y es el final mis queridos lectores, siento que me tomara más de un año, pero estoy realmente nostálgica... Dios, se termino, no sé si de la mejor manera... pero despues de tanto tiempo, mi primer reto me trajo tanta felicidad y tanto dolores de cabeza y a ustedes, obviamente... Gracias... una vez más... por todo... no tengo palabras... más que espero que disfruten este ultimo capitulo.. los quiero y gracias

Ni los personajes, ni One Piece me pertenecen, todo es propiedad de Eiichiro Oda...

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Capitulo 14: Epilogo

Una semana había pasado desde que su capitan venció al mocoso más insoportable de su historia como pirata. Las vidas de los tripulantes regresaron a la normalidad o eso parecía, porque para la navegante algo había cambiado y no para bien, su capitan ahora estaba cada vez más distante, todo lo contrario a lo que los tripulantes creerían que sucedería, el capitan ya no buscaba estar todo el tiempo posible con la pelinaranja, es más, pasaba gran cantidad del día encerrado, conversando con Robin o con Zoro, incluso se le había visto hablar más con el músico, pero en cuanto a su navegante, él prefería evitarla.

Algo que sin duda traía con mucho dolor a la joven, la cual sentía que su relación se estaba deteriorando, aunque si era cierto que cada vez que podía intentaba hablar con ese idiota que tenia por capitan, este le respondía con frases cortas y luego huía…¿Qué estaba pasando?¿acaso Luffy no la quería tener cerca?... una pequeña parte de ella quería su atención, sus ojos negros fijos solo en ella y su sonrisa dulce y alegre, solo para ella…

Pero los eventos extraños se le sumaban, la enorme cantidad de cartas que recibía el joven pelinegro, además de las múltiples que él mandaba de regreso.

Una mañana, si mal no recordaba la navegante, ella había salido a ver el amanecer, extrañaba mucho eso de ver los días pasar y no había mejor recompensa que ver el hermoso amanecer en los mares del nuevo mundo. Pero esa mañana no estaba cargada de hermosos colores y si lo estaba, no había prestado la suficiente atención, todo debido a que su capitan estaba también allí, concentrado en el cielo, con su cabello negro al aire, pues su sombrero de paja estaba en sus pies reposando, sus ojos mostraban impaciencia y algo de esperanza con encontrarse con algo, no se dio cuenta de la presencia de Nami allí. Lo único capaz de llamar la atención de su capitan fue el llamado de Sanji, quien se había levantado temprano como de costumbre para atender el hambre de sus Nakamas.

En las manos del rubio estaba una carta y el periódico, los ojos de Sanji estaban concentrados en el capitan mientras se llevaba la carta hasta su nariz. El sobre mostraba una caligrafía femenina y un olor delicioso, por lo que la voz melosa del cocinero se hizo presente, dejando escapar frases que Nami comprendió, era una mujer la que le escribía a su capitan todas las mañanas y él se esforzaba por responder rápidamente, incluso el mismo día, Luffy le habia preguntado a su arqueóloga como se escribían ciertas palabras… algo que cargo su pecho de angustia y tristeza, ¿ Luffy estaría enamorado de aquella mujer a la que tanto le escribía?...

Y desde esa mañana ella dejo de hablarle a Luffy, es más lo trataba como si no existiese, todo por no apegarse más al pelinegro, por no sufrir un rechazo a un sentimiento que ni ella misma tenia claro…pero lo que la navegante no sabia era que el capitan, también había notado su indiferencia hacia él, lo que hacia las cosas aun más difíciles de lo que ya se había imaginado que serian.

Pero las cosas tendrían que cambiar unos días después, en el almuerzo del Thousand Sunny. Todos los piratas estaban reunidos, peleando y discutiendo por la comida, incluso Nami, quien había recobrado su fuerza amenazaba a Ussop con su puño si llegaba a tocar su comida.

