Para auto satisfacerme (?), aquí dejo lemon AoKuro!
Disfrutad del último capítulo~
—Siempre hace lo mismo. —Susurra Tetsuya, escuchando cómo el agua cae sobre el suelo de la ducha en el cuarto de baño.— Inmediatamente después del sexo se ducha. Y con agua fría.
—Mhh... Es un chico extraño. —Aomine mira pensativo al menor, sin dejar de tocarle el pelo.— Tetsu, siéntate.
—¿Por qué? —Kuroko ladea con curiosidad la cabeza, pero antes de obtener una respuesta, su anterior luz le incorpora a la fuerza. Entonces lo entiende.— ¡A-Aomine-kun, se-se sale todo! —Grita avergonzado, tumbándose boca arriba para evitar la deslizante sensación en su interior.
—Entonces debe haber sido mucho. —Una sonrisa perversa se dibuja en los labios del moreno jugador mientras se inclina sobre Tetsu, apoyando las manos en el colchón a ambos lados de la cabeza del menor.— En realidad te encanta sentirte lleno, Tetsu, lo sabes.
—N-no... —Gime el peliceleste cuando siente los susurros de Aomine en su oído, provocativos y seductores. La gran mano del mayor le hace girar la cara un poco y nota mordiscos en el cuello.— Aah, Aomine-kun... —Le rodea el cuello con sus pálidos brazos, pidiendo más contacto.
—Si gimes de esa manera me dan ganas de metértela. —Le gruñe Daiki, apoyándose un poco sobre él, haciéndole sentir su firme erección sobre el vientre destapado del más pequeño.
—Pero Kagami-kun...
—Olvídate de él por un momento. —Algo titubeante, Kuroko desvía la mirada. Aomine bufa y se deshace de la camiseta que aún lleva el menor, siendo un poco brusco.— Tetsu, joder.
—Aomine-kun. —Susurra la sombra, mirando extrañado a su ex luz al escuchar su ronca voz. Tiene una expresión seria cuando apoya de nuevo las manos a ambos lados de la cabeza de Tetsuya. El ceño fruncido y los labios algo torcidos. Está molesto, pero intenta no enfadarse. Kuroko sonríe; lo conoce tan bien...— Está bien.
Una sonrisa triunfal se dibuja en los labios del jugador de Touou y baja un poco la cabeza, besando con suavidad a quien fue su sombra. El chico de cabello celeste le responde de forma tierna, como en el pasado. Acaricia su amplia y morena espalda, que está tan firme y dura como siempre.
Siente la lengua de Aomine jugar con la suya, lamiéndola, jugando con las sensaciones. Se separan, jadeando y de repente el mayor se está colocando las pálidas piernas de Kuroko sobre los hombros.
—¿Qué...? —Empieza Tetsuya, callándose cuando el peliazul le dirige una significativa mirada mientras se pasa la lengua por los labios.
Avergonzado porque sabe lo que viene ahora, cierra los ojos y coge con fuerza las sábanas, expectante. Entonces lo siente. Una cálida, húmeda y juguetona lengua pasa por el interior de sus muslos, dejando un camino de saliva. Tetsu se tapa la boca con una mano y arquea ligeramente la espalda a medida que el cálido aliento de Aomine junto con su lengua se le acercan más y más a la entrepierna.
Mordisquea las ingles y Kuroko reacciona intentando cerrar las piernas, pero el mayor se las vuelve a abrir con suavidad. El estómago se le encoge del anhelo y sabe que está durísimo, pero con Aomine no le avergüenza nada de eso porque no hay rincón que su ex compañero no conozca de él.
El agua de la ducha sigue abierta, cayendo con un amortiguado ruido sobre el suelo. Pero el jugador fantasma se olvida de aquello en cuanto siente los labios de Aomine rodearle el miembro. Gime con fuerza y arquea aún más la espalda. Cuando deja de sentir la boca del mayor, nota su gran mano masturbándole.
Siente que si no para se va a correr, pues lleva ya mucho rato con una erección y las caricias de Aomine son simplemente irresistibles. Jadea y se remueve, intentando apartarse del más grande. Daiki lo entiende a la primera y se inclina hacia delante, sabiendo que Kuroko es lo suficientemente flexible como para no tener que quitar las piernas de sus hombros, que puede doblarse de aquella manera.
Tetsu gime al notar su entrada totalmente expuesta en esa posición.
—Me da igual que ese idiota pelirrojo te haya ensuciado por dentro. —Le dice Aomine, metiéndose la mano dentro de la ropa interior, haciendo sonar el cinturón del pantalón desabrochado.— Te voy a follar como te gusta, Tetsu.
