Introducción
Un grito escalofriante inundó la habitación rompiendo el silencio que reinaba allí, se incorporó jadeante, sudores fríos recorrían su cuerpo y temblaba de arriba abajo. Su llanto era silencioso, pero muy intenso, sentía que si emitía cualquier sonido algo saltaría sobre ella para acabar con su vida.
Unos fuertes brazos rodearon su cintura intentado darle calma, intentado reconfortarla, a continuación un suave beso fue depositado sobre su hombro, haciendo que ella soltara un jadeo cargado de dolor.
-No he llegado a tiempo, no he podido salvarlas.
-¿A quien no has podido salvar?- Preguntó sentándose tras ella, pero la única respuesta que obtuvo fue un silencio acompañado de los pequeños gimoteos que no podía evitar soltar- ¿A Prim y a Rue?- Asintió con tristeza intensificando su llanto- Katniss, solo ha sido un sueño, no te angusties así, nada ha sido real.
-Sueño o no, la verdad es que no las salvé, eran mi responsabilidad, las dos eran unas niñas, no merecían lo que les pasó….- Él la abrazó con fuerza desde la espalda.
-Ssssshhhhh….- Besó sus cabellos- Cálmate- Acarició lentamente sus brazos dándole calor- Tú hiciste cuanto pudiste por Rue, y no podrías haber evitado lo de Prim porque no sabías lo que iba a suceder- La soltó y la obligó a girarse para mirarlo a la cara- Así que deja de culparte por algo que no es culpa tuya, los culpables están muertos y no pueden hacerte daño.
-No todos están muertos.
-¿Estás pensando en Gale?- Ella asintió- Se que también lo culpas a él por lo de Prim, pero él tampoco sabía para que las iban a utilizar.
-Puede ser, pero él las hizo y por ello es el culpable.
-Está bien, como tu quieras- Sonrió secándole las lágrimas- Pero ahora vas a dejar todo eso a un lado, vas a tumbarte entre mis brazos y vas a relajarte para volver a dormirte.
-Tú eres el único que me hace olvidar todo lo que pasó, eres él único que realmente me reconforta, él único que nunca me ha fallado, eres el mejor amigo que podía haber encontrado jamás.
-Me alegro de ello- Se arrimó un poco más a ella- Pero la verdad es que me gustaría ser algo más que eso.
-No empieces Peeta- Se tensó ante su cercanía de repente- Ya hemos hablado de esto.
-¿Qué hay de malo Katniss? Yo te quiero, y me atrevo a asegurar que tú a mi- Ella asintió dándole a entender que así era- ¿Entonces porqué no podemos casarnos? ¿Por qué no podemos ser una pareja normal? ¿Por qué no podemos ser una familia?
-Nuestra vida ya es bastante caótica tal cual es, no necesitamos que nada nos la complique más, no necesitamos más publicidad ni más curiosos a nuestro alrededor.
-¿Qué quieres decir con eso?- Preguntó mirando fijamente a Katniss, y ella suspiró derrotada.
-¿No te has fijado que aun somos el centro de todas las miradas? No me gusta que nadie se meta en mi vida, nunca me ha gustado, y desde que fuimos la primera vez a los juegos no hemos han hecho otra cosa que controlar todo lo que hacemos- Katniss bajó la mirada a sus manos con nerviosismo- ¿Cómo crees que sería si además de todo eso nos casamos? Todo el mundo querrá ver la boda de los trágicos amantes del distrito 12 en directo.
-¿Y si no hubiera cámaras? ¿Si no existiera nadie que quisiera interesarte por nosotros?
-Existen Peeta, por muchas vueltas que quieras darle, existen y no podemos hacer nada.
-Pero, ¿y si no existieran? ¿Te casarías conmigo entonces?- Preguntó en un último intento. Apunto estaba de darse por vencido, pensando que ella no iba a responderle cuando por fin lo hizo.
-Si, si no existiera nada de eso, me casaría contigo sin dudarlo.
La habitación quedó en silencio, y al ver que él no decía nada más, Katniss se acomodó entre los brazos de Peeta y volvió a cerrar los ojos y a dormirse.
Peeta se tumbó de nuevo, dejando que Katniss volviera a sumergirse en la inconsciencia, una vez estuvo seguro de que ella dormía, se pegó todo lo que pudo a ella con una sonrisa en los labios.
