LO MEJOR DE LO PEOR

Mi versión del cuento de la Cenicienta... y sí, también es otra historia de Draco y Ginny.

A quien correspondan los derechos, yo sigo escribiendo por mero gusto y sin fines de lucro.

- D & G -

-¿Luna, sería posible que habláramos? – La voz firme de Blaise Zabini acababa de cortarles la risa a un par de chicas.

La tarde estaba comenzando a morir en los terrenos de Hogwarts cuando Luna y Ginny habían puesto fin a su sesión de repaso al aire libre y estaban haciendo el camino de regreso al castillo entre risas y bromas. Y de la nada, Blaise Zabini, ese chico de Slytherin tan lindo con su piel de chocolate y ese cuerpo tan remarcado, se había puesto delante de ellas y soltado aquellas palabras.

La pelirroja se detuvo en seco, tan sorprendida como su amiga, la miro de reojo mientras su mano ya buscaba la varita en el bolsillo.

-No quiero hacerte daño –mencionó el muchacho con calma-. ¿Qué dices, eh?

Turbada pero llena de curiosidad, Luna levantó una mano para que Ginny no sacara la varita. –Está bien.

-Esperaré por allá –dijo Ginny señalando hacía el lago, pero antes de dar un paso, se encargo de darle a Zabini una de sus más duras miradas.

Recargándose en el tronco de un árbol, los brazos cruzados y la varita lista por si se requería, Ginny se dispuso a vigilar la escena. Casi no le llegaba nada de las voces, lo cual no le molestaba, cuidar de Luna era distinto a espiarla, sólo quería asegurarse que el de la túnica de Slytherin no intentaba nada extraño. A todo esto, ¿qué podría estar intentando el sujeto con Luna?

D & G -

A pesar de los reclamos de Ginny que la miraba con toda la incredulidad de la que era capaz, Luna solamente podía identificar un sentimiento dentro de sí misma: ¡emoción!

-¡Emoción! –proclamó dando otra vuelta y jugando con su falda del colegio al mismo tiempo -. ¡Emoción!

-Pero, Luna…

-¡Emoción! –Luna volvió a gritar y tomó de las manos a Ginny para ponerse a dar alocados giros con ella.

Después de un rato más de protestas, Ginny al fin cedió a la brillante sonrisa que Blaise le había puesto en la cara a la rubia.

-Cuéntamelo otra vez –pidió esbozando una sonrisa también -. A lo mejor así me lo acabo de creer.

Luna soltó otra risa y finalmente, se dejo caer junto con Ginny sobre la hierba muy cerca de la escalera de piedra que llevaba al castillo.

-Blaise…

-¿Blaise? -¿Desde cuando Luna llamaba por su nombre de pila a los de Slytherin?

-Blaise.

-Ok…

-Blaise me ha invitado a salir, ha dicho que no ha podido evitar sentirse atraído por mi, uhm… quiere saber si podemos llegar a algo… ¿qué? –Mientras Luna hablaba, Ginny había vuelto a poner esa cara de incredulidad total-. ¿Te parece tan raro que alguien se sienta atraído por mí?

-No es eso.

-Es porque es de Slytherin. ¿No? –Ginny respondió moviendo la cabeza afirmativamente-. Fue lo primero que pensé, lo admito. ¿Pero sabes? No hay que tomarlo tan a la tremenda, no es que me haya pedido matrimonio ni nada así. Y he decidido que no pierdo nada al intentar conocerlo más.

Ginny soltó una risa-. ¿Vas a decirme que su aspecto no influyó?

-Fue lo segundo que pensé –admitió la rubia riendo-. Que el uniforme lo favorece…

Ginny siguió riendo mientras Luna le refería la cantidad de observaciones que le había hecho a Blaise en escasos diez minutos que habían hablado, y la risa les duró a ambas toda la cena mientras observaban al chico y un rato más, hasta que se separaron para ir a sus respectivos dormitorios.

De camino a la sala común de Ravenclaw, Luna fue interceptada una vez más por la encantadora sonrisa de Blaise Zabini.

-No has dejado de mirarme y reír toda la cena –dijo. Y Luna advirtió un brillo extraño en los ojos verde olivo del muchacho -. ¿Estás burlándote de mí?

