"Las dos caras de una moneda"

-Flippy x Flaky x Fliqpy-

Summary: Flaky es una chica que lucha por dejar sus inseguridades y temores; él es un chico de doble cara que esconde unos ojos amarillentos tras una mascara de gentileza. Pero tras esta aparición el mundo de ella se va derrumbando poco a poco volviéndose en un mal sueño en el cual busca despertar.

Advertencias: AU/OOC/Lenguaje fuerte/Mucha sangre/Posibles escenas subidas de tono/No segura si habrá algún lime.

Disclaimer: Happy Tree Friends no me pertenece; su completa autoría es de Ken Navarro y del equipo Mondo.


Flaky observo por quinta vez la puerta de su casa ya lista para irse hacia la secundaria a la cual asistía. Estaba muy nerviosa y no era porque fuese una nueva estudiante de intercambió, si no porque se preguntaba si estaría con sus amigos en el mismo salón. No quería ver rostros desconocidos y odiaba pensar en estar sola sin tener con quien hablar.

Suspiró una vez más desganada y miró el suelo apoyando su cabeza en la puerta de madera café oscuro. Se echó ánimos mentalmente y asintió con una sonrisa tímida. No importaba mucho y la meta de este nuevo año era poder dejar atrás su timidez e inseguridades que tenía en ella misma y hacer nuevos amigos. Tomó la mochila de color rojo que yacía en el confortable sofá. El sonido de un par de cosas al chocar eran sus llaveros de diferentes animalitos que le regalaron Petunia y Giggles en su cumpleaños número catorce. Sus dos amigas eran muy amables con ella y siempre le habían acompañado tras el transcurso de su vida y les agradecía profundamente junto a otras personitas que quería ver ya.

Abrió la puerta para salir y la cerró guardando las llaves en uno de los bolsillos de su falda -sonaba extraño que las faldas tuviesen bolsillos... Pero su uniforme los tenía.- y un leve clic sonó al comprobar que estaba bien cerrada. Caminó nerviosamente por las calles un poco temerosa y más porque con un simple paso que daba se tropezaba con cualquier cosa. Creo que eso se debía a que desde pequeña le tenia miedo a cualquier cosa que se movía debido a un pequeño trauma que tenia con los perros. Con tal solo recordar que cuando tenia cuatro o cinco años fue a tocar uno muy feliz para recibir de intercambio un dulce -por así decirlo- mordida en su mejilla para terminar llorando en el hombro de su padre, quien se la llevaba cargando hacia un hospital para desinfectar la herida. Aún podía sentir como la aguja fina atravesaba en sus brazos cada día y lloraba por lo brutas que eran aquellas enfermeras.

Levanto su vista y observo detenidamente el cielo. Era un día cálido y el sol no era fuerte, solo era agradable. Sin duda, sería un gran día para ella.

Espero hasta que el semáforo pasara a verde y siguió su camino hasta llegar a su salón para quedarse allí parada. Empezó de nuevo a dudar y pasaron unos segundos, sintió una respiración rápida en su cuello blanquecino. Se sintió tan nerviosa que empezó a temblar. "Sí, así empezamos muy bien, Flaky" pensó sarcásticamente. Dio la media vuelta para ver de quién se trataba y no era nada más ni nada menos que Nutty. Lanzó un largo suspiro de alivio y por inercia miro los ojos verdes de Nutty que eran un tanto extraños. Uno muy apagado mientras que el otro muy vivo, ¿Raro, no?

Luego cayó en duda después de un rato, ¿Qué no se suponía que Nutty debería ir en el segundo año y no en el primero? Se sintió tan pequeña cuando le devolvió la mirada con una cara tan seria. -característica cuando ya no tenia dulces que comer-. El olor a dulce inundo las fosas nasales de Flaky, olía a chocolate y un par de golosinas más emanando del rostro de Nutty, además de la paleta que estaba pegada a su extraña apariencia. El cabello verde un poco pegajoso debido a un par de chicles pero se veía... Suave o eso creía ella.

—¡Fla-chan! —dijo Nutty poniendo una mano sobre su cabeza y desordenando así su largo cabello rojizo.

—N-Nutty —saludó tímida para clavar su mirada en el suelo sonrojada.