Y el menor se estremece de placer ante las palabras del peliazul, sabiendo que va a cumplir lo que ha dicho. Le es imposible relajarse, pero aun así no le dolerá ser penetrado de nuevo, pues ya está dilatado. Aomine también lo sabe y, sin esfuerzo alguno, se hunde en él de forma algo repentina.
Tetsuya grita de puro placer y araña el duro y moreno pecho de Aomine con una mano. Siente su sudor y la tensión bajo su piel mientras le penetra una y otra vez, con fuerza. Pero sabe que está buscando algo. Y también sabe qué busca dentro de él. Es obvio que acabará por encontrarlo, pero cuando lo hace y la vigorosa sensación inunda a Tetsuya, es como siempre: inesperadamente alucinante y explosiva.
Cuando Kuroko grita y se estremece mientras le clava las uñas en un costado del cuello, Aomine sonríe complacido, sabiendo que ha tocado en el punto que enloquece a la sombra. Ahora que lo ha encontrado, va a explotar al máximo su energía para hacerle disfrutar mucho más que a cualquiera de las tías a las que se ha tirado. Porque son los gemidos de Tetsuya los que de verdad le gusta escuchar, no los de cualquier tía tetona.
Aomine embiste con fuerza, moviendo el colchón en el que están y disfruta de las vistas que está teniendo. Kuroko tiene las mejillas rojísimas, y los mechones de pelo se le pegan al rostro por el sudor. Sus manos se agarran a las sábanas y deshacen la cama, pero de repente las alza con movimiento tembloroso y busca el rostro del mayor, que se inclina un poco más hacia delante, dejando que la acaricie con sus finas manos.
—Ao-... mine-kun... N-nh... —El 5 de Touou se toma un momento y para su fiero vaivén para besar con pasión al menor de debajo suyo. Este tiembla aunque ahora no se está moviendo en su interior.— Más... Mh-más, Aomine-kun.
—Seguro que tu pelirrojo no sabe follarte de esta manera, ¿verdad? —Le pregunta en tono arrogante, volviendo a arremeter contra él, dándole con fuerza, sin darle tiempo a responder.
Sabe que, aún sin masturbarle, Kuroko puede llegar al orgasmo si sigue con el mismo ritmo, así que no baja la intensidad en ningún momento. Aunque el interior de la sombra está algo viscoso por culpa de Bakagami, Aomine siente la familiar presión rodeándole el miembro que le hace jadear de puro placer. Pronto acabará y piensa hacerlo dentro también.
Tetsuya parece darse cuenta de las intenciones de su anterior luz y empieza a balbucear negativas que no llegan a los oídos del mayor. Además, la brumosa sensación del clímax empieza a inundarle en el momento menos esperado, cuando el peliazul roza por última vez el punto más placentero del interior del joven jugador.
Se viene con fuerza, tensando todo su cuerpo, haciéndose sangre en el labio al mordérselo con tal de no gritar demasiado. Aunque finalmente no logra conseguirlo y suelta el agarre de sus dientes, gimiendo de gozo.
Aomine siente la tensión del interior de Tetsuya y le atrapa, dándole la pizca de placer que necesitaba para llegar también al magnífico orgasmo. Se derrama en su interior, jadeando y con la mandíbula prieta. Siente bajo él el tembloroso cuerpo del peliceleste, totalmente cegado por la magnitud de su culminación.
—D-dentro... no... —Logra jadear demasiado tarde Kuroko, respirando con dificultad.
—No tienes... —Aomine traga saliva y respira hondo, sin aliento. Sale de Tetsuya y este ahoga un suave gemido.— No tienes por qué negarte a hacer algo que te gusta.
—Eres demasiado arrogante, Aomine-kun. —Con un suspiro, Kuroko deja caer las piernas de los fuertes hombros del mayor al colchón. Siente su interior húmedo, denso y caliente.— Quiero ducharme.
—Pues ves con tu querido Bakagami, que sigue en la ducha. —Comenta con tranquilidad Daiki, deshaciéndose de sus pantalones y quedando sólo en ropa interior.
—Es verdad. —Kuroko asiente y se levanta con rapidez de la cama. Se queda paralizado un momento, de pie, y de repente se agacha con un jadeo.— ¡L-lo siento caer...!
—Si te quedas ahí desnudo lo volveré a hacer... —Aomine le amenaza, mirando el cuerpo pálido de Tetsu, que sigue agachado en el suelo de la habitación.
—Pe-pero... —Aún tembloroso, se levanta del suelo con la ayuda de la pared y camina con lentitud hacia la puerta del baño.— Duele mucho. —Se queja el menor.
—Tetsu.
—¿Qué? —El chico se gira un momento y le dirige la atención al mayor.
—Estás tan pálido. —Se ríe este, ya acostado en la cama. Kuroko hace un mohín de disgusto y empieza a abrir la puerta del baño, dispuesto a entrar.— Oye, en serio...
