Disclaimer: Toda trama, lugares y/o personajes pertenecen a Stephenie Meyer, con exclusión de los de mi autoría. Es una historia sin fines de lucro, solo para diversión pública y personal.


~*~ Capítulo 21 ~*~

¿Esa Soy Yo?


*Lexie POV*

Lexie, levántate"- Llamó mi hermano.

"Es el ultimo día del año, no hay nada que hacer hasta la noche, déjame dormir un poco más."- Dije mientras me tapaba la cara con la sábana.

"Son las diez de la mañana, ¿qué más quieres dormir?"- Preguntó aburrido de que sucediera lo mismo todos los días.

"Por lo menos hasta la cinco de la tarde, ¿se puede?- Dije por debajo de la sábana. En ese momento, sentí como era golpeada por algo. "¡Alexei!"- Dije gritando y desarropándome molesta. El muy infeliz me había dado con la almohada. "¡Eso quema, bruto!"- La próxima vez se lo hago a él, a ver si le gusta.

"Levántate"- Dijo sin prestarle atención al insulto.

"No quiero."- Me quejé, busqué la sábana y me volví a arropar.

"Avanza"- Ordenó divertido mientras se sentaba en una esquina de la cama "Los Cullen llamaron."- Dijo como si no fuera importante. Lo que llamó mi atención y causó que fuera deslizando la sábana lentamente hasta destapar los ojos y la nariz, luego miré a mi hermano y pestañé rápidamente en señal de que ya tenía mi atención. "Anormal"-Dijo sonriendo. Le saqué la lengua, pero al estar cubierta con la sábana, lo único que se vio fue el leve levantamiento de la tela.

"¿Qué dijeron?"- Pregunté un poco audible.

"¡Ya quítate eso!"- Dijo irritado mientras agresivamente me desarropaba. "Deja las monerías y presta atención"- Regañó.

"¡Oye!"- Me quejé mientras me iba sentando en la cama. "Amargado"- Susurré.

"Como te decía."- Dijo, pasando totalmente de mí. "No dijeron mucho, solo que nos preparáramos porque Carlisle nos quiere mostrar algo, urgente y de mucha importancia."- Decía mientras se levantaba de la cama y se preparaba para salir.

"¿Qué será?- Pregunté curiosa mientras me levantaba de la cama de un salto.

"¿Si lo supiera, ya te lo hubiera dicho, no?"- Preguntó y automáticamente alcé mi mano para golpearlo, pero lo pensé mejor, la bajé, le pasé por el lado molesta y me fui hacia el baño.

"Idiota"- Dije mientras cerraba la puerta fuertemente y me preparaba.

Hoy despediríamos el año.

Días atrás, Carlisle había llamado a Charlie para invitarnos a todos a que despidiéramos el año con él y el resto de la familia Cullen. Al principio estuvo indeciso porque no quería molestar a nadie y casi siempre lo despedía solo, durmiendo o con Harry Clearwater, su familia y Billy Black. Así que tuvimos que Alexei y yo convencerlo de que como nosotros estábamos aquí, no lo queríamos pasar solos, ni mucho menos durmiendo, sin importa lo mucho que me guste dormir. Sin embargo, Alexei dijo la frase que estoy segura fue la que lo convenció. A regañadientes, pero, lo convenció.

Le dijo que como ahora su hermana, o sea yo, era la novia de uno de los Cullen, o sea Edward; que la familia quería que todos pasáramos esa noche unidos y que ese momento era la oportunidad perfecta que Charlie tenía de conocer seriamente al novio de su sobrina.

Ahora el día había llegado. Hoy Charlie iba a conocer 'formalmente' a Edward; y aparte íbamos a festejar todos juntos.

Lo que no me cuadraba era el asunto de que la despedida de año es por la noche y aun no es ni medio día. Entonces, ¿por qué querían los Cullen hablar con nosotros tan urgentemente, según dice Alexei?

Vete tú a saber.

En fin, me bañé, me vestí normal, y bajé las escaleras con rumbo a la cocina para desayunar. Alexei había hecho pan con huevos revueltos y tocineta. Desayuné feliz.

"Ustedes como que no salen de la casa de los Cullen."- Comentó de momento Charlie mientras leía el periódico y también desayunaba. Lo miré y le sonreí grandemente, como si nos hubiera descubierto metiendo la mano en la jarra de galletas.

"Y más ahora que Lexie y Edward están juntos."- Añadió más leña al fuego mi querido hermano, quien estaba de pie, a mi lado, y al cual discretamente pisé fuertemente. "Auch"- Se quejó suavemente como si no le hubiera dolido mientras me miraba con los ojos desorbitados, como si estuviera loca, a lo que Charlie nos miraba como si no supiera lo que acaba de pasar.

"¿Qué te pasa hermano, te sientes bien?"- Pregunté mirándolo dulcemente. "¿Te duele algo?"- Me hice la preocupada mientras colocaba los cubiertos en el plato ya vacío. "¿Las neuronas tal vez?"- Volví a preguntar mientras lo miraba haciéndome la horrorizada y me tapaba la boca con una mano.

"Chicos"- Llamó Charlie, quien cerró los ojos y con una pequeña sonrisa, movía su cabeza de un lado para el otro.

"Él/ ella empezó."- Dijimos a la misma vez mientras nos señalábamos el uno al otro con el dedo índice.

