Esta historia no es mía pero yo la traduje con el permiso de la autora original, Galimatias, quien amablemente me permitió hacer esto, todos los créditos corresponden a ella, yo solamente traduje.

Notas de la traductora MikoAucarod: Los meses vuelan cuando se es madre de tiempo completo y escritora a la vez. Disculpen la tardanza. Recibí mensajes de personas avisándome de este nuevo episodio y sí, lo leí en cuanto pude, pero hasta ahora pude traducirlo. Espero lo disfruten.

Notas de la autora original Galimatias:

No estoy buscando un beta. Todo el trabajo lo hago yo. No se necesitan aplicaciones. Yo editaré después. Por ahora, disfruten de cantidades innecesarias de angustia y ternura.

P.D. Ha pasado casi un año. La vida es divertida de esa forma. Pero suficientes personas comentaron y, en el espíritu de la temporada, pensé que era lo correcto al menos traerles unas cuantas historias. Nanowrimo le hace eso a la gente.

Así que tomen esto, porque puede que haya más en camino pronto ;)


Su nombre es Santa, y ha entregado al primer hijo de todos.

"Tienes un trato," dice el hombre de rojo, sacudiendo la más pequeña mano del pequeño caballero, una mano pequeña, pequeña, pequeña que atraviesa la mesa. Ambos brazos suben y bajan, y sus rostros tienen consignada una victoria. "Considérate un Espíritu."

El Duende de los tréboles chilló una risita feliz que presionó y se extendió a través de sus dientes. "Maravilloso. Y nuestro contrato-"

"Un trato. ¡De un hombre alegre a otro!"

Su nombre es Toothiana, y ella está dudando.

"No estoy segura. Norte, se supone que nuestro trabajo es proteger. Se supone que protejamos a los niños, y si no podemos hacer eso..."

(Entonces qué clase de Guardianes somos, no lo dice, pero la mesa silba con las palabras sobrantes)

Su nombre es Meme, y está callado. Como siempre. Aunque su rostro traiciona la inseguridad.

"Será bueno para ustedes." El duende guarda el contrato que ya está firmado, y un poco de tinta mancha su pulgar. "Recibirán el valor de su pago. Magia. Más magia de la que pueden tocar. Más de la que pueden imaginar. Estarán nadando en riquezas, recuerden mis palabras-"

"Solo necesitamos lo suficiente para durar," Norte golpea su estómago. "Suficiente para mantener el taller en reparación. Suficiente para financiar a los niños."

"Excepto a uno," dice el duende.

"Excepto a uno."


Su nombre es Bunnymund, y es el único que piensa que es una idea semi-decente.

"No es como si pudiéramos tener uno, de cualquier manera," les dice a los otros, firmando un documento que todos han fallado en revisar. Su nombre se ve bien ahí. Luce como mejora. Como el cambio. "Será bueno para nosotros. Tener un poco más de recursos."

"No lo necesitamos," dice Toothiana, retorciendo sus manos. "Podemos estar bien, Norte. En serio podemos. Puedo dar un poco más de monedas por aquí y por allá. Y estoy segura de que Meme tiene más que suficiente para dar-"

"No estoy buscando donativos." La tienda había estado en desorden desde su creación hacía tan solo unos cien años atrás. La fe de los niños aún no se instalaba del todo. Una oscuridad sobre la tierra había tomado el control. La había sofocado y ellos estaban haciendo lo mejor para darle aire de nuevo. Mientras tanto, las ventanas crujían, los techos goteaban, los pisos se estremecían y crujían. El tipo de cosas que se necesitaban no podían prometerse con magia en exceso. Eran cosas que no tenían. Que no podrían tener. "Estoy buscando resultados."

Necesitaban magia. La de alguien.

Y ese alguien había aparecido con una pluma y un guiño. "Será bueno para ustedes," parloteó el duende. "Además, como Bunny dijo-"

"Bunnymund, para ti."

"-¿cuándo tendrás el tiempo para tener un hijo propio?"

Tooth accede en silencio y se marcha, mordiendo su labio. Meme apenas y observa en dirección a los villanos, y se marcha con un letrero y girando sus muñecas.


