Disclaimer: Los personajes no me pertenecen a mi, son de la maravillosa J.K. Rowling. La trama y los personajes que no conozcan son mios.

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas-


Dos semanas después las vacaciones de pascua habían llegado a su fin y los chicos debían volver a Hogwarts. Hermione llevo a Rose y Ginny a Albus y James. Harry no había podido acompañarlos por compromisos de trabajo, como Jefe del Departamento de Aurores tenía muchas responsabilidades. Tomaron el Autobús Noctambulo a medio día, ellos aceptaron encantados viajar de eso modo pues nunca lo habían hecho y les daba mucha curiosidad. En el camino los chicos platicaban animadamente mientras Ginny y Hermione intercambiaban susurros, todos estaban sentados en sillas alrededor de las ventanas.

-¿Y qué paso? ¿Ya estas tramitando la anulación de matrimonio?-le pregunto la pelirroja a la castaña que soltó un suspiro.

-En eso estoy Gin.

-¿Y el idiota lo sabe?

-Si

-¿Cómo lo tomo?

-Ya te imaginaras-la leona puso los ojos en blanco-monto una escena, me dijo que no me iba a dejar el camino libre para…-Hermione hizo una pausa mirando nerviosamente a su alrededor-tu sabes.

Ginny asintió, ella sabía de lo de Malfoy antes de que su despistado marido se diera cuenta de ello. Nunca le había reprochado nada a su amiga pues la actitud de su hermano también era condenable.

-Y… ¿El cómo lo tomo?-Ginny ya no se refería a su hermano y la castaña lo sabía.

-No hemos hablado-susurro de nuevo Hermione-ni siquiera nos hemos visto, acordamos que sería lo más prudente por un rato.

Ambas mujeres se callaron mirándose con aire cómplice, no era el mejor lugar del mundo para hablar pero la curiosidad innata de Ginny la había hecho preguntar.

El autobús freno bruscamente, tanto que hubieran salido volando si no hubieran tenido la precaución de agarrarse de lo que habían podido, James tenía la cara algo verde. Una niña de cabello castaño y piel canela subió al autobús con una gran sonrisa grabada en el rostro, iba seguida por su madre que miraba todo eso con curiosidad y algo de temor. La mujer tenía grandes ojos azules y cabello castaño similar al de su hija, se veía cansada. La niña le pago los once sickles a Stan y ayudo a su madre a sentarse. Hermione creyó reconocer algo en la mujer, algo en ella le era sumamente familiar pero no sabía que.

-¿Katherine?-pregunto y la aludida volteo hacia el fondo del autobús.

-¡Rose!-chillo la niña lanzándose a los brazos de su amiga. Stan aun subía las cosas de Katherine asi que el autobús no avanzaba-¡Albus! ¡James!

Los dos Potter fueron a saludar a la niña y se sentaron junto a ella cuando el autobús arranco. La madre de Katherine tenía un semblante asustado y mareado.

Varias personas bajaron y subieron en el trayecto a Hogwarts y cada parada era un respiro, cuando al fin llegaron todos respiraron aliviados.

-Cuídate mucho Kath-la madre de la niña le dio un beso en la frente a su pequeña-escríbeme.

-Claro mami.

Ginny le dio dos besos a sus hijos que rezongaron un poco y después de despedirse de su tía y de la madre de Katherine, que seguía platicando con su hija, James y Albus atravesaron la reja del castillo mientras Rose se despedía de su madre.

-Nos vemos en vacaciones cariño-le aparto el flequillo de la cara a su hija-cuídate y no te metas en muchos problemas.

La abrazo por unos segundos y después la dejo ir, la niña tuvo menos problemas con su baúl dado que no llevaba muchas cosas. Desapareció junto con sus primos y Katherine. Elizabeth despidió a su hija con un gesto y cuando se iba se topó con unos familiares ojos chocolate.

-¿Hermione Granger?-pregunto.

-¿Si?-la leona aun no recordaba de donde la conocía.

-¿No te acuerdas de mí? Soy Elizabeth, íbamos juntas en el colegio-el entendimiento llego a Hermione, recordó a su amiga de la niñez y la abrazo.

-Que gusto me da verte Lizzie-se volvió hacia la pelirroja-Ginny ella es Lizzie, Lizzie ella es Ginny-presento a ambas mujeres que se saludaron cordialmente.