"No, tu empezaste."- Me defendí rápidamente.

"No, tú fuiste la que empezó."- Se defendió cruzando los brazos.

"Chicos"- Volvió a llamar Charlie. "Dejen de discutir."- Dijo calmadamente.

"¡Su culpa!"- Gritamos a la misma vez.

"¿Qué haría sin sus peleas matutinas?"- Se pregunté Charlie mientras negaba con su cabeza, se levantaba con el periódico en la mano y desaparecía de la cocina.

Me levanté de la silla y lavé los platos. Diez minutos después ya estábamos montados en el Impala de camino a la Casa Cullen como si ninguna discusión hubiese sucedido.

Llegamos; y Alice, Rose y Edward eran los únicos que nos estaban esperando fuera de la casa. Se veían un poco nerviosos. Antes de que Alexei parara el Impala completamente, ya Edward estaba abriendo la puerta. Me quitó en milésimas de segundos el cinturón de seguridad, y sin yo saber cómo, ya me encontraba siendo sujetada en sus brazos. Estaba tan sorprendida que no lo pude abrazar bien. Miré curiosa a las chicas que estaban detrás de Edward, pero ellas no decían nada, solo se miraban preocupadas.

"Hola"- Dije dudosamente mientras me liberaba del abrazó sorpresivo de Edward. En ese momento, era sujetada por un lado por Rose y por el otro lado, por Alice.

"¿Se puede saber por qué tanto afecto repentino?"- Pregunté curiosa. No es que no me gustara que me abracen, pero, tanta emoción junta es muy extrañó.

¿Qué rayos estaba pasando aquí?

"Oh, Lexie."- Susurró Rose y la miré extraña.

"¿Oh, Lexie, qué?"- Pregunté alarmada mirando entre las chicas, Edward y luego mi hermano, quién tenía cara de pocos amigos porque tampoco entendía nada. "¿Qué está pasando?"- Pregunté irritada porque no veía respuesta.

"Mejor es que entremos y hablemos dentro."- Comentó Alice rápidamente. Quise protestar, pero cambié de opinión al ver la cara sombría de Edward.

"Todos están esperándonos en el despacho de Carlisle."- Dijo Rose, quien se acercó a Alexei y comenzó a arrastrarlo hacia dentro de la casa.

No se dijo nada hasta que entramos todos al despacho. El cual estaba lleno de libros por todas partes, en todas las paredes. Cuadros se podían ver por todas las esquinas. Había un escritorio hecho de madera caoba. En la silla, que se podía ver que era cuero, estaba sentado Carlisle, con varios libros abiertos y esparcidos por todo el escritorio. Esme estaba cerca de Carlisle, una mano en el escritorio y otra en la silla. Emmett estaba en una esquina de la habitación con los brazos cruzados y con semblante serio, extremadamente raro en él; mientras que Jasper se encontraba en la otra esquina, igualmente serio, pero con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

Cuando nos vieron entrar, Esme rápidamente se abalanzó a mi dirección y terminó abrazándome.

"Oh, Lexie."- Dijo suspirando con ganas de llorar.

"Ahí va la otra."- Pensé preocupada mientras le devolvía el abrazo.

No entendía tres carrizos.

"¿Alguien puede explicar por favor, qué es lo que está pasando?"- Preguntó Alexei, quien veía raro a todo el mundo y se sentaba en una de las sillas que estaba frente al escritorio de Carlisle.

"Eso mismo me pregunto yo."- Secundé a mi hermano. "¿Qué está sucediendo?"- Pregunté por enésima vez a nadie en particular.

"¿Te acuerdas el día de la competencia?"- Preguntó Alice, quien era sujetada por Jasper.

"Mejor pregúntame si no me acuerdo."- Contesté un poco sarcástica, a lo que Emmett bufó. Mientras, me sentaba en la silla al lado de Alexei, y rápidamente tenía las manos de Edward sujetando mis hombros.

"La tarjeta, las rosas…"- Comenzó a nombrar Alice y yo asentía, aunque no entendiendo porque las mencionaba. "D"- Dijo al final y automáticamente me tensé.

"¿Qué? ¿Qué pasa con D?"- Pregunté dudosamente casi en susurro. Ya no era mechones naranja, ahora era D. Una letra, pero algo era algo.

"Carlisle había dicho que le sonaba familiar, pero no sabía de dónde lo reconocía."- Comentó esta vez Rosalie. "¿Te acuerdas?"-Me preguntaba como si fuera una niña pequeña.

"¡Por supuesto que me acuerdo!"- Dije asustada y molesta. "¿Por qué me mencionan a ese tipo ahora?"- Le pregunté irritada a Carlisle, quien me miraba inseguro, y sujetaba un libro, para variar.

"Carlisle después de lo que pasó en la competencia, comenzó a buscar en sus libros para saber si encontraba algo relevante sobre el nuevo vampiro o cualquier información que pudiera servir para localizarlo."- Dijo Edward, quien me miraba fijamente y yo lo miraba sin entender.

"¿Y?"- Lo incité a que continuara. Ya me tenían estresada con tanto secreteo.

"Ya entendió el por qué le era tan familiar."- Continuó Esme y rápidamente la miré. Esto de estar mirándolos a todos y que cada uno hable un poco, también me estaba cansando ya. Van del tingo al tango. Pronto tendría dolor en el cuello si sigo moviéndolo para todas las direcciones.