Su nombre es Norte, y está inseguro de muchas cosas.

El contrato está en el fondo de un armario y no lo ha necesitado. La magia es de ellos. La magia ha sido de ellos por años y tiene tanta que ni siquiera sabe qué hacer con ella.

"Podríamos encontrar una forma de romperlo," dice a Bunny una noche, después de unas cervezas y un trago o dos de vino para mantener todo abajo. La habitación olía fuerte a licor y sudor, y el Conejo frente a él estaba sentado disfrutando de la familiaridad.

"¿Por qué? No nos corresponde romperlo, amigo."

"Pero es mal presagio."

Bunny se encogió de hombros. "Tú lo compraste. Tú lidia con eso."

El final de la conversación vino acompañado con el sonido de otra botella siendo descorchada.


Su nombre es Tooth, y ella tiene miedo.

"No hay necesidad es esto," ella se ríe con disimulo, de forma nerviosa, a nadie y a todos al mismo tiempo. Ella siempre está hablando con todos. Ella siempre asume que todos están escuchando. Tooth es así. El mundo vive en su cabeza. "No hay necesidad de mantener contratos viles. Somos protectores. No hacemos tratos así. Nunca."

Aún y si sirvió, su cerebro susurra. Aún y si te mantuvo con vida.

Ella mueve una canasta que había estado balanceándose en su hombro. Se cayó. Las monedas rodaron. "Aún así."

Su nombre es Meme, y él aún sigue callado. Pero eso no significa que no lo escuchen.

Hiciste algo malo, Norte. Preparaste la cama. Tendrás que acostarte en ella.

"¡No hice nada malo! ¡Yo nos salvé!"

Pareciera que nos salvas muchas veces. Qué gracioso. Yo no vi ningún problema.

"Estás haciendo un escándalo por nada."

Y tú creas problemas donde no los hay.

Norte es un campo fertil y los problemas en él crecen más rápido de lo que se percatan. Algunas veces son reales. Otras, él solo busca sembrar la adrenalina. Meme no puede saber cuál de estas situaciones fue, el incidente ya tiene tanto que ocurrió. Pero existe, y el Guardián aún puede recordar sentir la presión de un pecho retorcido. El brillo de el ojo de un duende pequeño cuando la tinta se encontró con el papel.

Arregla esto, Norte dice Meme, señalando por encima de la cabeza del gran hombre. Arréglalo.

"No hay nada que arreglar."

Y eso es todo.


Su nombre es Bunnymund, y aparentemente está en contra del lado que han decidido apoyar.

"Debes ver los problemas que esto tiene," dice Tooth. Bunnymmund dice que no lo hace. Dice que ella está reaccionando de forma exagerada sobre cosas que no pueden suceder. Dice que ella es una idiota (y le dice peores cosas, aunque de eso se disculparía después cuando ella se marchara de su casa tan roja como un tomate nuevo). Dice que ellos, como grupo, no tienen hijos por una razón.

Ella aprieta sus puños. "Algunos días, Aster," dice el Hada, "me sorprende lo cruel que puedes ser."

Él recordará esa frase, y sin importar qué tanto lo intente, no puede alejarla de su mente.


Su nombre es Aster Bunnymund, y está enojado con todos.

Lo cual no es una novedad, eso es seguro. Pero ahora en verdad está enojado con ellos. La forma en que tiran de él como si no fuera nada más que un dulce envuelto en plástico. La forma en que le miran con enfado del otro lado de la mesa. La forma en que Meme apenas y mira en su dirección. La forma en que Tooth le sisea como un gato furioso cuando habla.

Es un día de regresos.

El duende los visita cada cien años, para revisar su gratificación. Le han dado a él tanto poder como él se los ha dado a ellos, y su acuerdo está sellado por nada más que una pluma y magia, lo cual no es considerado mucho.

"Mi trato está hecho," dice, observando por encima de sus lentes de media luna. Norte asiente.

"Aún así, por supuesto." Tooth le dirige una mirada. Él tose. "Aunque... en realidad ya no requerimos de él."