El muchacho le dio un par de palmaditas en la cabeza para dejar un poco desconcertada a Flaky. Pestañeo dos veces y se dio cuenta que Nutty terminó comiéndose la paleta que tenia pegada en la cara y termino riéndose de ello. Se sentía feliz de tener a Nutty a su lado porque siempre terminaba haciendo tonterías y la hacía reír, además le hablaba de muchas cosas y hasta de recetas para dulces. Le gustaba cocinar y mucho.

Se sentó al lado del amante de dulces para analizar el salón. Las paredes eran de un color crema con un par de decoraciones simples. Se grabó en la mente los rostros de sus nuevos compañeros y se topo con que Shifty y Lifty estaban allí también. Por una parte se puso feliz y por otra pensó en lo mal que lo pasarían los nuevos al saber que sus pertenencias desaparecerían de la nada. Y las risotadas de Shifty y Lifty llegaron a sus oídos. Esos dos nunca cambiarían.

Recorrió con sus ojos rojizos todo el salón inspeccionando cada rincón hasta ver a un chico que se ubicaba cerca de los penúltimos asientos al lado de la ventana. El cabello verde brillaba mucho bajo el sol que se colaba bajo la ausencia de las cortinas de color naranjo que estaban corridas hasta el fondo. Sus ojos eran verdes y se hallaban perdidos observando sin parar las nubes o eso era lo que ella creía.

Quitó su vista de encima de él y volvió a mirar hacia adelante como si nada esperando que las clases empezaran o hasta que su compañero le volviera a hablar, otra vez.

Al parecer Nutty no tardó demasiado en volver a comenzar una conversación entre medio de clases con ella y Flaky por un momento se quedó callada sin parar de anotar lo que se escribía en el pizarrón. Dejó de lado el bolígrafo entremedio del cuaderno para mirarle a la cara a Nutty para oír bien lo que decía.

—Fla-chan, ¿Trajiste dulces? —le dijo en un susurró.

Flaky asintió al instante.

—Galletas, como siempre.

Nutty sonrió emocionado y ansioso.

"Nunca cambia" se dijo a si misma con calma guardando sus cosas para irse cruzando el umbral de la puerta. El molesto sonido de la campana seguía resonando en sus oídos y a pesar de los años aún no podía acostumbrarse a ese chirrido infernal. Pero existía una cosa más inaguantable y eso era la extraña maldición que corría en la ciudad en la cual vivía. Happy Tree se reconocía por la gran gama de lugares hermosos y de una gran vegetación con muchos árboles y de un aíre fresco. De allí, todo perfecto. Pero por la noches se transformaba en algo tan irreconocible que desde las profundidades de las oscuridad -por así decirlo- salían los asesinos seriales que se veían por montón en las películas de terror en donde todos morían de forma trágica. Aquí, en Happy Tree, no era la excepción. Y más porque la gente moría pero revivía como si nada al día siguiente.

Para Flaky era una suerte que a ella nunca le ha pasado tal cosa ni a sus amigos más cercanos y a la vez agradecía eso. A ella no le gustaría estar en un escenario llenó de sangre y ver a sus amigos muertos. O recibir una tortura sin fin.

—¡Fla-chan! —llamó Nutty desesperado.— ¡Quiero mis galletas, ya!

Flaky rió nerviosa entregándole las galletas envueltas en algo trasparente. Nutty se las arrebató de un golpe no sin antes darle un gracias.

Habían pasado muchos meses sin ver a Nutty de esa forma y Flaky extrañaba esa forma de ser que tenia. De hecho, esto sonaba tan desesperado, pero los extrañaba a todos a pesar que en unos días antes compartía planes con Petunia, Giggles, Splendid, Cuddles y rara vez con Nutty. Algunas veces conversaba con Disco Bear o The Mole, también con Lumpy. Pero casi siempre se quedaba en casa mirando películas en su televisor sentada en el sofá blanco y muy cómodo que más de una vez la hacia quedarse dormida. Sus padres casi nunca estaban en casa debido a que trabajaban hasta tarde encargándose de cocinar todo para si misma y verlos en la noche a la hora de cenar. Eran cariñosos y le daban todo lo que ella necesitaba, pero lo que ella quería era pasar más tiempo con ellos. Cosa que nunca le habian dado desde pequeña.

