esos medicamentos aún no estaban en el mercado, y las farmacéuticas tenían sus razones económicas para detener la salida de esos productos, pero los agentes gubernamentales recibían los beneficios.

Luego de haber sido atendidos con extrema urgencia en el hospital, las siguientes 72 horas se dedicaron a seguir el restablecimiento de Ada; el resto de los involucrados rindieron declaraciones para demostrar la culpabilidad de la mujer en los actos de bioterrorismo alrededor del mundo. La grabación que aportó Jake ahorró tiempo en el proceso. Desafortunadamente, durante esas entrevistas hechas por los agentes de más alto rango en el FBI, se vieron forzados a revelar el por qué del estado actual de salud de Ada Wong.

Cuando el Presidente Benford fue notificado de los eventos, pidió que un selecto equipo de científicos gubernamentales se encargara de realizarle análisis a la señora Kennedy. La pelirroja sabía de antemano que eso sucedería, por lo que cooperó en todo momento, pese a que Leon se encolerizó al temer que su esposa fuese tratada como objeto experimental. Claire lo tranquilizó lo mejor que pudo.

Durante las últimas 48 horas, Claire fue examinada de forma exhaustiva. Sherry solicitó estar presente en la investigación, pero su petición fue rechazada por miedo a que la joven rubia pudiese burlar algún protocolo de seguridad debido a la estrecha relación sentimental que compartían las mujeres.

La información se manejó como CONFIDENCIAL, pero los allegados al presidente Benford pusieron los ojos entonces en el ahora llamado "Caso C. Kennedy". Se determinó que era necesario realizar una junta con el gabinete de seguridad nacional, la O.M.S. y los líderes de la B.S.A.A. y la D.S.O para establecer las medidas que necesitaría esa mujer portadora de semejante infección en su cuerpo.

Esto pareció a los veteranos de la lucha contra el bioterrorismo como degradante, era como hacer un juicio, al puro estilo de la Santa Inquisición, contra Claire. Ninguno de sus colegas lo permitiría, así que abusando de su estatus, Christopher Redfield solicitó una audiencia previa con el Presidente Benford para hablar sobre su hermana y su futuro.

Redfield tuvo poco tiempo para reunir pruebas que demostraran que Claire no era peligrosa. Sus colegas lo ayudaron. El Presidente de los Estados Unidos sabía que estaba en deuda con ese grupo de hombres y mujeres por lo que accedió de buena gana a realizar esa reunión extraordinaria, misma que no figuraría en su agenda oficial, pues podría ganarse enemigos por haber accedido a hablar con los líderes de la B.S.A.A. en privado y sin la presencia de algún miembro de la Seguridad Nacional.

Sentados en la sala de juntas de la B.S.A.A., al Presidente únicamente lo escoltaban Sheva Alomar e Ingrid Hunnigan, tal y como él lo solicitó. Por parte de la B.S.A.A., además de los líderes sobrevivientes, estaban todos los que se vieron relacionados con los recientes eventos. La grave voz de Chris se hizo escuchar.

-Señor Presidente, le agradecemos que nos haya obsequiado unos minutos para hablar con usted y presentar los documentos necesarios para esclarecer la situación de mi hermana.

-No hay nada que agradecer, Capitán Redfield. Sé perfectamente que esta reunión no le resulta cómoda a nadie, ni a mí. Pero soy el principal interesado en saber si la doctora Claire Kennedy es o no una amenaza para la nación y el mundo. Según el reporte que recibí, Ada Wong fue derrotada porque Claire, infectada con el virus T-Verónica, empleó un poder mental que nunca antes había manifestado. El único antecedente que existe de semejante despliegue de habilidad, aunque en menor escala, fue el de Alexia Ashford, ¿es así, Capitán?

-Así es, señor.

-¿Pero cómo puede ser posible que ella pueda soportar y manipular un virus que tarda 15 años en estabilizarse bajo condiciones específicas? –preguntó el Presidente, quien estaba perfectamente informado sobre todo lo que se refería a las armas bioterrorismo. Tenía los reportes en sus manos, los cuales confirmaban la presencia del virus en el organismo de Claire.

-Steve Burnside fue infectado hace casi 16 años, y tardó ese tiempo en controlar el virus. Este dato coincide con la información que obtuvimos de los Ashford –se atrevió a hablar la pelirroja. Temblaba por dentro, no deseaba tocar el tema, pero necesitaba que todos conocieran el panorama-. Suponiendo que él me infectó cuando… cuando… abusó de mí diez meses atrás, yo tampoco entiendo cómo pude controlar los efectos del virus.

Leon estrechó con más fuerza a su esposa, mostrándole su apoyo. Los presentes guardaron silencio. Esa misma pregunta se habían hecho los que vieron a Claire envuelta en esa extraña energía y manipulando a otras personas a distancia. Unos instantes duró el tenso silencio, antes de que alguien diese una respuesta…

-Fuiste contagiada por el virus T-Verónica hace dieciséis años –comentó Chris con pesar rompiendo ese silencio sepulcral.

Su cuerpo lucía cabizbajo y se mostraba incómodo ante el hecho de revelar esa información. Todos le pusieron total atención, por lo que él se puso de pie y caminó hacia el ventanal.

Debía contar lo que sucedió hacia tanto tiempo sin omitir detalles.

-Chris… ¿de qué hablas? –preguntó Claire con angustia, impaciente por recibir una respuesta.

-Antes de que Rockfort Island estallara, te busqué en esa base infestada de zombies –respondió Redfield con la mirada perdida en el horizonte, como reviviendo la escena-. A quien encontré en ese momento fue a Wesker. Él me dijo que te dirigías hacia la Antártida, donde el virus T-Verónica se encontraba en su forma más perfecta. Jamás imaginé que hablaba de Alexia Ashford, pero tomé precauciones antes de abandonar la isla y hallé un mapa de las instalaciones. Cuando llegué, te encontré inconsciente. Tenías heridas en los brazos... Lo supe de inmediato: habías sido infectada. Sabiendo que el tiempo estaba en mi contra, me dirigí hacia los laboratorios y encontré el antivirus. Te lo inyecté y a los pocos minutos despertaste.

