Nota del Traductor: Fic AU para los Dursley, y varios otros Slytherin, como se van a enterar. No ve bien a Dumbledore. Además hay mención de abuso infantil pasado, pero sólo eso, no hay cosas gráficas ni detalladas. Es de Snape como futura figura paterna/mentor de Harry. No es slash.


"3 MERODEADORES SLYTHERIN"

Título Original: 3 Slytherin Marauders

Autor: severusphoenix

Traducida con permiso del autor por BlazeVein.


Descargo: No poseo nada perteneciente al mundo de Harry Potter.


CAPITULO 1: La Epifanía de Dudley.

—¡Eres un anormal, Dudley! —el grito de la linda niña rubia resonó alrededor del campo de juego, ocasionando que todos se detuvieran consternados, incluyendo a Dudley—. Las cosas que tus amigos y tu le hacen a tu primo solamente las hacen los fenómenos sádicos y matones.

Harry, quien había estado escondido en un arbusto de azalea, atisbó desde ahí para obtener una buena vista del evento. A la edad de nueve años, muy raras veces alguna persona lo había defendido.

—Pero...pero...—Dudley contestó como siempre tan brillante.

—A nadie le gustas, tarado —continuó la niña, Lila, recordó Harry que se llamaba—. Ellos te tienen miedo, pero en unos pocos años, no te saldrás con la tuya con excusas haciendo esto; arrojarán tu trasero gordo en la cárcel por las cosas que haces, y yo me reiré hasta el cansancio. Todos saben que la gente como tu termina mal.

La mente de Dudley lentamente se dio cuenta de que nadie estaba defendiéndolo, todos parecían estar mirando a Lila con aprobación, ¿acaso ellos pensaban que él era el anormal en este caso?

—Pero papá dice que Harry es el anormal, y que se merece lo que le pase —para horror de Dudley la niña se enojó aun más, y todos los otros niños se vieron descontentos con él. Incluso su amigote Piers estaba retrocediendo con una mirada extraña en su rostro.

—¡Bueno, tus padres también son anormales, si ellos piensan eso! —su voz descendió en en un siseo—. Todos hemos escuchado acerca de la alacena en donde le dejan, solamente un montón de psicópatas abusivos hacen cosas como esas. Nadie más que crueles anormales tratan a sus sobrinos huérfanos de la manera que lo hacen ustedes. ¿Crees que nadie se da cuenta que Harry esta tan delgado como un esqueleto y lleno de moretones todo el tiempo? Todos lo vemos esclavizado en el patio mientras tu y tu papá están echados por ahí como ballenas varadas.

Dudley estaba horrorizado, todos las cosas que ella estaba señalando eran cotidianas, cosas aceptadas en su hogar, pero de la manera que ella las estaba diciendo, la pintura que ella hacia de ellos no era una cosa agradable. ¿De verdad ellos eran así? Lentamente comenzó a trepidar en su mente que si él viera a otra familia comportándose de la manera en la que la suya lo hacia... él los consideraría crueles y sádicos. ¿Acaso todos los veían a ellos de ese modo: como matones y abusadores?

Harry también estaba un poco conmocionado. Él había aprendido a aceptar que así era su vida, y que nadie iba a recatarlo. El conocimiento adjunto era que él no se merecía el ser rescatado, de que de algún modo este era el modo que se suponía que fuera. Era un enorme shock el descubrir que alguien pensaba que su tratamiento no era correcto, pero el resto de los chicos en el parque parecían estar de acuerdo con ella. Harry sintió que algo se movía dentro suyo: el conocimiento de que se merecía algo mejor asentándose.

La niña rubia se inclinó hacia el chico mucho más grande, sus ojos achicándose con malicia, una mirada que no concordaba su rostro normalmente dulce—. ¿Sabes que espero, Dudley? ¡Espero que cuando sea mayor, Harry los mate a todos ustedes! —Hubo un jadeo colectivo de todos los niños, hasta del ahora pálido Dudley. Lila se veía satisfecha de si misma—. Eso ocurre, sabes. Los niños abusados regresan y toman venganza de sus atormentadores. Apuesto que después de que él cuente en la corte como lo trataban ustedes, ellos le darán una palmadita en la cabeza y le dejarán libre después de una muy breve estadía en un hospital encopetado —Lila elevó la nariz en el aire y terminó su diatriba—: ¿Y sabes que, Dudley? Me voy a reír.

Con eso, Lila abandonó el campo de la batalla verbal con su enemigo mentalmente hecho trizas.

Harry salió con disimulo detrás del arbusto y comenzó a caminar alejándose, con la intención de pensar en lo que la niña había dicho. Escuchó a Dudley caminar con pesadez detrás suyo.