Katniss lo quería, de eso estaba totalmente seguro, y acababa de confesarle que sino hubiera nadie que hiciera de ello un espectáculo, estaría dispuesta a casarse con él, y eso para él era mucho más de lo que había podido esperar.
Una idea cruzó su mente, iba a necesitar algo de ayuda, pero estaba seguro de que saldría bien y por fin podría estar unido a Katniss en todos los sentidos.
A la mañana siguiente, Peeta se levantó al alba, tenía que apresurarse a hablar con todos antes de que Katniss se despertara, bajó a la cocina y llamó a Haymitch por teléfono.
-¡Diga!- Gritó al otro lado su antiguo mentor con voz de cabreado.
-Haymitch soy Peeta.
-¿¡No sabes que la gente normal duerme hasta más tarde!?- Bramó de inmediato- ¡Tengo una resaca monumental! ¡Más te vale que sea importante!
-Es por Katniss.
-¿Es que alguna vez no es por ella?- Dio un suspiro- ¿Qué ha pasado? ¿Habéis vuelto a discutir y te ha mandado al sofá?
-Nada de eso- Peeta tomó aire- Quiero casarme con ella, pero ella no quiere porque sabe que en cuanto corra la voz Plutarch estará aquí con todas sus cámaras…
-Ya veo por donde vas.
-¿Podrías ayudarme? Hay que prepararlo todo sin que se entere nadie ajeno a nosotros- Le pidió ansioso- Había pensado en avisar también a Annie y Johana para que te echen una mano.
-Vamos a hacer otra cosa, habla con esas dos chicas y organizadlo todo vosotros, yo me encargo de mantener a Katniss entretenida el tiempo que haga falta.
-¡Me parece una gran idea!- Exclamó Peeta emocionado- ¡Muchas gracias Haymitch! ¡Dentro de un rato le diré que vaya a verte! ¡Te debo una!
-Si, si, y ahora, déjame dormir.
Haymitch colgó el teléfono y Peeta sonrió inmensamente de la emoción que sentía, tuvo la necesidad de ponerse a cocinar, no podía llamar a nadie más hasta que Katniss se fuera, así que se centró en la preparación de los bollos de crema y el chocolate que tanto le gustaban a Katniss para desayunar.
Un olor a pan recién hecho, a bollos y a chocolate pintó una sonrisa radiante en el rostro de Katniss. De inmediato abrió los ojos y bajó a la cocina en busca del autor de tan delicioso olor.
-Buenos días- La saludó Peeta con una sonrisa al verla aparecer por la puerta.
-Buenos días- Le devolvió la sonrisa.
-¿Qué tal has despertado? ¿Alguna pesadilla más?
-No, ninguna más- Su sonrisa aumentó- Siempre consigues que mis pesadillas desaparezcan.
-Me alegro- Fue hasta ella y la abrazó con intensidad- Tu felicidad y tranquilidad son lo único que me importa.
Katniss quedó un poco sorprendida por ese arrebato de Peeta, pero no quiso darle importancia, después de la conversación de la noche anterior, era probable que Peeta sintiera que tenía que demostrarle que la quería a pesar de su forma de pensar con respecto a la boda.
Los dos desayunaron juntos con tranquilidad, estaban en silencio, pero no era un silencio incómodo, más bien todo lo contrario, ambos se dedicaban sonrisas y miradas de complicidad, se sentían perfectamente bien.
Una vez hubieron desayunado, con la excusa de que pronto tendría que irse a la panadería, Peeta le pidió a Katniss que fuera a ver a Haymitch, que el día anterior lo había visto muy borracho y temía por él.
Katniss aceptó a regañadientes, ir a ver a su antiguo mentor tras una borrachera era lo último que le apetecía, pero le debía mucho, si no hubiera sido por él, seguramente ni Peeta ni ella estarían allí.
Fue hasta su casa de la aldea de los vencedores, sus casas estaban muy cerca, eran prácticamente vecinos, llamó varias veces a la puerta pero no obtuvo respuesta. Cansada de esperar, se adentró en la casa y miró por las habitaciones.
El desorden que había era increíble, no creía que nadie fuera capaz de vivir ahí dentro, y llegó a pensar que se había equivocado de casa, pero no, al entrar en el dormitorio principal del piso de arriba encontró a Haymitch tirado sobre la cama, boca abajo, sin pantalones ni nada que pudiera cubrirlo, con una botella vacía en la mano. Sintió tanta vergüenza al encontrarlo así que solo pudo gritar.