El duende levanta la mirada. Sus lentes emiten un destello. "¿Quieren terminar nuestro trato?"

"Sí."

"Mmm." Es un sonido malo. Un sonido antiguo. Y todos saben lo que significa.

Cuando finalmente les dice no, les dice que necesitarían luchar contra él, a retorcerse como un demonio poseído y a escupir fuego a través de la mesa, Bunnymund comienza a señalar personas. "Se los dije. Les dije que era una mala idea."

"Era una idea decente." Toothiana aleja un poco de ceniza. "...solo necesitaba ser mejor ejecutada. Y... y si necesitamos luchar contra él, nosotros-"

"Oye, oye, oye- ¡¿quieres luchar contra eso?!" Él resopla. "Diviértete, mujer. ¡Harás todo eso sola!" Meme levanta su mano. "Bien. Entonces ustedes dos. Están dementes si creen que perderé mi tiempo luchando contra un pequeño duende de Escocia."

"Irlanda. Y Bunny tiene razón." Norte le da una palmada en su espalda, demasiado fuerte, y Aster hace una mueca. "No podemos desperdiciar el tiempo luchando contra pequeño hombre con bolsillos llenos de oro. Luchamos monstruos. Peleamos contra demonios. Pitch."

"Esa... esa cosa es un monstruo."

Bunny resopla de nuevo y junta sus cosas, colgándolas por encima de su hombro. "Muéstrame algunos verdaderos monstruos, Tooth. Entonces hablaremos."

Golpea el suelo con su pie dos veces. Se ha marchado.


Su nombre es Jack Frost, y Bunnymund lo odia.

Entra a sus vidas en medio de un remolino de bolsas rojas y restos de una tormenta de nieve y desde el momento en que les da su sonrisa y sacude su cabello, el conejo sabe que tendrán problemas. No es como si no conociera al niño. Él lo conoce. Demasiado bien, si la memoria le sirve. Un pequeño momento de 1968 nunca estaba lejos de su mente. El muchacho no había cambiado. Excepto por la siempre variada elección de ropa azul, había permanecido como una criatura inactiva que Bunny había decidido mejor olvidar. Pero no perdonar.

Y ahora-

Pero ninguno de ellos cree en tí, ¿o sí?

Es como si ni siquiera existieras.

Muchas personas creen en mí.

Bunny deja en claro su posición.

"Se irá después de esto," le susurra a Norte mientras el muchacho mira alrededor de la fábrica, maravillado. "Lo usamos para lo que sirve, y luego se marcha."

"Sí, sí, sí. Pero por ahora- ¡JACK! ¡Mi muchacho! Ven a la cocina, ¿sí? ¡Luces muy flacucho!"


Su nombre es Aster Bunnymund y como que, de alguna forma, parcialmente, odia a la criatura conocida como Jack Frost. Solo lo odia un poquito menos. Meme se ha ido, y las cosas están yéndose al infierno. Pero si una cosa buena ha salido de todo eso, es que no desprecia al nuevo miembro de su equipo de trapo.

Jack había estado sentado a solas. Norte había hecho lo mejor para darle su común discurso de eres-importante-prepárate y había hecho lo mismo de siempre. Pero el muchacho necesitaba más que solo eso. Y después de que Tooth lo había asaltado con abrazos, él empujó las puertas del pequeño estudio, ingresando al silencio y frío de la depresión de un pequeño niño, y tomó su lugar.

"Si viniste a decirme que me equivoqué, ya lo sé."

"No estoy aquí para eso." Se sienta en frente de él y pretende que no tiene que temblar. Hay un límite en lo que su pelaje puede hacer por él, y todo el lugar está convertido en una barra de hielo. "Pero si quieres que lo haga, puedo hacerlo."

"Estoy bien."

Bunny asiente. Jack baja la mirada. Hay más silencio. Entonces: "Eres un verdadero tonto," le dice Aster, mientras están sentados, uno frente al otro. Jack está frío y él es cálido, y ambos chocan tanto como se complementan. "Una verdadera molestia."

"Creí que habías dicho-"

"No quiero."

"Y aún así, lo estás haciendo."

