Ok chicas ya llega la versión de bella y espero que les guste el capitulo, si chicas por pequeñas leen esta historia aclaro que hay lemmon.

Las quiero y recuerden dejarme su opinión.

Las quiero.

Después de lo que le había dicho a Edward en el restaurante me había sentido como la peor persona del mundo.

Casi todo lo que le había dicho era mentira pero es que no era posible que el siguiera pensando lo peor de mí, cuando regrese a la mesa Jacob estaba muy molesto.

-Me dejaste aquí sentado como estúpido bella – me reclamo.

-Aclaremos un punto Jacob – dije yo también enojada. – Si a Edward que es el amor de mi vida no le voy a permitir que me mangonee a su antojo tu que solo eres mi amigo y me jefe menos, me dijiste que esto era una cena de trabajo y nadie llego y ahora me siento una completa idiota al darme cuenta que me mentiste – le dije mirándolo fijamente para supiera lo molesta que estaba.

-Bella discúlpame – dijo el apenado.

-No Jacob y no es verdad lo que le dijiste a Edward si quieres que continúe trabajando contigo es mejor que pongamos las cosas en claro , amo a Edward y no eso no lo cambias tu ni nadie – dije clara - ¿ Esta claro?- pregunte.

-Muy claro bella discúlpame – dijo – Si quieres que nos vayamos no tengo problema – dijo y pidió la cuenta.

-Y te regreso la pulsera no vuelvas a quererme comprar – le devolví la pulsera y en cuanto pago la cuenta salimos del restaurante.

Después de esa noche Edward había estado viniendo a ver a los niños, Nessie muchas veces se quedaba conmigo, los niños estaba felices, pero yo por más que había querido hablar con Edward no podía , era como si cuando estaba delante de el un flash de todo lo que había pasado me atravesara y mi orgullo no me permitía disculparme con el.

Yo seguía trabajando con Jacob pero las cosas habían cambiado, yo ahora era mucho más seria y rechazaba todas sus invitaciones a cenar o a cualquier otro lugar, pero había llegado la invitación a la una gala benéfica en la Jacob me dijo que tendríamos que ir para comenzar a hacer relaciones públicas.

Cuando se lo comenté a los Cullen ellos me dijeron que también asistirían, así que le dije Jacob que llegaría con el pero que me iría con los Cullen, el al principio se molestó pero cuando le dije que si no era así no iría no le quedo de otra que aceptar.

El día de la gala llego y Jacob paso por mí a casa de los Cullen, estaba nerviosa porque sabía que lo más seguro era que me encontrar a Edward ahí y esperaba poder ahora si dejar mi estúpido orgullo y poder disculparme.

Cuando Jacob y yo entramos al salón donde sería la gala se comenzaron a escuchar muchos murmullos y la gente veía hacia nosotros y hacia atrás asi que seguí la dirección de las miradas y ahí estaba Edward junto a una mujer que parecía sacada de un cuento de hadas o de mínimo del olimpo, mi sangre comenzó a hervir, que no se supone que me amaba con locura, que no se supone que estaba triste por mi.

Jacob me llevo a la mesa que no tocaba, desde lejos salude a los Cullen y Edward de inmediato se fue con la rubia que venía a su mesa. El tiempo se me hacía eterno quería ir y golpear el rostro de esa mujer y sacar a Edward de ahí, me sentía como cavernícola, pero no me importaba, sabía que ese era tipo de mujeres que le gustaba a Edward y lo más probable seria que terminara con ella en una noche de pasión y solo de imaginarme eso el corazón me dolía.

Yo vigilaba la mesa donde estaba Edward, y si mis ojos hubieran sido puñales la rubia esa estaría muerta desde hace horas.

Cuando vi que la rubia esa se levantó la seguí, agradecí la oportunidad a dios porque ella se metió al baño, entre detrás de ella y me le quede viendo fijamente.

-Buenas noches – Me saludo la muy cínica.