-Pero… tú sólo dijiste que me habías encontrado desmayada…

-Lo sé. Pero te observé cuidadosamente y el virus no dio muestras de activarse. Nos separamos cuando decidimos que yo aseguraría una ruta de escape y tú buscarías a Steve. Minutos después te vi llorando ante su cadáver. Me dijiste que él había mutado convirtiéndose en un monstruo. Si tú no lo habías hecho en ese momento, pensé que era porque estabas curada y supe que había hecho lo correcto…

-¿Por qué no lo incluiste en el reporte? –Preguntó Barry en un tono de voz severo. En aquellos tiempos él era prácticamente su superior-. Sabías que al ocultar información ponías en riesgo a todo el equipo y la misión.

-¡Porque es mi hermana, Barry! ¡Al quedar solos en el mundo juré protegerla con mi vida y fallé miserablemente al permitir que entrara a Raccoon City! Cuando regresamos la vigilé y no había un solo indicio de que el virus estaba en su interior. Creí que el antivirus había hecho efecto, como sucedió con Jill cuando Némesis la infectó con el virus T. Luego conocí a Sherry y vi su sufrimiento. Disculpe por lo que diré, señor presidente, pero si siendo sólo una niña, el gobierno fue capaz de tratar a Sherry como conejillo de indias, ¿qué podía esperar para Claire? Lo único que yo quería era alejarla de Umbrella y que viviera una vida plena, alejada de esta locura. Cuando me dijo que regresaría a la universidad para terminar sus estudios me sentí aliviado…

Leon comprendía perfectamente el sentir de Chris. Él y Ashley Graham pasaron por mil y un estudios y pruebas cuando fueron infectados con Las Plagas en España. Por fortuna, los antivirales que les suministraron surtieron efecto y no quedó el menor residuo de la infección en su sistema. Pero al pensar que el virus T-Verónica se mantuvo latente en el organismo de Claire, incluso cuando se embarazó… Parecía que Claire leía su pensamiento.

-¡No dijiste nada, aún cuando esperaba a Madeleine! –Cuestionó ella, intentando no alterarse, pero le resultó inevitable subir la voz-. ¡¿No pensaste que mi hija se pudo haber infectado…?!

Leon se sentía igual de molesto e indignado, pero no debía permitir que Claire se alterara, así que rodeó su cintura con un brazo mientras con el otro, acariciaba su espalda, tratando de serenarla.

-Claro que lo pensé. Pero si Ashley Graham pudo embarazarse al poco tiempo y su hijo no presentó secuelas del virus Las Plagas… ¡Y también estaba Jill, mis hijos no tuvieron ningún problema! Aún así, recurrí a Rebecca. Le conté todo lo que había sucedido en la Antártida y se encargó de investigar… Ella monitoreó tu embarazo y por supuesto al bebé.

Claire estaba aturdida con tanta información, pero las memorias guardadas en lo más recóndito de su mente se activaron y poco a poco todo comenzó a cobrar sentido…

-Sí, recuerdo que en las citas de cada mes Becky analizaba mi sangre. Me pareció un poco raro, pero creí que era por precaución… ¿Cómo no me di cuenta?

-Además, el día que Claire dio a luz –intervino Jill-, estabas tan angustiado como cuando nacieron nuestros niños…

-¡Claro que lo estaba! A pesar de todas las precauciones, aún existía la mínima posibilidad de que la niña naciera enferma… Yo… Yo sólo… sólo quería protegerte –dijo mirando a su hermana-. En verdad pensé que el virus había desaparecido… Lamento mucho haber ocultado ese hecho. Jill, perdóname, porque aún siendo mi esposa fui incapaz de decirte la verdad…

La rubia se puso de pie y sostuvo la mano de su esposo.

-Yo no hubiera actuado diferente a ti, aún si eso implicaba mentirte…

Claire aún no se atrevía a decir que lo perdonaba… ¿Y si su hija también estaba infectada? ¿Y Leon?

Sheva y Piers pensaron lo mismo que Claire en ese momento, y la forma en la que Madeleine salvó su vida y la de los demás niños y empleados de la guardería tuvo sentido… La pequeña también estaba infectada. Había algo en el metabolismo de Claire, y por lo tanto en el de la niña, para que se apropiaran del proceso infeccioso evitando la mutación. La morena y el castaño ni siquiera intentaron intercambiar miradas. El secreto de Madeleine lo guardarían hasta el último día de su vida.

La voz del Presidente fue clara:

-Pero eso no explica por qué Claire ha manifestado esos poderes justo ahora…

Sherry tenía una teoría, pero la veía poco probable… Leon observaba a la rubia y supo con certeza que su hija podía responder esa cuestión, por lo que sin duda, comentó.

-¿Cuál es tu hipótesis, Sherry?

La ojiazul levantó la vista y miró sorprendida a Leon. No debía admirarse de cuánto la conocía ese hombre a quien amaba como a un padre.

-Yo… no estoy segura, obviamente, deberé someterla a comprobación, pero quizá… Es probable que la infección latente en su sistema fuese reactivada por Burnside. Es decir, existe un alto porcentaje de probabilidad que el virus T-Verónica sea transmitido por contacto sexual. Un individuo normal, de haber sido infectado por este medio, habría muerto luego de unas pocas horas, no sin antes haber mutado. Pero en el caso de Claire, quien ya era portadora, el proceso mutagénico fue suspendido. Eso se lo deben al uso inmediato del antiviral hace dieciséis años, el cual la convirtió en el huésped del virus T-Verónica. Luego del contacto sexual, al virus le tomó tiempo incubarse nuevamente y tomar control del cuerpo de Claire.

La pelirroja miraba a su hija con total admiración. Cierto que ponía atención a toda la información que la joven rubia compartía, pero a Claire se le hinchaba el pecho de orgullo al escucharla hablar. Sherry se ruborizó al ver el rostro de su madre y le sonrió antes de continuar con su hipótesis.