"Oye, ¿estás buscando que te golpee?"

Jack resopla. Bunny elige entonces golpearlo de cualquier manera, y lo deja frotarse la cabeza debido al dolor mientras él mismo se acomoda. "Eres un verdadero tonto," dice otra vez. "Un idiota."

"Lo sé. Dejé que Pitch-"

"No es por eso." Jack entonces levanta la mirada. Lo mira y espera. Bunny nunca ha sido bueno con el afecto, y tampoco Jack, al parecer. Pero aún así el se estira para al menos tocar la rodilla del niño. "No puedes seguir culpándote. No es bueno para tí. Pronto, comenzarás a creer en eso."

"Porque es la verdad."

Aster se levanta y se encoge de hombros. "Bien. Cree en lo que quieras. Lo arruinaste todo. Eres un error. No puedes hacer nada bien." Jack se sonroja y escarcha cubre sus mejillas. "Pero yo no creo en eso, incluso si tu decides hacerlo. Pero qué puedo hacer yo." Se vuelve a encoger de hombros. "No es mi vida."

Jack se reunirá con ellos unas horas después con una resolución recién encontrada. Tocará el codo de Bunnymund y murmurará un gracias por lo bajo. Y Bunny amenazará con golpearlo de nuevo en la cabeza lo cual es respondido con un merecido pellizco.


Su nombre es Jack, y es un héroe.

Pero más importante aún, tiene una familia.

Llega a él en una habitación extra en la casa de Norte, en un pase gratuito para ir al palacio de Tooth, en saludos a medianoche de Meme. Las cosas entre él y Bunny están... mejor. Y eso es suficiente para ellos. Suficiente para ambos.

"Bien hecho, amigo," dice Bunnymund, tomando su mano y apretándola con firmeza.

(Su nombre es Bunnymund)

(Desearía ser mejor con las emociones)

"Gracias, Bunny."

(Su nombre es Jack)

(Desearía que Bunny lo quisiera más)

(Pero está bien con esto. Está bien con la situación. Está bien con todo)

Las cosas se calman. Y en algún momento, Norte lo abraza antes de preparar la ceremonia oficial para celebrar su nuevo título

y el mundo parece más cálido de lo que jamás ha sido.


Su nombre es Bunnymund, y repentinamente tiene un compañero para jugar cartas.

Jack y él se juntan para todo. El juego de 'Pescar' repentinamente es hecho para más de un solo equipo. Hay una gran noche de ajedrez donde él se pondrá de pie detrás del conejo y le brindará ánimo. Cenas que solían ser solo para sí mismo, tomadas y devoradas de forma rápida, rápida, rápida entre tareas y hacer esto y aquello, repentinamente eran alrededor de una pequeña mesa, muy pequeña para que todos cupieran (pero se las apañaban), y el asiento a su izquierda nunca carecía de azul y blanco.

Hay cabello revuelto y golpecitos con los codos. Recuerdos de comer más, mantenerse cálido, y 'Jack-recordaste' es una nueva frase que rápidamente ha adoptado en su vocabulario.

"Jack, recordaste beber algo-"

"Jack, recordaste cambiar las sábanas esta semana-"

"Jack, qué no te había dicho que no-"

"Jack, necesitas tomar tus vitaminas, no me importa si estás muerto y te trajeron de vuelta, tienes que hacerlo de cualquier manera-"

Su madriguera tiene las fronteras abiertas ahora, y él es feliz con eso. Incluso si algunas veces recibe un accidente innombrable, lo vale. Siempre lo vale.

Tú lo vales, no lo dice. Desearía poder hacerlo.

Las cosas mejoran. Entonces, como tienden a hacerlo, empeoran.

Su nombre es Bunnymund, y acaba de cagarla totalmente.

No era su intención marcar con su aroma al muchacho. Simplemente había sido un producto de su ambiente. Un hipo dentro de una larga cadena de eventos. Pero el muchacho, de camino a salir por la ventana, había sacado su mano otra vez. Un juego de cartas, una cena familiar, una taza de chocolate y un buen libro enfrente del fuego había entrado a la cabeza de Bunny.

