Mientras se dirigían a la misteriosa -para Kagami- casa de la familia Kuroko, Nori le explicó que sus padres no estaban en casa actualmente por un viaje de negocios y que aquello solía pasar. Al ver la seria y algo preocupada expresión de Taiga, la joven alega que así estarán más tranquilos, siempre con una sonrisa.
Kagami está empezando a pensar que es simpática.
Entonces se paran frente a una casa de apariencia bastante normal. En la puerta hay dos personas hablando y el tigre interior del pelirrojo salta en cuanto los reconoce.
—Creo que te haré caso, Aomine-kun. —Está diciendo Tetsuya cuando se acercan lo suficiente como para escucharles.
—Oh... Creo que no será necesario. —Daiki se da cuenta de Nori y Kagami antes que el peliceleste. El moreno se rasca la nuca, algo incómodo y señala con un movimiento de cabeza a la pareja de recién llegados.
—¿Ka... Kagami-kun? —Por primera vez, el 10 de Seirin ve una expresión realmente sorprendida en el rostro de su sombra.— ¿Y Noriko?
—¡Nunca me presentas a tus amigos, Tetsuya! —Se queja ella como saludo. Después se fija en la presencia del moreno jugador de Touou y le sonríe seductora.— Hola, Dai.
—Hola, Noriko. —Él le devuelve la sonrisa, no muy convencido. Por alguna razón aparta la mirada y se remueve, incómodo.— Creo que me voy a ir marchando.
—¿Por qué no entras a casa, Dai? ¡Taiga también estará! —Pide Nori, cogiéndole de la manga de la chaqueta y apretando sus grandes pechos contra el brazo del mayor.
—Otra razón para no quedarme. —Daiki se ríe y suelta el agarre de la chica a su brazo, no sin antes echar un pequeño vistazo al escote de la chaqueta de la peliazul.— Nos vemos. —Y para rematar la ira de Kagami, el as de Touou revuelve el pelo celeste del que fue su sombra.
Tras la marcha del alto peliazul, la tensión entre los compañeros de equipo se podría cortar con las tijeras de Akashi.
Nori, dándose cuenta de que no es el centro de atención, infla uno de sus cachetes y se cruza de brazos, mirando a ambos chicos. Estos no le prestan atención.
Kagami le recrimina con la mirada a su sombra, algo desconfiado por habérselo encontrado con Aomine en la puerta de su casa. Tampoco le hace gracia que le haya ocultado algo que, al parecer, ese idiota de Touou sí que sabía y que era la existencia de algo tan importante como una hermana que podría pasar por gemela.
En cambio, Tetsuya le mira incómodo, sabiendo que le han pillado de varias maneras. No es como si hubiese estado haciendo algo malo con Daiki, pero sí que le ha acompañado hasta casa y... bueno, después de su derrota contra Seirin, él ha vuelto a ser el de antes. El Aomine del que se enamoró. Y luego está Nori, que por casualidades de la vida parece que se ha hecho mejor amiga de Kagami... o tal vez no sea una casualidad.
—Nori, creo que paso. —Dice el pelirrojo sin dejar de mirar los ojos inexpresivos de su sombra. Eso es lo que más le cabrea, que no muestra emociones ni en situaciones como esta.
—¿Eeeeeh? ¿Cómo que pasas? —Se queja ella, lanzándose ahora a su brazo para evitar que se vaya.— ¡Entra un rato, Taiga! Hablaremos de basket.
—No es por ti. —Le sonríe él, amable, mientras se suelta de su agarre. Después vuelve a clavar sus ojos bermejos en los de Tetsu.— Es que tal vez a Kuroko le apetece más que esté Aomine en su casa.
—Kagami-kun, no... —Empieza el jugador fantasma, con una sombra de dolor en su rostro. Poquísimas veces son las que ha visto a su luz de esa manera tan fría.
—No necesitas dar explicaciones, Kuroko. —Taiga se encoge de hombros y mira hacia otro lado con una máscara de indiferencia.— Pero si no querías que supiera nada de tu vida podrías haber tenido la decencia de habermelo dicho antes de que nosotros... en fin, sabes a lo que me refiero. —Acaba hablando en un susurro mientras baja la cabeza y mete las manos en los bolsillos de la chaqueta.
Por primera vez, Noriko no interviene en la conversación de los chicos, sino que los observa apoyada en la pared de la calle.
Los jugadores de Seirin parecen haber olvidado su presencia.
—No es que no quiera contarte nada de mi vida, Kagami-kun. —Dice con inseguridad el menor, dando un paso hacia él.
—¿Ah no? —El 10 de Seirin arquea una ceja, mirándole. No se da cuenta de que en realidad su tono sarcástico está siendo cruel.
—De hecho, cuando habéis llegado estaba hablando con Aomine-kun sobre decírtelo.
—Eso es lo peor, que Aomine lo sabía... y yo no. —Los ojos del tigre se estrechan por la rabia, sintiéndose traicionado.
—¡Él lo descubrió por accidente, no tenía intención de decírselo! —Casi grita Kuroko, haciendo que tanto su hermana como Kagami le miren con asombro. El menor también se sorprende de su propia reacción, pero no piensa parar llegados a este punto.— Lo siento, Kagami-kun, pero no puedo ir atrás en el tiempo para borrar lo que pasó entre Aomine-kun y yo ni tampoco el hecho de que conociese a mi hermana.
Dicho esto, el peliceleste se da la vuelta sin decir una palabra más y entra en su casa.
Taiga sigue mirando el punto en el que hace unos segundos estaba su sombra, perplejo. Los ojos de Kuroko... ¿estaban vidriosos justo cuando se ha dado la vuelta?
—¿Le... le he hecho llorar? —Deja escapar sin querer el pelirrojo, dejando los labios entreabiertos.
—Has sido duro con él. —La voz de Nori suena algo irritada, pero con un timbre alegre extraño.
—Mierda... —Gruñe entre dientes, frunciendo el ceño y bajando la cabeza mientras se maldice a si mismo.
—Bueno, Taiga, tengo que entrar. Nos vemos~ —Se despide con voz cantarina.
Y aunque hace unos minutos que la peliazul ha entrado, Kagami sigue allí de pie, sin saber qué hacer. Se siente estúpido al darse cuenta de lo cruel que ha sido con Kuroko.
No es sólo por haberle ocultado que tiene una hermana, sino por Aomine. ¿Por qué ese bastardo tenía que saber tanto de Tetsuya? Ahora su luz era él.
De mientras Nori observa al alto jugador parado en mitad de la calle desde una ventana de la casa. Su mirada es dura y severa, fría como el hielo.
Aquel chico ha herido a su querido hermano, tanto que sigue escuchando débiles sollozos en la habitación de al lado. No puede perdonarle algo así.
La peliazul sonríe al darse cuenta de lo que tiene que hacer, ya que es lo mismo que pasó con la anterior luz de su hermano, Aomine.
Tiene que alejar a aquel tigre de Tetsuya sea como sea.
Ay~~ siento haber tardado tanto ;_;
Es que entre el Shizaya y Twitter y que soy una vaga, no voy a mentir (?) Pues se me va dsjhkgsd
Además también estoy beteando unos textos y bueno... :_D
En fin, espero que os haya gustado~ Ahora empieza la historia de verdad.
Ya se ha visto que Nori en realidad es una yandere que aborrece ver a su hermano sufrir por los demás; sólo ella le puede hacer sufrir (?) Bueno, ya lo iréis viendo~ e_é
Nos leemos~!