—Harry, espera. Pienso que necesitamos hablar —Dudley se veía confuso y conmocionado—. Vamos por un helado, eso me ayudará a pensar —Ellos caminaron las pocas cuadras hasta la heladería en silencio. Una vez allí, Dudley ordenó un par de copas de helados y se sentaron en un reservado uno frente al otro, dándose cuenta de que eran unos totales desconocidos entre ellos.

—Las cosas que Lila dijo... ¿las oíste? —preguntó Dudley titubeante. Harry asintió en respuesta. Dudley agachó la cabeza y pensó. ¿Cómo uno compensa por años de matonaje? Una copa de helado ciertamente no lo cubría.

Dudley se sirvió unas cucharadas de helado para fortificarse con un poco de coraje. Tomó un profundo aliento—. Pienso que Lila tiene razón. Ahora lo recuerdo. Hay otras familias que tienen chicos que no son suyos, y son bastantes cercanos. Steve... él tiene un primo que vive con él, y ellos son como hermanos.

Harry de nuevo asintió. Dudley parecía necesitar hablar en estos momentos. Mientras que esto significara que iba a conducir a una falta de apaleo para Harry, él era feliz dejándolo hacerlo.

Dudley comió unas cucharadas más—. No veía en realidad lo que estábamos haciendo, hasta que Lila . . . lo dijo de esa manera. Ella tiene razón, no esta bien la forma en que te hemos tratado —Dudley dejó caer su cuchara abruptamente—. Si yo fuera tu, querría matarnos —Esto pareció choquear aun más a Dudley, se vio extrañamente abrumado por ese pensamiento—. ¿Crees que puedas perdonarme? —finalmente susurró.

Harry quedó sorprendido por la epifanía de Dudley. Él había aceptado que se merecía algo mejor, ¿pero que Dudley de improviso necesitara perdón?

—Supongo que siempre sólo aceptaba la forma en que me trataban como "la forma en que las cosas son", y quedé tan sorprendido como tu con las cosas que dijo Lila. Pero tu tienes razón, no debería ser de esta manera —Harry contestó lentamente—. Si de verdad lo dices en serio, entonces... sí, te perdono. Sin embargo, no creo que tus padres vayan a verlo de ese modo.

Dudley había parecido inmensamente aliviado, y entonces la segunda mitad de lo que Harry dijo le llegó. Sus padres . . . sí, era poco probable que entendieran de inmediato. Aunque . . .

—Sabes, Harry, Mamá nunca te pega, y puesto que estas ocupado siendo golpeado cuando pasa, no creo que te des cuenta lo asustada que se ve Mamá cuando papá esta en eso —Harry se quedó con la boca abierta ante esa información—. La he oído decir unas pocas veces que te deje en paz. Usualmente lo hace, por un tiempo, de todas formas.

Harry comió el helado desanimadamente, tenía que pasarle que obtenía su primer helado en muchísimo tiempo, y la conversación era tan depresiva que no podía disfrutarlo.

—Quizás entre nosotros tres podamos convencerlo. Juntos seremos capaces de sobrepasarlo —Dudley se veía determinado. Se puso de pie, y por primera vez en su vida, no terminó un postre—. Vamos, papá no llegará a casa en varias horas, vamos ahora a encarar a Mamá.

Harry se reanimó y asintió—. Tendremos que ser cuidadosos de no dejarla arrepentirse. Decirle que los chicos del vecindario se han dado cuenta del abuso, y que por eso los adultos también deben saber. Eso la horrorizará.

Dudley le sonrió abiertamente a su primo por ser brillante—. Perfecto. Vamos.

El par caminó junto lentamente por la acera, complotando. Esto ocasionó que muchas personas se preguntaran si se estaba congelando un poco el infierno ese día, ya que nadie esperaría que Dudley Dursley de toda la gente, fuera a tratar alguna vez bien a su primo.

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Petunia terminó los últimos pasos de un pastel que había horneado. Ella había planeado la usual comida fastuosa, y esperaba que entre ésta y la botella de vino, Vernon estaría de buenas. Se estaba volviendo cada vez más difícil hacer que dejara en paz a Harry. Cualquier excusa parecía bastante buena ahora para golpearlo. Ella aspiró profundamente; él incluso le había atizado a ella un par de veces cuando estaba verdaderamente ebrio. Sin embargo, no lo recordaba en la mañana.

Cuando Harry tenía ocho años, alguien había llamado a los Servicios Protectores de la Infancia. En realidad ella había estado aliviada esperando que Harry consiguiera escapar, y que los Dursley pudieran volver a ser una familia perfecta. Pero entonces Dumbledore había aparecido, y la gente había divagado, pareciendo confundida. Ella había pensado que el viejo Director sólo iba a llevarse él mismo a Harry.