-Buenas noches, soy Isabella Cullen - dije seria y recalcando el Cullen aunque sabía que no era verdad.

-Mucho gusto Tanya Volturie - dijo con una sonrisa de esas que nada más ves en la tele en los anuncios de pasta dental.

-Seré directa,¿ eres pareja de Edward? - pregunte con enojada.

-Disculpe señora Swan- me dijo Swan así que ella si era la pareja de Edward - Pero ese no es asunto suyo y no se me hace correcto que si usted viene con pareja venga a preguntarme por otra persona, si me disculpa me esperan en mi mesa – dijo y sin darme oportunidad de decirle nada más salió del baño, la rubia esa no era tan estúpida .

Yo Salí del baño completamente enojada, quería golpear a alguien, cuando regrese a la mesa Jacob me hacía platica pero yo no tenía ganas de platicar nunca en mi vida había sentido tanto coraje contra alguien como sentía en estos momentos por esa rubia.

Después de un rato mi coraje comenzaba a bajar pero subía de nuevo al ver que se hablaban al oído.

Jacob recibió una llamada y salió para poder tomarla tranquilo sin tanto ruido, estaba pensado en la forma de investigar lo que realmente pasaba entre esa rubia y Edward.

Vi que Edward se acercó a mí y me hablo al oído – Me puedes acompañar un momento , no quiero humillarte delante de todos – dijo Edward con voz filosa, de seguro la rubia esa ya me había ido acusar de que la había abordado en el baño. Me levante y seguí a Edward a uno de los pasillos más discretos que vimos.

-Hola Edward – dije nerviosa.

-Como se ocurre decirle algo a Tanya, ¿con que derecho lo haces?- pregunto enojado.

-¿Así que estas con ella verdad?, por eso vienes hecho una furia porque fui y le pregunte que si estaban juntos, no que me amabas Edward le conteste enojada, sintiendo como en lugar de sangre tenia lava en el cuerpo.

-Tu decidiste en el restaurante¿ no recuerdas? . Tu me mandaste a volar bella – dijo como si fuera estúpido que yo estuviera enojada.

-Y claro tú tienes que bajar tu cremallera con la primera rubia de piernas de metro y cuerpo de miss universo que se te atraviesa ¿no? – conteste resaltando que no había venido con una mujer común y corriente , en ese momento alguien del hotel se acercó a nosotros y nos dijo que por que no entrabamos a una de las salas privadas, por si alguien de la presa estaba por ahí no nos escucharan , claro no fuera a tener un escándalo el famoso Edward Cullen ¿no?.

Edward me tomo del brazo y seguimos a la persona, yo estaba hecha una furia pero cuando Edward me toco una descarga eléctrica paso por todo mi cuerpo. No me di cuenta a que piso llegamos, pero lo que si me di cuenta fue que no era una salita, sino una habitación pero estaba tana enojada que lo único que quería era seguir gritándole a Edward.

Cuando el personal del hotel cerró la puerta yo comencé a gritarle a Edward.

-De seguro es aquí a dónde vas a traer a tu amante cuando acabe la cena verdad – Le dije, me sentía enloquecida por los celos.

-Y que si lo hago- contesto de manera cínica.

-Eres un infeliz, pero espero que te queden impotente- Grite temblando de rabia.

-Lo que más te duele es que sabes que eso jamás pasara bella, y de lo que yo si estoy muy seguro es que Jacob no te hace gritar ni la mitad de lo que hago yo- me contesto con burla, eso era más que obvio que lo sabía pero la ira me estaba cegando.

-Jacob es un gran amante, en la cama es el mejor – me conteste retadoramente.

Por debajo de la puerta aventaron dos papeles uno que decía Isabella y el otro Edward.

Edward tomo el suyo y yo el mío.

Saber perdonar es la más grande prueba de amor, no te digo que seas una sumisa y agaches la cabeza, lo que te digo es que la soberbia te aleja cada día más de lo que amas.

