Ann: ¡Wiiiii Fic nuevo °¬°! No me maten por no haber terminado mis otros Fics TT-TT, es sólo que mi imaginación trabaja de maneras misteriosas oÔ

Ro: Hai, hai n¬n. Nuestro amor por el YukioxRin no tiene limites °¬°

Ann: Hai °¬°

Ro: Así que esperamos disfruten del capitulo n—n, y no sean muy duros con Ann y sus fic extraños xD

Ann: Se supone que eso es para alentarme ¬¬UU?

Ro: Seee :3

Ann: u¬uUU, de acuerdo. . Esto tiene una pequeñas menciones del manga oO, pero no es nada particularmente importante n-n.

Ok, Ao No Exorcist no nos pertenece bla, bla, bla, no ganamos ni un peso con esto, y bueno todas esas cosas que siempre toca repetir -.-

Homo fóbicos ¡HUYAN! Advertencia incesto YukioxRin, luego no digan que no se los advertí ¬¬

CAPITULO UNO: BEAT DROP (Simon Curtis)

Falta de sueño. La sola palabra desencadena un sinfín de sentimientos, y en el peor de los casos un par de maldiciones e insultos hacia el insomnio, ente, o ser maléfico que interrumpe las valiosas horas de descanso. Por eso Rin Okumura lucia como un vil zombie, sólo que no como uno que tenia hambre, si no del tipo que de hecho se esta muriendo. Lo cual es una redundancia, pero demuestra lo mal que se encuentra.

Así que es posible que termine cortándose mientras pica las zanahorias para la cena.

—Me muero de sueño- se quejó con unas grandes ojeras, y los hombros caídos por el cansancio.

Cualquiera pensaría que luego del problema con su abuelo y haber estado al borde de la muerte con Amaimon, las cosas mejorarían, o al menos se acostumbraría a ese agitado ritmo de vida. Pero noooo, es como si tuviera una maldición encima ¡y ahora tendría que estar despierto para siempre! (o hasta que termine el susodicho maleficio) Esta vez lloriqueó, y apoyó las manos en el mesón mientras dio un largo parpadeo. Porque tal vez esto no era una amenaza de muerte, o algún intento por conquistar el mundo, pero igual le fastidiaba.

¿Quién diría que el hecho que su hermano se convirtiera en demonio, le complicaría tanto la vida?

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Esa oscura y taciturna noche albergaba exorcistas que intentaban sobrellevar el golpe que estuvo a punto exterminarlos, algunos apenas reaccionaban, y otros se reagrupaban para desplazarse de un lado a otro y ayudar a los heridos. Claro que eso resulto irrelevante para un grupo en particular, ya que apenas vieron a los gemelos Okumura corrieron a su lado.

Ambos estaban golpeados, aunque uno más que el otro, y cuando repararon en la nueva apariencia del menor (similar a la de su hermano) las preguntas llovieron. Rin dejó a Yukio solo por el momento, y se fue a sentar en la mitad de lo que alguna vez fue una pared. Todavía le dolía donde recibió el disparo, aunque al menos dejó de sangrar.

—¿Cómo estas?- preguntó Shura por el demonio que sostenía su abdomen.

—Bien.

—Si te desmayas no voy a llevarte- dijo Ángel una vez se acomodó a su derecha.

—Nadie te lo pidió- gruñó Rin- Y en todo caso, preferiría quedarme en el suelo antes que ser ayudado por alguien como tú.

—¡Mocoso insolente!

Shura se rio por lo bajo, porque al menos el peliazul tenia el animo de siempre, así que no estaba tan mal como se veía. Por eso sonrió con suavidad mientras el rubio discutía con el más joven. Ellos en verdad no se llevaban bien, quizás porque Ángel lo llevo prácticamente arrastrado al vaticano, le cortó un pie, y casi lo mata. Y aun con regeneración demoniaca, todo eso dolía.

Mas, ignorando el detalle, Shura no dijo nada, ni siquiera cuando Shiemi se acercó preocupada para ver si podía curar a Rin. Eso en realidad no seria de mucha ayuda, porque él lo hacia con su propio poder, pero de todas maneras no evitó que ella quisiera intentarlo.