Volví mi vista a Carlisle y éste me pasó el libro que tan celosamente sujetaba.

¡Por fin!

Era una imagen y debajo de ella había una inscripción y un pequeño párrafo. Fijé mi vista en la imagen y podría jurar que el corazón se me había detenido por un segundo.

Como siempre pasaba cuando lo veía.

D.

Era un retrato de él.

"No puede ser."- Susurré inconscientemente mientras me le quedaba mirando hipnotizada.

Era él.

Todo era él.

Solamente que estaba vestido como si fuera del año de las guácaras, del tátara tátara tátara y veinte tátara abuelos más. Creo que le llamaban a esa ropa, jubón, ropillas y calzas. El jubón le cubría desde la cabeza hasta la cintura. Las mangas eran anchas, blancas y largas hasta la muñeca. Las calzas eran de un color oscuro, y así mismo la ropilla, la cual no tenía mangas, pero sus bordes estaban cortados a cuadros y parecía ser de terciopelo. Estaba siendo sujetada por unos cordones que se entrelazaban entre si y formaban una x.

Se veía demasiado imponente. Gritaba a voces silenciosas 'yo soy el jefe aquí'

Creo que era una pintura, así como la de reyes y reinas de antaño, era a color. Quien fuera el pintor, tuvo talento.

Leí la inscripción que había debajo de su imagen.

'Duque de Achantaucey, Paris, S. XV' era lo que estaba plasmado. No había nombre. Solo el apellido.

¡Siglo quince!

¿Qué chiste tan malo era este?

Si lo poníamos en orden, entonces sería: D. Achantaucey.

"Duque"- Repetí sonriendo por la incredulidad. "Nos salió un duque el desgraciado."- Susurré sin dejar de mirar la imagen. "Y del siglo quince, para colmo."- Añadí molesta pero hipnotizada a la misma vez. Me parecía tan familiar.

Leí rápidamente el párrafo debajo de la imagen. Era como una pequeña biografía.

'Duque de Achantaucey, Paris, Francia 1384-14015, Agincourt, Francia. Hijo mayor de los Duques de Achantaucey en Paris. Duques bajo la corona de Carlos VI de Francia.

¡No decía nada productivo!

Lo único que podía leer era Paris y Francia por todos lados.

¡Y maldita fuera, me parecía tan familiar!

¿Por qué?

"¿Por qué?"- Me pregunté inconscientemente. ¿Por qué me parecía familiar? "¿Por qué me enseñas estas cosas?"- Le pregunté a Carlisle como si me estuviera torturando mientras me paraba de un salto, tiraba el libro a un lado, como si el tenerlo a la mano me quemara.

"Lexie"- Dijeron varios a la misma vez, que no supe identificar. Solo sé que por instinto, uno fue mi hermano.

"¡Ay, esto me estresa!"- Grité molesta mientras levantaba las manos y las colocaba sobre mi cabeza, quería jalarme de los pelos para ver si me llegaba algo, pero antes de que pudiera llegar a tanto, era envuelta en los brazos de Edward. Eran los únicos que realmente me daban confort.

"No, y eso que no vamos ni por la mitad."- Dijo Emmett y lo miré como si se hubiera vuelto loco.

"¡¿Qué?!"-Pregunté histérica, mientras la furia de Rosalie se hizo sentir en menos de un segundo. Le ha dado un cabezazo a Emmett, que si no estuviera estresada, me hubiera reído de la cara de dolor y terror que hizo el pobre. "¿Hay más?"- Le pregunté a Edward, mirándolo fijamente con ojos de cordero degollado.

"Sí"- Contestó Carlisle.

¡Le pregunto a uno y me contesta el otro!

Suspiré cansada, me desenvolví de los brazos de Edward y me volví a acercar a Carlisle, quien para variar, tenía otro libro más a la mano.

"No de nuevo"- Pensé lloriqueando mientras me pateaba mentalmente por lo que estaba sucediendo. Quería formar un escándalo ahí mismo, pero me tenía que comportar como niña grande, aunque fuera toda una inmadura y quisiera armar todo un alboroto. El escándalo lo haría luego, me prometí internamente. Miré a mi hermano, quien sostenía entre sus manos el libro que Carlisle me había entregado. Fulminé el libro con la mirada, como si el pobre tuviera la culpa. "Ahí vamos otra vez."- Pensé deprimida mientras me plantaba frente al escritorio, inhalaba fuertemente para poder calmarme y miraba el otro libro que Carlisle sostenía, bueno, que ya había puesto sobre la mesa. Creo que el tiempo se detuvo. No escuchaba nada. Sentí como escalofríos me recorrían el cuerpo a mil millas por horas. " ¡¿Váyanse al infierno esa soy yo!?"- Pregunté o creo que grité y juraría que hizo eco en toda la casa.

"No juegues, mira sí, eres tú, Lexie."-Dijo sorprendido Alexei, quien se había levantado rápidamente para comprobar lo que le había dicho. "Son igual de feas las dos."- Intentó parecer gracioso, pero, yo sentía que todo me daba vueltas. No sé cómo, pero terminé sentada en la silla. No sabía si me había subido o bajado la presión. Estaba temblando, sudando frio, y no podía identificar a nadie. Era como si las voces se hicieran lejanas.

