De esposa a esposo.

Sumario general: Y no, Suecia no se volvió loco, solo... Bueno, es lo que su adorado Fin quería.

¡Gracias a todos! Con su apoyo, hemos llegado a la recta final de esta historia, ¡Gracias, mil gracias de todo corazón! Les mando a todos una toronja, un mango chiquitito -por que se me acabó el pastel- y una manzana, para que estos días de calor no los agarren con las defensas bajas.

rEiKo666: Así es. Pobre Su-san, sufre mucho, pero ya verás que no hay sufrimiento sin recompensa. Sobre la cámara, ya verás. Curiosamente, hay imágenes de Suecia con vestido, sea estilo tradicional o de sirvienta, aunque el que usa Suecia es bastante sencillo. Gracias por tu review.

KuroDerpy: Así es. Suecia hará lo que sea para ver feliz a su esposa... Aunque Tino no comparta el mismo punto de vista la mayoría de las veces. ¡Gracias por la imagen! Es la que más se parece, como te dije.

Haru Olivera: Dime quien no quiere a un hombre dispuesto a ponerse un vestido por la felicidad de su pareja -omitiendo a los que no quieren ver a su pareja con vestido-. Sobre Francia, quería darle sus 5 minutos de hermano mayor -cuando es sensato y maduro-, ya que con todo lo que ha vivido con Inglaterra, es imposible no molestarlo cuando están a solas -quizá debería escribir un oneshot de ellos, pero estará en veremos-. Y si, pobre Sealand, viajar en una maleta no ha de ser nada cómodo. Me da gusto saber que te ha gustado.

Sakery-chan: No perdió todas sus cejas, pero le arde donde quedaron los huequitos, ¡por eso Francia fue al rescate! -Realmente estoy considerando escribir un FrUk-. Imposible que los nórdicos no reaccionaran, y Tino, ya verás lo que pasa. Gracias por tu review.

GriisleChan: Como se ha rumorado por ahi, Dinamarca busca el lado bueno de las cosas. Es el momento para Tino y Suecia, todo dependerá de ello. Gracias por tu review, y espero que este capítulo te guste.

DarkMinene9: Ha pasado de todo un poco, como habrás visto, y hemos llegado al final. ¿Sealand tendrá una revancha? ¿Volverán las cosas a la normalidad? ¿Noruega terminará tan impactado con esto que aceptará tener una cita con Dinamarca? Ya veremos. Gracias por tus review's.

Guest: Gracias por la imagen y por leer este fic :3

Le dedico este capítulo con mucho cariño a KuroDerpy, Haru Olivera, DarkMinene9, Guest, merry kirkland, GriisleChan, ShinigamiRiku, Burbujas de colores, shadonic25, Sakery-chan, rEiKo666, Saeki Himemiya, luxie-chan, Diora Whiten, AwesomeFemPrusia, javierita-hotaru-kawaii-neko, Ferbie-Ferl, nekomisakichan, NinieN, Chiara Polairix Edelstein, SAKURITA HIWATARI, así como a todas las personas que siguieron esta historia, fuera por curiosidad o interés. Si alguien se cambió el nombre y no lo noté, solo puedo pedirles una disculpa :3

Hetalia, marcas, acontecimientos reales o ficticios, etc., NO me pertenecen, solo los uso o menciono como referencia para escribir esto. Una disculpa a las personas que resulten ofendidas por el contenido aquí expuesto.

Capítulo final: De esposa a esposo.

El silencio que reinó entre los nórdicos les impedía respirar o razonar de manera adecuada. La mirada de Tino denotaba lo harto que se hallaba de la situación, y les era imposible saber lo que estaba pensando Berwald.

-¿No crees que te estás excediendo? –Dinamarca se acercó al finés, pero éste negó con la cabeza.- Relájate amigo, estás haciendo una tormenta en un vaso de agua por algo que no lo vale.

-¡No lo entiendes Mathías! –Gritó Finlandia haciendo retroceder al autoproclamado Rey del Norte de Europa hasta donde estaban los otros dos nórdicos, y al ver que la expresión de Berwald no había cambiado, desvió la mirada.- Ya no importa. Puedes ahorrarte tus explicaciones, no las quiero.

