CAPITULO 12 EL DESPERTAR

Shaoran se despertó lentamente, tratando de enfocar su vista en lo que lo rodeaba, parpadeando varias veces para aclarar su vista, frunciendo el ceño al no reconocer donde estaba, viendo todo detenidamente tratando de ubicarse, hasta volver su cara y ver que su esposa estaba inconsciente a su lado.

- ¿Sakura? ¡Sakura, despierta! – Comenzando a moverla y llamándola varias veces, sin lograr que ella reaccionara. Suspirando derrotado al no conseguir que ella despertara, colocándose algo de ropa, preparándose para salir de la habitación, sintiendo la presencia de su familia en otra de las habitaciones de la casa, dándole una última mirada a Sakura antes de salir y caminar, por lo que ahora reconocía era la casa de Eriol.

- ¡Papá! – Gritó Nadeshiko lanzándose a sus brazos – despertaste.

- Nadeshiko… - reacciono el ambarino, abrazándola fuerte, tratando de calmar su llanto, alegrándose de ver a sus hijos y a su familia - ¿Qué pasó? ¿Por qué no estamos en la mansión?

- ¿No lo recuerdas Shaoran? ¿Lo qué hiciste? – Pregunto Eriol.

(Frunciendo el ceño, sin soltar a su hija) - ¿Lo qué hice? ¿De qué hablas? Lo último que recuerdo es ver la cara de Sakura después de cruzar el portal de la dimensión del oráculo.

(Suspirando) – Siéntate Shaoran, tenemos que hablar… - tomando asiento, después de abrazar y saludar a todos, para que después Eriol y los demás comenzaron a contarle todos los sucesos que habían pasado en su ausencia, desde los ataques y la caída del Concilio hasta el ataque a la mansión, así como los poderes que mostro y el consiguiente desmayo tanto de él como de Sakura, quien a pesar de no haber podido encontrar ninguna herida de gravedad no lograban despertarla.

- Hien, ¿sabes cómo están tu abuela y tus tíos?

- Están bien papá, aunque ahora la mansión está llena de gente, ya que se le ha estado dando refugio a todos los que lo han pedido.

- Desafortunadamente eso hizo que los ataques a la mansión aumentaran – intervino Marcus.

- Todos los que están ahí han contribuido a reforzar las defensas, sería una desgracia si llegarán a caer, ahí están también las mujeres y los niños – contribuyo Sora.

- ¿Hay alguna manera de reunir lo que queda del Concilio?

- Me temo que no tiene caso Shaoran – contesto Eriol – no pueden organizar a nadie, han perdido a muchos hechiceros y por el momento la gente ya no confía en el Concilio, la profecía no sirve de nada en estos momentos.

(Suspirando) – Las cosas están peor de lo que creí, pensé que con la profecía del oráculo podríamos mejorar las cosas, pero ahora veo que los sacrificios que hicimos fueron en vano.

- ¿No sobrevivió nadie más, tío?

- No Mildred, desafortunadamente solo yo regresé.

- ¿Cómo es el mundo del oráculo?

- Bueno Nadeshiko, al principio cuando llegamos era muy hermoso, no había contaminación y había todo tipo de plantas y animales mágicos… aunque después de dejar la casa del oráculo y comenzar el viaje de regreso, la oscuridad empezó a infectarlo todo, las plantas comenzaron a morir y los animales se volvieron muy agresivos, eso fue lo que provoco que los demás murieran.

- ¿Y ahora que haremos?

- Tenemos que reforzar las barreras de la mansión Hien, y luego quiero ir a Hong Kong para comprobar al clan, por el momento quiero que Sakura se quede aquí, hasta que se despierte o sea seguro llevarla a la mansión.

- ¿Por qué no se despierta mi mamá?

- Creo que es porque gasto demasiada energía mágica, si como me dicen las peleas han sido tan duras, de seguro ha estado desgastándose sin darse tiempo para descansar y recuperarse.

Tres días después Shaoran junto con Eriol, Yue, Kerberos, Rubymoon y Spinel sun habían reforzado las barreras de la mansión, por lo que pudieron regresar a ella; Sakura por otro lado, ya había despertado sin recordar porque se había desmayado. Aprovechando para reunirse Sakura, Shaoran y Eriol en la mansión del matrimonio Li para discutir los pasos a seguir.

