Disclaimer: los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, historia sin fines de lucro.
N/A: Hola, espero y les agrade este pequeño drabble.
Mío
Las miradas de las mujeres de la aldea sólo se fijaban en su esposo.
Su pie derecho se movía incesantemente, mostrando su desesperación.
—Calma —le susurró la voz de la anciana que la acompañaba.
Kushina frunció el ceño.
¿Cómo quería que se calmara si Minato estaba siendo devorado por las miradas interesadas?
—Ya no lo soporto —apretó con fuerza los puños.
—Recuerde que el Cuarto Hokage, siempre tiene que asistir a este tipo de eventos —murmuró la mujer, haciendo que su rostro marcara las arrugas.
La pelirroja ignoró lo que la anciana había dicho, se paró de su asiento, y con fastidio fingió un mareo.
Una barriga de seis meses de embarazo, ya bastante predominante, era su argumento.
Había algo que ella había notado en el tiempo que llevaban de casados: Minato, siempre, pero siempre estaba al pendiente de ella, y se había vuelto más histérico después de que quedó embarazada. Claro que Kushina usaba eso para su conveniencia, si de por sí siempre había sido celosa, con las hormonas y demás las cosas empeoraban.
En menos de dos segundos, el rubio la miraba preocupado.
—¿Pasa algo? —podía ver a través de sus ojos azulinos como toda la atención de él, estaba sólo en ella.
De repente le dio remordimiento.
—Y-yo… me siento mareada —se mordió el labio inferior—, pero no te… no te preocupes, sigue con tus cosas, ya se me pasó.
La pelirroja no se entendía. Sus estúpidos celos siempre tendían a arruinarle las situaciones importantes al pobre Hokage.
¿Qué diablos estaba pensando? Hacía tres segundos atrás se retorcía de rabia, ahora por la culpa, le dieron ganas de llorar.
Era bipolar.
—Vamos a la casa, puedo atender esto después —le dijo el rayo amarillo de Konoha, con una gran sonrisa, mostrando sus blancos dientes.
Ella se sonrojó.
Minato la tomó de la mano, en dirección a su casa. Kushina les lanzó una mirada de triunfo a las muchachas de la aldea.
Sufran malditas, este chico es mío.
—Te quiero —susurró ella, recargándose en su hombro—, mucho.
Los ojos del rubio, del mismo color que el cielo, se abrieron un poco por la sorpresa; era bastante raro que Kushina fuera tan expresiva.
—Yo también.
Oh, era tan feliz. Con mucha ternura pasó una mano por su gran vientre, mientras seguía hacia su casa, agarrada fuertemente de su esposo.
Los quiero tanto.
Hola.
Ah, no sé, quizás quedó un poco OoC, pero es que, esta pareja se me hace tan linda. Por accidente me topé con los capítulos del manga donde aparece Kushina, platicándole a Naruto su historia, entonces investigué aquí y allá (aún no me veo la serie, voy en el capitulo 6), me enteré de que él era algo popular con las mujeres y aquí el resultado. Es una historia demasiado cortita, y sé que Kushina no debería mostrarse ante el público que estaba embarazada, pero no me pude resistir.
La frase del final hace referencia a Naruto y a Minato.
Imaginarme la escena me hizo sentir maripositas.
Espero y les guste.
Un beso.
Lollipoop