Tanya Volturie

La rubia despampanante me estaba dando un consejo para no perder a Edward?. Y lo peor es que otra vez tenía razón, mi estúpido orgullo y soberbia me iban a hacer perderlo.

-Solo te voy a preguntar una sola cosa bella, no me interesa nada mas ¿Estas enamorada de Jacob Black? – pregunto con temor en la voz.

-No Edward no lo amo y jamás podría amarlo – respondí mirándolo a los ojos para que supiera que era verdad en mi corazón no habría nadie más jamás.

-Es lo único que me importa saber – contesto y me jalo hacia el para darme un beso que fue más bien un bálsamo para mi alma.

El beso se comenzó hacer más intenso a cada minuto, era como si de ese beso dependieran nuestras vidas.

- Quiero hacerte mía Bella – Dijo el dejando un momento mis labios y mirándome a lo ojos.

Yo me separe de el por completo y lo mire fijamente, el me miro con desconcierto a ver que lo separaba de mi lado - ¿No has entendido nada Edward? – Le pregunte llevando mis manos al cierre de mi vestido.

-¿De qué hablas? – me pregunto confundido.

- Que siempre he sido tuya Edward que nadie más puede tocarme porque soy tuya – respondí dejando caer el vestido a mis pies, los ojos de Edward inmediato se obscurecieron al ver que me queda en brasiere y una diminuta tanga.

-Ven aquí y demuéstramelo – ordeno con una voz tan sexy que hizo que me mojara por completo.

Me acerque lentamente a él, se oía solo el sonido de mis tacones, - Te vez demasiado Sexy para tu propio bien – dijo mirándome de arriba abajo – ven Isabella, han sido muchas las noches que he pasado sin ti – dijo y me tomo de la mano, entramos a la habitación y él se fue a sentar a uno de los sillones de estaba ahí.

-¿Estas segura que eres mía?- pregunto el viéndome fijamente.

-Completa e irrevocablemente – conteste sin pensarlo.

- Baila para mi bella, sedúceme con tu sensualidad – dijo el aflojando su corbatín y desabrochando el primer botón de su camisa.

No había música pero solo con el hecho de imaginar cómo me haría el amor en un momento más mi cuerpo se movió como si el me estuviera tocando, mis manos recorrían mi cuerpo como me si fueran las de él.

El no quitaba la vista de mi ni un momento, cuando movía mis caderas el pasaba saliva con dificultad y yo me estaba casando de juegos así que lentamente como torturándolo me comencé a quitar la poca ropa que traía sin tocar mis altas zapatillas, sabía que eso lo mataba.

De un momento a otro él se paró del sillón y camino hacia mí con ese paso decidió que tenía cuando entraba a una sala de juntas, me tomo delicadamente del cuello, haciendo que su pulgar acariciara mi barbilla, sus ojos completamente oscurecidos por la excitación me miraban.

-No habrá más tiempo Isabella, no habrá más paso a paso o lo arriesgamos todo por el todo o nos diremos adiós para siempre como pareja, está en tus manos - dijo serio, mirándome a los ojos sin dejarme ver realmente que pasaba en su interior.

- Todo por el todo Edward, siempre, contigo todo por el todo – respondí sin pensarlo.

El ataco mis labios con ferocidad, con necesidad, con la misma necesidad que yo tenía de él, con la misma desesperación que sentí a mi cuerpo y mi alma de tenerlo de nuevo

Comencé a desabrochar su camisa lentamente, quería disfrutar este rencuentro de cuerpos y almas, la fui bajando despacio acariciando sus hombros, su pecho , su espalda que muchas veces había sido arañada por mí en momentos de pasión.

Me separe de Edward para poder desabrochar su pantalón la faja de su esmoquin ya hacía tiempo había salido y sobre la tela del pantalón acaricie lentamente con un solo roce su miembro el contuvo la respiración, levante mi mirada y vi que estaba atento a lo que yo hacía.