-Nee, Luffy, ¿Cómo va tu conquista?- la voz del francotirador, dejo en silencio a cualquier tripulante, en especial al capitan, quien trago con dificultad el enorme trozo de carne que tenia en su boca. Los ojos de los demás Nakamas se centraron en el mencionado, mientras sus mejillas se teñían de un color carmesí.

-¿uh?- Luffy, agarrado por la sorpresa desvió sus ojos negros hacia su navegante, quien al sentir esa mirada negra sobre ella, bajo su rostro, en señal de un claro dolor.

-No te hagas el tonto, todos sabemos que has estado muy raro últimamente, y si hay de algo que sabe el gran capitan pirata Ussop, es que nada más una chica puede cambiar así un hombre.- el joven de nariz larga estaba ahora con una pose intimidante, pero antes de que tan siquiera pudiese responder o defenderse en contra del ataque, un sonido los saco de la incomodidad, la puerta de la cocina se había cerrado. Nami había salido de aquella incomoda situación, para tomar un poco de aire, quería estar sola, quería que esa rabia y ese terror se apartaran de ella, por lo que simplemente se dirigió al acuario.

-ahí tienes tu respuesta- contesto cortante, el espadachín, quien tras la salida abrupta de la navegante, fue el único capaz de emitir palabra…

Las cosas entre Luffy y Nami no habían mejorado, ni mejorarían si alguno de los dos se atrevía a aclarar semejante malentendido, pero ambos siempre serian unos cabezas duras para esto de los sentimientos, por lo que necesitarían una mano, o varias en realidad… y para eso estaba ella, la arqueóloga con misteriosa sonrisa, quien tras la terrible incomodidad que se respiro en el almuerzo se aventuro a buscar a su hermana menor en el barco.

-Navegante-san… Navegante…-la voz de la arqueóloga alcanzo por fin los oídos de la pelinaranja, quien se escondía en el acuario, tratando de que la ira y el dolor desaparecieran, esa voz de su mejor amiga, estaba allí llamándola y ella no se motivaba a contestar, porque sabia que a aquella mujer demonio jamas se le iba a escapar nada.-Navegante… Nami… te encontré.- los ojos tranquilos y maternales se fijaron en el rostro de la navegante, quien simplemente se resigno y con el rostro manchado por la tristeza, sonrió de medio lado.

-¿Qué pasa, Nami?- la llamo por su nombre, haciendo entender que podía confiar en ella.

-No…no lo sé…-la pálida mano de la pelinaranja se entrometió entre sus cabellos, intentando darle algún sentido a todo lo que sentía. – me siento como una tonta, Robin, me siento como si en el preciso momento que regrese a la vida, era una vida a la cual no quería regresar…no me malentiendas, jamas regresaría en donde estuve, jamas… pero, no era lo que quería, de alguna forma esperaba algo … más- los pasos de la navegante aumentaban a medida que sus palabras salían de sus labios, pronto estuvo dando unas cuantas vueltas al acuario intentando explicar, que se ahogaba… era algo así…como ahogarse en ese terrible remolino de infinitas emociones.

-¿Qué esperabas?- presiono un poco más la arqueóloga, mientras con su poder, detenía a la chica para que dejara de girar y así la mirara directamente.

-…de quien esperaba…-corrigió la navegante con algo de dificultad.

-Capitán-san…-

Los ojos anaranjados de la gata ladrona reflejaron cierto dolor…y su rostro cambio completamente de semblante…

-si…ii-contesto con un nudo en su garganta.

-estas celosa…-no era una pregunta, era una afirmación y Nami lo sabia, como sabia que era un error estar celosa, que Luffy la salvara no era nada, lo hubiese hecho con cualquier nakama y ella lo sabia, pero no soportaba creer que "aquel lugar especial" que ella creía tener en el corazón de su capitan, estaría ocupado por alguna chica, que ni siquiera esta allí para él, un suspiro agónico se disparo por sus labios.