- ¿Y bien que haremos? Porque es obvio que no podemos seguir así – comenzó Eriol.

- Nuestra dinastía está resistiendo pero no podemos seguir dando asilo a todos, la mansión está a su máxima capacidad y los ataques son cada vez más fuertes y nos van debilitando lentamente – continuó Shaoran.

- Igual la misma naturaleza esta en desequilibrio, los desastres naturales azotan al mundo, todos los hechiceros del mundo están peleando por su lado y eso los deja vulnerables, ya sea que queden muy débiles tratando de detenerlos o mueran por los ataques – termino Sakura.

- No podemos quedarnos así pero tampoco sé que hacer.

- ¿Y si intentamos reunir de nuevo al Concilio?

- Aunque lo lográramos, lo cual dudo mucho – contesto Eriol – no somos suficientes para controlar la situación.

- Shaoran ¿hay alguna pista en la profecía?

(Suspirando) – Ninguna que yo haya descubierto pero tal vez ustedes descubran alguna, la profecía dice así:

"Tres poderes por el destino unidos

un secreto por ellos guardado

la llave no debe ser girada o será la humanidad la que pague el precio

solo aquellos que por su linaje

poseen la sabiduría, el valor y la esperanza para vencer

solo ellos podrán detener

a aquellos que ayuden a la maldad a aparecer"

En cuanto Shaoran termino la última palabra de la profecía, una potente luz ilumino la habitación, deslumbrando a los tres sin poder decir de donde venía la luz, durando solo unos segundos desvaneciéndose lentamente, dejando ver a los tres inconscientes tirados en el suelo.

Toc, toc, toc.

- ¿Mamá, papá? La cena está lista… ¿papá? ¿Están bien?... ¿papá, mamá, tío Eriol?... ¡voy a entrar! – Hien se asustó al ver que nadie le contestaba abriendo la puerta, asustándose aún más al ver a sus padres y a su tío en el suelo inconscientes, tratando de despertarlos, teniendo éxito con Shaoran y Eriol, no así con Sakura que continuaba sin reaccionar. No quedando de otra más que llevarla a su habitación, esperando a que se despierte.

Mansión Li, días después.

- Me preocupa mucho mi mamá ¿cuándo va a despertar?

- No te preocupes enana, mi mamá es muy fuerte, ya verás.

- ¿Pero y si no? ¿Y si le pasa algo a mi papá y mamá no puede ir a ayudarlo?

- Para eso mi papá y tío Eriol están yendo juntos a pelear para que se ayuden entre ellos.

- Pero aún así tengo miedo, a pesar del entrenamiento las sombras se vuelven más fuertes y no podemos con ellas, no quiero que mi papá o mi tío Eriol se lastimen por protegernos.

(Abrazándola) – No pienses en eso, mientras demos nuestro mejor esfuerzo estoy seguro de que podremos salir adelante, hay que tener fe en que pase lo que pase todo saldrá bien.

- Tienes razón hermano, no podemos perder si tenemos la frase invencible de mi mamá.

- Haz hecho un gran trabajo con Mildred, te has vuelto muy fuerte, pero de todas maneras quiero que vayan acompañadas a todos lados, para que podemos cuidarnos entre nosotros.

- Claro que sí hermano, no te preocupes ¿tú y Maho seguirán trabajando?

- Hemos pensado en dejarlo pero… la verdad es que no queremos y mi mamá me dijo que siguiéramos con nuestra vida normal pero ahora… no lo sé, quiero discutirlo con mi papá, siento que me necesitan más aquí.

Otros días habían pasado y Sakura no había dado muestras de despertar, así que todos intentaban ocuparse en algo para distraerse.

- ¿Oye puedo preguntarte algo? – pregunto la castaña mientras limpiaba la cocina ayudada por Haru.

- Sí claro, dime.

- ¿Por qué ocultas tu magia?

- ¿Eh? ¿De qué hablas?

- Te vi.

- No sé de qué estás hablando – dándole la espalda mientras continuaba limpiando.

- Cuando nos atacaron en la mansión, tú te quedaste atrás con Yusuke, alcancé a ver como una sombra se acerco a él y tú lo alejaste con una esfera de energía, nadie se dio cuenta y ya no lo volviste a hacer pero yo te ví.

- No sé de lo que hablas, yo no hice eso.

- Sí, lo hiciste.

- Claro que no – dándose la vuelta y mirándola enojado.