Todos permanecieron en silencio ante lo dicho por Tino. Cada uno de los nórdicos sabían que cuando lo sacaban de su océano de tranquilidad podría dar sorpresas para aquellos que atentaran contra su calma, pero justo en ese momento el finés se hallaba en el corazón de un impresionante tornado de emociones encontradas, y ellos estaban en la ruta.

-¿Qué...? -Islandia fue el primero en reaccionar.- ¿Qué dijiste?

-Fui muy claro, Emil, no voy a repetirlo.

Berwald palideció apenas logró procesar las palabras de Finlandia. Se acercó al más pequeño con la intención de tomar su mano, abrazarle y pedirle que no se fuera, pero un manotazo de éste lo detuvo en seco.

-No digas nada Su-san. -Aún con paso torpe a causa del vértigo producido por las emociones de ese día, no estaba dispuesto a dar marcha atrás.

Apenas el finés se marchó, las miradas se posaron sobre Suecia, en cuyo rostro se notara el shock que le produjo la reacción de Tino.

-Quizá Finlandia no tenga la paciencia para escucharte, pero nosotros no nos moveremos hasta que nos lo expliques todo. -Le dijo Noruega cruzándose de brazos.- ¿Qué diantres sucede aquí? ¿Y por qué te pusiste ese ridículo vestido?

-T'no ya no qu'ría ser la 'sposa, era lo que él qu'ría.

-¿Eso te pidió después de que pelearon? "Berwald, como ya no quiero ser la esposa, ponte un vestido y aterroriza al mundo." ¿Te lo sugirió al menos?

Se formó un silencio cargado de ansiedad y expectación, en el cual Emil sacó a su frailecillo del recipiente con paraguas, y Dinamarca dejó su cámara en las manos del noruego. Tras reflexionar a profundidad, el sueco se quitó el vestido de un jalón, ante la sorpresa del resto de los nórdicos, y se dirigió a la puerta.

-¡No puedes salir así! -Mathías lo detuvo del brazo, logrando que Suecia cayera sentado en el sillón.- ¡Ni siquiera sabes a dónde se fue!

-Cr'o tener una 'dea.

-¿Y qué le vas a decir? -Preguntó Islandia esquivando la prenda de la discordia.- ¿"Tú ganas, Tino, ya no me pondré vestidos."?

-Sí.

-Sabes que decir eso no solucionará las cosas. -Le dijo en un inusual tono serio el danés.- Finlandia suele ser dulce, tímido y hasta cierto punto despreocupado, pero ahora está molesto, y necesitará más que una disculpa tuya para que lo perdones.

-Y falta que quiera verte en estos momentos. -Concluyó Noruega.

Suecia escuchó atento las palabras de los nórdicos, encontrando una especie de apoyo dada la preocupación que mostraron para él y Tino.

-Así que cuando lo veas, le pides perdón, lo abrazas, y le dices que jamás volverás a decirle esposa. -Tanto Islandia como Noruega no podían creer la madurez con la que Dinamarca estaba compartiendo dada la situación.- Y cuando te haya perdonado y estén en casa, le pones el vestido para que vea quien manda, como un buen vikingo, para que se le quite.

-¡Eres un grandísimo imbécil! -Le grito Lukas saliendo con todo y cámara fotográfica, seguido del islandés que no podía creer aún el por qué seguía con esos sujetos.


-Gracias por dejarme permanecer unos días aquí. -Agradeció el finés recostándose en el sillón, ante la mirada indescifrable de los bálticos, quienes lo vieron deambular sin rumbo fijo, pero con una cercanía peligrosa a la casa de Rusia, por lo que lo interceptaron para evitar que cometiera una locura y lo llevaron a la casa del estonio.

-No es nada, amigo. -Estonia le trajo una almohada, misma que se vio aprisionada por el abrazo del finés.- Es un gusto tenerte en casa.

Lituania y Letonia intercambiaron miradas, inseguros acerca del motivo por el cual Tino se encontrara tan solo.

-¿Acaso te peleaste con Suecia? -Preguntó Letonia.

-¡Letonia! -Gritó Estonia alarmado ante la idea de que sueco se apareciera con solo mencionarlo.

