Los de la otra Dimensión

Al mismo tiempo Inglaterra, Estados Unidos, Romano y Veneciano se recuperaban de lo más grave, pudiendo caminar decentemente y moverse más libremente, no era en su totalidad porque estaban cansados y tenían heridas aún, pero al menos podrían defenderse.

China tuvo que irse con los demás porque sino estorbaría, mientras que los cuatro se sentaron a esperar el regreso de los del 2P.

Ellos al fin llegaron.

—Esos estúpidos se descuidaron de nuevo.

Habló molesto Feliciano entrando y viendo a los otros despiertos, desatados y menos pálidos que antes.

—No importa, con tal de que sirvan —continuó Kiku.

—Sólo démonos prisa —comentó Ludwig.

—Levántese pues —ordenó el italiano de ojos lilas.

Las cuatro naciones obedecieron por su propio bien, levantándose sumisos y siguiendo a los otros los cuales se formaron al rededor de ellos, apuntándoles totalmente desconfiados de su bienestar.

Ellos se dirigían al bosque. Mientras que España se había despertado y caminaba algo lento palmeando los árboles y ramas para no chocar, esa parte del lugar era algo oscura y no veía casi nada siendo aún de noche a pesar de ser casi medio día. Estaba vendado por casi todo el torso y además debajo de sus pantalones, en verdad Yao era muy bueno tratando heridas. Llegó hasta toparse con dos figuras, una muy grande y gruesa y otra más normal a su lado que parecía estar tendida en el suelo. Poco después regresó con el grupo.

Llegaron los faltantes de ambas dimensiones. Alfred por supuesto es extremadamente desconfiado por lo que les atestó un buen golpe en las piernas a las naciones recién llegadas, las cuales también los amarró y luego, junto con Inglaterra y Estados Unidos, les dejó dentro del círculo que Arthur había terminado ya de dibujar.

—Bien —rió el británico de ojos celestes— ahora iniciemos con esto.

—Les explicaré lo que tienen que hacer así que escuchen o se joden —dijo seriamente Alfred, todos le prestaron atención— Arthur recitará el conjuro por lo que estará muy concentrado y no les volverá a prestar atención. Todos tienen que quedarse junto a sus antagónicos; el círculo tiene un lado para cada uno y en la sección que les toque tendrán que verter sangre propia, mucha más de la de los de ellos.

Las naciones en el círculo no decían nada, escuchaban atentamente la conversación mostrando sólo algunos gestos de desagrado.

—Aquí falta gente Alfred —dijo Ludwig.

— ¿Y a dónde mandaste a España, Arthur? —preguntó Kiku, desinteresadamente le salió la duda.

—España se fue a encargar de Canadá —le respondió Arthur.

—Sino sirve también está Lovino, pero ese no sé qué tan útil puede ser y no sé a dónde se fue con exactitud —le respondió Feliciano.

—Pues no lo podemos esp…

Alfred se detuvo al notar que llegaba España lentamente, vendado y con la mirada perdida como antes.

— ¡España!

Exclamaron Romano y Veneciano al verlo llegar de esa forma. Ludwig se extrañó, ya que si España estaba ahí se preguntaba dónde se encontraba Lovino. Arthur le ordenó hablar y este, con dificultad, obedeció: —Él está en… E-El bosque…c-con Canadá…

— ¿Dices que Lovino se encargó de él? —preguntó Alfred.

— ¡¿Qué le hicieron a Canadá?! —se exaltó Estados Unidos preocupado por su hermano— Where is my brother?!

—Lo sufí-ciente para…que no interrum-pa esto…—los ojos verdes e idos de España se posaron en el norteamericano.

— ¡¿Qué?! —palideció, muy asustado— ¡Más vale que—!

Se detuvo al recibir un golpe bajo por parte de España, el cual no quiso hacerlo ya que nuevamente estaba bajo el control de Arthur.

Alfred ante esto, se burló: —Creo que vas a ser el que más disfrute el más allá, entonces creo que si no aparece ya comenzaremos sin él.

—Ni te atrevas bastardo.

Entonces llegó Lovino bañado en sangre de propias heridas y sobre todo ajena, llevaba su rifle en la mano y lo dejó reposando en un árbol.