-No –Luna decidió que lo mejor era ser franca -. Sólo estoy emocionada.

-¿Entonces es un sí? ¿Saldrías conmigo?

-Es un sí –sonrió.

D & G -

En los días que siguieron, Blaise y Luna visitaron Hogsmade juntos y se les llegó a ver yendo juntos a clases. Hasta que una noche entraron de la mano al comedor y la joven se sentó en la mesa de Slytherin, junto a su novio.

Ginny les sonrió a ambos desde su mesa y se dispuso a cenar junto a Neville y Hermione quienes no hicieron pregunta alguna, como si hubieran intuido días antes, al ver la ilusión en el rostro de Luna, que no iba a tardar en darse a conocer su relación.

Poco a poco, Blaise se estaba ganando la confianza de los amigos de Luna, era necesario. No solamente por ese rollo del fin de la guerra; sino porque Ginny, Neville y Hermione eran importantes para Luna, y Luna lo era para él. Si ella estaba contenta, entonces él podía omitir las miradas desdeñosas de sus compañeros de casa.

Muchos de Slytherin buscaron provocarlo desde el momento en que iniciaron los rumores sobre Blaise y Luna, pero resultó que ambos estaban tan acostumbrados a la crítica que en realidad a ninguno le importaba.

Además, Blaise consideraba amigos a pocos y ellos estaban de su lado. Desde el principio, había contado con el apoyo de Theodore Nott y de Draco Malfoy, hecho notable ya que ambos eran hijos de mortífagos; un par de chicos a quienes la guerra les había pasado frente a los ojos, tan de cerca que les había sido imposible serle ajenos, llevarían por siempre los recuerdos encima, pero también las lecciones. Tanto Blaise como Draco y Theodore entendían ahora que la vida era demasiado corta como para detenerse a escuchar a los demás.

Fue justo así, pensando en ellos tres y en lo mucho que habían cambiado en el último año, que Blaise tuvo aquella genial idea: Hacía mucho desde que habían estado en una fiesta. Hacía falta que alguien organizara una…

-Es una idea absurda –refutó Draco en cuanto Blaise le comunicó su ocurrencia. - ¿Te parece que tenemos realmente algo que celebrar? ¿Nosotros?

Blaise no se dejo intimidar-. La vida…

-¿Cómo? –Draco estaba arrastrando las palabras con toda la intención de molestar a Blaise. -¿Nuestra vida? ¿Es eso lo que quieres celebrar? ¡Oh, cómo yo siempre quise ser un paria!

-¿Nott? –Blaise se dirigió al muchacho que hasta ese momento lo había observado impasible.- ¿Qué opinas tú?

-Yo comprendo que estas feliz –Theodore mostró una sonrisa condescendiente. –Pero, Blaise, hacer fiestas no va con nuestra nueva condición de "detestados".

Blaise comenzó a reírse. –A lo mejor así dejan de detestarnos.

-Es que no creo que muchos quieran venir –Nott replicó paciente.

-¡Oh! ¡Pero claro que vendrán! –Chilló Blaise-. Hace meses que todo el colegio parece muerto y no creo ser el único al que le esta haciendo falta tomar unos tragos y bailar.

En esos momentos, Luna entró a la biblioteca, donde los tres Slytherin habían estado haciendo deberes momentos antes de que a Blaise se le ocurriera lo de la fiesta. En cuanto la vio, Blaise echó todo a la mochila y se puso de pie rápidamente para irse con ella. Draco y Theodore se limitaron a seguir sus movimientos, ellos iban a quedarse un rato más.

-Tan jodidamente feliz –murmuró Draco cuando a Blaise y a Luna los regañaba la señora Pince por besarse en la biblioteca.

-Ella en verdad no tiene ningún prejuicio –apuntó Nott volviendo a sus deberes-. Es una suerte ¿no?

Draco pensó en él mismo, en su orgullo herido al saber que los padres de Pansy no le iban a permitir volver a Hogwarts para evitar toda relación con él, en sus compañeras de casa que ahora se pensaban superiores, en cada rostro que lo tachaba de mortífago; Nott tenía razón: Blaise era un maldito afortunado. Luna estaba loca, pero no juzgaba a ninguno de ellos.