-El bloqueo mental en el que caíste, y que fue prolongado por Ada Wong, resultó favorecedor, pues sin estrés, permitiste que el proceso fuese tranquilo. Sin saberlo, esa arpía preparó su propia tumba durante el tiempo en el que te inyectó la droga…

-En los reportes dice que un suceso estresante puede desencadenar al virus… -comentó Ingrid Hunnigan un tanto avergonzada de tener que poner la balanza a contra peso en el caso, pero debía mantener la cabeza fría y pensar en la seguridad del mundo.

-Agente Sherry, respóndame como una mujer de ciencia: ¿cuán probable es que Claire sufra una mutación, como lo hizo Alexia Ashford, Steve Burnside o Manuela Hidalgo, si se estresa demasiado? –preguntó el Presidente con calma, comprendiendo la razonable duda que manifestó Hunnigan.

-No lo veo posible. Si en un primer momento no sucedió, dudo que haya mutaciones.

-Señor Presidente, no quiero ver a mi esposa encerrada como si fuese un criminal. Usted sabe que ella no ha sido sino una víctima desde el inicio…

-Leon, soy el Presidente de los Estados Unidos, no el Monarca. Debo rendir cuentas ante un Concejo de Seguridad…

-Pero si la B.S.A.A. se hace responsable por su custodia, como ocurrió en su momento conmigo –intervino Jill-, no debería haber problema alguno. Nosotros contamos con un equipo de científicos capaces de mantener monitoreado el estado de salud de Claire. Trabajaremos siempre rindiendo informes a la D.S.O y directamente a su despacho, si usted así lo quiere.

-Sé que en este momento, soy la persona que menos credibilidad puede tener, Presidente Benford, por lo que presentaré mi renuncia a la B.S.A.A. y obviamente estaré en manos de lo que las autoridades decidan hacer, pero antes quiero asegurarle que estoy dispuesto a lo que usted considere necesario para que mi hermana pueda llevar una vida lo más normal posible…

-Capitán Redfield, el Concejo de Seguridad Nacional tomará las decisiones definitivas en lo que refiere a su estadía en la B.S.A.A. y por supuesto, se llevará a cabo un juicio donde se determinará la gravedad de haber ocultado información relevante para la seguridad nacional. Sin embargo, les aseguro que estoy de su parte, y que el mundo entero y la nación les debemos un gran servicio por haber terminado con esta pesadilla. Pondré énfasis en señalar que gracias a ustedes el mundo volvió a conocer la paz y que en un inicio ustedes abandonaron sus vidas y pusieron en riesgo a sus propias familias para combatir contra Umbrella sin el apoyo de los gobiernos que me precedieron…

Claire tenía miedo. No sabía lo que podía a llegar a pasar con su hermano y con ella misma. Era realmente un crudo despertar para alguien que había permanecido tantos meses alejada del mundo…

-¿Q-qué pasará conmigo, señor? ¿Seré… internada, nuevamente?

-No me corresponde decirlo, pero hasta donde hemos hablado con la OMS, me temo que sí, Claire.

-Entonces, deberán someterme al mismo procedimiento que a ella –habló Leon, con total seguridad. Su esposa lo volteó a ver con los ojos bien abiertos y el ceño fruncido.

-¿De qué hablas?

-Señor Presidente, antes de los eventos donde Ada Wong fue capturada, yo tuve relaciones sexuales con mi esposa. Es probable que ahora mismo sea portador del virus T-Verónica, también…

-Pero Leon… Es poco probable que… -inició Sherry.

-¡Leon, no! Tú…

El rubio miró fijamente a su esposa, y colocó un dedo sobre sus labios para silenciarla, en seguida, sostuvo su rostro sujetando con suavidad la mejilla izquierda de la mujer que amaba.

-Te lo dije: No estarás sola nunca más. No volveré a soltar tu mano, Claire.

-Pe-pero no… -Claire lloró-. Maddi…

-Yo me haré cargo de la peque –habló Sherry. Cuando comprendió lo que intentaba hacer su padre, guardó silencio. Si Leon no lo hacía, ella hubiera inventado cualquier cosa para estar cerca de su madre.

Claire lloró libremente. Ella sólo quería que las cosas volviesen a ser lo de antes. Sólo quería despertar en los brazos de Leon, que su pequeña brincara a la cama, colocándose en medio de ellos y que al levantarse, Sherry estuviera como siempre, recibiéndolos con una enorme sonrisa. Luego compartirían el desayuno, sus sobrinos correrían por la casa, provocando mil y un desastres, pero Jill y su hermano intentarían serenar el alboroto llamándoles la atención… Sólo quería tener a su familia de regreso…

-Les notificaré cuándo se realizará el juicio contra el Christopher Redfield. Capitán, será mejor que renuncie lo antes posible a sus funciones en la B.S.A.A. Les aviso que todo se realizará en la más estricta confidencia… Claire, tú, Leon y Chris permanecerán en la Casa Blanca hasta ese día. Por cierto, les informo que en un par de semanas se hará el juicio contra Ada Wong. Hemos presionado para no alargar su proceso. A pesar de los argumentos de sus abogados, todos sabemos que no hay razón para esperar. La grabación que el señor Muller nos dio no permite objeciones. Además, será conveniente que ella sea enjuiciada antes que usted, Christopher...

-Señor Presidente… -dijo Claire con inusual duda- ¿Cómo se… cómo está ella?

Leon estrechó con más fuerza a su esposa, como intentando protegerla de los recuerdos de hace una semana. Deseó decirle que lo que sucediera con Ada no era más de su incumbencia. Ni ella, ni de él, ni de nadie. Lo que le ocurriera en prisión era completamente responsabilidad de sus propios actos. Pero el Presidente se le adelantó.

