Notas:¡Noki llego! para traerles la continuación, ¡Jah! ya creían que no lo seguiríamos... en fin
Les dejo con el cap, ya que no tengo nada que decir.
Azul...
Capítulo 5: La caída del cielo directo al infierno.
La Winter Cup estaba más cerca de lo que pensaban, Aomine de por si estaba aburrido de esperar a todos esos lentos como Kuroko o Midorima.
Partidos de práctica con otros equipos, no le llamaban la atención, así que simplemente faltaba a aquellos. Quedándose como siempre en aquella azotea, para dormir, tomar el aire, y mirar el cielo. Claro que en las últimas fechas no habían salido nada bien aquellos momentos, porque aquel rubio que había estado molestando sus pensamientos desde que le había ganado, se aparecía más continuo.
Algo no andaba bien con su cabeza, eso podía estar seguro. ¿Qué era aquello que le estaba pasando? ¿Qué significaba esto? Se preguntaba, pero cada vez que lo hacia se complicaba mucho más, así que simplemente lo dejaba todo a un lado intentando olvidarlo.
¿Esto había pasado alguna vez antes? …pensó en sus años de Teiko, sí, tal vez aquello de estar tan metido con alguien, le había pasado, pensó… buscando respuestas, entre recuerdos.
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― ¿Cómo vamos a correr así...? Aominecchi, todos están emparejados…― dijo nervioso, el rubio, que miraba a su compañero desde arriba.
― Nosotros también estamos emparejados, ¿qué no somos dos? ― Mientras Aomine estaba agachado amarrando su pie derecho junto al pie izquierdo de Kise. ― Deja de quejarte, yo quería ir con Tetsu…
― ¡Yo también quería ir con Kurokocchi! ― grito desafiante el de los ojos ámbar.
― Ya… entendí tu disgusto de ir conmigo…― dijo con una esencia de molestia, y es que Aomine si quería ir con Kuroko, pero, que de alguna forma le hubiera tocado con Kise no era de su molestia, así que pensaba disfrutar el momento, una carrera de tres piernas era mejor pasarla con alguien rápido, y quien mejor Kise que podía copiar su velocidad.
― No... Yo no dije eso... ―susurro el rubio, de alguna manera tratando de hacer sentir mejor al moreno.
― Ya da igual... ¡estamos junto en esto! somos un equipo y ganaremos... ―Le respondió sonriente al joven modelo, debían ganar, eran los más rápidos, su compañero era un hombre, no una chica que le haría retrasarse. Si, estaba feliz después de todo que su compañero fuera Kise, de hecho miraba cada vez que podía el rostro del chico.
Pestañas largas, era lo que más llamaba la atención de Aomine, esas pestañas que hacían ver los ojos de Kise tan finos como los de una mujer. Piel blanca, y aunque tenía un cuerpo muy bien formado por el deporte, no era algo del cual quitar la vista.
Aomine no paraba ni un segundo de pensar en cada parte de Kise, ya estaban atados solo faltaba esperar a que la carrera empezara, y ese tiempo Aomine lo usaba para disfrutar cada centímetro de su compañero.
Cuando pensó en esos hilos amarillos que estaban en la cabeza de Kise, esa cabellera, seguro como era este, estaba bien cuidada, llena de cremas para el cabello y cosas de chicas.
― Seguro es suave... ―pensó, pero claro sin darse cuenta que se le había escapado de la boca, llamando la atención de Kise, haciendo que le mirara confundido. Aomine no disimulo su estado de hipnotismo, ya que no se había dado cuenta que su cuerpo se movía sin pensar. Su mano alzada había llegado al pelo del modelo y metía su mano por los finos cabellos dorados enredando sus dedos en estos. ― Muy... suaves.
― ¿¡A-Aominecchi!? ― soltó de golpe el rubio, sorprendido y sonrojado.
― ¿Qué pasa? ― no entendía del todo el sonrojo de Kise, así que le miraba incrédulo, hasta que volvió al mundo real, las demás parejas de la carrera les miraban y susurraban, otros molestaban con comentarios, y otros con algo de asco, pues Aomine parecía un dulce novio acariciando la cabeza de su pareja. El rostro del moreno también se torno roja, con fuerza y quito su mano, nervioso, era raro, que su mente cayera en un estado de otro mundo, en donde sólo estaba pensando en Kise. ― ¡Ah! ... N-No... ―No sabía cómo excusarse, ni que decir, por suerte no hubo necesidad, ya que el anuncio de que comenzaba la carrera había llevado a las parejas a olvidarse de ellos y ponerse en posición de empezar.