—Bueno —sonrió ampliamente el de ojos azules brillando un malva muy vivo por la emoción— Ya es hora jijiji, España sólo apártate del resto —este obedeció mirando— Y Lovino, ponte frente a Romanito —dijo cantarín.

Las naciones miraban a España deseando que pudiera recuperar el control y que les ayudara, pero ni siquiera él podía lograr eso por más fuerza de voluntad, además del hecho de que se sentía culpable por no ayudar siquiera a uno de ellos en el momento en que estaba libre.

Arthur se carcajeó feliz y con su sonrisa más grande que antes. Sacó una navaja y se acercó a Ludwig, pasando el arma por el brazo de este haciéndole sangrar bastante.

Este se quejó, la sangre caía en el dibujo haciendo un leve charco, siendo agrandado mucho por un poco de la sangre de Alemania.

—No se preocupen mis queridísimos compañeros —dijo entre risas el ojiceleste británico— es necesario que haya más sangre de nosotros ya que seremos quien obtengamos el poder.

—No me parece —opinó solamente Feliciano mientras le hacían un corte en su mano sin llegar a la vena.

—Entonces…

El chico mantuvo su extravagante sonrisa y clavó el arma haciéndole sangrar más de la cuenta por el comentario.

Figlio di Puttana! —espetó molesto.

Este se carcajeó como si de una gran broma se tratase.

— ¡Basta de juegos Arthur!

Le regañó Alfred quitándole la navaja y haciendo el resto del trabajo él mismo, sabía bien que el otro no se controlaba cuando miraba sangre verter de esa forma por su propia mano.

Ahora el líquido carmesí ya estaba pintado en el círculo que empezó a iluminarse bajo las naciones sorprendidas. Arthur entonces se colocó en su sitio frente a Inglaterra y comenzó a recitar. Su sonrisa no se iba en ningún momento mientras realizaba los cánticos en idiomas extraños. Ya solamente se concentraba en ello y las naciones empezaron a sentir un dolor tremendo en sus cuerpos.

El hilo se volvió más fuerte y grueso haciendo que la transferencia se hiciera fluida y con sumo éxito. España lograba contemplar el sufrimiento de sus compañeros naciones. Pegaban alaridos por el dolor y se retorcían dentro del dibujo mágico. En cambio los del 2P se sentían poderosos, idos en un mundo distinto mientras recibían tal poder, la estructura molecular y fuerza fluctuaba acorde recibían dotes de poder al convertirse en naciones de esa dimensión.

El que más se quejaba era Inglaterra, al sentir irse además su poder y vida, además de su magia, Arthur la había bloqueado pero ahora se la quitaba y la usaba en su contra.

— ¿Dónde…? ¡Ah! ¿Dónde diablos están? ¡A—ah! ¿Dónde están ellos!? ¡Argh!

—N-No lo sé…—le respondió Estados Unidos— S-Se supone que… ¡Ah!

—Esos bas-tardos… ¡Ahh! —pronunció Romano— Si tan sólo…si tan sólo no hubiera llegado Lovino…p-podría… ¡Ah!

Romano se refería a que si su contraparte no hubiera llegado, él no formaría parte se eso, pudiendo así ayudar a España a regresar a la normalidad.

Veneciano se quejaba pidiendo ayuda a su hermano, este solamente le pidió que resistiera, ya que los otros debían de estar de camino.

Pero no sabían que el Kumajiro de Matthew no estaba en buen estado.

Estaba casi muerto gracias al arma de Lovino, quien no fue a buscar a Canadá sino al opuesto de su oso, sabía que Matthew lo usaba a menudo en toda estrategia que usara.

—Maldición…

Masculló el canadiense mirando a su mascota inconsciente y cubierto de rojo.

— ¿Ahora cómo los encontramos? —preguntó Francia.

—Hm…—suspiró Francis mientras fumaba— Canadá, si eres como un imán para la magia negra… ¿No puedes sentirla?

— ¿E-Eh? —el aludido se sorprendió y negó con la cabeza— No puedo sentir nada raro.

—Entonces estamos muy lejos, Aru —afirmó China.

—Creo que nos podemos guiar por esas luces, Da —dijo sonriente Rusia.

De inmediato empezaron a correr en esa dirección. Poco a poco las luces se notaban más y daban gracias a la oscuridad porque se apreciaban más. Canadá en un pronto a otro se empezó a sentir mal, sintió algo recorrerle el cuerpo de manera abrupta y le dolió el pecho.

