Aquii el último capítulo de la historiaaa... Espero lo disfruten (:


Los siguientes días no pude ver a Edward, tuvimos turnos diferentes y cuando ambos coincidíamos en el hospital, nos dábamos un simple saludo y seguíamos con nuestro trabajo -El cual era mucho en estos días-. Lo extrañaba muchísimo, por que me había acostumbrado a su constante presencia. Lo único que me consolaba era que hoy por fin nos pudimos ver, y vinimos a esa exposición de arte a la que me invitó.

-"Recuérdame no volver a otra exposición de Garret"- Edward reía mientras hablaba, acabábamos de salir de la exposición de su amigo pintor, la cual fue bastante… peculiar. –"Cuando él me decía que estaba pintando unos cuadros jamás me imagine algo así, ¿en serio, pintar un círculo rojo en un lienzo ya es arte?"- Edward seguía riendo mientras recordaba los cuadros que vimos.

-"Oh vamos Ed, no era tan malo"- traté de defender el arte tan peculiar de Garret, pero Edward sólo me vio divertido y con una ceja alzada. –"Bueno si, era bastante malo"- acompañé la carcajada de Edward después de admitir la realidad. –"Sólo tú puedes ser amigo de alguien quien dice ser pintor, pero jamás ves una obra sino hasta el día de su primera exposición"-.

De pronto, ese pensamiento sobre amigos me hizo recordar la visita que tendría la próxima semana. -"Oh no te conté, ¡Rose y Jazz vienen a visitarme la siguiente semana!"- le conté emocionada.

-"¿Jazz?"- preguntó serio repentinamente.

-"El hermano de Rose… Llegó de París cuando estábamos en el último año de la facultad, y desde entonces hemos sido muy unidos"- sonreí recordando todo el apoyo que Jazz me ha dado, desde que llegó –"Podría decir que es el hermano de ambas, no sólo de Rose"- me pude fijar que Edward suavizó su expresión cuando terminé de hablar, y volvió a estar relajado.

-"La próxima semana también viene Alice, podríamos salir todos juntos ¿No crees?"- me preguntó mientras nos subíamos a su volvo.

-"¡Claro, y podríamos ir a bailar!"- dije emocionada, y es que la idea de verdad me encantaba. Edward simplemente me veía divertido mientras arrancaba el auto.

-"Le diré también a Emmett, él es un experto en cuanto a locales nocturnos se refiere"- Definitivamente, deseaba que llegara la próxima semana pronto.

El regreso a mi casa lo hicimos en un cómodo silencio y escuchando música, cuando llegamos a mi edificio, él como siempre se bajó como el caballero que era para abrirme la puerta del coche. Este era el tipo de acciones que hacían que cada día me volviera más loca por él y que no pueda sacármelo de la mente.

-"Gracias por ir conmigo hoy Bells… Aunque la exposición haya sido un desastre"- solté una risita ente lo último que dijo. –"Pero prometo compensártelo cuando salgamos de nuevo"- ¿Por qué la sólo idea de salir nuevamente juntos hacía que mi corazón se acelerara a tal punto que pareciera que quiere salirse de mi pecho? Definitivamente parecía una cría cuando estaba junto a Edward.

-"No tienes nada que compensarme Ed, siempre disfruto de tu compañía así sea en una exposición desastrosa"- traté de bromear, pero cuando él me veía en la forma en la que lo estaba haciendo, viendo directamente a mis ojos y con una sonrisa en su rostro, todo rastro de cordura desaparecía de mí.

-"Y yo amo pasar tiempo junto a ti"- susurró colocando su mano en mi mejilla, acariciándola suavemente, yo sentía como todo el mundo desapareciera, como si sólo existiéramos él y yo. –"Nos vemos mañana Bells"- siguió susurrando y yo sólo asentí como tonta. Esperaba que se despidiera de mí con un beso en la mejilla como siempre, pero en ésta ocasión, dejó un beso en la comisura de mis labios y se marchó, dejándome ahí clavada en el piso, conmocionada y deseando que ese beso no sólo hubiese sido en la comisura de los labios.