-No... No exactamente. -Finlandia cerró sus ojos.- Quisiera dormir un momento, ¿les importaría dejarme solo?

Asintiendo, los bálticos se dirigieron a la cocina, dejando al finés acompañado por sus pensamientos.


Tras pensarlo bastante, se decidió a tocar la puerta. No estaba seguro de que fueran a responder, ni siquiera tenía la garantía de que lo dejaran pasar, pero Berwald no podía darse por vencido.

-Un momento, ¿da? -La puerta se abrió, dejando ver al ruso con unos guantes para hornear con detalles de girasoles bordados.- ¡Ah, Suecia! ¿Qué te trae por aquí?

-N'cesito p'dirte un f'vor, por una cu'stión p'rsonal. -Le dijo tratando de ser lo más breve posible.

-Da, seguro. ¿No gustas pasar? Hace frío afuera, las vatrushkas están por salir, y México está haciendo chocolate. -Le dijo mientras le invitaba a pasar adentro de su casa.

-Gr'cias. -Y se introdujo a la casa del ruso, quien sonreía feliz de que los años hubieran hecho lo suyo y Berwald, quien en épocas pasadas contribuyó a hacer de su infancia una miseria, fuera hasta su casa en calidad de amigo.


Esa mañana, los bálticos se despertaron por que llamaban con insistencia a la puerta. Dado que Tino no lucía bien y temían que fuese a cometer una locura, Lituania y Letonia se quedaron acompañando a Edward, quien le cedió la cama al finés.

-¡En un momento! -El estonio abrió la puerta, viéndose de frente con Suecia.- ¡AAAAAAAAH...! ¡Qui-Quise decir HOLA! -Corrigió nervioso el báltico.- Berwald, ¿qué te trae por mi casa?

-Fin. -Respondió sin que la expresión de su rostro se moviera en lo absoluto.- Ll'malo.

-Ah, verás Suecia... -Estonia se llevó una mano a la nuca, intentando no ver de frente al sueco.- No lo hemos visto desde la última junta, pero apenas sepamos algo de él te llamamos, ¿está bien?

-Hmp. -Fue lo que dijo Berwald y Edward cerró la puerta, que fue tocada de nueva cuenta.

-Ya voy. -El báltico la abrió de nuevo, y dibujó una sonrisa forzada al ver que el sueco no se había ido.

-Ll'ma a Fin. -Dijo en un tono un poco más serio, provocando que los países bálticos temblaran.

-Pe-pe-pero ya te dije que no está aquí.

-Sé que est' aqu', ll'malo.

-Mira Suecia. -Estonia adoptó una seriedad pocas veces vista.- Ya te dije que Tino no está en casa, que no lo he visto, y que, si llegara a verlo, te llamaría, así que por favor vete a tu casa, ¿de acuerdo?

Y sin esperar a que Berwald dijera algo, cerró la puerta.

-¿No crees que se va a molestar contigo? -Preguntó temblando Raivis.- Después de todo, es Suecia, y no sabemos qué es lo que sería capaz de hacer para lograr lo que quiere.

-No te preocupes, aunque sea él, nosotros somos tres y juntos podemos enfrentar cualquier cosa.

En eso, la puerta fue tocada de nuevo, con mayor intensidad, y tomando aire para mantener el gesto serio en su rostro, Estonia abrió la puerta.

-¡YA TE DIJE QUE FINLANDIA NO ESTÁ AQUÍ, YA VETE!

-Kolkolkolkolkol...

Los tres bálticos palidecieron, temblaron de terror, se abrazaron y soltaron un grito tan agudo que no hubo en toda Europa quien no lo escuchara.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!


Tino se levantó de la cama al escuchar no uno, sino tres gritos de terror que identificó como los bálticos.

-Su-san.

Se levantó de la cama, dispuesto a averiguar si el sueco era el responsable de lo acontecido, o para sentirse un tonto por soñar con los bálticos gritando de terror, y al verse al espejo del cuarto de Edward, recordó por qué estaba ahí.

-Soy un tonto. -Se dijo mientras se recostaba de nuevo en la cama, mirando a la nada con una expresión muy triste.- Quizá fui muy duro con Su-san, pero yo también tengo derecho a molestarme, a exigir...