Desabroche el pantalón lo baje poco a poco él ya se había encargado de que los zapatos no me estorbaran y al quitar el pantalón me lleve todo lo demás que me estorbaba.

Ahora sí, ahí estaba mi dios griego, mi infierno personal pero también mi cielo, completamente desnudo ante mí, mirándome sin ninguna pena, sabiendo lo perfecto era, sabiendo que su cuerpo no tenía ni el más mínimo defecto , quede parada frente al, yo aun con mis tacones y ni así lograba estar de su estatura.

Sus manos por fin volvían a recorrer mi cuerpo, lo único que se escuchaba el palpitar de nuestro corazón y nuestras respiraciones, algunas agitadas y en otras contenidas, mis manos acariciaban sus hombros su pecho fuerte y marcado , sus manos bajaban despacio de mis hombros a mis pechos acariciaba con dolorosa ternura mis pezones, sentía que en cualquier momento sangraría mi labio inferior de lo fuerte que lo mordía por la necesidad que tenía.

El me levanto en su brazos y con delicadeza me recostó en la cama – Necesito recorrerte, rencontrarme con mi con mi paraíso personal – dijo Edward.

Comenzó por mis piernas, las besaba y acariciaba con tanta delicadeza que hacía que temblaran pero que también sintiera desesperación por que subiera más rápido.

Su lengua comenzó a marcar un camino por mi pantorrilla que hizo que mi cuerpo se estremeciera de necesidad – Edward… -. Gemí en un susurro , pero el no detuvo lo que hacía, paso a mi otra pierna dejando besos regados por mi muslo paso cerca de mi intimidad pero no se detuvo y yo que me moría por que se dejara de juegos pero al mismo tiempo hacia que me excitara más y más a cada minuto.

Recorrió mi vientre llenándolo de besos, subió desde mi obligo a mis senos, atendiendo mis pezones con su lengua, mis manos están en su cabello, tratando de ser fuerte y no rogarle y suplicarle que dejara de torturarme y por fin me hiciera suya.

Comenzó a bajar , logrando que mí me arqueara , cuando por fin llego a mi intimidad mi respiración ya era completamente agitada y necesitada – Abre para mí el paraíso Isabella – me pidió y sin demorarme ni un segundo abrí mis piernas , el de inmediato se internó en medio de ellas, sin tardar medio segundo yo estaba gimiendo y tratando de ser coherente.

Su lengua maestra recorría toda mi intimidad y un poco más halla mis manos estaban en su cabeza, jalando su cabello enterrándose mis dedos en el , el estallido se aproximaba, mis piernas comenzaba a temblar – Edward … dios – grite al sentir como explotaba y Edward bebía de mí.

Aspirando mi aroma Edward subió de nuevo dejando besos repartido a su paso – Mi cielo personal mi única necesidad, mía únicamente mía Isabella – dicho eso entro por completo en mí y al fin ambos estábamos completos.

El movimiento de vaivén de caderas no se hizo esperar, los músculos de sus hombros y brazos estaban tensos por el esfuerzo y por qué sabía que se estaba conteniendo, yo abrace su cuerpo con mis piernas para que entrar aún más, los gemidos de ambos era lo único que se escuchaba, otro huracán se formaba en mi vientre y sabía que Edward terminaría junto conmigo su gemidos me lo decían.

Unas estocadas más y Edward y yo llegamos juntos al paraíso, él se desplomo sobre mí, nuestras respiraciones eran completamente agitadas y nuestros corazones sonaban a mil por hora pero había sido la experiencia más erótica y hermosa de mi vida.

Edward estaba en medio de mí, con su cabeza en mi pecho mis manos acariciaban tiernamente su cabello – Te amo Isabella – dijo el sin moverse – Igual que yo a ti Edward.

Estoy un poco ruborizada :-O , ¿Que les pareció el capítulo?.

Les puedo decir que este es uno de los capítulos que más me ha gustado y juro que me dio calor.

Bueno recuerden dejarme sus comentarios.

Las quiero

ANNA