XOXOXOXO

La semana pasó rápidamente y hoy por fin era el día en el que llegan Rose y Jazz, la llegada de mis amigos me tenía muy emocionada por que los extrañaba horriblemente. Me ofrecí a buscarlos en el aeropuerto pero extrañamente ellos se negaron, de hecho, ni me dijeron a que hora llegarían. Al menos no me preocupo por cómo llegarán a mi casa pues ambos saben como llegar y además, tienen una copia de mis llaves. Estoy segura que ese par se trae algo entre manos pero no sé que puede ser, tendré que esperar a que lleguen para averiguar qué es, y por el momento, terminar de llenar este historial de mi último paciente para marcharme a casa.

Cuando al fin llegué a mi apartamento, lo primero que vi fueron las maletas de los chicos cerca de la puerta, pero lo más extraño era que no había rastro de ellos por ninguna parte del apartamento, supongo que habrán salido a dar una vuelta, y conociendo a Rose, seguro estarán en algún centro comercial comprando sin parar y Jazz llevando todas las bolsas con su infinita paciencia. Es gracioso, por que la verdad es que siempre hemos abusado de Jazz, cada vez que podíamos hacíamos que nos acompañara al centro comercial, y él como nos ama tanto, no podía negarse. Estaba recordando varias de nuestras expediciones de compras cuando sentí la puerta principal abrirse y yo salí disparada a recibir a mis amigos dándoles un gran abrazo a ambos.

-"¡Cómo los he extrañado chicos!"- Es que después de tantos años, ellos se convirtieron en parte de mi familia y desde que nos conocemos, era la primera vez que pasábamos tanto tiempo separados.

-"Y nosotros a ti Bells, ¡No sabes lo aburrido que es vivir sólo con Jazz!"- Eso me hizo reír, como era costumbre, mi amiga molestó un poco a Jazz, a veces podían parecer un par de críos molestándose uno al otro. Cielos, como los extrañaba.

-"¿Dónde estaban? Pensé que llegarían con las manos llenas de bolsas"- bromee un poco al fijarme que ambos llegaron con las manos vacías, quizás solo salieron a conocer los alrededores.

-"Uh, estábamos dando una vuelta… ya sabes, conociendo el vecindario y esas cosas"- un momento ¿Jasper Hale divagando? Eso si que es muy raro. Y más raro aún es que Rosalie me está viendo con una sonrisa tonta en el rostro. Oficialmente, estos dos planean algo y yo, estoy confundida.

-"Oh, por cierto Bells ¿Crees que quede algún apartamento disponible en el edificio? Es realmente lindo"- preguntó Rose despreocupada mientras se sentaba junto a Jazz en el sofá.

-"No lo sé, creo que si hay uno dispo… Un momento, ¿Por qué eso te interesa?"- pregunté confundida mientras Rose y Jazz me veían sonriendo.

-"Bueno querida amiga, me interesa por que Jazz ya encontró el lugar perfecto para abrir su restaurant, de hecho, lo estábamos viendo hace unos momentos. Y lo mejor de todo es que yo seré la encargada de administrarlo"- Yo no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Mis amigos abrirán un restaurant juntos en Los Ángeles? ¡Eso sería tan perfecto!. –"Así que Bells, ¡Nos mudaremos a Los Ángeles!"- Rose terminó de hablar y yo me lancé a sus brazos.

-"¡No puedo creer que estaremos juntos de nuevo!"- chille de emoción causando la risa de mis amigos.

El resto de la tarde la pasamos charlando animadamente, como haríamos cualquier otro día normal en Seattle, los tres sentados en el sofá y tomándonos una cerveza mientras contábamos como nos fue en el día. Cuando se estaba acercando la hora en la que acordamos vernos en el pub con Edward, Alice y Emmett, fuimos a ducharnos y a alistarnos para salir. Rose me escogió un bonito vestido azul oscuro, palabra de honor que se ajustaba perfectamente a mi cuerpo y que me llegaba a medio muslo. El cabello decidí dejarlo suelto, cayendo en ondas y el maquillaje, algo sencillo, me concentré en resaltar más que todo mis ojos, un poco de brillo y listo. Por último me coloqué mis tacones de doce centímetros del mismo tono del vestido que Rose me regaló un poco antes de mudarme y que no había tenido la oportunidad de colocarme. Me estaba dando un último vistazo en el espejo cuando Rose llegó a mi habitación.