― Me explicas qué era eso. ― Pidió Kise mientras se movían también para ponerse en posición.
― ¡Na-Nada! No preguntes bobo... ¡Ah! Va a empezar, prepárate para correr, destrozaremos a todos.
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― ¡AOMINE! ― Grito uno de sus compañeros― ¡Quieres concentrarte! ya me aburre tener que decirte a cada segundo que prestes atención. ―Ese tipo sí que era molesto ¿Cómo se llamaba? Wakamatsu, así parece, pero siempre le gritaba a Aomine y eso no es como si le molestara, ya que simplemente le ignoraba, pero si en esos momentos no le hizo gracia.
― Voy a salir... ―dijo no como pidiendo un permiso, más bien diciendo como "no se desesperen, vuelvo al rato. Sé que me necesitan"
― Sé que faltan unas horas, el partido es al medio día, pero no llegues tarde ―Menciono el entrenador, mientras jugueteaba con un mechón de su cabello. ―Tendremos problemas si no llegas.
― Lo tengo claro... estarán perdidos ―Sonrió burlesco Aomine, le gustaba ser importante y que dependieran de él, así podía hacer lo que quisiera.
Después de aquello, se encontró con sus antiguos compañeros. Midorima, Murasakibara y claro Kise, tras estos llego el pequeño de 'Tetsu' y al último Akashi.
Estaba aburrido, y había salido para nada. Todos habían hecho caso a Akashi en cuanto le había llamado, pero él solo había venido para decir unas cuantas palabras, dárselas de psicópata masoquista en contra de Kagami, que fue gracioso por cierto, y luego ponerse en profesión de peluquero.
La reunión de ex miembros de Teiko termino tan rápido que ya no supo que más hacer. El hecho que Akashi les había llamado para perder tiempo le puso de malas.
Miró como sus compañeros se iban, ignoro a Kuroko y Kagami, pues ya los vería más tarde. Midorima se fue después de que un chico ruidoso y cara de estúpido viniera por él. Murasakibara se fue a paso lento y aburrido, aunque por el camino equivocado, seguro se perdería.
Ya esta, se quedaron dos en ese lugar, claro que Aomine pensaba en largarse pronto. Voltio su mirada hacia Kise quien miraba su celular sin decir nada ¿Acaso le estaba ignorando? ¿Cuándo hacia eso él? ¡Jah! era obvio que no podía evitar ignorarle, pues el rubio dio algunas miradas al moreno. Victorioso pensó en hablar un rato con él, no le interesaba volver para calentar, no tenía sentido tanto esfuerzo por el partido que se aproximaba.
― Ki... ―Quiso llamarle pero un grito le ahogo su llamado totalmente.
― ¡Ryouta-kun! ― Una chica muy linda venia corriendo donde estaba el rubio. ― Que alivio que logre llegar... ―Suspiro cansada, pero sonreía muy feliz.
Aomine no se alejo, pero tampoco se movió, no dijo nada. ¿Quién era esa chica? él conocía las hermanas de Kise, y no era ninguna de ellas, entonces ¿Quién era?
No tardo mucho en saber quién podía ser, ya que el mismo Kise se lo había demostrado. La chica le abrazo por el cuello y el más alto por seguirle el juego se inclino y le dio un rápido beso. No era la primera novia que el moreno le veía al rubio, pero muchas veces que Aomine estaba cerca, él evitaba algún contacto de novio con su pareja, pero en ese momento, Kise parecía hacerlo apropósito ¿o sólo era paranoia de Aomine?
Un extraño enojo broto dentro de Aomine, se giro para irse, ahora sí que aplastaría a Seirin, ahora que estaba nuevamente enrabiado.
Caminó unos cuantos pasos, pero se volvió a detener y miró hacia atrás. Kise que había hecho lo mismo, darse la vuelta y caminar para irse seguro donde su equipo, junto a lo que Aomine podía decir que era su "novia".