Benford le sonrió a Claire; la conocía perfectamente. Sabía la clase de ser humano que era: capaz de dar amor y perdón a cualquiera. Pero también sabía que por sus emociones podía llegar a culparse de lo sucedido con Wong, quien sin lugar a dudas merecía todo lo malo que pudiese sucederle. Decidió responder de manera franca, sin omitir ningún dato.

-Ada Wong recibió daño medular, lo cual la dejará imposibilitada para realizar cualquier actividad. En pocas palabras, está cuadrapléjica. Me informaron que en un panorama favorable, quizá con el paso del tiempo, en muchos años y recibiendo rehabilitación física intensa, consiga mover la parte superior de su cuerpo, pero definitivamente sus extremidades inferiores quedaron inservibles… No me gusta lo que diré, pero creo que todos estamos de acuerdo en que, si ella hubiese muerto, el mundo sería un sitio mejor, aunque no hubiese pagado por todas esas vidas que se perdieron… Claire, te conozco desde hace años. Gracias a ti y a Leon el trabajo que hice para contener el bioterrorismo fue un éxito. Conozco al maravilloso ser humano que eres. Lo que menos debes hacer es culparte. Hiciste lo correcto y el mundo está en deuda contigo…

Claire no pudo contener las lágrimas. Leon la abrazó mientras ella intentaba serenarse. Todos guardaron silencio.

-Hay algo que yo también pasaré por alto en las investigaciones de estos últimos hechos. Entiendo que si Claire fue infectada hace 16 años, la probabilidad de que Madeleine Kennedy tenga latente el virus T-Verónica en su organismo es elevada. Nadie tocará a la niña mientras yo esté con vida, y el secreto no saldrá de estas cuatro paredes. Esa será mi forma de agradecerles todo lo que han hecho por el mundo. Sin ustedes, hace mucho tiempo la raza humana hubiese quedado extinta. Les debemos más de lo que alcanzo a expresar. Por favor, no mencionen nada de lo que ocurrió en la guardería. La niña deberá llevar una vida normal, y rodeada por ustedes, sé que crecerá con valores y jamás será un riesgo para el país, sino todo lo contrario.

Claire conocía al derecho y al revés el protocolo al hablar con altos mandos, pero su corazón de madre pudo más, así que se puso de pie, y abrazó a ese hombre mayor que, teniendo la responsabilidad de cuidar una nación, se permitía proteger a una pequeña inocente.

-Muchas gracias, señor.

-Al contrario, Claire. Lamento mucho que tengas que pasar por esto. Yo esperaba que te restablecieras, y cuando eso sucediera haríamos una enorme fiesta para darte la bienvenida… En vez de eso…

-No se preocupe, señor. Es lo que es y punto. Pero esto también pasará… Estoy segura…

El hombre sonrió. Era increíble como esa mujer podía conservar la fe y el optimismo aún en las peores circunstancias. Tomó una decisión: él haría todo y más por permitir que esa dama tuviera la vida tranquila que merecía…

OoOoOoOoOoOoOoOoO

EPÍLOGO

31 de octubre de 2015…

-¡Maddi, basta! Si no te quedas quieta, nunca terminaré de peinarte y recuerda que aún debo maquillarme…

-Pero los vampiros no se maquillan, mamá. Sólo son así…

-Sí, porque se supone que están muertos y no tienen sangre, por eso son pálidos; pero yo tengo color…

-No entiendo mami. Dices que no tienen, pero en las películas que veo en la casa de mi tío Chris, cuando les clavan la estaca en el corazón, sale muchísima sangre y vi que si se cortan la muñeca, y le dan de beber a otra persona, con eso la convierten en vampiros… ¿Entonces tienen o no? ¿Además, qué pasa con toda la que le quitan a las personas y los animales?

Diablos. Claire se quedó muda, con el cepillo en la mano. ¿Cómo diablos le explicaba eso a su pequeña de seis años que estaba en la edad donde cuestionaban absolutamente todo? Además, ya hablaría con su hermano sobre las películas que los niños estaban viendo en su casa.

-Nena, los vampiros no existen en la vida real, así que no puede haber una explicación real para ellos, ¿entendido?

-¡Sí papi!

Claire volteó a ver a Leon en ese momento con una enorme sonrisa y diciéndole "gracias" con la mirada. Ella usaba un vestido rojo ajustado a la parte superior, pero con vuelos en la parte baja. Le llegaba justo arriba de las rodillas. Leon se permitió darle una mirada apreciativa a su hermosa esposa. La cabellera la había alaciado y estaba suelta, enmarcando su rostro.

-¡Wow! Eres la vampiresa más sexy que he visto en la vida.

Pero Claire sólo podía babear por lo atractivo que lucía su marido con ese esmoquin negro y la capa ondeando mientras caminaba. Sus rubios cabellos estaban acomodados totalmente hacía atrás. En otras circunstancias se habría echado sobre él como gata en celo, pero sólo le devolvió la sonrisa y mientras le guiñaba el ojo con coquetería, murmuró un:

-Más tarde, cariño…

Y Leon sabía, sin lugar a dudas, que ese más tarde valdría la pena. Claire bajó la mirada hasta los brazos de Leon y sus ojos se enternecieron al ver a esa hermosa cosita usando su traje de calabaza. El frío de octubre se sentía en el aire, así que ese disfraz para su bebé era ideal, pues en la parte inferior llevaba unas mallas verdes con unos zapatitos al tono; en la superior, usaba una camisa naranja de manga larga y el redondo traje de calabaza era afelpado, por lo tanto, calientito. Para terminar, su pequeño se veía adorable con ese gorrito verde.

Quiso ir y abrazar a su pequeño, pero su hija fue más rápida y corrió hacia su papá.

-¡Adam, eres la calabaza más linda y tierna que he visto en mi vida!

Leon y Claire ya estaban habituados a lo precoz que su pequeña podía ser. La niña debía acudir a una escuela especial pues su intelecto estaba por encima de los niños promedio de su edad. A veces los sorprendía con expresiones que nada tenían que ver con una niña de cinco años. Lo que era incuestionable era el amor que su primogénita profesaba al menor de la familia…

El pequeño balbuceaba emocionado y extendía sus brazos hacia su hermanita, a quien parecía adorar. Adam estaba a punto de cumplir 4 meses de edad.

