Disclaimer: Los personajes de Sakura Card Captor pertenecen a sus debidas creadoras (CLAMP), unicamente fueron tomados prestados para la siguiente historia.


Mi pequeño Gato.

By Mysombre.

Prólogo.

De charlas triviales y tratos.

La tensión en el ambiente era palpable, Sakura y Shaoran, sentados muy juntos en el jardín trasero de la preparatoria, sonreían nerviosamente mientras una gota aparecía en su nuca, ¿Cómo habían llegado a esa situación? Si apenas minutos antes estaban los cuatro pasando cómodamente su receso, entre risas, gritos y pláticas banales… ah sí, ¡por eso habían llegado a esa situación!

Gracias a una de las triviales charlas de Eriol, ahora el susodicho se encontraba sentado, erguido, con los ojos color zafiro entrecerrados y la mirada cubierta de un mal disimulado rencor. Observaba a la chica frente a él como si quisiera decirle una infinidad de cosas, pero sus labios estaban cerrados con fuerza, incluso parecía que de un momento a otro comenzaría a fruncirlos y a hacer muecas.

— ¿Así que estás segura de lo que dices? —pregunto Eriol Hiragizawa con el mismo nivel de rencor que profesaban sus ojos.

—Totalmente —contesto ella con su fina voz, tan seria y tranquila que Sakura y Shaoran se cuestionaron cómo era que conseguía mantenerse tan impasible ante la inquisitiva mirada de Eriol.

—Muy bien Daidouji, era todo lo que necesitaba escuchar.

Y sin decir más nada, el joven ingles abandono su lugar en el verde pasto del jardín escolar con su andar suave y elegante.

Dos castaños lo observaron con expresión de susto en el rostro, mientras que Tomoyo, con una sonrisa aparecida de la nada, comenzó a recoger su caja de almuerzo dispuesta a marcharse también de allí.

—To… Tomoyo… ¿crees que hiciste bien en decirle eso a Eriol? —hablo Sakura al tiempo que dirigía una mano hacia su cabeza.

— ¿A qué te refieres Sakura?

—Bueno… tú lo viste. Creo que esperaba una respuesta más… afirmativa.

—Hiragizawa pidió mi opinión y yo se la di, no entiendo por qué están tan conmocionados ustedes dos —dijo la chica componiendo una cara de incredulidad—. De todos modos, era una plática sin sentido, seguramente no es para tanto.

Sonrío una vez mas y salió de allí en una despedida silenciosa.

No es que Tomoyo Daidouji no disfrutara de la compañía de sus amigos, pero desde que Sakura y Shaoran habían decidido sacar sus sentimientos a flote, ella misma sabía que su presencia terminaba sobrando, y de eso ya eran casi cinco primaveras. En la actualidad, con sus 17 años, Tomoyo no había perdido una amiga, sino que simplemente ahora tenía que compartirla con alguien más.

Camino parsimoniosamente recorriendo un buen tramo de la preparatoria sin rumbo fijo, rememorando la extraña charla que había mantenido con sus compañeros de clase hacía apenas unos minutos.

Había pasado un rato parloteando con Sakura acerca de sus últimos diseños cuando de pronto y sin previo aviso, Eriol soltó una pregunta que nada tenía que ver con futuras promesas para la moda.

"¿Les gustan los gatos?".

La inesperada cuestión termino provocando un sobresalto en la chica de ojos esmeralda y un ladeo de cabeza por parte de Tomoyo, luego de la sorpresa inicial, Sakura se había apresurado a contestar con un "sí" demasiado efusivo, al tiempo que Li daba su respuesta con un asentimiento, alegando que si bien no era su animal favorito, los admiraba por su carácter astuto. Eriol, satisfecho con la respuesta de sus amigos castaños, poso la mirada en la muchacha de ojos color amatista, quien con una sonrisa agradable contesto un rotundo "no".

Tomoyo recordaba la cara de su amigo ingles en aquel momento y una profunda diversión la sobrecogía. Había entreabierto los labios y un brillo peculiar se poso en sus orbes. Tenía la expresión del niño al que le dicen una tremenda mentira y no sabe si creerla o no.

Lo siguiente a eso fue historia, los ojos de Eriol dejaron de albergar confusión para expresar un nítido rencor, pero de alguna manera, Tomoyo sabía que no se trataba de un rencor malintencionado, sino de esos rencores que lo dejan a uno sin el entendimiento de por qué las cosas no son como se desea. Ella no lo culpaba, Eriol había regresado de Inglaterra con un carácter más caprichoso que antaño, y aunque para nada era un fastidio, el cambio entre el niño y el adolescente era bastante notable, incluso Sakura lo había percibido y eso ya era decir mucho.