No era la típica niña consentida y escasas veces se dejaba mimar por sus padres por algo que realmente necesitara. Flaky era independiente, tímida e insegura, pero independiente en lo que quiere hacer. Tal vez no fuese de hablar seguro como Giggles, de objetar sus ideas con fundamentos como Petunia pero podría valerse por si misma en algunas cosas como cocinar.

Entre medio de sus cavilaciones sintió un abrazo por su espalda sorprendiéndola de pronto por el repentino contacto y calor que sentía encima de ella.

—¡Flaky! —canturrearon unas voces femeninas siendo estrujada un poco más sin poder respirar.

—Oh, lo siento —se disculpó Giggles por su apretado abrazo y Petunia río suavemente.

—N-no pasa nada...

Las dos muchachas se miraron entre sí compartiendo una gran sonrisa para iniciar una conversación tras las escaleras que llevaban hacia la azotea. Sinceramente, les costó mucho hallar a Flaky entremedio de tanta gente, más porque, la pelirroja tenia una estatura promedio y era más bajita que todas las personas que tenían catorce años. Pensaron que Flaky pegaría el estirón, pero se equivocaron rotundamente. A sus espaldas estaban Splendid y Cuddles sonriendo también y se saludaron con un amistoso apretón de manos y un par de palabras de cuan felices estaban por haberse reunido.

—Y, eh... Flaky —habló entre suspiros el de cabello azul lanzando una mirada de soslayo.— ¿Está todo bien en tu salón?

—S-sí... —le contestó bajamente con un leve sonrojo. Nunca le ha gustado que se preocupen mucho por ella pero Splendid siempre había sido así.— Nutty, Shifty y Lifty es tan junto conmigo. —agregó para sonreír con timidez y Splendid sonrío.

—Me alegro.

Giggles alzó un poco sus cejas por lo tan preocupado que era Splendid con Flaky. Ella ya era grande y si seguía protegiéndola mucho ¿Cómo ella iría a dejar de ser tímida entonces? Le pegó un leve codazo en los costados y bufó cruzándose de brazos.

Obviamente el héroe azulado no entendió eso y lo pasó por alto. No era la primera vez que ella hacia eso, pero, realmente le hartaba mucho. Cuddles y Petunia entablaron una amena conversación con la pelirroja y pronto Giggles se unió a ella junto a Splendid planeando algunas salidas para el fin de semana.

Cuddles se llevó una mano a la boca recordando algo importante que tenía que comunicarles a los tres, pero no recordaba que cosa. Pensó detenidamente y golpeó su frente en una forma de regaño por ser tan olvidadizo.

—Siento interrumpir su agradable conversación, señorita Giggles —la mencionada frunció su ceño por ser llamada de esa forma, odiaba que Cuddles le dijera de esa forma. El muchacho rió con nerviosidad llevándose las manos hacia los bolsillos en un acto de tranquilizarle. Y la verdad es que Giggles hablaba hasta por los codos, hasta el punto en que llegaba a marear. Carraspeó un poco y dijo:— Lumpy dijo que nos tenia alguien a quien presentar.

—¿Y quién es? —preguntó Splendid confundido.

Cuddles se encogió de hombros restándole importancia.

—No lo sé, solo me dijo eso. No dio tantos detalles de lujo.

Esto dió por iniciar la curiosidad de Flaky y Giggles por saber quién era y no aguantaban las ganas por saber.

Solo un par de horas y la hora de almuerzo había llegado como si nada. Flaky estaba muriéndose del hambre y porque no, los demás también. Era increíble que fuese su primer día de clases y ya tenia su jornada completa al instante. Su secundaria se reconocía por ser las más estrictas y las que pedían más rendimiento en el año académico. Durante el día no habló con ninguno de sus nuevos compañeros, solo conversó con Nutty y un par de palabras con Shifty y Lifty que le hacían un par de bromas pesadas de muy mal gusto. Subió las escaleras para irse hacia la azotea para tomar aíre fresco y ordenar sus pensamientos un poco más.