Le miro, unos minutos, mientras veía como se alejaba. La chica hablaba, aunque Kise simplemente daba sonrisas bobas, como si disimulara ser un buen novio. La chica tenía un lindo sonrojo en las mejillas, un cabello hermoso y cuidado, era pequeña, era linda, era bonita para ojos de cualquier idiota.
Esa chica... ― ¿¡QUIÉN MIERDA ERA ESA CHICA!? ― Gritó la mente de Aomine, mientras se mordía el labio. Tal vez el moreno tenía mal carácter, pero la violencia no era algo que no pudiera controlar.
Pero...
Sí... en ese momento quería golpear a esa mujer ¿a una mujer? ¿Por qué? no esperaría respuesta, no en ese momento, no quería saber porque estaba tan furioso de ver una chica al lado de Kise, verla feliz... no quería saber, no, ¡NO! Ahora solo debía pensar en destrozar el espíritu de Seirin, las fuerzas de Kagami y las esperanzas de Tetsu... sólo eso.
Los destrozaría.
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Primero fue el equipo de Seirin quien salió a la cancha, después de esto salió el equipo de Too, el publico grito, era claro que venían a verlos a ellos, Aomine aun así no mostraba entusiasmo alguno, se había concentrado todo el tiempo que le quedaba en olvidar su rabia contra la intrusa.
Se juntaron en su banca, y hablaban y hablaban, pero no presto atención a nada, no, ya nada más le quitaba la atención ese día.
Estaban por alinearse cuando Kagami apareció frente a él, y noto el cambio, no era la misma chispita de luz que había aplastado en la inter high. Kagami se veía más fuerte, más maduro, algo bueno en aquel día al menos, Aomine tal vez podría dar algo más que el treinta por ciento, tal vez hasta el cincuenta por ciento.
― Esta vez no perderemos ― Miro fijamente a Aomine, una pequeña sombra al lado de Kagami.
― Muy bien... ―Se estaba empezando a animar, porque hasta sonreía, o solo tal vez lo decía para destrozar con mayor fuerza de lo que tenía planeado.
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Comenzó, el balón iba hacia Seirin, todos corrían, iban a darlo todo desde el principio, pero no basto un simple descuido y Aomine corría en marcha a la canasta, cuando iba llegando ya era tarde, un pase de Sakurai iba dirigido a él y directamente como quería una alley-oop, que hizo gritar al público.
Aun así el partido siguió, sin parecer asustados, los de Seirin confiaron en su pequeño compañero y allí estaba un encuentro, Kuroko a punto de dar un pase, y Aomine que sabia como atajarlos. Pero no fue así y ese fue el primer shock en aquel partido. Aomine no pudo parar aquel pase que su pequeño ex compañero le había propinado muchas veces en el pasado.
Se quedo mirando un momento su mano, mientras parte de sus memorias fluían.
[― ¡Aominecchi! deja de tomar todos los pases de Kurokocchi, yo también quiero recibirlos...
― Claro que no, que si te dejo tomar sus pases, después te aferraras a ellos... no quiero eso... ¡jah! acuérdate bien de eso Kise... los pases de Tetsu son míos, y hasta que no puedas copiarme como se debe, no puedes tenerlos. Primero llega a mí]
Miró hacia un lado, donde creía haber escuchado la voz de dos jóvenes disfrutando de un partido, pero nadie estaba allí, solo la imaginación del moreno que le estaba haciendo jugadas.
¡Reacciona! ― Grito su mente, se estaba desviando y allí sí que no debía hacerlo.
― Ahora si podrás divertirme Tetsu... ―sonriente pero con malicia en el rostro, respondió después de volver al mundo en cual se encontraba.
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Segundo cuarto, esto había empezado más extraño de lo que creían, Aomine vs Kuroko, seguro todos estaban sorprendidos. El súper Drible de Kuroko se abalanzo contra Aomine, todos cantaban victoria, pero el moreno ya lo sabía todo.
La crueldad de Aomine ante su ex compañero se expreso con intensidad en el segundo cuarto, destrozando sus esperanzas y sus grandes esfuerzos. Fue cruel, aplastándolo hasta el grado que lo sacaran del juego, y hasta hacerlo llorar. Aomine si que había cambiado mucho, Tetsu era un amigo importante para él en el pasado, pero ¿ahora?