—Vaya, así que Okumura-sensei finalmente se volvió un demonio- dijo Mephisto una vez salió-de-sabrá-Dios-donde.

—Eso parece- dijo Kamiki al saltar un poco por el susto.

—¿Qué ocurrirá ahora?- preguntó Shima.

Yukio había dejado de escuchar desde que ese extraño grupo comenzó a reunirse alrededor de su Nii-san. Por eso observó de reojo a Shiemi, ya que estaba desabotonando la camisa del peliazul.

Por instinto afiló la mirada, lo cual empeoró cuando la muchacha tocó la piel desnuda cuidando de no palpar la parte lastimada. Aunque…lo siguiente que todos advirtieron fue que el castaño desapareció tras un parpadeo, y sólo lo encontraron cuando un quejido colectivo llenó el lugar. Ahí vieron que las personas cerca de Rin fueron empujadas lejos de él.

—¿Uh?- musitó el bajito tras haber sido jalado.

—Si necesitas que te cuiden, yo puedo hacerlo Nii-san- dijo el exorcista con un brazo alrededor de la estrecha cintura, y otro en su espalda.

—Estoy bien- dijo Rin algo extrañado por el repentino abrazo, y la ruda manera como fue obligado a ponerse de pie.

—Lo siento, no quise lastimarte- murmuró Yukio por lo bajo, mientras apoyó la frente contra la suya.

—Ya te dije que te olvides de eso ¡Estoy bien!- insistió aunque los brazos ajenos sólo lo jalaron mas cerca.

—Estas exagerando Yukio- dijo Shura algo adolorida por el brusco movimiento que la hizo tropezar.

El cuatro ojos hizo lo mismo con Ángel y Shiemi, pero cuando todos intentaron acercarse un fuego azul envolvió a ambos demonios. Rin se mostró sorprendido, aunque el resplandor no lo lastimaba. Por ello sostuvo los brazos contrarios, sin saber muy bien lo que ocurría o lo que debía hacer.

—¿Yuki-chan?- llamó confundida Shiemi.

—Debe ser por culpa de la sangre de Satán- dijo Mephisto curioso por el comportamiento.

—¿Por qué no te vas con tus explicaciones a otra parte?- áspero Yukio con un aura oscura- En verdad a nadie le interesa lo que tengas que decir.

La confusión fue general, incluso el muchacho de gafas pareció descolocado por oírse hablar. Pues, esto no iba con su respetuosa y correcta manera de ser.

—Yo no quise…

—Sip, definitivamente es culpa de Satán- insistió el director.

—¿Qué pasa con él?- preguntó inquieto Rin.

—Bueno, si lo piensas, su transformación ocurrió por haber sido poseído así que es lógico que aun tenga residuos en su sistema.

—¿Entonces es peligroso?- indagó Bon algo incomodo con el planteamiento, igual que los demás.

—Puede ser.

Rin miró preocupado a su hermano, y cuando ambos pares de ojos se encontraron, Yukio lo observó curioso antes de sonreír ligeramente. Lo hizo con ese tipo de gesto salvaje que no fue tomando en cuenta por el mayor, así como tampoco objetó por la mano que apartó algunos mechones de cabello rebeldes, y los acomodo tras la oreja. Aunque eso no servía de mucho, porque volvían a la misma posición.

—No pongas esa cara Nii-san, si luces así de adorable y confundido voy a besarte.

—…

….

….

….

Ambos seguían envueltos en esa burbuja de fuego azul, sin embargo hubo un denso silencio donde Rin no fue el único en sonrojarse. De hecho el resto sentía como si hubiera escuchado algo que no debería.

—…¿Eh?- masculló Yukio al recobrar la compostura, y darse cuenta de lo que dijo. Por ello abrió grandes los ojos y se sonrojó- Yo no…

—N-no es nada- aseguró Rin sin saber como responder, y al igual que el más alto, un bonito rubor acaricio sus mejillas.

Él siempre había sido muy permisivo, aunque en este momento eso no era lo mejor que podía hacer. Así que Yukio volvió a sonreír con esa sensual y demoniaca aura que erizó a su Nii-san, en especial cuando se acercó para violar concienzudamente su espacio personal.

