Solo diré que en este cap o me van a amar o me van a odiar... vaya a saber uno...
Capítulo XI: This Love
I'll fix these broken things
Repair your broken wings
And make sure everything's alright
My pressure on her hips
Sinking my fingertips
Into every inch of you
Cause I know that's what you want me to do
This love has taken its toll on me
She said Goodbye too many times before
And her heart is breaking in front of me
I have no choice cause I won't say goodbye anymore
Maroon 5
Las chicas se sobresaltaron cuando el timbre sonó varias veces seguidas, evidenciando la urgencia del visitante. Sora, cada vez más preocupada, se levantó a abrir la puerta, esperando lo peor, sin embargo allí apareció Matt, agitado y visiblemente inquieto.
-Qué pasó? Vi a Kari salir corriendo de casa y la seguí… Le sucedió algo malo a TK?
Mimi se adelantó a contestarle.
-Todavía no. Creo…
-No entiendo –Matt se empezaba a poner impaciente.
Entonces Kari tomó aire muy apenada y le repitió la historia.
-Iuuuughhhh…-fue el turno de Matt de sentirse descompuesto cuando la escuchó- En serio chicos, tienen que aprender a controlar la libido, miren a lo que hemos llegado… si Tai encuentra a TK, habrá una muerte sangrienta y acabaremos de completar la tragedia griega incestuosa que han desencadenado… Vamos… -les hizo un gesto con la mano a las chicas para que lo siguieran. Ellas se apresuraron a salir tras él, aunque Kari parecía bastante reacia a confrontar a su hermano.
-Llamo a un abogado para Tai? Digo… por si nos topamos con una escena del crimen-sentenció Mimi mientras se subía a la SUV de Matt.
-Mimi, no seas fatalista! Siempre pensando lo peor- la reprendió Sora abrochándose su cinturón en el asiento del acompañante.
Matt arrancó el vehículo a toda prisa y condujo hasta el edificio, aparcó como un ciego y todos bajaron y corrieron hacia el elevador, subieron hasta el piso del apartamento, ingresando con cautela, pero el escándalo que tenía lugar allí dentro los impulsó a irrumpir con urgencia en la sala, esta estaba vacía, por todo el lugar un montón de velas en proceso de derretirse, cojines y sillas desordenados en el suelo y la puerta que comunicaba la sala con el pasillo, por el que se accedía al resto de las habitaciones de la vivienda, abierta. Podían escucharse gritos y golpes.
-TK! Sal de ahí canalla!-Exigía Tai mientras golpeaba la puerta del baño incansablemente.
-Estás completamente loco!-le respondía el muchacho desde adentro- Tai! No puedes venir a mi casa y hacer este escándalo. De hecho, ni siquiera es mi casa. Cálmate por favor!
Matt puso los ojos en blanco, cruzando la puerta hacia el pasillo, mirando a Tai con una cara de muy pocos amigos.
-A ver ustedes dos, tengo un concierto esta noche y me están retrasando!- se inclinó, levantando a Tai de las solapas de la camisa.- Deja de comportarte como un niño! Quieres?
-Suéltame, Matt! Esto no es tu asunto!- replicó empujando a Matt. Eso fue suficiente como para acabar con la paciencia del rubio que se encaramó sobre él y lo empujó también.
Mimi tuvo una especie de regresión al pasado, en su mente se repetía esa misma escena ocho años atrás en el digimundo, no podía soportarlo, una y otra vez la imagen de Matt alejándose de ellos se repetía en su mente y ahora era mucho más dolorosa, Matt era para ella mucho más importante de lo que había sido incluso en aquel entonces. Sin pensarlo dio un paso hacia ellos intentando mantenerlos alejados, sin embargo en medio del ajetreo en el que Tai dirigía un puñetazo hacia su amigo, ella se atravesó recibiendo de lleno el impacto en una mejilla.