Las palabras del sueco aún resonaban en su cabeza, como un eco que se resistía a mitigarse en la nada.

-'ra lo q'e tú qu'rías.

-"Lo que yo quería", no te entiendo Su-san. -Abrazó la almohada con la esperanza de encontrar una respuesta, alguna pista, o lo que fuera para no pensar más en el asunto y poder seguir su vida como si nada...

Pero después de eso, ¿cómo podría seguir como si nada?

El sonido de la puerta logró sacar a Tino de sus pensamientos, y vistiéndose con propiedad, acudió a la sala para verificar de quién podría tratarse, no sin antes buscar a sus amigos, que habían desaparecido de repente.

Estaba por abrir, cuando su corazón palpitó con frenesí. ¿Y si era Suecia el que estaba del otro lado de la puerta?

-¿Quién es?

-Soy yo, Tinito, ¿tendrás un minuto?

-¿México? -El finés abrió la puerta, encontrando a un tembloroso mexicano que se frotaba los brazos por encima del suéter que tuviera puesto.- No esperaba verte por aquí, ¿en qué puedo ayudarte?

-Bueeeno, no es que vayas a ayudarme a mi, precisamente hablando. -El mexicano se hizo a un lado, y Berwald entró dentro del rango de visión de Tino quien, preocupado por ese momento, cerró de golpe la puerta, o eso fue lo que intentó, por que el mexicano atravesó el pie para evitar que lo hiciera.- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY! ¡AY, AY, AY, AAAAY! ¡*MYU*! -Empezó a maldecir mientras daba brinquitos en el patio.- ¡*MEOUW*! ¡Perdón, perdón!

-¡Lo siento mucho México, veré si Estonia tiene algo para el dolor!

-'spera Fin.

El finés se detuvo al escuchar la voz de Suecia. No quería dirigirle aún la palabra, pero al escuchar ese tono tan triste en su voz, cada una de las fibra de su ser lo obligaron a parar. Se volteó con lentitud, mientras se repetía en silencio que podía decirle a Berwald que esperara en lo que atendía a México, pero no pudo hacerlo.

Y en ese momento, se dio cuenta que Berwald ya no tenía puesto el vestido.

-¿Qué sucede, Su-san?

-¿No qui'res ser mi 'sposa?

Esposa. La palabra con que empezó todo. Aquella con la que quedó atado a la voluntad de Berwald...

"-Yo soy Suecia, y él es mi esposa."

En ese mismo lugar, fue donde su historia comenzó en realidad hacía ya tanto tiempo. Nunca le quedó claro qué era lo que pretendía el sueco cuando pidió la custodia de Estonia y Letonia a Polonia, o cuando le hizo entrega de las ropas que no usaba más, ni que decir de la ocasión en la que le pidió espacio cuando se asentaron en su hogar...

Ese preciso momento fue como una reveladora sacudida eléctrica para el finés. Un hogar. Una familia. Era todo lo que el sueco quería.

-"...él es mi esposa."

De todos aquellos disponibles para elegir, algunos más fuertes, otros más productivos, y qué decir de los atractivos, ninguno tenía el valor de ser " la esposa" ante los ojos de Berwald; solo a él le consentía de ese modo tan extremista que llegaba a aterrarlo. A ninguna otra nación le dedicaba tiempo y esas miradas repletas de sentimientos, sino a él. Y recordando su pasado, comprobó que incluso Noruega e Islandia perdían la paciencia con Suecia, más a él nunca le hizo daño, por eso se fue con él cuando huyó de Dinamarca.

El sueco nunca lo ató a su voluntad, fue él quien decidió seguirlo.

Un nuevo mareo, producido por la falta de aire, provocaron que Tino buscara apoyo, y reuniendo sus fuerzas, encaró a Berwald.

-¿Por qué...? ¿Por qué te pusiste el vestido?

Berwald se mantuvo un momento en silencio, buscando las palabras adecuadas, mientras fijaba su mirada en el finés.