-Un gusto, lo siento chicas debo dejarlas, tengo una reunión con una jugadora de los Chudley Cannons en las Tres Escobas-le dio un beso en la mejilla a su amiga y se fue de ahí.

-¿Quieres ir por una cerveza de mantequilla?-le propuso Hermione.

-¿Te molestaría si fuera un te? Aun no me acostumbro a esto-sonrió algo apenada.

-No, claro que no-rio Hermione.

Media hora después estaban en casa de Hermione disfrutando de una rica taza de té. Se contaron todo lo que había pasado en sus vidas desde que se dejaron de ver, Katherine se había casado pero su marido, Jonathan, había muerto en servicio. Había sido militar. Hermione también le conto más o menos lo que su vida había sido. Elizabeth estaba impresionada.

-Tu vida ha sido muy interesante-dijo entre risitas-¿Asi que…?-Elizabeth dejo la frase a la mitad pues su rostro se deformo de dolor y soltó la taza, la porcelana salto por todos lados.

-¿Elizabeth? ¿Qué tienes?-la voz de Hermione sonó preocupada, su amiga se agarraba la cabeza como si sufriera dolores terribles, en realidad asi era-¿Llamo a un doctor? ¿Qué hago? ¡Oh por Merlín!

-No, ya se me está pasando-torció el gesto una vez más y respiro profundamente, tenía lágrimas en los ojos.

-¿Segura?

-Sí, no te preocupes-Elizabeth trato de sonreír.

-¿Cómo quieres que no me preocupe? Esto no es normal Elizabeth-la castaña tenía el ceño fruncido de preocupación-¿Ya viste a un doctor?

-Sí-musito Lizzie.

-¿Y? ¿Qué dice?

Elizabeth miro a su amiga de infancia con los ojos repletos de lágrimas.

-Tengo cáncer Hermione, me voy a morir.


Hermione recorría los pasillos de San Mungo con desesperación, necesitaba encontrarlo, necesitaba que él le dijera que todo iba a estar bien.

Lo hallo en el tercer piso, atendiendo a un pequeño al cual que vomitaba incontrolablemente un sinfín de artículos. El rubio le sonrió un poco confundido pero cuando la observo detenidamente se percató de que algo no iba bien. Llamo a otra sanadora para que atendiera al pequeño y discretamente se llevó a Hermione a un lugar donde tenían almacenadas pociones.

-¿Qué pasa?-ella sollozo y lo abrazó como si su vida dependiera de ello, Draco la rodeo con sus brazos y espero hasta que ella se calmara, pacientemente.- ¿Qué paso leona? Me estas asustando.

-Ella… Draco, esto es horrible-Hermione no sabía ni como decirle al rubio lo que pasaba.

-¿Rose está bien?-la castaña asintió- ¿Es Ginny?-Hermione negó, Draco no entendía nada. La castaña recupero un poco el control de su persona y le contó a Draco todo lo que Elizabeth le había contado. El rubio escucho atentamente y en silencio, cuando la Gryffindor termino Draco eligió cuidadosamente sus palabras antes de hablar.

-Yo no conozco mucho de medicina muggle pero si ella te ha dicho que el doctor le dijo que ya no había esperanza es porque asi es.

-¿No hay nada que se pueda hacer aquí por ella? Ya sé que no es una enfermedad mágica pero…

Draco comprendió su desesperación, no era fácil ver morir a alguien a quien quieres.

-Lo siento pero no-Hermione lo miro con los ojos inundados de lágrimas y volvió a llorar recargada en su pecho.

-No es justo Draco-hipo-ella tiene una hija, de la edad de Rose y Scorpius, va con ellos a Hogwarts.

-¿Elizabeth es la madre de Katherine?-Scorpius le había hablado de su amiga y se notaba que su hijo la quería mucho.

-Sí, me imagino que Scor te hablo de ella-musito Hermione antes de soltar unas cuantas lagrimas más.

-Lo siento mucho Hermione-la abrazo con fuerza, quería protegerla, quería evitar que ella sufriera y, como siempre, todo estaba fuera de sus manos. La Gryffindor sorbió la nariz y se limpió las lágrimas.