Tan ensimismada iba en sus pensamientos, que Tomoyo no percato el momento en que giro por la esquina del edificio principal del Instituto y en menos de lo que tarda un parpadeo, fue tomada de la muñeca derecha y puesta contra la pared, no en un acto violento, pero si con poco tacto.

—De acuerdo Daidouji, ¿Serías tan amable en decirme que fue eso de antes?

Tomoyo parpadeo, aturdida, y antes si quiera de darse cuenta de lo que pasaba, tenía sobre ella una mirada azul zafiro a la espera de una respuesta.

—Yo… no sé de que hablas Hiragizawa —dijo aun sin salir de su asombro.

—Vamos, tan solo quiero saber por qué aborreces a los gatos.

Tomoyo frunció ligeramente el seño, y comenzando a hastiarse del exagerado comportamiento de su amigo, volvió a hablar.

—No dije que los aborreciera, simplemente no me gustan, eso es todo.

Eriol asintió de forma pensativa, olvidando por un momento que tenía a una chica acorralada en la pared de un viejo edificio escolar, y pese a que estaban a una considerable distancia uno del otro, cualquier mente enferma podría fácilmente malinterpretar la situación.

—De acuerdo, entonces ¿quisieras decirme cinco razones por las cuales no te gustan los gatos? —arremetió el chico con una nueva pregunta, una nueva sonrisa y un nuevo brillo en la mirada.

Tomoyo suspiro.

—Fácil. Son traicioneros. Dejan pelo por doquier. Se acercan a ti solo cuando desean algo. Son tercos y se creen los reyes del lugar donde viven —dijo enumerando con sus dedos y ya con el fastidio un poco más visible—. De cualquier modo, ¿Por qué tanto afán con el tema Hiragizawa? Creí que tú eras el primero en apoyar la diferencia de opinión.

—Y lo soy, mi querida Daidouji, tan solo quería una excu… —y entonces Eriol callo de una forma tan repentina que su máscara de misterio se desvaneció por un segundo, segundo en el cual Tomoyo pudo presenciar la duda recorrer el rostro masculino—. En fin, no importa, quería proponerte un trato.

— ¿Qué clase de trato? —la irritación de la amatista desapareció en cuanto su interlocutor pronuncio aquellas palabras. ¿Qué se estaba maquinando en aquella disparatada cabecita de Hiragizawa?

—En realidad es uno muy sencillo, dame un plazo de tres meses para demostrarte lo interesantes que pueden llegar a ser los gatos. Te aseguro que consigo que te gusten.

—Realmente no harás más que perder tu tiempo. Si no te molesta, preferiría que respetaras mis gustos.

—Claro que los respeto. Tan solo quisiera… expandir un poco más tu juicio.

El tono de aquella voz provoco un escalofrió en Tomoyo, siempre lo había hecho, desde que el joven planeara aquellas extravagantes situaciones para Sakura años atrás. Se trataba de un bajo murmullo, era como una advertencia a que algo se traía entre manos, algo nada bueno.

—No… no creo que sea la mejor idea.

—Anda Daidouji, no te traerá problema alguno, además será divertido —dijo Eriol junto a un tono de insistencia tan molesto, que a la amatista le surgió la pregunta de si ella sería así de persistente con Sakura. Si lo era, tenía que recompensar de alguna manera a la castaña por todas aquellas veces que le "convenció" de usar uno de sus vestuarios.

—Está bien Hiragizawa —murmuro vencida, y una sonrisa de triunfo se dibujo diáfana en el rostro del chico—. Pero solo serán tres meses, ni un día más.

—No te arrepentirás, tenlo por seguro Daidouji —afirmo el joven ingles volviendo a ese carácter divertido que era tan propio de él.

El sonido de la campana alarmo a los dos, quienes a paso rápido, y entre una renovada charla trivial de Eriol, se apresuraron a llegar al salón de clases. Aun les quedaba media jornada por rendir, y mientras caminaba a un lado del muchacho, Tomoyo no pudo evitar sentir desconfianza y pensar que fuera lo que fuera aquello que Hiragizawa planeaba hacer, ella no saldría muy bien parada del asunto.

Nada, nada bien parada del asunto.


Notas de la autora: ¡Estoy aquí una vez más! Es que... kyaa me enamore de pronto de esta parejita que me aventure a realizar una historia de ellos :3 A manera de prólogo, este pequeño capitulo. Sera mi primer fic (con seguimiento capitulo a capitulo) largo que escriba, así que denle una oportunidad por favor. Me encantaría saber sus opiniones en los reviews, y descuiden, que lo interesante viene en el capitulo uno.

¡Saludos!