La pequeña con vestido naranja abrazó al pequeño y se disponía a jugar con él, por lo que su mamá tuvo que recordarle:

-Maddi, tus primos no tardan en llegar, y me falta peinarte. Te prometo que si te estás quieta, terminaré en un minuto…

La niña corrió a la silla situada frente al tocador de Claire mientras decía:

-Seremos una rara familia, mami. Mis papás son vampiros, Adam es una calabaza y yo una bruja…

-¿Y yo no cuento?

-¡Sherry!

Y por segunda vez la niña brincó de la silla, yendo a abrazar a su hermana mayor. Claire se quedó con el cepillo en la mano, otra vez, así que sólo rodó los ojos, pero Leon se acercó a ella y la abrazó mientras le daba un beso en la frente a su mujer. Ella abrazó a su esposo por la cintura y debido a que su bebé reclamó su atención, Claire lo cargó rápidamente.

La rubia traía puesto un disfraz de gato; usaba mallas y blusa negra, y una falda similar a un tutú del mismo color. Su cabello lo había recogido en una coleta alta, y había colocado unas orejas y cola de gato. En su rostro, había dibujado unas rayas horizontales, simulando los bigotes, además, pintó su nariz de negro.

Aunque Madeleine pudiese ser muy madura para algunas cosas, no dejaba de ser una niña, así que corrió hacia Sherry, a quien amaba profundamente y la abrazó con fuerza.

-Hola peque. ¡Qué linda te ves!

-Sherry, ¿irás con nosotros a pedir dulces?

-¡Claro que sí! No dejaré que ustedes me quiten los mejores…

-Maddi quizá no pueda ir, ya que no le darán dulces a brujitas despeinadas…

La niña miró a su madre con sorpresa, y rápido volvió a subir a la silla y se quedó quieta. La pelirroja puso a su bebé en brazos de Leon y de inmediato comenzó a peinarla, antes de que otra cosa sucediera. En ese momento entró Jake a la habitación y para que Claire fue imposible no sonreír. Cuando conoció a ese chiquillo jamás hubiese creído que joven que casi medía dos metros y tenía una actitud dura y desafiante, pudiese volverse lo suficientemente manso como para disfrazarse el día de Halloween.

-¡Wow! Jake Muller es una… ¿Urraca?

-¡Jajá! Muy gracioso, Kennedy. ¡Cuervo! ¡Soy un jodido cuervo!

-¡Jake! -La voz de Claire y Sherry al unísono por poco ensordece al pelirrojo.

-Oye, mi papi dice que sólo los salvajes dicen malas palabras -Replicó Maddi desde su silla. Su madre luchaba por arreglar esa rubia cabellera en dos trenzas.

-Yo no soy un salvaje, tu papá tiene la culpa por no haber estudiado a las aves.

-¿Es cierto eso papá? En mi escuela hay un libro muy grande sobre los tipos de aves que existen en el planeta. Se lo pediré a la profesora para que lo leas.

Kennedy le sonrió a su pequeña, pero en cuanto ella giró su rostro hacia su mamá para que le colocara el enorme sombrero en forma de cono sobre la cabeza, el cual estaba lleno de brillantina, Leon lanzó una amenaza silenciosa a Jake por ponerlo en ridículo frente a su princesita.

-Listo amor. ¡Eres una bruja preciosa!

-¡Gracias mami! -La niña le dio un beso a Claire y saltó de la silla para correr hacia su papá, quien estaba sentado sobre la cama, y así jugar con el pequeño Adam.

Claire se sentó en la silla del tocador y con prisa colocó un maquillaje casi blanco sobre su rostro. Sherry se acercó para ayudarle con las sombras en los ojos.

-¿Las niñeras confirmaron para al rato? –interrogó la rubia mientras maquillaba a la pelirroja.

-Sí, no te preocupes. Iremos a esa fiesta que organizó con tanto esmero la B.S.A.A. Aunque tal vez hoy los niños caminarán tanto que llegaran exhaustos.

-O quizá coman tantos dulces, que no duerman en dos días… -replicó Leon mientras observaba a sus hijos jugar.

Unos minutos después, el timbre sonó. Claire ya había terminado de aplicar el pálido maquillaje sobre su rostro y cuello, así que se puso de pie y tomó a Adam entre sus brazos. Maddi bajó corriendo las escaleras sabiendo perfectamente quién estaba tras la puerta. Como tenía prohibido abrir ella misma, su padre la alcanzó y giró la manivela.

Con prisa, un grupo de Minions entraron a la casa. De hecho eran cuatro Minions y una Princesa.

-¡Wow! ¡Tu vestido está hermoso! –Dijo Maddi asombrada al ver el pomposo atuendo de su prima.

-Tú te ves genial. ¡Eres la bruja más bonita que he visto! –respondió Sammy abrazando a la pequeña. Hasta tienes una escoba y un caldero. ¡Sherry será tu gato negro y Jake tu propia paloma negra mensajera!

-Soy un cuervo… CUERVO.

-Claro que no… –Respondió Chris y tan pronto lo miraron, todos, excepto los niños, estallaron en risas-. ¿Qué?

Nadie le pudo responder, porque estaban doblándose de la risa. Esa broma definitivamente era obra de Jill.

-Sólo puedo decirte que no pudiste elegir mejor atuendo –murmuró Leon.

-Aunque yo parezca paloma mensajera, tú eres una réplica exacta de Hulk.

-Ni cómo negarlo, hermanito…

-¿Lo ves, cariño? ¡Estoy segura de que ganarás el concurso de disfraces de la B.S.A.A.!

-¡Tenemos el papá más fuerte del mundo! –gritó emocionada Sammy. Sus cuatro hermanos reaccionaron rápidamente ante la voz de la lideresa y gritando también, se echaron encima de Chris.

