Mis recuerdos de Konoha

Hola!

Una breve explicación. Esta historia se desarrolla en los años en que Sasuke se va a entrenar con Orochimaru y a partir de ciertos sucesos él irá recordando algunas vivencias que compartió con el equipo siete, aunque más específicamente con Sakura.

Bien, solo era eso :)

Aclaraciones:

DiAlOgO: -blablabla

PeNsAmIeNtOs-blablabla

Los personajes de Naruto no me pertenecen. Este fic está escrito sin fines de lucro y con la sola intención de brindar entretención.

Sin más que decir, espero que disfruten de mi historia…

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Capítulo I: Heridas

"El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados…" (Jean Paul, 1763-1825)

No era fácil. No, en lo más mínimo. Aquello verdaderamente era una tortura, una muy jodida y extenuante tortura.

Pero aquella afirmación jamás escaparía de sus labios.

No soy débil.

Él iba a soportar todo. Su venganza lo alimentaba y le daba las fuerzas para soportar.

Sus pasos hacían eco en los desolados y oscuros pasillos de aquella guarida. Un siseo de dolor escapó involuntariamente de sus labios haciéndolo fruncir el ceño. Pero a pesar de eso, intentó mantener estoico por los pasillos, donde uno que otro guardia deambulaba para asegurarse que todo estaba en orden.

Yo no soy débil

Ante ellos no iba a mostrar flaqueza aunque cojease, aunque pudiese sentir un hilillo de su cálida sangre recorriéndole la sien, aunque su cuerpo estuviese lleno de cortes y hematomas. No. No iba a demostrar su cansancio ni mucho menos su dolor. Él era un Uchiha, la debilidad no estaba en su vocabulario ni mucho menos en sus genes. Sin embargo no podía ignorar que en esos momentos, se sentida extenuado. Estaba agotado al punto de no poder soportar mucho más su peso producto del brutal y sádico entrenamiento al cual se había decidido someter y que en esos jodidos instantes, lo estaba amenazando en hacerlo caer.

Pero este es mi camino…

Logró llegar por fin hasta su cuarto y sin poderlo evitar, apenas la puerta se cerró tras él, su cuerpo cayó como un saco pesado, haciendo un ruido sordo que resonó en las penumbras. Levantó su rostro crispado por el dolor… ¡demonios! Sí que esta vez Orochimaru se había ensañado con él…

Dentro de la poca conciencia que aún le quedaba, comenzó a arrastrarse…

Igual que una maldita serpiente…

…hacia la cama. Hizo acopió de las pocas fuerzas que le quedaban para que sus brazos pudieran soportar su peso. Los sintió temblar, apenas si podía lograr moverse. Hasta que por fin, dejando escapar un manojo de maldiciones en el proceso por el creciente dolor de sus músculos y heridas, se logró acomodar en la que por primera vez, le pareció una mullida cama. Su respiración estaba agitada por el cansancio, pero sabía que era algo temporal…

Es solo cosa de costumbre…

Los segundos comenzaron a pasar hasta que por fin sus ojos se fueron cerrando pesadamente por al agotamiento. Su respiración irregular se fue acompasando a medida que su agarrotado cuerpo empezaba a destensarse, sabía que estaba a solo milímetros de perder la conciencia, pero antes si quiera poder rozar ese estúpido momento, sintió que algo cálido recorría desde su mejilla hasta su boca. A sus labios llegó un sabor metálico que le costó asimilar en primer momento por su aletargado estado.

Estoy sangrando…

Chasqueó la lengua mientras su mano viajaba hasta su herida, que sangraba escandalosamente. Intentó ignorarlo, pero reparó que sus sabanas habían comenzado a teñirse de ese cálido líquido.

-¡Tsk…!-se incorporó, sintiendo que todo le daba vueltas.

Sentía la cabeza abombada al extremo que podía percibir como palpitaba sin la necesidad de colocar sus dedos sobre sus sienes. Observó la oscuridad, con sus ojos entrecerrados, a la espera de algo, que en realidad no supo interpretar.

Gruñó de manera audible, como si hubiese perdido la paciencia. Su inconsciencia aprovechó su agotamiento, dispuesta a hacerle una cruel jugarreta-… Sakura, ¿podrías ayudarme con esto?...-sus palabras murieron en la oscuridad y soledad de la habitación, recibiendo a cambio un crudo silencio. Los onix se abrieron con sorpresa luego de aquello

¿Qué mierda fue eso?

La cólera no tardó en aparecer en sus facciones. Que estupidez, realmente debía estar peor de lo que imaginaba para haber dejado que algo así escapase de sus labios. Se obligó a levantarse, a pesar de que se sentía más mareado que antes. Con pasos torpes y notorios vaivenes, se encaminó hasta el pequeño cuarto de baño que se encontraba en su habitación. Sus dedos comenzaron a rozar la fría muralla, con movimientos imprecisos hasta que encontró el interruptor. Apenas encendió la luz tuvo que cerrar los ojos, causando que la herida que lo estaba obligando a levantar, le punzara y volviese a escocerle.