-¿Qué sucede?- Preguntó Haymitch levantándose de golpe al escuchar el grito.
-¡Haymitch por favor!- Gritó tapándose los ojos para no verle nada más.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-¡Tápate! ¡Maldita sea!- Gritó molesta al ver que él no parecía percatarse de su falta de ropa- ¡Voy a tener que lavarme los ojos con esparto para borrarme tu imagen de la cabeza!
-Tampoco es para ponerse así- Sonrió Haymitch mientras se ponía unos pantalones- No es el primero que ves, ¿verdad?- Katniss apartó las manos para mirarle con enfado mientras se ponía extremadamente roja.
-No tenía que haber venido- Rápidamente se dirige a la puerta de la habitación para salir hacia casa.
-Espera Katniss- Haymitch la agarra del brazo y la hace parar- Solo estaba bromeando, no pretendía ofenderte- Ella asintió con la cabeza gacha realmente avergonzada- ¿Para que habías venido?
-Peeta me ha pedido que viniera a ver como estabas, que ayer parecías muy borracho y temía por ti.
-Y no se equivocaba- Se estiró para desentumecer el cuerpo y tuvo que agarrarse de Katniss para no caerse- Creo que aun estoy algo borracho.
-Apestas a alcohol- Katniss suspiró intentando tomarse las cosas con calma- Voy a prepararte un baño para que te despejes, intenta no caerte mientras tanto.
Katniss preparó el baño y dejó que Haymitch se duchara lentamente, mientras lo hacía, decidió recogerle un poco la casa, no soportaba la idea de que alguien pudiera vivir en esa pocilga. Cuando estaba a mitad, Haymitch apareció con mucho mejor aspecto, sonriente y hasta peinado.
-No tienes por qué hacer eso.
-Lo se- Sonrió al ver su aspecto- Pero ya que no lo haces tú, alguien tiene que hacerlo.
-Gracias por venir a echarme una mano.
-He pensado algo- Katniss lo miró a los ojos con decisión- Paso mucho tiempo sola en casa, así que creo que podría venir a ayudarte un poco en las tareas de la casa, podría cocinarte algo decente.
-Es todo un halago que quieras hacer eso por mi.
-Tengo una condición- Dijo de inmediato, Haymitch soltó una carcajada, estando seguro de que eso iba a suceder- Debes estar sobrio mientras yo estoy aquí, y al menos con algo de ropa cuando yo llegue.
-Me parecen condiciones excesivas, pero las aceptaré- Accedió de inmediato- Pero hacer solo las tareas de la casa es muy aburrido, y teniendo en cuenta que eres una gran cazadora, podríamos ir al bosque y hacernos compañía, tu cazando y yo pescando.
-¿Tú? ¿Pescar?
-Si, aunque no lo parezca, se hacer otras cosas además de beber- Ambos rieron- ¿Qué te parece?
-Creo que es una buena idea- Sonrió ampliamente- ¿Quieres que empecemos hoy?
-Claro.
Mientras ellos iban al bosque, Peeta aprovechó para llamar por teléfono a Johana, le contó el plan que tenía en mente y. de inmediato, ella se puso manos a la obra. Dijo que ella se encargaba de avisar a Annie y que ambas estarían al día siguiente allí para empezar con los preparativos.
Una vez avisadas Annie y Johana, tocaba la siguiente de la lista, la madre de Katniss. Cogió el teléfono y marcó su número, esperó a que descolgaran y escuchó de inmediato su voz.
-¿Señora Everdeen?
-Si, soy yo- Respondió de inmediato- ¿Con quien hablo?
-Soy Peeta Mellarck.
-¡Oh, dios mío! ¿¡Katniss está bien!?- Preguntó angustiada.
-Si señora, no se trata de eso, Katniss está perfectamente.
-¿Seguro?
-Seguro señora Everdeen- Peeta sonrió- La llamo por algo relacionado con Katniss, pero no es nada malo.
-¿De que se trata?
-Verá, anoche estuvimos hablando sobre casarnos, Katniss no quiere porque piensa que van a hacer un circo de nuestra boda, así que la estoy organizando a escondidas, y quería saber si usted querría formar parte de ese maravilloso día.
-¿Casaros? ¿Lo dices en serio?