Ya todos eran unos grandulones y no era sencillo cargarlos, pero Chris Redfield jamás se mostraría débil ante sus quintillizos, quienes lo veían como su ídolo, así que soportó lo mejor que pudo, y cuando todos se colgaron, él soltó un gruñido similar al que emitía Hulk en la antigua serie animada que él y Claire veían cuando eran pequeños.

Mientras Hulk daba muestras de su poder, Claire tomó fotografías de su hermano en esas poses extrañas. Jill se veía hermosa en su traje de princesa Aurora, con todo y corona. Definitivamente ella y la pequeña Sammy eran preciosas.

Ver a ese pajarraco, que según Jake era un cuervo, sonreír mientras se burlaba de Chris también era un acontecimiento, mientras Sherry no sabía si reprenderlo o unirse a sus carcajadas; eso también lo inmortalizó en fotografía. Por supuesto que a su atractivo marido vampiro, su pequeña bruja y a su adorable calabacita también los fotografió.

El pequeño Adam volvió a exigir la atención de su madre...

Saberse preñada había sido una tremenda sorpresa. Cuando ella y Leon fueron privados de su libertad para hacer los análisis pertinentes, Claire jamás hubiese creído que estuviese embarazada. Según le explicaron, luego de lo que sucedió con Burnside, ella estuvo muy grave en el hospital. Su aparato reproductor había sido dañado de forma severa, por lo que era prácticamente imposible que pudiese concebir nuevamente.

Pero cuando hizo el amor con Leon aquella tarde en el hospital, seguramente él jamás pensó que su mujer pudiese quedar encinta. Sin embargo, luego de que los primeros síntomas se presentaran, ambos se alarmaron y pensaron que los malestares podían deberse al virus.

El médico genetista de la D.S.O. los citó en su despacho, el tema de embarazo no cruzó por sus mentes. El hombre fue claro al recomendar un aborto debido al virus, pero Claire jamás consentiría semejante hecho. Aunque el médico intentó ser empático, no se abstuvo de dejar en claro que el riesgo de que el producto presentase alguna alteración seria a nivel genético era muy elevado.

Leon apoyó a su mujer y la única condición que pidió a Claire era que fuese sincera con los malestares que la aquejaran. Además, le arrancó la promesa de que si su vida se comprometía durante el proceso de gestación, de inmediato tomarían las decisiones necesarias para garantizar que ella estuviese sana.

Durante cuatro meses estuvo internada, junto con Leon. En ese tiempo se llevó a cabo el juicio contra Ada Wong. Todos los involucrados estuvieron presentes. Evidentemente se le halló culpable de todos los cargos que se le imputaban. Sabían que muchos países pedían la extradición de la mujer o al menos se le aplicara la pena capital, pero intervinieron varias agencias para evitar que Ada fuese condenada a muerte.

Debido a su condición crítica, la sentencia de muerte no era una opción, pero le dieron más cadenas perpetuas de las que podría pagar. Estados Unidos fue firme y no permitió que ningún otro país se llevara a Ada. La condena la cumpliría en una prisión de máxima seguridad.

Claire no quiso ni siquiera acercarse a esa mujer, por lo que en cuanto se dictó la sentencia, ella y su esposo salieron.

El juicio contra Chris fue otra cosa. Los abogados prepararon un caso sólido y los testimonios de todos los involucrados con Umbrella fueron una pieza clave para que Chris saliera bien librado. Aunque habían dictaminado dos años de prisión para él, la condena pudo ser negociada y aunque Chris no podría ocupar más el cargo de funcionario dentro de la B.S.A.A., el Presidente Bendford movió sus influencias para que siguiese participando como consejero en la Agencia contra el bioterrorismo.

Luego de esos cuatro meses, todos pudieron salir con un diagnóstico favorable. Leon no estaba infectado. En cuanto lo supo, casi al mes de estar en claustro, los médicos le ofrecieron salir del encierro, pero él ya conocía el estado de su esposa, así que se negó.

Al regresar a su hogar, el vientre de la pelirroja comenzaba a mostrar la vida que gestaba. Claire fue recibida por su hija, quien se alegró al verla. Sin embargo, la niña ya no mostraba el apego de antes hacia su madre. Maddi prefería pasar tiempo con Sherry. Claire en un inicio lo resintió, pero tras observar lo feliz que Sherry y la niña se veían, toda emoción negativa cejó, pues entendía que mediante Maddi, Sherry también hacía realidad su sueño de ser mamá.

Al llegar al octavo mes de gestación, Claire cuestionó a Sherry sobre si algún día pensaba adoptar o buscar métodos de fecundación asistida, pero la rubia fue muy clara al decirle que lo más probable era que no lo hiciera nunca. Finalmente, Sherry amaba a Madeleine y había estado junto a ella desde su nacimiento. Sus deseos de criar un niño se satisfacían con la pequeña, por lo que en esos momentos no deseaba un hijo.

Finalmente el día del parto llegó, lo cual generó angustia en la familia. Por fortuna todo salió bien y aunque el niño fue sometido a diversas pruebas, entre ellas, el característico análisis de sangre, se comprobó que estaba en perfecto estado.

Elegir un nombre para el bebé había sido sencillo. Había un hombre al que el matrimonio Kennedy debía todo: Adam Benford. Él se sintió tan honrado, que exigió ser el padrino del niño. Sin embargo, cuando el bebé tenía dos meses, todo el país se puso de luto por la repentina muerte del Presidente de los Estados Unidos a causa de un infarto fulminante. No hubo nada qué hacer para salvar su vida.

Los funerales se llevaron a cabo conforme los protocolos. De inmediato el vicepresidente del país asumió el cargo, hasta que se realizaran las nuevas elecciones. Todo fue demasiado rápido. Sin embargo, Claire y Leon sabían que el mundo entero recordaría a ese honorable ser humano llamado Adam Bendford y que su pequeño hijo crecería y sería un ser ejemplar, como lo fue su homónimo.