-Cu'ndo estuv'ste a mi l'do, me sent' muy f'liz, y qu'se consent'rte. Quer'a que fu'ramos fel'ces j'ntos. -Hizo una pausa, desviando su mirada al suelo bastante apenado.- Cu'ndo dij'ste que ya no quer'as ser la 'sposa, lo acept', pero yo no soy tan l'ndo como para ser la 'sposa, y pens' que si us'ba el v'stido, podr'a ent'nder por qué te inc'modaba t'nto. Pero sólo te preoc'pé y as'sté a los dem's, lo... -Tragó un poco de saliva para decir con toda la claridad que le fuera posible su disculpa.- Lo lamento.


Entró corriendo a la casa del noruego, buscando con desesperación sin anunciarse o explicar el por qué estaba ahí, desordenando la sala.

-¿Ahora qué quieres? -Le preguntó el dueño de la casa deteniendo con un pie a un danés puesto a gatas que buscaba por debajo de los muebles.- Es muy temprano para que estés molestando.

-¡No encuentro mi cámara con las fotos de Berwald con vestido!

El noruego bufó molesto y se cruzó de brazos, alejándose del danés.

-Borré las fotos y quemé la cámara. Ya vete.

-¿¡Qué!? -Mathías empezó a sacudir a Lukas.- ¡Tienes que estar bromeando! ¡Esas fotos eran épicas!

-¿No crees que Suecia y Finlandia ya tienen bastantes problemas como para que les agregues dificultades? -El nórdico se liberó de un manotazo.- ¡Que tú mandes al diablo al mundo y hagas cuanto te venga en gana para estar feliz no significa que los demás debamos soportarlo!

-Noru... -El danés se acercó al noruego, lo tomó de los hombros para que le viera a la cara, y permaneció unos momentos así, incomodando a Lukas por la cercanía.- ¿Acaso estás celoso?

-¡Lárgate de mi casa, imbécil! -Haciendo uso de sus fuerzas, Noruega sacó de una patada a Mathías.- ¡Y aquí está tu estúpida cámara! -Dijo eso mientras se la arrojaba a la cabeza.

El danés se incorporó, tomó su cámara y se metió a la casa de Lukas por la ventana, provocando que éste frunciera.

-¿Qué quieres?

-Darte la razón. -Le contestó Mathías con una gran sonrisa.- ¿Sabes? Si tu no estuvieras cerca de mí para decirme todo lo que estoy haciendo mal, estaría metido en verdaderas dificultades.

El noruego enrojeció hasta las orejas, pero sacudió su cabeza y se puso de espaldas a Dinamarca.

-Solo te recuerdo que eres un idiota y punto. No es nada del otro mundo.

-Me dices cosas feas por que te preocupas mucho por mi, ¡qué lindo eres! Por eso te quiero...

Y de nuevo, el danés fue echado de la casa de Noruega a patadas.

-¡Y no vuelvas!


La junta de la ONU se vio adelantada por diversos motivos, algunos relacionados con asuntos banales y chismes.

-¿Creen que sea cierto? -Preguntó India a Macau, pero éste se encogió de hombros.

-Tendríamos que esperar a que llegue para comprobarlo.

Cuando entraron en la sala, todos los que estaban ahí reunidos voltearon a verlos, dado que el rumor se había esparcido casi de inmediato, eso sin contar que el país que era centro de los rumores era un obsesivo de la puntualidad; la nación en cuestión, al saberse observada, se limitó a ignorarlos, tomar asiento y esperar a que la reunión empezara.

-You look diferent. -Estados Unidos apoyó la mitad de su cuerpo sobre la mesa para ver de cerca al inglés.- ¿Te cortaste el cabello?

-No exactamente, mon ami, digamos que Anglaterre se quitó un peso de encima. -El francés rodeó con sus brazos al británico, frotando su barbilla con las mejillas del inglés.- ¿No es verdad, mon amour?

-¡Solo cierra la boca y no molestes! -El inglés se alzó, tirando al francés hasta el suelo, desvió la mirada, abochornado por completo, y se fijó en Suecia.- ¿Y tú no tenías puesto un vestido?

-No. -Respondió de manera telegráfica el sueco, y los conocidos del británico no tardaron nada en mofarse de él.- 'stas alucin'ndo.

-What...!? -Arthur enrojeció del coraje.- ¡Claro! ¿Y ahora vas a decirme que fui YO el que se pegó cinta adhesiva en las cejas?