—Eres tan lindo- susurró sobre sus labios, antes de presionarlos por un fútil y efímero instante.

—¿Uh?

Sin embargo, Rin no pudo reaccionar a la suave caricia, ya que una mano se infiltro dentro de su camisa para sujetar la base de su cola. El roce lo estremeció, aunque no iba a mentir, se asusto en un principio por la descarada presión. Así que lo más natural fue que se sonrojara furiosamente, mientras experimentó esa conocida debilidad que lo obligó a recargarse en él, ya que sus piernas temblaron.

—Me gustaría *BIP* contigo en el suelo, y *BIP* *BIP* *BIP* hasta que grites.

De acuerdo…oficialmente Rin parecía un semáforo en stop, aunque nadie escuchó eso porque fue susurrado en su oído. Lo cual lo hacia menos vergonzoso, pero sentir el aliento caliente y los labios rosarle no resultaba precisamente más sencillo.

—Yo les recomiendo encerrarlo por un tiempo- sonrió Mephisto divertido de todo el asunto.

Nadie necesitó oírlo dos veces, porque bastó con ver ese fuego azul revoloteando y la actitud extra para que todos se pusieran alerta. Aunque también consiguió que el menor de los Okumura adoptara una peligrosa posición, como si se sintiera amenazado por la presa que le querían quitar.

PUM

No obstante, ocurrió algo curioso cuando Rin lo golpeó en la cabeza. Eso al menos logro que las llamas desaparecieran.

—¡Ay!- dijeron ambos, el castaño por su nuevo chichón, y el mayor por el brusco movimiento que abrió la herida en su abdomen.

Era casi gracioso verlos quejarse, donde uno regañaba al otro para que se controlara, y el otro no sabia muy bien lo que sucedía. Mas, aun cuando la situación estuvo bajo control por un rato y Yukio acepto estar en aislamiento hasta que le efecto de Satán pasara, de todas maneras sostuvo la mano de Nii-san hasta que llegaron a dicho lugar y en algún momento incluso lo tocó más de la cuenta, por lo que ocasionaba que Rin lo golpeara.

Sin embargo, eso alivio un poco el ambiente, ya que el demonio de gafas no era particularmente peligroso siempre y cuando no se acercaran demasiado a su gemelo. Porque si lo hacían el fuego azul podía surgir sin aviso, o también podía dispararles, como casi le ocurre a Shima.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Esa podía ser considerada la parte fácil del asunto, Yukio estuvo encerrado durante dos semanas y hace tres días volvió a los viejos dormitorios. Lo que significaban 72 horas despierto.

—Hn- lloriqueó Rin.

No es como si no le alegrara tener a su hermano de vuelta, de hecho se sintió muy feliz cuando lo vio entrar por la puerta, pero los efectos no había pasado por completo, y cada cierto tiempo las cosas se volvían…extrañas.

—Ya llegue Nii-san.

…como ahora, donde el más joven le susurró al oído una vez lo abrazó por la espalda con una mano alrededor de la cintura, y otra en su pecho. Había hablado tan bajito, que únicamente lo escuchó por la cercanía y por los labios que lo rozaron con cada palabra. Hasta ahora no sabia como podía acercarse tanto sin ser escuchado, pero últimamente lo hacia mucho.

También lo abrazaba de improvisto, violaba su espacio personal y se había metido a su cama en algunas ocasiones, por lo que se despertaba envuelto en un estrecho e intimo abrazo que hacia saltar su corazón, y lo ponía nervioso sin razón aparten. Como ahora que se sonrojó con fuerza, mientras el aire le faltó por la mano que se deslizó dentro de su camisa y subió por su abdomen desnudo. Apenas y lo tocaba, y en realidad no avanzó mucho, pero Rin reaccionó de la única manera que conocía.

—¡Ay! ¿Por qué me golpeas Nii-san?- se quejó por el cucharon que le dio en la cabeza.

Por reflejo, Yukio retrocedió y soltó al otro demonio que giró para enfrentarlo mientras empuñaba el utensilio como si la vida dependiera de ello. Claro que mientras el castaño se sobaba donde le dolía, Rin volvió apoyarse en el mesón con un bonito rubor en las mejillas y la respiración algo pesada por el susto.