- Sí lo hiciste – dejando lo que estaba lavando y acercándose a él – por favor quiero entender, sabes que estamos en problemas por falta de hechiceros y si tú no nos quieres ayudar, quiero saber porque.

- ¡Cállate! ¡No sabes de lo que hablas!

- Dime

- ¡No!

- ¡Haru! – Mirándolo a punto de llorar, acercándose lo suficiente para tomarlo de las manos, bajando el tono de su voz hasta volverlo un susurro – por favor.

- Porque no quiero ser un demonio – susurro al fin el muchacho viéndose derrotado, dejando que su cabello ocultará sus ojos para no verla.

- ¿Demonio? ¿De qué hablas? – Guiándolo a la mesa y sentándose a su lado pero sin soltar su mano.

- A diferencia de ti que naciste en un mundo de magia, yo nací en una familia normal… normal y muy católica… cuando empecé a mostrar mi magia… empezó como pequeñas cosas sabes… cosas que se rompían, que cambiaban de lugar… fue mi padre quien se dio cuenta de que yo las provocaba… no comprendíamos que pasaba… la solución de mi padre fue prohibirme hablar de eso y llevarme todos los días a la iglesia, rezando para que fuera normal… como eso no pasaba comenzó a golpearme frecuentemente, por no rezar con la suficiente fe para que Dios me escuchara… así pasaron los años, ni mi madre ni mis hermanos mayores me defendieron jamás, incluso mis hermanos menores me temían… cuando cumplí los 7 años mi padre ya no solo se conformaba con golpearme, comenzó a golpear a mi madre también por no darle un hijo normal… yo odiaba eso, era mi culpa que mi madre sufriera y me odiaba a mí mismo por eso… una vez, no sé porque mi padre llego furioso a la casa y comenzó a golpear a mi madre, creí que la mataría y me metí para defenderla… estaba tan enojado y tenía tanto miedo que hice una bola de energía y se la lance a mi padre… cruzo volando la habitación por el ataque y se golpeó con la pared ¿sabes que paso? – Mirándola por primera vez, dejando que viera las lágrimas que corrían por su rostro – mi madre me abofeteo, diciéndome que era un demonio, corriendo a ayudar a mi padre a pesar de que aún sangraba por los golpes que él le dio… ¿por qué? Yo la amaba, solo intentaba protegerla, por eso lo ataque… días después mi padre me llevo a la iglesia, dijo que ya estaba harto y que me iba a quitar lo que llevaba dentro… en la iglesia había otras personas que nunca había visto… me… me torturaron… cuando pedía piedad, decían que era un exorcismo, que era por mi bien… no sé cuánto duro… solo sé que en cierto momento pude hacer otra bola de energía, noqueando a uno de ellos lo que permitió escapar… vague por las calles apenas sobreviviendo, sabía que no podría volver nunca a casa, pasaron algunos meses hasta que conocí a Yusuke… sabes cuando el vio por error mis poderes, me aterre pensando que él saldría corriendo como mis padres, pero él se quedó ahí, entusiasmado por lo que había hecho… en ese instante decidí que él era mi mejor amigo, cuando él me explico sobre la magia me sentí aliviado y cuando sus padres se hicieron mis tutores de verdad fui muy feliz… pero solo aprendí de mi magia para poder controlarla y no lastimar a alguien pero me juré que nunca la usaría.

- Pero en estos momentos necesitamos a todos los que puedan pelear, tú podrías ayudarnos.

- Perdóname Nadeshiko pero no podría hacerlo, he negado tanto tiempo mi magia que solo sale por miedo, si intento usarla de forma consciente me da un ataque de pánico.

- ¿Y no hay nada que puedas hacer?

- No… lo intente un par de veces pero me ponía tan mal que tía Meiling me dijo que ya no lo hiciera.

- ¿Y en qué consisten tus poderes?

- Telequinesis y bolas de energía.

- Eso es sorprendente, de verdad me gustaría que nos ayudarás Haru, pero entiendo que no quieras hacerlo, tienes razón, ninguno de nosotros jamás le temió a sus poderes.

- Nadeshiko por favor, prométeme que no le dirás a nadie sobre mi magia.

- ¿Pero por qué?

- No quiero que nadie sepa mi historia, por favor, prométemelo, dime que no dirás nada.

- Pero me dijiste a mí.