Kagami quien era la nueva luz de la pequeña sombra, no se quedo tranquilo ante aquello. Lo que había hecho Aomine era una señal de guerra y Kagami iba dispuesto a esta, para bajar a Aomine de su gran pedestal.
El tiempo paso rápido, Kagami demostraba mucho, pero aún no era suficiente para Aomine, aún así para el final del cuarto, Aomine se largo con una sonrisa maliciosa en el rostro, estaba entretenido.
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Tiró sin forma por la derecha, luego uno de espalda y luego otro casi paralelo al suelo, en esos diez minutos debía entretenerse. Cuando se aburrió de tirar y clavarla sólo miro a su alrededor, iba a volver pues seguro diez minutos ya habían pasado, hasta que vio a esa mujer de antes, correr por afuera.
¿Qué hacia esa mujer allí? que extraño... pensó que estaría entre el público, desde un lugar en que pudiera ver a Kise, para gritarle como perra en celo. Decidió seguirle, esa mujer le desagradaba, pero seguro porque era de esas tipas que iban detrás de un chico con cara bonita como Kise, esas eran las mujeres que más odiaba, arrastradas y que seguro se aprovechaban en el momento de debilidad.
Se escondió detrás de un muro y le miro, la chica maldita, si ¿y qué? le había agarrado un desprecio en tan solo segundos y no es como si tuviera un buen par de pechos grandes, así que mas desprecio le tenía a la pobre chica.
No podía escuchar bien lo que decía esa mujer, pero estaba hablando con alguien, así eran unos tipos cuando Aomine se asomo un poco más para ver, los pudo divisar. La bruja esa se reía, pero aun no entendía de que hablaban, aunque si logro escuchar el "Kise Ryouta". Hablaban del modelito con cara de niña, y eso le desagrado bastante a Aomine, sabía que la tipa esta era de las arrastradas, lo sabía.
Estaba a punto de lograr escuchar algo más bueno, para entender, pero uno de los parlantes sonó anunciando que empezaría el segundo tiempo. La campana había sonado para Aomine, su receso termino y tuvo que irse del lugar, no importaba de todos modos, Kise era el idiota por buscar tipas arrastradas.
― No te vayan a lastimar idiota... ― Susurro mientras corría de vuelta al camerino de Too.
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El tercer cuarto paso a gran velocidad, aunque para los que estaban dentro de la cancha, no fue así. Kuroko había demostrado una técnica nueva, dejo a varios boquiabiertos, y es que ese chiquillo realmente era todo un mago.
Se sentía cansado, pero más emocionado que nunca, Aomine realmente estaba disfrutando uno de los mejores partidos de su vida. Sintiendo la fuerza desbordar por su cuerpo, esta vez podría hasta pasar su cien por ciento en la cancha. Así fue hasta llegar al final.
Ultimo asalto, Sonriendo volvió a tomar el balón en busca de la victoria, probablemente lo notaron, Kuroko, Momoi y Kagami le miraban sorprendidos, pero eso no le importaba en absoluto, ahora solo importaba ganar. Y se estaba preparando para dar el golpe de gracia.
El mundo se volvió lento, Aomine suspiraba en momentos que daba pasos, miraba alrededor como si todo lo que viera pasara en cámara lenta, aunque no era que todos pasaran lento, era que él pasaba mucho más rápido, dejando a todos atrás.
El demonio había abierto la puerta la famosa "zona" era el estado en que Aomine había llegado con tal grado de juego. Y aunque fue una suprema fuerza la que demostró, su poder empujo a otro demonio dentro de ese lugar.
Kagami le había seguido y empezaba a mostrarse con las mismas capacidades de Aomine, limite a límite cada uno, nadie más podía jugar cuando tenían el balón, moverse para los demás era totalmente inútil.
La guerra se desato, correr, bloquear, saltar... hacían de todo menos anotar, ni Kagami, ni Aomine podía lograrlo, pero nadie parecía querer que lo hicieran, todo impresionados y tan hipnotizados por tal fuerte partido... hasta que…
Aomine cayó al suelo ¡imposible! pero así era, un cuarto shock que comenzaba a tirarle del cielo en el cual se encontraba... había perdido en la batalla contra Kagami, no, no... Era imposible, él jamás perdería, jamás... nadie podía ganarle. Se levanto bestialmente y continúo.
