Si te tengo
Por mayraexitosa
Capitulo 1
Dormida
Llevan meses trayendo chicas para salirse con la suya, al fin casarme y que la herencia y las responsabilidades recaigan sobre mí, creen que es fácil casarse sin amar a una mujer, solo para cobrar una maldita herencia, como si el dinero comprará la felicidad, lo cierto es que su creatividad no se acaba, esa señorita Leonor tan preparada, tan educada y prestarse a casarse conmigo, solo porque no quieren que me quede soltero, vaya con ella, que dijo " Sr. Andrew, le estaba haciendo un favor, por ser usted un amargado, solterón se quedará solo", y que importa, casarme sin amor es lo mismo estar solo, mi padre nunca atendió a mi madre, ella estuvo sola, triste, viendo periódicos donde decían que la engañaba, mientras soportaba sus tristezas ahogadas, viendo que no me diera cuenta.
Como olvidar a Elizabeth Chumaren, un hijo mío William Andrew Chumaren, en un descuido, no dejarían de burlarse de él en el colegio. ¡Ah! pero como olvidar a la señorita provocativa Karen Buhner vaya es inolvidable, entrar a mi habitación en poca ropa, para comprometerme, no necesito ese tipo de mujeres, solo de imaginarlo me casaría con una mujer y esta en cuanto me fuera a trabajar estaría con otro, por Dios, como desearía encontrarme realmente enamorado, realmente suspirar por una mujer que valga la pena, que realmente me quiera.
-William tengo que irme, voy por Catherine estará aquí en dos semanas, su padre es un buen hombre, ella es una valiosa amiga, espero que ahora si te decidas, porque será la última vez que invite a alguien a conocerte.
-No lo hagas, si deseo conocer a alguien, créeme puedo hacerlo Ros
-Vamos William, háblame claro, ya han dicho que lo que te mantiene sin casarte y sin querer a las mujeres es que no has terminado de salir del closet
- ¿Del closet? Ros, que modos son esos de tratar a tu hermano mayor, como te atreves, me gustan las mujeres, no por eso tengo que casarme, para recibir la herencia de mi padre, por Dios Ros que te falta, si tienes novio, porque no te has casado. En ese momento la cara de la chica torno a seriedad dijo
-Terminé con él hace meses, ni siquiera te habías dado cuenta, así de importante soy para ti.
-Lo siento Ros, no lo sabía, realmente lo siento, William se acercó y la abrazó cariñoso, ignoraba que su hermana hubiera terminado con Robert, tanto que decía amarla, que era la mujer de su vida, resulta que terminaron.
William salió a trabajar, estaba lejos la casa del trabajo, la propiedad estaba fuera de todo, su padre al comprar la casa, lo hacía para que su madre no se diera cuenta de todo lo que decían de él, de las mujeres, del abandono a su madre, así que la propiedad era muy grande, con hermosos jardines, no les faltaba nada él y su hermana, habían vivido bien desde que sus padres tuvieron el accidente aéreo donde perdieran la vida. Dejando a William y Rosemary como únicos herederos, un seguro esplendido, negocios que ahora manejaba William con gran agilidad, haciendo que Ros no sintiera que le faltará algo económicamente.
Sin embargo, Rose deseaba una familia, eso William no lo comprendía, el era esa familia y el no deseaba dejarla sola, como casarse y que ella se sintiera desplazada en su corazón, eso se sentía de forma inconsciente.
Por la tarde regresaba, era recibido por los sirvientes
-Señor, un auto cayó en el voladero de Straggerer, milagrosamente la joven está con vida, la hemos traído a su casa, porque no podíamos despertarla, la dejamos en una habitación, la está atendiendo un doctor.
William sorprendido, es un voladero muy profundo, el auto debió explotar, como es eso de que sobrevivió una mujer.
-Doctor, soy William Albert Andrew, al parecer una mujer cayó en un voladero, me acaban de informar.