Ahora mismo, el mundo estaba tranquilo, pero el trabajo no mermaba para los grupos encargados de trabajar contra el bioterrorismo. Aunque a Claire le hubiese encantado permanecer en una burbuja donde todo sería paz y una hermosa e idílica vida familiar, sabía que no era así y jamás lo sería.

Se había desatado un serio conflicto entre ella y Leon cuando le notificó a su esposo su decisión de regresar a las misiones en cuanto Adam tuviese edad de quedarse a cargo de una niñera. Leon simplemente no concebía que su mujer quisiera ponerse en peligro, teniendo dos pequeños que necesitaban de su madre. Fue un arduo trabajo para Claire hacerle ver que era precisamente por los niños por quienes tenía que luchar para erradicar por completo los virus.

Para desgracia de Claire, su plan para integrarse a un escuadrón apoyando en las misiones, se vio interrumpido. El Jefe de la Seguridad Nacional, llamado Derek Simmons, parecía tener en mente una sola misión: atrapar a Claire infraganti, mostrando un despliegue de sus habilidades, y reclutarla como un arma del gobierno de los Estados Unidos contra el Bioterrorismo.

A Claire no le simpatizaba el hombre, y sabía que el sentimiento era mutuo, pues Simmons miraba a Claire como si quisiera desaparecerla de la faz de la tierra o recluirla en un laboratorio. Si él no había tomado medidas contra ella, ya sea para capturarla o eliminarla, se debía a que toda la información sobre Claire que pudiera comprometer su libertad había desaparecido.

Luego de la muerte del Presidente Benford, y ante la amenaza que Derek Simmons lanzó hacia la libertad de Claire, ella misma, con ayuda de Jake y Leon, por supuesto, realizaron una investigación a fondo en los expedientes secretos de la Oficina de Seguridad Nacional, sobre todos en los archivos donde se vinculara a la Doctora Kennedy con el virus T-Verónica, pero no habían hallado un solo documento. Sospecharon que Benford se había deshecho de cualquier evidencia que pudiera usarse en contra de Claire.

A pesar del deseo de Leon por mantener a salvo a su familia, de ninguna forma se sentía agradecido con Simmons por mantener alejada a su mujer de las misiones. Ambos hombres habían tenido ya varias confrontaciones. Todos en la B.S.A.A. y los aliados que tenían en diferentes oficinas gubernamentales habían iniciado sus movimientos bajo sospecha de que Simmons mantenía actividades ilícitas, particularmente, con laboratorios clandestinos asociados con Neo Umbrella.

Sherry se había ofrecido como voluntaria para integrarse en las filas de Simmons, y tras varios filtros de reclutamiento que la rubia aprobó con éxito, ingresó. Debido a que el plan consistía en atraparlo justo en el lugar y momentos indicados, Sherry tenía ya poca ocasión de ver a su familia. Pero Halloween era el pretexto perfecto para reunirse con ellos.

-Bien, vamos todos a pedir los dulces, que después los grandes, tendremos una enorme celebración –dijo Chris con aire festivo.

La enorme familia salió de la casa Kennedy y caminaron por las calles. Claire guiaba el carrito de su bebé y cuando el pequeño se emocionaba por algún adorno, su mamá lo acercaba hacia éste. A pesar de ser sólo un bebé, él también tenía ya un gran botín gracias a los dulces que había recolectado. En algún punto del recorrido, su pequeño había pedido su alimento, Claire aún lo amamantaba, así que Leon la ayudó a sentarse en una banca del enorme jardín del vecindario mientras ella se acomodaba. Maddi jaló a su padre para que la llevase a pedir dulces junto con sus primos, pues de pronto, Sherry y Jake habían desaparecido.

Luego de varios minutos, el pequeño Adam estuvo satisfecho y Claire lo acomodó en la carriola, mientras lo arropaba, en ese momento vio a Leon acercándose con su pequeña brujita brincando de felicidad. Sherry y Jake habían aparecido tomados de la mano en medio de la oscuridad del parque, riéndose de algo. Claire observó que la nariz de gato de Sherry lucia despintada y sus orejitas, un tanto chuecas. Sonrió al entender qué estaban haciendo esos dos.

Un poco más lejos, Jill y los cinco pequeños, comparaban el tamaño de sus bolsas de dulces. Habían acordado que los juntarían y se irían a un costal en común que llevaba a cuestas Chris Hulk-Redfield.

Claire sonreía mientras miraba a su pequeño, quien jugaba con una curiosa sonaja en forma de fantasmita. Hacía un año parecía que la vida terminaría para ella, pero en ese momento, rodeada de los seres que amaba con el alma, se sabía la mujer más fuerte sobre el planeta. Una sensación de Deja Vu la embargó. ¿Por qué? ¿Quizá antes había soñado con esa escena? ¡Quién sabe!

Claire mostraba una sonrisa radiante en el rostro. Tenía tanto por qué luchar. Protegería a sus seres amados de lo que fuera. No importaba quién se pusiera frente a ella. Su deber era vigilar que los niños que había traído al mundo y sus sobrinos crecieran sin una sombra en su vida.

Leon llegó hasta donde su amada, mientras la pequeña bruja rubia corría con sus primos para intercambiar dulces. El rubio no dudó un instante antes de estrechar el cuerpo de su esposa y besarla con un deseo que, en vez de mermar con el paso del tiempo, se incrementaba a cada respiro.

Claire no opuso la menor resistencia, al contrario, echo los brazos al cuello y acercó su anatomía a la de Leon tanto como le fue posible; él emitió un leve gemido al sentir los generosos pechos de su mujer presionando contra su pectoral.

-Dios, preciosa, ¿no te gustaría olvidarnos de esa fiesta y perdernos por una noche completa? –Murmuró él con la voz ligeramente ronca a causa del fuerte deseo.