- si es cierto que el capitan ha estado compartiendo una extensiva correspondencia con alguien, que no tengo idea quien sea…pero lo que tu estás haciendo es huir, Nami, si tanto te preocupa saber que es lo que esta pasando por la cabeza de Capitán-san, ¿Por qué no se lo preguntas? El chico es tan tonto que no se dará cuenta que estas celosa, pero no es tan idiota como para saber que lo has estado evitando… así como él a ti… vamos Navegante-san, tu eres más inteligente…-la arqueóloga había tocado un punto importante, el orgullo de la chica, sí… ella era inteligente y no dejaría a su loca imaginación terminar la historia. Se fundió en un abrazo de agradecimiento con su hermana mayor y salio con una enorme sonrisa llena de gratitud.

Pero aquella noche, la pelinaranja, rogó en su interior volver a sentir un ápice de aquella convicción con la que había salido del acuario. Era una noche especial, después de una semana en la cual pudieron recuperarse por completo de los daños, tanto el Thousand Sunny, como sus tripulantes; celebrarían el final de aquella pesadilla, el barco estaba completamente decorado con luces que rodeaban todo el lugar, las velas estaban completamente extendidas, mostrando en alto el enorme símbolo que los caracterizaba, había comida por montones, carne, helados, diferentes peces y mucho, mucho sake…pero el apetito de la navegante se había visto reducido drásticamente, mientras un terrible nudo se formaba en su estomago, tenia puesto su mejor vestido y se había puesto incluso una pequeña capa de maquillaje, al igual que la arqueóloga, quien desde el comienzo de la velada, no se separaba del espadachín.

Una sonrisa picaresca se formo en los labios de la gata ladrona, quizás esos dos ahora compartían un vínculo especial, después se lo sacaría a la fuerza de ser necesario al espadachín, dio otro enorme sorbo del licor amargo, sintiendo así como un calor inexplicable se acumulaba en su cuerpo, se sentía viva… y con una leve sonrisa desvió su mirada de nuevo hacia su capitan, quien aquella noche resplandecía de alegría, llevaba puesto cierto traje clásico, un pantalón elegante negro y una camisa de botones roja tenia su sobrero y una corbata intentando adornar el conjunto, andaba sin zapatos pues bailaba en la mesa junto con Chopper y Ussop al ritmo de la música de Brook, la cual fue disminuyendo con lentitud, dando paso a un cocinero bien arreglado con una copa en su mano.

-chicos, propongo algo… ¿Qué tal si hacemos un brindis por nuestra navegante?...-los ojos del cocinero se tornaron rápidamente en corazones mientras observaba a la pelinaranja con las mejillas rojas de la sorpresa.

-estoy completamente de acuerdo, Nami-neesan esta de nuevo con nosotros y debemos estar agradecidos, me tomare el atrevimiento de empezar, querida hermanita me alegra mucho tenerte de vuelta, es algo que estábamos deseando con mucho fervor y al fin te tenemos aquí para que controles a esta manada de imbéciles… incluyéndome…por NAMI- Franky se había puesto realmente emotivo mientras con una diminuta mano robot se limpiaba las lagrimas.

Luego de aquello, cada uno de los tripulantes dieron a conocer lo alegres que se sentían de tener de nuevo con vida a la chica, quien tenia los ojos llorosos de tanto amor recibido, desde la confesión de amor de Sanji, pasando por el curiosos acoso sexual del esqueleto, la simple sonrisa de la arqueóloga, el llanto del doctor a quien ella misma afirmo le debía gran parte de la recuperación, el espadachín que simplemente se lamento de tener que pagarle aun el dinero que le debía y el francotirador quien con le comento que ser navegante es algo muy difícil para alguien como él. Hasta que pronto llego el turno más esperado, el capitan, quien con sus ojos por primera vez completamente fijos en la joven, se atrevió a emitir las palabras que tanto quería sacarse del pecho.

