Disclaimer: Los personajes pertenecen a Marvel y la historia a andquitefrankly.


CAPÍTULO 30: Pulpo de tres ojos

—Señor. —.

Tony agitó su mano en un esfuerzo por callar a Jarvis. Estaba envuelto en sus mantas y estaba abrazando una de sus almohadas con bastante fuerza. Quería volver a dormir.

—Hnng. —.

—Tiene una llamada telefónica, señor. —.

—Mmgskd. —.

—¿Debería responderla, señor? —.

—Idncrstp. —.

—Muy bien, señor. El Señor Stark le hablará ahora. —.

Tony se quejó en voz alta. Cuando tuviera la energía y las facultades mentales, reprogramaría seriamente a Jarvis por uno más agradable. Uno que respetara su sueño. —Jarvis, te odio. —Logró balbucear Tony en su almohada.

—Te he despertado, ¿no? —.

Los ojos de Tony se abrieron de golpe mientras intentaba desenredarse de las mantas. —Loki ¿qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Estás bien? —.

Loki rió. —Estoy bien, Stark. —.

—Mierda, Lo. —Respiró Tony. —Pensé que estabas muriendo en alguna zanja. —.

—Creo que preferiría llamar a mi madre, no a ti. —.

—Oye, un chico puede soñar. —Tony rodó en su cama y cogió el reloj despertador que reposaba en la mesita de noche. —Son las siete y media. —Dijo Tony. —Son las siete y media de la mañana. Me rehúso a estar despierto desde tan temprano cuando no tengo que ir a estudiar. —.

—Deja de quejarte. —.

—No me estoy quejando. —.

Tony puso el reloj de nuevo en la mesa y arrojó la manta sobre su cabeza. —¿En qué puedo ayudarte, Loks? —.

Loki no respondió inmediatamente, lo que estaba bien para Tony. Empezaría a quedarse dormido de todos modos. Estaba teniendo un buen sueño antes de que Jarvis decidiera ser un imbécil. En realidad el sueño involucraba un amigable vecino de cabello oscuro con estilo por ser maravillosamente perfecto. Tal vez si Tony se esforzaba lo suficiente podría volver al sueño. Pero el verdadero Loki estaba en el teléfono. El Verdadero Loki vs. El Loki del Sueño. Hablando de decisiones complicadas.

—Me preguntaba si querías hacer algo el día de hoy… —.

Tony por poco se cae de la cama. —¡Sí! Eh… sí, suena bien. —Tony luchó contra sus mantas. —¿Qué tenías en mente? —.

—No me importa. —.

Tony finalmente se desenredó y literalmente salió de la cama. —Bien, te recogeré y luego decidimos qué hacer. —Tony caminó hacia la máquina de café, que ya estaba preparando una taza. Jarvis era un dios. Tony se recordó alabar a Jarvis infinitamente.

—Bien, siempre que estés disponible… —.

—Estaré ahí en treinta minutos. —Dijo Tony agarrando su taza y aspirando el dulce aroma del café.

—¡Oh! —Exclamó Loki. Un breve silencio fue evidente por los altavoces antes de que Loki dijera: —Está bien. —.

—Genial, te avisaré cuando esté en camino. Nos veremos en un rato. —.

Loki colgó mientras Tony y su café iban directamente al baño. La ducha ya estaba funcionando y Tony sonrió. —Jarvis, te amo. —.

—Soy muy consciente de eso, Maestro Stark. —.

Tony bebió su café antes de quitarse la ropa y saltar a la ducha. Si Tony tenía recelos por la llamada de Loki, todos quedaron lavados por la suave ducha caliente cayendo en la piel de Tony.

En realidad no estaba pensando hacer nada ese día. Quizá pintar su corvette. De golpe, caer en la casa de Bruce y hacer algo de ciencia. Llamar a Pepper porque ¿cuánto tiempo había pasado? Cuatro días. Así que no hace mucho tiempo.