-Así es Sr. Andrew, la policía me ha informado que la esconda, al parecer es perseguida, no saben sus datos, pero atraparon a un par de maleantes que la perseguían, ellos piensan que murió al caer del voladero, no han declarado nada de ella, no hay datos, no hay identificación, ella huía en un auto de ellos, este era robado, pero realmente es un milagro, trae un golpe en su cabeza, ahora está dormida, trae marcas de que la tuvieron amarrada de los pies y los brazos, no se ha alimentado bien y no ha dormido bien, lo mejor es dejarla descansar, si no tiene ningún inconveniente.
-Bueno mi hermana salió está mañana estaré vigilándola, es fin de semana no tengo planes de salir, cuando la trasladarán al hospital.
-Vendré mañana a verla, depende de cómo se den las cosas, la policía está buscando su información, sigue sin despertar, ya que sepamos podemos ver si es admitida en el hospital.
-Bueno ya es tarde, le debo algo doctor.
-¡Oh no! Sr. Andrew, mis honorarios están cubiertos por la policía, ellos fueron quienes me dijeron que le informará, como sea no deje salir a la mujer, no vaya a ser que la vean los cómplices de los maleantes que la seguían, y sepan que no murió.
-Como desee, buenas noches.
William se fue a cenar, después revisó a la mujer esta dormía, era una joven blanca, rubia de cabello rizado y parecía un angelito dormida. Se fue a bañar, se metió a la cama y con el cansancio se quedó dormido.
Por la madrugada se escuchaban gritos
- ¿hay alguien ahí? Por favor contesten, ¿dónde estoy? ¿Alguien puede ayudarme?
En ese momento, se levantó asustado William, trago saliva, y le dijo
-Tranquilícese, es muy noche, duerma un poco, estaba dormido no sabía que despertaría. Ella lo vio, corrió lo abrazó y comenzó a llorar,
-Tengo miedo, no sé donde estoy, ayúdeme por favor, lloraba asustada.
-Cálmese por favor, las personas están dormidas, voy a ayudarla, pero por favor cálmese. Con sollozos sin soltarlo, en la obscuridad del pasillo de recamaras, se calmaba y dijo
-Tengo mucho apetito.
-Bueno son las dos de la mañana, así que vamos a la cocina, prepararé algo para que pueda descansar. Sin soltarlo se fueron caminando a la cocina, William estaba descalzo, no alcanzó a ponerse nada y ella también, solo estaba en una camiseta grande, prendió la luz y ambos se vieron, ella apenada, bajo la cabeza, mientras él buscaba su mirada, parecía distinta pero ella no levantaba la cara. Soltó su abrazó incitándola a sentarse en un banco de la barra.
William, sacó algunas cosas de refrigerador, las colocaba en la barra, pan, jamón, aderezo, verduras, un pequeño cuchillito, una tabla, un salero, lavaba las verduras y las secaba, después se sentó frente a ella y mientras preparaba las cosas habló
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Duermo en tu casa, y no sabes cómo me llamo?
-Bueno tuviste un accidente, estoy tratando de que me digas lo que desees, para saber si tu golpe de la cabeza te afecto, dijo con mucha paciencia.
- ¿Qué accidente? Tocando su cabeza, el golpe que traía en la frente. William tratando de ser precavido, viendo que no recordaba y no asustarla ya que milagrosamente había sobrevivido, dijo
-En el auto, te golpeaste fuerte, estuvo revisándote el doctor, esperaba que despertarás para verte reaccionar, pero despertaste hasta este momento, estaba dormido, me asustaste. En ese momento le entregó un sándwich, el cual tomo con apetito antes dijo
-Gracias, realmente tengo mucho apetito. William se levantó sirvió un poco de leche, dijo
-Fría o caliente, mostrándole la leche. Ella sonrió, se limpio los labios, mirándolo con ternura le dijo
- ¿Podría ser tibia? Fue en ese momento en el que ella le mostró sus ojos, unos bellos ojos verdes intensos, jamás había visto unos así, le sonrió después sacó una cacerola, agregó leche, la tibio un poco, sirviéndola en un vaso, lo tocaba, para que no estuviera muy caliente, sonrió y se lo acercó a la mesa, preparando después otro sándwich por si tenía más apetito.