- Tú eres diferente.

- Tú sabes que ninguno de nosotros te juzgaría, incluso intentaríamos ayudarte.

- No es por ellos Nadeshiko, es por mí… solo por mí, por favor prométemelo.

- Haru…

- Por favor.

- Esta bien, te lo prometo, pero me gustaría que confiaras en los demás también.

- No puedo Nadeshiko, entiéndelo, no tengo nada contra la magia en sí, o contra ustedes o los demás hechiceros, pero no puedo manejar el concepto de mi propia magia.

- Espero que algún día puedas superarlo y dejes de negarte a ti mismo Haru.

- Tal vez Nadeshiko, tal vez – mirándola con tristeza y apretando su mano.

Mansión Li, días después.

Shaoran veía preocupado a Sakura, ya habían pasado varios días y ella no daba señales de despertar, además de que por más que intentaba no lograba recordar lo que paso el día del ataque a la mansión, ya que le conto Eriol, no le parecía lógico a pesar de que no dudaba de lo que su mejor amigo le decía.

- Tienes que despertar Sakura, ahora estamos al revés, tú dormida y yo despierto – sentándose a su lado en la cama y tomando su mano – por favor, mi Xen Fa, quiero que me mires para que te diga cuanto te extrañe y cuanto te amo, las cosas van muy mal, necesito tu ayuda, por favor Sakura despierta.

En eso Shaoran levanto la cabeza de forma brusca, ya que había demasiadas presencias malignas alrededor de la casa de Eriol, donde se encontraban Hien y los demás entrenando.

- ¡Shaoran! – Grito Kero mientras entraba volando.

- Lo sé Kero, quédate con Sakura, yo iré con ellos.

- Cuídate mocoso y tráelos de vuelta.

- Lo sé peluche, cuida a Sakura.

Inmediatamente Shaoran convoco su espada, apareciendo en casa de Eriol, encontrando la casa completamente rodeada por las sombras, comandadas por los tres heraldos.

- Vaya el poderoso jefe de la dinastía Li, ha venido a morir – comenzó el primer heraldo.

- Una vez que te matemos, encargarnos de tu esposa será muy sencillo – complemento el segundo.

- Primero los mato, antes de permitir que le pongan una mano encima a mi esposa.

- No venimos a charlar ¡ataquen! – Ordeno el tercer heraldo con lo que las sombras empezaron a atacar las barreras de la mansión, buscando que colapsarán, mientras Hien y los guardianes los atacaban desde dentro.

Por otro lado Eriol y Shaoran se unieron para atacar a los heraldos, no permitiendo que se separarán para atacar la barrera o ayudar a las sombras, por primera vez llevando las de ganar, ya que al no haber estado en tantas peleas Shaoran estaba usando gran parte de sus poderes, buscando derrotar definitivamente a los heraldos.

- "Luces del día, sombras de la noche, viento del este, viento de la vida, fuego ardiente del sur, agua pura del oeste, tierra sagrada del norte, bríndenme sus poderes para acaba con mis enemigos, ¡Tornado elemental!" – Usando talismanes para enfocar su poder, Shaoran creo una esfera de cada uno de los elementos, comenzando a girar a su alrededor, combinándose y formando un poderoso tornado, enviándolo a los tres heraldos, siendo más afectados los dos primeros, comprobando sorprendidos que al dañar a los heraldos, gran parte de las sombras habían sido destruidas.

- Shaoran al dañar a los heraldos muchas de las sombras se destruyeron, tenemos que seguir lastimándolos – sosteniendo su báculo con fuerza y comenzado a hacer algunos signos con las manos – "Sol que brillas en el cielo, bríndame el poder del calor y el fuego, ayúdame a disipar la oscuridad, que tu luz brille por la eternidad" – Usando el poder del sol presente en el ambiente Eriol convoco varias esferas de luz, hechas de pura energía, apuntando directamente a los heraldos, atacándolos con todo su poder, destruyendo el resto de las sombras que trataron de protegerlos y dañando gravemente a los tres heraldos, cayendo al piso jadeando por el esfuerzo realizado.

- ¡Papá! – Corriendo a sostener a su padre - ¿estás bien?

- No te preocupes Mattew, solo estoy agotado.

(Cayendo al lado de Eriol) – Están acabados ríndanse.

- Nunca, tendrán que matarnos – contesto desafiante el primer heraldo.