-No te preocupes, lamento haber venido a quitarte el tiempo-no lo miro a los ojos.

El rubio tomo el rostro de Hermione entre sus manos y la miro con intensidad a los ojos.

-Escúchame bien Hermione Jean Granger-su voz era suave pero firme a la vez-tu eres más importante en este momento, siempre lo has sido. Tú, mi hijo y mi madre son lo único que me importa ¿Me entiendes? Todo lo que te rodea, toda la gente a la que amas también me importan a mí porque son importantes para ti.

Ella asintió y lo abrazo, necesitaba estar cerca de él.

-Gracias Draco-el rubio la beso en la coronilla.

-No agradezcas, siempre estaré para ti-ella lo miro a los ojos y lo beso suavemente en los labios, fue un beso casto y corto pero no por eso menos mágico-mi turno termina en diez minutos ¿Quieres ir a tomar algo?

-¿Te molestaría si vamos a mi casa? No tengo ganas de ver gente-se explicó ella.

-No me molesta-contesto el con una sonrisa gentil-pero ¿No habrá problema? Hugo…

-Hugo se fue unos días con su padre-espeto Hermione en un suspiro, Ronald estaba poniendo todo su empeño en poner a su pequeño hijo en contra de su madre. El rubio percibió su tono y acaricio la mejilla de Hermione con su pulgar logrando que ella se ruborizara levemente.

-De acuerdo, nos vemos en el parque en quince minutos-le robo un beso rápido y salió de ahí. Hermione sonrió como tonta, el la hacía sentir mejor, los problemas no desaparecían pero al menos se sentía apoyada.

Hermione se había quedado dormida sobre el pecho de Draco después de que él le diera a beber un té. La miro mientras dormía, aun tenia lágrimas en sus mejillas, recordó la primera vez que la hizo sentir mal…

Draco no era muy bueno para el Quidditch, lo sabía pero su padre había comprado su lugar en el equipo y por nada del mundo se atrevía a contradecirlo. Cuando Draco era un niño su padre le aterraba, él siempre era tan violento con su madre y con el pequeño que simplemente hacia lo que Lucius le ordenaba. Tardo algún tiempo en darse cuenta que la violencia de su padre solo era una máscara para ocultar su mediocridad. Recuerda perfectamente el día que lo presentaron como el nuevo buscador de Slytherin.

A Flint le encantaba retar a Wood, era tan estúpido.

Hay bastante sitio para todos, Wood-espeto burlón el imbécil de Flint y Draco contuvo un bufido.

Todos los Slytherin miraban con burla al capitán de Gryffindor que parecía alterado.

¡Pero yo he reservado el campo! —dijo Wood, escupiendo la rabia—. ¡Lo he reservado!

¡Ah! —Dijo Flint—, pero nosotros traemos una hoja firmada por el profesor Snape.

«Yo, el profesor S. Snape, concedo permiso al equipo de Slytherin para entrenar hoy en el campo de Quidditch debido a su necesidad de dar entrenamiento al nuevo buscador.»

¿Tenéis un buscador nuevo? —preguntó Wood, sonaba preocupado—. ¿Quién es?

Draco estaba detrás de sus compañeros, Flint asi lo había querido pues según él quería deleitarse con la reacción de Wood.

¿No eres tú el hijo de Lucius Malfoy? —preguntó un pelirrojo Weasley mirando al rubio con desdén.

Es curioso que menciones al padre de Malfoy —espeto Flint y todas las serpientes sonrieron con anticipación—. Déjame que te enseñe el generoso regalo que ha hecho al equipo de Slytherin.

Presumieron las relucientes Nimbus 2001 y Malfoy se sintió un poco asqueado por ello, odiaba la expresión estúpida de sus compañeros.

Ultimísimo modelo. Salió el mes pasado —dijo Flint con un ademán de desprecio, quitando una mota de polvo del extremo de la suya—. Creo que deja muy atrás la vieja serie 2.000. En cuanto a las viejas Barredoras —sonrió mirando desdeñosamente a Fred y George, que sujetaban sendas Barredora 5—, mejor que las utilicéis para borrar la pizarra.

Humillar a los demás parecía un requisito de los Slytherin. Los jugadores de Gryffindor se quedaron callados y Draco obtuvo una pequeña satisfacción por ello, amaba estar por encima de Potter. Sonrió ampliamente.