-No me vas a acompañar a comer, lo dijo suplicante, el sonrió, pero si estaba cansado quería dormir, se sirvió un poco de leche, tomo un poco de pan y comió frente a ella.
-Ese sándwich ¿no es para ti?
-No, lo hice por si deseabas comer algo más.
-Realmente no recuerdo cuando comí, tengo mucho apetito, discúlpame, pero si me lo comeré.
William sonrió, se disculpaba por querer comer más, si solo eran dos sándwich, sonreía y ella preguntó cuando bebió un poco de leche y después se limpio de nuevo los labios.
- ¿Cómo te llamas?
-Me llamo… Albert
- ¡Albert! Ella sonrió y volvió a dar otra mordida al sándwich, suspiraba, movía sus labios, y bajaba la vista, tratando de pensar. El vio que ella no dijo su nombre,
- ¿No recuerdas tu accidente?
-Realmente no, no recuerdo, pero no sé qué contestarte, si es bueno o es malo decir que no recuerdo el accidente.
-Pues el doctor, te hará varias preguntas para saber cómo te sientes y que recuerdas, el golpe realmente fue muy fuerte.
- ¿Cómo debo contestar Albert?
-Lo primero que se te venga a la mente, no necesitas mentir, solo di lo que desees, aquí estarás bien, nadie te hará daño, es fin de semana, estaré aquí, no necesito ir a trabajar, si deseas puedes quedarte el tiempo que quieras.
- ¿De verdad?
-Por supuesto esta es mi casa. Ella con una sonrisa picara dijo
-Gracias. William sonreía, no era coqueta, era juguetona con él, tenía que insistirle en que le contará algo sobre ella.
-Y bien que me quieres decir, que recuerdes, tal vez ¿Qué edad tienes?
Ella sonrió. Se notaba en el movimiento de sus ojos que estaba tratando de pensar solo dijo
- ¿Qué edad calculas que tengo? Al parecer no quería decirle nada o no recordaba.
-Tal vez diez, dijo intentando bromear. Ella sonrió se vio el cuerpo se puso roja dijo
-Realmente me veo de diez años.
-No, pero todo me contestas con otra pregunta y eso no es bueno. Ella se quedó seria, termino de comer, limpio sus labios, dijo
-Realmente no recuerdo mucho… no recuerdo el accidente automovilístico ese, no recuerdo quien soy… no sé qué hago aquí… solo sé que desperté, tenía mucho apetito, me dolía el cuerpo, tuve que levantarme del piso pues me caí de la cama al tratar de despertarme, me siento extraña… estoy en una camiseta blanca, siento que se trasparenta todo, me siento apenada… por un momento pensé que estaba en un manicomio… que me trataban como enferma mental…
Ella comenzó a llorar ya había terminado de comer, trato de levantarse del banquillo, William de inmediato se acercó, la abrazó, salió de la cocina, encendió una lámpara de la sala, la ayudo a sentarse, el tomo asiento a su lado, suspiró y ambos se quedaron en silencio.
-Realmente… te quedarás conmigo,
-Realmente estoy cansado quiero ir a dormir, pero no quiero que te sientas mal.
-Me dejarías quedarme en un sillón.
-Me preocupas, no quiero que pienses que es un manicomio, es mi casa, y eres mi… invitada, deseo que te sientas libre y cómoda, temprano vendrá el doctor y te dirá que sigue para que recuerdes tu vida.
-Bueno me siento muy cómoda, te acompañaré a tu dormitorio para que te duermas.
- ¿Tu me acompañarás?
- Bueno que tal si me duermo y no despierto.
-Eso no pasará, todo estará bien.
-Bueno me dejas quedarme cerca de ti, si ves que no despierto, me despertarás, ¿me lo prometes?
- ¿Por qué piensas que no despertarás?
-Porque antes, trataba de despertarme y no lo lograba, era como una lucha horrible, me sentía encerrada en mí, sin poder abrir los ojos, sin poder moverme, no sé si lo puedas comprender, pero fue una sensación extraña.
-Posiblemente era porque estabas débil, pero ya has comido mejor y te sentirás bien.