"¡Lexie!"-Gritaron varios, pero, era como un susurró inaudible.

"¡Alexandria, mi amor!"- Llamó histérico Edward a la distancia mientras yo sentía como la oscuridad me consumía.


*Edward POV*

"¡Oh por Dios, oh por Dios!"- Gritaba Esme mientras trataba de acercársele a Alexandria. Lo que intentaba hacer todo el mundo.

"¡Lexie!"- Gritaron Emmett, Rose y Alice

"¡Alexandria!"- Grito Alexei. "¡¿Qué le pasó a mi hermana?!"- Preguntó histérico, queriendo brincarle encima a todo el mundo para también llegar hacia ella. "¡Ella nunca se desmaya!"-Comentó espantado.

"¡Alexandria, Alexandria!"- La llamé mientras la sacaba de la silla y la sujeta contra mi pecho. "Alexandria, cariño, despierta."- Supliqué aterrado.

"¡Carlisle, has algo!"- Grito Rose, llena de pánico. "¡Se ha desmayado!"- Dijo, como si nunca hubiera visto a alguien desmayarse.

"Te dije que no era buena idea decirle todo de un cantazo."- Dijo Emmett molesto, quien quería acercársele a mi Alexandria. ¡Todo el mundo quería verla y tocarla! "¡Se los dije!"- Musitaba asustado.

"Llévala a la enfermería, Edward."- Ordenó Carlisle y en menos de un segundo ya me encontraba recostando a Alexandria sobre una camilla. "Necesito que todos salgan de la habitación."- Volvió a ordenar y lo miré como si hubiera dicho una aberración.

"No"- Dije molestó mientras movía mi cabeza de un lado para el otro. ¿Cómo se atreven a pedirme que salga cuando ella está así?

"De aquí yo no me voy sin saber qué es lo que está pasando con mi hermana."- Dijo seriamente Alexei.

"Necesito tener espacio."- Decía Carlisle suavemente, típica escena de hospital, al parecer. Todo el mundo ya estaba fuera. Los únicos dentro de la habitación/enfermería éramos Alexandria, Carlisle, Alexei y yo. Los últimos, discutiendo por quién se va a quedar dentro.

"Aquí hay suficiente espacio para atender a dos más."- Dijo Alexei desafiantemente. "De aquí no salgo sino es con mi hermana."- Dejó en claro mientras se cruzaba de brazos.

"Hay que estar solo con el paciente."-Dijo mi padre calmadamente. No estaba molesto. De hecho, estaba acostumbrado a esto todo el tiempo.

"Soy su hermano."- Dijo rápidamente, como si fuera lo más obvio del mundo.

"Soy su novio."- Dije a la misma vez.

"Solo uno puede estar."- Dijo serenamente mientras se atrevía a mirarme. "Edward, necesito que dejes la habitación."- Leí en su mente.

"¡No!"- Me negué. No puede ser.

"Él es su hermano y no se irá ni aunque lo arrastren."- Volvió a penar. "Estará bien."- Afirmó convencido. "Lo más probable es que haya sido por el shock."- Dijo intentando calmarnos a todos.

Asentí derrotado mientras sentía como las manos de Alice y Esme me sujetaban y me sacaban lentamente.

"Estará bien."- Se convencía Esme. "No es nada malo y Carlisle lo resolverá."- Nos dijo a todos.

"Vamos, Edward, salgamos."- Decía suavemente Alice mientras la puerta de la enfermería/habitación era cerrada, y lo último que vi fue a Carlisle chequeándole los signos vitales y a su hermano cerca de ella con cara de preocupado.

Gracias al cielo que podía leer mentes y también ver a través de ellas. Estaba fuera de la habitación, pero, aun así podía ver a través de la mente de Carlisle. Era igual que cuando veía las visiones de Alice a través de ella.

"Todo está bien."- Escuchamos todos decir a Carlisle a través de la puerta. "Como dije, se desmayó a causa del asombro. Solo fue el shock."- Confirmó y en ese momento abrí la puerta y entramos todos casi a la misma vez como una estampida.

"Bueno, no todos los días te ves a ti mismo en una foto del siglo quince."- Comentó Emmett. "Con algo así se desmayaría cualquiera."- Añadió tratando de animar el ambiente. Sin embargo, yo no le encontré gracia. Me fui rápidamente cerca de Alexandria y con la mayor delicadeza, sostuve su mano entre las mías. A su lado me quedaría hasta que despertara.

"Pronto despertará."- Comentó Carlisle quien se quitaba su estetoscopio y lo colocaba encima de una mesa. "Denle unos cinco o diez minutos, máximo quince."- Dijo como si lo recitara de memoria todo el tiempo.

"¿Tanto?"- Pregunté asustado. Quince minutos. Quince minutos son como una eternidad ahora mismo.

"¡Ay por Dios, Edward!"- Comentó Rosalie molesta, aunque se podía ver que aún seguía preocupada.

Once minutos con cuarentaisiete, cuarentaiocho, cuarentainueve segundo, en fin, después, comenzó Alexandria a despertar.

"Está despertando, está despertando."- Comentaban la mayoría a coro como si fuera la mejor noticia.

"Pollito chicken, gallina hen, lápiz pencil y pluma pen."- Comenzó a cantar entre susurros para el asombro de varios y la risa sonora de Emmett.