- En nombre del Concilio de Oriente, por todas las vidas que se han perdido y todos los daños que han causado, yo los condeno a muerte – acercándose a ellos con la espada en alto, preparándose para decapitar al primer heraldo, siendo expulsado con fuerza hacia atrás cuando un domo de energía oscura apareció para proteger a los heraldos.

- ¡Aaaaaahh!

- ¡Papá! – Adelantándose para atrapar a su padre que fue arrojado hacia atrás.

- Estoy bien, solo me sorprendió – respondió el ambarino, levantándose rápidamente, analizando el campo de energía que había aparecido.

- Se arrepentirán de haberme desafiado – comenzó a escucharse una voz tenebrosa, que resonaba por todas partes al mismo tiempo, sin que pudieran identificar de donde venía – ustedes no volverán a derrotarme, fueron unos tontos en enunciar a su poder, esta vez la victoria será mía… Mis heraldos ¡de pie!

Una vez dada la orden decenas de rayos de energía oscura salieron del campo de energía apuntando a los heraldos, introduciéndose en sus cuerpos, curando todas sus heridas, logrando que luego de unos minutos, se pusieran de pie completamente repuestos.

- Ahora mis heraldos, utilicen mi poder ¡ataquen!

los heraldos comenzaron a reunir la energía en sus manos preparándose para lanzarla, rápidamente Yue, Rubymoon y Spinel sun generaron un escudo frente a todos para protegerlos pero el ataque fue demasiado fuerte, rompiendo el escudo con facilidad.

- Ja, ja, ja así… conozcan la desesperación, mueran como los malditos que eligieron ser, heraldos de nuevo ¡ataquen! – obedeciendo la voz, nuevamente los heraldos comenzaron a reunir la energía, preparándose para lanzarla, como último recurso Shaoran genero un nuevo escudo a pesar de saber que con su nivel actual de energía sería inútil contra el ataque, pero aún así tratando de proteger a su familia.

- ¡Mueran! – Tronó la misteriosa voz al tiempo que los heraldos lanzaban un ataque más poderoso que el anterior, produciéndose una fuerte luz cuando choco con el escudo. Una vez que pudieron enfocar la vista todos se sorprendieron al encontrar un escudo dorado rodeándolos, con Sakura frente a todos, rodeada por el mismo resplandor dorado.

- No permitiré que sigas dañándolos, y tu presencia no es bienvenida – irradiando el aura dorada, así como Shaoran lo había hecho anteriormente, purificando el ambiente negativo que los rodeaba, provocando que algunas de las heridas de los heraldos reaparecieran.

- No podrán vencerme, son débiles – trono la voz imponente, aunque ya había disminuido su volumen y potencia – únete a mí ahora y te perdonaré la vida, rehúsate y morirás con ellos.

- Nunca me uniré a ti – contesto Sakura con tranquilidad, sin dejar de brillar – y lamento que ha pesar de todo no hayas cambiado, la batalla se acerca pero aún no es tiempo, por ahora váyanse.

Una vez dichas estas palabras Sakura levanto su mano, disparando un rayo de luz dorada, dándole directamente a los heraldo y provocando su desaparición.

- Es hora de que la sabiduría regrese – viendo directamente a Eriol, dándole con un rayo de la misma luz, provocando su desmayo y el de ella misma al dejar de brillar.

- ¡Sakura! – gritó Shaoran atrapando a su esposa, antes de que golpeará el suelo.

Nota de autora:

Si supongo que no tengo perdón, el capitulo pasado, dije que no me tardaría tanto tiempo y he tardado un año en publicar este, bueno si lo vemos de cierta manera, supongo que es un avance con respecto a los dos años del capítulo pasado, aunque para un lector (bien lo sabré) eso no es mucho consuelo, en fin en el último año de mi residencia parece que tengo un poco más de tiempo para escribir, así que espero que alguien siga leyendo y apoyando esta historia (nota agregada: los reviews realmente me motivan a escribir mas)

La buena noticia, ya tengo el siguiente capitulo escrito... la mala noticia:

Bueno esta escrito en mi cuaderno (si soy de esas escritoras viejitas que primero escriben todo en papel y luego lo pasan a la compu) y no se cuanto me tarde en transcribirlo, haré mi esfuerzo para no tardarme otro año con ese capitulo, muchas gracias a todos los que leen!