-Muy en serio señora- Peeta estaba algo nervioso- Katniss no sabe nada de esto, no sabe lo que estoy preparando, de hecho solo lo sabemos nosotros y tres personas más por el momento.
-¿Y estás seguro de que ella aceptará? Estás preparando su boda a escondidas suyo.
-Si no estuviera seguro de lo que sentimos el uno por el otro no lo haría, se lo aseguro- Respondió con seguridad, aunque una parte de él temía estar equivocado- ¿Qué me dice? ¿Querrá tomar parte?
-Claro que si, no me perdonaría el perderme algo tan importante- Notó su tono alegre al otro lado del teléfono- ¿Qué quieres que haga?
-Usted está en el mismo distrito que Annie y Johana, así que hable con ellas, salen mañana hacia aquí, pero aun pueden hablar.
-Está bien, estaremos en contacto muchacho.
Durante esa semana, Peeta apenas hablaba con Katniss, el tiempo que no pasaba en la panadería lo pasaba con Annie y Johana preparando la boda. Ellas permanecían en las afueras del distrito para no ser descubiertas.
Katniss, a pesar de pasarse casi todo el día con Haymitch, que estaba muy pesado con pasar tiempo con ella, había notado la actitud de Peeta, cuando llegaba a casa siempre estaba muy cansado para hablar, y cuando despertaba por la mañana, aunque fuera muy temprano, él siempre se había levantado primero. Había ocasiones en las que lo había escuchado hablar con alguien por teléfono a primera hora de la mañana.
Tras pasar aquella semana, Katniss estaba bastante disgustada por la actitud de Peeta, e incluso se había llegado a cuestionar si podría haber alguien más, alguna chica, quizá fuera Delly.
-¿Qué te sucede preciosa?- Preguntó Haymitch al ver que permanecía quieta a su lado mientras pescaba en lugar de observar a su alrededor por si hubiera algún animal.
-Nada, ¿por qué lo dices?
-Vamos, te conozco mejor de lo que piensas- Le tomó la mano- Vamos, cuéntame que te sucede.
-¿Crees que soy bonita?
-¿Ha que viene esa pregunta?- Se quedó un poco sorprendido- Nunca creí que fueras de las que piensan en esas cosas- Ella no cambió la expresión triste de su rostro ni le replicó, eso lo alarmó- Claro que eres bonita.
-¿Y crees que eso es suficiente para gustarle a Peeta?
-¿Puedes decirme a que vienen todas estas tonterías?- Haymitch estaba realmente impactado- Peeta está loco por ti, no deberías dudarlo.
-Esta última semana no ha sido el mismo de siempre, lo he descubierto hablando a escondidas por teléfono con alguien….
-Preciosa- La abrazó con fuerza- Estoy seguro de que todo es un mal entendido.
Estuvieron allí durante un rato, hasta que Haymitch vio que ya era la hora acordada, así que juntos fueron de regreso a la aldea de los vencedores, allí, en lugar de ir a casa de Haymitch como era costumbre durante esa semana, los dos fueron a la casa de Katniss, y allí estaba Peeta, en la puerta esperándola, con un traje hermoso de color negro, y con un ramo de Prímulas en sus manos.
-¿Qué es esto Haymitch?
-Esto es el motivo del malentendido preciosa- La toma fuerte del brazo y la lleva hasta Peeta- He cumplido, ahora es cosa tuya.
-Lo se, gracias Haymitch- Peeta extiende su mano hacia Katniss- Ven.
Katniss tomó su mano con cierto temor, no sabía que era lo que estaba sucediendo, se giró hacia Haymitch, pero él se limitó a encogerse de hombros mientras sonreía. Peeta la llevó hasta el salón, allí hizo que se sentara y se arrodilló ante ella.
-¿Qué está sucediendo Peeta?
-Estoy haciendo que el día más especial de tu vida esté completamente a tu gusto- Le sonrió tomando su mano.
-¿El día más feliz de mi vida?
-Tú dijiste que si no hubiera cámaras ni nadie que hiciera de ello un espectáculo te casarías conmigo- Katniss miró a Peeta a los ojos asustada- Pues eso es lo que es esto, nuestra boda, solos, con nuestros seres queridos, nadie más, ni cámaras, ni fans, nadie ajeno a nosotros.
-Peeta, cuando dije eso no pensé que fueras a preparar una boda en una semana a escondidas de todos.