Sí. Eso debió haber sido.

Esa debía haber sido la razón por la que había sujetado a Jack y frotado su mejilla sobre la cabeza del muchacho. El por qué Jack había flotado contra él, permitiendo que el peso lo apretara de forma cómoda contra un amplio pecho.

Él había apartado al muchacho al darse cuenta- "Lo siento," tosió. "Cuídate allá afuera, ¿me oyes?"

"De acuerdo."

"Y evita los problemas."

El muchacho sonríe y dice lo que sea menos eso. Bunny lo deja pasar.


Su nombre es Jack Frost, y los hilos dorados que está tejiendo han comenzado a sentirse como ladrillos.


Su nombre es Norte, y él recuerda un contrato.

Decirle a un joven niño que ya no puede tener una familia es algo que nunca pensó que tendría que hacer. Pero aquí está. Haciendo justamente eso. Y por afuera de la puerta, Tooth entierra su rostro entre sus manos y llora. "Lo sabía," le grita a Bunny, quien está ocupado limpiando bumeranes con una tela con aceite. "¡Te lo dije. Te dije que debíamos lidiar con esto antes de que algo ocurriera!"

"No hay nada que podamos hacer ahora, Tooth..."

"¡¿Qué?! ¡¿Y solo vas a sentarte y dejar que esto ocurra?!"

"No." Retira la tela. Baja la mirada. "Voy a ser un guardián."

"Él es tu niño."

"Es un niño." Tooth luce como si le hubieran disparado. Las oreja de Bunny caen, y hace lo mejor por fingir un enojo que los ha traído aquí. Desvanece la tristeza a otro lugar oscuro y profundo, pero que nunca se marchará. "Él es un niño, Tooth. Nada más."

"Algunos días, Aster, me sorprende lo cruel que puedes ser."

Bunny se marcha cuando las palabras comienzan a ahogarlo.


Su nombre es Jack, y no debió haber venido a ver a Bunny.

"¡Yo n-no quiero ir!" Está llorando. Bunny nunca lo ha visto llorar, y ya ha decidido que nunca quiere volverlo a ver así. Jack sabe que es mejor no tocarlo, así que se sienta en un montículo no muy lejos de la puerta principal del Pookah y retira las lágrimas y se sorbe la nariz con la manga de su chaqueta. Quiere que Jack le grite, Cómo pudiste. Cómo pudiste hacerme esto. Pero no lo hace. Porque él es mejor que Bunnymund. Él siempre sería mejor.

"¡No quiero ir!" Otro sollozo que se convierte en un bufido vicioso. "¡Quiero quedarme! Co-contigo y-y Tooth y Meme y-"

"No hay nada que pueda hacer por tí, niño." Retira unas cuantas hierbas de su jardín. "Había un contrato. Norte lo hizo."

"¡P-por qué!"

"Porque necesitábamos ayuda."

"P-pero qué hay d-de-"

"No te predijimos." Sobra decir: no pensamos que en realidad te quedarías el tiempo suficiente para convertirte en-

Jack guarda silencio. Como si esperara escuchar algo más. Pero nada más llega. Así que: "¿Cuándo tengo que irme?"

"Depende de lo que el bastardo decida."

"Y... ¿Y tengo que marcharme lejos?"

"Probablemente. Por un tiempo. Estarás en su equipo así como estuviste en el nuestro."

"Oh." Silencio. "Y... ¿y qué hay de ti?"

Aster se gira hacia el pasto de nuevo, tirando de algunos tallos necios y esperando que el niño no se percate de la forma en que sus dedos están temblando. "Yo sobreviviré. Siempre sobrevivo."

Jack asiente. Su voz se quiebra, "Está bien..." y se mueve para volar y marcharse. Entonces, "¿necesitas ayuda?"

No la necesita. Ha hecho esto un millón de veces. Pero Aster asiente con su cabeza de cualquier manera. Ambos trabajan lado a lado y retiran las hierbas malas (y una flor ocasional) hasta que el lugar luce menos abandonado. Lo había dejado estar así. Desde que Norte había llevado a Jack a su oficina, el Conejo había descuidado todas las tareas básicas y se notaba. Siempre se notaría.