Mirad —dijo Flint—. Invaden el campo.

Draco casi deja de sonreír al ver a Granger y al tonto de Weasley acercarse, eso no iba a ser bueno.

¿Qué ha ocurrido? —Preguntó Ron a Harry—. ¿Por qué no juegan? ¿Y qué está haciendo ése aquí?

Draco se sintió irritado por el tono de la comadreja.

Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley —dijo él y agrego—Estamos admirando las escobas que mi padre ha comprado para todo el equipo.

Observar como Weasley observaba maravillado las escobas lo hizo sonreír arrogante.

Son buenas, ¿eh? —Pregunto con sorna—. Pero quizás el equipo de Gryffindor pueda conseguir oro y comprar también escobas nuevas. Podríais subastar las Barredora 5. Cualquier museo pujaría por ellas.

El equipo de Slytherin estalló de risa.

Pero en el equipo de Gryffindor nadie ha tenido que comprar su acceso-inquirió Hermione—. Todos entraron por su valía.

Draco borro su sonrisa, le reventaba que la castaña lo retara y más para defender a Potter y a Weasley, por eso mismo no midió sus palabras a la hora de hablar.

Nadie ha pedido tu opinión, asquerosa sangre sucia —espetó él.

Cuando el rubio dijo eso Flint se puso delante de el porque los gemelos Weasley lo miraban con odio, como si quisieran arrancarle la cabeza. Flint tenía órdenes expresas de cuidar al principito Malfoy. Lo siguiente fue gritos y Ron amenazándolo con su varita, Draco no pudo evitar reírse cuando el pelirrojo le lanzo un hechizo pero este salió mal y Weasley empezó a vomitar babosas.

¡Ron! ¡Ron! ¿Estás bien? —chillo la castaña y Draco no pudo evitar sentirse furioso por alguna razón desconocida pero guardo la furia para después, ver a la comadreja vomitando cosas asquerosas era de lo más divertido que hubiera visto jamás, literalmente se revolcó en el suelo de risa.

Más tarde, cuando todo paso y la mayoría de sus compañeros de casa lo felicitaron por su comportamiento digno de un Slytherin, Draco se retiró a su cuarto. Sus compañeros de alcoba no estaban asi que se pudo tumbar a pensar en lo que había pasado ese día. Sin lugar a dudas ver a la comadreja Weasley escupir babosas incontroladamente había sido maravilloso pero cada vez que recordaba la expresión de Hermione cuando la llamo sangre sucia se sentía incómodo. No debería sentirse asi, Lucius se lo había recalcado, él era un sangre limpia y no debia mezclarse con impuros, aun asi no podía evitar emocionarse tontamente cada vez que veía a Granger…

Cuando se dio cuenta que la amaba se quiso dar de topes por estúpido, hubiera hecho cualquier cosa por borrar todo lo malo que hizo pero no podía hacerlo, cuando supo que la amaba más que a su vida era más consciente que nunca de que debia protegerla de todos, aun si eso significaba perderla. Hermione seguía dormida, le dio un beso y siguió contemplándola por tiempo indefinido, quería aliviar su pena pero no podía hacer más que quedarse junto a ella.

Un hombre pelirrojo observaba la entrada de su antigua casa, tenía más de media hora que Hermione y Malfoy habían entrado y aun no salía, la furia bullía en su interior. No iba a dejar que se burlaran de él, los iba a destruir, iba a hacer cualquier cosa pero ellos dos no iban a ser felices.


!Hola! Como estan? Yo como soy tan linda les traigo un humilde regalo por el Dia de San Valentin, pasenlo genial. Yo me quedare en casa escuchando musica depresiva -.-' hahaha vengo rapido porque es tarde y me quitan el internet D: porfa diganme sus opiniones acerca del capitulo, no soy muy buena pero con sus comentarios puedo mejorar xD mil gracias por sus reviews, fav's y follows. Tienen un lugar muy especial en mi corazon. Lo del "Te amo" de Draco en el parque juro que si lo pongo en el proximo, lo juro por Merlin! es que estaba esta idea y era muy buena para dejarla ir hahaha.

Nos vemos en el proximo capitulo.

Oceanos de amor y millones de besos.

-Travesura realizada-