—¿Qué quieres ahora?
—... Nada, lo siento. Por lo del dolor y eso.
—Mmh... No importa, Aomine-kun. —Y Tetsu cierra la puerta del baño tras de si, dejando a un pensativo Aomine sólo en la oscura habitación.
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Un radiante sol se cuela entre las cortinas de la habitación de Taiga. En la gran cama del chico, hay tres jóvenes que duermen plácidamente. Pero entonces uno de ellos se despierta. Abre sus claros ojos y observa en silencio el techo blanco del cuarto.
Se da cuenta de que está en la habitación de Kagami Taiga y, cuando mira a su izquierda, ve que éste le abraza mientras duerme con tranquilidad. Todo va bien. Hasta que siente un fuerte brazo rodeándole también la cintura y atrayéndole hacia la derecha.
Kuroko mira a su otro lado y ve a Aomine Daiki durmiendo con la misma paz que Kagami. Vale, no todo va bien. Tetsu se incorpora en silencio, sentándose en la cama mientras se frota los ojos. Entonces siente un dolor de cabeza taladrante y unas náuseas que, por lo menos, no amenazan con llegar a vómito. Aun así se cubre la boca con una mano, mareado.
Sin que los chicos se despierten, sale de la cama y se pone algo de ropa de Kagami, yendo después al salón del apartamento y encontrando a Alex y Satsuki durmiendo abrazadas en el sofá. Se rasca el despeinado cabello, tambaléandose. Tal vez un poco de agua le siente bien.
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Los pájaros ya pían fuera, disfrutando del buen día. Kagami se remueve un poco en la cama sin abrir los ojos y al palpar el colchón, se topa con alguien. Sonríe y se acerca a él, sabiendo que sólo puede ser Kuroko.
"¿Kuroko siempre ha tenido un cuerpo tan grande?" se dice en el fondo de su cabeza, sin darle importancia a ello.
Se pega al chico de su lado, sintiendo el cuerpo ajeno contra él y entonces algo dentro de él le dice alarmado que algo no va bien. Y es cierto.
Pasa las manos por el cuerpo que tiene a su lado. Brazos largos y fuertes, pecho duro y amplio y una ropa interior rellenísima.
"Oye, ayer por la noche..." se empieza a preguntar Taiga abriendo los ojos y mirando el rostro de la persona que duerme a su lado.
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La puerta de la habitación se abre repentinamente y salen Kagami y Aomine a la vez, pálidos y con expresión confusa, gritándose entre ellos.
En la mesa del salón están Kuroko, Alex y Satsuki con tazas humeantes, mirándoles con sorpresa. Satsuki parpadea, avergonzada y enrojeciendo cada vez más y más hasta que finalmente se levanta de la silla y señala a Daiki.
—¡Ponte algo de ropa, cerdo! —Le grita a su amigo, que por primera vez se da cuenta de que tan sólo lleva la ceñida ropa interior.
—¿Y este qué? —Aomine señala a Kagami, que también va en ropa interior.
—Y lo más importante... —Una de las cejas de Taiga parece tener un tic cuanto empieza a hablar. Señala a Daiki y dice con un hilo de voz:— ¿qué... qué hacía yo con... él en la cama?
Alex y Kuroko se miran por un momento y hacen un pacto que se firma con los ojos. La rubia jugadora sonríe y bebe de la taza de café, dejándole la mayor diversión al peliceleste.
—No sabía que te gustaba tanto Aomine-kun como para dejarte hacer... eso por él, Kagami-kun. —Kuroko mira con una expresión de fingida molestia a los dos chicos.— Y tú, Aomine-kun, no sabía que también te gustara Kagami-kun.
—¿Qué yo... QUÉ? —Grita el pelirrojo jugador de Seirin, escandalizado, sin molestarse a recordar de verdad lo que pasó la noche anterior.
—¡Eso no puede ser verdad! —Aomine también parece afectado y mira con los ojos muy abiertos al chico que tiene al lado.
Entonces los dos rivales empiezan a pelear aún en ropa interior y Satsuki se enfada. Lo demás son gritos de dolor de los chicos por el castigo de la avergonzada Momoi.
Tetsu mira complacido la situación, sonriendo contra la taza de leche que se está tomando. Al fin y al cabo, él se acuerda de todo a la perfección.
La clave es que Tetsu lo recuerda todo pero Aomine y Kagami, como se pasaron con el tequila, pues no jejep(?)
Bueno, hasta aquí este fanfic que era puramente prueba de lemon, hablando claramente xDDDDDDDDDDDDD
Supongo que seguiré escribiendo de KuroBasu~ ´w`) Estoy pensando en otro tipo Jersey Shore (?) Ya lo veréis si al final lo hago! :3
Gracias por seguirme hasta aquí :)
Nos leemos en mis otros fanfics~!