-Te propongo lo siguiente: hacemos acto de presencia, y en cuanto nuestros amigos se distraigan bailando, tú y yo haremos honor a nuestros disfraces y nos desapareceremos de allí. Después, mi amado vampiro, usted podrá morderme y succionar lo que quiera de mí…

-Claire, Claire… Disfrutas poniéndome las cosas duras, ¿verdad?

-Como no tienes una idea… -respondió ella antes de volver a besarlo con intensidad.

-¡Quítense las manos de encima ustedes dos, o en un mes, Claire volverá a quedar preñada! –Gritó Jake con asco. Sherry le dio un golpe con el codo a su novio, quien a modo de castigo, la levantó con una facilidad asombrosa, sobre su hombro, mientras su preciosa gatita rubia pataleaba.

-¡Jake, basta!

En ese instante, la pequeña Maddi gritó a todo pulmón:

-¡Es la primera vez que veo que un cuervo ganándole a un gato!

La risa de propios y extraños que andaban por la calle en ese momento fue estridente. Jake rio con ganas, mientras Sherry se ponía roja, pero también sonreía.

Para sorpresa de todos, Chris fue muy famoso durante el recorrido y muchos niños querían fotografiarse con él. Jill reía mientras acompañaba a sus niños de puerta en puerta, permitiendo que su esposo se luciera, pero en varias ocasiones, incluso posó para las fotografías mientras Chris la cargaba.

Los sobrevivientes desde la primera catástrofe causada por Umbrella sabían perfectamente que el mundo no era un sitio seguro, y quizá nunca lo sería. Claire ya no se engañaba pensando que la paz sería eterna. Había que luchar y ahora se esforzaría aun más por toda su familia y amigos. Leon muchas veces pensó en la clase de hombre que sería sin su amada a su lado, y simplemente la idea no le agradaba.

Si pudiera, cambiaría algunas cosas en su pasado, y lo primero sería borrar la existencia de Steve Burnside. La segunda más importante era que no perdería tanto tiempo meditando sobre sus sentimientos sobre Claire. ¡La amó desde que le apuntó con un arma a la cabeza! Si el miedo no lo hubiese embargado, a sus veintiún años hubiese desposado a su mujer y hubiese compartido todos ese tiempo junto a ella. Lamentablemente no podía cambiar el pasado, pero el único hecho inalterable en su vida era que la amaba con una locura y pasión desmedida. Esa mujer era su alma gemela y se preguntaba cómo pudo ser tan ciego negándolo durante años.

También estaban ellos… Todos sus camaradas, quienes eran mucho más que amigos, eran hermanos por la lealtad que profesaban a la causa. Muchos habían caído. Y era probable que otros cayeran en futuras confrontaciones, pero de una cosa estaba seguro: su alma no estaría en completa paz hasta asegurar que las futuras generaciones vivirían sin miedo a un ataque biológico.

Se sentían más fuertes que nunca. Umbrella no los venció cuando eran unos novatos y no lo haría ahora, estaban seguros… Leon y Claire se tenían uno al otro y a sus pequeños hijos para recordarles a cada minuto el por qué de su lucha. El destino quiso que esos virus que combatieron durante años ahora formaran parte de ellos. Chris, Jake, Sherry y Claire tenían perfectamente clara su misión.

El último enemigo había sido vencido…

Pero la guerra aún no terminaba…

.

.

.

FIN

OoOoOoOoOoOoOoOoO

¡Wow!

He sentido algo bien raro en el estómago al escribir esa palabra. Un extraño vacío de hecho… Y así es como me sentiré al no actualizar más…

Como se habrán dado cuenta, al final he intentado ligar los acontecimientos del fanfic con RE 6. Espero haber tenido un poco de éxito.

Mi último aviso es que el fic estará unos días recibiendo algunas modificaciones, pues he editado varios capítulos. Y ya mismo empecé con la edición de ENCUENTROS INESPERADOS, por si gustan darle una leída a la precuela de la historia que acaba de terminar.

Les juro que ya no tengo palabras para agradecer a todos por su apoyo. Ya no sé qué decirles, pero sí quiero que sepan que me siento honrada de formar parte de este fandom y que si algún día un oneshot se llega a colar en esta loca cabecita que ustedes ya conocen, sin más, lo subiré.

Por favor, si alguien quiere seguir en contacto por FB sólo déjenme un mensaje privado y de inmediato los agregaré. Será un honor conocerlos por esa red social.

Quisiera seguir escribiendo para alargar el adiós, pero no tiene mucho sentido hacerlo. Lo que sí quiero hacer, pues lo considero importante, es darles una mención sumamente especial a ustedes chicas, quienes han estado conmigo de principio a final del fanfic. Este proyecto, créanme, no hubiera llegado tan lejos de no ser por ustedes. De todo corazón, gracias a:

Clauu anamariaeugenia Darkmatter Black Ary Lee Gabyedro GeishaPax Jill Filth ReLeonClaire

¡

Así mismo, gracias especiales por su tiempo a quienes descubrieron el fic hace no mucho y me llenaron la bandeja de hermosos comentarios de casi todos los capítulos!

andromedaaiorossayita y Jill V. R.

Gracias también por todos y cada uno de los reviews que me han dejado a:

Puchu KonanAngel 13 LadyKya0 Name Vidian Son Of Time

ana Pamela Valentine wesker re Pamela Pamela Garca Michi Mon Luna Guest lolis claire kenedy fanzita htimo A. Wesker Nicole Nivans Ross94 Eame Mariangela Guzman Thevampirealexiel Pinkira Rin Redfield renata gomez Jessica hitomi lindakennedy Lez Kennedy Malfoy Soraya Mendez julianaleticiawinx Alex Wesker Esteff 3 Kmich Misses Histery Anonima 2012 anotherreader Kmich V. Nicole Wesker LeonxClaire112 Victoria Grayson borimortys Leon S

Finalmente, gracias a quienes sin dejar un review, me leyeron y además, me añadieron entre sus escritores o historias preferidas.

Como dije antes, no es un adiós, sino un hasta pronto, en las hermosas historias que escriben.

Con cariño:

Pily-chan.