-"Edward quedará con la boca abierta cuando te vea"- fue su primer comentario al entrar, lo que me hizo emitir una pequeña risa, Eso espero Rose.

-"Tu también luces genial amiga"- Y era la verdad, ella escogió un vestido rojo de un solo hombro que se ajustaba perfectamente a todas sus curvas, unos tacones altísimos del mismo color y se recogió un poco su cabello. Rose siempre lucía genial, y esta vez no era la excepción.

-"Hoy voy de cacería Bells"- comentó mi amiga riendo. –"Ahora vamos que se nos hará tarde"- Jazz ya nos estaba esperando sentado en el sofá, y en cuanto nos vio se levantó inmediatamente.

-"Wow chicas, hoy tendré que espantar a unas cuantas moscas"- Jazz nos veía con una sonrisa, siempre nos decía eso cada vez que salíamos a bailar. Rose y yo simplemente nos reímos mientras nos marchábamos.

Una vez llegamos al pub, aparcamos el auto y nos dirigimos directamente hacia la entrada donde estaban las personas de seguridad.

-"Vinimos con Emmett McCarty"- el dije a uno de los hombres gigantes que custodiaban la entrada, él revisó una lista y asintió.

-"En el área VIP señoritas"- nos dio una mirada simpática a Rose y a mí ignorando a Jazz; y se hizo a un lado para dejarnos pasar a los tres.

El interior del pub estaba abarrotado, buscamos el área VIP donde rápidamente localicé a los chicos. Estaban los tres sentados en una mesa conversando y riendo. Edward notó mi presencia antes de llegar a la mesa, y me veía con su típica sonrisa torcida que me hacía suspirar, no había terminado de acercarme a la mesa cuando un pequeño torbellino vino hacia mí para abrazarme.

-"¡Bella!"- gritó el torbellino vestido de verde, y a juzgar por el hecho de que Edward nos veía con una sonrisa en el rostro, no hacía falta preguntar quien era este pequeño torbellino… Alice, quien al parecer, sigue igual de enérgica. –"¡Qué bueno verte después de tanto tiempo!"- dijo Alice muy entusiasmada mientras me abrazaba fuertemente y yo se lo correspondí.

-"Lo mismo digo Alice"- La verdad es que a pesar de que sólo nos vimos un par de veces, siempre me dio la impresión de que era una gran persona.

-"¡Edward no ha parado de hablar de ti desde que te mudaste!"- Al decir esto, a Edward casi se le salen los ojos de sus órbitas.

-"Alice…"- Edward susurró en tono de advertencia y la veía con mala cara.

-"Sólo digo la verdad hermanito"- Ella le sonrió angelicalmente a Ed, pero antes de alguien dijera algo más, Emmett se levantó apresurado y se acercó hasta mí.

-"Bellita ¿Por qué no me dijiste que tu amiga era una Diosa?"- dijo mirando fijamente a Rose. –"¿Y cuál es el nombre de la Diosa?"- preguntó quedando frente a frente con Rose, y hasta pude escuchar la pequeña risita de Edward.

-"Rosalie Hale"- le respondió mi amiga con una sonrisa seductora. Creo que alguien consiguió su presa hoy.

–"Emmett McCarty… Es un placer conocerte"- Le tomó la mano a Rose y le dejó un beso en ella.

-"Se que lo es"- esta vez todos reímos y Rose fue a sentarse en uno de los lugares de la mesa con Emmett pisándole los talones, acompañados aún por nuestras risas.

-"Tu debes ser Jasper, ¿Cierto?"- Alice fue la primera en dejar de reír y se dirigió a Jazz quien asintió con su cabeza. –"Te tardaste demasiado"- le dijo extendiéndole su mano para que él la tomara. Ok… esto si que es raro.

-"Lo siento mucho señorita"- Jasper le hizo una pequeña reverencia y dejo un pequeño beso en su mano y se sonreían ampliamente. Ellos se sentaron juntos dejándome libre el asiento junto a Edward quien los veía con la misma cara de incredulidad que la mía, pero de pronto giró su rostro para verme con su sonrisa torcida y me hizo señas para que me sentara.

-"Esto si que ha sido extraño"- susurró en mi oído causando que me erizara completamente.

-"Muy extraño"- le susurré de vuelta.

