Copyright
Estimados lectores, este es mi primer fanfiction el cual pretendo ir actualizando semanalmente, pero antes de empezar la historia es necesario señalar algunas cosas:
1.- Naruto y sus amigos son personajes del gran Masashi Kishimoto, aunque la historia que se relata a continuación es 100% producto de mi imagunación y no guarda relación alguna con el futuro del manga, así que cualquier futura semejanza con el mismo será mera coincidencia.
2.- Lamentablemente, no tengo conocimiento del idioma japones así que me estoy apoyando con tres traductores en línea para poder darle nombre a los jutsus sin embargo intentaré siempre consignar su traducción al español para cualquier futura sugerencia.
3.- El pressente fanfiction se desarrolla despues de la guerra mundial en el entendido que Obito y Madara fueron derrotados y Orochimaru, Kabuto, Sasuke y compañía siguen profugos, espero lo disfruten.
El corazón de un héroe
Un nuevo comienzo
Finalmente, el silencio regreso al campo de batalla y la luna recupero su hermoso color plata, Madara Uchiha había muerto. Mientras tanto, a los pies de la montaña, la armada shinobi celebraba eufóricamente su victoria.
Sin embargo, la algarabía se convirtió en preocupación cuando un hombre de tez trigueña y cabello rubio descendía de la montaña cargando el cuerpo de un joven ninja que con tan sólo 18 años se había convertido en el héroe de la cuarta guerra shinobi.
Muchos de los presentes temían lo peor, pero afortunadamente Uzumaki Naruto seguía con vida.
Tras el comunicado emitido por el equipo médico, respecto al estado de Naruto, las celebraciones se reanudaron y siguieron durante toda la noche.
Sólo unos cuantos jóvenes shinobis permanecieron en vigilia al lado de la tienda donde permanecía el héroe, pues si bien es cierto Madara había caído, el paradero del último de los Uchiha aún era un misterio.
Tres días después, en el hospital de Konohagakure un joven rubio despertaba tras un largo sueño, a su lado una hermosa joven de cabello negro y ojos de color perla lo observaba con atención.
- Hinata ¿Qué ocurrió? ¿Dónde está ese baka de Madara? – dijo el joven atolondrado intentando ponerse en pie de golpe, lo que le produjo un intenso dolor en la espalda.
- Tranquilo Naruto-kun, no te levantes. – respondió la joven mientras se acercaba a la cama del rubio.
- Estoy hecho un verdadero desastre ¿Verdad Hinata?
- Yo…este… no creo que tú, no creo que estés tan mal. – atino a decir Hinata mientras ayudaba al rubio a sentarse.
En ese momento se abrió la puerta de la habitación y una joven de cabello rosado y ojos color jade ingresó a la habitación.
- Al fin despiertas Naruto, nos tenías muy preocupados baka, espero que la próxima vez no se te ocurra darnos nuevamente un susto así o seré yo quien personalmente te envíe al hospital. – dijo mientras le sonreía amablemente.
- Descuida Sakura –chan, pero ahora ayúdame a levantarme.
- De eso ni hablar, tienes que descansar, si no fuera por el chakra del kyubi ahora podrías estar muerto.
- Bueno, yo creo que mejor me retiro. – dijo Hinata con una gran sonrisa en el rostro.
- Espera Hinata ¿Podrías quedarte con este baka unos minutos más? Tengo que comunicarle a Godaime-sama que ya despertó.
- E… Está bien.
Minutos más tarde alguien golpeaba la puerta de la oficina de la Hokage:
- Adelante
- Hokage-sama, disculpe la interrupción, Naruto ha despertado. – dijo Sakura en forma respetuosa a su maestra.
- Que buena noticia. – respondió la rubia mientras se ponía de pie inmediatamente. - ¡Shizune!
- Hai Tsunade-sama - dijo una mujer de cabello quien ingresó corriendo al despacho de la Hokage seguida por un pequeño cerdo.
- Envía este mensaje al Raikage y al Kazekage, supongo que recibirán de muy buen agrado la noticia, yo tengo que salir.
- Pero Tsunade-sama aún quedan muchos documentos que debe firmar.
- Lo haré luego – respondió la Hokage lanzándole una mirada asesina a su asistente.
Al llegar a la habitación de Naruto, encontraron a Hinata inconsciente en el suelo y Naruto trataba de levantarse para ayudar a su amiga.
- Hay cosas que nunca cambiaran. – dijo la Hokage mientras sonreía
- Tsunade ba-chan tiene que ayudar a Hinata, se desmayó de pronto.
- No te preo… ¿Cómo me llamaste? – respondió la Hokage, mientras una vena saltaba al costado de su rostro.
Durante la tarde de ese día algunos de los amigos de Naruto se acercaron al hospital para indagar sobre el estado de salud del joven.