-¿Es que acaso te disgusta la idea? ¿No quieres casarte conmigo?- Preguntó algo nervioso, sus temores de una respuesta negativa estaban atormentándolo, y el rostro de Katniss no ayudaba a mejorar esa sensación.
-No es eso Peeta, sabes que te quiero pero…
-¿Pero que? Los dos nos queremos, y este era el único motivo por el que siempre decías que no querías casarte- Peeta tomó aire intentando calmarse, no quería ahuyentarla- Se que somos jóvenes, apenas tenemos 19 años, pero todo lo que hemos pasado juntos nos ha hecho madurar, yo solo te necesito a ti para ser feliz- Besó su mano- Si tú sientes lo mismo que yo, acepta este anillo- Sacó una cajita del bolsillo de su pantalón- Y sube a cambiarte para la ceremonia.
Katniss miró los ojos de Peeta, en ellos había amor incondicional, la amaba con locura, tal y como le había dicho Haymitch un rato antes, y también había miedo, Peeta estaba aterrado ante su posible negativa.
Desvió su mirada hacia el anillo de la cajita y vio que en la parte superior tenía una perla idéntica a la que le había regalado la segunda vez que fueron a los juegos, la que ella había perdido durante la guerra.
Al ver aquella perla allí, sintió su corazón palpitar desbocado, él había buscado una perla para su anillo de bodas porque sabía lo que significaba para ella, y solo pudo hacer lo que su corazón le gritaba desde hacía tiempo, cogió la cajita y se abrazó con fuerza al cuello de Peeta mientras plantaba un gran beso en sus labios.
-¿Eso quiere decir que aceptas?
-Si, acepto- Sonrió juntando sus frentes.
-Entonces sube, tu madre, Johana y Annie te están esperando para ayudarte a prepararte.
-¿Mi madre?- Peeta asintió y la vio salir disparada hacia el dormitorio.
Al llegar al piso de arriba, Katniss vio a su madre allí, sonriéndole ampliamente, con los brazos abiertos esperándola. Ella no se hizo de rogar, corrió hasta ella y la abrazó como no recordaba haberla abrazado.
-Has venido.
-Nunca me perdería un momento tan especial para ti como este- Sonrió llorando de la emoción- Se que no he sido la mejor madre, pero te quiero y eso no cambiará nunca- Besó su frente- Se que no he estado a tu lado estos últimos meses, pero aun así, aunque no pueda vivir aquí por los recuerdos, tú eres mi hija y estaré a tu lado cuando lo necesites.
-Gracias mamá.
-¡Eh, descerebrada!- Escuchó la voz de Johana tras su madre, y allí la vio junto a Annie que tenía al pequeño Finnick en brazos- Hay que prepararte para tu gran momento.
Katniss las abrazó a las dos y las dejó hacer todo lo que quisieran. Una vez tuvo el vestido puesto, se miró en el espejo y se quedó maravillada ante lo que veía.
-Lo diseñó Cinna, cuando estabais con la farsa de la boda, a parte de todos los que te probaste, Cinna hizo este especialmente para ti, pensando que el día que te casaras este sería el vestido perfecto para ti.
Katniss solo pudo llorar al ver el maravilloso vestido, palabra de honor, con gasa cubriéndolo por completo, tool en la falda, ahuecándola, con rayos plateados recorriendo todo el vestido. Nunca se había visto hermosa, pero en ese momento, solo le venía esa palabra al mirarse, nunca se había visto de esa manera.
-Bueno, ha llegado la hora- Su madre colocó el broche del Sinsajo en el lado izquierdo del escote y besó su mejilla- Baja y ve al jardín, estaremos todos esperándote.
Las tres salieron de allí y la dejaron a solas unos minutos, ella tomó aire, siendo consciente del paso que iba a dar, se miró una vez más y sonriente, salió hacia el jardín. En la puerta, esperándola, estaba Haymitch, completamente trajeado.
-Estás preciosa- Sonrió- Vamos, que el novio está impaciente por verte.
-¿Vamos?
-Si no te importa, seré yo quien te entregue al panadero- Katniss sonrió, pensando en que él era el más indicado, después de todo, aparte de su mentor, se había convertido en un padre para ella.