Todo enmudeció de repente. Para Tai el tiempo pareció detenerse. Mimi sentía un hormigueo en la mejilla y su cuerpo comenzó a temblar por el shock. Matt sintió una furia visceral subiéndole por la garganta, podía saborearla. Su primer impulso era devolverle a Tai el golpe multiplicado por mil, pero no haría una escena así, no delante de Sora que detestaba verlo fuera de sí, no delante de Mimi que padecía las peleas y definitivamente no delante de la hermana de Tai. Se limitó a tragarse su rabia y apretar sus puños a ambos lados de su cuerpo.
-Largo de mi casa, no te quiero aquí.-masculló con total frialdad.-
Tai quería objetar, quería quedarse para disculparse con Mimi, quería mil cosas, pero no acabar así. Cómo había llegado a esto? Veía a Mimi, aún pálida por la impresión. Sora un poco más atrás lo miraba con reprobación mientras abrazaba a Kari que no podía lucir más desilusionada. Cómo había desencadenado eso? Qué estaba mal con él que era capaz de arruinar cualquier cosa tan fácilmente.
-Yo… lo siento… no sé qué más decir- susurró mirando hacia Mimi con una culpa que no había sentido antes, ni siquiera cuando se reencontró con Agumon y el peso de esos cinco años sin verlo cayó encima suyo, nada que hubiera sentido hasta ese momento se comparaba con el sentimiento que lo abrumaba al mirar los ojos vacíos y extraviados de Mimi. Como le hubiera bastado que alguna expresión verbal hubiera alcanzado para disculparse con ella. Cómo es que lo había vuelto a arruinar? Estaba recuperándola por fin y ahora iba a perderla de nuevo. Se giró sobre sus pies y comenzó a caminar hacia la salida, no distinguió en que momento subió al elevador y comenzó a alejarse cada vez más.
TK salió del baño cuando percibió que todo estaba más tranquilo, Kari se zafó de Sora y corrió hacia él para disculparse y Sora se acercó a Matt preocupada.
Mimi permanecía inmóvil, presa de mil sensaciones encontradas, odiaba la violencia con todas sus fuerzas, jamás se imaginó embestida por el golpe de un amigo, jamás llegó a contemplar la probabilidad de que Tai le hiciera algo así… Pero de qué estaba hablando? Él no había querido golpearla, él estaba fuera de sí, estaba confundido, nervioso o quién sabe que se le cruzaba por la cabeza, pero nadie se lo había preguntado, nadie se había preocupado por como él se sentía, lo habían dejado solo.. y sí, se había comportado como un idiota, pero no se merecía estar solo. Ante el absoluto desconcierto del resto del grupo ella se irguió y echó a correr a toda prisa, no tenía tiempo de esperar el elevador, decidió bajar los tres pisos a pie, tropezó varias veces pero no le importó ni le restó velocidad, tenía que alcanzar a Tai, no le costó mucho, luego de salir del edificio, miró a ambos lados y lo localizó a casi una calle de distancia, el cansancio no aminoró su carrera, se recordó a sí misma tantas veces en el digimundo, huyendo de Kuwagamon, de Psineomon, pero ahora no quería escapar de nadie… todo lo contrario.
-Tai! – lo llamó cuando estuvo más cerca. El corazón de él se paralizo, de todos los posibles escenarios que él había barajado en su mente este, en que Mimi lo perseguía, ni siquiera había existido.- Espera!
Lo alcanzó y le dedicó una sonrisa, respiraba agitada y su pecho subía y bajaba incansablemente. Él quería decirle tantas cosas, había masticado y regurgitado tantas frases hechas los últimos años, en muchas le pedía explicaciones, en otras la mandaba al diablo, en la mayoría de ellas solo le hacía promesas y se exponía por completo a ella, le daba el poder absoluto de hacer con él lo que ella quisiera. Dios… Cómo es que en algún momento se había podido convencer a sí mismo de que ya no la amaba? Había conocido otras chicas en Australia, de hecho había tenido una larga e importante relación, que tuvo que concluir al regresar a Japón, pero nunca jamás, nadie había despertado en él los sentimientos que Mimi removía, era como una tormenta feroz e implacable que llegaba, arrasaba con todo y luego al final del caos le regalaba un arcoíris en el horizonte y solo con eso devolvía la calma a su desastre interno. El mundo parecía un lugar mucho mejor cuando Mimi le sonreía y luego sencillamente desaparecía, y solo ella llenaba su existencia.
