Amigos empezando un nuevo año, deseo que este 2013 sea colmado de éxitos para ustedes, les comento que estoy ansiosa por el estreno de l segundo libro de la Leyenda de Korra, y obviamente el estreno del comic "La Búsqueda" de ATLA.

Sin mas les presento un nuevo fic, Kataang por supuesto, espero que les grade es un AU.

De mi parte esperando cumplir sus expectativas

SUBREPTICIO

PRÓLOGO

"Toma mi mano, camina conmigo…mirando de frente"

Lloviznaba.

La campana de inicio de clases en la secundaria, fastidiando a muchos, matando de nervios a otros por no haber hecho completamente la tarea en el tiempo libre.

Las puertas de la entrada del instituto se observaban copadas de estudiantes atrasados, todos en filas dispuestos a aceptar el castigo correspondiente, las excusas no eran válidas ni para el nerd que, para ser sinceros se retrasó estudiando los últimos ejercicios de matemática.

Hey Katara!- Suki atrajo su atención mientras subía las escaleras que daban al primer piso, Katara caminaba en dirección a su salón.

—Hola Suki buen día—. Ella le esperó, sonrió y cuando Suki llegó la abrazó cálidamente.

—Buen día, pudiste resolver los ejercicios de…—. La joven morena interrumpió.

—Si…de hecho si los hice todos—. Contestó

— ¿E…en serio?—. Ella le miró perpleja.

—Bueno, no eran la gran cosa. ¿Acaso piensas que no puedo resolver 54 ejercicios de química en una hora?—. Preguntó Katara cruzándose de brazos captando la atención de los demás alumnos que se movilizaban a sus clases.

—No exactamente Katara, baja la voz…no es que dudara de ti, al contrario eres una chica muy lista—. Dijo ella con aplomo.

—No fue fácil, pero hice lo que pude sabes que la química no es mi fuerte—.

—Entiendo, supongo que no salieron todos… el maestro nos quedó en…—. Fue interrumpida nuevamente por Katara.

—De hecho…acerté las respuestas correctas en todos—.

Suki abrió desmesuradamente los ojos esperando a que Katara respondiera a su asombrada expresión. — ¡Has prestado mucha atención últimamente y quien no! El maestro Iroh es excelente—.

— ¡Es verdad!—. Habló Katara

En el pasillo quedaban ya pocos alumnos, aunque un gran escándalo se producía dentro de los salones por la masa de estudiantes que lo ocupaban.

— ¿Qué hacen afuera de sus cursos todavía?, están atrasadas con 5 minutos—.Un joven alto apareció cual fantasma asustando niños por el pasillo.

— ¡Vamos Zuko, son solo cinco minutos no te amargues!—. Suki captó su atención mirándolo sobre el hombro mientras seguían caminando.

—Tan solo diríjanse a sus clases, no quiero perder la paciencia tan temprano—.

La banda roja en su brazo derecho resaltaba mucho, aparte de ser el presidente estudiantil, era inteligente muy apuesto y uno de los chicos mas populares del instituto, lo malo del perfecto Presidente Zuko…es que era un total aguafiestas y…En sus 17 años jamás en toda la extensión de la palabra se le había visto con alguna chica, y peor aun nunca había demostrado atracción hacia ellas a pesar de que en el instituto habían muchas jóvenes atractivas.

— ¿Qué tienes a la primera hora?—. Pregunto Katara, mientras en respuesta Suki escarbaba en su mochila, buscando el horario de clases.

— ¡Hey tu deja de mirar su falda!—.

En reacción ambas chicas se llevaron las manos atrás, en su parte baja específicamente, al oír la voz de Zuko resonar a lo lejos por el pasillo. Miraron a los demás pasajes que compartían el primer piso buscando algún rastro del desadaptado que se atrevía a mirar por debajo de sus escocesas.

Jet apresuró el paso, había sido descubierto por Zuko mirando más de la cuenta, aquel tipo de piercings y tattos era el típico chico malo, famoso por sus fechorías.

— ¡Que tipo!—. Exclamó Suki, Katara lo miró con un visco de desagrado mientras el muchacho entraba su salón sonriendo fanfarronamente.

— ¿Y bien cuál es tu primera clase?—. Interrogó Katara mientras Suki sacaba del todo un pedazo de pasta de cuaderno garabateado y con pega pegas de corazones, que al parecer era su horario de clases. —Matemática—.Resopló con frustración guardando nuevamente su horario en el bolsillo delantero de su mochila vintage.

— ¡Lo siento mucho!—. Katara sonrió con amplitud sarcásticamente.

— ¿Qué clase tienes a esta hora?—. Preguntó Suki con interés.