"¿Ella…está cantando?"- Preguntó Rose sorprendidamente.

"Lexie!"- Gritó su hermano. "Despierta o te hago despertar."- Amenazó.

"¿Qué, qué?"- Se levantó rápidamente. Quise sujetarla para que no se callera de la camilla pero ella colocó sus manos en el borde de la camilla y se estabilizó. "¿Qué me pasó?"- Preguntó desorientada mientras nos miraba a todos.

"Te desmayaste."- Contestó Jasper. Ella lo miró fijamente y luego entrecerró los ojos.

"Tuve un sueño muy extraño."- Dijo mientras bajaba la cabeza. "Mejor dicho, debería decir bizarro."- Se dijo a sí misma.

"¿Qué soñaste, cariño?"- Preguntó maternalmente Esme, quien se acercaba a ella.

"No sabes, fue la estupidez más grande del mundo, disque Lexie, o sea yo, era del siglo de los mil demonios. ¿Puedes creer eso?"- Le decía como si fuera una niña pequeña que relataba lo más insólito del planeta.

"Oh"- Contestó Esme. "Ella cree que fue un sueño."- Leí su mente llena de sorpresa.

"Oh no."- Pensó Emmett divertidamente.

"¿Un sueño?"- Pensó Rosalie.

"Vaya…"- Fue lo que pasó por la mente de Jasper.

"Lexie"- Llamó Alexei y ella automáticamente lo miró. Era como si estuvieran conectados.

"No me digas…"- Dijo ella sorprendida. " ¿No fue un sueño, verdad?"- Preguntó mientras todos podíamos escuchar como su corazón latía fuertemente.

"Pues nop."- Le contestó Emmett y ella automáticamente palideció.

"¡Lexie!"- Gritaron asustados a viva voz.

"Alexandria!- Grité histérico tratando de sostenerla para que no se golpeara.

"¡Gabriela!"- Susurró horrorizado Alexei a la misma vez, mientras veíamos como sus pupilas se dilataban, sus ojos terminaban cerrándose y ella se volvía a desmayar.

"¿Se desmayó?"- Preguntó estúpidamente Emmett.

"Otra vez."- Contestó Esme asustada.

"No puede ser."- Dijo sorprendida Rosalie.

"Carlisle"- Llamó Jasper.

"Sí que le dio fuerte."- Comentó Alice.

"Alexandria"- Susurré preocupado mientras le acariciaba suavemente el cabello.

"Denle media hora."- Dijo Carlisle como si fuera lo más normal del mundo.

Esa escena…no tenía precio.


*Lexie POV*

"Ya está volviendo a despertar."- Alguien decía a lo lejos.

¿Por qué había tanto ruido?

¡Yo quería que me dejaran dormir un rato!

Que gente tan escandalosa.

"Alexandria"- Llamaron.

Bueno, por lo visto no me van a dejar dormir.

"Alexandria"- Seguían llamándome.

"Déjenla respirar un poco."- Ordenaba alguien. "Quítensele de encima."- Definitivamente lo había dicho un hombre.

"Esperemos que esta vez no se desmaye."- Comentaba una voz femenina.

"¿Desmayar?"- Pensé sin entender. "¿Quién?"- No entendía quién se desmayó. ¿Quién fue el bobo? No me enteré para reírme de él. "Espera, desmayar…¡¿yo?!"- Me preguntaba sorprendida. No puede ser. Eso es una vergüenza. ¡Un Van der Vaart jamás se desmaya! Eso no puede aparecer en mi currículum.

"¿Lexie, me escuchas?"- Me llamó, quien pude distinguir más claramente como mi hermano.

"¡Pero, qué demonios!"- Pregunté mientras me levantaba de un salto. "¡¿Me desmaye dos veces?!"- Pregunté gritando, para el asombro de varios, que me miraban como si estuviera loca.

"Alexandria"- Me llamo Edward sorprendido. Y feliz.

"Edward"- Dije feliz mientras sonreía y él devolvía la sonrisa, era como si volviera a vivir el pobre. "¿Por qué me desmayé?"- Le pregunté sorprendida. Todos me miraron fijamente y no sabían qué decir.

"Lexie"- Empezó a hablar Alice.

"Espera"- Dije levantando una mano a su dirección para que guardara silencio. "No me digas nada, que ya me estoy acordando."- Contesté seriamente.

Ya me acordaba por qué me había desmayado. Doble para el colmo. No me agradaba lo que recordaba. Él. Yo. Ropa extraña. Siglo XV.

"Lexie"- Me llamó Rose. Al parecer me había ido como en un trance mientras pensaba en lo que estaba pasando.

"Pásame el libro."- Susurré a nadie en particular. Solo quería tener el maldito libro entre mis manos.

"Lexie"- Intentó tranquilizarme mi hermano. Demás está decir que nada consiguió.

"Pásame el dichoso libro, Alexei."- Dije ácidamente. Estaba que no me pasaba ni un limón.

"Lexie, creo que es mejor que tomes un descanso."- Comentó Sherlock Carlisle.

"¡Ahora!"-Grité exasperada, fulminando con la mirada a todo el que se me paraba al frente. "Yo soy la que está en ese dichoso libro."- Dije rápidamente, casi sin respirar. "Así que quiero verlo, verme, ahora, now."- Dije entre dientes. Mordería a quien me dijera otra cosa más.