― ¡Ganen Seirin! ― se escucho un grito, tras de estos otros más, pero ese grito fue importante, era de alguien que ponía todo su apoyo en Seirin. Aomine lo sabía, ese grito venia de Kise, lo tenía más que claro. Él apoyaba al otro equipo... bueno ¿Quién apoyaría a alguien que le gano? quería ver el rostro del rubio apoyando a Seirin, pero no lo hizo, no le miro, le ignoro, o al menos trato de hacerlo.
La batallas se llevo al límite, estaban noventa y nueve contra cien, y un grito de Kuroko hacia Kagami mientras lanzaba el balón hacia donde estaba este y Aomine a su lado, un balón en medio de ambos ¡era el final! Aomine salto para lograr atrapar el balón, pero solo en el aire se dio cuenta que esos pases ya no era suyos, si no, de Kagami, quien había alcanzado el balón y en un último ataque y defensa, terminó. Kagami con el apoyo de todos había logrado clavarla definiendo el fin. La victoria era de Seirin.
El shock más grande de su vida, que apenas podía moverse, había quedado parado bajo la canasta, sin saber qué hacer, no lo creía posible...
― Perdí... ―Susurro audiblemente, en un tono que no podía creerlo, pensó que su mundo se derrumbaría, jamás había llegado a esa situación, ¿Dónde estaba? seguro que no era el mundo real, tan solo una pesadilla... hasta tenia deseos de gritar, posiblemente de llorar.
Kuroko que había quedado exhausto fue ayudado por Kagami para que pudieran alinearse y despedirse. Aomine les miraba atento, jamás había visto que su pequeño amigo se sintiera tan cómodo y feliz. Tetsu había ganado, pero casi se hacía pedazos por lograrlo. Y Aomine pensaba lo mucho que lo menosprecio, tanto a él como a Kagami.
Se alinearon y hasta Kagami le dio sus palabras de apoyo, y Kuroko le invito a hacer las paces, como perdonando todo lo que Aomine había hecho. Sellando el final de aquello, chocaron los puños, como en aquellos años de Teiko.
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Después de aquel terrible día, Aomine había vuelto a su casa. Ignoro que los de tercer año dejaban el equipo, así que se salto su discurso de despedida, Momoi cuando le encontró, curiosamente Aomine le había pedido salir de compras algún otro día, que claro la chica acepto rápido con sus condiciones y ya después se devolvió a su hogar.
Llegaba agotado, como si le hubieran golpeado con palos, seguro por el exceso que cometió con su cuerpo. Era tarde y oscuro así que decidió tomar un baño de agua helada e irse directo a la cama.
Pero aquella noche fue el infierno más grande de su vida, cada vez que intentaba cerrar sus ojos las imágenes de su derrota estaban más que presentes. No podía dormir, se removía en su cama, se levantaba, pero hasta tenia nauseas que le hacían volver a la cama. Intento tras intento de dormir sin logro. Odiaba sentirse así, se agarro la cabeza con sus manos y se tironeaba sus cortos cabellos.
El rato pasaba... y cada vez se sentía más cansado y aún así no lograba dormir... quería acabar con todo, era solo una derrota... pero para Aomine era arder en el infierno.
Se arrastro por su cama hasta coger con su mano el celular del velador, lo abrió y comenzó a ver si podía llamar a alguien ¿a las 4:00 am? Nadie le contestaría... pero necesitaba hacer algo...
4:17 am: Para Kise
[No puedo dormir... ¿Qué puedo hacer?]
4:19 am: Para Kise
[No me malentiendas, solo estoy aburrido]
4:22 am: Para Kise
[Perdí... se siente de una manera terrible... hasta quiero vomitar]
4:23 am: Para Kise
[Lo siento...]
Tras el último mensaje que envió... Intento dormir sin mucho logro, pero al menos sentía que alguien le escuchaba, con solo haber enviado esos mensajes, pudo sentir alivio en su tortura y al menos cerrar los ojos y salir del infierno... Pero este no terminaría allí, había caído de lo más alto, nadie podría recogerle esta vez, porque estaba solo como siempre había querido. Solo con él mismo.
Notas Finales: si llegaste... gracias por leer, seguiremos cumpliendo ;D