-"Por cierto, estás hermosa Bells"- siguió susurrando logrando que me sonrojara, gracias al cielo que el local estaba oscuro.

Después de eso todos pedimos nuestras bebidas y nos enfrascamos en una conversación, me alegraba que todos nos lleváramos tan bien. Bueno, unos se llevan mejor de lo que deberían, pensé riendo y viendo a las parejitas que de pronto se habían formado.

-"Vamos a bailar"- susurró Edward tendiéndome la mano para que me levantara y yo la tome gustosa.

Una vez llegamos a la pista, Edward dejó sus manos en mi cadera, yo pasé mis brazos por atrás de su cuello y empezamos a movernos al compás de la música con nuestros cuerpos rozándose, esto era como el paraíso. Seguimos así hasta que perdí la cuenta de cuantas canciones bailamos.

-"No sabes las ganas que tengo de besarte"- dijo Edward de pronto causando que mi corazón se detuviera por un instante.

-"¿Y qué te lo impide?"- le dije acercándome aún más a él, apenas terminé de hablar lo siguiente de lo que fui consciente era de que ya tenía los labios de Edward sobre los míos. Yo gustosa le respondí el beso, nuestras lenguas danzaban una con la otra en una lucha de resistencia, era un beso desesperado, necesitado… Y vaya que necesitaba ese beso desde hace tiempo, nos separamos cuando a ambos nos hizo falta el aire.

-"Estaba deseando poder hacer esto desde que te volví a ver en el hospital"- me confesó viéndome fijamente a los ojos con una sonrisa, la cual le correspondí, pero en lugar de responderle simplemente lo atraje nuevamente hacia mí para besarlo, Edward me tomó firmemente por la cadera atrayéndome aún más hacia él y podía sentir su gran erección palpitando con ganas de ser liberada.

-"Vámonos de aquí Bella"- susurró repartiendo besos en mi cuello causando que mi cordura se fuera al demonio.

-"M… Mis amigos"- fue lo único coherente que logré decir.

-"No creo que nos vayan a extrañar"- señaló la pista de baile donde Rose y Emmett se estaban comiendo el uno al otro, y en la misma situación pero en la mesa, estaban Jasper y Alice. Si, definitivamente no iban a extrañarnos.

-"¿A tu apartamento?"- fue lo dije y Edward me sonrió ampliamente y asintió, lo tomé de la mano y nos dirigimos a la mesa donde estaban Jazz y Alice… Lo siento por interrumpirte Jazz, pero esto también es importante.

-"Jazz"- lo llamé y el se separó de Alice. –"Edward y yo nos vamos"- apenas dije esto tanto Alice como Jazz nos veían a Edward y a mí sugestivamente, en otra oportunidad me hubiese sonrojado pero en estos momentos estaba muy excitada como para pensar en otra cosa. –"Aquí están las llaves de mi coche y de mi apartamento"- no podía dejar a mis amigos sin un techo… aunque dudo mucho que Rose necesite mi apartamento hoy. Le dejé las llaves a Jazz y me marché junto a Edward.

El camino a su casa lo hicimos dándonos miradas cómplices y con Edward manejando muy por encima del límite de velocidad –Al parecer no eres la única ansiosa aquí-. Una vez llegamos a su edificio, Edward se bajó apresurado del auto y me abrió la puerta para ayudarme a bajar y entramos tomados de la mano al edificio. Después de entrar estábamos frente al ascensor esperando que abriera sus puertas y no pude evitar reírme pues Edward presionaba el botón cada segundo, como si eso lograra que el ascensor llegara más rápido.

-"¿Ansioso?"- le pregunté tomando su mano para alejarla del botón del ascensor, en cuanto lo toqué el decidió olvidarse del mentado botón y me tomó de la cintura acercándome a él y llevé mis manos hacia su cabello.

-"Como no tienes una idea"- me sonrió seductoramente y se fue directamente a mi cuello para dejar besos sobre él. En ese momento se abrió el ascensor, ambos entramos dando tumbos y me aprisionó entre su cuerpo y una de las paredes. Yo tenía la necesidad de probar sus labios nuevamente por lo que alejé su rostro de mi cuello y lo atraje a mis labios. Definitivamente los besos de Edward eran increíbles y adictivos, cuando el ascensor se abrió, nos separamos y me tomó nuevamente de la mano para llevarme a lo que era, la puerta de su apartamento. Edward abrió la puerta y pude apreciar el interior del apartamento, era moderno y bastante espacioso, pero no pude seguir detallándolo más por que Edward me empujó suavemente contra la pared para atacar nuevamente mis labios, y yo como pude enredé mis piernas alrededor de su cadera, donde podía sentir más que nunca su potente erección, por lo que me froté sobré él para que nuestros sexos se rozaran y ambos emitiéramos sonoros gemidos.