-Mimi… lo… lo lament…-ella le cubrió la boca con una mano al mismo tiempo que negaba con la cabeza-
-No vine a que me pidieras disculpas… eres un enorme idiota a veces… pero… No lo somos todos? Quién soy yo para juzgarte, Tai? No estoy en tus zapatos, sé que estás asustado y confundido por lo que pueda sucederle a Kari… pero debes confiar en ella… en sus decisiones y sus sentimientos… ambos sabemos que TK no le hará daño jamás…
-Da igual ahora… ya lo arruiné… ni siquiera entiendo por qué viniste detrás de mí…
Ella suspiró con resignación al escucharlo, mientras le alzaba el rostro por la barbilla para que la mirara, detestaba notarlo tan derrotado, tan desilusionado de sí mismo.
-Escucha… no prometiste hace poco que no volverías a dejarme sola? Crees que yo sí lo haría contigo? Crees que te dejaría a tu suerte sin importarme nada? Acaso me conoces un poco, Tai? Yo tampoco… voy a dejarte solo… no otra vez.-le susurró con dulzura, acariciando su mejilla con la yema del pulgar, adoraba como se sentía su dorada piel, tibia al tacto. Él giró el rostro prácticamente siguiendo un instinto primitivo, buscó su palma con los labios y la besó con suavidad enviando una descarga que hizo estragos con el cuerpo de Mimi, solo Tai conseguía recordarle con tanta facilidad que ya era toda una mujer. Se quedó hipnotizada en él, tan hechizada como él lo estaba con ella, recortando la frágil distancia que los separaba, ambos podían sentir su piel escocer ante el estallido de la respiración del otro en su propio ser, tan escasos e imperceptibles eran los milímetros que los separaban que ya podían jurar saborearse el uno al otro, Tai sabría a una extraña mezcla de chico, nueces y azúcar negra. Mimi tendría el sabor y la consistencia del algodón de azúcar con un leve rastro de arándanos y miel. Era casi un juramento, una silenciosa promesa de entrega absoluta, solo restaba sellarla. Ella entreabrió los labios, secretamente esperaba que Sora o cualquier persona los hubiera seguido y el breve embrujo de Tai se desvaneciera ante la pronta irrupción, pero no fue así; recibió los labios del muchacho en los suyos, víctima de un asalto urgente, no pudo reprimir el gemido gutural que brotó desde los confines de su ser, ahogándose en la boca de Tai… no podía siquiera contar cuantas veces había soñado con esos labios, pero ni la más sublime de sus fantasías podría hacerles justicia, eran cálidos y firmes, pero al mismo tiempo flexibles, se ajustaban a los suyos bailando su propio ritmo mientras sus rostros de ondulaban en sentidos opuestos para profundizar más el uno en el otro.
Tai por su cuenta estaba sumido en el embelesamiento más excelso que hubiera podido conocer, de hecho en un rincón de su mente se imaginaba maldiciendo al despertar agitado en su cama, pero esa calidez se sentía demasiado real como para desvanecerse en la banalidad de una ilusión inconsciente. Sintió la necesidad de estrecharla más contra sí, la abrazó por la cintura mientras ella le rodeaba el cuello con ambos brazos, giró sutilmente para presionarla contra el muro del edificio y su propio cuerpo, cuando sus pechos se le aplastaros contra el torso él juró haber acariciado el cielo, su entrepierna reaccionó con apremiante necesidad, por una fracción de segundo se imaginó hundiéndose incansablemente en ella, su lado más primitivo despertaba afilando sus sentidos para saborear a Mimi con cada uno de ellos, intoxicándose con cada murmullo de placer que ella emitía cuando sus lenguas se enredaban jugando a exigirse sin clemencia, él recorría cada milímetro de su interior sin perderse nada de ella, sintiendo como su entorno terrenal se desvanecía, sumiéndolo en la perdición absoluta, pero no le importaba en lo más mínimo, la perdición era maravillosa. Podía asegurar que jamás se cansaría de reclamar esos labios, que quería hacerlo hasta que se fundieran con los suyos en unidad indistinguible, hasta fusionarse, no había nada de ella de lo que no quisiera tomar posesión, quería a esa mujer, la necesitaba, la amaba con tal intensidad que el resto del mundo se tornaba prescindible en su insignificancia. No existía nadie más que ellos dos. Ese momento y ese lugar que se eternizaba en su mente.