Petunia sacudió la cabeza. Ella siempre había pensado en él, por la descripción de Lily, como una persona amable. Pero Dumbledore ni siquiera había hablado con ella. Dumbledore había hecho un trato con Vernon, en vez de eso. Vernon obtendría un pago mensual por un monto substancial, y ellos retenían a Harry. Dumbledore le había dicho severamente a Vernon que "él entendía que los niños necesitaban disciplina, pero por favor que no dejara llevar de nuevo". Vernon había sido cuidado por un tiempo después de eso, pero últimamente se había puesto de nuevo muy malo.

Ella escuchó la puerta abrirse y cerrarse. Para su sorpresa, Dudley y Harry aparecieron juntos.

—Mamá, necesitamos hablar —Dudley se veía determinado. Peor aun, se veía enojado.

Algo se sintió pesado en el fondo de su estómago, y abruptamente se dejó caer en una silla en la mesa de la cocina. Para su estupefacción, Dudley también se sentó, después de retirar una silla para que se sentara Harry. Él le dio una mirada al hacerlo y súbitamente ella comprendió todo en un instante. Dudley había despertado a lo que estaba sucediendo alrededor de él, y ahora estaba firmemente en la esquina de Harry. Ella nunca había estado tan orgullosa de Dudley como estos momentos. Tal vez él podría componer las cosas.

—Necesitamos comenzar a tratar mejor a Harry, Mamá, él es un miembro de la familia: mi primo. El único primo que nunca tendré, y hemos estado tratándolo como basura. Eso no esta bien y tiene que terminar —dijo Dudley

Harry tenía que darle crédito a Dudley; él sabia como llegar a la raíz del asunto. Poco sutil, pero efectivo. Para asombro de Harry, los ojos de tía Petunia se llenaron de lágrimas.

—Estoy tan feliz de que hayas dicho eso Dudley. He querido hacer algo por mucho tiempo, pero Vernon . . .—Petunia palideció de hecho ante su mención.

—¿Tienes miedo de Papá? —Dudley pareció asombrado ante ese pensamiento—. Sé que a veces asusta, pero...

—Él nunca se ha enojado contigo, Dudley —Harry sintió que esa explicación era suficiente.

Dudley se quedó sentado, reflexionando sobre ello un tiempo.

—Si le presentas razones para tratar mejor a Harry, podría aceptarlo. O podría volverse en contra tuya también —Petunia lloró un poco más ante ese pensamiento.

Dudley pensó en ello asimismo—. Tendremos que intentarlo, mamá. Si se vuelve en contra mía también . . . —Miró a Petunia con severidad...—O bien lo echamos de la casa o nos marchamos, lo que sea que tu creas que es mejor.

—Si intentáramos echarlo de la casa tendríamos que involucrar a las autoridades, y podrían llamar a Dumbledore, y todo simplemente desaparecería de nuevo —Petunia lucía frustrada—. Tendré que pensar en un plan de escape, por si acaso.

—¿Cómo puede este Dumbledore tener tanta influencia, y si es así, por qué se molesta con un chico como yo? —Harry estaba bastante frustrado. Aparentemente este Dumbledore lo había condenado a una vida de miseria, ¿por qué?

—Voy a tener que explicar un poco acerca de tu pasado, y de tus padres, Harry. Esto tendrá que ser un secreto entre nosotros tres, ¿están de acuerdo? —El par estaba fascinado de ser confiados en el secreto de un adulto—. Voy a necesitar una caja del ático. Si ustedes dos hacen emparedados para almorzar los tres, tendremos pastel de postre.

Los chicos se animaron, complotar había aumentado su apetito.

Petunia subió al ático lentamente. Albus los había visitado en otra ocasión, el día después de dejarles a Harry. Había traído una caja con cosas de Lily, y algunas instrucciones. Ellos no habrían de divulgar conocimiento del mundo de los magos a Harry, y no lo "mimarían", él habría de ser un guerrero cuando creciera y Albus no necesitaba un debilucho. Albus Dumbledore había dejado caer un montón de efectivo en las manos de Vernon para mantenerlo contento por años. Ahora ella iba a quebrantar al menos una de esas instrucciones.