"Uy, qué carácter."-Comentó Emmett divertido. Lo miré mal. En menos de un segundo, Jasper había salido y entrado a la habitación con el libro a la mano. Me lo entregó y le sonreí agradecida.

"La Monarquía en el Siglo XIV & XV"- Leí el título del libro. Carlisle me dijo la página en la que estaba la foto y me armé de valor y la busqué. Los tragos amargos se pasan rápidos, dice mi papá. Pero, estaba tan asustada que no quería verla.

"Uno, dos, tres."- Conté suavemente para darme fuerzas; y luego la miré, y ahí me encontraba. Oh, pero no andaba sola, ahí a mi lado se encontraba nuestro queridísimo Duque de Achantaucey.

Era igual que la del libro anterior. Era una pintura. Era casi perfecta. Sentía que me estaba viendo a mí en una foto antigua pero a color. Leí la pequeña inscripción que había debajo de la imagen.

'Boda de los Duques de Achantaucey, Invierno 1410, Paris, Francia.'

"Boda"- Dije inconscientemente. Esa era la única palabra que aparecía y desaparecía en lo que me quedaba de mente. Era como si retumbara.

Boda.

Boda.

"¿Una boda es cuando la gente se casa para vivir juntos, tener hijos, familia y dice I do, verdad, Alexei?"- Pregunté mirándolo fijamente como si fuera una niña pequeña que se encuentra perdida. Él solamente asintió y yo agaché mi cabeza derrotada, quedando frente a frente con la imagen.

No podía ser.

Boda.

¿Casada yo?

¿Con él?

"No te desmayes, Lexie. No te desmayes y continúa, tu puedes."- Me animé mentalmente.

Era una foto de boda.

Mi boda.

Nuestra boda.

Ahí estaba yo y ahí estaba él.

Juntos.

Uno al lado del otro.

Sonriendo.

Felices.

Con mi mal carácter y personalidad, jamás pensé que llegaría a casarme. Mi última opción era unirme a un convento. Lexie, la monja. Sin embargo, conociéndome, sería expulsada a la semana de haber llegado, mínimo por hereje y boquisucia. No se lo había dicho a nadie, pero, ya me veía vestida de monja, visitando a los hijos de mis hermanos. Ya estaba pensando en cómo los haría llamarme. Titi Lexie. Hermana Lexie. Hermana titi Lexie. No diré que cuando conocí a Edward, automáticamente se borró de mi mente la idea de que no me casaría. Por favor, todos sabemos que yo soy una ficha que no va en el tablero. Lo que sucedió con Edward fue muy extraño. En fin, no llevamos una vida saliendo, así que lo de matrimonio, como que no lo había pensado mucho.

El show fue que, jamás en mi vida me iba a imaginar yo que me vería ya casada y mucho menos con ese individuo.

¿Cuándo me casé, que yo no me enteré?

Sin embargo, ahí estaba viendo el retrato de boda de mi yo antigua.

Él pasaba su brazo izquierdo alrededor mi cintura mientras que con su mano derecha sujetaba la mía.

Estábamos vestidos de forma muy extraña. En fin, ropa de esa época. ¿Qué puedes esperar?

No sé si lo que yo tenía encima era una túnica o una bata. Creo que en la clase de historia le dicen hopalanda, o algo así. Era de un color crema. Larga de seda y terciopelo. Las mangas llegaban hasta el suelo. El cuello era en forma de V. En la cintura llevaba ceñido un cinturón dorado de metal y estaba totalmente adornado de piel de brocado en color crema.

Él estaba vestido de forma parecida a como lo estaba en la foto del libro anterior. Vestía un jubón, ropilla y calzón en terciopelo de color negro. Era de manga larga hasta las muñecas y al igual que el cuello, ambos eran blancos.

Él mantenía su cabello largo, obviamente sin ninguna clase de mechones; y menos naranjas. Yo era idéntica, casi igualita, hasta las mismas curvas. Lo único que cambiaba era que mi cabello estaba un poco más largo y ondulado; y claro, para ese entonces era francesa y ahora soy americana. Yo nací de nuevo y él se quedó igual.

'Paris, Francia, 1384-1415, Agincourt, Francia * Agincourt, Francia, 1394-1415, Agincourt, Francia. Los Duques de Achantaucey, fieles servidores a la corona francesa de Carlos VI.

Son muchos los datos que se conocen sobre la Guerra de los Cien Años. Sin embargo, es escaso lo que se ha podido recopilar sobre los Duques de Achantaucey. La tercera fase de la Guerra de los Cien Años (1415-1429) comenzó con la Batalla de Agincourt, o mejor conocido como Azincourt, un pequeño poblado al Norte de Francia, de una población de no más de 200 personas. La guerra entre Inglaterra y Francia había comenzado nuevamente. La primera batalla que los ingleses tuvieron fue en Azincourt, donde en menos de treinta minutos, saquearon, y tomaron prisioneros a toda la población. Cuando se creía que iban a ser liberados, Enrique V de Inglaterra, en un ataque de ira los mando a matar a todos. Muchas vidas se perdieron. Entre ellos: Barones, Marqueses, Caballeros, Condes y Vizcondes, incluidos los Duques de Achantaucey, quienes se desconoce las razones por las cuales estaban en ese lugar ese momento.'

Leí varias veces el párrafo para comprender más claramente. Sentía que casi no me entraba al cerebro lo que estaba leyendo.