Los dos salieron por la puerta y caminaron hacia el fondo, donde estaba Peeta esperándola con una sonrisa, maravillado por su hermosura. A su alrededor, Katniss pudo ver a su equipo de preparación, a Effie, a Delly y a algún amigo más. Sonrió al ver lo íntima que era la ceremonia, tal y como ella quería.
Una vez llegaron junto a Peeta, Haymitch le entregó la mano de Katniss y se sentó junto a Effie, Katniss se centró en Peeta y en lo que decía.
-Hoy, Katniss y yo nos unimos como marido y mujer, y hemos querido que vosotros, nuestros amigos más cercanos y familiares, seáis testigos de este momento, porque hoy es el día que dejamos el pasado atrás, que vivimos el presente para crear un futuro juntos, como una familia- Cogió con fuerza la mano de Katniss y las levantó a la altura del pecho, cogió una cinta roja y la enrolló alrededor de sus manos- De esta forma, yo me uno a ti, Katniss Everdeen, para amarte y protegerte el resto de mi vida.
-De esta forma- Katniss cogió otra cinta de color blanca y la enrolló igual que había hecho Peeta- Yo me uno a ti, Peeta Mellark, para amarte y protegerte el resto de mi vida.
Y acto seguido, se unieron en un beso lleno de pasión, de cariño, de dulzura, mientras los demás aplaudían y vitoreaban sus nombres, felices por los dos.
Tras la ceremonia, había preparado en casa de Haymitch un pequeño banquete con tarta nupcial hecha por Peeta, todos disfrutaron del festín a más no poder, comieron y bebieron todo lo que quisieron, hasta que se hizo la hora de que los novios se refugiaran en su hogar.
La madre de Katniss se despidió de ella prometiendo visitarla más adelante, Annie y Johana también se despidieron, no querían que la madre de Katniss viajara sola, Haymitch había desaparecido hacía rato con Effie y nadie sabía donde estaban. El resto de amigos se despidió de la pareja y continuó festejando un poco más.
Peeta y Katniss caminaron hacia su casa tomados de la mano, sonrientes y sin dejar de mirarse, una vez llegaron a la puerta de la casa, Peeta cogió a Katniss en volandas y la adentró en la casa, subieron de esa manera la habitación conyugal y allí la depositó lentamente sobre la cama.
Aunque habían estado juntos muchas veces, en ese momento se sintieron como si fuera la primera vez, Peeta se desvistió lentamente, quedando solo en ropa interior, fue hasta Katniss y la besó en los labios lentamente mientras una de sus manos bajaba la cremallera del vestido.
Una vez estuvo desabrochado, lentamente fue tirando de él, lo sacó por los pies y lo dejó a un lado, en el suelo de la habitación. Entonces quitó los zapatos de Katniss y las medias, dejando besos a su paso, fue subiendo por sus piernas, besó por encima la zona íntima de su esposa, continuó por su vientre, sus pechos, su cuello, hasta llegar a sus labios.
Sin despegar sus labios, Peeta abrió el cierre del sujetador de Katniss y se lo quitó comenzando a estar ansioso, después fue a su tanga y casi lo arrancó. Katniss batallaba con el calzoncillo de Peeta, y este, viendo las dificultades de ella, la ayudó a deshacerse de la prenda.
Una vez estuvieron los dos completamente desnudos, Peeta no tardó en introducirse en ella, ambos lo ansiaban, era su noche, la noche más especial de todas las que habían vivido, pues esa noche se entregarían el uno al otro como marido y mujer.
Los besos, los gemidos y el sonido de sus cuerpos al chocar a cada embestida era lo único que se escuchaba en la habitación, muestra del amor que se tenían, reafirmando su promesa de amarse hasta el fin de sus días.
Hola a todos,
este es mi primer fic sobre "Los juegos del Hambre", espero que os guste.
Para empezar, ¿qué os ha parecido este primer capítulo introductorio? Es larguito, creo que es de los más largos que he escrito. En el próximo capítulo empieza la acción, espero que me quede bien.
Agradecería que me dijerais que os parece, como he dicho, es mi primer fic de esta saga, y me gustaría saber si lo hago bien. Acepto críticas constructivas, creo que eso me ayudará a crecer como escritoria, y también comentarios sobre lo que os parece sin más.
Esta historia es completamente mía, sacada enterita de mi cabeza, lo único que no me pertenece son los maravillosos personajes.
Intentaré tener el siguiente capítulo para la semana que viene, sinó como tarde en dos semanas está.
Nos leemos pronto