-¡Feliz aniversario! ¡Feliz aniversario! – cantaba Hwang Geum Hee en un meloso tono cuando llegaba al comedor a servir los platillos.
Ya toda la familia estaba sentada esperando cenar, menos la mujer que parecía la más emocionada de todos.
-Ommoni – es hasta la semana entrante. –le contestó con timidez Oh Ha Ni.
-No importa ¡Aaaaah ¿ottoke?! Tengo que preparar todo. –dijo emocionada la mujer.
Después de todo, era una fecha muy especial, el primer aniversario de bodas de sus hijos no era cualquier cosa. Era un logro para Ha Ni haber retenido a Seung Jo por todo un año y era un logro para Seung Jo haber aguantado la vida de casado por un año tomando en cuenta que su madre siempre buscaba interferir en su matrimonio.
-Omonni ¿Piensas hacer un escándalo por nuestro aniversario? – le pregunto Baek Seung Jo entrecerrando los ojos acusatoriamente. Ya se esperaba algo así de su madre.
-Por supuesto, tenemos que hacer una gran fiesta, invitar a todos nuestros amigos, celebrar esta importante fecha.
-¡Omonni! –exclamo el alzando la voz.
-¿Qué? –preguntó ella mirando a los demás quienes la observaban estupefactos pero de acuerdo con la idea –ya sabían lo que les podía pasar si no estaban de acuerdo con ella – menos Baek Eun Jo quien entrecerraba los ojos igualito que su hermano, pensando que a lo mejor su madre era de otro planeta.
-Definitivamente tenemos que hacer una gran fiesta –exclamo la mujer.
-No…y no. Me opongo –dijo el joven y huyo de la escena antes de que la mujer pudiera decir más palabras.
Geum Hee refunfuño viendo como su hijo se alejaba, pero no le importaba, no era su naturaleza detener sus planes solo por el amargado de su hijo.
-Ha Ni ¿estas libre mañana? – pregunto a su hija política.
-Ah…si –dijo ella dudando.
-Entonces, ¿vamos de compras? Tenemos muchas cosas que comprar para la fiesta y para otros asuntos también – dijo ella con una sonrisa maquiavélica bailando jacarandosamente en su asiento.
Todos supieron al instante a que se refería. El señor Oh aclaro su garganta y el padre de Eun Jo tapo los oídos de su hijo para que este no escuchara de más…demasiado tarde.
-Pero, Omonni, Seung Jo…- dijo ella pensando en las objeciones de su esposo ante el asunto, solo Dios sabía que le pasaría si iba contra los deseos de Baek Seung Jo
-No le hagas caso, tú y yo vamos a organizar una fiesta genial.
Ha Ni termino de bañarse y entro a la recamara encontrándose a su esposo ya acotado en la cama, tenía los ojos cerrados pero no podía asegurar que estuviera dormido. Siempre lograba engañarla con eso.
Se sentó a su lado en la cama, dispuesta a acostarse.
-¿En verdad quieres hacer una gran fiesta para nuestro aniversario? – le dijo el haciéndola saltar del susto. Dicho y hecho, siempre que pensaba que estaba dormido, en realidad no lo estaba.
-Omonni está muy ilusionada, no me gustaría decepcionarla. – dijo ella mientras se recostaba.
Seung Jo gruño poniendo su brazo sobre sus ojos, en verdad parecía estar molesto.
-¿Porque siempre quiere hacer cosas tan ridículas y además jalarte a ti con ella? – replicó y después alargó su brazo hacia ella, jalándola hacia él y susurro a su oído. - Yolo único que quiero hacer en nuestro aniversario es estar a solas contigo y tener una larga…larga noche.
El corazón de Ha Ni comenzó a latir con fuerza y sus mejillas se ruborizaron al escuchar la fogosa voz de su esposo en su oído.
Seung Jo sonrió, su tierna esposita aún se sentía tímida al escuchar tales declaraciones saliendo de su boca. Después de un año de matrimonio y un gran número de noches, ella aún se ruborizaba al recordar todas aquellas noches en que él la tomaba y la poseía con tanta pasión.
-Sécate el cabello, te vas a enfermar si te cuestas con el cabello húmedo.- le dijo en un intento de tranquilizarla y tranquilizarse el mismo. Pensar en eso le estaba provocando reacciones en el cuerpo.
Ha Ni asintió y se levantó de la cama como rayo hacia el baño.
-¡Ha Ni! ¡Ha Ni! ¡Mira todos estos adornos tan bonitos! – exclamo la señora Baek mientras corría como loca por los pasillos del supermercado dejando atrás a Ha Ni, quien conducía el carrito con una mirada expectante. -¡Los llevaremos!
La mujer siguió caminando echando todo lo que se encontraba a su paso al carrito que ya de por si iba lleno con cosas que Ha Ni no entendía para que fueran a servir.
-Muy bien – volteo su suegra en un susurro casi inaudible, solo para su pequeña nuera enfrente de ella. –Ahora vamos a lo importante.
Geum Hee jalo la mano de la muchacha conduciéndola a uno de los pasillos del autoservicio. Ha Ni se quedó boca abierta al ver todo tipo de ropa interior llamativa pero sobre todo los camisones de seda transparente colgados uno tras otro en la estantería. Había de todos tipos, colores y sabores. Algunos transparentes, súper cortos, con cordones, otros incluso con tangas que apenas pasaban del centímetro de ancho.
Ha Ni se ruborizo ante tal escena.
-Omonni – le dijo penosa a su suegra.
-¿Qué? – Dijo ella con una grata sonrisa – cariño, sabes que las noches de aniversario son como una segunda noche de bodas, así que, tienes que explotar tu sensualidad de mujer para que el genio Baek Seung Jo se vuelva a sentir como en su primera noche.
La mujer reía a carcajadas paseándose por la fila de blusones, escogiendo los que más le gustaban.
-Este ¿Qué te parece? ¿O tal vez este? – dijo ella mostrándole un camisón melón transparente en una mano, con listones en los hombros y encaje en la parte del busto, con una tanguita de moñitos en los costados, en la otra mano sostenía un camisón rosa, igualmente transparente, abierto por en medio con un moñito en la parte central, a duras penas, el encaje del busto alcanzaba a tapar algo.
Ha Ni suspiró.
-¿O prefieres uno más sexy? – dijo ella sacando un blusón negro, más ajustado al cuerpo, con vistas rojas con cintas como de corsé al frente y espalda destapada. – anda, ve a probártelos.
La mujer estaba demasiado entusiasmada, que Ha Ni solo pudo acceder a sus ideas, para ser sincera, a ella también le emocionaba la idea de pasar la noche con su esposo, pero esas cosas…eran demasiado.