Los que se hallaban al lado del Kirkland notaron que el usual arbusto que el inglés se atrevía a llamar cejas había sido reducido un poco, no demasiado, pero si como para suavizar un poco los rasgos del inglés.

-Oigan, sé que esto no viene al caso. -Comentó Antonio apenas Italia Romano se cansara de regañar a su hermano, quien no paraba de pedirle a Alemania que fueran a comer pasta.- Pero tengo la ligera sospecha de que algo falta.

-¡No vayas a empezar con la estupidez de la fiesta de churros, bastardo!

-¿Por qué no? -Preguntó Alfred dejando en paz a Inglaterra.- I'm pretty sure that it would be a great success!

-¡Cierra la boca imperialista del mal!

Mientras la junta tomaba su rumbo habitual entre discusiones y carcajadas, un par de nórdicos entrelazaban sus manos con suavidad e ignoraban al resto del mundo por que, mientras estuvieran juntos, no importaba nada, ni las ideas absurdas de las naciones jóvenes, ni los problemas triviales de las naciones más viejas, y mucho menos, quién de los dos fuera la esposa.

FIN


Esta historia ha finalizado. Honestamente, no imaginé que fuera a tener tanta respuesta de ustedes, estimados lectores. Les agradezco sus vistas, sus reviews, sus gritos -de emoción, enojo, sorpresa, risa o lo que haya sido en su momento- y lo más importante, el saber que este fanfic fue de su gusto. ¿Escribiré otro SuFin? Por supuesto, pero será sobre la marcha. Se cuidan mucho, coman y duerman bien, y les deseo lo mejor para todos sus proyectos.

Regalo extra: ¡Los momentos y las reacciones nunca antes vistas!

~o~La primera impresión jamás se olvida~o~

Suecia escuchó que llamaban a la puerta y se apresuró a abrir, dejando entrar a un malhumorado inglés que venía por Sealand.

-Vine a la hora indicada, ¿y Peter no está listo? Deberían dejar de ser tan consentidores y enseñarle...

Mientras hablaba, se dio vuelta para ver al sueco, y las palabras murieron en su garganta al verlo usando vestido y delantal. Después de un escalofrío que lo hizo temblar de la cabeza a los pies, se puso en la punta de un pie, la otra pierna la ocupó en lanzar patadas al aire y sus brazos se movían en tantas direcciones que era imposible saber de dónde había adquirido tal velocidad.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAH!

Después del grito, azotó la res.

~o~Y no entienden~o~

-Me alegra que todos estemos reunidos. -Sealand presidía una junta con algunas micronaciones, las cuáles se concentraban en todo, excepto las palabras de la personificación con abundantes cejas.- ¡El día de hoy, le daremos su merecido a ese idiota de Inglaterra y a la República Turca del Norte de Chipre, y seremos reconocidos como naciones!

-¡Ser reconocido es arte! -Gritó Kugelmugel mientras mandaba a volar un confetti hecho a base de hojitas secas de árboles.

-¡Olvida a Inglaterra! ¡Debemos acabar con Suecia y entonces tendremos todo lo que deseemos! -Sugirió gritando Ladonia.

-¡No! ¡Tenemos que acabar con el estúpido de Inglaterra! ¡No metas a mi papá en esto!

-¡Tú eres el estúpido!

Las dos micronaciones empezaron a pelear como gatos, mientras Seborga solo se reía y Wy se daba una palmada en la cara.

-¿Esto era necesario?

~o~Siento que se nos olvidó algo~o~

-¡Esperen! -Alemania interrumpió de repente la junta y señaló tres asientos vacíos.- ¿Dónde están los países bálticos?

Todos empezaron a murmurar, por que tenían días de no verlos, y el mexicano le susurró al ruso.

-No les hiciste nada malo, ¿verdad, Juanito?

-Niet, solo los mandé a dar una vuelta.

Y muy lejos de ahí, en algún lugar desolado del mar del norte de Europa...

SOCORROOOO! -Gritaba Estonia con todas sus fuerzas, mientras Lituania y Letonia trataban inútilmente de liberarse de las cuerdas con las que el ruso los ató a los tres, antes de mandarlos a la deriva.