Katara se plantó en la entrada del Salón 5 A, observó dentro y no había rastro del profesor que le correspondía a esa hora. — Biología—.Respondió

— ¡Suertuda!—. Regañó Suki mientras besaba su mejilla despidiéndose. —Nos vemos en el receso—.

—Ehm…no lo veo posible Suki—. La alcanzó apenas agarrándole la punta de los dedos, sonriendo con nerviosismo.

— ¿Eh…esta vez porque no?—. Preguntó con la curiosidad desbordándole de los ojos.

—Bueno veras, tengo cosas que hacer con respecto al festival escolar…ya sabes…— Se excusó mientras que un hombre joven se acercaba a paso apresurado acomodando su corbata.

—Pero si eso esta para dentro de un mes Katara!—. Argumentó enérgicamente cruzando los brazos.

—Lo sé, pero es mejor no hacer las cosas a última hora—. Aseveró observando al profesor que se acercaba. —Debes irte viene el profesor—. Abrazó brevemente a Suki, mientras su rostro se tornó lleno de confusión.

— ¡Esta bien, nos vemos a la salida!, de seguro ya viene Lost Ursa detrás de Gafitas Aang—. Suki apresuró el paso doblando la última esquina del pasillo, donde se encontraba su salón de clases.

Katara llegó a tiempo, sin sentarse; apenas y dejar la mochila colgada en el espaldar de la silla porque Gafitas Aang ya había entrado pisándole los talones. Todos los alumnos se levantaron a excepción de los irritantes, vagos y perezosos de la parte última del salón.

—Buenos días con todos, pueden sentarse—.

El profesor de Biología, el divertido, el que prefería quedarse en la escuela hasta en las vacaciones de primavera con el propósito de que ninguno de sus alumnos se quedara de año, el profesor apuesto y joven de grande gafas Ray- Ban adornando su par de grandes y vistosos ojos grises, el de cabello azabache y mirada de helado sabor a chicle, el de pantalones holgados y estilo retro.

— ¿Profesor! Entregara las lecciones?—. Preguntó Koko la estudiante de más baja estatura del salón, mientras enredaba sus dedos entre las hebras de sus coletas.

—Es verdad, ya las he calificado y de inmediato pasaré a entregárselas, quiero felicitarlos han hecho un buen trabajo- De su bolso a cuadros saco una carpeta arrugada y vieja en la cual se encontraban varias hojas desparramadas, de ella sacó la lista de alumnos empezando a nombrarlos uno por uno.

Chocaba la punta de sus dedos contra la madera del pupitre, esa mañana sentía que su falda estaba mas corta; el aire de la prematura llovizna de invierno se entrometía en sus piernas, ¡ni modo era la que su madre le había planchado y dejado delicadamente en el closet!

Se remordía el labio inferior esperando a que Gafitas Aang pronunciara su nombre preparando su corazón para dar un vuelco de ciento ochenta grados.

"Katara"

Se levantó con prisa torpe, al escucharle nombrar con suavidad, divina elección el sentarse adelante al inicio de clases. Llegar lo más rápido al profesor y evitar que los demás compañeros hagan el típico recorrido del examen de uno en uno hasta que todos se hayan enterado del enorme cero, era un record.

El no se tomó la molestia de llevarle la hoja hasta su pupitre, esa era una misión de alto riesgo si se tratase de ambos.

Ella evitó el contacto visual, el hizo lo mismo.

—Muy bien Koko éste es el tuyo—. Aang dejó sobre el pupitre la hoja ya calificada, Koko al darse cuenta del ocho sobre diez removió los auriculares de sus orejas y con desgano observó su contenido

— ¡Rayos! Esta formula siempre me da problemas—. Se aferró cómicamente a su hoja apretándola al pecho.

—Presta más atención, no olvides las clases extras—. Sonrió con dulzura a la niña.

Ella lo miro con afán, algunos estudiantes se veían contentos otros decepcionados y a los de la ultima parte no les importaba, tanto así que convertían las hojas en bolas y las lanzaban a los chupamedias sentados en la primera columna.

Katara observaba con cautela el escrito infiltrado de sobremanera entre la respuesta de la ultima pregunta, el diez sobre diez en el encabezado de su examen era lo de menos importancia.

Miró hacia los lados Ty Lee se encontraba tan entretenida decorando sus uñas rojas con lunares blancos, Mai observaba un catalogo de ropa juvenil con aburrimiento, su bostezo hizo un gran paño en la ventana, sus compañeras mas cercanas estaban entretenidas, no habían moros en la costa.

Leyó la apretada frase cuidadosamente.

"Biblioteca, geografía…explorar el sur"

Un nuevo lugar había sido escogido para sus aventuras, suspiró sonoramente captando la atención de Mai.