Abrió la puerta de la azotea para adentrarse hacia adentro dando unos tranquilos pasos hacia adelante. Inhaló lentamente el aíre para llenar sus pulmones de oxígeno y expulsó lo que retenía. Repitió lo mismo por tres veces. Flaky parpadeo dos veces al ver una figura de espaldas con el uniforme de los chicos sentado en medio. No se dio cuenta que había alguien más, pensó que estaría sola porque la puerta estaba cerrada y comúnmente siempre la dejaban abierta.

Miro detenidamente al chico de cabello verde preguntándose si era alguien que conocía. Se acercó dudosa con sus manos ocupadas estaba su almuerzo en su mano izquierda y la mano derecha se la llevó hacia el pecho buscando una forma de encontrar el valor para hablarle. Sus pasos se hacían pesados y resonaban con la tranquilidad de la atmósfera que se arruinaba con el ruido que ella hacia.

—¿H-hola? —trató de elevar su voz y sonar firme pero fue un intento en vano. Ladeó un poco su cabeza esperando una respuesta por parte del cabello verde.

Pasaron lentamente unos cinco segundos -o eso creía ella- y escuchó una suave risa proveniente de él y Flaky se quedó en blanco.

—No seas tan tímida —habló gentilmente para levantarse del suelo y miró de frente a Flaky.

La de orbes rojizos hizo lo mismo tímidamente. Vio que el chico era muchísimo más alto que ella y su piel era pálida y su cabello verdoso se movía suavemente con el viento.

Flaky bajó su cabeza avergonzada por la insistente mirada que tenia encima y un rubor corrió por sus mejillas.

—¿Sucede algo? —preguntó confundido.

Flaky negó suavemente y observo que el muchacho no traía nada para comer.

—Disculpa... ¿No te has traído un almuerzo?

Antes que pudiese contestar ante la pregunta su estómago se encargo de hacerlo. Estaba tan hambriento, culpaba el hecho de no haber traido el dinero suficiente para poder comprar algo, de modo que decidio irse a la azotea para poder alejarse de los demas alumnos en lugar de quedarse a ver como comian y sentir más hambre aun.

Flaky sonrió un poco. —Si quieres te doy del mío...

—¿De verdad? —le contestó emocionado y profundamente agradecido por la oferta. "Me has salvado de una buena" pensó el joven viendo a Flaky como la salvadora de su vida y de su vil estómago que no paraba de rugir.

Flaky se sentó en el suelo invitándolo con un poco de duda a sentarse a su lado y él imitó la acción.

—S-soy Flaky — tartamudeo un poco viendo como su compañero de clase comía como si nunca hubiese probado la comida.— ¿C-cómo te llamas tú?

—Flippy —había contestado luego de haberse echado a la boca una galleta para masticarla lentamente y luego tragarla. Con suerte Nutty le dejó un poco a Flaky de las que hizo el día anterior. —¿Las hiciste tú? —Flaky emitió un débil 'si'— Me gustan, son deliciosas.

Se quedaron un rato en silenció y Flaky pensó por un segundo que se alegraba de hacer de más, ya que, ella no comía mucho. No era tan comilona como Splendid o Nutty... Y eso explicaba mucho su pequeña figura, además, aunque comiese mucho no aumentaba de peso y eso envidiaban mucho Petunia y Giggles de ella, pero a Flaky no le importaba mucho y se avergonzaba mucho cuando sacaban de tema eso. No le gustaba que se fijaran tanto en ella y cuando pasaba eso deseaba que la tierra se la tragara viva por tanta vergüenza que sentía.

—No hablas mucho al parecer —comentó en forma de broma el jóven.

—E-es que no sé que decir... —le respondió Flaky escondiendo su sonrojado rostro entremedio de sus rodillas.

—No te preocupes, no muerdo, a menos que así lo desees. —río sonoramente al ver el rostro rojo de Flaky que le hacia competencia su largo y rebelde cabello.— Sólo es una broma.

—¿Quieres ser mi amigo?

—Claro, me encantaría. —habló después de unos segundos y agregó:— Además, amo tus galletas.

Eso hizo sonreír a Flaky feliz y Flippy sonrió amistoso.

Se mantuvieron sentados en la azota durante un rato más y Flaky se sintió curiosa por saber más cosas sobre su nuevo amigo. Jugó con sus manos nerviosa por no saber que decir y al final de todo se quedó callada un rato más disfrutando la tranquila compañía que le brindaba Flippy. Tocó el timbre y emprendieron camino hasta la última clase del día.