-Bueno, te acompaño a dormir, me despiertas temprano. William sé quedó asombrado, había tratado a muchas mujeres en pocos meses tratando de atraparlo, pero esto salía de contexto.
-Como quieras, realmente estoy cansado, si no despierto, ¿me despertarás a mí?
- Te lo prometo. Dijo sonriente, haciendo ver lo hermosa que era, con esa sonrisa.
Ambos subieron, entraban a la habitación de él, ella se fue hacia la ventana, mientras el volvía a meterse en la cama, definitivamente no iba tras de él, ella no lo miraba insistente, ni buscaba su aprobación, estaba inquieto pero cansado se durmió, ella se sentó en un sillón, tomo una frazada, se cubrió quedándose dormida en el sillón.
Por la mañana sonriendo despertó William, la vio dormida, levantó la frazada cubriéndola y se metió a bañar, salió y seguía dormida, se cambiaba, se arreglaba y ella continuaba durmiendo, con sus piernas dobladas.
William la vio y se decidió a despertarla.
- ¡Hey pequeña despierta!
- Linda, despierta preciosa, ya despierta dormilona.
Fue a traer ropa de su hermana, ella estaba apenada, por la camisa que traía y es que le habían puesto solo una camiseta, la tomo en sus brazos, la metió a la tina con agua tibia,
-A despertar preciosa, ella se quedaba dormida, ¡Santo Dios!, realmente no despierta, no es mentira, la bañó con jabón, la secó apenado por lo que hizo, le lavo el cabello, como si se bañará él, después de haber traído los jabones y todo del baño de su hermana, para que no oliera a caballero, realmente estaba preocupado, era una mujer hermosa, como era posible que no despertará, no le mintió.
La sacó en una toalla, la secó, le colocó sus prendas, apenado, por lo que temía despertara cuando apenas le colocaba la ropa. Le puso un hermoso vestido, la sentó en el sillón, sus pies eran pequeños, no le quedaba el calzado de su hermana.
-Pequeña, te prometí ayudarte a despertar, sé que me dijiste que te sentías extraña, como encerrada en ti, intenta hacer algún movimiento, el que sea, tratare de ayudarte, para que te revise el doctor en cuanto llegue, bajaremos a desayunar y no te dejaré dormir de nuevo, anda trata de abrir tus hermosos ojos.
En un reflejo ella comenzó a mover los dedos, fue así que comenzó a levantarla, poniéndola de pie la abrazó frente a él,
-Bien bella durmiente, te voy a besar si no despiertas, ella abrió los ojos, y su cabeza se hacía hacia atrás sonreía. Le tomaba un brazo a Albert, pues para ella era Albert, dijo
-Gracias sentí el agua, pero realmente no me podía despertar, me quería reír, y desperté
- ¿A caso dije algo que te dio risa?
- No lo sé, pero me inquiete y pude despertar, gracias Albert cumpliste tu promesa, ella se vio, dijo
-Que bonito vestido, gracias, ¿Es mío?
- No. Se te ve muy grande, y tampoco hay en casa zapatillas a tu medida, iremos a comprar un par, ¿te parece?
-Si, gracias Albert.
-Todavía no recuerdas tu nombre
-No, pero dime como te gustaría que me llamará
-Mi hermana se llama Rosemary, mi madre se llamaba Rosana, ¿Cómo te gustaría que te llamara? Ella bajo la cabeza apenada, se puso ruborizada, William lo notó, se sonrió y le dijo
-Te llamaré Candy, ¿Te parece bien?
- Gracias ¿a qué hora llega el doctor?
-No he bajado, me tenías asustado, salgamos a ver. Al salir la mujer que limpiaba las recamaras, vio como la joven salía tomada de la cintura de William, esta abrió los ojos y William le dijo
-Anita, habrá un par de zapatillas pequeñas para ella.
-Le buscaré un par señor. Se retiró de inmediato, la joven dormía con el señor William, en una de esas aventó sus zapatos y cayeron al jardín cuando la desvestía, sonrió Anita porque por fin se casaría el señor William, cuando lo supiera la señorita Ros, la felicidad que le iba a dar.