"Adiós," dice Jack, en la entrada de la madriguera.

"Adiós," dice Bunny, de pie justo atrás de él.

Jack estira su mano. Aster la toma. El duende se gira y vuela y el Conejo deja que el mundo entero lo trague solo para pretender que no puede escuchar el sonido de un corazón rompiéndose.


Su nombre es Aster Bunnymund, y no puede dormir. Porque siempre que cierra sus ojos, aún puede ver la forma en que el mundo se partió a la mitad.

Es culpa. Él nunca tiene culpa. Pero aquí está, fresca y lista y preparada solo para él. Culpa y...

y...

y algo más.

Bunnymund sabe qué es.

Bunnymund no lo dirá porque es Bunnymund. Pero Jack es Jack, y Jack lo necesita. Jack necesita que él sea alguien más que sí mismo. Jack necesita...

Bunny se gira sobre su costado, y se duerme al son de una rasgadura.


Su nombre es Aster Bunnymund, y ha decidido luchar.

El Duende de los tréboles vino por su recompensa, su contrato. Y mientas Jack se mueve para ir con él, ignorando los gritos de Tooth, el labio tembloroso de Meme, las propias admisiones en silencio de Norte de culpa, él solo puede darse cuenta de cuando su brazo es sujetado y apartado hacia atrás. Es lanzado atrás de la criatura peluda y bloqueado de la vista.

"Oye. Enano. ¿Tienes algún problema aquí?"

Jack se asoma alrededor del Conejo a su carcelero, quien se ha puesto rojo en el rostro. "¡Aster! Qué significa esto."

"Nuestro trato. Se acabó."

"No he recibido mi premio-"

"Y no lo tendrás. No de él, de cualquier manera."

"Hiciste un trato."

"Hace mucho tiempo."

"Los tratos aún así se mantienen."

"También los intercambios."

"Yo no hago intercambios, Conejo." Se mueve para sujetar a Jack, pero Bunnymund se mueve de nuevo, caminando hacia un lado para bloquearlo. Sus bumeranes están afuera cuando las manos se vuelven a estirar, y el más pequeño en la habitación brinca hacia atrás. "¡Cómo te atreves!" Los bumeranes comienzan a girar. "Tú... tú lucharías contra mí."

"Haría mucho más que eso, amigo." Jack se sujeta de Bunny, sus dedos aprietan el pelaje. Bunny se estira hacia atrás y le pellizca el codo, con gentileza. Respira. "¿Quieres hacer un trato? Haz otro trato. Conmigo-"

"Lo quiero a él."

"Él es un asno. Un joven asno. No vas a sacar ni una pizca de magia de él."

"Lo vi luchar contra Pitch."

"Lo viste usar cosas que no puede controlar."

Jack interrumpió, "¡Tiene razón! ¡No puedo!" Y Bunny le pegó en la cabeza.

"Soy estable. Mi magia es antigua. Quieres obtener tu recompensa. Obtenla conmigo."

"Bunny..." Susurra Jack contra su espalda. "No." Otro pellizco.

El Duende lo piensa. Piensa. Lo piensa más. Entonces asiente. "Bien. Un trato, entonces. Dame algo que no pueda rechazar. Entonces hablaremos."

Aster y él se marchan a la cocina y cierran las puertas. Los yetis se mueven y aprietan sus orejas contra ellas ante la solicitud de un Norte nervioso, pero regresan con nada. Muy silencioso. Muy poco. Nada, señor. Nada en lo absoluto.

"¿Qué tal si no puede hacerlo?" pregunta Jack, sujetando su cayado como una manta de seguridad. "¿Qué tal si... qué tal si no puede-"

"Bunny puede hacer lo que sea, Jack," dice Norte. "Aprende eso ahora. Recuérdalo por siempre. La pregunta no es si no pueda. Es qué tal si puede."

Puede, por supuesto. Su nombre es Bunny y tiene un cachorro que proteger. Y un conejo siempre protege a los suyos.


Su nombre es Bunnymund, y ha entregado dos años de Pascua.