-Ella no puede ser la única en Hogwarts –murmuró Draco.

-¿Qué? –Nott levantó la vista de su pergamino.

-La Lunática, no puede ser la única en el colegio sin prejuicios.

Nott se acomodó las gafas con un toquecito sobre el puente de la nariz-. Supongo que no.

-Entonces hay que hacer esa maldita fiesta.

-Me temo que no te sigo, Draco.

-¿No lo ves? Si somos nosotros los organizadores vendrán pocos…

-Eso seguro.

-Déjame terminar. Vendrá quien valga la pena.

-Estas tan loco como Blaise… -rio Theodore.

El rubio mostró una sonrisa burlona y se alzó de hombros. Durante el último año, había estado deseando ser otra persona, cualquier otra, que no tuviera que llevar la carga Malfoy encima; ahora la carga era distinta pero le parecía casi igual de pesada: Seguir siendo un orgulloso Malfoy aún en esas circunstancias… Era difícil. Y a pesar de que contaba con la amistad de Theodore y de Blaise, algunas veces se sentía sólo, probablemente nunca iba a admitirlo en voz alta, pero envidiaba a un poco a Blaise, no por estar con la Lunática, sino por que el muchacho vivía ahora con la seguridad de que ya no estaba solo.

Esa noche, cuando Blaise y Luna se sentaron a cenar en la mesa de Ravenclaw, Draco se permitió un momento para observarlos, vio las miradas desagradables de los otros ocupantes de la mesa y nuevamente se sintió envidioso de la forma en que Blaise podía buscar la mano de Luna con la certeza de que estaba allí para darle un apretón y hacerle sentir apoyado. No, ella no podía ser la única en el castillo a quien no le importara su terrible pasado.

- D & G -

En unos días, ya todo el colegio sabía de la fiesta que tendría lugar en los terrenos del castillo. Horace Slughorn, el jefe de Slytherin, había solicitado a la directora que les diera permiso a los chicos de pasar un rato juntos, con la excusa de fomentar la convivencia entre los alumnos.

Por supuesto, Minerva McGonagall concedió el permiso pues le parecía urgente que los estudiantes volvieran a parecer eso: jóvenes estudiantes. La directora tenía la horrible impresión de que todo mundo se sentía atrapado en el colegio. ¿Y cómo no? Si cada uno tenía su tanda de malos recuerdos. Sabía que la mayoría había vuelto por mero requisito para hacer una carrera superior, algunos solo por dar el gusto a sus padres de verlos graduados. Y los pasillos del colegio se sentían pesados, secos y solitarios; por eso, porque la directora extrañaba los ecos de las risas, las bromas y la alegría juvenil que había llenado al castillo en años anteriores a la guerra fue que se les permitió a los tres Slytherin planear su fiesta con la única condición de invitar a todo el colegio.

Cuando Ginny Weasley se enteró, le pareció en definitiva una idea absurda, es probable que por eso le gustara tanto.

Desde el principio del ciclo escolar, ella y Luna se habían propuesto que no iban a dejarse vencer por la tristeza, se habían hecho promesas mutuas de ayudarse a sonreír y a encontrarle a cada cosa que les sucediera un lado positivo. Lo harían en nombre de todos los que habían perdido la vida por salvar su amado mundo, por salvarlas a ellas y a los demás.

-Además –apuntó Luna cuando le contó sobre la fiesta -. Hace mucho que no nos peinamos…

Ginny sonrió pensando en la última vez que ella y Luna se habían arreglado juntas para una fiesta: la boda de Bill; aunque tuvo un horrible desenlace la noche, había sido un día lindo, tenía varios recuerdos geniales de aquel día. Por eso, a pesar de todo el dolor de los meses pasados, a Ginny le pareció que tenía ganas de hacer aquello, desempolvarse, ponerse una túnica bonita, sacudirse toda la tristeza definitivamente y bailar ¿por qué no?

- D & G -

Por cortesía del padre de Luna, quien estaba realmente feliz en aquellos días, Luna y Ginny se permitieron estrenar túnicas para la primera fiesta que se celebraría después de la batalla de Hogwarts.