Tony probablemente no habría tenido las agallas para llamar a Loki. No después de ese sueño. Tony suspiró mientras apoyó su cabeza contra las baldosas de la ducha. Había sido muy agradable.

Lo curioso fue que nada sucedió realmente. Sólo eran él y Loki. No se dijeron nada el uno al otro. Ni siquiera se miraron entre ellos. Sólo eran ellos dos. Haciendo nada. Y Tony jamás había sentido tanta paz.

Se preguntó qué debían hacer. Tony quería sentir esa sensación de paz nuevamente. Simplemente quería saber que Loki estaba ahí, incluso si no se decían nada, así que estaba bien.

Tony cerró la ducha y se secó. Envolviendo una toalla alrededor de su cintura. Salió del baño en busca de ropa limpia. No es como si fuera a encontrar alguna en su taller.


Tony hizo durar su tercera taza de café de esa mañana. El clima estaba bastante frío y Tony podía ver su aliento y el de Loki, pero ninguno de los dos parecía perturbado por el frío en cuanto se sentaron en una banca en el parque.

Loki tomó un sorbo de chocolate caliente y quedó con la mirada perdida entre las personas que venían a visitar el parque. No tenía ningún plan en mente así que Tony le sugirió venir al parque.

—No pensé que te vería el día de hoy. —Dijo Tony mientras tomaba un sorbo de café. Vaya, eso estaba bueno.

Loki se encogió de hombros, su atención se desvió hacia una ardilla que estaba luchando con un cacahuete. —¿Siempre te despiertas así de temprano cuando tienes día libre en la escuela? —.

—Pensé que podría ayudarle a mi mamá con la preparación de Acción de Gracias. —Respondió Loki mirando la ardilla.

Tony asintió. —¿Por qué no lo estás haciendo? ¿O simplemente me extrañaste mucho? —.

—Thor. —Admitió Loki.

—¿Qué pasó? —Preguntó Tony. Eso tenía un poco más de sentido. ¿Qué mejor manera de evitar a tu hermano? Tony no tenía hermanos pero tenía gente que le gustaba evitar. Pepper vino a su cabeza casi de forma automática.

Loki vio cómo la ardilla resquebrajaba el cacahuete y mordisqueaba la nuez en su interior. —No importa. —Dijo Loki.

Así que Tony iba a tener que insistir. Si hubiera sido otra persona, simplemente lo hubiera dejado ahí, pero sintió que Loki quería contárselo. —Claro que sí. Está claro que te molesta y, aunque a algunas personas les puede resultar más difícil de creer, no me considero tan mal oyente. —Tony le dirigió una sonrisa entusiasta.

Loki tomó otro sorbo de su chocolate. —Thor me preguntó que si era gay. —Dijo Loki.

—¿Por qué preguntó? —.

Loki soltó una carcajada de incredulidad. —¿Qué? —.

Negó con la cabeza. —La mayoría habría respondido con "¿lo eres?" —.

Tony se encogió de hombros. —Yo no soy la mayoría. No me gusta entrometerme. Además, sería tu amigo incluso si te gustara un pulpo de tres ojos. —.

—Tendré eso en mente. —Sonrió Loki.

—Ese es el espíritu. —.

—No creo que le importara la respuesta. —Continuó Loki. —No me preguntó directamente. Thor puede darle rodeo a un problema si su estado de ánimo se lo permite. —Loki apartó su atención de la ardilla y comenzó a juguetear con su vaso. —En lugar de eso, me acusó de mentirle. —.

—Parecía más molesto porque no se lo dije. Como si fuera su derecho a saber. —Loki puso el vaso en sus labios y se bebió el resto de la bebida caliente. —Thor tiene que saberlo todo. Tiene que estar en todo. Sobre todo si se refiere a mí. —.