Se quejó agarrándose con ambas manos su pecho disminuyendo un poco el paso. Se detuvo. Francia se preocupó mucho y lo tomó de la mano, preguntó: — ¿Canadá, qué te ocurre?

—N-No me siento bien…me duele…

—Es la magia… actúa como un purificador automático…—descifró Matthew—piensa en algo positivo, puedes controlarlo si quieres, —le tomó la otra mano para apoyarlo— trata de ordenarle a esa magia que sea buena y que esté de tu lado.

—E-Es difícil…—entrecerró los ojos y suspiró profundo— Vamos…te-tenemos que ir…

Entonces continuaron su camino.

Arthur sintió algo extraño, buscó con sus ojos anomalías, pero sus compañeros estaba idos y las naciones casi muriéndose, no había nadie alrededor. Se fijó entonces en la conexión que tenían él y el resto, se debilitaba, como un embotellamiento de tráfico esta no fluía correctamente.

Entonces miró que llegó Canadá el cual tenía los ojos en blanco y totalmente abiertos, siendo guiado por Francia y Matthew uno a cada lado, detrás de ellos venían las naciones soviéticas.

Abrió los ojos asustado y detuvo el proceso de transferencia ya completada en un ochenta por ciento.

Las naciones tuvieron un descanso, mirando con alegría y alivio a sus compañeros y aliados, no pudiendo decir nada con la boca lo expresaron con una leve sonrisa de agradecimiento y apoyo. Apenas se mantuvieron despiertos.

Estos le devolvieron la mirada, no por mucho, Arthur empezó a hablar, algo débil y con dificultad por el cansancio:

—U-Ustedes… ¿Qué hacen…aquí?

—Ehm —pensó por un segundo el opuesto de Rusia llegando y sonriendo orgulloso y altivo— Pues…solamente mira.

Este se giró hacia sus compañeros y entonces abrió sus orbes celestes en completa sorpresa. La nación asiática mayor, China, y su contraparte estaban frente al círculo con una mirada orgullosa y afilada, se movieron y a cada opuesto los quitó de un solo golpe en la cabeza, dejándolos fuera de la concentración de magia, las naciones sintieron el hilo romperse en su pecho y se relajaron un poco más.

—¡No! —gritó el británico al sentir una oleada de magia en su contra— ¡Argh!

Cerró sus ojos fuertemente y alzó sus manos tratando de controlar el poder emergente, le dolía ya que su cuerpo ya le estaba pasando la factura por el sobreesfuerzo.

Canadá se quejaba, sentía una gran presión en su pecho y la cabeza ya le estaba doliendo, desde que la magia empezó a moverse él comenzó a redirigirla, la fuerza de voluntad hacía que esta disminuyera sus efectos negativos al irse a su cuerpo.

Al ser un ser puro y de intenciones buenas era un perfecto imán para la magia negra, lo había comprendido, lo aceptó y decidió ser de ayuda alejando los males de sus compañeros y a la vez de la gente de estos.

—Resiste, mon petit —le susurró Francia preocupado, el menor le escuchó y apretó más su mano.

— ¡China, Yao! —les gritó el opuesto del canadiense— ¡Alejen a las naciones del lugar ahora!

— ¡España!

Gritó el británico de ojos celestes y de inmediato este tomó el rifle de Lovino para dispararle a los dos asiáticos con puntería fina que, a pesar de que se movieron, logró herirles en el pecho.

Canadá se arrodilló con mucho dolor, un torrente de magia recayó en su cuerpo, sus ojos brillaron a tal poder, es cierto que lograba que la magia maligna no saliera de control pero si ni el que la activó podía controlarla ¿Cómo podría hacerlo él con el cien por ciento de éxito?, en fin, hizo lo que pudo.

Rusia desató a Inglaterra el cual gracias al verdadero problema de Arthur ya había recuperado su poder mágico. Se levantó y sus manos se dirigieron hacia la fuente de energía mágica, miró fijamente y seriamente en voz alta recitó el contra conjuro, tanto Arthur como Canadá pagaban alaridos durante el recito de Reino Unido.