Fuera, en los terrenos, se habían colocado mesas cuadradas para ocho personas cada una alrededor de una pista de baile que parecía estar hecha de cristal y cuyo borde se difuminaba con el lago, había luces y cristales de colores por doquier y una suave música, cortesía de un trío de cuerdas, completaba el ambiente.

Luna llego muy temprano al lugar, del brazo de Blaise Zabini, ambos iban vestidos de azul. Él con dibujos de estrellas en una de las mangas y sobre la mejilla y ella con pendientes y dibujos a juego sobre la capa de la túnica. Formaban una pareja bellísima.

Draco y Theodore también fueron de los primeros en llegar, después de todo, eran los supuestos anfitriones de aquella velada.

Theodore vestía una túnica negra simple y sobria, muy elegante. Estaba jugando con un antifaz negro entre sus manos como si no acabara de decidirse a utilizarlo.

Draco, por su parte, llevaba una finísima túnica gris oscuro con bordados plateados en forma de hojas sobre la capa, de cuello alto y que se acompañaba de un pendiente negro en forma de hoja sobre su pecho, descubierto hasta la mitad.

Casi todos los habitantes mayores de quince años del colegio terminaron por acudir, por curiosidad o aburrimiento, ¿quién sabía? Hacía tiempo que los estudiantes de Hogwarts no estaban como para analizar cada acción que tomaban. La vida había sido dura y Blaise tenía razón, a pesar de todo merecía ser celebrada.

En algún momento, en el centro de la pista de baile apareció Imelda Dent, la famosa cantante, desaparecida durante casi toda la Guerra. Comenzó con una canción alegre, algo que sonaba como "la vida es una snich, la tienes y luego ya no" y logró animar a todos los presentes, que formando grupos se unieron al baile, hasta ese momento acaparado por Blaise y Luna.

Ginny comenzó a bailar junto con Neville y Hermione muy cerca de Luna. Ese fue su primer error de la noche: ponerse de pie y dejar que todos los presentes notaran su extraordinaria belleza. Había elegido una túnica negro brillante con el borde de las mangas y el cuello decorados con cristales, llevaba el cabello decorado con reflejos oscuros para que se llevara mejor con la túnica y recogido en un bonito tocado plateado. Capturó las miradas de casi todos los hombres presentes con su piel blanquísima y polveada con un tenue brillo plateado.

Theodore y Draco se habían abstenido del baile, ambos se habían dedicado a dar vueltas a paso elegante alrededor de la pista de baile, como esperando a que sucediera algo, habían intercambiado miradas en cuanto la chica de la túnica negra se había puesto de pie. Ninguno la había reconocido, pero los dos sonrieron un poco embobados cuando las primeras gotas de sudor le cayeron a la chica por el escote.

Fue cuando Ginny Weasley cometió su segundo error: deseando tener una foto de aquel momento en que se estaban divirtiendo tanto, evocando sin querer momentos con Collin, su gran amigo y otra víctima de la batalla. Dejo de bailar en seguida.

Y en medio de toda aquella alegría, Luna no se dio cuenta de cuando Ginny se alejó de ella.

En mitad de su caminata alrededor de la pista, Draco Malfoy si la vio, a la distancia, seguía sin saber quien era aquella joven que momentos antes se encontraba bailando tan indiferente a las reacciones que causaba entre los hombres y que de repente apartaba a la multitud para salir de la pista y finalmente, de donde se llevaba a cabo la fiesta. Para cuando fue consiente, ya iba tras de ella.

Tercer error de la noche: Ginny Weasley estaba con los ojos llorosos cuando Draco la encontró a unos metros de donde se llevaba a cabo la fiesta. Y esos ojos, de repente le parecieron malditamente preciosos.

Draco sabía que no iba a olvidarlos fácilmente.

- D & G -

¡Continuará!

Pues ya está, en respuesta al reto "Cuento infantil" del grupo Drinny/Dranny: ¡El mejor amor prohibido! En Facebook, he logrado terminar el primer capítulo.

¡Espero que les guste!

Tenía ganas de poner a Blaise y Luna y su relación es vital para esta trama :D pero los siguientes capítulos serán más Drinny, lo prometo.

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