Comenzó a arañar el poliestireno del vaso con su uña. —En todas partes que doy la vuelta, él está ahí, mirándome. Asegurándose de que no cruzo la línea. Y si lo hago, corre donde papá a contarle la gran decepción que soy. Más que una decepción. —.

—No eres una decepción, Loki. —Respondió Tony.

—Lo soy. —Afirmó Loki. —Sé por qué te lo digo. Te dicen que no lo eres. Que eres algo especial y maravilloso. Pero puedes notarlo por la manera en que te miran. La forma en que mi padre me mira. —.

—Brindaré por eso. —Murmuró Tony mientras tomaba otro sorbo de café.

Loki finalmente levantó la vista hacia Tony como si acabara de darse cuenta que estaba allí. —Igualmente. —.

—Sí… —Confesó Tony. —Mi padre… bueno, a él no le importo una mierda. —Observó cómo Loki destruía su vaso vacío. —Está lejos trescientos sesenta días al año. Viene de vez en cuando por unas horas… —Tony tragó saliva. —Ni siquiera me voltea a mirar. —.

Loki asintió en silencio.

Tony nunca le había dicho eso a nadie. Pepper lo sabía, igual que Steve, Bruce, Rhodey y Clint, pero Tony nunca se los había contado. Ellos lo sabían. Decirlo era como finalmente aceptarlo. O tal vez, darse cuenta de que no estaba solo.

—Lo soy. —Finalmente dijo Loki. Tony lo miró, tratando de procesar la información.

—Eso es mejor que el pulpo de tres ojos. —.

Loki rió, a lo que Tony se unió con entusiasmo.

Una vez que la risa se calmó, Loki admitió. —Sin embargo, no se lo dije a Thor. —.

—Deja que lo averigüe por sí mismo. —Le sugirió Tony.

—No dejará ese tema tan fácilmente. —.

—Sí, bueno… es Thor. —Razonó Tony. —Lo superará o le harás superarlo. —Tony vio un carrito de perros calientes y le dio un codazo a Loki. —Vamos, Loks, te compraré un perro caliente. —Tomó su mano y lo arrastró al carrito de perros calientes.

—Dos. —Le dijo Tony al vendedor mostrando dos dedos en caso de que el tipo fuera más estúpido de lo que ya parecía. —¿Qué quieres en el tuyo? —Preguntó Tony.

—Nada. —.

—Sí, señor. —Dijo Tony. —Uno sencillo y otro con todo. —Le dijo al vendedor. El tipo les dio dos perros calientes y Tony pagó.

—Cómetelo. —Dijo Tony mientras tomaba un gran mordisco. Loki hizo una mueca, pero después de echarle salsa de tomate, felizmente se comió el suyo.

—Tengo la sensación de que estás tratando de decirme algo. —Murmuró Loki mientras mordía su perro caliente.

Tony le hizo una mirada inocente. —¿Qué quieres decir con eso? —.

Loki se encogió de hombros mientras comía otro bocado, con una sonrisa en los extremos de su boca. —Siento como si estuvieras intentando engordarme. —.

Tony rió ante ese comentario mientras conducía a Loki de nuevo a la banca. —¿Qué puedo decir? Me gusta que mis chicos tengan un poco de carne en sus huesos. —.

Loki empujó a Tony, haciendo que se tropezara con una pareja desprevenida que estaba caminando en la dirección opuesta. Tony balbuceó una disculpa antes de correr hacia Loki que estaba resoplando de la risa.

—Ríete todo lo que quieras. —Se quejó Tony. Loki felizmente lo complació.


Tony no había estado en una tienda de cómics en años. Filas y filas y estantes sobre los estantes de las historietas. Cajas en el piso y vitrinas llenas de historietas. Juguetes, figuritas, aparatos, camisas y otros recuerdos. Era como volver a casa después de un largo viaje.

—Si ya terminaste de imitar a un pez, —Se burló Loki. —Me gustaría entrar. —.