Mimi le enterró las manos en el pelo, se sentía sedoso contra sus dedos, todo Tai era una unidad perfecta y deliciosa… y ahora que lo había probado, estaba dispuesta a jurar que se le haría adictivo, que le costaría vivir sin esos labios decadentes. Él se apretó más contra ella, presionando sus caderas contra las suyas. El calor le incendió las mejillas a Mimi, su corazón desbocado comenzó a palpitar dolorosamente y no era la única parte de su anatomía que estaba palpitando, sabía claramente de qué se trataba la creciente calidez entre sus muslos, sabía a qué se debía esa humedad tan poco familiar pero que resultaba gratificante, sin embargo ese fino hilo de cordura que atravesó su mente al darse cuenta de que todo estaba tomando un rumbo bastante complicado, le bastó para romper su beso con Tai, echó bruscamente el rostro a un lado para luego regresar a su posición, respirando tan agitada como Tai, con el rostro incendiado por el calor del momento. Ambos cruzaron una mirada cargada de deseo durante un segundo y sin preguntas ni reproches volvieron a reclamarse, con más voracidad, con más urgencia. Se besaron por los cinco años que pasaron separados, reconociendo sus lenguas en un juego exquisito, sus cuerpos se curvaban a la perfección para amoldarse el uno al otro, ambos quería más… ambos lo necesitaban, el instinto llevaba a Mimi a ejercer una ligera fricción sobre las caderas de Tai, él aulló de placer y ella internamente sonrío triunfal, adorando que él le demostrara cuanto disfrutaba este momento. Ambos notaron cuando el oxígeno comenzó a ser insuficiente, debieron separarse para conseguir beber bocanadas bruscas de aire. Ella deslizó hacia el suelo la pierna con que le había rodeado a él las caderas sin siquiera estar segura de en qué momento lo había hecho, se acomodó la ropa y miró a Tai tímidamente, él le sonreía con amplitud, con una sincera simpatía que a ella le provocó un estremecimiento. Será que esto iba a cambiar las cosas entre ellos?
-Tai…-ella estaba insegura sobre hacer cualquier clase de pregunta-
-Iré al recital de Matt… no te preocupes…-él hablaba con una naturalidad bastante sospechosa para la ocasión, lo cual provocó que una extraña sensación se disparara en Mimi. Acaso para él lo que acababa de suceder no tenía importancia? Era lo más probable… él se habría besado así con decenas de chicas. Ella hubiera querido que aquel pensamiento no la lastimara, pero no pudo evitar sentir una bofetada de la realidad. Aun así se forzó a sonreír y actuar tan parecido a él como le fue posible.
-Gracias… sé que es importante para él que tú estés allí. –Ambos caminaron en un silencio neutral, hacia la puerta del edificio de donde antes habían salido.
-Nos veremos en unas horas…-susurró él, dejando la frase inconclusa-
-Hasta entonces.- ella se despidió con una sonrisa rápida y se apresuró hacia adentro para regresar al apartamento. Tai giro sobre sus pies y emprendió su marcha a casa. Las piernas aún le temblaban, se sentía torpe y abatido, hubiera querido decirle tantas cosas a Mimi, pero no se sentía capaz… Si para ella había sido solo un arrebato y no había tenido mayor importancia? Después de todo, ella había sido quien había roto con el beso primero y él estaba demasiado inflamado por el deseo como para ponerse a pensar en sus razones, solo pensó en que aún la necesitaba, que aún no había tenido suficiente de ella. Se había comportado como un animal con ella y eso lo perturbaba, sobre todo por el hecho de que cinco minutos antes él le había golpeado la cara… con mucha fuerza. Definitivamente, Mimi era y siempre sería un misterio para él.