Lucia…sexy, jodida y malditamente sexy.

—¡Es tú culpa?- exclamó el peliazul con el ceño fruncido.

—¿De que hablas?

Oh claro, había olvidado que el cuatro ojos no era consiente de lo que hacia, así que Rin abrió y cerró los labios sin nada que decir. Sólo hizo un gracioso mohín de fastidio, donde bajo el cucharon al ver que Yukio volvió a la normalidad.

—Bueno, iré a cambiarme- dijo el castaño en cuanto dio media vuelta. Después de todo acababa de llegar, y todavía tenía su traje de exorcista.

—La cena esta casi lista.

—De acuerdo.

—Y Bon esta aquí.

Yukio apenas y alcanzó a dar dos pasos cuando eso lo detuvo, por eso giró de nuevo sólo que esta vez algo curioso.

—¿Por qué?

—Me ayuda a estudiar- dijo Rin sin mirarlo, ya que toda su atención yacía en lo que estaba preparando- Tengo examen en dos días. Tú lo pusiste.

—Lo se. Pero nunca te había visto prepararte con tanta anticipación- señaló Yukio, y eso fue lo único que necesito para que su hermano diera media vuelta. Claro que cuando lo hizo una mano se colocó en su frente- ¿Estas enfermo?

—¡Hey!- se quejó tras darle un manotazo- Yo también puedo ser aplicado.

—¿Oh, enserio?

—¡Por supuesto que si!

—Es difícil de creer Nii-san, pero me alegro que lo hagas.

En algún momento Yukio había comenzado a acercarse lentamente, por lo que mientras el bajito se quejaba por el trato, lo arrincono contra el mesón sin que Rin se diera cuenta de la escasa distancia entre ambos cuerpos.

—¿Estas solo con Suguro?- preguntó el castaño con aparente indiferencia.

—Shima y Konekomaru no tardan en volver, están acompañando a Shiemi a casa y…Yukio.

—¿Uhm?

—Estas muy cerca.

Seguramente era peligroso que el peliazul fuera tan despistado en una situación donde el menor era influenciado por Satán, pero es difícil para él cambiar o sentirse alerta cuando se trataba de él. Y en realidad tampoco quería que fuera así, porque a pesar de estar algo paranoico y al borde de desmayarse por el sueño, no quería llegar sentirse amenazado por su propio hermano.

Mas, tal vez era toda esa mezcla de sensaciones las que le impidieron darse cuenta a tiempo que el demonio mas alto ya estaba a un palmo de distancia, y ahora prácticamente podía hablar sobre sus labios. Era como el beso de una mariposa, uno que estrujó su pecho pero no evito que frunciera el ceño mientras lo vio sonreír altanero.

Tal vez porque para Yukio era un poco divertido ver la graciosa expresión de su Nii-san, quien a pesar de lucir molesto se sonrojó con suavidad.

—Uh- musitó Yukio con las manos apoyadas en el mesón, a cada lado del cuerpo contrario. Él ignoró por completo el comentario, y a cambio se inclinó un poco mas cerca.

—E-es…dijo Rin con los labios temblorosos. La proximidad lo hizo sentirse inquieto, por lo que tanteó distraído hasta que encontró lo que buscaba- ¡Estas muy cerca!

Un nuevo quejido llenó el lugar cuando su nueva y fiel arma: el cucharon, golpeó de nuevo al de gafas.

—¿Sucede algo?- preguntó Bon una vez entró en la cocina con su mochila en el hombro, y las de sus compañeros en las manos.

Lo que el monje vio fue a los demonios quejarse y reclamar, donde el peliazul empuñaba un utensilio como si se tratara de su espalda. Además Rin se debatía entre un gracioso rubor, y un enojo incierto mientras el menor se sobaba la cabeza.

—Deja de hacer eso- reprendió Yukio.

—¡¿Yo?! ¡Tú quédate quieto!- señaló acusador.