— ¿Sucede algo?—. Preguntó ella girando medio cuerpo y entrecerrando los ojos al sentir el aliento de Katara rozar su nuca.

—Oh…nada… tenias la etiqueta sobre el sweater— Respondió con naturalidad

—Recuerdo haberla quitado—. Argumentó

—A todos nos sucede, falta de memoria— Mintió, mientras sacaba de su mochila un bolígrafo rosa y un cuaderno espiral ocultando en sus movimientos su sonrojo. Avergonzada una etiqueta y un suspiro no tenían nada que ver. Pero fue la primera respuesta que su cerebro envió.

—Seguro—.

Mai volteó nuevamente la mirada al pizarrón, ella no era el tipo de chicas que le interesaba la vida de los demás ni quiera se inmutaba en saludar a nadie, tampoco en llamar la atención, siempre almorzaba sola, los talleres y exposiciones los preparaba por su propia cuenta, sus vestidos de los años sesenta eran un tanto extraños y la hacían resaltar, llamando sin querer la atención, el cabello negro que caía como cascada sobre su espalda y el cerquillo recto…esa sombrilla negra bajo sus ojos le daban un aspecto sepulcral. Mai era experta en ocultar sus emociones, pero ella no podía ocultar el notable hecho de que estaba perdidamente enamorada del presidente del consejo estudiantil. Un amor fortuito.

—Deja de ser tan obvia—.

Katara suspiró debía controlar esos arranques fisiológicos, miró el reloj cucú sobre la pared…aun faltaba mucho tiempo, cada segundo se le hacían siglos y cada minuto milenios. Pero las palabras de su compañera le habían dejado un hueco de incertidumbre; ella ya llevaba días sospechando. Pero podía contar con el silencio de Mai de eso estaba muy segura.

Abrió su cuaderno y escribió el titulo de la clase que explicaría Gafitas Aang.

"Genética"

—Para esta clase necesitaremos los apuntes de la semana pasada, ¿Ty Lee puedes leernos la primera parte de tus apuntes?—. Le llamó a la chica de última moda, asustándola de repente.

Aang rebuscó entre los libros el texto de biología genética, agarró nuevamente la tiza y empezó a escribir una serie de preguntas con respecto al tema.

Katara volvió a mirar el reloj, aun tendría al profesor de biología por cuarenta y cinco minutos restantes de los sesenta. Volvió su mirada a el…mientras su compañera se levantaba y rebuscaba entre las paginas de su cuaderno de apuntes algún rastro de la tarea que seguramente no había hecho.

Esa espalda ancha, la piel blanca de sus manos siendo envuelta por la fina capa del polvo al frotarse contra el pizarrón, lo dulce que se veía cada vez que sus gafas rodaban por el tabique de su nariz, cuando sonreía sus ojos grises también lo hacían, la blancura de sus dientes resaltaba el carisma que corría por sus venas.

—Hey Katara!, Pssshh! Katara—.

Una pequeña bola de papel fue a parar sobre su cuaderno, pudo percatarse que venia de la parte de atrás, exactamente de Haru.

— ¡Léelo!—.Le susurró

Nada bueno debe de ser, pensó. A su lado se encontraba Jet riendo, mientras jugaba con su PSP.

" ¿DE DONDE ZACARON OY AL PROFE? DE UNA TIENDA DE ANTIGUEDADES? ES UN ÑOÑO"

Se giró a ver a los de atrás con reproche, estaba segura que esa nota no venía de Haru, tampoco de LongShot, mucho menos de Smallerbee, a pesar de ser un poco descuidados y antihigiénicos no pecaban en la ortografía, seguramente fue Jet.

Escribió la respuesta con su bolígrafo rojo, en una simétrica y elegante letra palmer.

"¿Cuál es tu problema Jet? "oy" es con "h" y tu Haru! no prestes tu buen desarrollado coeficiente para este tipo de cosas".

Lo lanzo nuevamente, la nota cayó sobre la cabeza de Pipsqueak quien devoraba una funda de patatas.

Aang notó de inmediato que los colores en el rostro de Katara no eran una buena señal, dedujo por simple inspección que se encontraba iracunda; la conocía perfectamente, también conocía muy bien que Jet era el stalker de Katara.

Caminó lentamente fingiendo seguir la lectura de los apuntes junto con Ty Lee, se acercó a la joven arranchándole el papel de las manos. Ella lo miró estupefacta con el nerviosismo desbordándose de sus grandes y expresivos ojos azules.

" ¿DE DONDE ZACARON OY AL PROFE? DE UNA TIENDA DE ANTIGUEDADES? ES UN ÑOÑO"

"¿Cuál es tu problema Jet? "oy" es con "h" y tu Haru! no prestes tu buen desarrollado coeficiente para este tipo de cosas".