-Nami, no soy la persona más inspirada del barco, eso lo sé, pero quiero proponer este brindis, porque con tu regreso, nos devolviste la vida…me-ee… devolviste la vida, tenerte aquí es un privilegio, pues eres una grandiosa pirata y sin ti estaríamos perdidos, en más de un sentido, te doy gracias… porque quizás no te valoramos lo suficiente, la verdad es que eres gran parte de esta tripulación… y eres una bendición…para todos… para… mi- esto ultimo salio en forma de un suspiro incompresible para muchos, pero aquellos que se enteraron, fue lo más hermoso que pudiesen escuchar, incluso la navegante se había sonrojado enormemente, mientras la lagrimas golpeaban sus ojos, pero antes de que pudiesen cerrar el brindis, Nami se levanto y huyo de allí, de nuevo se quedaron en silencio, quizás fue demasiado.

…¿Qué quiso decir Luffy con esas palabras?...la navegante seguía corriendo hasta llegar a la parte trasera del barco, respiro profundo y se dio unos momentos más para volver, ¿fue demasiado grosera por salir corriendo?, ¿Qué había querido decir Luffy? Esa pregunta no salía de su mente y pronto recordó las palabras de la arqueóloga… tenia que hablar con él si quería saberlo, así que se giro y se dispuso a volver, pero incluso antes de que la chica diera un paso, allí …frente a ella estaba su capitan, un poco agitado pues había corrido con rapidez tras de ella.

-Na..Nami- antes de que terminara su frase la chica ya lo tenia amenazado por su dedo largo, a pesar de llevarle una cabeza a la joven, aun incluso sin zapatos, se intimido como siempre el capitan.

-Ahora escúchame Monkey D. Luffy… no sé quien te crees, o con que derecho estas jugando de esta manera conmigo... No sé que este pasando en tu cabeza, pero déjame decirte, que no me estas mandando una señal clara, señor capitan… -cada vez que la navegante daba un paso, el capitan retrocedía otro, haciéndole difícil concentrarse en lo que decía la pelinaranja quien estaba muy enojada con él.

-Na..nami, no no entiendo…-alcanzo a decir antes de que ambas manos de la pelinaranja lo empujaran por los hombros.

-Primero me salvas, diciendo que soy tu tesoro y que me dices jamas me harán daño, después intentas besarme, luego me ignoras completamente, huyes de mi y me entero que estas compartiendo correspondencia con una chica y ahora esto… ¿LUFFY QUE DEMONIOS TE PASA?-las lagrimas de la joven volvieron a sus ojos y Luffy entendió de inmediato que todo aquello era un malentendido.

-déjame …expli- pero un nuevo golpe lo volvió a interrumpir, la chica tenia rabia, si, con ella en principal, por que había ido en contra de su plan y había abierto su corazón, en lugar de su mente, le expuso sus inseguridades y sus conflictos en lugar de simplemente preguntar por las cartas… pero podía culpar al alcohol y a su capitan, una técnica cobarde.. pero su llanto aumentaba. La navegante fue acorralada de repente, estaba retenida por uno de los brazos de su capitan quien con su mirada negra y seria.

-Nami… es tu turno de que me escuches a mi, así que deja de golpearme y comportarte como una niñata…siento haberte hecho daño por un terrible malentendido, pero.. veras… desde que despertamos, me he sentido muy inseguro de como actuar contigo, tiene esta… extraña atracción que no me deja apartarme de ti y yo… pues ya sabes como soy de denso con esto de los sentimientos…-los ojos anaranjados no lo miraban directamente, por lo que con la mano libre que le quedaba el joven levanto la barbilla de su mejor amiga.- Mírame cuando te hablo, Nami…como decía… tengo esta terrible verdad, NO SÉ QUE HACER…para no alejarte de mi y tengo miedo, Nami, por Dios eres una persona muy importante para mi y con todo esto que estoy sintiendo por ti… necesito consejos, necesito tiempo para aclarar y planear como conquistarte… por que tengo miedo.. miedo a que me rechaces… no sabes cuanto quiero ser yo quien te proteja, te cuida y te haga reír… no sé Nami, me gustas, no te lo puedo negar… y no quiero que me digas que no… por eso he estado escribiéndome con una vieja amiga, que es como una madre para mi, Makino, para que me de consejos de mujeres, al igual que me he reunido con los que considero más sabios en este barco… agh.. Nami, arruinaste mi mejor declaración todo por ser una tonta…-Luffy termino su increíble declaración con una sonrisa suave en sus labios, llena de dulzura y la chica quien aun lo miraba con los ojos anaranjados completamente llenos de sorpresa, sonrió … por fin entendía todo, incluso la magnifica manipulación de su mejor amiga para poder dejar que todo saliese a la luz, y así con la navegante llena de alegría en sus labios, el capitan la dejo libre, para segundos después abrazarla con todas sus fuerzas.