"Puede que me haga pequeño," dijo, gruñendo desde su sitio en el marco de la puerta. El duende había huido en el momento en que las puertas de madera se habían abierto y nadie se había preocupado por ir detrás de él. "Puede que me canse, y me haga anciano. Pero nadie de ustedes tiene derecho a burlarse."

"Nunca," promete Norte, sujetando su hombro. "No haremos pequeño a héroe."

Tooth sonríe "hiciste algo bueno" le susurra en la oreja, y besa su mejilla. Él asiente y sonríe. Toma su mano por un momento muy largo, pero a ella no le importa.

Meme promete que ayudará de todas las formas que pueda, y Bunny está agradecido.

Jack...

Él le da a Jack el contrato antes de que el duende pueda decir nada. Su nombre aún está en él, aún firmado con una confianza que Bunny puede recordar haber sentido. Puede verlo por las curvas de su firma y su interior se aprieta. "Destrúyelo. Quémalo. No me importa. Es tuyo ahora. Tu vida es tuya. Eso es algo precioso que debes saber, Frostbite. Así que úsalo bien."

"Bunny, no puedes hacer esto. Yo no lo-"

"No. Jack, no lo hagas."

Así que Jack no lo hace.

Dos golpes de su pie, y el conejo desaparece.


Su nombre es E. Aster Bunnymund, y no tiene más opción que confrontar al niño cuando dicho niño repentinamente está en su guarida.

"Gracias..." dice Jack, acomodándose al lado de Bunny. El muchacho se comporta tímido y calmado, nada parecido a su forma usual de ser, llenado con la atención y alegría del invierno y cualquier otra cosa que haga que su estúpido motor siga funcionando. Bunny levanta la mirada.

"Está bien. Cualquiera lo hubiera hecho."

"No, no lo habrían hecho." Jack presiona su frente contra el costado de Aster, y el movimiento es tan exclusivo de los conejos que se tuvo que preguntar cuántas veces ha hecho eso con el muchacho como para que él entendiera. "Gracias. No quería marcharme."

"Lo sé."

"Quiero quedarme. Con Norte y Tooth y Meme."

"Lo sé."

"Y contigo."

Aster se permitió acercar un poco más al muchacho, colocando su brazo por encima de los fríos hombros y reduciendo la distancia. "No ibas a ir a ningún lado, Frostbite. Estás conmigo, ¿lo escuchas?"

"... entregaste la Pascua."

"Entregué dos Pascuas. Eso es todo. El maldito bastardo quería una, pero si hubiera dicho que sí, habrías sido suyo por tres meses del año." La respiración de Jack se agitó. "No ibas a ir a ninguna parte, Jack. Aún no lo harás. Estás atrapado."

(Tú lo vales, no lo dice.

Pero espera que Jack pueda escucharlo de cualquier manera.)

Jack podría haberlo hecho. Jack lo hace. Y su voz se escucha ahogada bajo el pelaje. "¿Lo prometes?"

"Lo prometo."

No hay una mano que apretar cuando pequeños brazos rodean su torso. Nadie de quién burlarse o escuchar cuando la tosca criatura de la Primavera devuelve el abrazo con una mejilla recostándose sobre la cabeza del invierno. Mío, mío, mío, mío, mío, en eso se traduce todo.

"Te quedarás aquí," (mío). "Te quedarás con nosotros," (mío). "Si quieres, incluso te dejaré tener una de las habitaciones para huéspedes," (mío). "La pintaremos este fin de semana. ¿Qué tal suena eso?" (mío mío mío).

(mi muchacho)

(mi pequeño)

(mi cría)

Jack asiente, y Bunnymund puede sentirlo, haciéndole cosquillas en su costado. "... Perfecto."

Él es nuestro niño, dijo Tooth, escupiendo y enojada. Él es tu niño. Y había sido tan sencillo girar su cabeza y reír. Movió su mejilla sobre la cabeza de Jack otra vez.

"Perfecto," dice el conejo.


Su nombre es E. Aster Bunnymund, y accidentalmente ha reclamado a su primer, y único, hijo.