Tony lo fulminó con la mirada, pero se distrajo momentáneamente por una silla inflable de Star Trek. Tacha eso, una silla inflable de capitán de Star Trek. Tony definitivamente había muerto y había ido al cielo.


—Adivina quién soy. —.

Loki levantó la vista del libro que estaba ojeando para encontrarse con un Boba Fett muy pequeño. Loki podría jurar que Tony estaba sonriendo como un imbécil detrás del casco. También le estaba apuntando directamente con el desintegrador de Boba.

—¿Te dejan jugar con eso? —Preguntó Loki, preocupado por la mercancía.

El casco se balanceó de arriba a abajo. —¡Lo compré! —.

Loki intentó luchar contra su sonrisa pero no pudo. Le dio unas palmaditas a Tony en el casco y volvió a su libro. —No sé por qué me llaman el nerd. —.

—Soy mejor ocultándolo. —El eco de Tony llegó en respuesta.

—Puedo verlo… —Dijo Loki mientras rodaba sus ojos.

Tony puso mala cara debajo del casco, sabiendo que Loki no podía verlo. —Estás celoso. —.

—Tengo que admitir que lo estoy. —Dijo Loki mientras ponía el libro de vuelta en el estante y cogía otro.

Tony le entregó a Loki el desintegrador mientras se quitaba el casco. —No puedo respirar con eso. —Tony ciertamente sonreía como un tonto. —¡Vamos! No puedes decirme que no es asombroso. —.

—Por desgracia, no puedo. —.

—No te desanimes, Spock. —Dijo Tony mientras le tiraba una camisa azul a Loki.

—Eres el mayor idiota del universo. —Loki sonrió con malicia mientras sostenía la camisa con el siempre familiar logo ubicado en la esquina superior derecha.

—También te tengo un arma. —Exclamó Tony, tirando el arma del bolsillo de su abrigo. —¡Esto es muy emocionante! —.


Loki llegó a casa alrededor de las cinco. Tiró sus cosas en su habitación antes de ir a la cocina donde su mamá estaba destripando una calabaza.

—Hola madre. —Sonrió Loki mientras la besaba en la mejilla. —¿Necesitas ayuda? —.

—Me encantaría. —Dijo. Loki suavemente la empujó a un lado y comenzó a destripar la calabaza con entusiasmo. —¿Te divertiste? —.

—Mmmm. —Respondió Loki, estaba muy concentrado.

—¿Qué hicieron Tony y tú? —.

Loki rió. —Parque, perros calientes, tienda de cómics, compras, pizza, payasadas en general. —.

Frigga se lavó las manos, feliz de ver a su hijo tan despreocupado. —¿Algo más? —.

—No. —Respondió Loki. —Tony dijo que podría venir para mañana. —.

—¿En serio? —.

—Le dije que harías pastel de calabaza casera con calabazas reales. —.

—¿Es por eso que estás ayudando? —.

Loki se burló de su mamá. —Te iba a ayudar de todos modos. —.

—Thor estaba desanimado hoy. —Le dijo Frigga. —¿Sabes por qué? —.

—Tuvimos una pequeña discusión. —.

—No te ves molesto por eso. —Loki levantó la vista de su trabajo. —Por lo general, me frunces el ceño cuando te menciono las discusiones entre tú y tu hermano. —.

Loki se encogió de hombros mientras comenzó a cortar la calabaza. —Me dieron un consejo. —Le dijo Loki. —Además, fue una discusión estúpida. —.

Frigga observó a su hijo cortando la calabaza. Loki parecía diferente, de alguna manera. Maduro. Sabía que Loki estaba creciendo y que eventualmente dejaría de ser el niño que ella consentía, pero su corazón no era tan pesado como se sentía por lo general. Ella sabía que Tony sería una buena influencia.

—Y ¿mamá? —Frigga le puso atención a su hijo. —Haz que el suéter de Tony sea rojo. Con puños amarillos. —.