Welcome to the last day.


Los personajes son de Stephenie Meyer, la trama es mía y bueno, un poco de los mayas, haha.

Antes de entrar, Jasper le dio un último vistazo a la casa. Aquella mansión era imponente, había que decirlo; desde afuera se podía oír la música y el griterío. Welcome to the last day le habían llamado al evento más esperado por toda la secundaria. Era veinte de diciembre, estaban a pocas horas del "fin del mundo". ¿Qué celebración más estúpida que esa, que se supondría que sería la muerte colectiva del planeta entero? Pues ninguna; pero daba igual, los hermanos Cullen tenían fama de organizar las mejores fiestas de todo el instituto y esa no sería la excepción.

Emmett le había dicho emocionado, un mes atrás, que sus padres, Carlisle y Esme, no regresarían de sus viajes de negocios sino hasta un día antes de navidad. Eso significaba que, si seguían vivos para el veintidós, todavía tendrían tiempo para arreglar las posibles destrucciones causadas. Era la oportunidad perfecta.

Había decidido ir porque sabía que su amigo se sentiría ofendido si no lo hacía, no porque en realidad disfrutara de ese tipo de celebraciones. Nada más cruzar la puerta de enfrente y sentir como la música tecno retumbaba en sus oídos se lamentó de no haber inventado una excusa a tiempo para no hacerlo. No es que Jasper Hale, el guapísimo jugador de baloncesto, fuese un ermitaño, pero… mierda, olvídenlo, sí que era un ermitaño.

Se abrió paso entre la multitud para llegar hasta donde estaba el anfitrión, monitoreando la música. Emmett era el grandulón más simpático que había tenido la suerte de conocer, aunque pareciese el típico bravucón roba almuerzos. Le dirigió una gran sonrisa en cuanto notó su presencia y después de darle algunas indicaciones a un joven moreno, se acercó a él.

―¡Caramba, pensé que no vendrías! ―casi gritó para poderse escuchar a través de la música.

―No me he podido inventar un contratiempo creíble para faltar. ―Jasper se encogió de hombros y sonrió, esa era la verdad.

―Qué bueno; varias chicas habían estado esperándote.―se carcajeó Emmett conduciéndolo hacia el recibidor―. Joder, no sé como las consigues siendo tan callado.

―La táctica es un secreto, lo siento. ―bromeó. En realidad era un secreto hasta para él mismo, pero en el instituto tenía una fama bien merecida de rompecorazones.

―Bueno hermano, mi casa es tu casa, mi cuarto es tu cuarto y mi cama es tu cama. ―le alentó su amigo palmeándole el hombro y guiñándole un ojo con complicidad―. Solo no entres a la habitación de de Edward, se pondrá gruñón si alguien interrumpe su momento caliente con Bella.

―Entendido. ―dejó escapar una risita―. Rose ha venido conmigo, antes de que lo preguntes.

―Vaya, me lees el pensamiento. ―exclamó su amigo y en ese momento, ambos pudieron ver a la rubia moviéndose en la pista de baile―. Uhm, Jazz… ¿no te importará mucho si hoy me tiro a tu hermana verdad?

―Si por fin logras llamar su atención… ―comenzó―. Pues no, no tienes mi permiso.

―Bah, no importa. ―rodó los ojos―. Si me disculpas, es hora de que el papacito Emmett vaya al ataque. ―antes de que pudiera decir algo, su compañero se había alejado.

Ahora que estaba solo, decidió ir a buscar un trago en la barra de la cocina. Pensó que si estaba allí, trataría de pasarla bien. En última instancia, estaba la habitación de Emmett. Cuando llegó había un grupo congregado alrededor de la mesa, a Jasper le entró curiosidad y se acercó a ellos.

―¡Bebe más! ¡Bebe más! ―la pequeña multitud alentaba la competencia por ver quién se acababa primero el tequila.

―Gané, por segunda vez. ―dijo la chica de grandes ojos verdes, antes de que su contrincante terminara. La reconoció como la hermana menor de Emmett y Edward. ¿Qué rayos estaba haciendo? Al tequila su debido respeto, a menos que quisiera terminar vomitando hasta el alma en menos de media hora―. ¿Otro concursante?