"Alexei"- Llamé a mi hermano en susurro.

"Lexie"- Dijo mientras se me acercaba y ponía su mano sobre mi espalda.

"Creo que es mejor que nos vayamos a casa."- Dije como hipnotizada.

"Alexandria"- Llamó Edward, pero no me atrevía a mirarlo a la cara.

"¿Estás segura?"- Preguntó Alexei mientras yo respiraba profundamente y cerraba lentamente el libro.

"Jamás he estado tan segura de que quiero estar en casa como ahora."- Dije convencida. Aunque no necesariamente en la Casa Swan. Sin embargo, era lo más cerca que había hasta el momento. Daría lo que fuera para que mis padres estuvieran ahí esperandome para consolarme.

"Lexie"- Dijo Alice. "No tienes que irte, cariño."- Comentaba dulcemente pero preocupada.

"Sí. Sí que tengo."- Dije convencida y moviendo la cabeza de arriba para abajo. "Quiero estar sola en casa y pensar."- Comenté mirando a la pared.

"Alexandria"- Volvió a llamar Edward; y me dolía mucho el no poder mirarlo a los ojos.

"Lo siento."- Dije nuevamente en susurro.

"Creo que es lo mejor."- Comentó Carlisle y se lo agradecí desde lo más profundo de mi corazón.

"Pero Carlisle, ella no se puede ir así."- Replicaba Esme angustiada, como si yo no estuviera presente.

"Oigan no se preocupen, volveremos por la noche."- Aclaré rápidamente pero sin verlos a la cara. "No es como que me voy a ir y no volveré jamás."- Intenté decir animada pero supe que no lo conseguí.

"Bien."- Dijo Alexei mientras me sujetaba suavemente y me ayudaba a bajarme de la camilla.

Creo que estaba en un cuarto lleno de cosas de primeros auxilios o algo así, realmente no le presté mucha atención. Salimos sin decir palabra y dejando a los pobres Cullen atrás. No los quería hacer sentir mal ni nada por el estilo pero tenía mi mente hecha un desastre.

"Soy yo o no nos miró a la cara a ninguno?"- Pude escuchar a Emmett preguntar cuando ya estabamos a cierta distancia; lo que me hizo sentir aun peor.

Me monté como pude en el Impala, con mi hermano velándome como si fuera una invalida. Llegamos a la Casa Swan y me bajé rápidamente del carro, abrí la casa y subí corriendo las escaleras. Me encerré en mi habitación y me tiré en la cama. No lloraría por esto. Ya pasé la vergüenza de haberme desmayado. No iba a llorar. No señor.

Sentía que todo me daba vueltas. Un dolor de cabeza horrible me estaba consumiendo. La puerta de la habitación se abrió y sabía que quien había pasado por ella había sido mi hermano. No dijo nada, solo se sentó en el filo de la cama y se quedó ahí tranquilamente como una estatua. Él siempre sabía cuándo guardar silencio. Di media vuelta y me le quedé mirando mientras él hacía lo mismo conmigo. Cruzamos miradas silenciosas que decían mucho pero a la misma vez no decían nada.

"¿A la verdad que soy extraña verdad?"-Le pregunté inconscientemente.

"¿Ahora te vienes a dar cuenta de eso, enana?"- Preguntó con una pequeña sonrisa.

"¿Por qué nos pasan cosas raras, Alexei?"- Le volví a preguntar mientras sujetaba fuertemente la almohada.

"No sé."- Dijo encogiendo los hombros. "Será porque somos Van der Vaart?"- Preguntó manteniendo su pequeña sonrisa.

"¿Será?"- Pregunté curiosa. "¿A quién le pasa las mismas anormalidades que a nosotros?"- Pregunté hastiada y con un bufido.

"No sé."- Fue su respuesta. Muy elocuente.

"Yo tampoco."- Suspiré desanimada.

"¿Esto no pasaba en casa, verdad?"- Seguí preguntando. Todo con tal de no acordarme de lo sucedido.

"No creo."- Contestó mirándome detenidamente.

"Tengo miedo."- Le confesé avergonzada en susurros. Me miró tristemente, se acercó y me sujetó entre sus brazos.

"Yo estaré aquí siempre."- Susurró suavemente y lo abracé con todas mis fuerzas.

"Lo sé."- Dije con una leve sonrisa. "Cuando yo me case, tú serás el padrino de mi boda, lo sabes, ¿verdad?"- Comenté mirándolo fijamente.

"No dejaría jamás en la vida que fuera alguien más."- Dijo con vehemencia y una pequeña sonrisa brotó de mi rostro. "Esto se resolverá, Lexie."- Dijo convencido. "Me tienes a mí para resolverlo. Tienes a todos los Cullen para ayudarnos. Lo más importante, tienes a Edward de tu parte."- Dijo mientras analizaba la situación y trataba de darme ánimos.

"Edward"- Susurré desanimada. ¿Qué habrá pensado él de todo esto? "¿Me seguirá queriendo igual?"- Me pregunté en voz alta.

"Por supuesto que te sigo queriendo igual."- Escuché la voz de Edward. Miramos rápidamente hacia la ventana y ahí se encontraba él.

"Edward"- Dije sorprendida para luego mirar a otra parte.

" ¿Por qué habría de quererte menos, Alexandria?- Preguntó con un semblante de seriedad.