El opuesto de este se forzó a continuar en hechizo, provocando una lucha de poder, usó lo que tuvo a su alcance haciendo que el castaño de ojos verdes luchara contra los dos asiáticos y enviando de vez en cuando un hechizo de ofensiva en contra de Canadá, el cual era apoyado por su propio opuesto y su ex-tutor, además de que fueran protegidos por los rusos. Inglaterra no usó la poca magia que le quedó a sabiendas que el que sufría más era Canadá, por lo que usó la magia ya purificada proveniente de su cuerpo

Eq esetai jufarimasu enda wo cadaikote desalemon ahudai —terminó de cantar, quedando muchísimo más cansado.

El resplandor del círculo se volvió negruzco y en uno solo, como agujero negro. El rubio de ojos violetas empezó a gritar más fuerte, el dolor se le hacía insoportable por todo el cuerpo y se retorcía en sobre manera siendo asistido por su contrario y Francia.

Las demás naciones ahora estaban inconscientes y flotando sobre el agujero.

Del agujero salieron unos vectores grisáceos que empezaron a buscar a los nativos del 2P, se dirigían a Yao y este fue lanzado por parte de un golpe de España, pero luego por un instante se quedó estático, ya no podía seguir siendo controlado por Arthur, recibiendo así un golpe en la cabeza por parte de China para que pudiera dormir tranquilo y ya no causara problemas a nadie o a sí mismo.

—Re-Resiste, C-Canadá.

Le dijo Inglaterra al muchacho que se retorcía al recibir en su cuerpo tanta energía negativa, le dolía pero era necesario, si no querían que todo se volviera un caos y empezaran a abrirse varias dimensiones por la magia, tenía que haber un recipiente que redireccione el poder para que la nación mayor pudiera usarla a su favor y pudiera invocar el portal nuevamente.

—Ya casi está…listo… ¡Arg!

—Esto está mal —susurró Matthew— ¡Canadá, ya no le des más magia a Inglaterra!

Pero no pudo seguir diciendo más porque sintió que alguien lo abrazaba con fuerza por detrás.

— ¿Francis…?

Apenas dicho esto el aludido pasó una mano por su cabeza para que pusiera el rostro en su pecho.

Ambos fueron tomados y lanzados de regreso a su mundo. Arthur tenía los ojos cerrados fuertemente mientras trataba de controlar la magia, al igual que las naciones que también flotaban sobre el portal. Yao, China, Rusia e Ivan se dirigieron hasta el mismo y sacaron a los países del peligro.

— ¿Son todos? —preguntó China.

—Sí.

Le respondió el ruso de cabello oscuro sosteniendo a Inglaterra, el cual forzadamente miró a Canadá en brazos de Francia aún sufriendo.

—V-Vayan…se —comenzó alzando un brazo en dirección a Arthur el cual continuaba dentro logrando mantener los vectores confundidos— Váyanse a 2P… ¡Váyanse a su dimensión! —lanzó un hechizo resplandeciente antes de desmayarse.

De inmediato los del 2P fueron arrastrados hasta el portal, inclusive Kumajiro, Yao e Ivan se dirigieron al mismo. Arthur cerró sus ojos y bajó los brazos, el resplandor creció fugazmente y el portal se cerró mientras daba una linda sonrisa a los demás presentes y desapareció.

La nación canadiense poco a poco se fue calmando mirando borroso, en los brazos del francés, lo miró por un momento y cayó inconsciente.

— ¡Tenemos que ir de inmediato a un hospital, Aru! —dijo China, todos estaban desmayados y se notaban my débiles.

Entre él, Rusia y Francia lograron llevarlos al centro médico.

Una semana pasó y la recuperación iba bien, sus cuerpos recuperaban vitalidad y fuerza. Cuando las tres naciones pudieron al fin visitarlos, llegaron con flores para sus compañeros.

Estaban por secciones separadas por cortinas. En una estaban los hermanos Italia, en otra los gemelos Americanos, Alemania y Japón en la última. España se encontraba con Inglaterra, quien fue el primero en despertar.

Entreabrió los ojos despacio, se notaba cansado y adormilado. Francia se encontraba a su lado junto a China y Rusia.

— ¿Cómo te sientes, mon cher?

—Y-Yo…creo que…bien… —lo miró algo confuso, notó que España estaba dormido tranquilamente a su lado. Suspiró: —España está bien… ¿D-Dónde están los demás?

—No te preocupes, Aru.

—Da, también se recuperan como tú y él.