Los meses transcurrieron con aparente normalidad, ni Mimi ni Tai volvieron a mencionar lo sucedido aquel día, aunque cuando se miraban directamente o se veían muy cercanos por alguna situación, no podían evitar el rubor sutil que les invadía las mejillas y que era brutalmente más evidente en la nívea piel de Mimi.
Ese día estaban reunidos en casa de Joe. Los digimon habían viajado al mundo humano por la semana de San Valentín, los chicos ya habían comenzado sus clases y pronto comenzarían las temporadas de los torneos anuales deportivos. Tai y Sora eran los más afectados por el asunto, el cuerpo comenzaba a exigirles descanso por los constantes entrenamientos, pero para Septiembre habría valido la pena cuando regresaran a casa con el trofeo de la temporada.
Esa noche cenaron y jugaron Monopoly hasta que se hizo tarde, cada uno regresó a casa con sus respectivos digimon, dispuestos a tener una reparadora noche para enfrentar el día siguiente.
Sora y Mimi viajaban en el auto de la primera, junto a Biyomon que dormía en el asiento trasero.
-Puedo hacerte una pregunta? –Sora rompió el silencio, llamando la atención de su amiga-
-Claro que puedes…
-Me responderás?
-Claro que sí… alguna vez no te respondo?
-Cambiaré la pregunta… Me responderás con sinceridad?
-Deja eso para Joe… y desde cuando das tantos rodeos… pregúntame y ya…
-Solucionaste las cosas con Tai, no? Es decir… hace tiempo que no los veo discutir y parece que te comportas con él como con el resto de nosotros… y él contigo… No quería preguntarte antes porque pensé que me dirías algo… pero parece que debo darlo por hecho… verdad?
-Acertaste en lo último, solucionamos las cosas aquel nefasto día que acabamos en la comisaría. Estamos bien… -susurró sin percatarse de que se había sonrojado abruptamente a causa de los recuerdos que la habían invadido. Su compañera lo notó desde luego, pero se llamó a silencio. Sabía muy bien que cuando Mimi quisiera o necesitara hablar con ella, lo haría… quizás aún no estaba lista y ella era muy paciente y estaba dispuesta a respetarla y aguardar por ella.
-Mañana irás a verme jugar?
-Claro que sí… es la inauguración del torneo, estaré en primera fila.-le susurró con complicidad, pero por dentro, no podía quitarse la sensación de que en cualquier momento debería contarle a Sora toda la verdad sobre Tai, con pelos y señales.
Amanecía el siguiente día. Las muchachas se levantaron temprano y se sentaron a desayunar. A mitad de la comida el ruido del teléfono interrumpió la conversación. Sora se levantó a prisa a levantar el auricular, comenzó una conversación amena y en un momento emitió un chillido de felicidad que provocó en Mimi una alerta, se giró hacia su amiga sin comprender el resto de la atropellada conversación, realmente era sumamente extraño ver a Sora en tal estado, normalmente ella no perdía la serenidad, pero en ese momento estaba exaltada.
-Te sacaste la lotería?-preguntó Mimi divertida cuando la vio regresar a la mesa con una sonrisa imborrable.-
-Mucho mejor que eso. Mi madre consiguió un evento para que yo dé a conocer mis diseños en un desfile el mes que viene.
-Sora, pero eso es muy pronto. Tendrás tiempo de hacerlo y de conseguir a las modelos y todo lo demás? –Ella le dedicó a Mimi una sonrisa cargada de picardía que a leguas le anunciaba a la castaña que eso no era un buen augurio.-
-Mi querida Mimi… tú relájate, tengo todo bajo control… y grandes planes para ti y ciertas chicas.
Definitivamente no había buenos presagios. Las dos chicas y Biyomon acabaron de desayunar y se dispusieron a partir hacia sus universidades. Mimi debía presentar una serie de trabajos y luego de eso, subiría al metro para llegar al torneo de Sora.