Maldijo una y otra vez hasta que logró llegar al lavabo. Miró el espejo y no pudo evitar enfrascarse en un duelo de miradas con su reflejo. Tenía un aspecto realmente deplorable.

Esto no es nada…

Sus ojos inyectados en sangre y notoriamente hinchados, ahora se enfocaban en examinar la herida que no dejaba de sangrar. Con movimientos bruscos lavó la zona y sin mayor cuidado improvisó un parche; era un trabajo poco limpio, de eso estaba claro, hacía mucho tiempo que él había perdido la costumbre de curar y preocuparse de sus propias lesiones. Ahora era Kabuto quien se encargaba de aquello, pero estaba tan cansado que no sería capaz de arrastrarse hasta su asqueroso laboratorio y bancarse su sarta de estupideces. Admitía que le resultaba desagradable. Sentir un chakra ajeno, y mucho más el de ese arrastrado era algo que no hacía más que causarle repugnancia…

Pero ya no estás en Konoha… ella ya no está para curarte…

-Sakura…-susurró sin poder evitarlo, pero esta vez no se reprendió

Sí. La pequeña e insufrible molestia era la única persona que él podía aceptar que lo ayudase con sus heridas. Su tacto, su calidez y su cuidado habían logrado ganarse su confianza. Pero lo que más disfrutaba, aunque fuese en secreto, era de aquellas radiantes sonrisas que esbozaba siempre luego de curarle. Y todo había comenzado luego de aquella misión en el País de las olas.

No pienses en eso… tu cortaste esos lazos…

Frunció el ceño. ¿Por qué tenía que acordarse de eso ahora? Dio media vuelta tratando de obviar el "movimiento" del suelo para adentrarse otra vez a la oscuridad de su habitación. Se dejó caer sin la más mínima delicadeza sobre la cama y dejó que su mente comenzara a divagar.

Solo llevaba un mes con Orochimaru y ya sentía que estaba al borde del colapso…

No voy a rendirme… este es el camino que escogí…

Cerró los ojos ya dispuesto a dejarse llevar por la inconsciencia, ignorando que su mente no deseaba dejarlo despojarse de aquellos recuerdos aún…

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Llevaba sentado un par de minutos a la espera de que ella regresara. Logro percibir los apresurados pasos de su compañera por el estrecho pasillo, hasta que por fin llegó a la habitación. Le entregó una cautelosa mirada, más específicamente a su cuello donde reposaban las agujas que en esos momentos le estaban impidiendo descansar.

Sus ojos se dirigieron a ella, inexpresivos e indiferentes como siempre, sin perderse detalla de cómo ella con movimientos torpes acomodaba los últimos utensilios para comenzar a curarle.

Sus ojos se encontraron y no fue misterio para él ver una gran capa de temor y duda en los jades de su compañera.

-¿estás seguro, Sasuke-kun?...-el se mantuvo en silencio-… ¿no prefieres que Kakashi-sensei o Tsunami-san se encarguen?

Sasuke cerró los ojos. Estaba cansado e incómodo, solo quería que de una vez por todas lo ayudasen a deshacerse de esas malditas agujas, no importaba quien lo hiciese-… solo hazlo, Sakura…

La joven asintió mientras mordía su labio inferior con nerviosismo. Esa tarea se la habían encomendado a ella, pero admitía que no se sentía del todo capaz para hacerlo. Luego de algunos segundos sus manos temblorosas se dirigieron a la primera aguja, logrando que él emitiese un chasquido de lengua.

-no tiembles…-siseó sujetando su muñeca y mirándola con intensidad. Sakura agachó la mirada-… solo tienes que sacarlas, entre más rápido lo hagas, más rápido podré descansar…

Su compañero asintió, esta vez algo más dispuesta a cumplir con su trabajo. Sintió como ejercía un poco más de fuerza para poder sacar la primera aguja y sin poderlo evitar, ahogó un quejido, emitiendo a cambio un sonoro gruñido que solo causó angustiarla.

-lo siento…-la escuchó susurrar con congoja, sin dejar de mirarlo. Desincrustó un par de agujas más, obteniendo el mismo resultado-… por favor Sasuke-kun, perdóname…

Los minutos pasaban, y el sentía que ya no podía aguantar más. Sus manos apresaban fuertemente la tela de las cobijas en un intento por canalizar el dolor, pero por más que lo intentó evitar, por más que quiso estar estoico y mostrarse resistente al dolor, su ceño se fruncía con cada aguja que Sakura le quitaba del cuello.

Sus jades se posaron en él-… lo lamento mucho…intento ser cuidadosa…-Sasuke emitió un sonoro gruñido, ya hastiado de sus constantes disculpas.

-deja de pedir disculpas y termina de una maldita vez…-siseó ya extenuado, deseando poder por fin descansar

-ya solo faltan dos…-continuó su compañera, apurándose a obedecer su petición

Finalmente su tortura terminó. Apenas las agujas abandonaron su cuerpo, Sasuke se sintió aliviado. Su respiración estaba agitada y podía sentir como por su frente y por sus sienes se deslizaban gotas de sudor. Sakura se apresuró en vendar su cuello y apenas acabó, lo ayudó a recostarse.