Bon se acercó curioso hasta que llamó la atención del mayor de los Okumura, quien pareció olvidarse de todo para prestarle atención. Y eso en verdad era una curiosa habilidad, o un severo caso de déficits de atención, aunque de alguna manera se veía lindo en Rin. No porque el bicolor pensara de esa manera sobre él, es sólo que…esperen ya se confundió ¿Exactamente de que estaba hablando?

—¿A dónde vas?

—A mi dormitorio, se hace tarde.

—La cena esta lista, siéntate- ordenó el peliazul casi con desdén mientras daba media vuelta para ir a servir.

—No es necesario, Shima y Konekomaru volverán pronto y…

—Siéntate.

A regañadientes, el monje obedeció luego de haber dejado las mochilas en un rincón. Y como dijo, sus dos amigos no tardaron en llegar. La cena hubiera sido casi normal si Suguro no se hubiera sonrojado cuando Rin le sirvió la comida.

—Tks.

Con fastidio, Yukio rodó los ojos. Porque tal vez su gemelo era un poco tonto y despistado, pero últimamente pasaba tanto tiempo con los monjes, que casi no estaban solos. Quizás porque Nii-san se había dado cuenta que él se controlaba mejor si estaba con otras personas. Además, el exorcista aceptaba de buena gana la influencia positiva que Bon ejercía en su gemelo, pero últimamente comenzaba a fastidiarle.

No sólo por la manera casi descarada con la que Shima se acercaba a Nii-san, si no que no sabia exactamente que ocurría con Suguro. Él era consiente que a Rin le gustaba el bicolor, en un sentido completamente amigable, casi podía decir que lo admiraba y ser su amigo era algo que lo había hecho feliz. Por eso el mayor permitía casi cualquier cosa que provenía de él, y eso…no sonaba tan bien como debería.

—Voy a bañarme- dijo Yukio en cuanto terminaron de cenar.

—De acuerdo- dijo Rin mientras recogía los platos con ayuda de sus amigos.

—Que descanse Okumura-sensei- se despidió Bon, y pronto los otros dos.

El demonio musitó con un cortes "Buenas noches" y salió sin prisa del lugar.

—Se ve mejor- señaló Shima en cuanto estuvo seguro que se había ido.

—Hn- dijo Rin sin saber que decir. Después de todo esto no es algo que se divulgue, o siquiera tenga ganas de contar. No sólo porque era peligroso admitir que Yukio todavía era dominado por Satán, si no que también es estúpidamente vergonzoso.

Por eso cuando sus amigos se fueron, resopló cansado y arrastró los pies a su habitación. Últimamente pasaba mucho tiempo con ellos, más de lo acostumbrado, pero si sacrificando sus tardes libre lograba que Yukio se controlara mejor, entonces lo haría. No importa que sus mangas mueran cubiertos de polvo en algún rincón, ya que lo hacia para que el menor volviera a la normalidad. Después de todo, así el otro se acostumbraba a los demás, y controlaba mejor sus impulsos.

Además también le ayudaba a su calificaciones, aunque eso no era tan importante como sus pobre mangas que debían estar aburridos de lo solitos que se encontraban.

—"Rin"- exclamó Kuro contento cuando el peliazul abrió la puerta- "¿Vamos a jugar?"

—No, hoy no, estoy cansado.

Los ojos prácticamente se le cerraban solos, también le ardían por forzarlos a estar abiertos. Así que sin mediar con nada en particular, se cambió de ropa para luego dejarse caer en la cama con un largo suspiro de satisfacción. Su cuerpo también agradeció el cambio, y la deliciosa sensación del colchón que se hundió un poco.

—Hmmm.

Sin embargo, en ese momento nada de eso importo, porque antes de siquiera notarlo ya se había quedado dormido. La situación además de relajante, fue calidad y casi perfecta. Mas, entre ese idílico letargo surgió una extraña sensación, como si alguien lo tocara. No del todo y no muy fuerte, pero pudo sentir la suave caricia de unos largos dedos que apartaron algunos mechones de cabello. Después remarcó cuidadosamente su rostro, hasta que al final se vio envuelto en un amable resguardo.