— ¿De-De verdad? —suspiró aliviado, con una leve sonrisa— ¿P-Puedo verlos?

—No deberías forzarte,Angleterre.

—Pero…es que…

—No te sientas culpable, Aru.

—Da.

— ¿Y-Y Canadá?...él…

—No lo eh visto —le dijo Francia— Acabamos de llegar y para eso estamos…ya regreso, te diré cómo está, ¿Sí?

Asintió sonriendo, tranquilo. La nación se fue a la sección de al lado que era donde se encontraba el canadiense junto a su hermano mayor.

Amérique!

Se escuchó un gritó histérico el francés. De inmediato Rusia y China corrieron hasta él.

Francia estaba atónito y estático frente a la cama de su ex-colonia, Estados Unidos tenía una mano sobre la boca de su hermano menor el cual lloraba en silencio mientras tenía las manos tratando de quitarse a su hermano de encima, el cual con la libre lo estrangulaba. Este al notar la presencia de más gente los volvió a ver con una sonrisa altiva y prepotente, el menor les vio asustado y angustiado.

Francia le golpeó gritándole: — ¡¿Qué diablos haces?!— Luego tomó a Canadá en brazos para alejarlo.

— ¿Ah? —se levantó del suelo manteniendo esa mirada altiva y esa sonrisa burlona— ¿No es normal que odie a mis enemigos? —se rió.

De pronto se escuchó una risa muy familiar, proveniente del lado de Inglaterra.

— ¿Inglaterra?

China movió la cortina y pudieron notar que en realidad no era Inglaterra, no con la sonrisa del gato de Cheshire en su rostro. España se encontraba despierto, pero no cómodamente en la cama, sino en pie y en guardia al anglosajón.

—No no…Arthur —se volvió a carcajear— Compañeros no duerman más y despierten…. Ya todos estamos aquí ¡Hahahaha!

De inmediato las demás cortinas se abrieron en un solo movimiento dejándose ver a quienes se suponía eran naciones. En efecto lo eran, pero no las originales de esa dimensión.

—Espero se acostumbren a llamarnos por nuestros nombres —dijo con el seño levemente fruncido y una sonrisa de verdadera altivez el mayor de las Italias— Yo soy Lovino.

—Y yo Feliciano —le siguió el otro con un tono igual de superior.

—De ahora en adelante —habló el japonés— yo representaré a Japón y mi nombre es Kiku.

—El mío seguirá siendo Ludwig —respondió el alemán de una forma tosca.

—Ya me conocen a mí —les dijo el rubio de ojos azules— Alfred y no Estados Unidos o América.

— ¿Cómo…lo lograron…? —logró articular Francia con un sentimiento enorme de maldad que emitían y que le recorrió el cuerpo.

España caminó con cautela hacia Francia, le susurró con un tono de rendición: —Eso no importa, perdimos…

— ¿Creyeron que nos iríamos así no más? —preguntó altivo Alfred.

—Así que por eso Arthur sonrió al final.

Confirmó Rusia, dejando salir un aura oscura de su ser, sus ojos mostraron la molestia que sentía hacia esos intrusos.

Arthur se volvió a carcajear, por esta vez sus compañeros no le detuvieron, sino que más bien emitieron su propia risa de victoria.

La sonrisa de Arthur no se la quitaba nadie, sus ojos verdes tarde o temprano se volverían celestes adornados de brillos malvas, todo su nuevo cuerpo se acoplaría a su alma llena de locura, pasaría poco para que sucediera lo mismo con los demás.

Un minuto antes de que el portal se cerrara, Arthur pudo completar la transferencia de poder, un segundo antes logró cambiar de cuerpos para que no se los llevaran a ellos, sino a las ex-naciones sin poder y fuerza a una dimensión caótica que de todas formas también les pertenecía. La energía que le dotó el cuerpo de Canadá le dio más poder, así logró completar todo regresando todo a su favor al último milisegundo.

Tenían el control de dos dimensiones, lograron cometer sus planes. Ya no había vuelta atrás, la resignación fue casi instantánea para esas naciones frente a los de la otra dimensión.

Final II


Lo logré! Este final es un amor (al menos para mí haha)

N/A: De este final sale una continuación que se estoy trabajando con NyoRusJap2P. Espero que la esperen ya que busca ser lo mejor posible.

Gracias por leer, hasta luego.