Silencio.

―Yo. ―Jasper se encontró ofreciéndose voluntariamente antes de haberlo sopesado, atrayendo la atención de todos los presentes. Ella abrió los ojos y se ruborizó cuando lo vio―. ¿Vamos, nenita, aceptas?

―Sí, Hale, acepto. ―le sorprendió que supiese quién era, al fin y al cabo, nunca le había dirigido la palabra. Alice sirvió ambos vasos mirándolo con fijeza y le tendió uno.

―¿Preparada? ―alzó una ceja él, por lo cual la muchacha rodó los ojos y tomó el trago.

―Uno.

―Dos.

―Tres.

Ambos comenzaron a beber. El tequila no era por mucho el favorito de Jasper, aunque lo toleraba a buen modo. Sintió que su garganta ardía cuando el líquido pasaba, pero igual lo apuró hasta terminarlo. Luego la sal y el limón, casi en un mismo movimiento. Los vítores se elevaron entonces; fueron segundos de diferencia los que hicieron que le ganara.

―Mierda. ―murmuró ella mirándolo con reproche―. ¿Otro?

―Lo siento, yo paso. ―negó―. No pienso emborracharme, pero me puedes llamar cuando estés ebria para que te cuide.

Aunque se marchó de ahí después, detrás de sí oyó que sus simpáticos espectadores murmuraban entre ellos. Jasper Hale le estaba coqueteando directamente a una chica, la cual se quedó de piedra al oírlo. Era el alcohol, se dijo a sí mismo cuando estuvo a cierta distancia, normalmente no era tan atrevido.

―Hey espera. ―alguien lo tomó del brazo para frenarlo. Cuando volteó observó a su reciente contrincante con una expresión de confusión en el rostro―. ¿Sabéis por lo menos quién soy?

―Bueno…―le incomodó un poco volver a tenerla tan cerca―. no exactamente; pero sé que eres la hermana menor de Emmett y Edward.

―Con Emm, solo me llevo diez meses de diferencia. ―se defendió. Jasper pudo notar que el alcohol también le había soltado la lengua―. Como sea, soy Alice Cullen, porque ya es hora de que te sepas mi nombre.

―¿Qué? ―la situación comenzaba a ser bizarra. Frunció el ceño, quizá la tal Alice realmente estuviese loca; pero igual le devolvió la sonrisa que le ofrecía.

―Tú…. ―se mordió el labio pensativamente y vio su reloj de muñeca antes de proseguir―. ven conmigo, por favor.

No encontró la fuerza para rechazarla cuando lo haló del brazo y lo condujo escaleras arriba. No muchos repararon en ellos; la fiesta era una locura, el momento era de éxtasis y todos parecían estar demasiado entretenidos. En el segundo piso, la molesta música se amortiguaba un poco, mientras ambos caminaban por el pasillo se encontraron a unas cuantas parejas algo más que apasionadas, las cuales los ignoraron por completo.

Se sintió dudoso cuando Alice lo invitó a pasar a una de las habitaciones que estaba al fondo; aunque finalmente lo hizo con algo de desconfianza. La había visto, como mucho, dos veces en su vida, y aunque fuese hermana de sus compañeros del equipo, era casi una desconocida. La chica cerró la puerta y se apoyó en ella dejando escapar un suspiro.

―¿A qué rayos viene esto? ―interrogó Jasper con tranquilidad, temerle a una chica no iba con su personalidad―. ¿Ya estás ebria verdad?

―No, Hale, estoy semi-consciente de lo que hago. ―declaró cuando sus ojos se encontraron con los de él. Sus pupilas estaban dilatadas y su corazón latía desbocado; era ahora o nunca.

―¿Por qué conoces mi nombre? ―desde que la había visto en la mesa tenía esa pregunta.

―A ver. ―Alice trato de ordenar sus ideas, pero ahora nada de esa locura parecía tener sentido―. Todos en el instituto te conocen.