En algún momento pensó en despertar pero todo se sentía tan cálido y agradable que desistió casi de inmediato. Claro que cuando sintió el afable roce de unos dedos trazar el camino de su espina dorsal hacia la base de su espalda, una deliciosa corriente eléctrica arqueó ligeramente su espalda. Por ello comenzó a sentir un hormigueo cuando los dedos siguieron el camino hacia su cola.

—….

Tal vez por eso los bonitos ojos azules se abrieron casi de inmediato. Aunque cuando Rin pudo ponerle algo de orden al asunto, se dio cuenta que ya era de día. Sin embargo ese era el menor de sus problemas, ya que no se encontraba solo. Pues como casi se había hecho costumbre, Yukio lo estaba abrazando, por lo que ambos compartían la misma cama. Eso no hubiera sido tan extraño ni anormal considerando los últimos acontecimientos, pero el hormigueo que había sentido era la cola de su hermano que se enredo con la suya.

Eso…nunca había pasado, y tratándose de una parte tan sensible, Rin sólo pudo sonrojarse violentamente. Además se estremeció con fuerza cuando la extremidad se enroscó con insistencia con la suya, y una de las piernas del castaño se deslizó para crear ese tipo de estrecha cercanía que lo puso nervioso de repente. Su corazón también palpitó como loco, lo que empeoró cuando el espacio entre ambos pareció desparecer gracias a los brazos que lo jalaron de la cintura.

PUM

—¡Ay!

Claro que todo resulto intrascendente una vez empujó a Yukio y lo hizo caer de la cama. Así que adolorido, el menor se sentó en el suelo mientras se sobó la cabeza con una mano. Él no lucia precisamente feliz con el rudo despertar, pero apenas se aseguro que no hubiera peligro cerca, analizó a su Nii-san.

Rin tenía un bonito y notorio rubor en las mejillas. También se fue contra la pared, colocó una almohada contra su pecho y sujetó su cola como si la protegiera de algo. Se veía casi gracioso y algo adorable.

—¿Qué sucede?- preguntó Yukio.

—Y-yo….

Rin lo intentó un par de veces, pero lo único que consiguió fue abrir y cerrar los labios. Lo que en realidad era un poco estúpido porque no debía sentirse así, ni reaccionar de esa manera cuando su hermano lo tocaba. Es decir, Yukio no sabia lo que hacia y él se sentía como si estuviera haciendo algo malo al experimentar ese tipo de sensaciones.

—¡Voy a bañarme!- exclamó tan rápido como pudo, para luego salir prácticamente corriendo.

—De acuerdo- masculló el otro demonio algo confundido, aunque no alcanzo a decirlo antes que Nii-san saliera, por lo que sus palabras fueron interrumpidas por la puerta que se cerró con la partida del mayor.

Después de eso, Yukio permaneció un momento en silencio hasta que dio un largo parpadeo y una suave sonrisa delineó sus labios. Ya que acercase a él no parecía tan imposible como pensó.

CONTINUARA:

Ann: ¡Wiiii termine °¬°! Fic nuevo, fic nuevo (baile del fic nuevo xD) ~(°¬°)~

Ro: Hai, hai xDDD.

Ann: Espero les haya gustado Ne n-n, hice lo mejor que pude u¬uUU. Ademas este Fic no va a ser muy largo, quizás sólo unos cuatro capítulos n-n.

Ro: También pedimos perdón de ante mano si encuentran muchos errores de ortografía oO, Ann revisa como mil veces sus fics antes de subirlos, pero esta vez no tuvo la oportunidad :3

Ann: Además aun cuando reviso muchas veces siempre se me pasa algo xD, sólo espero que esta vez no sea muy notorio oO

Ro: Oks, por ahora nos despedimos.

Ann: ¡Hai °¬°!

Para dejarme un Reviewer presionan donde dice: "Reviewer this histoy/chapter" no hay necesidad de estar registrado en el Fanfiction para hacerlo u.u, o si prefieren me escriben a mis e-mails los cuales encontraran en mi Profile, donde dice "Ann Saotomo" en la parte de arriba.

Se despiden:

Ann: (Happy Dance) ヘ(°¬°ヘ) (ノ°¬°)ノ ヘ(°¬°ヘ) (ノ°¬°)ノ

Ro: xDDDD