Unos cuarenta minutos más tarde, Mimi se encontraba redactando su trabajo cuando su localizador sonó. Se sorprendió por la alerta que provenía del comunicador de Tai, las manos comenzaron a transpirarle de los nervios mientras se debatía entre responder o no, pero al final su curiosidad la venció y levantó la tapa del artefacto para encontrarse en la pantalla con una imagen del pequeño Koromon. No supo si sentir alivio o desilusión. Le hubiera gustado ver a Tai.
-Koromon, sucedió algo malo? Te veo afligido-susurró acomodándose en la silla-
-Mimi, lamento molestarte, es que Tai se fue temprano para su partido y Kari había prometido llevarme pero se olvidó y tenía uno de esos exámenes a esta hora y no puedo pedirle a nadie más… tú… podrías llevarme? Es el único partido en que podré estar con él!-el pequeño digimon juntó sus antenitas a modo de súplica, provocando que a Mimi se le encogiera el pecho, tenía que entregar sí o sí ese trabajo o le costaría un aplazo, así y todo, ella luego podía levantar su nota, Koromon no tendría oportunidad de acompañar a Tai.
-Enseguida paso por ti, descuida- cortó la comunicación y salió a prisa de la biblioteca. Corrió a la estación del metro y se subió viajando a pie hasta la estación que quedaba a tan solo dos calles de la casa de Tai y su familia. Recorrió en una carrera infernal esa distancia, llegó al edificio y subiendo hasta el piso de su compañero. Llamó a la puerta y Yuuko le atendió, atenta y amable como de costumbre, ofreciéndole una serie de comidas orgánicas que Mimi se sintió terrible por tener que rechazar. Koromon escuchó su voz y enseguida comenzó a rebotar por el suelo hasta llegar con ella, lanzándose a sus brazos. Ambos se despidieron de Yuuko que se quedó lamentándose por el destino de su malteada de Tofu y Kanikama.-
-Me alegra que llegaras, Mimi. Lamento haberte hecho correr y que te despeinaras así!- se disculpó Koromon, provocando que ella se detuviera súbitamente, alzando las manos hacia su pelo y dejándolo caer al suelo.-
-Qué? Tan desastrosa estoy? –chilló peinándose con los dedos-
-Claro que no… solo estaba jugando contigo!- ella rió por lo bien que el la conocía, sabía exactamente como tocarle una fibra sensible. Levantó a Koromon del suelo y ambos subieron al metro para ir hasta la universidad de Tai que por suerte para Mimi, compartía el campus con la de Sora, además de la de Izzy.
Llegaron casi a contra reloj. El partido había dado comienzo hace dos minutos y el equipo de Tai tenía el balón en su poder. Mimi se acomodó con Koromon en su regazo. Por suerte aún restaba más de media hora para que el partido de Sora comenzara, por lo que decidió quedarse a acompañar al pequeño digimon de Tai.
El partido avanzaba. Tai aún no se había percatado de su presencia, el juego estaba bastante parejo, ambos equipos habían tenido muy buenas chances de anotar, pero los porteros de cada uno resultaban ser muros impenetrables para los esfuerzos del contrario, Tai tenía encima dos marcas muy evidentes, por eso era que de seguro casi no había podido tocar el balón, nadie quería que llegara a él. Mimi se sintió indignada por eso, Tai era uno de los mejores y no estaba teniendo chance de demostrarlo, notó como los dos jugadores que lo marcaban, corrían a la par de él, encerrándolo en su sitio, ella se paró por instinto con Koromon entre sus manos, entonces cuando en la altura logró destacar entre la gente, en el momento en que Tai alzó la vista para observar sus posibilidades, se encontró con los ojos afligidos de Mimi. Pudo sentir que el corazón le palpitaba con violencia, todo en torno a ella se veía borroso, la silueta de Mimi era lo único claro, ella estaba ahí, se había parado para darle ánimos, para hacerle saber que estaba ahí y que él tenía que dar lo mejor de sí, porque era lo que él siempre hacía. Enseguida lo comprendió todo. El mundo recuperó su claridad y el se inclinó hacia su costado para escabullirse de sus marcadores y adelantarse, sus compañeros se compenetraron en ese mismo segundo con él lanzándole el balón, él lo detuvo con el pecho y lo dejó caer a sus pies, entonces comenzó la carrera, corrió desde su postura hacia la mitad del campo donde se le lanzaron los mediocampistas, pateó el balón hacia arriba y le dio con la cabeza para arrojárselo al otro delantero, enseguida se libró de las marcas y corrió hasta encontrarse en el área, su compañero avanzó en el mismo sentido que él y antes de ser obstruido por completo le devolvió el balón a Tai que en el mismo momento de recibirlo, se lanzó de costado al suelo, para patear prácticamente al ras del césped con una fuerza descomunal, dirigiendo el balón hacia el ángulo inferior izquierdo, donde este entró directamente con tal velocidad que el portero no alcanzó a lanzarse a por él a tiempo. Todos los que apoyaban al equipo de Tai saltaron de inmediato, los jugadores iniciaron el festejo en el momento en que Tai se levantaba del suelo, girándose hacia Mimi y señalando su propio pecho para luego señalarla a ella con total descaro y una sonrisa seductora, dando a entender que le había dedicado su gol a ella. Y cuando todas las caras se giraron a mirarla, su rostro se enrojeció como nunca antes.