Naruto permaneció en el hospital durante algunos días más, siendo visitado ocasionalmente por Sakura, Kakashi, Iruka, Tsunade y Konohamaru y diariamente por Hinata quien le llevaba todos los días un tazón de ramen, el cual el rubio devoraba con premura.
- Tsunade ba-chan ¿Cuándo podré realizar misiones nuevamente?
- Naruto, el hecho de que hoy te den de alta no quiere decir que estés del todo bien, aun tienes que recuperarte por completo. – respondió escuetamente la Hokage mientras le alcanzaba su chaqueta al joven.
- Bueno al menos puedo regresar a mi departamento. – respondió Naruto resignado
- Sobre eso, estuve conversando con el consejo y decidimos que ya es tiempo de que se te otorgue aquello que por derecho es tuyo.
- ¿Qué quieres decir Tsunade ba-chan?
- No me digas abuela. – le increpo la rubia mientras lo tiraba al suelo con un ligero golpe de su dedo índice. – Lo que quiero decir es que a partir de hoy te mudaras a la residencia Namikaze.
- ¿La casa de mi padre? – inquirió Naruto mientras se ponía de pie, sin poder identificar que parte del cuerpo le dolía más, la cabeza o el trasero.
- Pues sí, después de todo es tu derecho y es lo mínimo que podría hacer la aldea por el gran héroe de la guerra.
- Yo no soy ningún héroe, de serlo Sazuke estaría de vuelta en Konoha.
- Sasuke Uchiha sigue siendo un criminal buscado y no se hable más del tema. – dijo la Hokage mientras hacía callar a Naruto.
Horas más tarde Naruto y Tsunade se encontraban en la puerta de la residencia Namikaze, la misma que había sido completamente restaurada.
La residencia Namikaze no era para nada pequeña, pero contrario a lo que se esperaría de la residencia de Yondaime Hokage, tampoco era una mansión, contaba con dos pisos tres habitaciones, una sala, un hermoso jardín interior con un pequeño estanque, un pequeño campo de entrenamiento, un estudio y una cocina y un comedor.
Ni bien ingreso a la residencia, Naruto sintió mucha nostalgia, puesto que las únicas dos ocasiones en las que vio a sus padres fueron cuando se debatía entre la vida y la muerte luchando contra el monstruoso bijuu que llevaba en su interior.
Sin embargo, él sabía que parte de la esencia de sus padres aun habitaba en él, lo que lo reconfortó enormemente.
- Bueno Naruto, espero que la disfrutes, todas tus cosas ya han sido trasladadas aquí, todos los muebles han sido restaurados y espero que los mantengas así. – tras decir eso Tsunade se regresó a su oficina dejando al chico sólo en su nueva casa.
Una vez sólo Naruto decidió relajarse y recorrer la casa, pensando en lo mucho que le gustaría haber crecido en ese lugar en compañía de sus padres.
- ¡Hey chico! – rugió una voz en su interior. - Esto es un gran cambio ¿No crees? ¿El gran héroe de Konoha eh? Claro es lo mínimo que podían hacer luego de tantos años de humillación.
- Todo eso es parte el pasado Kurama, si a mí no me importo, no veo porqué a ti sí.
- Viniendo de ti, ya nada me sorprende chico. – dijo el kyubi mientras lo observaba fijamente.
- Ya me conoces, nunca he creído en la venganza, ahora sólo déjame descansar un poco.
Aquella noche Naruto recibió la visita de todos sus amigos quienes se quedaron celebrando hasta tarde, incluso Gaara y Bee estuvieron presentes. La pequeña fiesta se prolongó por un par de horas, pues al día siguiente la mayoría de los presentes tenía mucho trabajo que atender.
Sólo Sakura y Hinata se quedaron con Naruto para ayudarlo a limpiar la casa, encargándose la primera de ellas de la sala y la otra del patio interior.
- Gracias por todo Hinata. – le dijo el rubio mientras la ayudaba a recoger el desorden del patio trasero.
- No... No es nada Naruto-kun. – respondió tímidamente la kunoichi.
- Voy a ayudar un poco a Sakura-chan.
- Naruto-kun, espera por favor… Hay algo que me gustaría decirte. – le dijo Hinata mientras se sonrojaba.
- Dime Hinata ¿Qué ocurre? – le dijo el rubio algo desconcertado.
- Yo... yo no quiero que te pase nada..., por favor no te extralimites. – dijo la kunoichi mientras sentía que se desvanecía.
- No te preocupes, no creo que vaya a recaer por ordenar un poco.
Tras terminar la limpieza de la casa ambas kunoichis se despidieron de Naruto y se marcharon raudas a sus casas.
Gracias por sus comentarios ya realice algunas correcciones espero no haber pasado nada por alto, esten al tanto para las actualizaciones, mientras yo seguire trabajando para ustedes.