-"Te deseo tanto Bella"- dijo con su voz enronquecida a causa de la excitación y que hacía que yo me empapara más y más.

-"Yo también te deseo Ed"- le dije gimiendo besando su cuello. –"Vamos a tu habitación"- le susurré y seguí dedicándome a su cuello, Edward empezó a caminar conmigo aún enganchada a él hasta que llegamos a su habitación, donde empecé a quitarle la camisa pero se estaba convirtiendo en una tarea difícil, por lo que preferí bajarme y colocar de nuevo mis pies en el piso para facilitar el trabajo. Cuando por fin logré quitarle la camisa pude apreciar su bien formado torso y pase una de mis manos lentamente desde su pecho hasta donde se apreciaba su gran bulto, haciendo que Edward gimiera sonoramente, y me atrajera rápidamente para besarme, lo que lograba que mi excitación incrementara. Por su parte, las manos de Edward no permanecían tranquilas y acariciaba todo mi cuerpo por encima del vestido, haciendo que mi cuerpo se encendiera en llamas tan sólo con su toque por encima de la tela, y ahora vagaban por mi espalda tratando de quitarme esta prenda que ahora tanto nos molestaba a ambos; deslizó lentamente la cremallera y mi vestido fue a parar directamente al piso de la habitación, quedando frente a Edward únicamente con la prenda interior inferior y mis senos a la vista de él.

-"Hermosa"- susurró acercándose a mí elevándome por los glúteos y pasando mis piernas alrededor de sus caderas para depositarme en la cama. Se colocó encima de mí cuidando de que yo no soportara su peso, y se fue directamente hacia mis pechos, donde introdujo uno de mis senos en su boca mientras que con una de sus manos masajeaba el otro y la habitación se llenaba de mis gemidos a causa de su excelente trabajo. Después de haberle prestado la misma atención a ambos senos, fue repartiendo pequeños besos por todo mi estómago hasta llegar a mi cadera donde bajó lentamente mi última prenda, mientras lo hacía iba repartiendo besos por mis muslos hasta los pies, luego hizo el mismo recorrido de abajo hacia arriba separando mis piernas, hasta que llegó a mi pelvis, dejando un pequeño beso allí, y pasó uno de sus dedos por mi ya húmeda entrada. Su lengua empezó a hacer estragos en mi cuerpo, la pasaba a lo largo de mi entrada, mientras un largo suspiro se escapaba de mi pecho, cuando llegó al clítoris, le dio golpecitos con su lengua que hicieron que mis caderas se levantasen buscando un mayor contacto con tu boca. Mientras seguía succionando, un dedo travieso se fue colando por mi vagina, hundiéndose en mis jugos, hurgado profundamente, mientras mis gemidos iban aumentando de volumen, y su lengua y su dedo hicieron delicias en mi sexo.

-"¡Edward!"- Grité cuando me hizo explotar en un gran orgasmo que me hizo estremecer toda.

Al cesar mis temblores, fue subiendo por mi vientre, pasando por mis senos hasta llegar a mi rostro, allí nos fundimos en un beso, sintiendo mi sabor en él, podía sentir su miembro erguido a través de la tela de su pantalón, y sin pensarlo mucho, nos giré a ambos para quedar a horcajadas sobre él.

-"Ahora es tu turno"- le susurré repartiendo pequeños besos por todo su pecho mientras él me veía con sus ojos casi negros debido a la gran excitación, cuando llegué a su pantalón, él alzó un poco sus caderas para facilitarme el trabajo y se los quité conjuntamente con su bóxer, y su gran miembro quedó completamente erguido frente a mí, el sólo verlo casi causaba que tuviera otro orgasmo, pero no me conformaba con sólo verlo, me acerqué, lo sujete con mis manos y pase lentamente mi lengua por su miembro haciendo que Edward soltara un sonoro gemido.