Petunia aferró la caja contra su pecho delgado, sintiendo otra acceso de llanto acercarse. Ella había amado a Lily, y aun lo hacia en realidad. Pero ella había sentido que Lily la había dejado atrás, primero con el muchacho Snape, después con la escuela, y con el matrimonio con un mago parecía que se la habían arrebatado completamente. El abandono que ella sintió cuando Lily se había ido a donde Petunia no podía seguirla estaba aun presente cada vez que ella pensaba en Lily, y cuando miraba Harry. Ella supo que había perdido a Lily cuando el chico Snape había dicho que Hogwarts era solamente para niños mágicos.

Petunia se paralizó. El chico Snape... ahora él debía ser un hombre, y ella recordaba demasiado bien lo obsesivamente que él amaba a Lily. De ser necesario, el podría ser a quien ellos tendrían que acudir. Ella hizo una mueca, o cuando menos Harry podría hacerlo. Lentamente caminó de regreso a la cocina. Ella sonrió, sintiéndose aun poco llorosa de nuevo, al observar a su hijo y sobrino juntos. Los chicos están inclinados sobre la comida, trabajando y conversando. Así debería haber sido desde el principio.

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Petunia rebuscó en la caja, sacando un raído álbum de fotos. Los chicos estaban comiendo bulliciosamente, y haciendo ruido al sorber la soda. Ella los interrumpió antes de comenzaran un concurso de gases. Los condujo hasta la sala de estar después de terminar con el pastel, y se sentar uno a cada lado de ella en el sofá.

—Sé que lo que voy a decirles les parecerá increíble, pero estaré diciéndoles la verdad, así que escúchenme —Los chicos la miraron con cautela y asintieron.

Ella abrió el álbum en el medio, donde sabia que estaban las fotos de los magos, y seguro que si allí había unas fotos de un partido de Quidditch, y algunas de Lily haciendo conjuros. Los chicos jadearon y la miraron con ojos desorbitados.

—Harry, tu mamá y tu papá fueron mágicos, una bruja y un mago. Cuando Lily cumplió once años le llegó su carta para la escuela de magia. Ella fue allí hasta que cumplió los diecisiete años, y allí conoció a tu padre. Hubo una guerra con un "mago oscuro" y ellos fueron asesinados. Albus Dumbledore te dejó con nosotros, según dijo, porque siendo de la familia de tu madre de algún modo te protegeríamos —Petunia se detuvo, su conocimiento del mundo de los magos era superficial, pero esperaba ser capaz de contestar de algún mundo sus preguntas.

Él par de chicos la miró con la boca abierta por unos minutos incómodos, y entonces Dudley explotó—: ¿Es por ESO que papá lo llama anormal? —Petunia asintió sombríamente—. Bien, eso es estúpido, tener magia es un don, no algo por lo que estar furiosos. Desearía ser así.

—Tu tienes magia, o la tenías. Cuando Albus Dumbledore trajo a Harry con nosotros, dijo que tu tenias magia. Vernon insistió que él 'restringiera' tu magia, para que tu no fueras también 'anormal'. Vernon no comenzó en realidad a actuar tan mal con Harry hasta que él comenzó a realizar magia accidental; todas esas cosas que no puedes explicar Harry —Petunia desvió la mirada de nuevo llorosa.

Dudley se quedó sin palabras de rabia por unos cinco minutos, en tanto que Harry miraba el álbum. Y finalmente había recuperado su voz y había aullado—: ¿Me fue robada mi magia? ¡La quiero de vuelta! ¡Encuentra una forma de que me la regresen!

—Si Albus Dumbledore 'restringió' tu magia estoy seguro de que debe existir un modo de 'liberarla' —dijo Harry. Dudley se estaba viendo un poco morado. Esta mañana Harry habría aclamado si Dudley hubiese tenido un ataque, ahora, sin embargo, estaba sintiendo estimación hacia él.

Petunia reflexionó—. Dame un par de días para contactar a un antiguo conocido, y con un poco de suerte podrá y querrá ayudarnos —El muchacho Snape estaba a punto de tener visitantes. Ella miró el reloj. Vernon estaría en casa en una hora o algo así—. ¿Dudley, dejarías que Harry se quedara en tu segundo dormitorio? —Él se quedó sorprendido, después pensativo, y luego asintió—. ¿Porque no lo ayudas a mudarse allí, y yo pensaré en una estrategia mientras terminó la cena? Regresa a la cocina en una hora, y planearemos lo que vamos a decir.

El par de chicos salió corriendo, subiendo pesadamente las escaleras, y pronto estaban arrojando juguetes rotos en bolsas y cajas y llevándolos a la basura. Pronto el cuarto estuvo presentable, y las cosas de Harry mudadas arriba. Petunia preparó la cena en auto-piloto. Ella sabia que cualquier ganancia de hoy día probablemente fuera temporal; ella necesitaba un escape a largo plazo, no solamente de Vernon, sino que también de Dumbledore.