"Bueno, yo estaré abajo o en mi cuarto, no sé, en fin, el asunto es que me voy. Adiós."- Dijo rápidamente mi hermano mientras salía de mi habitación casi corriendo. Lo seguí con la mirada y luego miré hacia el suelo, con tal de no mirar a Edward.

"Mírame"- Dijo suavemente. Negué rápidamente y cerré fuertemente los ojos. "Alexandria"- Su voz sonaba igual que antes. No se escuchaba diferente.

"No"- Contesté asustada.

"¿Por qué?"- Preguntó angustiado. No me agradaba para nada ese tono. Que yo estuviera mal no quiere decir que él debía también de estarlo.

"¿No estás molesto de haberme visto en una foto con otro hombre?"- Pregunté sin mirarlo.

"Por supuesto que sí."- Contestó y sentí como si se me achicara el corazón. "Al principio sí, pero ya no."- Dijo mientras me sujetaba por el mentón y hacía que lo mirara fijamente. "Esa no eras tú."- Me dijo con un brillo especial en la mirada.

"¿Cómo qué no? ¿Estás ciego o qué?"- Le pregunté molesta. La de la imagen era más que obvio que era yo.

"Esa no era mi Alexandria."- Explicó mientras acariciaba con ternura mi mejilla. " eres mi Alexandria."- Lo abracé fuertemente y él me sostuvo con delicadeza.

"¿No me odiarás porque me haya casado con otro?"-Le pregunté insegura. Maldita fuera. ¿ Por qué me tenía que comportar así?

"Eso fue hace centenares de años atrás, mi amor."- Dijo mientras me miraba fijamente.

"Me llamaste mi amor."- Comenté con una sonrisa estúpida, haciendo que mi mente se disipara y solo se llenara nuevamente de Edward.

"Es que eres mi amor."- Repitió mientras una sonrisa se plasmaba grandemente sobre mi rostro y poco a poco nos íbamos acercando el uno al otro hasta que pude sentir los fríos labios de Edward sobre los míos. No había pasado nada de tiempo, pero ya me hacía falta sentir los mios prisioneros de los suyos.

"Nunca nadie me había llamado su amor."- Confesé suavemente mientras nos íbamos separando lentamente.

"Mejor todavía, eso demuestra que eres solo mía."- Dijo sonriendo provocativamente, lo que hacía que la piel se me erizara totalmente. Nuevamente mis labios se volvieron a unir con los de Edward fundiéndonos en un beso dulce que luego se fue transformando en uno más apasionado. Si Alexei no entraba por esa puerta, no sé qué sería lo que pasará a continuación.


N/A

¡Amados míos! ¿Qué Lexie fue la esposa de nuestro muy aclamado Mr. D? :O ¿Se lo esperaron? Lamento muchísimo el haberme atrasado. Sin embargo, tengo mis razones. ¡Las cuales son varias! La primera es que como este semestre es mi último año académico en la universidad, comenzaré mi práctica sobre lo que estudio y tuve que comenzar a comprar cosas e invertir dinero [innecesariamente u.u] ¡Y lo otro es que estoy en planes de mudanza! Bueno, bueno, si todo sale bien, ¡me mudo! ( ¡Ojala que sí!) Y lo más triste es que mi señal de internet ha tenido problemas y no me deja conectarme x.x Debo decir que desde hace ufff ya tenía el capítulo escrito y solo me faltaba editarlo y publicarlo. He estado sin tiempo, pero helo aquí.

¿Qué les ha parecido el capítulo? ¿Bueno, malo, terrible? En fin espero que les guste alguito. Además quiero decirles que pasen por mi perfil para que puedan ver las nuevas imágenes en la sección dedica al fic. He añadido la hopalanda que utilizó la otra Lexie en su boda y los dos trajes de nuestros muy estimado D. ¿Cuál será su nombre? Yo ya lo seeee xD

¡Reviews, Reviews, Reviews!

Yuya Kinomoto: ¡Hola Yuya! ¿Leíste de nuevo el libro? Lol Por cierto, dile a tu hermano que no me odie jaja él y yo estamos del mismo lado. El enemigo de mi enemigo es mi amigo xD Espero que te haya gustado este capítulo. Una despedida en francés...Au Revoir!


Renesmee Black Cullen1096: ¡Hola! Mil gracias por comentar. Pues, a Bella yo también prefiero que no aparezca, pero…¡Hay que poner la historia un poco más divertida!


Estela564: ¡Muchas gracias por el review! Espero que te siga encantando la historia. Siento muchísimo que te hayas perdido un poquito. ¿En qué parte? ¿Quieres que te explique algo en particular? ¡Cuídate mucho!


Jazz: Me he reído mucho contigo, te lo digo enserio haha. ¡No te me pongas vieja por favor! Pero me imagino que ha este paso, ya te me habrás disecado, ¿verdad? xD ¡Déjame te riego un poco con agua para que vuelvas a crecer! Espero que este capítulo te rejuvenezca un poco.


Stell: Pues, hela aquí, ya la seguí. No te preocupes que cada vez se va acercando más y más (aunque lleve diciendo eso desde el capítulo 14 xD ) Por cierto, muchas gracias por el review


Este capítulo cuenta con: 18 ¡páginas! *.*

R&R

Saludos desde Puerto Rico

8/28/2014