-Mimi… qué está pasando, por qué Tai te señaló y por qué todos te miran? –Preguntó Koromon con curiosidad, pero ella se sentía demasiado aturdida como para contestarle algo-
-No… no es nada Koromon, no te preocupes…
Continuará...
Qué tal? Quiero que conste que iba a hacer esperar para este momento... (Los que leyeron, ya saben de lo que hablo e.e) Pero como el número XI es uno de mis favoritos y la canción de Maroon 5 también, quise que este cap fuera muy especial!
Antes de responder Review, quiero hacerles un par de sugerencias...
Para quienes no hayan leído el Fic Viejos sentimientos By: Deltalva se los recomiendo muchísmo! Es un Michi narrado desde un POV de Tai que no tiene ningún desperdicio! es uno de los mejores que e leído y la mejor parte es que está terminado! *w*
Nuevamente para quienes no hayan leido el fic de mi querida Meroko-Y-Chan, titulado Entre el amor y el odio, se los super recomiendo, otra de las mejores obras Michi que he tenido el placer de leer y que sigue en proceso... así que acompañamos a nuestra querida autora mientras su fic crece!
Y para todas las michis que estén escribiendo fics o corssovers en español de nuestra parejita, les recomiendo que se sumen a la comunidad Chocolate & Cinnamon (Chocolate y Canela) que he creado para tener juntos la mayor cantidad de nuestros fics posibles! (Si no saben sumarse a una comunidad para añadir sus fanfics, me mandan un mp y yo les explico con mucho gusto!)
...
Luego de estas breves sugerencias paso a mi tarea religiosa... responderles individualmente, ya que si ustedes se toman el tiempo de dejarme un review, la mínima retribución que puedo darles a agradecerle a cada una por ello...
X: Gracias por tu constacia y tus palabras de aliento, querida... no sabes lo bien que me hacen... cada review y cada nueva lectura me inspira a seguir escribiendo y actualizar más a menudo por el solo hecho de no dejarlas esperando jeje...
Hikariiii94: Que alegría que te haya gustado el cap! La verdad es que las escenas más locas parece que me las guardo para TK y Kari o para Joe y Catherine! jajajaja... por cierto lo de Mimi y Setsuna fue en gran parte para explicar el porque ella fue escogida como portadora del emblema de la pureza, pero es algo que retomaré más adelante! ojalá me sigas leyendo para cuando llegue ese momento jejej... mil gracias por tus palabras lindas, son super motivadoras
mimimatt26: Bueno guapa... no se si siendo ya sábado se considere pronto, siendo que actualicé el lunes... pero espero que el capítulo sea de tu agrado y me sigas haciendo llegar tus opiniones... cada palabra, ya sea incluso una critica para mi es sumamente valiosa!
Gracias a todos por leerme... los dejo hasta el "Capítulo XII: I love the way you lie" (comansé la cabeza pensando a causa de qué viene el título! xD)
Saludos, cositas hermosas mías! un beso enormee a todos!
Atte. Nozomii-chan