―¿Soy un chico popular?

―Sí, lo eres. ―asintió comenzando a caminar en círculos―. Bueno, mira, esto va a ser algo raro. Supongo que yo me perturbaría si me lo dijeran, pero…

―¿Puedes hablar de una vez? Me empiezo a asustar.

―Si el mundo se va a acabar, quiero que sepas que llevo acosándote durante un año. Y que además estoy obsesionada contigo. ―ella se detuvo y lo observó con solemnidad.

―¿De qué rayos estás hablando? Si apenas nos acabamos de conocer en la mesa de tragos.

―Escucha. ―cortó la distancia que los separaba―. Yo te estaba esperando, pensé que el alcohol me ayudaría a declararme de una buena vez y creo que funcionó.

―¿Ya lo tenías todo planeado? ―su escepticismo la hizo dudar un poco―. No, esto debe ser una mala broma.

―¡A la mierda con mi vida! Falta media hora para que sea veintiuno de diciembre y se acabe el mundo. Sí, Jasper Hale, estoy enamorada de ti desde hace un año. ―exclamó impaciente―. Y no te vas a ir de aquí hasta que te bese y pueda morir feliz.

El aludido alzó una ceja en respuesta, de acuerdo, aquello era algo inesperado; pero lo siguiente que pasó lo sería aún más. Recordándolo los días que sucedieron, seguía siendo un sinsentido.

―No, yo te voy a besar a ti. ―sonrió acercándose a ella.

¿Y qué rayos importaba ya? Si le caía un meteorito gigante en ese momento, por lo menos le caería besando a una linda chica. Ahora que lo pensaba, la hermana menor de Emmett estaba muy bien para verse emparentada con sendos idiotas.

―Es una locura. ―rió Alice cuando la tomó de la cintura y la atrajo hacia él.

―Estoy tratando de pensar que es una fantasía post apocalíptica ―murmuró antes de juntar sus labios con los de ella.

Se sorprendió al percibir su contacto, pero finalmente todos sus músculos se relajaron y sin pensarlo le respondió el beso con calma. Le gustaban las sensaciones que Jasper le creaba, como el estúpido cosquilleo que le recorrió el cuerpo cuando le mordió suavemente el labio inferior. Se encontró con la espalda apoyada contra la pared y echándole los brazos al cuello en menos de un minuto.

―Emmett se va a enojar. ―comentó con una mueca cuando sus manos bajaron sus caderas y se introdujeron bajo la camiseta de Alice.

―Emmett se va a tirar hoy a tu hermana. ―gruñó ella ayudándole a deshacerse de la prenda―. Quizá no estemos vivos mañana.

―Si el fin del mundo es en unas horas, no quisiera estar en otro lugar que no fuese junto a ti. ―se terminó de convencer en el momento en que volvió a besarla, esta vez con una pasión que se hacía urgente. Al carajo con todo, esa era la mejor fiesta a la que había ido.

Welcome to the last day, pensó Jasper cuando Alice le rodeó la cintura con las piernas y él la condujo hasta la cama. No era la decisión más sensata, pero no le hubiese gustado tomar otra.


Son las cuatro de la mañana y no puedo dormir todavía. Dentro de todo mi bloqueo con mis otros fics pues surgió este OS, aunque espero actualizarlos en estas semanas. Bueno, los mayas me han mentido, y me inspiré un poco en todo el boom del 21-12-12. Quizá el 22, si no se acaba el mundo, publique un mini epílogo. Lo dejaré como completo ya que no sé si le añada eso y pues.. espero que les guste. Quise hacer algo muy corto, pero significativo ¿Opiniones? ¿Un tomatazo quizá?


PD: estoy haciéndole un remake a todas mis historias cortas y he comenzado por esta. Hay varias cosas que corregir, (muchas, demasiadas) y creo que es menester hacerlo. No le cambiaré la escencia ni el contenido, porque fue algo que escribí en otra época. Pensaba diferente y pues.. nada, solo eso. Lamento las molestias que ocasione.


La Camarada Arlette se despide.