Buenos días, buenas tardes o buenas noches tengan ustedes mis queridos lectores, una vez más heme aquí su humilde escritora plasmando en palabras un poco de su locura interna, y una vez más he escogido los personajes de este popular show que lastimosamente ha llegado a su fin pero que se mantienen vivos en los corazones de los fans. Esta vez me he tomado el atrevimiento de crear una historia un tanto oscura, historia que por cierto nació al leer el summary de otro fic, el cual por cierto no recuerdo cual es, pero en el Carly desaparecía y nadie sabía dónde había ido o si se la habían llevado admito que al leerlo me emocione pero después del primer capítulo me decepcione puesto que esperaba otra cosa, finalmente me decidí a hacer yo misma lo que esperaba pero ya que aún necesitaba afinar detalles me olvide por un tiempo de ese proyecto. Al menos hasta hace tres días cuando nuevamente al leer un summary me vino la inspiración y he aquí el resultado.
Antes de comenzar a leer una pequeña nota: no importa lo que lean a partir de ahora solo hay UN ASESINO, solo uno de los involucrados la asesino, ¿Por qué? estarán a punto de verlo o mejor dicho leerlo.
ICarly no me pertenece, yo solo juego un rato con sus personajes y sin más que decir… disfruten la lectura
SECRET WORLD
Cierra tus ojos, mantenlos cerrados, aguarda en silencio en la penumbra, respira profundo y por última vez, siente como todos tus sentidos se adormecen, siente como la vida te abandona de apoco, siente por última vez lo que es sentir. Cierra tus ojos y se bienvenida a la noche eterna. Porque hay dos tipos de oscuridad dentro de cada uno de nosotros, dos tipos tan diferentes como lo es el atardecer del alba; una es aquella que no podemos controlar, aquella que de a poco nos consume nos pierde en su abrazo y no nos deja ir, es aquella oscuridad en donde tu pobre e inocente creatura celestial has venido a dar.
Lunes, maldito lunes, primer día de la semana cuando toda la diversión que inicio desde el viernes se ha esfumado, lunes por la mañana, acaban de dar las nueve en punto y de aquel día no se espera nada más que nubarrones cubriendo el cielo y una que otra tormenta azotando la ciudad. Es lunes y el café negro es indispensable para comenzar el día, la semana, aquello que está por venir. Suena el teléfono instantes antes de que sus labios toquen siquiera la taza de oscuro líquido revitalizador, dejándolo en la mesa, es mejor que conteste rápido o la persona al otro lado lo pensara un grosero.
- Hola - generalmente arrastraría la "a" del final pero no es momento de actuar como generalmente lo hiciera, y aun cuando vaya en contra de cada fibra de su ser se limita a actuar como cualquier otro lo haría de encontrarse en una situación igual a la que supuestamente vivía. Escucha atentamente las palabras de la persona que le ha llamado tan temprano, escucha y piensa en la taza de café que ha dejado olvidada, desea que la persona no se tarde mucho y termine de una vez para así poder disfrutar de ella. La persona termina en lo que parecieron horas de sufrimiento a falta de café. – Sí, en seguida vamos para allá – su voz es apresurada tal y como debía escucharse, provocando en si un ligero orgullo. Cuelga el teléfono y una vez más toma entre sus manos la taza abandonada. Un sorbo, dos sorbos, tres sorbos de aquella pócima mágica y ya está listo para comenzar. Camina, no corre, a la entrada, abre la puerta y enseguida se detiene en la puerta de enfrente, llama un par de veces y sorbe una vez más de la taza que esta vez no ha olvidado. Un castaño recién levantado abre la puerta, esta somnoliento y con deseos de volver al calor de la cama y del cuerpo que ha dejado atrás. - Ya es hora.
No necesita escuchar más el castaño para saber lo que quiere decir el escultor y con un movimiento de mano acompañado de un bostezo deja en claro que pronto se verán una vez más en el pasillo. Cierra la puerta y arrastra sus pasos para llegar a lo que hace poco era el objeto de sus deseos y a quien en un instante lo vuelve a ser. Recorre el hombro desnudo con besos y un gruido se deja escuchar. – Ya es hora… - repite textualmente las palabras antes escuchadas, un gruido más y sus labios chocan con los delgados de la rubia que acaba de despertar.
Es lunes, el reloj marca las nueve con treinta minutos, el clima poco a mejorado en tan poco tiempo, algunos rayos de sol se filtran por las nubes, distintas personas se ven circular por la calle como aquella anciana que abrigada ha sacado a pasear a su pequeño cachorro, o aquel hombre trajeado que con café y periódico en mano corre presuroso a su primera cita en la oficina o aquellos cuatro que serios y en silencio van rumbo a identificar un cadáver. Sí, son ellos, son: Samantha Puckett, Fredward Benson, Spencer Shay y Orenthal Gibson, mejor conocido como "Gibby", el cuerpo a identificar: el de Carlotta Shay desaparecida el pasado viernes por la noche y encontrada esa mañana a orillas de un canal con múltiples golpes por todo su cuerpo, rasgaduras en sus pechos y puñadas en su corazón. El asesino: quizá un desconocido, quizá un fan desquiciado, quizá un amante despechado o quizá alguno de sus amigos o inclusive alguien de su propia familia, eso nadie lo sabrá hasta no hablar con aquellos más cercanos a ella o incluso más cercanos a lo que su muerte se refiere.
Cierra tus ojos mantenlos cerrados y adéntrate conmigo a las fauces de la oscura bestia de un mundo que no conoces, ven, vamos a un mundo secreto...