Lentamente la tarde cayó y la muchacha iba tirándose maldiciones. Golpeo con sus manos su cabeza "Tonta, tonta, tonta". Se regañó a si misma molesta corriendo por los pasillos tratando de no tropezarse. A veces su torpeza era tanta que se caía a cada rato. Entre medio de su carrera pasó a pisar mal y cayó al suelo golpeándose de lleno en la cara.

"Demonios, soy tan estúpida" la cara le dolía demasiado y vió como le sangraba la nariz y sentía un dolor en su frente. "Genial" pensó con sarcasmo. Se levanto del piso y sobo su frente. De uno de los bolsillos de su falda sacó un bonito pañuelo y empezó a limpiarse la nariz. Cuando al fin terminó siguió hacia donde tenía que ir pero algo le distrajo. Además de la sangre que emanaba de su nariz, también estaba en el suelo, pero obviamente no era la suya. Siguió el camino de sangre fijándose que estaba impregnada en las paredes sintiéndose mareada y a la vez confundida.

¿Por qué tanta sangre? ¿Por qué...? Caminó lentamente por el lugar y no sabía a cual lío estaba a punto de meterse pero, quería saber que era lo que estaba sucediendo. Rogó para que Lumpy la perdonará por llegar tarde.

Busco desesperadamente en cualquier rincón con sus ojos y pensó que tal vez alguien estaría sangrando. "Hay una enfermería en la secundaria y es casi imposible que algo así pasará" pensó eso pero lo descartó rápidamente. Pero lo que sucedía era mucho peor de lo que imaginaba.

Manos. Sangre. Cayó de rodillas asustada y con las pupilas contraídas.

"Esto no puede ser posible" se llevó una mano hacia la boca tratando de evitar las nauseas y las horrible ganas de vomitar.

Empezó a temblar en el suelo y su vista poco a poco iba fallándole hasta desmayarse.

—¿Flaky? —susurraron en su oído pero no podía despertar. Sentía el cuerpo tan pesado y adolorido como si le hubiesen apaleado.

Abrió sus ojos de golpe y levanto su cabeza asustando a Splendid. Su corazón latía a mil. Estaba en el salón, durmiendo en su asiento. "Esto no tiene sentido" la adrenalina comenzó a fluir por sus venas y el miedo se iba activando en su sistema. Es como cuando te despiertas de un mal sueño y te encuentras a salvo tan de pronto que aún puedes sentir el miedo que te inundaba encima.

No entendía nada, ¿Acaso todo lo que vio solo fue un sueño o un producto de su imaginación hasta terminar en el punto en el que caes rendida en tu asiento para dormir una siesta? Si hace solo unos segundos estaba en un pasillo con un montón de sangre viendo unas manos cortadas y las uñas salidas aún con la carne de un color rojizo, cortadas recientemente por algún loco psicópata y enamorado de las manos. La sangre se escurría por el suelo de mármol blanco y los tendones colgando entre los dedos que se volvían lentamente de un color azul debido a la falta de oxígeno. Todo se veía tan real. Con solo recordarlo empezaba a sentir nauseas.

Splendid se quedó confundido por la reacción de Flaky.

—¿Qué sucede? —le pregunto con una voz suave.

Flaky miró los ojos zafiro de Splendid preguntándose si estaba dentro de otro sueño y que simplemente estaba durmiendo otra vez. Negó con su cabeza y tomó lentamente aire para aliviarse un poco y calmar a su corazón que estaba por salirse de la boca por el miedo que sentía aún.

—Sólo... Fue un mal sueño.


Primero que todo agradezco a mi Sistaah Bear quien fue que me beteo el capítulo y se tomo la molestia de hacerlo. ¡Gracias sis! *A*!

Y pues... ¿Hola? Vengo a arruinar el fandom con un fail fic (?) pero creo que lo hice bien -o eso creo yo- pero fue con amor's. Ya, escribí esto porque me gusta esta parejita y porque a otra amiga igual, también a mi sis. Debo de decir que ha pasado mucho tiempo desde que escribo un fic y tengo que decir que estoy media oxidada xDD por así decirlo. Recibo críticas constructivas y todo. Y doy las gracias por leer esta bazofia que hago llamar fic. ¡Gracias!