-"Mierda, Bella"- Dijo con voz ronca, yo introduje lo más que pude su miembro en mi boca y con mis manos masajeaba la parte que sobraba, mientras Edward me daba pequeñas envestidas con su cadera, sentí que estaba apunto de correrse cuando hizo que me separara de él.

-"Quiero correrme dentro de ti cariño, no así"- Si yo ya estaba nuevamente completamente excitada, su voz me causaba aún más estragos en mí. Edward nos giró nuevamente, se ubicó en el medio de mis piernas, me besó urgentemente y con un sólo movimiento entró en mí, y por un momento me quedé sin aliento. Al estar dentro de mi, me siento completa, llena, satisfecha, él empezó a moverse, entrando y saliendo lentamente, mientras tomé su rostro entre mis manos y lo bese nuevamente suspirando ambos de deseo, y él fue incrementando la velocidad de sus envestidas, cuando nuestras bocas se separan, gemimos sonoramente.

-"Te quiero tanto Bells, no tienes idea de cuanto"- susurró en mi oído causando que mi corazón se paralizara por un momento y luego quisiera salir de mi pecho.

-"Yo también te quiero Ed, yo también"- le respondí con mi voz totalmente enronquecida.

-"Repítelo"- pidió bajando la velocidad de sus envestidas, -"Repítelo"- pidió nuevamente.

-"Te quiero Ed"- balbucee y él aumentó nuevamente la velocidad volviéndome loca. –"Te quiero, te quiero"- seguí repitiendo, él me regaló su hermosa sonrisa torcida y me devoró los labios con un beso, mientras yo llevaba mis manos a su trasero, le di un pequeño apretón causando que Edward gimiera en mi boca. Estaba apunto de correrme nuevamente cuando de pronto Edward salió de mi cuerpo, dejándome confundida, frustrada y con una sensación de vacío, cuando le iba a preguntar que sucedía, noté que Edward me veía directamente a los ojos.

-"Bella, sé mi novia otra vez"- su pedido hizo que mi corazón latiera con aún más fuerza por la alegría, antes de que le respondiera pasó su miembro caliente y palpitante desde mí clítoris hasta mi empapada entrada, encendiéndome.

-"S.. si"- gemí fuertemente y Edward me penetró, llenándome nuevamente. –"¡Mierda si!"- grité elevando mi cadera para darle un mejor acceso y el empezó a moverse nuevamente, aumentando la velocidad de sus envestidas. De mis labios se escapan una serie de gemidos y Edward llevó una de sus manos a mi centro donde con un par de movimientos logró que un fuerte orgasmo me golpeara y yo apresara aún más su miembro dentro de mí, mientras soltaba un gran grito de satisfacción.

Con un par de envestidas más, Edward se corrió fuertemente dentro de mí aumentando aún más mi placer si era posible, luego se desplomó sobre mí sin que yo soportara un gramo de su peso, después de un par de segundos se hizo a un lado, atrayéndome con él para quedar abrazados.

-"¿Crees que ésta vez si funcione lo nuestro?"- le pregunté unos minutos después, cuando ambos habíamos calmado nuestras respiraciones luego de tanta actividad, y dejaba pequeñas caricias en su pecho mientras el trazaba figuras sin sentido en mi espalda.

-"No lo creo, estoy seguro que este si es nuestro momento"- respondió elevando mi rostro para verme directamente y me besó ligeramente en los labios, lo que causó que una sonrisa tonta se instalara en mi rostro. -"Además, tenemos mucho tiempo perdido que recuperar"- dijo esta vez juguetonamente y robándome un beso.

-"¿Cree que está en condiciones para recuperar siete años Doctor Cullen?"- le tomé el pelo, él me vio con una ceja alzada y llevó mi mano hacia la parte inferior donde pude apreciar que el pequeño Eddy estaba más que listo para recuperar todo el tiempo que fuera necesario.

-"Cariño, estoy dispuesto a recuperar siete años, más los tres meses desde que regresaste y en los que me estabas volviendo loco cada día"- dijo con voz ronca mientras se colocaba sobre mí dejándome acorralada entre él y la cama. Si, definitivamente este sería nuestro momento.


Bueno niñas, la historia llegó a su fiin... Espero que les haya gustado :D