Por fin pudo cerrar los ojos, por fin pudo volver a respirar con tranquilidad.

Sintió unas delicadas y pequeñas manos corriendo su flequillo. Apenas tuvo fuerzas para entreabrir sus ojos y ver como su compañera secaba cariñosamente su frente.

-¿Por qué… llorabas… allá… en el puente…?

Sakura lo miró desconcertada por largos segundos, hasta que por sus labios se deslizó una sonrisa tímida-… eso es porque me importas, Sasuke-kun…

El ojinegro cerró los ojos-… ya… veo… -susurró antes de terminar de perderse en la inconsciencia

Al despertar, lo primero que sus ojos buscaron fue la presencia de la pelirrosa. Ella estaba allí, en el mismo lugar, a su lado. Parecía estar leyendo un pergamino. Luego miró disimuladamente hacia la ventana dándose cuenta que ya era de noche.

-despertaste, Sasuke-kun…-el aludido la miró, sin dejar de sorprenderse al notar la radiante sonrisa que ella esbozaba en esos momentos-… ¿cómo te sientes…?

-mejor…-fue su escueta respuesta

-me alegra oír eso…-Sakura se levantó de su lugar-… ¿tienes hambre?

-hn…-en realidad tenía MUCHA hambre, pero no iba a decirlo. Él no era como el Dobe

-le diré a Tsunami-san que te traiga algo de comer…-volvió a sonreírle-… por cierto, Naruto y Kakashi-sensei estaban muy preocupados, pero debieron ir a ayudar en algunas cosas a Tazuna-san, dijeron que apenas regresaran pasarían a ver cómo te sentías…

-hn…-genial, como si estuviese en condiciones para aguantar las estupideces de Naruto

-bien, ahora vengo…-vio como la chica se encamina hasta el marco de la puerta

-Sakura…-llamó captando su atención

-¿sí?

-gracias…

La ojijade abrió ligeramente los ojos y casi de inmediato agachó la cabeza, sonriendo algo avergonzada-… de nada…-respondió con timidez para pronto desaparecer de la habitación

Y fue que de allí en adelante, a la única persona que dejaba que lo ayudase a curar sus heridas era a su molesta compañera de equipo, Sakura Haruno.

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Despertó sobresaltado logrando apresar la mano que viajaba hasta su sien. Volteó para ver al intruso y chasqueó la lengua cuando vio la cínica sonrisa de su propietario.

-lo siento, Sasuke-kun…-dijo Kabuto mirándolo con detenimiento-…quería revisar la herid de tu sien, es todo…

Uchiha gruñó mientras se incorporaba con lentitud, aún se sentía mareado-…hn…

El shinobi miró con detenimiento el parche que cubría la herida, que estaba cubierto completamente de carmín-… veo que no te las ingeniaste muy bien…- sonrió con falsa condescendencia ganándose una fría mirada, a lo que él suspiró-… lo siento, yo ahora me encargo…

Sintió como despegaba el parche de su piel y examinaba la herida. No pasó mucho cuando sintió recorrer ese desagradable chakra por su organismo hasta que por fin, el ardor y malestar que aquel corte le producía, desapareció.

Kabuto miró su aspecto y arqueó una ceja-… veo que el entrenamiento fue bastante duro, ahora entiendo porque no fuiste a verme…

Sasuke lo fulminó con la mirada y esperó a que terminase de curarlo, con total desagrado. Sin embargo, si quería sobrevivir todo lo que se venía, si quería aguantar hasta obtener el poder que necesitaba para llevar a cabo su venganza… tendría que recurrir a él.

Ya no estás en Konoha… Ya no está Sakura para preocuparse de tus heridas… Ya no tienes tiempo para recuperarte y descansar como antes…

Ahora estaba con Orochimaru…

Lo demás son meros recuerdos…

-bien, he terminado… -Kabuto sonrió con falsa amabilidad-… ahora descansa, mañana tienes un largo día

Como siempre Sasuke no agradeció su ayuda. Simplemente volteó y cerró los ojos, dispuesto a retomar el sueño.

El shinobi dejó escapar un suspiro y salió de la habitación en silencio. Apenas el sonido de la puerta llegó a sus oídos, abrió sus ojos encontrándose por completo con la oscuridad. Su mente aún le mostraba vestigios de aquel sueño y de otros momentos en que Sakura se había encargado de curarlo, o bien lo acompañaba cuando por alguna batalla caía en el hospital.

Se permitió sonreír, con sinceridad luego de muchos días de no hacerlo…

Solo será esta vez…

…porque quería conservar, aunque fuese por esa noche, la tranquilidad de aquellos días, pero por sobre todo…

La calidez de sus recuerdos…

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Hola!

Heme aquí reportándome con un nuevo Fic OwO

Que les ha parecido? Espero que haya sido de su agrado :3

De antemano les agradezco a todo aquel que se dé el tiempo de pasarse por mis humildes proyectos! Me hacen muy feliz!

Les dejo un abrazo enorme, y nos leemos en el próximo capítulo!

Se despide atenta y afectuosamente

_NinfaOscura_