"¡EY TRANQUILA! DILE A TU AMIGA MAI Q TE DE UN POCO DE ESE CRACK QUE LA RELAJA"

"No seas idiota"

LAS TIENES GRANDES, Q TAYA ERES

"Imbécil"

"VALLA C OFENDIO" LAMENTO TANTO NO HABER CONOCIDO ESA PARTE DE TI

Jet tragó grueso viendo como Aang rompía el papel, y tiraba los ciscos a la basura.

—Bien alumnos creo que pediré autorización a la Señorita Ursa para las clases de ortografía—Sonrió con gentileza, mientras que los demás miraban a Jet aletargados.

Katara suspiró y miro a Aang quien guardaba los libros en su maletín, ¿Qué habrá pensado de ella? las hipótesis formaban una gran burbuja de confusión en su mente. Suspiró resignada. Tampoco había prestado atención a lo que Ty Lee leía, y tampoco había tomado apuntes seguramente Aang se había dado cuenta cuando intervino en la textual conversación.

—Es todo por hoy, solo hemos podido avanzar un párrafo, asegúrense de hacer la tarea la próxima vez—. Aang acomodó sus gafas con sutileza. —Hasta la siguiente clase—. Aang salió del salón sin inmutarse a mirarla.

Suspiró extenso captando nuevamente la atención de Mai.

—Yo que tú, no me preocuparía, estoy segura que él no piensa nada de lo que tu enamorada mente figura en estos momentos—.

Si alguien era experta en psicología era Mai. Aunque su a veces retorcida mente se moldeara a malas pasadas y trances depresivos ella podía con la mente humana.

Por que tenían pensamientos retorcido, egoístas, sentimientos y más sentimientos. Pero ella albergaba uno en su interior, el más peligroso de todos.

— ¿Hey Katara!, quieres pintarte las uñas?— Aun con la confusión en las pupilas Ty Lee logró sacarla de su trance. —Tengo bonitos colores—. Señaló arqueando sus articulaciones y mostrándole los dedos.

—Me gustaría, pero tengo un enorme pilo de ropa en casa que lavar mi hermano es incapaz de hacerlo— Le sonrió con gentileza.

—Lástima, ¿podrías decirle a tu hermano que pasé por mí hoy?— Ella sonrió coquetamente mientras se levantaba de su asiento.

—Eh…esta bien—. La muchacha salió del salón, seguramente a polvorearse la nariz.

Las tres horas restantes fueron divididas por el receso, el salón quedo en decadencia estudiantil; y no era para menos en el bar cafetería había un exquisito menú el cual nadie quería perderse.

Jet salía junto a su pandilla a excepción del El Duque que iba amenamente charlando con Koko.

Un escalofrió recorrió su silueta, al sentir la sonrisa de Jet sobre su persona. Katara desvió la mirada hacia la venta simulando desinterés, pero era a veces inevitable.

Mai fue testigo una vez mas de los sucedido, ella solo hizo un ademán desaprobatorio, agarro su mochila y salió dejándola sola en el salón. Miro el reloj sobre la pared, como en la mañana estaba atrasada con cinco minutos.

Se levantó y agarró sus cosas para dirigirse a la biblioteca en busca de lo prohibido, se partiría la cabeza contando los latidos desenfrenados de su corazón. Los nervios carcomiendo su ser interior. Definitivamente emociones muy llevaderas para una adolescente de 16 años.

Se detenía el tiempo. Los chicos y chicas eran como las semillas de un Diente de León, surcando los cielos y desafiando al viento en busca de aventuras pasajeras algunos tomados de la mano buscando la dicha juntos, otros imponiéndose los duros objetivos de la vida por si solos. Había sido diferente para ella, todo había empezado a se diferente hace dos años.

Dos años en los que un dia de otoño pisó por primera vez la secundaria Cuatro Naciones, e invadiendo su terreno no se conformó con pisar suelo intelectual. Sin querer y sin ser culpable halló prematuramente los sentimientos y sensaciones mas puros y peligrosos a la vez con la persona que jamás imaginó que podría llegarlos a tener.

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¿Que les pareció? Espero que les haya gustado, esta loca idea me venia rondando la cabeza cuando escuchaba una canción; Acepto sus sugerencia o ideas como les gustaría que fuera, con gusto las acepto Gracias por seguir Mis Patines y Aang por el momento no subiré mas capítulos.

Este es solo el prologo para que tengan idea de lo que está pasando. En el siguiente capitulo ya viene la verdadera trama y conocerán un poco mas de los personajes. He enfatizado en Mai y Katara porque me basare en amabas, en ellas me concentraré con esta historia sin mas hasta el siguiente capitulo!.