-Eres un idiota, Luffy…¿Cómo es posible que sea capaz de decirte que no?... de verdad eres un idiota…es realmente obvio que también me gustas, además, no arruine nada… esta es la mejor declaración que podrías darme…Luffy…-la chica correspondió a su abrazo, hablándole directamente al oído, haciendo que la piel del próximo rey pirata sintiera esas cosquillas que nadie puede explicar.

Mientras el corazón del chico latía con fuerza, se separo levemente…y allí bajo la luz de todas las luces y estrellas que iluminaban la parte trasera del barco, el futuro rey pirata sello su confesión de debilidad y de locura, uniendo sus labios, en un dulce beso…mientras pasaba ambas manos por el rostro de su más preciado tesoro.

En el momento que simplemente necesitaron volver a verse se separaron, con una leve sonrisa en sus labios, pero algo llamo su atención todos los tripulantes del thousand sunny estallaron en gritos de vitoreo y aplausos, incluso algunos lloraban de alegría, el cocinero, por perder a una de sus hermosas damas.

Las mejillas de ambos se tiñeron de intenso color, y con una amenazadora mirada por parte de la navegante, todos los observadores desaparecieron.

-Una cosa más, Nami, no te he dicho… pero… he decidido que eres la tercera al mando de esta tripulación…-el rostro de alegría de la pelinaranja se desvaneció.

-Te…tercera?...TERCERA?-la ira se apodero de la joven.- SE PUEDE SABER ¿POR QUE NO SOY LA SEGUNDA…?-

-POR QUE YO LO DIGO, INGRATA, ESE PUESTO ES DE ZORO… -contesto con el mismo rostro el capitan.

-YO SOY PERFECTAMENTE CAPAZ DE VENCER A ZORO…-

-ESO LO DUDO- se escucho la voz del espadachín a lo lejos.

Y ambos reyes estallaron en risas, mientras la joven se colgaba del cuello de su pelinegro…

-me parece perfecto, capitan…se lo agradezco….-con la punta de su nariz rozo la de Luffy, quien la apego con fuerza.

-Y una cosa más… Nami… te amo…-

-yo también te amo, Luffy…- después de un beso aún más profundo que el anterior, continuaron con la fiesta, celebrando ahora el nuevo rango de la chica, como tercera al mando y la próxima reina pirata.

Algo que jamás olvidaría Luffy, es como esa lucha entre la vida y la muerte, había terminado en esa dulce situación de sentirse tan vivo, si bien aun no era el rey pirata, se sentía el rey del mundo, al menos ahora su mundo, el cual estaba tranquilo y completo. La tripulación más fuerte de la Era pirata, estaba completa y con lazos muchísimo más profundos, jamás alguien se atrevería a separarlos… o pagaría las consecuencias…aun así la vida como piratas era peligrosa y eso los hacia sentirse más vivos que nunca.

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Espero les guste :), y no me abandonen como escritora, plizi! jajajaja

nos leemos! un abrazo, un placer escribirles!

no puse lemon como me pidieron, porque aún no me siento capaz como escritora de hacerlo. Igual... no morire y ya veremos como continua esto!... igual espero que aun les guste

att: Misus11