Ella suspiró. Snape no solamente era el único mago que ella conocía, sino que, afortunadamente, el único que probablemente lo arriesgaría todo por el hijo de Lily. El par de chicos apareció como habían acordado en una hora, y ella les dijo lo que tenían que decir, o al menos lo que ella esperaba que convencería a Vernon mientras los chicos disponían la mesa... para cuatro. Ella suspiró, bien podría ella estar ahora arrojando el guante.

Vernon llegó mientras ellos estaban colocando la comida, y se quedaron de pie junto a las sillas.

Vernon entró alegremente, y se detuvo abruptamente y frunció el ceño—. ¿Por qué está el anormal en la mesa?

Petunia se lanzó a la batalla—. ¿Sabias que los vecinos están a punto de llamar de nuevo a las autoridades? Los chicos confrontaron a Dudley, y ellos le dejaron saber como nos veían. Dudley quedó bastante espantado por como ellos nos perciben: unos abusadores, Vernon.

Esto detuvo a Vernon. Él pensaba que sus vecinos le veían con respeto—. Pe...pero...—No estaba seguro de que decir—. Ese sujeto Albus podría...

—A los magos no se les permite despojar a la gente de sus memorias a cada eventualidad, Vernon. Y se trataría de todo el vecindario. Recuerda que él dijo que no dejáramos que esto pasara de nuevo, Vernon —Petunia lo observó sobresaltarse con miedo con cierta satisfacción—. Necesitamos tratar a Harry de manera diferente, es sólo por otro año, cumple diez años el próximo mes, y le llegará su carta entonces y se irá a la escuela cuando tenga once.

—Petunia, se supone que ellos no sepan . . . —protestó Vernon. Él estaba furioso, no le gustaba la idea de que el anormal fuera a una escuela mágica, y se pusiera aun más anormal.

—Ellos ya saben, Vernon, y Albus Dumbeldore tendrá que lidiar con ello . . . y si no atraemos la atención . . . nunca lo descubrirá. Ahora, preparamos tu comida favorita, comamos, ya hablaremos después, si aun deseas hacerlo —Petunia ocupó su asiento entre Vernon y Harry, con Dudley frente a ella mirándola con seria aprobación.

Vernon comió automáticamente, sintiendo que el mundo había terminado. ¡Petunia desafiándolo! Harry no solamente estaba comiendo su comida, sino que en la mesa con ellos. Y Dudley, su hijo, estaba mirándolo con un agrio desagrado. Él finalmente arrojó su servilleta y anunció que iba a salir con los muchachos a tomarse un trago. Sólo gruñó cuando ellos se vieron aliviados.

El trío cortó el resto del pastel en tres enormes pedazos y se lo llevó a la sala de estar. Harry estaba casi sin sentido por haber ingerido más comida en un día de la que nunca había recibido. Petunia trajo de nuevo la caja, y también un bloc de notas.

—Me temo que Vernon no va a darnos tiempo para organizar un escape, si se enoja —con rapidez les contó a los chicos acerca de Severus Snape, escribiendo la antigua dirección que ella recordaba de su niñez—. Él fue el mejor amigo de Lily mientras fueron niños, y estuvo enamorado de ella en la escuela —los chicos se ahogaron y sonrojaron ante esto—. Yo sé que él haría cualquier cosa por Lily, él ayudará a Harry —Ella también les dio la dirección del Caldero Chorreante—; ellos los ayudaran allí, si es que no encuentran a Snape —Le dio a Dudley su tarjeta bancaria, y su clave secreta—. Sólo por si acaso, no es para comprar chucherías con ella.

Los chicos le hicieron más preguntas, y ella repasó el álbum, página por página. Ella se acordaba de más cosas de las que pensaba. Les narró las historias que Lily le había contado, esperando que eso pudiera ayudarlos. Tenía mucho miedo de que Vernon no iba a inclinarse ante el ultimátum que ellos le habían dado.

Y seguro que sí, justo antes de la medianoche, en medio de la explicación de que los unicornios sí existían, él regresó. Petunia nunca le había tan borracho ni tan furioso. Los chicos se encogieron apretadamente contra ella, y ella reunió su coraje.

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Nota del Autor: Sé que hay una tonelada de estas historias allá afuera, pero espero hacer la mía un poco diferente. Algunas de las vueltas de tuerca de la trama están a varios capítulos de distancia, así que ¡agárrense!

N.d.T.: Bueno chicos, este fanfic aun no esta completo, pero son 3 años de trabajo, ¡121 capitulos!, tiene algunas vueltas muy interesantes, y espero que sigan sintonizados.

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